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28 de agosto de 2012

¿Por qué fue Armstrong el primero en pisar la Luna?

Neil Armstrong, el primer ser humano en caminar sobre otro mundo, ha fallecido. Su nombre forma ya parte de la Historia y será recordado durante los siglos venideros. Pero, ¿por qué fue él el elegido?¿Qué factores influyeron en que fuese él y no otro el comandante del Apolo 11? De acuerdo con un mito que circula por ahí, Neil fue seleccionado por ser el único civil con experiencia en vuelos espaciales dentro del cuerpo de astronautas de la NASA. Pero este mito es falso. Sí, es cierto que Armstrong era civil en el momento del alunizaje, pero no es menos cierto que había sido piloto militar y de hecho realizó misiones de combate durante la Guerra de Corea (durante una de las cuales estuvo a punto de morir, por cierto).
¿Por qué fue Neil Armstrong y no otro? (NASA).

Lo cierto es que Neil Armstrong logró hacerse un hueco en la historia por puro azar. Era un magnífico profesional y un astronauta excelente, pero no era un superhombre ni un dios en la Tierra. Otros astronautas podrían haber ocupado su lugar fácilmente, astronautas que son desconocidos por la mayor parte del público hoy en día. En realidad, el principal culpable de que todo el mundo conozca a Neil Armstrong tenía un nombre y se llamaba Deke Slayton.

Deke fue uno de los primeros míticos siete astronautas de la NASA que participaron en el programa Mercury, aunque no llegó a volar en esta nave por culpa de una enfermedad cardíaca que le fue detectada de forma tardía. Con el tiempo, Deke terminaría por alcanzar el espacio durante la misión Apolo-Soyuz en 1975 después de curarse de su dolencia, pero su papel más destacado fue el que protagonizó durante el programa Apolo como 'astronauta jefe'. Bajo este extraño título, se escondía uno de los trabajos más importantes de la NASA: seleccionar las tripulaciones de las misiones espaciales de los programas Gemini y Apolo. A diferencia de la Unión Soviética, donde las tripulaciones eran asignadas mediante una Comisión Estatal en la que participaban numerosas organizaciones, la NASA le había otorgado a Deke a principios de los años 60 el poder supremo en este asunto. Nadie mejor que él para evaluar las habilidades y defectos de los miembros del cuerpo de astronautas, un cuerpo formado por excelentes pilotos, tan capacitados como competitivos.

Deke Slayton, el dios de los astronautas (NASA).

Deke era lo más parecido a un dios para los astronautas, aunque hasta su poder divino tenía límites. En concreto, su capacidad de maniobra dependía de los criterios impuestos por el director del Manned Spaceflight Center -actualmente el Johnson Space Center de Houston-, Robert Gilruth y del jefe directo de éste, George Mueller. Por lo general, Gilruth no se entrometía en las decisiones de Deke, salvo por unas cuantas excepciones. La más sonada fue la relacionada con el Apolo 7. Durante la primera misión tripulada del programa Apolo, la tripulación -Wally Schirra, Donn Eisele y Walter Cunningham- se enfrentó de forma abierta al control de tierra en varias ocasiones, desatando la ira de Gilruth. Como resultado, Gilruth ordenó a Deke que se abstuviese de elegir a cualquiera de los tres para cualquier misión posterior. Ninguno volvería a viajar al espacio.

Pero Deke no era un tirano. Como astronauta, sabía que si algo podía minar la moral de sus compañeros era la apariencia de arbitrariedad a la hora de ejercer su poder. Y por este motivo, durante el programa Gemini se estableció el rito de la '
rotación'. Según esta regla no escrita, la tripulación de reserva de una misión se convertiría -salvo accidentes o imprevistos- en la tripulación principal tres misiones más tarde.

De entre todos los astronautas del programa Gemini, la mayoría podía haberse convertido en el primer hombre en caminar sobre la Luna. Pero hubo dos acontecimientos que marcarían a fuego la elección de tripulaciones del programa Apolo. El primero fue la muerte en accidente de aviación de la tripulación de la
Gemini 9 en febrero de 1966, formada por Charles Bassett y Elliot See. Si Bassett y See no hubiesen fallecido, habrían entrado en la rotación del Apolo y habrían desplazado con toda seguridad a algunos de los astronautas que participaron en estas misiones. El segundo acontecimiento, más traumático aún, fue el accidente del Apolo 1 (AS-204) en febrero de 1967, en el que perecieron Gus Grissom, Ed White y Roger Chaffee. Grissom era uno de los favoritos de Deke y siempre se dijo que era figuraba en la lista de candidatos para comandar la primera misión de alunizaje. No ocurría lo mismo con White y Chaffee, a quienes Deke pensaba trasladar al AAP (Apollo Applications Program) tras la misión. De no haberse producido esta tragedia, quizás hoy en día estaríamos hablando de Grissom como el primer hombre sobre la Luna. ¿Y su compañero? No lo sabemos, obviamente, pero lo más probable es que hubiese sido Eisele, Aldrin o Bean.
Elliot See y Charles Bassett, la tripulación original de la Gemini 9 (NASA).

Gus Grissom bien podría haber sido el primer hombre en pisar la Luna (NASA).

Por supuesto, todo esto no son más que simples especulaciones. El accidente del Apolo 1 cambió por completo la planificación del programa Apolo y el orden de misiones. El momento clave para determinar quién sería el primer hombre sobre la Luna tendría lugar en mayo de 1967, cuando Deke anunció las tripulaciones principales y de reserva de los Apolo 7, 8 y 9. Según Deke, una de esas seis tripulaciones sería asignada a la primera misión de alunizaje. En concreto, Deke designó seis comandantes: Schirra, Borman, McDivitt, Stafford, Armstrong y Conrad. Cualquiera de ellos podía haber pilotado la misión para aterrizar sobre la Luna.
La segunda selección de astronautas de la NASA: See, McDivitt, Lovell, White, Stafford, Conrad, Borman, Armstrong y Young. Casi cualquiera de ellos podría haber sido el primer hombre en la Luna (NASA).

Por entonces, no estaba nada claro que el Apolo 11 fuese la primera misión en alcanzar la superficie lunar -cabía la posibilidad de más accidentes o misiones adicionales de prueba-, pero de ser así, la implacable rotación dictaba que la tripulación de reserva del Apolo 8 sería la tripulación primaria del Apolo 11. Estaba previsto que el Apolo 8 despegase a finales de 1968 para llevar a cabo la primera prueba del módulo lunar en órbita baja. La tripulación principal del Apolo 8 debía estar formada por James McDivitt, David Scott y Russell Schweickart. Pero, y aquí viene lo importante, la tripulación de reserva estaba formada por Charles Conrad, Richard Gordon y Clifton Williams. De haberse mantenido los planes originales de 1967, es posible que los primeros hombres en pisar la Luna hubieran sido Charles Conrad y Clifton Williams. Desgraciadamente, Williams murió en un accidente aéreo a finales de 1967 y su puesto fue ocupado por Alan Bean a petición expresa de Conrad. Finalmente, Conrad y Bean pisarían finalmente la superficie lunar en el Apolo 12.
Clifton Williams (NASA).

Sin embargo, en 1968 la NASA decidió lanzar de forma imprevista el Apolo 8 hacia la Luna sin módulo lunar para adelantarse a un posible lanzamiento tripulado soviético del programa Zond/7K-L1. Y, aunque hoy nos pueda parecer una decisión increíble, McDivitt rehusó el honor de comandar la primera misión tripulada a nuestro satélite. Su tripulación se había entrenado para pilotar el módulo lunar y eso es lo que iban a hacer, con Luna o sin Luna. Como resultado, Deke cambió el orden de las tripulaciones principales y de reserva de los Apolo 8 y Apolo 9. ¿Y adivinan cuál era la tripulación de reserva del 'nuevo' Apolo 8? Efectivamente, Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Mike Collins. Bueno, en realidad, eran Armstrong, Aldrin y Lovell. Vale la pena recordar que en principio Collins debía haber volado en el Apolo 8, pero tuvo que ser sometido a una operación de cuello y su puesto lo ocupó Jim Lovell.

En realidad, de entre los seis comandantes del grupo de 1967, los favoritos de Deke para dirigir la primera misión de aterrizaje en la Luna siempre habían sido James McDivitt y Frank Borman, con Tom Stafford siguiéndoles muy de cerca. Aunque la rotación dictaba que Armstrong y su tripulación debían viajar en el Apolo 11, es muy posible que Deke se hubiera saltado su sacrosanta regla -como de hecho lo hizo en posteriores misiones- si McDivitt o Borman hubiesen pedido expresamente comandar el Apolo 11.
Frank Borman, comandante del Apolo 8 (NASA).

James McDivitt, comandante del Apolo 9 (NASA).

El 6 de mayo de 1968 tuvo lugar otro incidente que podía haber cambiado el curso de la historia. Ese día, Armstrong tuvo que eyectarse del vehículo LLRV-1 usado para simular el descenso del LM en la Luna. El LLRV había perdido el control y se estrelló poco después. De haber resultado herido de consideración, sin duda habría sido desplazado de la rotación. ¿Quién habría ocupado su puesto? No lo sabemos con certeza, pero sí sabemos que el comandante de reserva del Apolo 11 sería Jim Lovell. En este caso, la tripulación del Apolo 11 quizás habría estado formada por Lovell, Aldrin y Collins. ¿Y si el Apolo 11 no hubiese logrado su objetivo? Cabía dentro de lo probable que algo saliese mal y que la misión no lograse llegar a la Luna. En un gesto sin precedentes, Deke anunció a los astronautas del Apolo 11 justo antes del lanzamiento que si algo salía mal, ellos serían los tripulantes de la siguiente misión. Por supuesto, nunca sabremos si habría cumplido su palabra. Por otro lado, en el caso de que la tripulación hubiese muerto, los primeros hombres en la Luna habrían sido Conrad y Bean en el Apolo 12.
Armstrong en paracaídas tras el accidente del LLRV-1 (NASA).

Jim Lovell, comandante del Apolo 13 (NASA).

Pero el hecho de que Armstrong y Aldrin viajasen juntos a la superficie lunar a bordo del Eagle no implicaba necesariamente que Armstrong fuese el primero en pisar la Luna. ¿Por qué no Aldrin? Al fin y al cabo, durante las misiones Gemini, era el piloto, no el comandante, el encargado de realizar las actividades extravehiculares. Bien podría ocurrir lo mismo en el Apolo. En realidad, el debate no tenía sentido, porque los ingenieros de Grumman habían decidido mucho antes que la escotilla del LM se abriese hacia la derecha para que el astronauta situado en la parte izquierda -es decir el comandante- saliese al exterior primero. Aunque a petición de Aldrin se ensayó en tierra una maniobra que permitiese salir primero al piloto del módulo lunar -o sea, a él-, la NASA la consideró demasiado arriesgada. El pequeño espacio dentro del LM limitaba severamente las contorsiones de dos hombres enfundados en trajes espaciales A7L presurizados y equipados con sus respectivas mochilas de soporte vital. No había nada más que discutir. Armstrong sería el primero.

Como vemos, el que Armstrong se convirtiese en el primer hombre en pisar otro mundo nunca fue algo garantizado. Si la historia hubiese seguido otro camino, hoy podríamos estar hablando de Grissom, McDivitt, Borman o Conrad como el primer ser humano en pisar la Luna. Sea como sea, siempre tiene que haber un primero. Y el destino quiso que fuese Armstrong.

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17 de febrero de 2012

Químicos Modernos: Marguerite Perey, la otra hija de Marie Curie



Marguerite había conseguido un contrato de prácticas de 3 meses en el instituto. Ella siempre había querido ser médico pero, tras la temprana muerte de su padre, la familia no había tenido recursos para ello. Con mucho esfuerzo, y la oposición de su madre, había conseguido obtener un título de técnico de laboratorio químico en la Escuela de Enseñanza Técnica Femenina . Así que aquellos tres meses de técnico de laboratorio serían lo más próximo que ella podría esperar estar de la medicina a corto plazo.

Había llegado por la mañana de su primer día dispuesta a causar la mejor de las impresiones. Casi a la vez que ella se presentó una señora muy amable y vestida con ropas de trabajo y que Marguerite tomó por la secretaria del laboratorio. No tardaría en darse cuenta de que aquella señora tan sencilla y a la que ella había tratado con tanta familiaridad era catedrática en la Sorbona, tenía dos premios Nobel y era la fundadora del Instituto del Radio.

La gran suerte de Marguerite era que había ido a dar con una persona de las verdaderamente grandes, que daban más importancia al talento que a los formalismos. Marie Curie detectó rápidamente la capacidad intelectual y la habilidad para trabajar en el laboratorio de Marguerite y no sólo la convirtió en su asistente de laboratorio personal, sino que se ocupó de formarla a pesar de que Marguerite careciese de estudios universitarios. Estarían juntas cinco años, hasta el fallecimiento de Marie en 1934.

Instituto del Radio (1931). Marguerite es la 2ª por la izquierda
En 1934 fue nombrada radioquímico del Instituto. Marguerite pasó a trabajar a las órdenes de André Debierne (el nuevo director del instituto) y de Irène Joliot-Curie que estaban interesados en el estudio del actinio. Y Marguerite floreció.

Entre 1871 y 1886 Mendeleev predijo la existencia de varios elementos en función de los huecos que quedaban en una tabla de los elementos existentes ordenados por sus propiedades periódicas. En 1917 sólo quedaban por descubrir tres de ellos, los elementos 65, 85 y 87. En 1913 John Cranston, ayudante de laboratorio de Frederick Soddy en Glasgow, se percató de que el mesotorio 2 (uno de los muchos productos de la desintegración del torio) emitía tanto partículas alfa como beta. Según la ley que el propio Soddy había creado, el elemento 87 debía producirse durante la desintegración alfa del mesotorio 2, en concreto eka-cesio-224 (eka-cesio hace referencia al nombre que Mendeleev le había dado al elemento desconocido). Serían las investigaciones de Soddy durante esta época las que desembocaron en el concepto de isótopo.

Basándose en el hallazgo de Cranston, en los años 20 varios grupos de investigación analizaron concienzudamente minerales de torio en busca del elemento 87, sin éxito. Ahora sabemos que ello se debió a que la vida media del isótopo 224 del eka-cesio es de sólo 2 minutos.

El Fr-223 en el cuaderno de Marguerite
En 1939 (en concreto el 7 de enero) Marguerite se dio cuenta de que el actinio, que es isotópico con el mesotorio 2, también presentaba una desintegración por dos rutas. Visto desde la perspectiva actual diríamos que los isótopos 228 (llamado mesotorio 2) y 227 del actinio pueden desisntegrarse de dos maneras, alfa y beta; en la desintegración alfa el isótopo 228 da lugar a eka-cesio-224 (teorizado por Soddy) y el 227 a eka-cesio-223, con el que trabajaría Marguerite.

A diferencia del eka-cesio-224, el eka-cesio-223 tiene una vida media de 20 minutos, suficientes para que una química experta en el laboratorio lo pueda caracterizar. Marguerite descubrió que, tal y como predijo Mendeleev, se comportaba como un metal alcalino, del primer grupo de la tabla periódica. Marguerite acaba de descubrir el último elemento natural que quedaba para completar la tabla de Mendeleev de 92 elementos. En los años 40 Coryell y Segrè obtuvieron artificialmente el prometio (61) y el astato (85).

Marguerite a sus poco más de treinta años tenía un resultado equiparable al de su mentora, Marie Curie. Los miembros del instituto estaban entusiasmados con él y pensaron que lo ideal sería que Marguerite lo presentase como su tesis doctoral, tal y como Marie había hecho con el radio. El problema no sólo era que Marguerite no tuviese un título universitario, es que no tenía ni el bachillerato, requisito imprescindible para entrar en la universidad. En el Instituto decidieron apartarla de todas las tareas de laboratorio y le consiguieron una beca para que pudiese asistir a la Sorbona a estudiar. Asistió al preparatorio de medicina para poder tener acceso a una titulación superior y después a módulos de química, biología y fisiología que la universidad consideró equivalentes a una licenciatura (el caso de Marguerite fue excepcional en todos los sentidos).

Finalmente el 21 de marzo de 1946, Marguerite presentaba su tesis L'élément 87: Actinium K . Su última frase recogía el privilegio del descubridor: “El nombre Francio, Fa, se propone para el lugar 87” (hoy día el símbolo del francio es Fr).

Marguerite no consiguió el reconocimiento del Nobel, pero si abrió unas puertas que ni siquiera Marie Curie pudo abrir: en 1962 se convirtió en la primera mujer elegida miembro de la Academia de Ciencias de París. Como dijo Irène al terminar Marguerite la defensa de su tesis: “Hoy mi madre se habría sentido feliz”.

Tomado de:

Experientia Docet

10 de enero de 2012

Las respuestas de Hawking sobre el futuro de la humanidad

Stephen Hawking

Para celebrar sus 70 años, el físico y profesor Stephen Hawking respondió a una selección de preguntas enviadas por los oyentes de Radio 4 de la BBC.

Los temas iban desde los orígenes del Universo hasta las posibilidades de vida extraterrestre. También lo consultaron sobre el impacto que podría tener en la teoría de la relatividad de Einstein la confirmación de que los neutrinos viajan más rápido que la luz.

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Parece claro que el profesor Hawking cree que tendremos que colonizar el espacio si queremos evitar la catástrofe, pero es optimista sobre las perspectivas de establecer colonias autosuficientes en Marte y cree que la especie humana eventualmente se extenderá más allá de los confines más lejanos del universo.

Encontrar vida inteligente en otra parte del universo, explicó, sería el descubrimiento científico más grande de la historia, pero no es optimista sobre las consecuencias que pueda tener ese encuentro.

Orígenes del universo

1. ¿Hubo un "tiempo" en el que había "nada"? - Roland, Lagos, Nigeria

Tiempo

El origen del Universo puede ser explicado por las leyes de la física, sin ninguna necesidad de milagros o intervención divina.

Estas leyes indican que el Universo fue espontáneamente creado de la nada en un estado de rápida expansión.

A esto se lo llama inflación porque es como cuando los precios suben en los comercios a un ritmo siempre creciente.

El tiempo es definido sólo con el Universo, por eso no tiene sentido hablar de tiempo antes del comienzo del Universo, sería como preguntar por un punto ubicado al sur del Polo Sur.

¿Más rápido que la luz?

2. ¿Cuál será el impacto en la teoría de la relatividad de Einstein si se confirma que los neutrinos son capaces de viajar más rápido que la velocidad de la luz? - David Pointon, Maidstone, Inglaterra

Experimento con neutrinos

La teoría de la relatividad de Einstein predice que nada puede viajar más rápido que la luz.

En consecuencia si el experimento Ópera es correcto y los neutrinos realmente viajan más rápido que la luz, entonces la teoría de la relatividad está equivocada.

Sin embargo, no creo en los resultados de Ópera, porque ellos discrepan con la detección de neutrinos de la supernova SN1987A.

¿Universo múltiple?

3. Algunas personas sostienen la hipótesis de que lo que llamamos Universo puede que sea uno de muchos universos. ¿Hay alguna forma concebible en la que podamos alguna vez detectar y estudiar otros universos en caso de que sí existan? ¿Es eso posible? - Tobby North, Essex, Reino Unido

Universo

Nosotros apostamos por la teoría M [una extensión de la teoría de cuerdas].

Una de las predicciones de la teoría M es que hay muchos universos diferentes, con valores diferentes para las constantes físicas.

Esto podría explicar por qué las constantes físicas que medimos parecen estar afinadas de acuerdo a los valores necesarios para que exista la vida.

No es sorpresa que observemos las constantes físicas bien afinadas.

Si no lo estuvieran, no estaríamos aquí para observarlas.

Una forma de verificar esto sería buscar características en la radiación de fondo de microondas que indicasen la colisión de otro universo con el nuestro en un pasado lejano.

Colonizando el espacio

4. ¿Cree que la especie humana sobrevivirá a todos los potenciales desastres y eventualmente colonizará las estrellas? - Matt Dotchon, Cardiff, Reino Unido

Superficie de Marte

Es posible que la especie humana se extinga, pero no es inevitable.

Pienso que es casi seguro que un desastre tal como una guerra nuclear o el calentamiento global pueda ocurrir en la Tierra dentro de unos mil años.

Es esencial que colonicemos el espacio.

Creo que eventualmente estableceremos colonias autosuficientes en Marte y en otros cuerpos del sistema solar a pesar de que probablemente no lo hagamos en los próximos 100 años.

Soy optimista de que el progreso en la ciencia y la tecnología eventualmente le permitirá a los seres humanos desparramarse más allá del sistema solar y más allá de los confines del Universo.

Contacto extraterrestre

5. ¿Qué impacto cree que tendrá en la humanidad si Kepler 22-b (un planeta similar a la Tierra encontrado por la Nasa con el Telescopio Espacial Kepler) realmente tiene vida? CazCarpSnail vía Twitter

Alien

El descubrimiento de vida inteligente en el universo sería el mayor descubrimiento científico.

Pero sería muy riesgoso intentar comunicarse con una civilización extraterrestre.

Si los extraterrestres decidieran visitarnos, las consecuencias podrían ser similares a cuando los europeos llegaron a América.

No resultó bien para los americanos nativos.

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Fuente:

BBC Ciencia

10 cosas que no sabías de Stephen Hawking

Stephen Hawking

No es necesario ser un experto científico para que la figura del genio Stephen Hawking te atraiga. Muchas personas lo han visto por la televisión y jamás se han preguntado nada sobre él. ¿Ha sido siempre tan brillante?¿Cómo era antes de su enfermedad?¿Ha conocido el amor?¿Tiene hijos? En el siguiente artículo intentaremos desvelar algunos de las curiosidades más interesantes de este misterioso personaje.

10.- Lo primero que hay que conocer de Stephen Hawking es que ya desde pequeño sus compañeros veían en él a un genio al que apodaron “Einstein”. Este hecho no viene debido a su impresionante expediente académico, ya que era un estudiante vago y mediocre, sino por su personalidad. La principal preocupación de su padre en esta etapa era motivarle para que consiguera la beca para Oxford, ya que no podían pagárle los estudios. Finalmente la consiguió.

9.- Aborrecía la biología. Lo que realmente le interesaba desde joven eran las matemáticas. Sin embargo, ya que Oxford no tenía una especialidad en esta materia, decidió escoger física, alejándose de la visión subatómica para centrarse en la cosmología.

8.- Formó parte del equipo de remo de la universidad. Esta actividad le ayudó a combatir la soledad y la depresión de su primer año en Oxford. Su función en el equipo fue la de timonel, ya que su complexión, antes de la enfermedad, no era la de un atleta. Aunque le ayudó a ser más popular le restó tiempo de estudio, ya que entrenaban 6 tardes por semana, lo que le llevó a afilar su ingenio para completar las prácticas de laboratorio.

7.- Cuando le descubrieron la enfermedad a la edad de 21 años le vaticinaron pocos años de vida, ayer cumplió los 70. Los primeros síntomas de torpeza de movimientos llevaron a su familia a obligarle a ver a un doctor. Tras diagnosticarle esclerosis lateral amiotrófica (ALS) cayó en una depresión que pudo superar gracias al apoyo de su reciente novia Jane Wild que afirmó haberse sentido atraida por su “sentido del humor y su personalidad independiente”. Su compromiso le dio “algo por lo que vivir”

6.- Ayudó a crear, junto con Jim Hartle, la teoría del universo sin límites. Según su ejemplo el universo es como la Tierra, no puedes encontrar un punto en el que termine. Sin embargo, la superficie de la Tierra tan sólo tiene 2 dimensiones mientras que el espacio tiene 4.

5.- Perdió una apuesta sobre los agujeros negros. Los agujeros negros se forman cuando las estrellas se apagan pero mantienen su poderosa gravedad. Esto produce una absorción de la que ni la luz puede huir. Según Hawking nada de lo que quedara atrapado por el agujero negro escapaba. Finalmente rectificó al demostrarse que los agujeros negros emitían radiación en la que la información de cuerpos absorvidos anteriormente está presente.

4.- Aunque no cuenta con ningún premio Nobel cuenta con númerosas distinciones entre los que hay por lo menos 12 menciones honoríficas que sólo científicos de la talla de Newton han conseguido.

3.- Es el autor, junto con su hija Lucy Hawking, del libro para niños “George’s Secret Key to the Universe.” Este libro enmarcado en una trilogía narra las aventuras del pequeño George y sus viajes a través del espacio. Con este libro se trata de hacer comprensibles y atractivos los conceptos científicos para los niños.

2.- Cree en la posibilidad de la existencia de Aliens. Aunque afirma que la existencia de vida inteligente es poco común no descarta que algún día pudieramos entrar en contacto con alguna nueva civilización.

1.- Ha experimentado la gravedad cero por medio del Gravity Corp y ha realizado un viaje sub-orbital con Richard Branson’s en el Virgin Galactic. Más allá de entrar en ligero contacto con el campo que estudia, Hawking ve el espacio como el mundo que el ser humano tendrá que colonizar una vez salga de la Tierra.

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Opiniòn On Line

17 de octubre de 2011

¿Cómo hacer un tornillo de Arquímedes?

Una de las formas más antiguas que se conocen para transportar líquidos y fluidos viscosos desde zonas bajas a zonas altas, es el conocido tornillo sinfín o tornillo de Arquímedes. Este mecanismo logra utilizar conceptos de hidráulica y transporte de fluidos para poder realizar el trabajo, que actualmente realizan las bombas de agua. En este artículo, veremos cómo hacer un tornillo de Arquímedes de forma sencilla que nos podrá servir para realizar experimentos de manejo de fluidos, presentarlo como un proyecto de ciencias, o modificarlo para utilizarlo como sistema de bombeo de agua u otro fluido.

Tornillo de arquimedes

Materiales

- Un eje que puede ser de madera o de metal, preferiblemente si cuenta con una manivela.

- 1 botella de plástico.

- 1 tubo de plástico (manguera).

- 2 recipientes.

- Agua.

Armando nuestro tornillo de Arquímedes

El primer paso para construir nuestro tornillo de Arquímedes, es tomar la botella de plástico y fijar dentro de ella el eje que tengamos a la mano. Es recomendable, que sea una botella angosta en la cual el eje quede prácticamente fijo, de manera que logremos crear una especie de funda protectora sobre el eje para evitar que este se pudra o se oxide.

Tornillo de arquímedes

Si el eje cuenta con una manivela, mejor. En el caso que no la tenga, podemos crear una especie de palanca fijando un par de trozos de paletas de helado o listones de madera, logrando que el cilindro gire sobre su eje.

Ahora, es momento de pegar la manguera (tubo de plástico tipo laboratorio) con ayuda de un pegamento extra fuerte alrededor del cilindro recién creado desde la base hasta la cercanía de la manivela. De esta manera, podremos crear una especie de surco similar al de un tornillo.

Tornillo sinfin

Nuestro tornillo sinfín ya está listo, es momento de probarlo. Para hacerlo, debemos llenar un recipiente con agua y colocar la base del tornillo de Arquímedes dentro de este recipiente. Una vez hecho esto, colocamos un recipiente vacío a una altura en donde pueda llegar la parte superior del cilindro con una inclinación. Ahora, debemos mover la manivela y podremos ver como el agua sube por el interior de la manguera hasta el recipiente vacío.



Conozca más sobre Arquímedes:



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Cómo Hacer

28 de septiembre de 2011

Albert Einstein según su nieta Evelyn: “Era un mujeriego y un libertino”

Dibujo20090908_Einstein_enjoying_young_women_around

Sobre Einstein se ha escrito mucho. Con motivo del año internacional de la Física la FECYT publicó la Unidad Didáctica “La Huella de Einstein,” Ramón Núñez et al., 2005 [PDF descarga gratuita 4,64 MB]. La he releído y me ha parecido interesante extraer algunos párrafos.

“La gente cree que soy un santo o un huevo sin cáscara y no soy ninguna de las dos cosas, gracias a Dios”, Einstein.

Einstein demostró su afición a la compañía femenina, desde bien temprano, gozando de cierto éxito entre las jovencitas de su entorno, pero la gran eclosión del Einstein mujeriego y libertino se produjo a sus cuarenta años, cuando la fama mundial le convirtió en una superestrella mediática tan conocida como cualquier actor de Hollywood y, por consiguiente, en el objeto del deseo de muchas féminas, primero en Berlín y luego en EEUU. Todo ello para desgracia de Elsa, ya convertida en su segunda esposa, con quien inició un romance en 1912, a los 33 años, cuando su primer matrimonio con Mileva ya estaba condenado. Elsa tuvo que soportar las numerosas infidelidades de su marido, quien ni siquiera se molestaba en disimular sus aventuras y no se privaba de acudir a conciertos o pasear con alguna de sus numerosas amigas. Esta actitud dio lugar a situaciones tan “incómodas” como la que tuvo lugar en 1928, cuando a punto de cumplir 50 años y para recuperarse de sus problemas de salud, Einstein acudió a un balneario acompañado de su esposa, su hijastra, su secretaria y la que en aquella época era su amante: una rica viuda judía berlinesa llamada Toni Mendel.

Einstein dejó un reguero de aventuras casuales y algunas pocas más duraderas, aunque intermitentes, pero siempre evitó comprometerse, fiel a su filosofía de que los lazos afectivos no se interpusiesen entre él y su amante más fiel: la física. Para Einstein “el matrimonio es un intento fracasado de hacer algo duradero de un incidente”, “el matrimonio es la esclavitud con vestimenta cultural”, y “seguramente el matrimonio fue inventado por un cerdo antipático”.

¿Por qué Einstein se casó por segunda vez con su prima Elsa? Por su talento para cuidarle y proporcionarle la paz y tranquilidad que necesitaba para desarrollar su trabajo, lo que le convenció de las ventajas que le reportaría contar con ella a tiempo completo. Einstein consiguió el divorcio de Mileva, que había solicitado en 1916 y en cuyo proceso tuvo que confesar infidelidades y peleas, en febrero de 1919, y en junio contraía segundas nupcias con Elsa. Junto a Elsa se sentía cómodo y, sobre todo, muy bien cuidado; lo que no le impidió salvaguardar su independencia, disponiendo de un espacio propio al que ella no podía acceder y manteniendo habitaciones separadas. Elsa aceptó esta situación y el matrimonio resultó mucho más tranquilo, y en cierto sentido feliz, que el primero. Su unión duraría hasta la muerte de Elsa, en 1936.

¿Qué tipo de mujeres atraían a Einstein? Para responder a esta cuestión, nada mejor que preguntar a sus allegados. Según Janos Plesch, médico y amigo íntimo de Einstein: “En la elección de sus amantes no hacía grandes distinciones, pero se sentía más atraído por una rotunda hija de la naturaleza que por una sutil mujer de sociedad”. Peter, hijo de Janos, todavía es más descriptivo y posiblemente algo exagerado: “A Einstein le chiflaban las mujeres y cuanto más vulgares, sudorosas y malolientes eran, mejor”.

Os animo a todos a leer la Unidad Didáctica sobre Einstein coordinada por Ramón Núñez. Para abriros más aún la boca, aquí os presento lhttp://www.blogger.com/img/blank.gifa foto original (no recortada) de Einstein sacando la lengua (en un coche junto a Elsa y el director del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton).

Dibujo20090908_Einstein_tongue_show_original_photograph



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Francis Science News

13 de julio de 2011

Da Vinci, también geólogo

Leonardo Da Vinci demostró ser uno de los hombres más inteligentes de su tiempo con sus grandes investigaciones, además de uno de los pintores más célebres de todos los tiempos. Fue capaz de imaginar el helicóptero en el Renacimiento, demostró técnicas muy avanzadas para su época y además demostró conocimientos de geología propios del siglo XX.

En muchos de sus cuadros, como “La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana” aparecen reflejados estratos sedimentarios, organizados en capas horizontales. Hoy en día se sabe que las capas que forman el suelo se acumulan progresivamente y que se puede asociar una capa determinada a una época concreta. Pero Leonardo parece que fue uno de los primeros en considerarlo.

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Pero esta investigación no apareció reflejada solo en sus cuadros. Además, recogió un gran número de observaciones y explicaciones sobre estos fenómenos en el Códice Leicester. En este texto aparecía información sobre paleontología y paleoecología, la disciplina responsable de reconstruir los ecosistemas y las relaciones entre especies en el pasado remoto.

En el Renacimiento la teoría de la evolución ni siquiera había sido imaginada. Pero por sus escritos, Leonardo no compartía ninguna de las dos principales corrientes de pensamiento que regían entonces.

La primera relacionaba todo lo perteneciente a los fósiles con el diluvio universal. Da Vinci observó que las conchas de los bivalvos (organismos como las almejas o los mejillones) no están cementadas en vida, sino unidas por un cartílago que se degrada al morir dicho animal. Por tanto, si las conchas aparecían juntas en un fósil, es porque el animal fue enterrado en vida. En cambio, si aparecían separadas era resultado de un transporte después de muertos. Si el diluvio hubiese sido responsable jamás aparecerían juntas.

La segunda filosofía se basaba en el pensamiento neoplatónico. Según ésta, los fósiles no eran restos de animales, sino que pertenecían al reino mineral. Se formaban, de forma "mágica", creciendo en el interior de la tierra conforme a una idea universal que determina la forma de la fauna y flora. Leonardo observó que los fósiles marinos aparecían en zonas con estratos claramente relacionados con un ambiente anterior oceánico. Además, los fósiles suelen agruparse, del mismo modo en que aparecen juntas las conchas de distintos animales movidos por las mareas.

Además, cabe sumarle sus estudios de esclerocronología, la investigación de las periodicidades de crecimiento. Los anillos de los árboles y las líneas de crecimiento de las conchas de los animales nos pueden dar su edad, una práctica muy común en la paleobiología actual, pero totalmente novedosa en el Renacimiento. Y el que los fósiles tuviesen edad, relacionada con las estaciones sobre la tierra, dejaba claro que no crecían bajo ella.

Sin duda, las investigaciones de Leonardo nunca dejan de sorprender. Incluso como geólogo, razonaba como un científico de principios del siglo XX.





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Ya me lo sé

4 de julio de 2011

Nikola Tesla, el hombre que diseñó un mundo eléctrico

La tecnología creada por el inventor fue la única capaz de iluminar grandes ciudades. Su autobiografía, publicada por primera vez en castellano, muestra una vida de novela.

"El presente es de ustedes, pero el futuro, por el que tanto he trabajado, me pertenece". Con estas palabras se resume la vida del que fue uno de los inventores más importantes e influyentes de principios del siglo XX, Nikola Tesla. Megalómano y de personalidad excéntrica, este visionario de origen serbio ha sido castigado por la historia y su vago recuerdo permanece injustamente relegado al rincón de los científicos locos.

Muchas de las importantes contribuciones de este físico al desarrollo de la humanidad han pasado desapercibidas para el gran público. Criticado por algunos de sus contemporáneos por no ofrecer dispositivos de utilidad práctica, sus grandes inventos han acabado imponiéndose con rotundidad.

A finales del siglo XIX desarrolló los principios de la radio, adjudicada al italiano Marconi pero reconocida como creación suya por el Tribunal Supremo de EEUU poco después de su muerte. Considerado el padre de la industria eléctrica, estableció las bases para el uso de la corriente alterna después de luchar contra Edison, firme defensor de la corriente continua, en lo que se conoce como la guerra de las corrientes. También fue uno de los promotores del radiocontrol y muchas de sus ideas, como la transmisión de energía eléctrica sin cables, siguen inspirando proyectos en la actualidad.

El genio olvidado

En un esfuerzo por preservar su memoria y rehabilitar su imagen, la editorial Turner Noema acaba de presentar su autobiografía, publicada por primera vez en castellano. El texto de Tesla ha sido prologado por el periodista Miguel Ángel Delgado, quien se presenta a si mismo como "tesliano". Para el escritor, su importancia queda fuera de toda duda. "Sin él, sin sus inventos, el mundo no sería como lo conocemos", afirma. "Diseñó un mundo basado en la electricidad ¿cómo es posible que haya desaparecido del imaginario colectivo?".

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Público (España)

27 de enero de 2011

¿Qué inventó Lewis Carroll?

¿Quién fue Lewis Carroll?

(Charles Lutwidge Dogson; Daresbury, Reino Unido, 1832-Guildford, id., 1898) Lógico, matemático, fotógrafo y novelista británico. Tras licenciarse en el Christ Church (1854), empezó a trabajar como docente y a colaborar en revistas cómicas y literarias, adoptando el seudónimo por el que sería universalmente conocido. En 1857 obtuvo una plaza como profesor de matemáticas, y cuatro años después fue ordenado diácono. Más información aquí.

Además de escritor y profesor de matemáticas, Lewis Carroll (seudónimo de Charles Lutwidge Dodgson), el autor de Alicia en el País de las Maravillas, fue un original inventor. Entre sus creaciones más ingeniosas destaca el nictógrafo, una tabla de notas nocturna con un alfabeto propio que permitía anotar cosas en la oscuridad, por si la inspiración llegaba de noche.

Carroll también trabajó en un diseño de un juego de mesa compuesto por letras que debían organizarse para formar palabras sobre un tablero tipo ajedrez, que se considera el origen del moderno Scrabble.

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Muy Interesante

15 de noviembre de 2010

Mario Capecchi, el niño de la calle que llegó a Premio Nobel


“No queda claro si las experiencias de mi infancia ha contribuido a mis éxitos o si estos logros han sido obtenidos a pesar de ellas”, respondió Capecchi en 1996 en Japón al recoger el premio Kyoto en Ciencia Básica.

Capecchi vino al mundo un 6 de octubre de 1937 en la ciudad italiana de Verona. Su padre Luciano era un aviador. Su madre, Lucy Ramberg, una poetisa norteamericana perteneciente a una familia de artistas que, tras conocer, a Luciano se mudó a Italia. Allí pasó a formar parte de un grupo de artistas llamado “Los Bohemios”. Viajaba mucho y había dado clases en la universidad de la Sorbona en París.

En un comienzo, la pareja llevaba una vida plácida, pero la cosa cambiaría después de la aprobación de las “Leyes Raciales”. La madre, que hasta entonces no se había implicado en política, comenzó a escribir y repartir panfletos antifascistas y contra los alemanes. Paralelamente, el padre fue llamado a filas y partió hacia África para integrarse en una unidad de artillería antiaérea.

Antes de partir para África, el padre de Mario, consciente que era más que probable que el espíritu rebelde de su mujer le acabara trayendo problemas con las autoridades, acordó con una familia de campesinos de Bolzano que, a cambio de una cantidad de dinero, si su mujer era detenida, ellos se hicieran cargo del hijo de ambos. En otras versiones de la historia es la propia Lucy, la que decide vender todo lo que tiene y con el dinero que obtiene hace un trato con la familia.

En cualquier caso, los temores se vieron cumplidos un día de 1941, cuando Lucy fue arrestada por agentes de la Gestapo y, a los pocos días, deportada al campo de concentración de Dachau. Mario tenía entonces sólo tres años y medio. Afortunadamente, gracias a la previsión de su padre, o de su madre, el pequeño Mario no quedó tirado en la calle. Tal como habían acordado, la familia de Bolzano se hizo cargo de él.

Todo fue bien durante el primer año, pero entonces lo echaron de casa. Capecchi no entiende ni recuerda que fue lo que sucedió, tampoco ha sobrevivido nadie que pueda aclararlo. Tal vez, se les acabara el dinero, tal vez, fueran otros los motivos, pero con apenas cuatro años y medio, Mario tuvo que buscarse la vida por su cuenta. Su padre, estaba desaparecido en combate, y su madre, si es que vivía, estaría en el campo de Dachau.

Capecchi comenzó a vagar por la carretera que unía Bolzano con Verona y acabó uniéndose a varias pandillas de niños que estaban en su misma situación. Sin adultos que cuidaran de ellos, el grupo se las arreglaba para comer de lo que iban pillando en los caseríos y en las ciudades por las que pasaban. El propio Mario no lo oculta, eran una banda de ladronzuelos, tampoco es que tuvieran otra salida. Iban de un lugar para otro y se escondían donde podían para evitar ser atrapados. Su única preocupación era la de sobrevivir un día más. Durante este tiempo, Capecchi pasó por unos cuantos orfanatos, de los que se acababa escapando.

Pero las cosas se pusieron aún más feas para el pequeño Mario cuando un día comenzó a sentirse mal. Mario no recuerda muy bien lo que pasó, pero de repente un día de 1945 se encontraba en el pasillo del hospital de la ciudad de Reggio Emilia. Afortunadamente, parecía que algún buen samaritano lo había recogido de la calle y lo había llevado hasta allí. Padecía tifus y habría muerto de no haber sido tratado a tiempo por los médicos del hospital.

Su salud mejoraba, pero, sin padres, su futuro continuaba siendo incierto. Reconoce que varías veces se le pasó por la cabeza escaparse del hospital, como antes lo había hecho de los orfanatos. Pero, afortunadamente para Mario, esta vez la debilidad y las fiebres se lo impidieron. Aunque él casi no podía ni imaginarlo, un día de 1946, en la habitación de aquel mismo hospital iba a recibir una visita que cambiaría para siempre su vida, la de una mujer que él creía muerta, su madre. La sorpresa fue mayúscula para ambos.

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Amazings

16 de octubre de 2010

La vida secreta del alquimista Sir Isaac Newton

Uno de los más grandes científicos de la humanidad dedicó lo mejor de su tiempo a la alquimia, en la cual basó su descubrimiento de la gravedad y las leyes de movimiento universal.

El New York Times publica un artículo sobre el trabajo nocturno de Sir Isaac Newton: la alquimia, su verdadera pasión de vida. Newton, quien descubrió las leyes universales del movimiento, la atracción gravitatoria, las propiedades espectrales de la luz y coinventó el cálculo, también escribió más de un millón de palabras sobre la alquimia -las cuales guardaron el silencio místico del artista de la Piedra Filosofal o Manzana del Sol- sin ser publicadas por la Royal Society, que consideró demeritaban la institución científica que construiría alrededor de la interpretación reduccionista, meramente mecáncia -desdiosada- de la obra de Newton.

El artículo del New York Times está inspirado en el trabajo del profesor de historia y filosofía William Newman y sus indagaciones en la opus hermética newtoniana. Básicamente el mainstream de la ciencia, se pregunta como una de sus divinidades, junto con Einstein, pudo haber dedicado lo mejor de su tiempo lo que llama una seudociencia totémica. Incluso preguntándose si Newton no había padecido un envenenamiento de la razón, expuesto en demasía al mercurio. Y aunque la visión de Newman es más moderada: sostiene que era natural que en la época de Newton (1642- 1726) se creyera en los postulados de la alquimia, aún refinada la razón, no deja de ser ridícula y sintomática del dogma que la misma ciencia acusa en las disciplinas como la alquimia o la astrología. La ciencia con todo su oropel , autodesignada como la vanguardia del conocimiento humano, aún de forma ignorante sostiene que la alquimia se trata de transmutar una serie de elementos en otros elementos más valiosos, como si estuviera buscando obtener ganancias económicas, y no reconoce lo evidente, que la alquimia, es también un arte, sin dejar de ser una ciencia, y se envuelve en el simbolismo como espejo del lenguaje luminoso del universo.

Newman expone que en el tiempo de Newton existían bases teóricas para creer que la materia podía ser reconfigurada en sustancias más deseables, alimentando el sueño de convertir metales como el plomo en oro. Y le da una aplicación a la alquimia, según este estudioso del trabajo de Newton, su descubrimiento de que la luz blanca está compuesta de una mezcla de rayos de colores y de que un rayo de sol puede ser descompuesto en un prisma iridiscente, se deben a su trabajo con los corpúsculos, dividiendo la materia, la química, antecedida por la alquimia.

Pero nosotros iríamos mucho más allá: el descubrimiento de las leyes de la gravedad, también nacen del cuerpo hermético de la alquimia, tradición del gnosticismo, que Newton conocía como atestigua su propia tradición de la tabla esmeralda de Hermes. Específicamente de lo que en el hermetismo, como es enunciado en textos como el Kybalion, se conoce como la ley de atracción y repulsión, que rige el movimiento universal. Asimismo la armonía de las esferas, de Pitágoras, el ocultista iniciado en la arcana egipica, es una clara influencia en las leyes del movimiento del universo newtoniano. La influencia del alquimista suizo en la Royal Society, de la cual Newton era miembro, ha sido documentada. La historia pop nos dice que Newton descubrió esto cuando le cayo una manzana, y sin embargo, un hombre que vivió 85 años dedicado con una disciplina inexorable, casi en un rapto místico, lejos de las distracciones de la carne, ciertamente lo había suscitado por su propio estudio y llamad, avizorando las leyes transparentes del Gran Arquitecto Cósmico, que en el universo mecánico de Newton era quien daba cuerda con sus armonía celeste al mundo.

El silencio de Newton puede ser justo lo que más nos diga sobre su obra alquímica, recordemos que Sir Isaac nació el 25 de diciembre, bajo el signo de Saturno, el guardián de la puerta de oro, dador del humor melancólico, el sello del alquimista que labra la piedra de su cuerpo para transmutarlo en espíritu. Durante su vida uno de sus grandes intereses fue el Templo de Salomón (la logia masónica de la Universidad de Cambrdige lleva el nombre de Newton), la empresa fundamental de reconstrucción masónica -la nave cósmica del espíritu- y, también, la interpretación de la Biblia y del Apocalipsis.

Conozca más sobre la vida de Newton en la siguiente presentación:



Conocer Ciencia: Ciencia sencilla, ciencia divertida, ciencia fascinante...

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Jornada On Line

6 de octubre de 2010

Joseph Priestley: el descubridor del oxígeno


A los 16 años ya dominaba el griego, el latín y el hebreo. Después decidió aprender por su propia cuenta francés, italiano y alemán. Una vez hubo terminado sus estudios, intentó satisfacer a su familia probando suerte en el sacerdocio, pero su mente despierta le hizo compaginarlo con el mundo académico. Al conseguir un puesto como profesor de idiomas abandonó por completo el sacerdocio trasladándose a Warrington. Para aquel entonces Priestley ya estaba bien entrado en la veintena y no había mostrado ningún interés por la ciencia.


I: Joseph Priestley por Ellen Sharples (1794)

Fue en Warrington donde Priestley conoció a John Seddon, quien consiguió despertar en él un creciente interés por los temas científicos. De hecho, gracias a Seddon, se embarcó en un proyecto para escribir la historia de la electricidad. La gran ambición de Priestley en su proyecto y la ausencia de personas cualificadas en Warrington le motivaron a hacer periódicos viajes a Londres, donde tuvo la suerte de conocer a influyentes experimentadores científicos de la talla de John Canton, William Watson, y Benjamin Franklin.

El hecho de saber poco acerca de la electricidad, no le amedrentó lo más mínimo, y gracias a su sinceridad se ganó el fuerte apoyo de Franklin. Éste animó a Priestley a continuar con su proyecto, ayudándole con todos sus conocimientos sobre la electricidad. El resultado final fue publicado en 1776 bajo el título “The History and Present State of Electricity”, siendo uno de los libros sobre electricidad más fiables de la época.


II: The History and Present State of Electricity

Pero si por algo pasó a la historia Joseph Priestley no fue por este gran libro, sino por uno de los muchos experimentos en los que empleaba su tiempo libre. El 1 de Agosto de 1774, decidió ver qué ocurriría si extraía aire del mercurio calcinado. Siguió la misma rutina que había establecido con experimentos anteriores sobre aires, primero bañando la sustancia con la luz del sol, intensificada con su lupa, hasta calentarla lo suficientemente como para emitir gas. Después añadió agua para ver si se disolvía, pero no lo hizo.

Hasta ese momento nada parecía fuera de lo normal, hasta que Priestley se percató de que si introducía una vela encendida en el recipiente donde se encontraba el aire, la llama de la vela se quemaba de una forma extraordinariamente vigorosa. Priestley sabía que había descubierto un gas, pero aún no era del todo consciente de qué era lo que tenía exactamente entre manos. Tras muchos meses dando vueltas a la posible utilidad del gas recién descubierto, repitió de nuevo el experimento con la intención de exponer directamente a un ser vivo a él.


III: Equipamiento utilizado por Priestley en sus experimentos con gases

En marzo de 1775, introdujo un ratón adulto en un aparato de cristal lleno del aire procedente del mercurio calcinado. Su primera hipótesis fue que el ratón no sobreviviría más de quince minutos, el tiempo que tardara en agotarse el aire. Pero su sorpresa fue máxima al comprobar que el ratón se mantuvo consciente una hora y media, resultando el aire descubierto tan bueno o mejor que el aire común respirado por animales y humanos.

Con sus experimentos sobre la mesa, Priestley dio por hecho en seguida que este aire que había descubierto se trataba el responsable de la respiración de los humanos y animales, así como de la combustión. Pero pese a esto, los conocimientos limitados de química de Priestley le jugaron una mala pasada en los razonamientos, haciéndole pensar que el aire descubierto se trataba de aire deflogisticado.


IV: Átomo de Oxígeno

No fue hasta que los experimentos de Priestley llegaron a Antoine Lavoisier a finales de 1775 cuando todo comenzó a tomar un poco más de sentido. Lavoisier repitió los experimentos de Priestley y ante los resultados no tuvo duda de que el aire descubierto no era aire deflogisticado, sino el “principio activo” de la atmósfera. Con una serie de experimentos demostró que este aire se encontraba en el aire común en una proporción del 20%, y demostró que era el culpable de la combustión, la oxidación y la respiración. Finalmente, le dio el nombre de oxígeno en 1789.

Todo esto sitúa a Priestley como el hombre que descubrió el oxígeno, ¿pero realmente lo pretendía con su experimento? La realidad es que no. Como el mismo confesó años después de su descubrimiento, fue un mero golpe de suerte:

Sé que no esperaba lo que sucedería realmente. Por mi parte, reconoceré con franqueza que, al inicio de los experimentos […] me hallaba tan lejos de haber formulado ninguna hipótesis que condujera a los descubrimientos que hice al realizarlos, que me hubieran parecido muy improbables si me lo hubieran dicho; y cuando finalmente los hechos decisivos se me hicieron manifiestos, fue muy lentamente, y con gran vacilación, que me rendí ante la evidencia de mis sentidos.



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Recuerdos de Pandora

16 de septiembre de 2010

Yuri Gagarin

Lugar de aterrizaje de Yuri Gagarin, Engels, URSS.

El lugar donde Rita, su mamá y una vaca vieron bajar a un señor bajito del cielo (imagen de 1967).

Érase una vez una niña de seis años que se llamaba Rita. Rita vivía con sus papás en una granja colectiva a orillas de un río muy, muy grande, no lejos de un lugar llamado Engels. El papá de Rita era guardabosques y su mamá, que se llamaba Anna Akimova, se dedicaba a cuidar el ganado. Esta mañana, Rita había salido con su mamá para llevar a una vaca a pastar en los campos cercanos. Hacía un día muy bonito, con un cielo muy azul. Se acercaba ya el mediodía y el sol brillaba con fuerza, aunque era el mes de abril y aún hacía un poco de frío. De pronto, Rita señaló a lo alto y anunció:

–¡Mira, mamá! ¡Hay un señor que baja del cielo!

La mamá de Rita quiso decirle que no fuera tan fantasiosa (porque la verdad es que Rita, a veces, era un poquito fantasiosa); pero miró de reojo al punto donde señalaba la niña. Y entonces, ella también lo vio. Había, en efecto, un señor con un mono naranja y un casco blanco que bajaba del cielo en paracaídas. Anna y Rita se quedaron un poco pasmadas, viéndole descender en los campos cercanos. Y cuando el señor del mono naranja echó a andar hacia ellas arrastrando su paracaídas, la mamá de Rita la agarró con fuerza y ambas retrocedieron un poco asustadas. No hacía tantos años que terminó la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría estaba ya en su pleno apogeo y podía ser que los señores que bajan del cielo no trajeran buenas intenciones. Aunque, para ser espía o soldado enemigo, este tipo era más bajito que los de las películas. Y sonreía, como si estuviera inmensamente feliz. Además, en el casco blanco que llevaba ahora en la mano ponía “CCCP“: el acrónimo de su país.

Entonces, el señor bajito del mono naranja que había bajado del cielo les gritó:

Yuri Gagarin tras su aterrizaje

Anatoly Lugansky tomó esta fotografía, una de las primeras de Yuri Gagarin tras su aterrizaje junto al Volga, cerca de Engels.

–¡Eh, no tengáis miedo! ¡Soy soviético, como vosotras! ¡Vengo del espacio y tengo que encontrar un teléfono para llamar a Moscú!

El señor bajito del mono naranja, un joven de veintisiete años que resultó ser muy alegre y simpático, se llamaba Yuri Alekseyevich Gagarin. Era el 12 de abril de 1961, cerca del mediodía, hora de Moscú. Y lo más cañero de todo es que decía la verdad: acababa de regresar del cosmos con una nave espacial llamada Vostok-1, que tomó tierra automáticamente a alguna distancia de allí. ¡Esto era una cosa para contar mañana en el cole!

Rita y su mamá le llevaron a la granja colectiva, charlando amistosamente (aunque, la verdad, mamá no se acababa de creer mucho su historia). Mientras el supuesto kosmonavt hablaba por teléfono, alguien dijo que había oído en la radio un rato antes algo sobre el asunto este. Que el tipo era un héroe, el primer hombre en viajar al espacio, una cosa del otro mundo. Entonces, empezó una especie de locura colectiva, mucho más que cuando el Sokol de Saratov ascendió a segunda división. La gente se hizo fotos con él y se lo llevaron en un camión hacia la cercana base aérea de Engels. Pero apenas habían salido a la carretera cuando apareció un helicóptero a recogerlo. Al poco, el lugar se llenaba de soldados, científicos y cámaras. La radio repetía triunfalmente con palabras muy grandes que la Unión Soviética había llevado al primer hombre al cosmos. Y el señor bajito y simpático del mono naranja salió en la tele y en los periódicos y en las revistas de todo el mundo, una y mil veces. Pues, en efecto, la historia de la civilización terrestre acababa de cambiar ante los ojos atónitos de Rita, su mamá y una vaca –cuyo nombre, por desgracia, no recordamos–, que vieron el instante en que la Humanidad entraba definitivamente en la Era Espacial.

El amanecer en un lugar llamado Baikonur.

La aventura extraordinaria del joven bajito con mono naranja había empezado unas horas antes, esa misma mañana, en un lugar secreto situado mil quinientos kilómetros al sudeste de allí. Por aquel entonces ese lugar aún se llamaba Tyuratam, pero pronto el mundo entero lo conocería como Baikonur. El cosmódromo de Baikonur.

Esa mañana, todo el mundo se levantó muy temprano en Baikonur. Algunos ni siquiera habían dormido. Entre otros, un señor regordete, cuellicorto y cabezón cuyo nombre era tan secreto que sólo se le llamaba por las iniciales S. P. o número 20; aunque el mundo llegaría a conocerle como el Diseñador Jefe. Este señor Número 20 era quien ideó todo aquello y lo había llevado a cabo –con la ayuda de otros muchos casi tan geniales como él, claro–; y también quien decidió que el joven bajito, simpático y ligón llamado Yuri Gagarin se convertiría en el héroe de su fabulosa aventura. Le conocía en persona como al resto de sus aguiluchos –los elegidos para la gloria del programa espacial soviético–, eran amigos y hoy este aguilucho Gagarin se convertiría en águila… o moriría en el intento.

Teen Gagarin

Un Yuri Gagarin adolescente en su época de aprendiz de forjador y gamberro simpático entre las muchachas de Lyubertsy.

Yuri Gagarin era un joven piloto de la Fuerza Aérea Soviética que pertenecía ya a una nueva generación para quienes la Segunda Guerra Mundial era un recuerdo de la infancia y Stalin, un nombre de su adolescencia. Nacido en 1934, tenía once años cuando acabó el conflicto y diecinueve cuando desapareció el autócrata. Por aquel entonces, Gagarin era aún aprendiz de forjador en una fábrica, que había aprendido a pilotar avionetas en un aeroclub local y estudiaba para técnico aeronáutico en una escuela de formación profesional. Y es que procedía de una familia muy humilde: hijo de un carpintero y de una campesina a la que le gustaba mucho leer, se había criado en un suburbio industrial periférico de Moscú con no muy buena fama llamado Lyubertsy. Sus profesores decían de él que era buen estudiante pero bastante gamberro. Las muchachas de Lyubertsy coincidían en que era bastante gamberro, pero un gamberro simpático a pesar de su corta estatura –1,57, en un país donde los tipos suelen ser bastante inmensos– y esas cosas que se dicen antes de dejarse, uh, acaramelar.

En 1955, a los veintiún años, Gagarin terminó su curso de técnico aeronáutico con unas notas bastante estupendas a pesar de estos entretenimientos e ingresó en la Fuerza Aérea Soviética para convertirse en piloto militar. Recibió sus alas en la Escuela de Pilotos de Orenburg, a los mandos de un MiG-15; a continuación, se casó con una chavala de nombre Valentina Goryacheva, aunque dicen las malas lenguas que no sentó mucho la cabeza en el tema de faldas.

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La pizarra de Yuri



26 de junio de 2010

Todo (o casi todo) sobre la viruela


Sábado, 26 de junio de 2010

Todo (o casi todo) sobre la viruela

La viruela se nos comió por las patas arriba durante milenios, causando millones de muertos y ciegos al año –sobre todo peques–,
hasta que una iniciativa internacional en el siglo XX logró erradicarla por completo de la faz de la Tierra
en una maravillosa demostración de lo que somos capaces de hacer cuando nos ponemos.

En Conocer Ciencia realizamos un programa sobre E. Jenner y la viruela. Esta es la presentación (en power point) de dicho programa:

La viruela fue una enfermedad extremadamente infecciosa causada por el virus variola rex o poxvirus variolae. Aparentemente se trata de una de las muchas enfermedades vinculadas a la civilización, surgida hace unos 10.000 años entre las poblaciones sedentarizadas del noreste africano y notoriamente en el Egipto Antiguo: varias momias presentan claras marcas variólicas en su piel, algunas en fecha tan temprana como la XVIII Dinastía (1570 aC). Ramsés V (fallecido en 1157 aC) parece un colador.

La destructora de pequeños y grandes.

La primera epidemia conocida de viruela se produjo en torno al 1320 aC, durante las guerras entre el imperio hitita del rey Shubiluliuma I y el Egipto del faraón Ay. Los prisioneros egipcios contagiaron la enfermedad a los soldados y civiles hititas, que pronto se transformó en una gigantesca mortandad, extendiéndose por todas partes como una maldición divina. El propio Shubiluliuma I pereció, junto a su hijo y sucesor Arnuanda II.

Durante el primer milenio aC los comerciantes egipcios y levantinos transportaron la enfermedad a tierras remotas y muy especialmente a la India, donde se transformó en un incesante flagelo a lo largo de los siguientes tres mil años. Pero también se extendía por Europa sin ningún problema. Fue durante la epidemia del 430 aC en Atenas cuando Tucídides observó por primera vez conocida que quienes sobrevivían a la enfermedad ya no volvían a padecerla: el primer indicio de la teoría de la inmunidad.

Pero no les sirvió de gran cosa. La viruela siguió cargándose a millones de personas por todas partes y dejando ciegos a otros muchos más. Entre el 165 y el 180 dC, la peste antonina (o peste de Galeno) causaba grandes daños al ejército y el imperio romanos; se cree que hasta dos emperadores pudieron fallecer por esta causa. Mató a entre tres y siete millones de personas y diversos autores la consideran un paso de gigante en la decadencia del Imperio. Durante otra epidemia, en el 540, el obispo Marius de Avenches la bautizó como viruela (que puede venir del latín varius, "manchado", o varus, "pústula"). En el 754 golpeaba con dureza en Oriente, llevándose también por medio al primer califa abásida, Abu As-Saffah. En torno al 950, el gran científico persa Abu Al-Razi realizaba la primera descripción exhaustiva de la enfermedad.

Tampoco sirvió de mucho. La expansión de los imperios árabes, las Cruzadas y la conquista de América continuaron propagando la viruela. En 1368, por ejemplo, liquidaba también al rey Thadominbya de Birmania. Pero en el caso americano, los efectos fueron pavorosos a partir de inicios del siglo XVI: la población nativa nunca había estado expuesta a la enfermedad y carecía por completo de defensas. En México, el resultado fue sobrecogedor: cuando los españoles llegamos en 1517, había entre seis y veinticinco millones de aztecas, según las distintas estimaciones. Un siglo después, apenas quedaba poco más de millón y medio. La viruela se llevó a todos los demás como un viento maléfico, incluyendo al tlatoani Cuitláhuac, lo que permitió a Hernán Cortés conquistar Mesoamérica con facilidad.

A este lado del Charco, la viruela siguió haciendo de las suyas con el mismo afán que siempre. Sigamos con los monarcas, para hacernos una idea: el Rey de Siam Boramaraja IV en 1534; el Rey y la Reina de los Kandy de Ceilán y todos sus hijos en 1582; el Príncipe Baltasar Carlos, heredero al trono de España, en 1646; Guillermo II de Orange y su esposa Enriqueta Estuardo en 1650; Go-Komyo, Emperador de Japón, en 1654; el emperador Shunzhi de China en 1661; la Reina María II de Inglaterra en 1694; Nagassi de Etiopía, en 1700; Higashiyama de Japón en 1709; el Sacro Emperador Romano Germánico José I en 1711; Luis I de España en 1724; el zar Pedro II de Rusia en 1730; Ulrika Leonor de Suecia, en 1741 o Luis XV de Francia en 1774. Durante el siglo XVIII, cuatro monarcas reinantes europeos murieron de la enfermedad y la línea de sucesión al trono de los Habsburgo cambió cuatro veces en cuatro generaciones a causa de la muerte de los príncipes herederos. Es por esta capacidad de ventilarse reyes y emperadores al igual que plebeyos y bebés que recibió también el nombre de Variola Rex. Entre otros personajes notables que contrajeron esta enfermedad pero sobrevivieron se encuentran ni más ni menos que George Washington, Abraham Lincoln, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven o José Stalin. Y hasta Lucky Luciano.

El más terrible ministro de la muerte.

Pero todos estos nombres tan rimbombantes no pueden hacernos olvidar que la viruela se comía a todo el mundo, en masa. A finales del siglo XVIII, sólo en Europa, perecían unas 400.000 personas al año y un tercio de los supervivientes se quedaban ciegos debido a las úlceras en las córneas. De la gente que desarrollaba el mal, morían entre el 20% y el 60% (y hasta el 80% de los niños en Londres o el 98% en Berlín).

La viruela se cebaba sobre todo en la gente pequeña, que aún no habían desarrollado defensas; probablemente haya sido el mayor matador de niños de toda la historia de la humanidad. Era algo que había que pasar, como las paperas o el sarampión... pero con una tasa de mortalidad y ceguera mucho mayor, por no mencionar las marcas desfigurantes en la cara y el cuerpo. En la India, a los niños no se les ponía nombre hasta que no la habían superado y en Europa, el Conde de la Condamine aseguraba que "ningún hombre osa contar a un hijo como suyo hasta que no ha pasado la enfermedad". Por todos estos motivos, el historiador Thomas B. Macaulay la describió así:
"La viruela estaba siempre presente, llenando de cadáveres los cementerios, atormentando con los temores constantes a todos los que había golpeado, dejando a aquellos cuyas vidas perdonó las huellas espantosas de su poder, convirtiendo al niño en un monstruo ante el que la madre se estremecía, tornando los ojos y las mejillas de las muchachas adorables en objetos de horror para sus amantes [...] [Fue] el más terrible de todos los ministros de la muerte..."
La viruela se presenta en dos formas, una leve y una grave. La leve, variola minor o alastrim apenas tiene un 1% de mortalidad; pero la grave o variola major alcanza un 30% de fallecimientos en adultos y un 50% en niños (más en algunas variantes); aparentemente se trata de dos cepas distintas del mismo virus. Se trata de un orthopoxvirus de ADN, seguramente evolucionado a partir de enfermedades de los roedores, con forma más o menos rectangular y aproximadamente un tercio de milésima de milímetro de tamaño. Es muy complejo, con más de cien proteinas para actuar, incluyendo algunas que no posee ningún otro virus de ADN; tanto el virus envuelto como los viriones son infecciosos. Ambas formas se contagian por vía aérea, hasta una distancia de unos dos metros, aunque también puede hacerlo por contacto con fluídos corporales u objetos infectados (como las ropas). El virus es capaz de atravesar también la barrera placentaria y pasar al feto, aunque el contagio congénito resulta raro: la transmisión más común es aérea y la infección inicial suele ser, por tanto, nasofaríngea o bucal.

Desde ahí, a través de los pulmones, la viruela se extiende por todo el cuerpo; aunque prefiere ubicarse en la piel. Durante unos días la infección va pasando lentamente de célula a célula. Este virus resulta también único porque es el único de ADN que se reproduce en el citoplasma en vez de en el núcleo celular. Este periodo de incubación dura de doce a catorce días, no presenta síntomas y el paciente no es contagioso.

Pero entonces las células donde ha estado reproduciéndose comienzan a reventar, liberando miles de millones de nuevos virus, y la enfermedad empieza a manifestarse. Se produce así un periodo prodrómico de dos a cuatro días durante el que surgen síntomas confusos, como fiebre muy alta (más de 38,8ºC), agotamiento, malestar general y dolores de cabeza y espalda. En esta fase, la persona infectada es moderadamente contagiosa.

Es a partir de ese momento cuando surge la erupción (aunque en algunos casos raros no llega a producirse; estos casos eran siempre mortales de necesidad), normalmente empezando por la boca y el paladar y extendiéndose rápidamente a todo el cuerpo. Esta erupción adquiere la forma de una miríada de manchas, llamadas máculas, que dan a la enfermedad ese aspecto característico (y dejan esas marcas terribles). Estas máculas se manifiestan sobre todo en la cara, la cabeza y en las partes distales de los miembros, aunque también aparecen unas cuantas en el resto del cuerpo. Durante esta fase, la persona infectada es extremadamente contagiosa.

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La Pizarra de Yuri
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