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13 de enero de 2012

¿Por qué los perros no se congelan sobre la nieve?



Un grupo de investigadores japoneses acaban de resolver un viejo misterio veterinario: cómo pueden los perros pararse y caminar durante mucho tiempo sobre nieve e hielo, sin congelarse sus patas.

Científicos de la Universidad Yamazaki Gakuen (Tokio), se preguntaron cómo era posible que los perros no sintieran frío en sus patas, a pesar de tener menos aislante en la piel de sus extremidades que en el resto del cuerpo. Por lo visto, las patas poseen una serie de almohadillas con un alto contenido de grasa, que se congela con menos facilidad que otros tejidos. Sin embargo, también posee una superficie con un alto ratio área/volumen, lo que implica que debería perder calor fácilmente.

Cuando los seres humanos nos exponemos bajas temperaturas, se preoduce una vasoconstricción —disminución del volumen y estructura de los vasos sanguíneos— en las extremidades que reduce el flujo sanguíneo y la pérdida de calor. De esta forma se asegura que la sangre que circula de vuelta al resto del cuerpo no se haya enfriado demasiado.

El equipo de investigación, dirigido por el Dr. Hiroyoshi Ninomiya, empleó un microscopio electrónico de barrido para estudiar las patas de cuatro perros adultos. Tras numerosos estudios descubrió que las arterias que suministran sangre poseen redes de numerosas venas pequeñas o vénulas, y que el sistema actúa básicamente como un intercambiador de calor contra corriente.

Cuando la sangre caliente llega a las patas a través de las arterias, el calor se transfiere a las vénulas —que están íntimamente ligadas a las arterias—, lo que garantiza que la sangre se ha calentado antes de que vuelva con el resto del cuerpo.

El sistema de calor contra corriente evita el enfriamiento del cuerpo y asegura que la temperatura de las patas se mantiene dentro de unos límites razonables. El mismo sistema se ha identificado en otros animales como pingüinos de la Antártida o en delfines, que emplean un sistema de intercambio de calor en sus aletas.

No obstante, los perros domesticados no son capaces de soportar estas condiciones de hielo en la misma medida. Ya que depende de su entorno y la raza. Aunque la congelación en los perros es algo muy poco frecuente, puede ocurrir.

Fuente:

Xakata Ciencia

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