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13 de diciembre de 2015

Así juzga el cerebro la dureza de un castigo

¿Qué mecanismos cerebrales influyen en la toma de decisión sobre la severidad que imponemos a un castigo? Este ha sido el eje central de la investigación llevada a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Harvard (EEUU) y que ha sido publicada en la revista Nature Neuroscience.

Para el estudio, los investigadores contaron con la participación de 30 voluntarios (20 hombres y 10 mujeres) con una edad media de 23 años, a los que tomaron imágenes cerebrales durante un proceso de toma de decisión de un castigo. Los participantes escucharon una serie de argumentos y de datos que describían un supuesto crimen donde hubo muerte, mutilación, asalto físico y daños a la propiedad que posteriormente tuvieron que valorar de 0 a 10 según la severidad del castigo. Además, en la mitad de las historias se identificaba el suceso como claramente intencionado y al resto como involuntarios, ofreciendo dos versiones diferentes de cada escenario: la primera, con una descripción objetiva y la segunda con pruebas gráficas.

El análisis de los resultados demostró que la manipulación intencionada del lenguaje para exponer un suceso de una forma más truculenta o exponer imágenes claras de un suceso, conducía a imponer un castigo más severo si el participante en cuestión creía que el incidente había sido claramente intencionado.

Los investigadores descubrieron que la amídgala cerebral, una de las zonas neuronales implicadas en el procesamiento de las emociones, se activaba cuando los voluntarios observaban imágenes con gran crueldad. Sin embargo, este efecto sólo se apreciaba en los escáneres cerebrales cuando el voluntario sabía que había intencionalidad en el acto, evidenciando por primera vez con una base neuronal clara gracias a lo que pudo observarse en la amígdala, que la decisión de imponer un castigo más o menos duro tiene que ver con nuestra percepción de la intencionalidad.

Fuente:

Muy Interesante

1 de noviembre de 2015

Somos nuestras memorias (pero nuestras memorias están llenas de falsos recuerdos)

Somos, fundamentalmente, nuestras memorias, como las consecuencias de la enfermedad de Alzheimer nos recuerdan.

Pero incluso cuando nuestra memoria funciona a la perfección resulta que lejos de ser un notario fiable de nuestras vidas va haciendo un filtro de lo que guarda, y aún lo que guarda, por muy íntimamente convencidos que estemos de que es la verdad, a menudo ha sido modificado, cuando no es, directamente, un recuerdo falso, pues el cerebro se reinventa a sí mismo para almacenar nuestras memorias.

Y si no que se lo digan a Ann Meng y, en especial, a Julius E. Ruffin.


Luis Martínez Otero (@martinezlab) y Jordi Camí (@jordicami) hablan de este apasionante y sorprendente aspecto de nuestras memorias en Falsas memorias, y hasta hacen alguna demostración sobre la marcha.

Tomado de:

Microsiervos

5 de octubre de 2015

¿A dónde van los recuerdos perdidos? La ciencia se aproxima a este misterio

Los resultados de la investigación son un nuevo paso para ayudar a personas con problemas de memoria.

Un equipo de científicos de la Universidad de Cardiff asegura que los recuerdos son mucho más fuertes de lo que pensábamos. En un estudio publicado en la revista Nature Communicationsexplican cómo han identificado el proceso en el cerebro para rescatar recuerdos perdidos o enterrar experiencias traumáticas, lo que podría allanar el camino para la elaboración de nuevos tratamientos y fármacos que ayude a personas que padecen problemas de memoria.

Según explican los investigadores, usar esta técnica para encontrar los recuerdos puede revertir la amnesia. Así lo han demostrado en un grupo de ratas que padecían una pérdida total de la memoria. Según explica el Dr. Kerrie Thomas, autor principal del estudio, "investigaciones anteriores en esta zona del cerebro afirmaban que cuando se recuperaba la memoria ésta era sensible a la interferencia de otros datos, por lo que en la mayoría de casos éstos recuerdos eran completamente aniquilados. Nuestra investigación desafía este punto de vista y creemos que demuestra que no es el caso". Además, "encontramos que a pesar de utilizar una técnica pensada para que el cerebro sufra una amnesia total, hemos sido capaces de demostrar que los recuerdos son fuertes y se pueden recuperar".

Si bien estos prometedores avances han resultado satisfactorios en ratas, el equipo espera que se pueda aplicar en seres humanos y permita la posibilidad de desarrollar tratamientos y nuevos medicamentos que ayuden a las personas que sufren trastornos de memoria. Aunque, como reconoce el Dr. Thomas "aún estamos muy lejos de ese punto". Esto se debe a que las ratas no reflejan con exactitud lo que sucede en el cerebro de los seres humanos, "nuestros recuerdos autobiográficos, nuestra propia historia, se ve empañada por nuevos recuerdos en lugar de perderlos por completo. Se trata de una actividad muy interesante en términos de enfermedades psiquiátricas asociadas con problemas de memoria tales como la esquizofrenia, la psicosis o el trastorno de estrés postraumático".

Ahora el objetivo sería diseñar nuevos fármacos o tratamientos que pueden tratar esta cuestión, intentando no sobrescribir nuestras experiencias anteriores sino sacando a flote sin interferencias los recuerdos de nuestro pasado.

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QUO

14 de septiembre de 2015

Oigo colores: La sinestesia se puede aprender

Una investigación realizada en la Universidad de Sussex (Reino Unido) ha demostrado que el cerebro puede entrenarse para la sinestesia, es decir, para que percibamos sensaciones propias de un sentido como si fuera de otro. Este entrenamiento, además, puede potenciar la inteligencia, lo que sugiere que sería útil en aplicaciones clínicas.

 “Estudio para composición VII” de Wassily Kandinsky, un pintor que veía colores al escuchar música.
La sinestesia es una condición neurológica fascinante. Un sinestésico puede, por ejemplo, oír colores, ver sonidos, y percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada. Se estima que una de cada 23 personas sufre esta condición.
Ahora, un nuevo estudio ha demostrado por primera vez que las personas pueden ser entrenados para "ver" las letras del alfabeto como colores, de forma parecida a lo que podría sentir un sinestésico.

En la investigación, realizada en la Universidad de Sussex (Reino Unido), también se reveló que, potencialmente, este entrenamiento serviría para aumentar el coeficiente intelectual.

Durante mucho tiempo, se ha debatido si la sinestesia es una condición genética o si surge de diversos factores ambientales, tales como usar juguetes como letras de colores en la infancia.

Dado que las dos posibilidades no son mutuamente excluyentes, los psicólogos al cargo de la presente investigación idearon un programa de entrenamiento de nueve semanas, con el fin de determinar si adultos sin sinestesia podían desarrollar las características clave de esta condición.
Resultados obtenidos
Encontraron, en un experimento realizado con 14 voluntarios, que los participantes no solo fueron capaces de desarrollar asociaciones lo suficientemente potentes entre letras y colores como para superar todos los tests estándar de sinestesia, sino que, además, la mayoría de ellos experimentaron otras impresiones vinculadas a letras individuales (por ejemplo, asignaron a estas estados o condiciones como "la x es aburrida" o "la w está en calma").
Uno de los más sorprendentes resultados del estudio fue que aquellos que se sometieron a este entrenamiento también aumentaron su cociente intelectual (IQ) en un promedio de 12 puntos, en comparación con un grupo de control, formado por personas que no se sometieron a dicho entrenamiento.

"La principal implicación de nuestro trabajo es que señala que formas radicalmente nuevas de experimentar el mundo se pueden provocar simplemente a través de una amplia formación perceptiva”, afirma el codirector del estudio, el Dr. Daniel Bor.

Esto implica a su vez que un impulso cognitivo, aunque sea provisional, podría servir como herramienta para el desarrollo de funciones mentales en grupos vulnerables, tales como los niños con déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o los adultos que empiezan a sufrir de demencia, concluyen los investigadores.

Sinestesia adquirida por lesiones cerebrales
Un estudio llevado a cabo en 2013 por científicos de la UNED también reveló nuevos datos sobre la conversión de un cerebro común en uno sinestésico.
Aunque el trabajo versaba sobre el componente emocional de esta condición, también reveló que personas con sinestesia adquirida –en este caso, por lesiones cerebrales- presentaban variaciones en núcleos subcorticales del cerebro como el putamen y el tálamo, al igual que aquellos pacientes con sinestesia heredada.

También se descubrió que las personas sinestésiscas presentaban variaciones estructurales en áreas cerebrales que participan en el procesamiento emocional. Este hecho sugirió la existencia de una base neuroanatómica del componente emocional de la sinestesia.  

Fuente:

18 de agosto de 2015

El poder de las caricias





Nuestro organismo cuenta con entre 6 o 10 millones de sensores táctiles que recogen información tanto del interior como del exterior del cuerpo, siendo el sentido del tacto el más repartido y también el más duradero, de ahí que la piel se convierta en una especie de “órgano social” y el tacto en un instrumento de gran potencial.


Las caricias se muestran, por tanto, como uno de los estandartes de este sentido y, según una reciente investigación, éstas se transmiten desde la piel hasta el cerebro por medio de nervios cuya velocidad de conducción es muy lenta. Las fibras nerviosas tactiles (CTs) como se denominan a los nervios que responden a las caricias tienen un umbral perceptivo muy bajo y los receptores que las activan se localizan en la piel con presencia de vello. Se trata de exactamente los mismos receptores que también conducen las sensaciones de dolor al cerebro.

Estos sensores nos aportan información desde el principio de nuestra vida, por lo que “un fallo en el sistema de CT durante el neurodesarrollo puede impactar negativamente en el funcionamiento del cerebro social y el sentido de sí mismo, tal y como sucede con las personas con trastornos del espectro autista, quienes no procesan adecuadamente el tacto emocional”, afirma Francis McGlone, líder del estudio.

De ahí que los investigadores concluyan que el déficit de caricias durante la vida temprana puede tener efectos negativos sobre una serie de comportamientos y estados psicológicos en la edad adulta, ya que, al no viajar estas sensaciones táctiles al sistema límbico (encargado de gestionar las respuestas emocionales), el desarrollo del cerebro se resiente.

El estudio, que ha sido publicado en la revista Neuron, también alerta de que “en un mundo en el que el tacto queda relegado a un segundo plano con el aumento de las redes sociales que fomentan la comunicación sin contacto, y la disminución de caricias afectuosas en los bebés por parte de cuidadores y padres debido a la las presiones económicas de la vida moderna, es cada vez más importante reconocer cuán vital es una afectuosa caricia”, termina McGlone.

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Muy Interesante

26 de julio de 2015

El idioma que hablamos determina quiénes somos y cómo vemos el mundo

¿Qué relación tienen nuestro idioma y nuestra personalidad? ¿Podría nuestro lenguaje influenciar la manera en la que percibimos la realidad? 



De alguna manera solemos creer que nuestra personalidad es algo fijado, que forma parte de nosotros independientemente de muchos factores que no tenemos en cuenta. Sin embargo, circunstancias como el idioma que hablamos afectan la construcción de nuestra personalidad y la manera como funciona nuestro cerebro.

Entre otras cosas, sabemos que el lenguaje afecta nuestra percepción de los colores. La tribu Himba, del norte de Namibia, usa la palabra "serandu" para categorizar los colores que en castellano incluyen el rojo, el naranja y el rosa. Del mismo modo, usan "zoozu" para una serie de colores oscuros que normalmente diferenciamos como azul oscuro, verde oscuro, café oscuro, púrpura oscuro, rojo oscuro y negro. En un estudio, se encontró que, mientras que tenían mucha dificultad para diferenciar ciertos tonos de azul que los angloparlantes diferenciaban con facilidad, por otra parte distinguían rápidamente tonos de verde que en el mundo occidental vemos como idénticos.

En Japón, la luz "verde" del semáforo es llamada luz azul, y esto se origina en tiempos antiguos, cuando el japonés sólo tenía una palabra (ao) para "azul" y "verde". Un estudio de 1969 determinó que esto dependía de la evolución de los lenguajes: si un idioma tiene sólo dos vocablos para determinar colores, habrá uno para "oscuro" y uno para "claro" (blanco y negro). Si añades un tercer color, será rojo. Si añades un cuarto, será verde o amarillo: sólo podrás tener ambos si tienes cinco palabras. Es sólo una vez que llegas a seis colores, cuando surge una palabra que divide el verde en dos, y así aparece el azul. Lo interesante, pues, es que en aquellos idiomas que no tienen, por ejemplo, una palabra para el azul, es mucho más difícil para sus hablantes diferenciar el azul del verde aunque lo tengan ante sus ojos.

El artículo completo en:

Hipertextual

21 de julio de 2015

Aprendizaje. Así funciona el cerebro cuando estamos aprendiendo

Un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT) ha descubierto de qué forma el cerebro humano es capaz de absorber y de analizar rápidamente nueva información, lo que llamamos aprendizaje. El estudio ha sido publicado en la revista Neuron.

Para el experimento, los investigadores realizaron varias pruebas de aprendizaje con monos mientras eran monitoreados mediante electroencefalografía (EEG) con objeto de medir las ondas cerebrales. En las tareas de aprendizaje, los científicos ya habían demostrado que las neuronas en la zona del cuerpo estriado del cerebro, la que controla la formación de los hábitos, eran las que se activaban en primer lugar y luego eran seguidas por una activación más lenta de las neuronas de la corteza prefrontal, el sistema de control ejecutivo del cerebro.

La clave estaba en averiguar si esta activación escalonada era provocada por una comunicación entre ambas regiones cerebrales o se trataba de dos sistemas independientes. Gracias a la medición de ondas cerebrales, los investigadores descubrieron que mientras los monos estaban aprendiendo la tarea, aparecieron nuevos patrones de ondas cerebrales, las llamadas ondas beta, que para sorpresa de los expertos, comenzaron a sincronizarse, lo que demuestra que ambas regiones, el cuerpo estriado y la corteza prefrontal, se están comunicando.

“Hay algún mecanismo desconocido que permite a estos patrones de resonancia formarse, y estos circuitos empiezan a 'sonar' juntos. Ese zumbido entonces puede fomentar posteriores cambios de plasticidad a largo plazo en el cerebro, pero la primera cosa que sucede es que empiezan a sincronizarse”, afirma Earl Miller, líder del estudio.

Según las conclusiones del estudio, nuestros 'circuitos' están en constante actualización para mantener la expansión de nuestro conocimiento, y “ahora estamos viendo la evidencia directa de las interacciones entre estos dos sistemas durante el aprendizaje, que no se había visto antes”, sentencia Miller.

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Muy Interesante

20 de julio de 2015

Zuckerberg: 'el futuro es que pensarás en algo y tus amigos lo podrán experimentar al instante'

Estoy seguro de que cuando habéis leído este titular se os ha quedado la misma cara de incredulidad que a mí cuando leí la noticia que ha publicado la CNN. Pero sí, parece que Zuckerberg confía en quela telepatía llegará a su popular red social. Y mucho más allá. Al menos esto es lo que aseguró durante una sesión de preguntas y respuestas dentro de Facebook para describir cómo cree él que será su red social en el futuro. Pero empecemos por el principio.
Zuckerberg está convencido de que la tecnología nos permitirá comunicarnos directamente, de «cerebro a cerebro», y enviar información y experiencias a otras personas de forma inmediata. Es lo que él llama «la tecnología de comunicación definitiva». No obstante, es importante que tengamos en cuenta que no está diciendo que vayamos a adquirir esta capacidad como resultado de la evolución selectiva natural, sino que será la tecnología la que nos la proporcionará.

Así es la «hoja de ruta» de Facebook

Es evidente que a Mark Zuckerberg le preocupa la forma en que se comunican los usuarios de Facebook. Durante los once años de vida de esta red social él y su equipo han ideado varios sistemas que han ido evolucionando con el tiempo. Su primera opción fueron las páginas con perfiles «planos», pero luego llegaron los comentarios, el muro, los «me gusta», los grupos y la mensajería personal, entre otras opciones.
Sin embargo, sus movimientos más ambiciosos, hasta ahora, han sido la compra de WhatsApp a principios del año pasado, y la de Oculus un mes después. Hasta ahora la app de mensajería instantánea mantiene una independencia sólida desde el punto de vista de los usuarios. Y, en lo que concierne a Oculus, parece estar destinada a fortalecer Facebook como plataforma de juegos recurriendo a la creación de nuevas experiencias sociales. En cualquier caso, es probable que la compra de estas dos empresas forme parte de una estrategia que a medio plazo permitirá a Zuckerberg ofrecer nuevas formas de comunicación a los usuarios de su red social.


En este contexto podemos contemplar la telepatía como el siguiente paso al que aspira esta compañía. Puede parecer una exageración de Zuckerberg con el propósito únicamente de acaparar titulares, pero lo cierto es que desde hace tiempo hay varios grupos de investigación que están trabajando en el diseño de interfaces capaces de transformar las ondas cerebrales en instrucciones digeribles por un ordenador. Y a la inversa.

Llega la «telepatía informática»

Hace tiempo unos investigadores de la Universidad de Washington consiguieron enviar a través de Internet señales cerebrales procedentes de una persona, que fueron transferidas a otra situada a kilómetros de distancia. Para conseguirlo acoplaron a la cabeza de los dos participantes unos cascos repletos de electrodos. Y funcionó. Al menos en parte. Al parecer esta tecnología permitió a la persona que emitió las señales cerebrales mover un dedo de la persona que las recibió. Como punto de partida no está nada mal.
Es evidente que en este terreno aún queda mucho trabajo por hacer, pero lo cierto es que los científicos están trabajando en ello. Cada vez conocemos un poco mejor el órgano más complejo de nuestro cuerpo, el cerebro, y con el respaldo financiero de Zuckerberg, y, quizás, también con el de otros empresarios interesados en esta tecnología, no parece descabellado pensar que podría llegar antes de lo que creemos. Les seguiremos la pista.
Tomado de:

19 de julio de 2015

Nuestro cerebro puede tener prejuicios incluso contra nuestra propia raza, y ni nos damos cuenta

La división del ser humano entre razas es una clasificación ideológica o estética cargada de prejuicios, no una verdad científica: las razas no existen. Y, aunque no lo parezca desde nuestra perspectiva, la discriminación racial sucede en todos los grupos étnicos, incluso dentro del mismo grupo.
Es un tipo de racismo menos evidente, que muestra algo que los antropólogos y neuropsicólogos llevan tiempo señalando: el prejuicio racial es una cuestión cultural, independiente incluso de nuestra propia etnia. Y un test de la Universidad de Harvard lo pone de manifiesto en poco más de 10 minutos.

¿Existe el racismo dentro de la misma raza?

Den FujitaLa respuesta corta es sí. Den Fujita, por ejemplo, introdujo McDonald's en Japón en los años 70, y la convirtió en la primera cadena de comida rápida capaz de seducir a la sociedad japonesa. Con un marketing tan agresivo que, en varias de sus charlas durante los 70, Fujita llegó a aseverar que “los japoneses somos amarillos y bajitos porque no hemos comido nada más que arroz y pescado durante los últimos 2.000 años. Si comemos hamburguesas y patatas fritas de McDonald’s durante los próximos mil años seremos más altos, nuestra piel se volverá blanca y nuestro pelo, rubio”.
Fujita estaba reconociendo un prejuicio explícito hacia su propia etnia. El mismo que ahora mismo viven en Corea del Sur con una obsesión por la cirugía estética para "suavizar" sus rasgos que les ha llevado a ser líderes mundiales en gasto per capita en el asunto. Con una diferencia sobre Occidente: las operaciones buscan un look muy concreto, que algunos cirujanos surcoreanos denominan "occidentalizado".
Korean BeautyOcho candidatas distintas a Miss Korea 2013.
La presión social -operarse antes de ponerse a buscar trabajo, por ejemplo- ha llevado a quecerca del 20% de los jóvenes del país se sometan a procedimientos para cambiar la forma de su cara y llevarla a un ideal de ojos más abiertos y mandíbulas limadas.
Con un problema adicional: la influencia de la cultura pop coreana en países como China está llevando a que el fenómeno se extienda fuera de sus fronteras, con miles de personas viajando al año al distrito de Gangnam -sí, ese Gangnam- para cambiar sus orígenes... Hacia un estereotipo clónico.

Ojo, también hay racismo "heredado"

Aunque no siempre sea evidente, o nuestra perspectiva de ello acertada. Por ejemplo, desde nuestra perspectiva eurocéntrica la mayor parte de los conflictos étnicos africanos pueden parecernos incomprensibles a priori, con el genocidio ruandés a la cabeza.
Pero la mayor desgracia racista desde el Holocausto nazi obedecía a raíces coloniales, a un racismo más conocido: el del hombre blanco sobre el “pobre salvaje” africano. Fueron los belgas quienes exacerbaron la separación entre tutsis y hutus. A principios del siglo XX, el Gobierno belga se apoyaba en teorías racistas para promover esa dominación entre etnias:
"El gobierno debe esforzarse en mantener y consolidar las estructuras tradicionales compuestas por la clase dirigente Tutsi, por sus importantes capacidades, su innegable superioridad intelectual y su potencial para liderar”.
El resultado: cerca de un millón de tutsis exterminados poco más de medio siglo después a manos de la mayoría hutu. A pesar de que entre ambos grupos no había diferencias étnicas evidentes, demostrando otra vez que cualquier creencia en la superioridad de un ser humano sobre otro -étnica, religiosa, política, clasista, de género- es un peligro para la Humanidad en general.
Pero sí, el prejuicio racial dentro de la propia raza existe, incluso en las mentes más progresistas. Y el estudio de los comportamientos implícitos lo pone de manifiesto.

¿Qué son los prejuicios implícitos?

Los comportamientos implícitos modulan nuestra existencia, aunque no seamos conscientes de ello. Atribuimos ciertos valores propios a los demás mediante su apariencia externa o ciertos detalles conocidos, desde la ropa que llevan hasta el color de piel, pasando por la religión, el trabajo o demás factores. Su estudio proporciona herramientas a varias disciplinas, desde la neurología hasta el marketing o la gestión empresarial. Y, lo más sorprendente, también nos descubren que ciertas actitudes inconscientes pueden sobrepasar incluso nuestra "pertenencia" a una raza, o lo que nos decimos a nosotros mismos sobre nuestras ideas.
El mejor ejemplo de este “prejuicio implícito” lo descubrió Theodore R. Johnson, escritor y exoficial de la Armada estadounidense, en The Atlantic. Johnson se sometió a los Test de Asociación Implícita de The Implicit Project. Los test son baterías de pruebas de entre 10 y 15 minutos de duración diseñadas por los psicólogos e investigadores de la Universidad de Harvard para enseñarnos que “no siempre sabemos todo lo que pensamos”.
Y cubren más de 90 materias: preferencias políticas, deportes, cultura… Entre ellos, destaca el de la percepción de las razas. Las pruebas son simplespiden clasificar imágenes de rostros incompletos entre razas y, al mismo tiempo, asociar palabras con los valores “bueno” y “malo”. Poniendo especial énfasis en que se hagan a la mayor velocidad posible, para que no podamos responder de forma consciente. Porque nos mentimos. Y mucho.
Johnson se sometió al test y su descubrimiento le provocó “una minicrisis existencial”: los resultados revelaban que tenía una “fuerte preferencia automática sobre los euroamericanos [los blancos] frente a los afroamericanos”. ¿La crisis vino porque Johnson comprobó que tenía prejuicios raciales a su pesar? Sí, pero con un problema añadido: Theodore R. Johnson es negro.
Theodore Johnson, de la Armada a Harvard
Johnson no está solo. Varios estudios que usan The Implicit Project -con más de cinco millones de pruebas realizadas durante la década pasada- demuestran que los norteamericanos en general tienen prejuicios implícitos hacia los negros aunque ellos mismos lo sean.

¿Todos tenemos prejuicios?

Todavía estamos intentando descubrirlo. Los estudios de Mahzarin Banaji, la principal impulsora de The Implicit Project, aún investigan si es posible cambiar nuestros estereotipos -respuesta actual: sí, pero poquito-, si es posible "curar" el racismo. Banaji cree que
"Los prejuicios implícitos vienen de la cultura. Creo que son la huella dáctilar de la cultura en nuestras mentes. Los seres humanos tienen la capacidad de aprender a asociar dos conceptos muy rápidamente. Eso es innato. Lo que podamos enseñarnos a nosotros mismos, lo que elijamos asociar, es cosa nuestra"
Banaji apunta a lo mismo que todos los estudios disponibles sobre el tema: es posible educarnos contra el racismo, implícito o no. Pero cómo hacerlo todavía es problemático, aunque existan algunas recetas.
La principal es el tiempo: nuestros cerebros pueden tomar decisiones inconscientes con muy poca información (unos 16 bits, comparado con los aproximadamente 11 millones de bit que puede procesar por segundo), que vayan incluso en contra de nuestros comportamientos explícitos. Contratar a alguien de la misma raza, en el caso de las minorías norteamericanas, puede verse afectado por esos prejuicios si el que decide no se toma su tiempo para considerar el asunto de forma consciente. Es sólo un ejemplo de cómo puede afectar el prejuicio implícito a la toma de decisiones dentro de la misma etnia.
El problema es que, cuando se intenta educar contra los estereotipos -otra de las recetas que dan los estudios sobre la materia- surge un problema de base: hay que hacerlo sobre los estereotipos ya construidos.

El experimento del Colegio Fieldston

Fieldston Ethical Culture SchoolFieldston es un nombre propio en la educación progresista neoyorquina, un colegio de los de 40.000 dólares al año, galería de exalumnos notables (Sofia Coppola, por ejemplo) y énfasis en la "educación ética". Uno de sus experimentos de este año consistía en "segregar" temporalmente a los estudiantes de primaria en grupos raciales. Para que entendiesen que existe el racismo y empezar a meter en sus cabecitas la idea de que está mal. El problema -aparte del experimento en sí, discutible- es que los padres han montado en cólera... Porque se han quedado cortos de razas y etnias.
El colegio dividía a los alumnos en "grupos de afinidad étnica", dándose el caso de que un padre judío ha puesto el grito en el cielo porque "sentar a mi hijo con los blancos es negar los prejuicios a los judíos". Y sabe de qué habla: ese padre vio de niño como el Ku Klux Klan le prendía fuego a su sinagoga. O el caso de una madre dominicana que es "de raza negra y origen latino, ¿qué casilla tienen que marcar mis hijos?". Aunque se declara a favor del experimento porque "en la vida, hay gente que marca esas casillas por ti".
Los test ofrecidos por la Universidad de Harvard no se quedan sólo en la raza: también incluyen el género o, en el caso español, la percepción que tenemos de los nacionalismos y nuestros propios prejuicios hacia catalanes o madrileños. Con sólo 15 minutos, podremos empezar a aprender si nuestra mente inconsciente no es tan abierta como nos gustaría... Y dar el primer paso para arreglarla.
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15 de julio de 2015

Ingenieros rusos aprenden a manejar aparatos con el pensamiento

La Fundación de Investigaciones Avanzadas (FPI, por sus siglas en ruso), creada en Rusia en 2012, ha anunciado el éxito del proyecto de elaboración de una interfaz cerebro-ordenador que permita controlar aparatos con el pensamiento.
"Estamos preparados para poner nuestra tecnología a disposición de los organismos gubernamentales", declaró el presidente de la Fundación de Investigaciones Avanzadas, Andréi Grigoriev, citado por RIA Novosti
La tecnología de interfaz se basa en el uso de la actividad eléctrica del cerebro humano, que se registra mediante electroencefalografías.
Durante la demonstración del avance, los ingenieros manejaron un cuadricóptero con la ayuda de las corrientes bioeléctricas de su cerebro y el programa de software creado por FPI, y fueron capaces incluso de manejar el vehículo al mismo tiempo que hablaban con los asistentes.
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29 de junio de 2015

10 problemas para ser resueltos de forma creativa

Retos que ponen a prueba nuestra capacidad para el pensamiento lateral.


La dificultad de muchos adultos en resolver la pregunta número 21 a la que se enfrentaron los niños de seis años de Hong Kong para ser admitidos en Primaria ha puesto de nuevo en relieve el concepto de «pensamiento lateral» concebido por Edward de Bono en 1967. Este prestigioso psicólogo maltés lleva más de treinta años defendiendo el fomento de la creatividad para alcanzar el éxito. Ya en 2004 aseguraba a ABC: «Ser inteligente no es sinónimo de saber pensar bien. La relación es la misma que existe entre un coche y su conductor: aprovechar al máximo el potencial que ofrece el vehículo depende exclusivamente de la habilidad de quien lo conduce».
El corazón del pensamiento lateral, aseguraba De Bono, «está en la posibilidad de cambiar, en cualquier momento, la perspectiva desde la cual se analizan los acontecimientos, para observar cómo se ve el problema desde una perspectiva diferente».
He aquí algunos de los retos más conocidos de pensamiento lateral planteados por el experto británico Paul Sloane.


El hombre en el ascensor

«Un hombre vive en el décimo piso de un edificio. Cada día toma el ascensor hasta la planta baja para dirigirse al trabajo o ir de compras. Cuando regresa, siempre sube en el ascensor hasta el séptimo piso y luego por la escalera los restantes tres pisos hasta su apartamento en el décimo. ¿Por qué lo hace?»
Ojo: Si Usted NUNCA ha subido a un ascensor es altamente probable que no pueda resolver este problema.
Todos los problemas (y las soluciones) en ABC.

14 de junio de 2015

¿Cómo hacer para que dejen de sonar en tu cabeza las canciones pegajosas?

Caminas hacia la parada del autobús y en tu cabeza Madonna canta: "Like a virgin... touched for the very first time...".
Llegas a tu trabajo, te sientas frente al escritorio y la bendita canción vuelve a sonar dentro de ti.
A la mayoría de nosotros, en algún momento -una vez a la semana para al menos el 90% de la población- se nos queda pegada una canción en la cabeza.
El fenómeno es sin duda irritante, pero si además el tema no nos gusta, la sensación aún es mucho peor.
¿Cómo quitarnos esta música de la cabeza? De acuerdo a un nuevo estudio de la Universidad de Reading, en Reino Unido, con un método muy simple: mascando chicle.
Según los autores de la investigación, masticar un chicle después de escuchar una canción pegadiza nos hace pensar en ella con menos frecuencia.
Tomad de:

18 de mayo de 2015

Siete alternativas para hacer crecer nuevas células en el cerebro (y volvernos más inteligentes)

Hace algunos años se creía que el cerebro era un sistema relativamente estático —nuestras conexiones neurales podían desligarse y nuestras neuronas destruirse pero no transformarse, regenerarse o formar nuevas conexiones sinápticas. Esta creencia hizo que muchos creciéramos bajo un extraño paradigma en el que se nos decía que debíamos de atesorar nuestras neuronas —porque jamás podríamos recobrarlas— y en este sentido ingerir drogas era un acto severo, contranatural, digno de la más abyecta estupidez. Bajo esta impronta uno incluso podía experimentar una nostalgia por neuronas perdidas, una especie de efecto de miembro fantasma entre los tallos neurales de flores decapitadas.
Evidentemente el daño cerebral es una realidad —pero es una realidad dinámica y reversible. Por suerte para aquellos que exploraron quizás un poco demasiado las dimensiones psiconáuticas, también es una realidad la neuroplasticidad —la capacidad de transformarse estructuralmente que tiene el cerebro adulto—, y la neurogénesis —la capacidad que tiene el cerebro adulto de regenerar células o generar nuevas neuronas. El cerebro se comporta como un sistema abierto (por no decir holístico) que puede ser cincelado lo mismo por estímulos químicos que por estímulos emocionales o meméticos  y nuestras neuronas, particularmente las del hipocampo y la zona subventricular, son como salamandras que transmutan en el fuego electroquímico de la sinapsis.
Investigación científica reciente muestra que la neurogenésis y la neuroplasticidad podrían tener un papel importante en el aprendizaje y la memoria en el cerebro adulto, así como ser un factor vital en la reducción del estrés y en el tratamiento de la depresión. Un estudio incluso sugiere que nuestro estado de ánimo podría ser regulado por la plasticidad  —por el movimiento dinámico de nuestras neuroconexiones—– más que por la química.
Emerge un nuevo paradigma, un nuevo mapa —y el mapa no es el territorio porque el territorio se está moviendo siempre. La neuroplasticidad sugiere que las conexiones individuales en el cerebro están siempre recreándose, según cómo se usan. En inglés se dice “neurons that fire together, wire together”/”neurons that fire apart, wire apart” (las neuronas que disparan al mismo tiempo se conectan entre sí, las que disparan o se encienden por separado conectan aparte). Esto significa que constantemente están emergiendo nuevas relaciones sinápticas, nuevos mapas corticales —colectivos que desempeñan funciones específicas pero que pueden estar separados. La sinfonía cerebral actúa de manera global, continentes aparentemente inconexos llegan a sincronizarse para ejecutar operaciones complejas al unísono.
La capacidad neuroplástica del cerebro puede ejemplificarse en el desarrollo de la capacidad de ecolocación que algunas personas ciegas logran recableando su cerebro. Resonancias magnéticas muestran que estas personas adaptan áreas de procesamiento visual para esta nueva habilidad de ecolocación, en la que intervienen áreas de procesamiento auditivo.
De la neuroplasticidad y de la neurogénesis surge la posibilidad de tomar control de los procesos neurales y, como si nuestro cerebro fuera una etérea plastilina, esculpir estados mentales de diseño. Según Michael Merzenich, uno de los pioneros en el campo de la neuroplasticidad, los ejercicios mentales pueden ser tan útiles como las drogas para tratar padecimientos tan severos como la esquizofrenia (pero, ¿quizás la gimnasia mental podría curar no sólo enfermedades del cerebro sino de todo el organismo?). De este nuevo acercamiento se atisba toda una gama de posibilidades: la dirección de orquestas neurales, el self-hacking, la reingeniería de neuronas y la manipulación de mapas corticiales para el aumento de funciones específicas o, por supuesto, para la sanación de daño cerebral —así que nunca es demasiado tarde para hacer de tus neuronas, especialmente de los astrocitos, vitales en la neurogénesis, nuevas y brillantes constelaciones en tu propio firmamento.
1. Ejercicio físico
Un estudio realizado por el Dr. Kwok Fai So de la Universidad de Hong Kong mostró un correlación entre personas que solían correr frecuentemente y la neurogenésis. “Investigación ha demostrado que el ejercicio puede mejorar el estado de ánimo y la cognición y también se ha demostrado que un déficit en la neurogénesis adulta puede resultar en una depresión”. El estrés, especialmente la depresión, llegan a encoger el hipocampo —una de las zonas en la que ocurre la neurogénesis. Científicos creen que existe una relación entre el ejercicio, y en general aquello que reduce el estrés, con la neurogénesis.
 2. Meditación
Uno de los líderes en el campo de la investigación neurocientífica de la meditación, el Dr. Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, ha estudiado lo que llama “la respuesta de relajación”, la cual induce una serie de cambio bioquímicos en el cerebro. Benson sugiere que la meditación renera células cerebrales, reduciendo de esta manera el estrés.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oregon indica que la técnica de meditación conocida com IBMT (entrenamiento integral de mente cuerpo) puede facilitar la neurogenésis.
3. Comida /Antocianinas
Consumir antocianinas, pigmentos hidrosolubles que pueden encontrarse en las zarzamoras, arándanos, frambuesas y hasta en el vino, parece tener propiedades neuroregenerativas. Comer este tipo de moras silvestres es recomendado para prevenir el Alzheimer y podría tener un efecto positivo en la función del hipocampo.
Otros alimentos que se cree podrían fomentar la nuerogénesis son los alimentos ricos en Omega-3 o fitonutrientes como la oroxilina.
4. Reducción de calorías /ayuno
Un estudio publicado en el Journal of Molecular Science muestra que la restricción de calorías produce estados favorables para la neurogénesis: ratas a dieta desarrollaron nuevas neuronas en el hipocampo.
Diferentes tradiciones, particularmente en Oriente, hablan sobre la importancia de celebrar ayunos con cierta regularidad para restaurar las funciones corporales y cognitivas. Es posible que una ciencia del ayuno pueda llevar a la neurogénesis.
5. Tener (mucho) sexo
Como hemos visto la neurogénesis —y en general la salud— está ligada a la reducción del estrés y a promoción de la relajación —la salud es tranquilidad en movimiento. Evidentemente uno de los actos que mayor reduce el estrés —en diversas capas— es el sexo.
Un estudio científico realizado por la doctora Benedetta Leunemuestra que mientras el estrés reduce la neurogénesis adulta y restringe la arquitectura dendrítica en el hipocampo, la copulación tiene el efecto opuesto, promoviendo la generación de nuevas células cerebrales. Explica Leuner:
Ratas adultas fueron expuestas a una hembra sexualmente receptiva una vez (aguda) o una vez diariamente por 14 días (crónica) y se midieron sus niveles de circulación glucorticoide [...]. Los resultados mostraron que experiencias sexuales agudas incrementaron los niveles de circulación corticoide y el número de neuronas en el hipocampo. La experiencia sexual crónica dejó de producir un incremento en los niveles corticoides pero continuó promoviendo la neurogénesis y estimuló el crecimiento de la espinas dendríticas y la arquitectura dendrítica. La experiencia sexual crónica también redujo el comportamiento relacionado con la ansiedad.
6.  Fotoestimulación /casco de luz infrarroja
Uno de los campos de investigación más interesantes pero menos probados es el de la estimulación de ciertas zonas cerebrales a través de la luz o el magnetismo.  Las populares máquinas de luz y sonido —LEDs programados a cierta frecuencia para emular ondas cerebrales y sonidos binaurales— llegan a generar estados similares a la meditación, por lo cual podrían también inducir estados de neurogénesis. El incipiente campo de la medicina biomagnética, basada en los pares magnéticos descubiertos por el Dr. Isaac Goiz, es un novedoso tratamiento para diferentes enfermedades, incluyendo la depresión, y quizás podría estimular las células del cerebro a regenerarse.
Un casco desarrollado por  el Dr. Gordon Dougal, de la empresa Virulite, asegura revertir la demencia senil, regenerando neuronas  a través de la estimulación de luz infrraroja.

7. Ayahuasca/antidepresivos
Se sabe que algunos antidepresivos,  inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina,facilitan la neurogénesis. Sin embargo, producen numerosos efectos secundarios, entre ellos la falta de libido (lo cual resulta un tanto contradictorio). Una alternativa a esto parece ser la ayahuasca, el cada vez más popular brebaje medicinal psicoactivo del Amazonas, utilizado con particular efectividad en el tratamiento de adicciones pero que podría tener aplicaciones incluso en la cura de enfermedades como el cáncer.
A diferencia de los antidepresivos, la ayahuasca, una medicina que algunos llaman un psicointegrador, ofrece una experiencia integral en la que los beneficios químicos son complementados por beneficios emocionales y hasta espirituales que redondean el tratamiento y permiten una asimilación más profunda.
Estudios con personas que han tomado ayahuasca por un periodo sostenido de tiempo muestran una mayor recaptación de serotonina. Según la investigadora Jace Callaway, esto se podría deber a la tetrahidroharmina que contiene la ayahuasca. Luego de dosificarse con esta molécula por seis semanas y  realizarse una tomografía computarizada por emisión de fotones individuales, Callaway descubrió un incremento en su recapatación de serotonina, algo que disminuyó cuando la dejó de utilizar.
Otro estudio, realizado por  Stuckey y Echenhofer en el California institute of Integral Studies, mostró que la ayahusca incrementa la coherencia en la banda de ondas gamma. Según el Dr. Luis Eduardo Luna: “La coherencia es una medida de la similitud del electroencefalograma en dos sitios distintos y puede considerarse una medida de comunicación entre dos regiones del cerebro. Una hipercoherencia distribuida ampliamente parece razonable dado los intensos y sinestéticos fenómenos que suelen ocurrir durante una experiencia de toma de ayahuasca”. Esta misma alta actividad de coherencia gamma ha sido observada en monjes zen en estados profundos de meditación.
Fuente:

Tips para estudiar y hackear todo tipo de exámenes (la ciencia viene en nuestro auxilio)

El sitio Wonder How To ha compilado en un infográfico nueve extraños tips para estudiar mejor para un examen o incluso para tener un mejor desempeño en la vida en general. No son los típicos tips y eso es lo que los hace interesante: son sobre todo hacks, técnicas nootrópicas y lecciones de expertos tricksters que sintetizan viejos conocimientos con una nueva perspectiva. Después del infográfico, una traducción, comentarios y dos tips extras: uno tomado del estudio Feeling the Future, del psicólogo Daryl Bem (cómo usar el futuro o la ilusión del tiempo para sacar mejores calificaciones), y el último de la mnemotecnia de Giordano Bruno.
estudio-wonder

1. El primer tip recomienda: “Masca chicle de un sabor específico mientras estudias; vuelve a masticar chicle del mismo sabor durante el examen, lo cual puede acarrear la memoria”. 
Este es probablemente el tip más importante, apoyado en la teoría de memoria que se conoce como “Memoria dependiente del estado”. Escribimos un artículo sobre este fascinante tema que muestra cómo una memoria está condicionada por el estado mental en el que encontraba cuando se formó esa memoria. Hay cosas que sólo recordamos cuando bebemos alcohol o cuando nos colocamos en cierta posición, oímos cierta música o estamos con cierta persona. Se puede aprender a utilizar estos detonadores de memoria a nuestro favor.    En inglés se dice “Neurons that fire together wire together”, un dicho popular entre neurocientíficos que sugiere que las neuronas que se activen de manera conjunta, en cierto momento, forman una relación duradera. Usar un cierto sabor de chicle, en esa acción de mascar, es una forma de activar y retrotraer la memoria, codificando una coordenada activa. Podríamos igualmente beber té verde cuando estudiamos y contestamos el examen (si nos lo permiten) u usar algún otros recurso similar.

2. “Haz la técnica del pomodoro. Coloca un reloj por 25 minutos para terminar una tarea específica. Tómate de tres a cinco minutos, descansa y repite. Después de cuatro sesiones de 25 minutos de estudio, toma un descanso largo”.
El método Pomodoro fue desarrollado por Francesco Cirillo para administrar el tiempo de manera más eficiente e incrementar la producción. Cirillo usaba un reloj en forma de tomate para marcar su ritmo en la universidad (de ahí el nombre).Esta técnica se sustenta en la teoría de que el ser humano funciona mejor en periodos cortos de gran concentración con intervalos de descanso. Aquí se pueden descargar apps gratuitas para utilizar este lifehack.

3. “Lee en voz alta al repasar una lectura en lugar de estar en silencio, esto te ayudará a retener la información”. 
Aquí la idea es utilizar una variación e involucrar al cuerpo, emplear el volumen como un mapa de visualización. Al leer en voz alta utilizamos la oralidad, una técnica de memoria ancestral –recordemos que antes de la escritura y luego de la imprenta, la memorización de largos textos era muy común. Leer en voz alta puede ser un acto de resonancia mórfica que abre el teatro de la memoria.

4. “Busca un video en YouTube acerca del tema que estudias, esto para obtener información en un formato diferente”. 
De nuevo una idea que busca ampliar la forma en la que atacamos un tema y absorbemos información, esta vez de manera visual. Dilo con manzanas. En una cultura preeminentemente visual estos nos ayuda a tener una comprensión general, más que aprender detalles.

5. “Come sushi. El pescado mejora el funcionamiento del cerebro. Las nueces, el chocolate amargo y las moras azules también son buenas opciones”. 
Este tip es es también uno de los más importantes y va más allá del “día del examen”, aunque también se puede puntualizar. Ciertos alimentos por su contenido de antioxidantes, Omega-3, aminoácidos y otras propiedades favorecen el funcionamiento cerebral sin tener efectos colaterales como ocurre con nootrópicos como el Adderall o la Ritalina. Algunos más benignos son los racetams. Para quien busque sólo lo natural, una buena opción es la bacopa, el goku kala y el ginkgo de  biloba, tres hierbas altamente estimadas en Oriente para estimular la memoria. 
El artículo completo en:

Roncar fuerte estaría relacionado con deterioro de la memoria


Según un estudio publicado reciéntemente en la edición digital de 'Neurology', el ronquido fuerte y la apnea del sueño pueden estar relacionados con el deterioro de la memoria a una edad temprana. 

"Patrones respiratorios anormales durante el sueño, como ronquidos fuertes y apnea del sueño son comunes en las personas mayores, que afectan a alrededor del 52% de hombres y el 26% de mujeres", afirma Ricardo Osorio, autor del estudio del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York .

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron las historias clínicas de 2 470 personas entre 55 y 90 años, quienes fueron clasificados en: "sin problemas de memoria", "en primeras etapas de deterioro cognitivo leve (DCL) o "con enfermedad de alzheimer".

También se examinó a personas con problemas respiratorios del sueño no tratadas en comparación con las que no mostraban trastornos respiratorios del sueño, así como a personas sin tratamiento frente a aquellos con problemas respiratorios del sueño. Así, vieron que aquellos con problemas respiratorios del sueño fueron diagnosticadas con DCL casi 10 años antes que las que no tenían ese problema.

Cuando los investigadores examinaron solo a quienes desarrollaron Alzheimer o DCL durante el estudio, aquellos con problemas respiratorios del sueño desarrollaron DCL a una edad promedio de 77 años, en comparación con un promedio de 90 años para los que no sufren problemas respiratorios del sueño. Entre ese grupo, los que padecían problemas respiratorios del sueño también desarrollaron la enfermedad de Alzheimer cinco años antes que los de sin trastornos, a una edad media de 83 años frente a 88 años.

Por otro lado, la investigación halló que aquellos que trataron sus problemas respiratorios del sueño con una máquina de presión positiva contínua en la vía aérea fueron diagnosticados con DCL unos 10 años más tarde que las personas cuyos problemas no fueron tratados, o sea a los 82 años en lugar de los 72.

"La edad de inicio del DCL para las personas cuyos problemas de respiración fueron tratados era casi igual a la de las personas sin ningún problema de respiración", dice Osorio. "Tenemos que examinar si el uso de CPAP podría ayudar a prevenir o retrasar los problemas de memoria y de pensamiento", agregó.

"Estos hallazgos se hicieron en un estudio observacional y, como tal, no indican una relación de causa y efecto. Ahora estamos centrando nuestra investigación sobre el tratamiento con CPAP y el declive de la memoria y el pensamiento durante décadas, así como específicamente en los marcadores de la muerte y el deterioro de las células cerebrales", concluye Osorio.

Tomado de:

RPP 
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