Como sabemos, durante el compostaje la materia orgánica experimenta una serie de transformaciones de origen microbiológico que dan lugar a un composts con una materia orgánica estabilizada. Esta transformación incluye la generación de calor, vapor de agua, algunos nutrientes y sobre todo, CO2 como producto final de esta degradación. Por esto, este compuesto es muy estudiado como indicador de la actividad biológica de un compost ya que cuanto mayor sea la emisión de CO2 en un compostaje, mayor será la actividad biológica y viceversa.
¿Cuándo se emite más CO2?
Pues como ya hemos comentado, hay una relación directa entre su emisión y
la actividad biológica por lo que es normal un comportamiento como el
recogido en la Figura (a). Así, podemos observar una mayor emisión de
CO2 durante la etapa que coincide con la fase termófila (la de mayor
actividad biológica medida por una temperatura mayor) en las primeras 10
semanas de compostaje.
Un comportamiento similar podríamos esperar del metano (CH4), aunque hay
varios factores que influyen mucho en su emisión como el tipo de
residuo que se composta, la generación de condiciones de anoxia y
la proliferación de los microorganismos “metanogénicos”. En nuestro
caso particular, se observa también un comportamiento similar a la
emisión de CO2, durante la etapa termófila.
CO2 and CH4 are the main gases generated by microbial degradation of OM during composting. In Fig. 3, the surface gas fluxes of both gases are shown and compared to the OM degradation pattern in the five composting mixtures.
The emission of CO2 showed a similar pattern in the five piles. The
higher CO2 production occurred at the beginning of the process, mainly
during the initial 10 wk of composting, characterized by high
temperatures (Fig. 2) and consequently higher microbial activity.
Afterwards, CO2 fluxes were markedly reduced to levels lower than 200 g C
m2 d1, by the end of the thermophilic phase (17 wk), and then CO2
emissions slowly decreased during maturation down to levels lower than
10 g C m2 d1, reflecting the stability of the mature compost. CO2
production has been extensively used as a respirometric index to
measure microbial activity (Barrena et al., 2006). The evolution of the
CO2 emissions in the five piles reflected the high stability degree
achieved by the mature composts, which was confirmed by the changes in the stability and maturity indices used to assess the composting process (Table 1).
La fuente:
Tomado de:
Compostando