Por Marisol Soengas
A través de las prendas puede llegar más o menos radiación a la piel y esto es muy importante, sobre todo, para las personas más sensibles.
La respuesta es que sí afecta. Dependiendo de si el tejido es muy
tupido o poco tupido, es decir fabricado con materiales más o menos
densos, a través de la ropa puede pasar más o menos radiación, y por lo
tanto llegar más o menos radiación a la piel. Y esto es muy importante
sobre todo para las pieles más sensibles.
Es importante tener presente qué tipo de ropa llevamos, no solo que sea
de manga larga o manga corta, lo que obviamente también influye en la
radiación que se recibe.
En países que, como los asiáticos, no son muy amigos de tomar el sol,
prestan mucha atención a esta cuestión y desarrollando tejidos muy
ligeros, pero con mayor protección ante la radiación solar.
Además del
tipo de tejido y la trama, el color de la ropa, su peso y la capacidad
de absorción de la humedad también afectan a cómo se absorbe la
radiación solar. Por ejemplo, si la ropa normal que usamos en verano
tiene una capacidad de protección ante el sol
similar a un factor de protección solar (lo que en inglés se conoce
como UPF) de 6, esta ropa especial para evitar la radiación puede llegar
a tener un factor de protección solar de 30, y eso quiere decir que
solo dejará pasar un 3% de los rayos ultravioletas.
Hablando de radiación solar, otra cuestión que suele preocupar mucho son las cremas solares.
Lea el artículo completo en: El País (España)
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29 de mayo de 2019
2 de enero de 2019
Hawái va a prohibir la mayoría de las cremas solares para océanos
En el 2018, el parlamento hawaiano aprobó una ley para prohibir la oxibenzona y el octinoxate, dos productos habituales en las cremas solares que han demostrado ser muy agresivas con el medio ambiente.
A falta de la firma del Gobernador, Hawái se convertirá en el primer estado de EEUU en prohibir la venta de estas cremas de protección solar. Alrededor de 14.000 toneladas de protección solar terminan en los arrecifes de coral de todo el mundo y los principales responsables son las zonas costeras con gran afluencia de turistas. Hawái, las Islas Vírgenes o la costa australiana está muriendo de éxito.
La mayoría de esa loción es inocua, pero hablamos de productos muy lesivos que pueden producir grandes daños. Según un estudio publicado en Archives of Environmental Contamination and Toxicology en 2015, la oxibenzosa, por ejemplo, mata a los corales de tres formas distintas: alterando su ADN, haciéndola más susceptibles a otros productos químicos y actuando como ‘disruptor endocrino’ que impide su desarrollo.
Y, para ello, para producir esos daños en la flora y en la fauna, solo hace falta 62 parte de oxibenzona por cada billón - lo que según los investigadores, representa una gota de agua en seis piscinas olímpicas. No es raro que en las costas del pacífico esto se vive como un drama ecológico, económico y social. Y, sin embargo, la decisión ha sido polémica: la inmensa mayoría de cremas solares quedará prohibida con la nueva ley (y las alternativas, aunque ya se pueden encontrar en el mercado, no acaban de despegar por la rentabilidad de las cremas contaminantes).
El problema va mucho más allá de las costas paradisiacas del estado estadounidense: también hay arrecifes de coral en España (Canarias, el banco de Galicia, el canal de Menorca, las costas de Doñana y el Mar de Alborán) y en buena parte de América. ¿No es momento de pensar seriamente si debemos seguir el camino que nos está marcando Hawái?
Fuente: Xakata Ciencia
A falta de la firma del Gobernador, Hawái se convertirá en el primer estado de EEUU en prohibir la venta de estas cremas de protección solar. Alrededor de 14.000 toneladas de protección solar terminan en los arrecifes de coral de todo el mundo y los principales responsables son las zonas costeras con gran afluencia de turistas. Hawái, las Islas Vírgenes o la costa australiana está muriendo de éxito.
Cuando el bronceado te queda de muerte
Si nos fijamos en las playas, un estudio del Laboratorio Haereticus calculó que en una playa como Hanauma Bay, con una media de 2,600 visitantes diarios, se vertían 190 kilos de loción al mar. A eso hay que sumar toda la loción que llega a través de los sistemas de canalización y desagüe.La mayoría de esa loción es inocua, pero hablamos de productos muy lesivos que pueden producir grandes daños. Según un estudio publicado en Archives of Environmental Contamination and Toxicology en 2015, la oxibenzosa, por ejemplo, mata a los corales de tres formas distintas: alterando su ADN, haciéndola más susceptibles a otros productos químicos y actuando como ‘disruptor endocrino’ que impide su desarrollo.
Y, para ello, para producir esos daños en la flora y en la fauna, solo hace falta 62 parte de oxibenzona por cada billón - lo que según los investigadores, representa una gota de agua en seis piscinas olímpicas. No es raro que en las costas del pacífico esto se vive como un drama ecológico, económico y social. Y, sin embargo, la decisión ha sido polémica: la inmensa mayoría de cremas solares quedará prohibida con la nueva ley (y las alternativas, aunque ya se pueden encontrar en el mercado, no acaban de despegar por la rentabilidad de las cremas contaminantes).
El problema va mucho más allá de las costas paradisiacas del estado estadounidense: también hay arrecifes de coral en España (Canarias, el banco de Galicia, el canal de Menorca, las costas de Doñana y el Mar de Alborán) y en buena parte de América. ¿No es momento de pensar seriamente si debemos seguir el camino que nos está marcando Hawái?
Fuente: Xakata Ciencia
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