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16 de marzo de 2019

UNMSM: Diminutas algas pueden ayudar a descontaminar los lagos del país

Biólogos de la Universidad de San Marcos trabajan en un experimento que consiste en recolectar las microalgas para luego fortalecerlas con nitrógeno, fósforo y potasio para que combatan a los contaminantes en los lagos y ríos.

Estas pequeñas algas podrían salvar los lagos de Perú de la contaminación. (Foto: AFP)

Unas pequeñas algas verdes pueden ayudar a purificar las aguas de los lagos de nuestro país, contaminados con residuos minerales. 

Un equipo de nueve biólogos desarrolla un experimento consistente en la recolección de microalgas, que luego son fortalecidas con nutrientes y oxígeno en un laboratorio de Lima, para después ser llevadas de vuelta a lagos y ríos contaminados por la minería para purificar sus aguas.

"Estas microalgas recibieron por casi dos años nutrientes para fortalecerlas con el objetivo que puedan absorber los contaminantes minerales", explica Enoc Jara Peña, jefe de este equipo de investigación de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos , la más antigua de América. 

Los nutrientes son nitrógeno, fósforo y potasio, y fortalecen a las microalgas para que combatan a los contaminantes y tengan una reproducción más rápida. 

"Los trabajos ahora están centrados en la reproducción masiva de las fortificadas microalgas", dice Jara, quien desde hace una década investiga el uso de hongos, plantas o enzimas para restaurar suelos y aguas. 

El científico explica que estas microalgas pasaron su prueba de fuego al vencer "en dura lucha" a microorganismos que contaminaban el lago Junín y que los biólogos habían llevado al laboratorio limeño para la investigación. 

El lago más contaminado

El lago Junín o Chinchaycocha está situado a unos 200 kilómetros al noreste de Lima, a 4,000 metros de altitud, y es el segundo más grande de Perú después del Titicaca.

De 530 kilómetros cuadrados, es el lago más contaminado en el país por residuos de minerales. 

Luego de ser reproducidas y fortalecidas las algas en Lima en recipientes con aguas contaminadas del Junín, se realizará una segunda etapa cerca del lago.

Los científicos montarán un laboratorio para conseguir toneladas de microalgas, que luego serán vertidas al lago. Después se realizará el seguimiento y evaluaciones para ver los avances en el proceso de descontaminación. 


 

12 de febrero de 2019

Rutherford y Soddy: auténticos alquimistas


Rutherford, ¡esto es transmutación!
Por Dios, Soddy, no le llames transmutación. Nos cortarán la cabeza por alquimistas.

Así reaccionaron el físico neozelandés Ernest Rutherford y su discípulo inglés Frederick Soddy ante el sorprendente resultado de una serie de cuidadosos experimentos que realizaron en 1901 en la Universidad McGill de Montreal (Canadá). Llevaban tiempo intentando entender el fenómeno de la radiactividad, descubierto por Becquerel y descrito por Marie y Pierre Curie. Y por fin habían conseguido demostrar que en los materiales radiactivos los átomos se desintegran, de modo que los átomos de un elemento radiactivo se transforman en otro elemento.

Así que la transmutación, que habían buscado durante tantos siglos los alquimistas, ocurría de manera espontánea y natural. La idea era tan rompedora que Rutherford y Soddy evitaron añadirle prejuicios y hablaron de transformación en lugar de transmutación cuando en 1902 publicaron “La causa y naturaleza de la radiactividad”, que condensaba sus experimentos en la teoría de la desintegración atómica. Con ella rompieron el dogma científico de que el átomo era indivisible (que es lo que significa átomo en griego).

Ernest Rutherford (1871–1937) identificó los tres tipos principales de radiactividad: rayos alfa, rayos beta y rayos gamma. Y siguió estudiando la transmutación. Vio cómo aparecían átomos estables de plomo en medio de un mineral radiactivo de uranio. No había manera de saber cuándo se iba a transformar un átomo en concreto, pero Rutherford se fijó en que cualquier muestra (más grande o más pequeña) de un mismo elemento radiactivo tardaba exactamente el mismo tiempo en quedar reducida a la mitad. Ese tiempo, llamado semivida, convertía a los elementos radiactivos en perfectos cronómetros.
Ernest Rutherford en su laboratorio en McGill University (1905). Créditos: Wellcome Images
Conociendo esa velocidad constante con la que el uranio se transforma en plomo y midiendo la cantidad de plomo que había en una roca de pechblenda (mineral de uranio), Rutherford y su colega Boltwood calcularon en 1907 que alguna de aquellas piedras tenía al menos 1.000 millones de años: ¡Era muchísimo más vieja de lo que entonces se pensaba que era la Tierra!

Además de entender a fondo la radiactividad, Rutherford le dio su primera utilidad práctica (mucho antes que las aplicaciones médicas, bélicas o energéticas): calcular la edad de la Tierra. Por todo ello recibió el premio Nobel de Química en 1908. Aunque bien podría haber recibido dos Nobel más por sus siguientes descubrimientos:
  • Rutherford usó la radiactividad para explorar el interior de los átomos. Junto con su alumno Geiger, disparó rayos alfa contra una finísima lámina de oro y observó atónito cómo alguna de esas partículas alfa rebotaban hacia atrás. Recuperado del impacto, en 1911 dedujo que aquello solo era posible si los átomos tenían un minúsculo núcleo, con carga positiva, que concentraba casi toda su masa. Había nacido el modelo atómico de Rutherford, perfeccionado luego por su alumno Bohr: esa imagen tan familiar del átomo, con los electrones girando alrededor de ese núcleo.
  • En su laboratorio él siguió bombardeando átomos con rayos alfa, hasta que en 1919 consiguió transformar átomos de nitrógeno en oxígeno: se convirtió así en “el primer alquimista con éxito de la historia”. Aquella transmutación de nitrógeno en oxígeno fue la primera reacción nuclear artificial; y, entre sus restos, Rutherford encontró el protón, una nueva partícula subatómica con carga positiva.
Mientras tanto, Frederick Soddy (1877–1956) había seguido estudiando la desintegración natural de los elementos radiactivos y descubrió en 1913, al mismo tiempo que Kazimierz Fajans, las reglas de la transmutación: cuando un átomo emite espontáneamente una partícula alfa, retrocede dos casillas en la tabla periódica (ej: el uranio–238 se transforma en torio); cuando un átomo emite una partícula beta, avanza una casilla (ej: el carbono–14 se transforma en nitrógeno).

Siguiendo esas reglas, conocidas como la ley de Fajans-Soddy, se producen las cadenas de desintegración naturales, como la que empieza en el radiactivo uranio–238 y termina en el estable plomo, pasando por productos intermedios como el radio o el uranio-234. Y estudiando paso a paso esas cadenas, Soddy descubrió por el camino los isótopos: distintas versiones de un mismo elemento, con átomos que pesan diferente pero que tienen las mismas propiedades químicas.
Frederick Soddy en su laboratorio en la Universidad de Glasgow. Créditos: Wellcome Images
El Nobel de Química de 1921 reconoció los descubrimientos de Soddy, en los que el escritor H.G. Wells se había inspirado para escribir su novela de ciencia-ficción “La liberación mundial” (1914). Ese libro, que Wells dedicó a Soddy, anticipaba el peligro de las armas nucleares, casi 20 años antes de que Leó Szilárd concibiera la idea de reacción en cadena.

A Soddy le preocupaba mucho el uso que se hacía de los descubrimientos científicos y eso le llevó a escribir en 1926 una crítica radical de la economía occidental, analizándola mediante leyes físicas de la termodinámica. Según Soddy, el sistema confunde la riqueza con la deuda, y también fue pionero criticando el crecimiento económico basado en el uso de combustibles fósiles para obtener energía. Sus propuestas para una reforma del sistema monetario, que hoy son prácticas comunes, fueron entonces despreciadas e ignoradas por excéntricas… como si Soddy fuera un alquimista económico en busca de una piedra filosofal para transformar la deuda en riqueza.

Tomado de: Open Mind

10 de febrero de 2019

La tabla periódica de las científicas

2019 ha sido declarado Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos al conmemorarse el 150º aniversario de la publicación de Mendeléyev en la que colocaba los 63 elementos conocidos hasta el momento en función de sus propiedades periódicas, dejando huecos para elementos descubiertos con posterioridad y que poseían las propiedades esperadas. Al igual que pasa con otras conmemoraciones se están preparando numerosas actividades para el año 2019 relacionadas con la química, pues se pretende fortalecer la conciencia global sobre el papel clave que juega la química en el Desarrollo Sostenible al proporcionar importantes soluciones a desafíos globales tales como la energía, la alimentación, la salud o la educación.


Existe una amplísima colección de tablas periódicas de los elementos, una de las más recientes en la de la European Chemical Society lanzada con motivo de este año internacional y que representa la abundancia relativa de los elementos naturales (disponible en alta resolución aquí), las de la web Webelements que es una estupenda base de datos gratuita sobre las características y propiedades de los elementos (con tienda con productos de esos que les nos gustan a los frikis) y ¿existe alguien mayor de 40 que no haya tenido en sus manos una copia xerigrafiada de la Tabla Peryódica?
Tablas frikis existen multitud. Hace casi 10 años Eugenio recopilaba las 50 mejores y después han aparecido cosas como la Tabla periódica de la ortografía (que está bien pero pierde un poco la idea de periodicidad). Así que me puse a buscar la Tabla Periódica de las Científicas, ¡y no la encontré! así que he tenido que hacerla. Claro, es “mi” tabla periódica de las científicas, lo que quiere decir que excepto alguna consulta puntual solo me he puesto de acuerdo conmigo misma seguro que vosotros habríais elegido a otras científicas diferentes porque lo que os puedo asegurar es que me han quedado muchas fuera.
Comentarios. He intentado mantener la periodicidad con alguna trampa que otra, metiendo a científicas de doble afiliación (matemáticas y astrónomas, o químico-físicas por ejemplo) donde mejor me convenía. En algunas casillas he metido a más de una científica porque “me lo pedía” y he dejado el hueco de las Tierras Raras a las científicas españolas, raras por preciosas y desconocidas (o por lo menos más desconocidas de lo que debieran).

Las científicas que componen esta tabla (por orden alfabético de símbolos) son las siguientes:


Y aquí puedes encontrar más información sobre ellas:

Ag: Maria Agnessi, matemática
Al: Frances H. Arnold, ingeniera química y Premio Nobel de Química 2018
An: Mary Anning, paleontóloga
Ap: Virginia Apgar, médico
Av: Ángeles Alvariño, oceanógrafa
Ay: Hertha Ayrton, ingeniera e inventora
B: Linda Buck, médico y Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2004
Ba: Florence Bascom, geóloga
Bb: Katharine Burr Blodgett, química
Bd: Lina Badimon, fisióloga, especialista en investigación cardiovascular, premio Rey Jaime I de Investigación Clínica 2014
Be: Jocelyn Bell Burnell, astrofísica
Bl: Alice Ball, química farmacéutica
Bc: María Blasco, bioquímica, Premio Rey Jaime I de Investigación Básica 2007
Bn: Dorotea Barnés y las químicas españolas de la edad de plata
Br: Elizabeth Blackburn, bioquímica y Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2009
Bs: Laura Bassi, matemática y física
Bt: Patricia Bath, oftalmóloga
Bu: Marietta Blau, física
Bw: Elizabeth Blackwell, médica
By: Pilar Bayer, matemática
C: Emilie du Châtelet, matemática
Ca: Rachel Carson, bióloga y ambientalista
Cb: Pilar Carbonero, ingeniera agrónoma
Ch: Emmanuelle Charpentier, bioquímica y Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2015
Ck: Barbara McClintock, bióloga
Cl: M. Antonia Canals, matemática
Cn: Annie Jump Cannon, astrónoma
Co: Gerty Cori, bioquímica y Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1947
Cr: Josephine Cochrane, inventora
Cs: M. Andrea Casamayor, matemática
Ct: M. Assumpció Català, astrónoma
Cu: Marie Curie, física y matemática
Cv: Josefina Castellví, oceanógrafa
Cw: Dorothy Crowfoot Hodgkin, química y Premio Nobel de Química en 1964
Do: Jennifer Doudna, bioquímica y Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2015
Dr: Mildred Dresselhaus, física
El: Gertrude B. Elion, química farmacéutica y Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1988
F: Fátima de Madrid, astrónoma
Fe: Antonia Ferrín, astrónoma
Fl: Williamina Fleming y las astrónomas de Harvard, astrónomas
Fr: Rosalind Franklin, química-física
Fu: Gertrudis de la Fuente, química
Fy: Joan Feynman, física y astrofísica
Gd: Jane Goodall, Dian Fossey & Biruté Galdikas, primatólogas
Ge: Sophie Germain, matemática
Gp: Maria Goeppert-Mayer, física y Premio Nobel de Física en 1963
Gr: Carol Greider, bioquímica y Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2009
Gv: Evelyn Boyd Granville, matemática
H: Hipatia de Alejandría, matemática y astrónoma
Ha: Margaret Hamilton, ingeniera de software
Hg: Hildegarda de Bingen, médica
Ho: Grace Hopper, informática
Hr: Caroline Herschel, astrónoma
Jc: Irène Joliot Curie, física y química, Premio Nobel de Química en 1935
Jh: Katherine Johnson, matemática
Jk: Shirley Ann Jackson, física
Ju: Manuela Juárez, química
K: Stephanie Kwolek, química e inventora
Kl: Frances Oldham Kelsey, farmacóloga
Ko: Sofia Kovalevskaya, matemática
La: Hedy Lamarr, inventora
Lh: Inge Lehman, sismóloga
Lk: Mary Leakey, paleontóloga
Lm: Rita Levi Montalcini, neuróloga y Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1986
Ln: Kathleen Lonsdale, química
Lo: Ada Lovelace, matemática
Lp: Nicole-Reine de Lepaute, matemática y astrónoma
Lv: Henrietta Swan Leavitt, astrónoma
Ma: María Martinón Torres, paleontóloga
Mh: Wangari Maathai, bióloga y defensora del medioambiente
Mb: Felisa Martín Bravo, física
Me: Marie Meurdrac & Jane Marcet, químicas y divulgadoras
Mg: Lynn Margulis, bióloga
Mi: Maria Mitchell, astrónoma
Mn: Rosa M. Menéndez, química
Mo: Gabriela Morreale, química dedicada a la endocrinología, Premio Rey Jaime I de Investigación Clínica 1998
Mr: Susana Marcos, física, Premio Rey Jaime I de Nuevas Tecnologías 2017
Ms: May Britt Moser, neurocientífica y Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2014
Mt: Lise Meitner, física
Mz: Maryam Mirzajani, matemática
Nd: Ida Noddack, química
Ng: Florence Nightingale, enfermera
Ni: Ángela Nieto, bióloga y neurocientífica, Premio Rey Jaime I de Investigación Básica 2009
No: Emmy Noether, matemática
Nu: Christiane Nüsslein-Volhard, bióloga y Premio Nobel de Fisiología o Medicina 1995
Pc: Agnes Pockels, química
Pe: Margarite Perey, física
Py: Cecilia Payne-Gaposchkin, astrónoma
Pz: Marie Anne Paulze, química
Rc: Ellen Richards, química
Rd: Teresa Rodrigo, física
Rm: Nancy G. Roman, astrónoma
Rr: Ángela Ruiz Robles, inventora
Ru: Vera Rubin, astrónoma
Sc: Bodil Schmidt Nielsen, fisióloga
Si: Alicia Sintes, física
Sl: Margarita Salas, bioquímica, Premio Rey Jaime I de Investigación Básica 1994
Sm: Mary Sommerville, matemática
Sn: Françoise Barré-Sinoussi, viróloga y Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2008
Sr: Donna Strickland, física y Premio Nobel de Física 2018
St: Marie Stopes, paleobotánica
Sv: Nettie Stevens, genetista
Sy: Maria Sybilla Merian, botánica y entomóloga
T: Trótula de Salerno, médico
Th: Marie Tharp y Sylvia Earle, oceanógrafas
Ti: Beatrice Tinsley, astrónoma
Tk: Mária Telkes, física e ingeniera
Vr: María Vallet Regí, química farmacéutica, Premio Rey Jaime I de Investigación Básica 2018
W: Chien Shiung Wu (y II), física
Wk: Maria Winkelmann, astrónoma
Wo:  María Wonenburger, matemática
Wt: Linda Watkins, bioquímica y Premio Príncipe de Asturias de Investigación Cient
Y: Tu Youyou, química farmacéutica y Premio Nobel de Medicina 2015
Yn: Ada Yonath, química y Premio Nobel de Química 2009
Yw: Rosalyn Yalow, biofísica y Premio Nobel de Medicina o Fisiología 1977
Yz: Josefa Yzuel, física
Z: Wang Zhenyi, astrónoma
Zn: Isabel Zendal, enfermera

Hemos colgado la tabla periódica en formato A3 listo para descargarse con los nombres de las científicas:PDF preparado para imprimir en A3 con el símbolo y el nombre de cada científica (enlaces directos desde cada celda a sus biografías)
Y también podéis descargaros una Presentación con la tabla periódica editable, las científicas agrupadas por categorías y los enlaces.

Tomado de:  Naukas

18 de enero de 2019

Presentan por primera vez mapa de la minería ilegal de toda la Amazonía

Trabajo inédito en seis países confirma que existen, al menos, 2.312 puntos y 245 áreas de extracción no autorizada de oro, diamantes y coltán. Madre de Dios es la región más degradada por la extracción de oro en la Amazonía.


Por primera vez se presenta una plataforma que aglomera los datos sobre minería ilegal de seis países amazónicos. Este trabajo realizado por organizaciones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú confirma la existencia de, al menos, 2.312 puntos y 245 áreas de extracción no autorizada de minerales como oro, diamantes y coltán en la selva tropical, la región con más diversidad del planeta.

La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) realizó su estudio denominado "Amazonía saqueada", a partir de imágenes satelitales y noticias publicadas en la prensa de los países mencionados hasta el 2017. La investigación que abarcó 7 millones de kilómetros cuadrados de selva tropical, ha construido una herramienta en línea (https://mineria.amazoniasocioambiental.org/) que permite navegar por todos los puntos y áreas de minería ilegal para determinar su impacto en áreas naturales protegidas y territorios indígenas. 

"La incidencia de la minería ilegal en la Amazonía, especialmente en los territorios indígenas y áreas naturales protegidas, ha crecido exponencialmente en los últimos años con el alza del precio del oro. No obstante, esta es una de las presiones menos investigadas, por lo que RAISG decidió incluirla como uno de los temas que requiere seguimiento permanente, sobre todo por sus impactos socioambientales", indicó Beto Ricardo, secretario Ejecutivo de la RAISG.

​—Madre de Dios, área de más degradación de la Amazonía​—

Entre las 245 áreas de extracción detectadas, 132 están en Brasil (principalmente en la región del río Tapajós) y 110 en el Perú en la región de Madre de Dios. Mientras que tres están en Bolivia. El estudio concluye que Madre de Dios, es el sector de la Amazonía más degradada por la extracción de oro. 
La investigación identificó que en 649 áreas naturales protegidas, 55 tienen puntos de minería ilegal activas o balsas dentro de sus límites y 41 zonas protegidas sufren daños indirectos, debido a que la actividad ilegal está presente en las zonas de amortiguamiento o en sus fronteras. 

De otro lado, de los 6.207 territorios indígenas ubicados en los seis países, 78 presentan actividades mineras en su entorno. La mayoría de estos territorios indígenas (64) está ubicada en Perú.

“Para contrarrestar la arrasadora actividad de minería ilegal urge un mecanismo de articulación e involucramiento entre el gobierno nacional con las regiones y demás actores locales. Sin embargo, no solo es cuestión de crear leyes, sino de cómo las aplicamos en el terreno sin presupuesto, sin personal capacitado y sin equipos. Debemos superar de manera urgente esta falta de voluntad política”, indicó para el estudio Pedro Tipula, especialista del Instituto del Bien Común – IBC y Coordinador del Sistema de Información sobre Comunidades Campesinas del Perú (SICCAM).

—Uso del mercurio​—

Camilo Guio, vicedirector da Gaia Amazonas explicó que las mencionadas actividades extractivas ilegales trabajan de forma "antitécnica e insostenible", se valen del uso de balsas y dragas y además la mala utilización del mercurio que genera daño en la salud de las poblaciones locales y de los pueblos indígenas.

"Los datos recogidos por la RAISG, sin embargo, constituyen una primera aproximación a la situación, que refleja un problema de una magnitud desconocida y cuya visión representa sólo una parte de lo que realmente está sucediendo. Los casos reportados provienen de informes de comunidades ribereñas e indígenas, del relevamiento de noticias y del análisis de imágenes satelitales", precisa el estudio.

Según detalla la investigación, en el Perú los resultados preliminares de un estudio realizado por el Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA) revelan que los niveles de mercurio en peces son un 43% mayores en pozos abandonados por la minería de oro que en áreas donde no existen campamentos mineros.

Recolectaron muestras de peces en siete lagunas ubicadas en zonas mineras abandonadas de Laberinto, Tambopata, Madre de Dios e Inambari. Adicionalmente se recolectó muestras de peces en dos lagunas y un río dentro del Parque Nacional Manu, como área de referencia donde no hay presencia de actividad minera.

Este panorama que se presenta en la región ha generado que la deforestación en el Perú alcance picos jamás registrados. De acuerdo a una investigación del Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA), en solo cinco años hubo una pérdida forestal de 170 mil hectáreas, cifra que es 30% mayor a la anunciada en otros monitoreos.

La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada - RAISG, creada en 2007, es una iniciativa regional amazónica que genera información georreferenciada y posibilita una visión integral de la Amazonía y de las amenazas que se ciernen sobre ella.

El mapa ha sido producido por una red de trabajo de organizaciones no gubernamentales en seis países amazónicos: Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) en Bolivia, Gaia Amazonas en Colombia, Instituto del Bien Común (IBC) en Perú, Ecociencia en Ecuador, Provita y Wataniba en Venezuela, Imazon e Instituto Socioambiental (ISA) en Brasil. 

Para acceder a la plataforma accesa a este enlace https://saqueada.amazoniasocioambiental.org/story/conflicts

Artículo tomado de: El Comercio (Perú)


14 de enero de 2019

Peruana gana beca para estudiar Ingeniería Bioquímica en Reino Unido

Carol Flores Fernández cumplirá uno de sus sueños gracias a la Beca Presidente de la República, otorgada por el Estado a través del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Minedu. 


Una joven peruana de 28 años, egresada de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), ganó una beca que le permitirá realizar un doctorado en Ingeniería Bioquímica en The University College del Reino Unido.

Carol Flores Fernández con mucho esfuerzo postuló y ganó la Beca Presidente de la República, otorgada por el Estado a través del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.

“Estudiaré becada el PhD en Ingeniería Bioquímica en el University College London, porque me interesan los bioprocesos industriales para tener productos de valor agregado y producir compuestos que permitan degradar residuos agroindustriales”, sostuvo Carol Flores. 

Carol Flores nació en Trujillo, en la región de La Libertad, y desde muy pequeña descubrió su pasión por la química. Rodeada de naturaleza, se interesó en estudiarlo cada día más.

“Lo que muchos lo tomaban como desventaja, yo lo vi como una oportunidad. Había tanta calma que solo me dedicaba a estudiar y nadie me distraía. Tenía árboles y arbustos que disfrutaba contemplar”, comentó. 

Con el tiempo, estudió en la UNMSM y luego concluyó una maestría en Biotecnología en su alma máter. Trabajó en el Laboratorio de Biología Molecular de su facultad, el cual le permitió acceder a un proyecto en el Laboratorio del Departamento de Ingeniería Bioquímica del University College London, en el Reino Unido.

Esto la llevó a postular a la más reciente convocatoria para la Beca Presidente de la República, que brinda a jóvenes talentosos con limitados escasos recursos económicos la posibilidad de seguir estudios de postgrado (maestrías y doctorados) en las más prestigiosas universidades del mundo. 

Carol sorprendió gratamente al alcanzar el primer puesto entre las 120 profesionales que obtuvieron la beca. Sin duda alguna, un gran ejemplo a seguir. 

Fuente: Peru21 

2019, Año Mundial de la Tabla Periódica

La Facultad de Química de la Universidad de Murcia (España) ha construido en su fachada principal una Tabla Periódica gigante.

La tabla periódica es una herramienta única que permite a los científicos predecir la apariencia y las propiedades de la materia que compone el universo. Sin embargo, la función de cada uno de los elementos resulta una incógnita para la mayoría de la población.

En 2019 se conmemorará el 150º aniversario de la creación de esta famosa tabla por el químico ruso Dmitri Mendeleev, que en 1869 ordenó los elementos conocidos según las características de sus átomos.

Por todo ello, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas ha proclamado 2019 como el Año Internacional de la Tabla Periódica. El objetivo principal de esta iniciativa es reconocer la función crucial que desempeñan los elementos y las ciencias fundamentales, especialmente la química y la física, en el desarrollo sostenible.

La celebración también rendirá homenaje a los últimos cuatro elementos superpesados añadidos a la tabla periódica: nihonio (Nh), moscovio (Mc), téneso (Ts) y oganesón (Og). El descubrimiento y denominación de todos ellos fue el resultado de una estrecha colaboración científica internacional.

Fuente: Agencia SINC 


2 de enero de 2019

Hawái va a prohibir la mayoría de las cremas solares para océanos

En el 2018, el parlamento hawaiano aprobó una ley para prohibir la oxibenzona y el octinoxate, dos productos habituales en las cremas solares que han demostrado ser muy agresivas con el medio ambiente.



A falta de la firma del Gobernador, Hawái se convertirá en el primer estado de EEUU en prohibir la venta de estas cremas de protección solar. Alrededor de 14.000 toneladas de protección solar terminan en los arrecifes de coral de todo el mundo y los principales responsables son las zonas costeras con gran afluencia de turistas. Hawái, las Islas Vírgenes o la costa australiana está muriendo de éxito.

Cuando el bronceado te queda de muerte

Si nos fijamos en las playas, un estudio del Laboratorio Haereticus calculó que en una playa como Hanauma Bay, con una media de 2,600 visitantes diarios, se vertían 190 kilos de loción al mar. A eso hay que sumar toda la loción que llega a través de los sistemas de canalización y desagüe.

La mayoría de esa loción es inocua, pero hablamos de productos muy lesivos que pueden producir grandes daños. Según un estudio publicado en Archives of Environmental Contamination and Toxicology en 2015, la oxibenzosa, por ejemplo, mata a los corales de tres formas distintas: alterando su ADN, haciéndola más susceptibles a otros productos químicos y actuando como ‘disruptor endocrino’ que impide su desarrollo.

Y, para ello, para producir esos daños en la flora y en la fauna, solo hace falta 62 parte de oxibenzona por cada billón - lo que según los investigadores, representa una gota de agua en seis piscinas olímpicas. No es raro que en las costas del pacífico esto se vive como un drama ecológico, económico y social. Y, sin embargo, la decisión ha sido polémica: la inmensa mayoría de cremas solares quedará prohibida con la nueva ley (y las alternativas, aunque ya se pueden encontrar en el mercado, no acaban de despegar por la rentabilidad de las cremas contaminantes).

El problema va mucho más allá de las costas paradisiacas del estado estadounidense: también hay arrecifes de coral en España (Canarias, el banco de Galicia, el canal de Menorca, las costas de Doñana y el Mar de Alborán) y en buena parte de América. ¿No es momento de pensar seriamente si debemos seguir el camino que nos está marcando Hawái?

Fuente: Xakata Ciencia

26 de noviembre de 2018

Cómo filmar un electrón: la química de lo improbable

Esta es una historia improbable. Porque hasta hace menos de una década parecía imposible poder llegar a ver cómo se mueven los electrones en una molécula, rompiendo y formando sus enlaces, es decir, moviendo los hilos de la química. En ese mundo subatómico todo sucede increíblemente rápido: exactamente en cuestión de attosegundos, la trillonésima parte de un segundo (10-18). Y a esa escala, un segundo es un tiempo infinito.

Improbable también porque para ver y grabar el movimiento de algo tan pequeño y rápido se necesitan instalaciones enormes y superordenadores calculando durante años. Improbable, en definitiva, porque pocas veces sucede que un descubrimiento pueda cambiar la forma de practicar la química. Esta es, por tanto, una historia que requiere una profunda imaginación.

En 2001 se produjo un avance tecnológico que alteró ese improbable. Investigadores del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica, en la ciudad alemana de Gotinga, generaron los primeros pulsos de luz de duración de attosegundos con láseres superrápidos. Para nosotros es un intervalo de tiempo irrelevante, pero en esos brevísimos instantes es cuando los electrones despliegan su ritmo natural. Por primera vez se disponía de la fuente de luz necesaria para verlos, y quizá, grabarlos.

La primera cámara de attosegundos

Ocho años después, un equipo liderado por los investigadores Fernando Martín, de la Universidad Autónoma de Madrid, Marcus Vrakking, del Instituto Max Born en Berlín y Mauro Nisoli, del Politécnico de Milán, diseñó la primera cámara de attosegundos capaz de ver el movimiento de los electrones en las moléculas. La primera película mostraba la intimidad a tiempo real de la molécula de hidrógeno, la más sencilla del universo.

Una mirada al interior de las moléculas. Crédito: UAM

El experimento se inspiraba en la cámara que el Nobel egipcio Ahmed Zewail había diseñado para ver el movimiento de los núcleos, pero con mayor resolución. En ella, un pulso de luz de attosegundos irradia una molécula e induce el movimiento de los electrones. En intervalos también de attosegundos, otro pulso ultraveloz toma fotografías que finalmente se proyectan de forma concatenada creando la ilusión del movimiento —como el del tren llegando a una estación, que tanto asombró a los espectadores de las primeras películas de los hermanos Lumière en 1896. 


“La diferencia con una película normal es que para filmar algo que se mueve en tiempos tan cortos como los attosegundos, hay que tomar fotografías con unos tiempos de exposición que sean del mismo orden. De lo contrario saldrían movidas”, explica Martín.

Superar la complejidad técnica —estos láseres ocupan la planta entera de un edificio y tienen miles de piezas y dispositivos ópticos— fue posible por la combinación de las aportaciones de los tres científicos: Nisoli es pionero en el desarrollo de uno de los primeros pulsos de luz de attosegundos, Vrakking es experto en espectroscopía molecular y Martín lidera uno de los dos únicos grupos del mundo capaces de desarrollar herramientas de visualización, porque las películas que salen de estas cámaras no se entienden en absoluto, son solo manchas borrosas.

“Es un poco más complicado, pero la idea de base es la misma que en las películas en 3D: si no te pones las gafas que te dan en el cine, la imagen se ve borrosa. Tenemos que desarrollar el equivalente de unas gafas para traducir las imágenes en algo que entendamos”, continúa Martín. Estas herramientas se obtienen resolviendo la ecuación de Schrödinger, que gobierna el mundo atómico y subatómico de igual forma que las de Newton rigen en el macroscópico. Sin embargo son mucho más difíciles de resolver, especialmente en el caso de moléculas, y necesitan de supercomputadores. El equipo de Martín utilizó el Mare Nostrum, del Centro Nacional de Supercomputación en Barcelona. Los cálculos tardaron un año.

Controlar reacciones químicas

Cuatro años después, en 2014, Martín y Nisoli obtuvieron la primera película de una molécula con interés biológico, la fenilalanina, un aminoácido esencial. En el experimento apareció otro efecto improbable: además de ver el movimiento de los electrones en una molécula más compleja, los científicos comprobaron que con estos pulsos de luz podían, digamos, modificarlo a voluntad. Y ahora es cuando esta historia se adentra en un terreno que solo podemos imaginar. Porque como los enlaces entre distintos átomos se rompen o forman en función de lo que dicen los electrones, si estos se movieran de otra manera podrían romperse o formarse otros enlaces; es decir, la química resultante podría ser completamente distinta a la que conocemos.



“El objetivo es intentar controlar las reacciones químicas a voluntad; por ejemplo, forzar que algo reaccione porque un pulso de luz va a cambiar el movimiento de sus electrones, o lo contrario, que moléculas que reaccionan de manera espontánea dejen de hacerlo”, concluye Martín.

Estos descubrimientos están dando lugar a una nueva manera de hacer química basada en la utilización de láseres de attosegundos y supercomputación, para la que ya se ha acuñado un término: attoquímica. Aún queda mucho por avanzar hasta que se traduzca en técnicas que lleguen a los laboratorios. Mientras tanto, varios grupos investigan su aplicación en el grafeno, el nuevo material del que se dice que cambiará el mundo.

Tomado de: Open Mind

3 de noviembre de 2018

Las sustancias químicas que ‘hackean’ nuestro cuerpo a diario

El documental ‘Advertencia: ¿Cuánto ensuciamos cuando limpiamos?’ indaga en el peligro que encierran nuestros cosméticos y productos de limpieza.





Cuando Patric C. Cohen comenzó a trabajar en 2013 como voluntario en una protectora de animales, se dio cuenta de una verdad que cosnideraba tan inconveniente como ignorada. “Una de mis tareas era la limpieza del lugar y empecé a tomar conciencia de la cantidad de químicos que usamos en nuestra vida diaria sin saber exactamente las consecuencias a las que nos enfrentamos”, comenta a EL PAÍS.


Se refiere a los parabenos, cloros, antibióticos y metales pesados embotellados en nuestros productos de limpieza, que le hicieron plantearse preguntas que intenta responder en el documental Advertencia: ¿Cuánto ensuciamos cuando limpiamos?



Sin formación previa, invirtió años en investigar sobre el resultado del uso diario de esos productos en nuestra propia salud y en el medioambiente. Escribir el guion de la película que iba a rodar y dejó a los expertos que llevaran el peso narrativo del relato.

Uno de los términos clave que usan varios de estos expertos para calificar estas sustancias es el de “disruptores endocrinos”. El doctor Nicolás Olea, catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada que participa en el documental, define como “sustancias químicas, de contaminantes ambientales, generalmente hechas por el hombre y la industria del hombre y que una vez dentro del organismo modifican el equilibrio de las hormonas”.

En otras palabras, hackeamos nuestro propio organismo cuando aplicamos algunos productos cosméticos en nuestro rostro o usamos algunos productos de limpieza en nuestro hogar. “Están conectados de forma indirecta con una gran cantidad de enfermedades emergentes: alzhéimer, párkinson, esclerosis y muchos tipos de cáncer… nos creemos que son enfermedades que tocan como la lotería, pero son multifactoriales y, uno de esos factores, son estas sustancias”, defiende Patric C. Cohen.

Exponernos a cantidades bajas de estas sustancias, en nuestra piel o nuestra ropa, también puede ser dañino, pero los estudios que deciden si pueden aparecer en productos aptos para el consumo se centran solo en altas concentraciones.

"Hay 140.000 productos sintetizados por la industria química. Solo unos 1.600, el 1,1%, han sido analizados para determinar si son cancerígenos, tóxicos para la reproducción o disruptores endocrinos, así que nos quedan por analizar los 138.400 restantes", explicaba en verano de 2017 Miquel Porta, catedrático de Salud Pública en la Universidad Autónoma de Barcelona e investigador del IMIM (Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas) en un reportaje de El País Semanal.

Lea el artículo completo en: El Páis (España)

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