Especial: DesiertosEspaña es uno de los países más afectados por la desertificación y la erosión de los suelos. Uno de los componentes claves para evitar esta situación es mantener un buen nivel de materia orgánica. Para este fin, Amigos de la Tierra resalta la importancia del compostaje, como una práctica viable, económica y fácil de aplicar, que regenera el desgaste del suelo a través de la materia orgánica producida.
                                    El 40% de la superficie de España se ve amenazado por  severos  procesos de erosión y desertificación. En la actualidad, nuestro   territorio es uno de los países industrializados más afectados por este   problema. Por esta razón, cada vez se hace más urgente implantar   medidas preventivas y correctoras que impidan el aumento progresivo de   la desertificación.
 La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) prevé que,  en 2030, el  agua disponible se reducirá en torno a un 25%, lo que  implica que el  65% de la población española sufrirá “estrés  hídrico”. Estas  condiciones han sido generadas por una gestión  incorrecta del agua,  unas prácticas agrícolas inadecuadas, una  construcción desmesurada de  infraestructuras y el desarrollo urbanístico  descontrolado del litoral,  entre otros factores, que llevan a la  disminución de la proporción  orgánica del suelo.
 “El suelo, como parte fundamental de los ecosistemas,  debe recuperar  su importancia. Es necesario revalorizar su fertilidad,  tener en  cuenta su fragilidad ante los impactos ambientales y detener la  enorme  especulación económica, que no solo amenaza al medio ambiente,  sino a  nuestras vidas y sustentos”, señala María Durán, responsable del  área  de residuos de Amigos de la Tierra.  
 Enfrentar la desertificación se convierte en un proceso  lento, pero  posible con soluciones basadas en medidas que garanticen la  integridad  del suelo. El compostaje de la materia orgánica contenida en  los  residuos domésticos se convierte en este contexto en una herramienta   imprescindible: aporta un abono que mantiene la cobertura vegetal y   respeta los ciclos naturales, logrando desembocar en un uso racional del   terreno. Amigos de la Tierra exige que toda la materia orgánica   procedente de los residuos urbanos se recupere con el fin de aprovechar   este recurso para frenar la desertificación, siendo un paso esencial su   recogida selectiva.   
 La solución al problema no requiere de tecnologías  innovadoras ni  costosas, sino de un cambio de actitud de las  administraciones y la  ciudadanía en asuntos clave como el cambio  climático, la gestión de  residuos orgánicos o la ordenación del  territorio con criterios de  sostenibilidad. Así, la práctica del  compostaje es una alternativa, que  demuestra su alta efectividad para  frenar la pérdida de riqueza  vegetal en nuestros suelos.
 Amigos de la Tierra lleva 8 años trabajando con  proyectos de  compostaje doméstico en más de 30 municipios de Galicia,  Baleares,  Madrid, Andalucía y Navarra. Los resultados han demostrado la  capacidad  de implantación del modelo con la ciudadanía, que gestiona sus  propios  residuos orgánicos transformándolos en un abono natural de alta   calidad, el compost.
 Para evitar la pérdida de riqueza del suelo mediante la  contención  de materia orgánica, la práctica del compostaje es una medida  efectiva y  muy viable para devolver al suelo esta materia, porque  aumenta las  propiedades físicas del suelo, favoreciendo su estabilidad y   estructura, y aumentando su porosidad y permeabilidad; se refuerzan sus   propiedades químicas, incrementando su contenido en nutrientes y su   actividad biológica, actuando como soporte y alimento de los   microorganismos que contribuyen a su mineralización, al mismo tiempo,   proporciona estructuras más propicias de retención de agua. Además, se   evita la introducción de fertilizantes químicos, que aceleran el proceso   de desertificación.
Fuente:
Ecoticias