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21 de agosto de 2013

Calentamiento Global: Bosques tropicales absorberán menos CO2

Estudio del biólogo español Pep Canadell, señala que el fenómeno será causado por el cambio climático.

El calentamiento global disminuye la eficiencia de los bosques tropicales en la absorción de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, según un estudio liderado por el biólogo español Pep Canadell divulgado hoy en Australia.

Canadell, jefe del Proyecto Mundial de Carbono, explicó que los bosques tropicales y los océanos son importante sumideros naturales de carbono que contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático.

"Un poco más de la mitad de todas las emisiones antropogénicas de carbono son absorbidas por los océanos y la vegetación en tierra firme. Esto supone unos 10 mil millones de toneladas de CO2 anuales", dijo el biólogo.

Canadell, quien trabaja en Camberra para la Organización para la Investigación Industrial y Científica de la Mancomunidad de Australia, lideró el estudio sobre las variaciones anuales de CO2 en la atmósfera relacionadas con los cambios de temperatura y clima.

La investigación, que analiza el período entre 1958 y 2011, pretendía entender las reacciones de los bosques tropicales al cambio climático y determinar "qué puede pasar en el futuro a medida que aumenta la temperatura" en lo próximos cien años, explicó.

El estudio tuvo en cuenta las variaciones interanuales causadas por factores como el fenómeno de El Niño, que provocan un aumento de la temperatura, así como las erupciones de los volcanes, que causan su descenso.

"Los bosques responden de una manera específica a los cambios de temperatura y cuando ésta se eleva, absorben menos carbono", dijo Canadell, miembro del Panel de la ONU sobre Cambio Climático que recibió el Premio Nobel de la Paz de 2007.

Según la investigación, el aumento de la temperatura causa un descenso de la fotosíntesis de los árboles y un aumento de la respiración de microbios en el suelo, lo que provoca que los árboles tropicales absorban menos dióxido de carbono.

El estudio concluye que si bien los bosques tropicales han demostrado ser resistentes a las variaciones anuales de temperatura, éstos se verán afectados por la perturbación permanente que supone el cambio climático.

"(Provocará que) los bosques tropicales se conviertan en peores sumideros de carbono y, por lo tanto, se quedará en la atmósfera una mayor cantidad de dióxido de carbono proveniente de la quema de combustibles fósiles y de la deforestación", dijo Canadell.
Fuente:

20 de agosto de 2013

Los efectos del calentamiento global durarán 200.000 años

Dos estudios sobre el cambio climático sostienen que el calentamiento global podría ser una catástrofe mayor de lo que se imaginaba y que sus efectos durarán cientos de miles de años.


El primer estudio, publicado por investigadores del Instituto Scripps de Oceanografía en California, explica cómo serían nuestros océanos si no se frena la emisión de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2), y la descripción es preocupante. Los científicos examinaron fósiles que existieron en condiciones de efecto invernadero hace unos 50 millones de años, cuando la concentración de CO2 en la atmósfera era más del doble que en la actualidad, y concluyó que estas condiciones climáticas acabaron con numerosos arrecifes oceánicos.

Debido al calentamiento de las aguas, los arrecifes de coral, también denominados bosques marinos, fueron reemplazados por "aparcamientos de grava", dijo el investigador Richard Norris al portal de Internet Red Orbit. A continuación se produjo probablemente una extinción masiva de especies debido a la falta de plancton, agregó.

Aunque los efectos del calentamiento de ese periodo afectaron especialmente a las profundidades del mar, lo realmente sorprendente es el tiempo que duró: nada menos que 200.000 años. Y esos niveles de concentración de CO2 podrían alcanzarse en nuestro planeta en tan solo 80 años, señala el portal Quarzt.

Otra investigación realizada por el oceanógrafo Richard Zeebe, de la Universidad de Hawái, alerta también de que los efectos del cambio climático podrían durar mucho más de lo que sospechábamos.

Zeebe descubrió que, con el tiempo, la Tierra puede llegar a ser más vulnerable a los gases de efecto invernadero, lo que significa que un aumento relativamente bajo de CO2 puede incrementar de manera significativa las temperaturas.

El pasado mes de mayo se confirmó que la concentración de CO2 en la atmósfera ha alcanzado un nuevo máximo en la historia de las mediciones científicas. La presencia de CO2 en el aire llegó a las 400 partes por millón de moléculas en los registros de la estación atmosférica Mauna Loa (Hawái), considerada el epicentro mundial del estudio de los gases de efecto invernadero desde que comenzó a operar en 1958.

Fuentes:
 
RT Actualidad

TeleSur

13 de agosto de 2013

Emisión de CO2 durante el compostaje: Indicador de la actividad biológica del compost


Como sabemos, durante el compostaje la materia orgánica experimenta una serie de transformaciones de origen microbiológico que dan lugar a un composts con una materia orgánica estabilizada. Esta transformación incluye la generación de calor, vapor de agua, algunos nutrientes y sobre todo, CO2 como producto final de esta degradación. Por esto, este compuesto es muy estudiado como indicador de la actividad biológica de un compost ya que cuanto mayor sea la emisión de CO2 en un compostaje, mayor será la actividad biológica y viceversa.

¿Cuándo se emite más CO2?

Pues como ya hemos comentado, hay una relación directa entre su emisión y la actividad biológica por lo que es normal un comportamiento como el recogido en la Figura (a). Así, podemos observar una mayor emisión de CO2 durante la etapa que coincide con la fase termófila (la de mayor actividad biológica medida por una temperatura mayor) en las primeras 10 semanas de compostaje. 
Un comportamiento similar podríamos esperar del metano (CH4), aunque hay varios factores que influyen mucho en su emisión como el tipo de residuo que se composta, la generación de condiciones de anoxia y la proliferación de los microorganismos “metanogénicos”. En nuestro caso particular, se observa también un comportamiento similar a la emisión de CO2, durante la etapa termófila. 
CO2 and CH4 are the main gases generated by microbial degradation of OM during composting. In Fig. 3, the surface gas fluxes of both gases are shown and compared to the OM degradation pattern in the five composting mixtures. The emission of CO2 showed a similar pattern in the five piles. The higher CO2 production occurred at the beginning of the process, mainly during the initial 10 wk of composting, characterized by high temperatures (Fig. 2) and consequently higher microbial activity. Afterwards, CO2 fluxes were markedly reduced to levels lower than 200 g C m2 d1, by the end of the thermophilic phase (17 wk), and then CO2 emissions slowly decreased during maturation down to levels lower than 10 g C m2 d1, reflecting the stability of the mature compost. CO2 production has been extensively used as a respirometric index to measure microbial activity (Barrena et al., 2006). The evolution of the CO2 emissions in the five piles reflected the high stability degree achieved by the mature composts, which was confirmed by the changes in the stability and maturity indices used to assess the composting process (Table 1).

La fuente:
Sánchez-Monedero, M., Serramiá, N., Civantos, C., Fernández-Hernández, A., & Roig, A. (2010). Greenhouse gas emissions during composting of two-phase olive mill wastes with different agroindustrial by-products Chemosphere, 81 (1), 18-25 DOI: 10.1016/j.chemosphere.2010.07.022

Tomado de:

Compostando

2 de mayo de 2013

Las emisiones de CO2, en un punto crítico

Manifestantes de Greenpeace protestando contra las emisiones de CO2. | Efe

Manifestantes de Greenpeace protestando contra las emisiones de CO2. | Efe
La concentración de CO2 en la atmósfera está a punto de rebasar el 'techo' simbólico de las 400 ppm (partes por millón), algo que no ocurría en nuestro planeta desde la era del Plioceno, hace más de tres millones de años. La responsable de la ONU para el clima, Christiana Figueres, ha expresado su "máxima inquietud" y ha hecho un llamamiento urgente a los gobiernos durante una ronda de negociaciones en Bonn.

Varios observatorios en el Artico han registrado ya seis mediciones superiores a las 400 ppm en la pasada semana, aunque los expertos esperan a que el registro histórico sea certificado por la estación de Mauna Loa, a 3.400 metros de altura en Hawai, donde la medición diaria llegó a las 399,72 ppm la semana pasada.

Al ritmo actual de aumento de las emisiones, se espera que el 'techo' de los 400 ppm podría superarse a mediados de mayo, mucho antes de lo previsto inicialmente por los expertos del clima, que consideran que la temperatura de la Tierra podría aumentar entre 2 y 2,4 grados por encima de esa cifra.

La 'Scripps Institution de Oceanografía' se ha sumado a la alerta general con la difusión de la vertiginosa curva con el aumento de las emisiones de Co2, de las 275 ppm antes de la revolución industrial a las 315 ppm en 1960 y 350 ppm en 1990.

"Ojalá no fuera verdad , pero todo parece indicar que vamos a alcanzar los 400 ppm sin perder el pulso y que vamos a llegar a los 450 a en pocas décadas", declaró el geólogo Ralph Keeling, de la Scripps Institution, de la que depende el observatorio hawaiano.

Límite a las emisiones

"Las 400 partículas por millón deberían servir para hacernos despertar", declaró por su parte, oceanógrafo de la Scripps e invetigador del ciclo del carno. "Todos deberíamos apoyar en este punto la transición a las energías limpias para reducir las emisiones de gases invernadero, antes de que sea demasiado tarde para nuestros hijos y nuestros nietos".

La tendencia, sin embargo, va en sentido contrario. En los últimos cinco años, al rebufo de la crisis, los mercados han vuelto a apostar por los combustibles fósiles, especialmente por la obtención de gas natural por el controvertido sistema del 'fracking' (fractura hídrica) y por las perforaciones petrolíferas en los océanos a grandes profundidades.

En el plano político, la posibilidad de un acuerdo multilateral en el 2015, con el objetivo de poner un límite a las emisiones a partir del 2020 parece cada vez más lejana. "El sentido de la urgencia es más fuerte", asegura sin embargo Christina Figueres, que confía en que se produzca un giro en el próximo encuentro auspiciado por la ONU en Varsovia a finales de año.

Para James Hansen, el científico de la NASA que advirtió hace 20 años sobre la de la necesidad de limitar y estabilizar las emisiones, el pico histórico del CO2 tiene una preocupante lectura y una difícil solución en la situación actual de parálisis política: "Si la humanidad desea preservar un planeta similar a aquel en el que las civilizaciones se desarrollaron y al que la vida en la Tierra está adaptada, debemos de reducir las emisiones hasta un máximo de 350 partes por millón".
Fuente:

24 de marzo de 2013

Calentamiento global podría convertir el Ártico en fuente de CO2



Un equipo internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España advierte que el aumento de las temperaturas puede convertir el Ártico en una fuente de dióxido de carbono (CO2).

El trabajo se basa en un análisis del equilibrio metabólico del plancton llevado a cabo durante ocho campañas oceanográficas entre 2007 y junio de 2012, y los resultados se han publicado en dos artículos en la revista Biogeosciences.

“Resolver el papel del plancton del Ártico como sumidero o emisor de CO2 a la atmósfera es de una enorme importancia para establecer el papel de esta región del planeta en el equilibrio de carbono de la biosfera”, afirmó el investigador del CSIC Carlos Duarte.

Según el primero de estos estudios, cuando acaba el oscuro invierno ártico y la capa de hielo comienza a disminuir, la proliferación de plancton fotosintético en primavera es capaz de producir suficiente materia orgánica para el resto de la cadena alimentaria durante todo el año. De esta forma, el océano Glaciar Ártico ejerce con carácter anual como un sumidero de CO2.

El segundo estudio concluye que el calentamiento global puede alterar ese equilibrio. Así, los experimentos llevados a cabo en las islas Svalbard (Noruega), a 78° Norte, indican que el plancton se convierte en una fuente de dióxido de carbono a la atmósfera cuando la temperatura excede de 5°C.

Según las estimaciones, el sector europeo del Ártico alcanzará esa temperatura en las próximas décadas.

“La subida de temperatura aumenta la respiración del plancton, lo que hace que la respiración prevalezca sobre la fotosíntesis y el plancton se convierta en un emisor de CO2 a la atmósfera. Además, el plancton cambia a formas de menor tamaño, que se descomponenmásfácilmente”, añade la investigadora del CSIC JohnnaHolding.

Fuente:

La Mula

27 de febrero de 2013

Nuevo proceso obtiene energía del carbón sin quemarlo

Una de las principales fuentes de contaminación atmosférica y también de las principales causantes del exceso de dióxido de carbono son las plantas de energía que queman carbón para calentar agua y mover unas turbinas con el vapor generado, que a su vez generan la electricidad. El carbón es barato, por lo que siguen proliferando, a pesar de tener una tecnología obsoleta. Pero ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Ohio State han dado con una versión de planta energética a base de carbón que no necesita quemarlo, sino que lo convierte en calor de forma química, y captura el 99 por ciento del dióxido de carbono que produce en la reacción. 

carbón

La tecnología desarrollada ha logrado pasar todas las pruebas para poder comenzar con las pruebas de gran escala. Durante 203 horas, la tecnología desarrollada en Ohio State produjo calor y capturó el 99 por ciento de CO2. Liang-Shih Fan, profesor de ingeniería química y biomolecular, es el director del laboratorio que desarrolló la tecnología llamada Coal-Direct Chemical Looping, que consigue extraer energía del carbón de forma química, y contiene las emisiones producidas de forma eficiente antes de que sean liberadas a la atmósfera.

La combustión es una reacción química que consume oxígeno y produce calor, dice Fan. También produce dióxido de carbono, que en exceso en la atmósfera, produce un efecto invernadero atrapando el calor radiado por el Sol, y generando el Calentamiento Global. Fan y su equipo han descubierto la forma de liberar calor sin quemar, controlando cuidadosamente la reacción química, así se puede contener por completo, dentro del reactor, el dióxido de carbono.

Como el carbón no se ha abandonado nunca, a pesar de la energía nuclear, de la quema de gas y petróleo, y de las tecnologías renovables como la energía eólica y la energía solar. Así es que la mejor forma de luchar contra los efectos que produce su explotación como fuente energética, es diseñando una forma eficiente de evitar la contaminación.

En total, se han realizado pruebas piloto que acumulan 830 horas que demuestran la fiabilidad del sistema desarrollado por Fan y su equipo. Ahora buscan llevarla al siguiente nivel, una planta piloto a gran escala que está en construcción en el centro de captura de carbono del departamento de energía de Estados Unidos. La idea es comenzar hacia fines de 2013 con las pruebas, para poder producir 250 kilovatios, utilizando sintegas como fuente. El sintegas es el combustible gaseoso que se obtiene a partir del carbón, en este caso, a través del proceso químico.

Su tecnología utiliza pequeñas bolas de metal para llevar oxígeno al combustible, a fin de generar la reacción química. El carbón en polvo se mezcla con las bolas de óxido de hierro, y es calentado a altas temperaturas, hasta que los materiales reaccionan entre sí. El carbono del carbón se une con el oxígeno del óxido de hierro y crea dióxido de carbono, que se lleva a un compartimento donde es capturado. Las cenizas calientes de hierro y carbón son dejadas detrás. Como las bolitas de hierro son mucho más grandes que la ceniza de carbón, son fácilmente separables. Así es que son llevadas a otra recámara donde la energía calórica genera electricidad. La ceniza es removida del sistema. El dióxido de carbono es separado y puede ser reciclado o almacenado para su posterior venta a industrias que deben producirlo, como por ejemplo la de las gaseosas. Las bolitas de hierro son luego expuestas al aire dentro del reactor, así que se re oxidan, y pueden ser vueltas a usar casi de forma indefinida, sino también pueden ser recicladas.

Este sistema excede las demandas del departamento de energía estadounidense para nuevas tecnologías que utilicen fuentes fósiles. Estas no deberían aumentar el costo de la electricidad más de un 35 por ciento, y deberían capturar más del 90 por ciento del dióxido de carbono que generen. 

Tomado de:

Sinapsit.com

15 de enero de 2013

¿Por qué no se agota el oxígeno del planeta?



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El oxígeno es uno de los elementos químicos más importantes en todo lo relacionado a la vida humana y al ambiente en que vivimos, ya que es, por ejemplo, el principal componente de la corteza terrestre, el tercer elemento más abundante del universo, uno de los principales componentes químicos del cuerpo humano (al estar también presente en la masa del agua) y uno de los dos componentes más importantes de la atmósfera; básicamente, lo que respiramos.

Por lo tanto, siendo el oxígeno un elemento tan importante es fundamental también su presencia en el planeta y, aunque muchas veces esta presencia pareciera estar amenazada, se tiene la certeza científica de que el oxígeno no se está agotando y que, al igual que desde hace millones de años, sigue constituyendo alrededor del 21 % (más exactamente 20.94 %)de la atmósfera.
Ahora vamos a ver por qué no se agota el oxígeno del planeta.

El oxígeno y la energía

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¿Por qué la presencia del oxígeno parece estar amenazada? Para mantener las formas de vida que el hombre ha desarrollado a lo largo de la historia se necesita energía (para el transporte, la electricidad, el calor, etcétera) y la principal fuente de energía en el mundo son los combustibles fósiles: el petróleo, el carbón y el gas natural; todos ellos fuentes de energía no renovable

En la utilización de estos combustibles fósiles, el proceso de combustión mediante el cual se genera la energía consiste en la utilización del oxígeno molecular presente en el aire (O2) para romper los enlaces de carbono e hidrógeno, que es lo que libera la energía. Al mismo tiempo, los átomos de carbono cargados positivamente que quedan libres, se enlazan con dos átomos de oxígeno negativos, formando dióxido de carbono (CO2). Este proceso, entonces, es el que reduce la cantidad de oxígeno en el planeta, y aumenta la cantidad de dióxido de carbono.

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Producción de oxígeno

Pero si los combustibles fósiles son nuestra principal fuente de energía y se utilizan cada vez más, disminuyendo el oxígeno en la atmósfera, ¿por qué el oxígeno no se agota?

Aquí intervienen otros seres vivos, principalmente las plantas, en cuyo proceso de fotosíntesis realizan un procedimiento inverso al que realizamos nosotros para respirar: mientras nosotros respiramos el oxígeno presente en el aire (y también lo convertimos en energía para nuestro cuerpo), con la fotosíntesis las plantas utilizan CO2 para producir su energía y de esta manera liberan oxígeno al aire.

Estos procesos inversos y complementarios, respiración y fotosíntesis, son una clara muestra del equilibrio ecológico que se produce entre plantas y animales y, como vemos, es la explicación de por qué el oxígeno no se agota. 

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 Algunos científicos han dicho que si se utilizara 1 billón de toneladas de combustibles fósiles el nivel de oxígeno del planeta se reduciría solamente hasta 20.88 %, así que su presencia, esencial para nuestra vida y para el planeta, está asegurada.

De todas maneras, la utilización de combustibles fósiles como fuente de energía sí tiene otras consecuencias muy preocupantes y ya muy analizadas y discutidas en la comunidad científica, como los gases del efecto invernadero y el calentamiento global.


Fuente:

Ojo Científico

El cambio climático reduce la absorción de CO2 en el océano Atlántico

Vista panorámica del océano Atlántico. | E.M.
Vista panorámica del océano Atlántico. | E.M.
La circulación meridional de retorno del Atlántico, que transporta las aguas cálidas superficiales hacia el norte y las aguas frías profundas hacia el sur, cumple un papel crucial en el sistema climático, ya que facilita la redistribución del calor, el agua dulce y el dióxido de carbono del planeta. Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha constatado que la ralentización de esta circulación contribuyó a que la región subpolar del Atlántico disminuyese rápidamente su capacidad de absorción del CO2 atmosférico entre 1990 y 2006.

El aumento acelerado del CO2 está dificultando la capacidad de absorción del océano. "Esto respaldaría las predicciones más pesimistas sobre el impacto del cambio climático", explica Fiz Fernández Pérez, investigador del CSIC en el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo.

Los análisis muestra además que el océano aportó menos calor a la atmósfera. "Según modelos de simulación, el calentamiento de la superficie del mar coincide con una reducción en la recirculación meridional en el Atlántico. Nuestras conclusiones constatan que la ralentización de la circulación fue en gran parte la responsable de esa pérdida de la capacidad de absorción, a través de una reducción de la pérdida del calor oceánico y por la disminución de la captación de CO2 antropogénico en aguas subpolares", añade el investigador del CSIC.

Impacto directo sobre el clima

La importancia del estudio de la circulación meridional de retorno es mayúscula en la medida en que el transporte de calor a las costas tiene un impacto directo sobre el clima. Por ello es preciso conocer cuándo ese transporte será más débil y cuándo será más fuerte.

El trabajo se enmarca en el proyecto CATARINA (Carbon Transport and Acidification Rates in the North Atlantic), liderado por el Instituto de Investigacioens Marinas del CSIC.

La iniciativa, que estudia la perturbación oceánica y sus consecuencias en respuesta al aumento del CO2 atmosférico derivado de las actividades humanas (antropogénico), comenzó con el muestreo desde Groenlandia a Portugal de este fenómeno, y se realizó a borde del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa, gestionado por el CSIC.

Fuente:

El Mundo Ciencia

8 de diciembre de 2012

Decepcionante: Acuerdo de mínimos para prolongar el Protocolo de Kioto hasta 2020

Decepcionante, pero es la cruda realidad que estamos viviendo...

Sesión de negociaciones en la última jornada de la Cumbre de Doha. | AFP
Sesión de negociaciones en la última jornada de la Cumbre de Doha. | AFP
Los 194 países reunidos en la Conferencia de Naciones Unidas del Cambio Climático en Doha han alcanzado un acuerdo de mínimos para prórrogar hasta 2020 el periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, que expiraba este año.

El acuerdo, conocido como Puerta Climática de Doha, supone prorrogar Kioto ocho años, el único tratado internacional vinculante para combatir el calentamiento global. Sin embargo, Rusia, Japón y Canadá, entre otros, no han accedido a este nuevo compromiso, con lo que las emisiones de CO2 de los participantes suponen ahora apenas el 15% de las emisiones globales.

"Les agradezco a todos ustedes su buena voluntad y el duro trabajo para avanzar en este proceso", ha afirmado el presidente de la Conferencia, Abdulá bin Hamad al Attiyah, durante la presentación de los resultados de las negociaciones maratonianas de la conferencia. La COP18 en realidad debería haber concluido el viernes, pero fue prorrogada para lograr un acuerdo.

El delegado ruso, Oleg Shamanov, sin embargo, ha manifestado la negativa de su país, que, como Bielorrusia y Ucrania, rechazan prorrogar el Protocolo de Kioto más allá de 2012.

Medidas insuficientes

El acuerdo alcanzado en Doha aplaza además hasta 2013 las negociaciones sobre la demanda de los países en vías de desarrollo, que exigen mayores donaciones para ayudarles a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Todas las delegaciones presentes en Doha han reconocido que el acuerdo final no satisface las recomendaciones de los científicos, que pedían medidas drásticas para evitar un calentamiento que está provocando olas de calor, inundaciones, sequías o la subida de los niveles del mar.

El Protocolo de Kioto, firmado en 1997, obligaba a 35 países industrializados a reducir una media de al menos un 5,2% las emisiones de gases de efecto invernadero tomando como referencia las emisiones de 1990.

Sin embargo, ya en su origen no incluía a países desarrollados tan importantes como Estados Unidos y no imponía objetivos de reducción de los gases a los países en desarrollo como China, India, Brasil o México.

Las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, crecerán este año un 2,6% a nivel mundial y duplican ya las tasas de 1990, fundamentalmente por las aportaciones de grandes potencias en desarrollo como China o India.

Fuente:

El Mundo Ciencia

3 de diciembre de 2012

Las emisiones de carbono oscurecen la cumbre del clima

Emisiones de CO2

Es complicado que se pueda alcanzar un acuerdo sobre emisiones de CO2 en Doha.

Al tiempo que miles de delegados internacionales debaten en la capital de Qatar, Doha, un nuevo plan para revertir el cambio climático, distintos informes divulgados este fin de semana muestran que la asignatura de las emisiones de dióxido de carbono, CO2, está lejos de ser aprobada.

Para comenzar, las cifras del Global Carbon Project (Proyecto Global del Carbono) muestran que si bien la contaminación por dióxido de carbono se está reduciendo en muchos países industrializados, dicha disminución ha sido contrarrestada por la creciente contaminación que generan potencias emergentes como China e India. 

Los expertos dicen que esto puede conducir a un calentamiento global de entre 4 y 6 grados centígrados en los próximos años.
Pese a conclusiones similares de otros estudios difundidos los últimos días, los corresponsales en Doha dicen que los delegados que se encuentran en Qatar no parecen estar más cerca de un acuerdo que pueda marcar una tendencia decreciente de las emisiones globales de carbono.

Es cada vez menos probable que el calentamiento global se mantenga por debajo de una subida de 2º centígrados de la temperatura en comparación con los niveles preindustriales.

Los datos muestran que las emisiones globales de dióxido de carbono alcanzaron en 2012 los 35.600 millones de toneladas, un aumento del 2,6% en comparación con 2011 y un 58% superior a los niveles de 1990.

Los investigadores dicen que estas emisiones son las que más contribuyen al cambio climático y suponen un fuerte indicador de un potencial calentamiento futuro.

Los resultados fueron publicados en la revista Nature Climate Change y en Earth System Sicence Data Discussions

Muchos de los países de bajas emisiones han aprovechado la conferencia del clima en Qatar para pedir que se establezca un umbral de subida de la temperatura menor a los 2 grados centígrados, porque dicen que incluso la subida de 2ºC puede poner en riesgo su futuro.

China, India y Brasil en la mira

"Estas últimas cifras llegan en medio de las conversaciones en Doha, pero con unas emisiones al alza, parece que nadie está escuchando a la comunidad científica"
Corinne Le Quere, directora del Centro Tyndall, Universidad de East Anglia

Según los datos de los últimos informes, divulgados este domingo por investigadores de Reino Unido, China e India contribuyeron ampliamente en el aumento global del 3,5% de las emisiones de dióxido de carbono CO2 el año pasado.

En el año 2011, las emisiones de China e India aumentaron 9,9% y 7,5% respectivamente, en comparación con 2010.

Brasil también emitió más CO2 en 2011: 424 millones de toneladas, un aumento de 1,4% en relación con 2010.

Según los científicos de la Universidad de East Anglia, dos regiones presentaron una disminución de las emisiones en el mismo período: Estados Unidos (reducción de 1,8%) y la Unión Europea (reducción de 2,8%).

Los datos de la universidad británica indican que las emisiones habrán aumentado en 2012 alcanzando un volumen récord.

"Estas últimas cifras llegan en medio de las conversaciones en Doha, pero con unas emisiones al alza, parece que nadie está escuchando a la comunidad científica", dijo Corinne Le Quere, directora del Centro Tyndall para la investigación sobre el cambio climático en la Universidad de East Anglia.

"Estoy preocupada por que los riesgos de un peligroso cambio climático son demasiado elevados con la actual trayectoria de emisiones", añadió.

"Necesitamos un plan radical".

El documento dice que el aumento medio en los niveles globales de CO2 fueron de 1,9% en los años 80, 1,0% en los 90 pero de 3,1% desde 2000.


Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

Lea también:

El agujero en la cvapa de ozono afecta crecimiento de los árboles

30 de noviembre de 2012

Conferencia en Londres: El reto del consumo verde

BASF calcula el impacto de CO2 de los productos derivados del cerdo. | C. Fresneda 
BASF calcula el impacto de CO2 de los productos derivados del cerdo. | C. Fresneda
Las buenas intenciones no bastan. Los problemas ambientales y sociales requieren un cambio profundo en nuestra actitud y en nuestro comportamiento como consumidores. Los expertos en marketing han hecho propósito de enmienda y cada vez son más las empresas, grandes y pequeñas, dispuestas a afrontar el reto. Muchas de ellas se han dado cita en la conferencia 'Sustainable Brands' de Londres, explorando las formas de implicarse en el cambio que viene.

"Hemos llegado al 'pico' del estado de negación en el que vivíamos", certificó Paul Gilding, ex director ejecutivo de Greenpeace y autor de 'La gran disrupción'. "Lo ocurrido con el cambio climático no ha sido más que el preámbulo . No podemos dar la espalda a la crisis existencial en la que estamos sumidos y pensar que es posible una salida sin una transformación profunda".

"La economía necesita tocar tierra y recuperar su propósito real: mejorar nuestras vidas", añadió Gilding ante decenas de empresarios y responsables de marketing. "Y las empresas tienen que jugar una labor fundamental en ese cambio. La primera y última pregunta a la que debería responder cualquier compañía es ésta: ¿Cuál es mi contribución por hacer del mundo un lugar mejor?".

Sobre el mundo de la publicidad y las grandes corporaciones pende aún el fantasma del 'greenwashing', cuando lo 'verde' estaba de moda. Tras el doble batacazo de la debacle financiera y la cumbre fallida de Copenhague, nada ha vuelto a ser lo mismo. La ecología ha sido fagocitada por la economía, y en este clima se ha hecho aún más duro abrirse paso con la etiqueta de "marcas sostenibles".

Thomas Kolster, uno de los ponentes. | C.F. 
Thomas Kolster, uno de los ponentes. | C.F.

"A pesar del impacto de la crisis económica, hemos logrado reabrir la conversación sobre el futuro y embarcar a empresas, creativos y consumidores de la sostenibilidad", declaró la fundadora y directora de 'Sustainable Brands'. "Lo que necesitamos ahora es mejorar la comunicación para avanzar de una manera más rápida y efectiva hacia esa meta común".

La brecha entre las buenas intenciones y los actos

El informe 'Mainstream Green', de la consultora de sostenibilidad Ogilvy Earth, sigue siendo sin embargo la referencia obligada: el 82% de los consumidores tienen "buenas intenciones", pero sólo el 16% está dispuesto a cumplirlas. El estudio se realizó hace dos años en Estados Unidos, pero sigue siendo un indicador muy válido de la brecha persistente en el consumo 'verde'.

Charlie Attenborough, director internacional de publicidad de National Geographic, trajo bajo el brazo la última actualización del 'Greendex', el índice del consumo 'verde' que mide el comportamiento de 17 países en capítulos como alimentación, el transporte, la energía y los desechos. Curiosamente, y pese a bajar enteros conforme avanza su proceso de industrialización, la lista sigue estando encabezada por India, China y Brasil, con Estados Unido en el último puesto y España en la casilla número 10, 'adelantada' precisamente por Alemania.

"El factor que más acelera el cambio hacia un consumo 'verde' es la presión del grupo y del entorno", aseguró Attenborough. "Los efectos sobre la salud figuran en segundo lugar como acicate para un cambio de actitud. En tercer lugar, el sentido de culpabilidad por la situación ambiental, aunque éste puede ser también un factor paralizante, al igual que la creencia arraigada de que el consumo 'verde' es cosa de ricos o cosa de mujeres".

Los consumidores demandan información y transparencia, y algunas empresas como BASF han decidido dar el paso adelante con 'demostraciones tangibles' sobre consumo sostenible, como las realizadas para determinar el impacto en emisiones de CO2 de los derivados de la carne de cerdo, o el estudio comparativo del efecto en el medio ambiente de distintas marcas y recetas de salmón ahumado.

Raphael Bemporad de la agencia BBMG en Brooklyn, habló de la emergencia del 'ciudadano consumidor', determinado a votar con la cesta de la compra y a "consumir menos y mejor". "La tensión entre el materialismo y el ambientalismo es cada vez más patente en una parte importante de la población", aseguró Bemporad. "La función de los comunicadores es aliviar en todo caso esa tensión y ayudar al ciudadano consumidor a tomar una decisión informada".

'Compara y Comparte' da nombre precisamente al primer agregador de esa tendencia al alza que es la economía compartida o el consumo colaborativo. "En un planeta sobrepoblado y con recursos escasos, la solución más simple es compartir", informó Benita Matofska, que coordina desde Bristol The People Who Share. "La tecnología nos permite maximizar nuestro potencial para compartir, y en torno a esta idea está surgiendo una economía paralela que cada vez abarca más ámbitos, desde el alquiler de casas al uso compartido del coche, del préstamo entre particulares a las chapuzas a domicilio".

"Colaborar es sin duda la palabra clave en estos momentos críticos", concluyó en el cierre de 'Sustainable Brands' Thomas Kolster, el creativo que está redescubriendo el uso del marketing como herramienta de cambio social. Su libro 'Goodvertising' es la referencia obligada de todo publicitario con compromiso social y ambiental. Su siguiente paso es el lanzamiento de WhereGoodGrows (Donde crece lo bueno), la primera plataforma on line para "compartir iniciativas de comunicación que marquen realmente la diferencia por el bien del planeta".

Fuente:

El Mundo Ciencia

26 de noviembre de 2012

El regreso del carbón


EL CARBÓN
  • El carbón es responsable de un 40% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono procedente de los combustibles
  • Genera casi la mitad de la cantidad total de electricidad producida en EE.UU. Emite casi un tercio más de dióxido de carbono por unidad de energía que el petróleo, y 70% más que el gas natural
  • Satisface alrededor de una cuarta parte de las necesidades energéticas del mundo y genera casi el 40% de la electricidad del mundo
  • Casi el 70% de la producción mundial de acero también depende de la quema de carbón


A pesar de la tendencia verde, la producción de carbón china no para de crecer.

El carbón, el más sucio y más contaminante de los principales combustibles fósiles, está de regreso.

A pesar de los estrictos objetivos de emisiones de carbono en Europa destinados a reducir el calentamiento global y la gran inversión en energías renovables en China, la demanda de esta antigua fuente de energía es mayor que nunca.  

De hecho, el carbón fue la fuente de energía que más creció -sin contar las energías renovables- el año pasado. La producción aumentó hasta un 6% en 2010, el doble que el gas y más de cuatro veces más que el petróleo.

Los datos de consumo presentan un panorama similar, mientras que las cifras de este año reflejan la misma tendencia.

Hay algunos responsables del resurgimiento del carbón. Muchos pueden durar poco, mientras que otros impulsarán la demanda cada vez más en las próximas décadas.

Alternativa barata 

El consumo de carbón en Europa, donde los gobiernos intentan estar a la vanguardia en la cruzada para reducir las emisiones de dióxido de carbono, aumentó considerablemente en los últimos años.

¿Por qué? Porque es barato, y cada vez más.

Debido a la crisis económica, se ha producido lo que Paul McConnell, analista de energía del grupo Wood Mackenzie, describe como un "colapso en la demanda industrial de energía".

Esto ha dado lugar a un exceso de oferta de carbón, empujando el precio hacia abajo.

También ha dado lugar a un exceso masivo de permisos de emisión de CO2, lo que se traduce en una reducción del precio del carbono, y por lo tanto del costo de producción de carbón.

De igual importancia es el hecho de que ha habido una gran afluencia de carbón barato de Estados Unidos, donde el descubrimiento de gas de esquisto –también conocido como gas pizarra- ha proporcionado una fuente de energía alternativa incluso más barata.

El carbón tiene que ir a alguna parte, así que se exporta a Europa.

Por último, los altos precios del gas natural están haciendo que el carbón sea visto como una alternativa atractiva.

Como explica Laszlo Varro, jefe de mercado de gas, carbón y energía de la Agencia Internacional de Energía, "todos los parámetros favorecen al carbón".

Tanto es así que el "carbón [ahora] se quema como combustible de base en la mayor parte de Europa", afirma Gareth Carpenter, editor de la consultora de energía Platts.

Y la decisión de Alemania de interrumpir toda su energía nuclear y construir más centrales de energía de carbón no hará sino aumentar aún más la producción.

Cuánto durará este resurgimiento del carbón dependerá en cierta medida de la recuperación económica global y de la capacidad de los gobiernos de implementar un sistema que finalmente ofrezca un buen precio del carbono.

Pero, mientras tanto, la legislación aprobada hace más de una década va a limitar seriamente la producción de carbón en los próximos años, según Varro.

El impacto total de la directiva sobre grandes plantas de combustión de la Unión Europea, diseñada para reducir los contaminantes del aire, pero no el dióxido de carbono, está a punto de dar sus resultados. Por lo tanto, cierta cantidad de plantas de carbón ineficientes serán sacadas de circulación.

Como resultado, en cinco años, la capacidad de producción de carbón "será considerablemente más baja que en la actualidad", dice Varro. La directiva no hará nada, por supuesto, para restringir las importaciones baratas procedentes de Estados Unidos.

Explosión de la demanda

Pero pase lo que pase con la producción de carbón y el consumo en Europa, la demanda de energía no para de crecer en Asia, en particular en China. Esto garantiza que la producción de carbón seguirá aumentando considerablemente en las próximas décadas.

El crecimiento demográfico y la explosión de las clases medias se encargarán de ello: sólo en China, la demanda de energía se triplicará para el año 2030, según Wood Mackenzie.

Carbón

El carbón es cada vez más barato.

China, en particular, está gastando enormes cantidades de dinero en proyectos de energía renovable de una escala que el mundo nunca ha visto: hay planes para superar casi 10 veces la capacidad eólica de Alemania, por ejemplo.

Pero ni siquiera eso va a servir para seguirle el ritmo de la demanda, es decir, los combustibles fósiles seguirán constituyendo la mayor parte del menú energético global en un futuro previsible.

Y si se trata de combustibles fósiles, el carbón es el ganador absoluto: por lo general es fácil y barato extraerlo, y más fácil de transportar, utilizando la infraestructura existente, como carreteras y ferrocarriles, que el petróleo o el gas.

Su precio también es relativamente estable, ya que, como señala Carpenter, "las minas de carbón en su conjunto se encuentran en países relativamente estables sin grandes conflictos geopolíticos".

Por todas estas razones, Wood Mackenzie pronostica que la producción de carbón en Indonesia, en la actualidad el cuarto productor más grande de carbón, aumentará un 60% en 2020, mientras que China importará más de mil millones de toneladas en 2030, casi cinco veces más que los niveles actuales.
Para ese año, se espera que la demanda mundial de carbón importado se duplique, lo que ayudará a que la proporción de combustible fósil utilizada en el mundo sea aún mayor de lo que es hoy.

 

Captura de carbono

La energía barata es, por supuesto, un ingrediente vital para el continuo crecimiento económico de los países en desarrollo, pero las consecuencias de la creciente producción de carbón en las emisiones de CO2 y el calentamiento global son profundas.

Mientras que China está ejecutando actualmente seis proyectos de captura y almacenamiento de carbono (CCS, por sus siglas en inglés) - cuyo objetivo es capturar las emisiones de CO2 de las centrales de carbón y sepultarlas bajo tierra - la tecnología está muy lejos de ser viable comercialmente.

Como dice Carpenter, a pesar de todo el bombo "parece muy poco probable que la tecnología CCS se use de manera extendida en los próximos 10 años".

Carbón

La demanda china de carbón se triplicará en 2030.

El resultado final inevitable es el aumento de las emisiones de CO2. Según la AIE, las emisiones procedentes de combustibles fósiles alcanzaron un nivel récord el año pasado, mientras que se estima que el total de emisiones relacionadas con la energía aumentará más de un 20% en 2035.

"Por qué no estamos desarrollando más CCS es un misterio para mí", dice el profesor Myles Allen de la Escuela de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Oxford.

"Se la ve como una más entre varias soluciones, pero es crucial. Sin ella, no hay más nada".
Y los CCS se prestan perfectamente al carbón, precisamente porque se trata de una fuente de energía barata.

Es necesario y urgente el desarrollo de CCS a nivel mundial, además de lograr más avances en la capacidad de potenciar las energías renovables, pero la creciente dependencia de Europa de del carbón sin capturar las emisiones está socavando su imagen de líder en energías limpias, y por lo tanto en globales para reducir las emisiones de CO2.

Fuente:

BBC Ciencia 

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14 de noviembre de 2012

¡Atrapen el dióxido de carbono!


Este gas, el CO2, tiene muy mala prensa... Aunque no es el más influyente, es uno de los gases de efecto invernadero (GEI) y del que más se suele hablar junto al metano. Ya explicamos en otra ocasión que el vapor de agua, aparentemente inocuo, es mucho más peligroso para dicho efecto, y encima la tasa de evaporación es algo que no podemos controlar. Quizá la mala fama de este gas venga de que, a pesar de que hay fuentes naturales que lo producen, los seres humanos somos responsables en buena medida del aumento exponencial desde la Revolución Industrial. Por eso, se han planteado medidas para disminuir las emisiones de GEI, pero también de capturar el dióxido de carbono que se produce en las industrias. 


Para ello, se buscan lugares que puedan servir para "secuestrar" este gas. Se pensó en recurrir a los océanos, porque el dióxido de carbono es soluble en el agua, y buena parte del que emitimos entra en contacto con la superficie marina... generando algunos problemas medioambientales. El agua, en contacto con el gas, forma HCO3 (ácido carbónico) que provoca una progresiva acidificación del agua de los océanos. Esto no solo influye en la flora y fauna marinas sino que disminuye la solubilidad de dióxido de carbono. Es decir, que el mar que hasta ahora se mostraba como un aliado en paliar los efectos del gas, en poco tiempo estará fuera de juego...

Otra posibilidad, es "secuestrarlo" en organismos vivos, en concreto en las plantas (que por la fotosíntesis toman dióxido de carbono del ambiente), sin embargo, se sabe que esto no tiene un efecto grande a nivel global, a no ser que se trate de un bosque joven en crecimiento. Por eso, algunas compañías petrolíferas (me suena que BP), evitan pagar las tasas por emisión de dióxido de carbono, plantando árboles. 

Se ha considerado la posibilidad de almacenarlo en las bolsas petrolíferas ya explotadas (vacías), pero esta medida también tiene sus inconvenientes. Por un lado, que el dióxido de carbono es un gas, por lo que habría que buscar una manera eficaz de transportarlo sin que "se escape" a la atmósfera, así que se condensa y se lleva en camiones... lo que supone un riesgo considerable teniendo en cuenta que si se produjera un accidente el dióxido de carbono se encuentra muy condensado como para resultar tóxico para el hombre y el ecosistema. Además, una vez "secuestrado" en la ex-bolsa de petróleo se impone que en ese terreno han de evitarse las excavaciones que pudieran llevar a liberar de golpe una enorme cantidad del gas... En Ràdio Barcelona, en la sección de Amazings del programa "Qué feu que no dormiu?" de la cadena SER anunciaban que podría tener consecuencias en las placas tectónicas que conforman nuestro querido planeta y provocar movimientos sísmicos. Decían que haciendo un uso adecuado de esta técnica, no tendría por qué ocurrir nada, pero es otro riesgo a tener en cuenta.

Desde mi punto de vista, lo mejor sería evitar las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera utilizando fuentes de energía renovables, y en el caso de emitir este gas usarlo como monómero en la fabricación de útiles y productos. No es tan sencillo pero con el tiempo seremos capaces (esperemos que no sea demasiado tarde). También se postula que si en vez de usar fuentes de energía fósiles (carbón y petróleo) empleásemos biomasa, es decir los residuos de explotación forestal y ganadera el balance emitido de dióxido de carbono sería nulo, puesto que estaríamos emitiendo lo que la biomasa "había tomado". En fin, que tenemos un largo camino por recorrer.

Fuente:

Esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión

17 de octubre de 2012

Software puede calcular emisiones de CO2 de cada ciudad, cada edificio y cada calle



La Universidad de Arizona ha desarrollado un software, Hestia, que modela las emisiones de CO2 de las ciudades. Se apoya en los flujos de automóviles, los reportes de la calidad del aire y los horarios de los habitantes. Así, puede analizar cuánto CO2 emerge de cada punto de la ciudad, incluso de cada calle, y a cada momento del día.

Hestia es el nombre de la diosa griega del corazón y del hogar, apropiado para un modelo que se preocupa por la calidad del aire de la Tierra.

Hasta ahora se ha modelado Indianápolis, y se planea llevar a otras ciudades más grandes como Phoenix o Los Ángeles. Se ha analizado qué zonas emiten más gases, por ejemplo: en qué calles hay más tráfico y bloqueos de autos, o las calles con casas más viejas y que requieren más clima artificial para calentarse durante el invierno.

Con este modelo se podrán localizar los puntos que requieren más inversiones y más remodelaciones para bajar las emisiones de carbono. Scott Bernstein, jefe del Center for Neighborhood Technology, afirma que es más fácil tomar medidas en puntos específicos que cambiar por completo el sistema de plantas, minerías y refinerías. Además, afirma, los coloridos diagramas de Hestia llaman la atención de las personas, por lo que ellos mismo pueden tomar medidas para reducir emisiones.

Más información en el video (inglés)



Fuente:

30 de agosto de 2012

El deshielo del Ártico liberará 44 millones de toneladas de carbono a la atmósfera

Imagen de archivo de grietas en el Ártico. | NASA/JPL-Caltech
Imagen de archivo de grietas en el Ártico.
La descongelación de placas de hielo desde la era Glacial en el Océano Ártico provocará la emisión de 44 millones de toneladas de carbono a la atmosfera, diez veces más de lo que se creía hasta ahora y una emisión masiva de gases de efecto invernadero, según un estudio de la Universidad de Estocolmo, cuya coautora Laura Sánchez-García trabaja actualmente en el Institut Català de Ciències del Clima.

El trabajo, que publica 'Nature', constata que el aumento de temperaturas medias en el Ártico está causando ya la descongelación del permafrost -la capa de suelo helado- durante más tiempo en verano y a mayor profundidad, en un proceso que "está firmemente en marcha".

En declaraciones a Europa Press, la coautora del estudio ha explicado que este aumento de la temperatura, que es de un 1,5 grados en España y el doble en el Ártico, acarrea consecuencias en el deshielo progresivo de placas congeladas hace 40 millones de años y que acumulan carbono que hasta ahora estaba inactivo.

Depósitos de carbono protegidos por el hielo

Con el deshielo "se activan depósitos de carbono anteriormente protegidos por el hielo", que se traducirán en una emisión de carbono, la mayoría en forma de CO2, pero también de metano, ha advertido la investigadora.

Los investigadores, que realizaron una extensiva campaña de recogida de muestras en 2008 con el análisis de 200 sedimentos marinos, 130 estaciones y 50.000 litros de agua, señalan que el carbono orgánico contenido en el permafrost ártico sugiere que aproximadamente dos tercios de este carbono se escapará a la atmosfera directamente.

"La relevancia de este estudio radica en la envergadura de una campaña de muestreo y estudio 'in situ' sin precedentes por la extensión y la cantidad de muestras recogidas", ha señalado la científica.

Para la investigadora, es sumamente importante estudiar la interacción entre el calentamiento climático y las emisiones de depósitos de carbono contenidos en la costa y el permafrost submarino.

En contra de lo que se creía, la erosión del Yedoma -tipo de suelo ártico rico en hielo y carbono orgánico- aporta la mayor proporción de carbono orgánico acumulado en los sedimentos marinos, en comparación con fuentes marinas o fuentes terrestres de origen fluvial.

Fuente:

El Mundo Ciencia

20 de julio de 2012

Hierro en el océano para combatir el cambio climático

Polarstern

El experimento se llevó a cabo utilizando el barco de investigación alemán Polarstern.

La fertilización de los océanos con hierro podría provocar que el dióxido de carbono permaneciese enterrado durante siglos, según lo reveló un reciente estudio publicado en la revista Nature.

El equipo de investigadores alemanes asegura que el hierro induce el crecimiento de pequeñas plantas marinas que se hunden en el océano y se llevan con ellas el CO2, lo que podría ayudar a combatir el cambio climático. 

Se trata de una de las ideas más antiguas para aportar una "solución técnica" al clima. Sin embargo, antes de que el método se ponga en práctica hacen falta más investigaciones. La prioridad, dicen los científicos, debe ser frenar las emisiones de CO2.

En el pasado se han llevado a cabo cerca de 12 experimentos de fertilización con hierro en el mar, que han sido estimulados por el oceanógrafo pionero de la teoría, John Martin.

En la década de los 80, Martin sugirió que en muchas partes de los océanos el crecimiento del fitoplancton -las diminutas plantas marinas o algas- se ve limitado por la falta de hierro.

Según él, la adición del elemento químico permitiría que las plantas hicieran pleno uso de nutrientes como el nitrógeno y el fósforo y, al crecer, absorberían el dióxido de carbono.

Desde entonces, este se ha convertido en el enfoque más estudiado de todos los propuestos por la "geoningeniería", que ofrece soluciones técnicas para el cambio climático.

Otros experimentos han demostrado que la adición de hierro estimula el crecimiento del fitoplancton y absorbe el CO2, pero no han dejado claro si el carbono vuelve a liberarse cuando las plantas mueren o por medio de la respiración de los pequeños animales (zooplancton) que se alimentan de ellas.

Alga marina

El alga Corethron pennatum fue una de las plantas estimuladas por el hierro.

La nueva investigación, relacionada con el Experimento de fertilización con hierro europeo (EIFEX, por sus siglas en inglés) realizado en 2004 en el Océano Antártico, es el primero en dar una respuesta clara a esas preguntas.

Sedimentos

EIFEX depositó cerca de cinco toneladas de sulfato de hierro en un remolino del Océano Antártico. Los científicos mostraron que el agua de esa corriente era bastante autónoma y se aislaba del resto del océano.
El hierro provocó que afloraran las algas, que murieron días después cuando la concentración de hierro se redujo.

Durante siete semanas, los científicos monitorearon el agua dentro y fuera del torbellino, y también antes, durante y después de la implementación del sulfato de hierro.

"Teníamos instrumentos que se podían desplegar hasta el fondo del mar a una profundidad de 3.800 metros", dijo Victor Smetacek, investigador principal del estudio.

"También contábamos con botellas que se cerraban a profundidades específicas para captar muestras de agua. Con ellas realizamos un gran número de mediciones del fitoplancton y su entorno (los nutrientes, el hierro y el zooplancton)", señaló a la BBC el científico del Instituto Alfred Wegener.

Las mediciones mostraron que aproximadamente la mitad del carbono que absorben las algas de las aguas superficiales, se hundía en el fondo del mar cuando el fitoplancton moría.

"El carbono orgánico en las algas muertas se filtró y se convirtió en una masa pegajosa, que a su vez arrastró a otras partículas hasta el fondo", dice.

Como el dióxido de carbono está en constante intercambio entre la superficie del océano y la atmósfera, la presunción es que una vez que el carbono ha llegado al fondo del océano en forma sólida, permanecerá allí durante siglos. Mientras tanto, el agua de la superficie -que estaría relativamente empobrecida de carbono- absorbería más CO2 de la atmósfera.

"Esta no es una solución"


"De los 12 experimentos de fertilización de este tipo, este ha sido el único ejemplo hasta la fecha que muestra que el carbono se sedimenta en el fondo de aguas profundas y se mantiene lejos de la atmósfera"

El doctor Michael Steinke de la Universidad de Essex en el Reino Unido, quien no participó en el estudio, dijo que se trata de "la primera evidencia de la conexión entre la atmósfera -cada vez más cargada de CO2- y las profundidades del mar".

Sin embargo, los experimentos de fertilización con hierro a lo largo de los años han dejado una clara lección: cada trozo de océano es distinto. Y cada uno precisa de la mezcla correcta de nutrientes y el tipo correcto de organismos.

El experimento más grande de todos, llamado Lohafex, asestó un duro golpe a las esperanzas de la fertilización del océano cuando confirmó hace tres años que seis toneladas de hierro inducían el crecimiento de apenas un poco de plancton.

"¿Este nuevo experimento abre las puertas a la geoingeniería a gran escala utilizando la fertilización del océano para mitigar el cambio climático?", preguntó el doctor Steinke. "Probablemente no, ya que la logística de encontrar el lugar adecuado para tales experimentos es difícil y costosa. De los 12 experimentos de fertilización de este tipo, este ha sido el único ejemplo hasta la fecha que muestra que el carbono se sedimenta en el fondo de aguas profundas y se mantiene lejos de la atmósfera".

El profesor John Shepherd, del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido, quien presidió el reporte de la Royal Society "La geoingeniería del clima", dijo que también es necesario que se tome en cuenta el impacto que la fertilización con hierro tendría sobre la vida marina, antes de ser considerada una "solución técnica".

"Aunque la nueva investigación es una contribución interesante y valiosa en este campo en evolución, no se ocupa de los posibles efectos ecológicos secundarios de la tecnología y sigue siendo un único estudio en un campo poco conocido", dijo.

El análisis del profesor Smetacek es que, tras una fertilización a gran escala, el océano solo podría ocuparse de una cuarta parte del dióxido de carbono que es depositado en la atmósfera por el transporte, la agricultura y otras industrias.

"Esta no es una solución. Lo primero que tenemos que hacer es reducir las emisiones. Eso es lo absolutamente esencial".

Fuente:

BBC Ciencia


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