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23 de mayo de 2018

El calentamiento global está alterando las corrientes oceánicas y las consecuencias serán aterradoras


Nos adentramos en terreno desconocido con esto, reconocen los científicos, porque se trata de un cambio de tal magnitud que aunque podemos predecir que no será agradable, es difícil saber exactamente lo que va a pasar.

Ese cambio es la alteración de las corrientes oceánicas que mueven el agua y con ello distribuyen por todo nuestro planeta el calor y la humedad que dan forma al clima. Si las corrientes cambian o se detienen... Bueno, desde luego no será un cambio suave y tranquilo, de eso podemos estar seguros.

Científicos de la Universidad de Southhampton llevan una temporada mirando con preocupación a la circulación de retorno meridional atlántica (AMOC), una de las principales implicadas en el movimiento de las aguas oceánicas a nivel global, y lo que han visto, publicado en la revista Nature, es más que preocupante.

El artículo completo en:

Xakata Ciencia

27 de abril de 2018

España: ¿Cómo cuidar el mar desde dentro?

El sector pesquero se moviliza por la salud de las aguas y traza un plan contra la contaminación marina.

Si usted fuera una tortuga, tendría un 60% de posibilidades de enredarse en una anilla de plástico y perder una de sus patas. Ese es el porcentaje de estos animales que llegan maltrechos a uno de los centros de recuperación de fauna silvestre más activos de España. El dato lo ofrece Raquel Orts, directora general de Sostenibilidad de la Costa y del Mar del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), e ilustra el alarmante problema de salud que padece el medio acuático y sus habitantes.

"La diversidad de efectos de las basuras marinas sobre organismos y ecosistemas es equivalente a la diversidad de los residuos que encontramos en el mar", amplía Orts. "Se han documentado impactos por ingestión y enredo en invertebrados, peces de todas las tallas, aves, tortugas, y hasta grandes cetáceos". Causas que en España amenazan a 77 especies de peces y en el mundo cerca de 8.000, según estima la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Los expertos llevan tiempo advirtiéndolo: el mar se ha convertido en un "enorme cubo de basura", y sus habitantes merman al mismo ritmo que proliferan los desperdicios, que en apenas 30 años, según la Fundación Ellen MacArthur, superarán en número a las criaturas oceánicas. A esta película de terror ambiental asisten en primera fila los pescadores, un colectivo para el que la salud del medio es vital, como han manifestado en muchas ocasiones. Por ello, con la economía circular como telón de fondo –el paso del usar-tirar a la renovación de los desechos– y las estrategias marinas que marca Bruselas en el horizonte, el sector mueve ficha por la salud del mar. Y lo hace desde dentro.

El artículo completo en:

El País (España)

La isla de basura del Pacífico ya tiene tres veces el tamaño de Francia

Esta área de basura es descrita a menudo como una masa o una isla, aunque en realidad es una zona con una gran concentración de plástico que aumenta a medida que uno se aproxima a su centro.  


La gigantesca isla de basura en el Océano Pacífico está creciendo a gran velocidad, según una nueva investigación publicada en la revista Nature

De acuerdo al estudio, esta área de residuos que se expande por un 1,6 millones de Km2 —es decir, casi tres veces el tamaño de Francia— contiene cerca de 80.000 toneladas de plástico.

Esta cifra es 16 veces más alta de lo reportado anteriormente.

Un lugar específico dentro de esta área tiene, además, la mayor concentración de plástico jamás registrada.

"La concentración de plástico está aumentando. Creo que la situación está empeorando", señaló Laurent Lebreton, autor principal del estudio de The Ocean Cleanup Foundation en Deltf, Holanda.

"Esto pone de manifiesto la urgencia de tomar medidas para detener la llegada de plásticos al océano y para limpiar el desastre existente". 

La basura se acumula en todos los océanos, pero la mancha más grande es la que está en el Pacífico, entre Hawái y California. 

Esta área de basura es descrita a menudo como una masa o una isla, aunque en realidad es una zona con una gran concentración de plástico que aumenta a medida que uno se aproxima a su centro.

Cantidad "impactante"

Los investigadores utilizaron botes y aviones para mapear esta zona en el norte del Océano Pacífico, donde las corrientes rotativas y los vientos hacen que converjan los desechos marinos, incluyendo el plástico, las algas y el plancton.

El trabajo, que se realizó a lo largo de tres años, mostró que la contaminación por plástico está "aumentando exponencialmente y a un ritmo más veloz que el agua circundante", dijo el equipo internacional de investigadores. 

Los microplásticos representan el 8% del total de la masa de plástico flotante. 

De los 1,8 billones de trocitos de plástico, algunos son más grandes que los microplásticos, incluidos pedazos de redes de pescar, juguetes e incluso un asiento de inodoro.

Lea el artículo completo en:

BBC Mundo

31 de marzo de 2018

La ingeniosa solución noruega para acabar con la basura plástica en los océanos


Noruega implementó en los últimos años un sistema para reciclar botellas de plástico que está resultando muy exitoso. 

El planteo es muy simple: cada vez que una persona compra un refresco, paga una corona más por el recipiente.

Si deposita luego el envase vacío en una máquina especialmente diseñada para ello que se encuentra en numerosas tiendas de la ciudad, recupera el dinero.

¿Puede ser esta la solución al problema de la contaminación por plástico en los océanos?

Noruega asegura que este método es el más eficiente en términos económicos para resolver la situación.



Fuente:

BBC Mundo

22 de febrero de 2018

El rastro más antiguo de la vida en la Tierra

Confirman que unos restos fosilizados de 3.500 millones de años hallados en Australia son de origen biológico.

Unos restos microscópicos descubiertos en unas rocas de 3.500 millones de años constituyen los fósiles más antiguos conocidos así como la prueba directa de vida en la Tierra más temprana hallada hasta fecha. Así lo ha confirmado un equipo de investigadores de las universidades de Wisconsin–Madison y California, en Los Ángeles (UCLA). En un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, estos científicos, coordinados por el paleobiólogo James William Schopf, de esta última institución estadounidense, y el profesor de Geociencias John W. Valley, de la primera, describen once especímenes microbianos pertenecientes a cinco taxones diferentes –en estos se agrupan organismos que presentan un cierto parentesco entre sí–.

Según estos expertos, es posible relacionar sus características morfológicas con las huellas químicas características de la vida. Aunque algunos ejemplares son, en esencia, similares a algunos microbios que aún pueden encontrase en la actualidad, otros son bacterias y arqueas –un tipo de microorganismos unicelulares– pertenecientes a especies ya extinguidas. En todo caso, vivieron en una época en la que el oxígeno aún no se encontraba de forma significativa en la atmósfera.

A partir de su análisis, los investigadores pudieron constatar que entre los microorganismos, cada uno de unos 10 micrómetros de ancho –un cabello humano tiene el mismo grosor que ocho de ellos–, se encontraban bacterias fototróficas, que aprovechan la radiación solar para generar energía, arqueas productoras de metano y gammaproteobacterias, que oxidan este gas, un compuesto que según algunos modelos teóricos tuvo una importante presencia en la atmósfera primitiva.

Este tipo de estudios sugiere que la vida podría ser un fenómeno muy común en el universo”, afirma Schopf. “Pero, sobre todo, la presencia de estos microbios en la Tierra hace 3.500 millones de años indica que se habría desarrollado en nuestro planeta mucho antes de esa fecha; si bien nadie sabe cuánto antes. Además, confirma que incluso la vida más primitiva puede evolucionar y dar origen, en este caso, a microorganismos más avanzados”. El propio profesor Valley que ha participado en este ensayo llevó a cabo un estudio en 2001 en el que probó que hace 4.300 millones de años ya existían océanos en nuestro planeta. “No tenemos pruebas de que en esa época hubiera vida en la Tierra, pero eso no quiere decir que no se diera”, concluye Valley.

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Muy Interesante

12 de febrero de 2017

La basura marina en las profundidades del Ártico se multiplica por veinte en una década

Los niveles de basura marina en las profundidades del océano Artico están en aumento y se han multiplicado hasta por 20 en algunas zonas, con bolsas de plástico, fragmentos de vidrio y redes de pesca que llegan a esa zona del planeta, pese a estar lejos de las zonas urbanas, y suponen una grave amenaza para su frágil ecosistema.

Así se desprende de un estudio realizado por biólogos del Instituto Alfred Wegener (AWI, por sus siglas en inglés), del Centro Helmholtz para la Investigación Polar y Marina (Alemania), y publicado en la revista científica Deep-Sea Research.


Desde 2002, investigadores del AWI han documentado la cantidad de basura marina en dos estaciones de la zona de observación Hausgarten, que comprende 21 estaciones al este del estrecho de Fram, una ruta marítima entre Groenlandia y el archipiélago Svalbard. "Los niveles de basura en el mar profundo del Artico han aumentado rápidamente en los últimos años", afirma Mina Tekman, primera autora y bióloga del AWI.

Los científicos involucrados en el estudio observaron el fondo del océano Artico a una profundidad de 2.500 metros usando el sistema de videocámara submarina remolcada OFOS (Sistema de Observación del Suelo del Océano, en inglés), que se sitúa a 1,5 metros por encima del lecho marino y toma una fotografía cada 30 segundos.

Para permitir la comparación con otros estudios, los investigadores han extrapolado la densidad de la basura a un área más grande y encontraron un promedio de 3.845 piezas de basura por kilómetro cuadrado entre 2002 y 2014. Además, ha habido un aumento en los últimos años porque el equipo calculó 4.959 pedazos de basura por kilómetro cuadrado en un estudio anterior en 2011, lo que se consideró un valor estadístico atípico, pero los niveles han ascendido hasta 6.333 objetos por kilómetro cuadrado en 2014.

Los biólogos observaron sobre todo plásticos y restos de vidrio

La situación es particularmente dramática en la estación norte de la zona de observación, llamada N3, donde la cantidad de basura marina aumentó más de 20 veces entre 2004 y 2014, al pasar de 346 a 8.082 piezas de plástico u otros objetos por kilómetro cuadrado. Ese nivel de contaminación es similar a una de las densidades de contaminación del lecho marino más altas jamás registradas, en el cañón del Cabo de Creus (Girona).

Entre la basura que fotografiaron, los biólogos observaron sobre todo plásticos y restos de vidrio. Como regla general, el vidrio no va a la deriva, sino que se hunde directamente en el fondo del océano, lo que indica que procede de la superficie de ese mismo lugar y está en consonancia con el aumento del tráfico de buques en la región debido al retroceso del hielo.

Sin embargo, los investigadores indican que es difícil extraer conclusiones firmes sobre el origen de la basura plástica, puesto que a menudo viajan a una considerable distancia antes de llegar al fondo marino. En la mayoría de los casos, los científicos no pueden determinar su origen basándose sólo en fotografías.

Aunque está claro que la corriente oceánica del Golfo transporta la basura plástica al Artico con masas de agua del Atlántico, los autores tienen una nueva teoría sobre por qué esta contaminación llega al estrecho de Fram, ya que hay una vinculación entre la densidad de la basura y el deshielo en verano.
 
Fuente:
 

25 de agosto de 2016

El cóndor, amenazado en California por la contaminación

Poseen entre 12 y 100 veces más concentración de mercurio y otros contaminantes en plasma que los ejemplares que viven alejados del mar.


Al pájaro más grande de Norte América le acecha un peligro molecular: la contaminación. La población de cóndores -similares a los buitres- que vive cerca de la costa de California (Estados Unidos) exhibe elevados niveles de pesticidas y otras sustancias tóxicas en sus tejidos, procedentes de los mamíferos marinos de los que se alimentan, lo que pone en riesgo los esfuerzos de recuperación de estas aves.

"Aunque los mamíferos marinos son una fuente de comida potencialmente abundante para los cóndores, podrían no ser muy seguros porque contienen cantidades significativas de contaminantes que se ha visto que dañan la reproducción en otros pájaros y que, por tanto, son una amenaza potencial para la recuperación en curso de los cóndores de California", afirma Carolyn Kurle, profesora de Biología en la Universidad de California San Diego y autora del estudio que publica la revista Environmental Science and Technology

Entre esas sustancias, Kurle destaca el plomo en una conversación con EL MUNDO: "Es muy tóxico: es el contaminante más peligroso para los cóndores. Puede matar a un pájaro rápidamente o causarle daños neurológicos permanentes, incluso si después recibe tratamiento". Este metal, comenta esta investigadora, procede principalmente de la munición que utilizan los cazadores que matan los animales de los que luego se alimentan los cóndores que, sin saberlo, también ingieren plomo. La prohibición, en mayor o menor grado, de usar este tipo de munición desde 2008 ha sido bastante respetada en California, pero "basta un pequeño número de personas que no la obedezcan para producir suficiente plomo como para dañar a estas aves", denuncia Kurle. Y ahí es donde hay que realizar los mayores esfuerzos.

El artículo completo en:

El Mundo (España)

19 de enero de 2016

Los icebergs gigantes fertilizan el mar y fijan CO2

El estudio de las imágenes por satélite tomadas entre 2003 y 2013 ofrece una sorpresa: los gigantescos pedazos de hielo que se desprenden de la Antártida contribuyen a fijar una parte importante del dióxido de carbono de la atmósfera.


Imágenes del Iceberg B-09B tomadas por el satélite Aqua en la Antártida - Foto NASA

Parece una paradoja, pero los pedazos de hielo que se desprenden de la Antártida como consecuencia del calentamiento global podrían estar contribuyendo a su vez a eliminar CO2 de la atmósfera. El equipo de Grant Bigg  ha analizado 175 imágenes tomadas desde el satélite entre 2003 y 2013 en los océanos del sur del planeta y los resultados indican un aumento de la producción de fitoplancton asociada a la presencia de los icebergs de más de 18 kilómetros que se separan del continente antártico.
Los icebergs contienen hierro y nutrientes que fertilizan el mar
"Hemos detectado un aumento sustancial de los niveles de clorofila, con un radio típico de entre 4 y 10 veces la longitud del iceberg", asegura Bigg. "Este nuevo análisis revela que los icebergs gigantes juegan un papel importante en el ciclo de carbono de los mares del sur". El estudio de las imágenes se basa en el análisis del color, que es un indicador de la actividad de los microorganismos en la superficie. Cuando uno de estos gigantes de hielo se derrite, el hierro y otros nutrientes que contiene fertilizan el mar, de modo que aumenta la población de fitoplancton y otros organismos que contribuyen a la fijación del carbono atmosférico en el lecho marino.



Los autores del trabajo, publicado en Nature Geoscience, calculan que estos icebergs son responsables del almacenamiento del 20 por ciento del carbono en el hemisferio sur del planeta. Las pruebas sugieren que hasta una décima parte de la fijación de carbono del planeta se produce en estos océanos y que los icebergs tienen un papel principal, a pesar de que estudios anteriores decían lo contrario "Si el desprendimiento de icebergs aumenta en este siglo como esperamos, esta retroalimentación negativa del ciclo del carbono puede ser más importante de lo que esperábamos antes", incide Bigg.

Referencia: Enhanced Southern Ocean marine productivity from fertilization by giant icebergs (Nature Geoscience) DOI 10.1038/ngeo2633
Tomado de:
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