Este
gas, el CO2,
tiene muy mala prensa... Aunque no es el más influyente, es uno de los
gases de efecto invernadero (GEI) y del que más se suele hablar junto al
metano. Ya explicamos en otra ocasión que el vapor de agua,
aparentemente inocuo, es mucho más peligroso para dicho efecto, y
encima la tasa de evaporación es algo que no podemos controlar. Quizá la
mala fama de este gas venga de que, a pesar de que hay fuentes
naturales que lo producen, los seres humanos somos responsables en buena
medida del aumento exponencial desde la Revolución Industrial. Por eso,
se han planteado medidas para disminuir las emisiones de GEI, pero
también de capturar el dióxido de carbono que se produce en las
industrias.
Para
ello, se buscan lugares que puedan servir para "secuestrar" este gas.
Se pensó en recurrir a los océanos, porque el dióxido de carbono es
soluble en el agua, y buena parte del que emitimos entra en contacto con
la superficie marina... generando algunos problemas medioambientales.
El agua, en contacto con el gas, forma HCO3
(ácido carbónico) que provoca una progresiva acidificación del agua de
los océanos. Esto no solo influye en la flora y fauna marinas sino que
disminuye la solubilidad de dióxido de carbono. Es decir, que el mar que
hasta ahora se mostraba como un aliado en paliar los efectos del gas,
en poco tiempo estará fuera de juego...
Otra
posibilidad, es "secuestrarlo" en organismos vivos, en concreto en las
plantas (que por la fotosíntesis toman dióxido de carbono del ambiente),
sin embargo, se sabe que esto no tiene un efecto grande a nivel global,
a no ser que se trate de un bosque joven en crecimiento. Por eso,
algunas compañías petrolíferas (me suena que BP), evitan pagar las tasas
por emisión de dióxido de carbono, plantando árboles.
Se
ha considerado la posibilidad de almacenarlo en las bolsas petrolíferas
ya explotadas (vacías), pero esta medida también tiene sus
inconvenientes. Por un lado, que el dióxido de carbono es un gas, por lo
que habría que buscar una manera eficaz de transportarlo sin que "se
escape" a la atmósfera, así que se condensa y se lleva en camiones... lo
que supone un riesgo considerable teniendo en cuenta que si se
produjera un accidente el dióxido de carbono se encuentra muy condensado
como para resultar tóxico para el hombre y el ecosistema. Además, una
vez "secuestrado" en la ex-bolsa de petróleo se impone que en ese
terreno han de evitarse las excavaciones que pudieran llevar a liberar
de golpe una enorme cantidad del gas... En Ràdio Barcelona, en la
sección de Amazings del programa "Qué feu que no dormiu?" de la cadena SER
anunciaban que podría tener consecuencias en las placas tectónicas que
conforman nuestro querido planeta y provocar movimientos sísmicos.
Decían que haciendo un uso adecuado de esta técnica, no tendría por qué
ocurrir nada, pero es otro riesgo a tener en cuenta.
Desde
mi punto de vista, lo mejor sería evitar las emisiones de dióxido de
carbono a la atmósfera utilizando fuentes de energía renovables, y en el
caso de emitir este gas usarlo como monómero en la fabricación de
útiles y productos. No es tan sencillo pero con el tiempo seremos
capaces (esperemos que no sea demasiado tarde). También se postula que
si en vez de usar fuentes de energía fósiles (carbón y petróleo)
empleásemos biomasa, es decir los residuos de explotación forestal y
ganadera el balance emitido de dióxido de carbono sería nulo, puesto que
estaríamos emitiendo lo que la biomasa "había tomado". En fin, que
tenemos un largo camino por recorrer.
Fuente:
Esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión