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28 de agosto de 2013

La vuelta a la vida después de una extinción masiva

Reconstrucción de 'Dicynodon lacerticeps', que vivió durante el Pérmico.| Marlene Donnelly.
Reconstrucción de 'Dicynodon lacerticeps', que vivió durante el Pérmico.| Marlene Donnelly.
  • Un estudio concluye que las especies que sobreviven a una extinción masiva muestran una gran variedad de respuestas y evolucionan de manera distinta
  • Se analizó cómo se adaptaron los anomodontos, un linaje de reptiles de gran tamaño que sobrevivieron a la mayor extinción masiva de la Historia
Hace 252 millones de años, al final del periodo Pérmico, se produjo la mayor extinción que ha sufrido la Tierra. Aunque se desconocen las causas concretas que la causaron, los científicos creen que desaparecieron el 90% de las especies marinas y el 70% de las terrestres.

¿Qué ocurrió con los animales que sobrevivieron a aquella extinción masiva? ¿Cómo evolucionaron y se adaptaron a las nuevas condiciones ambientales tras esta hecatombe biológica? Una investigación publicada esta semana en 'Proceedings of the Royal Society B' intenta responder a estos interrogantes examinando los fósiles disponibles de los anomodontos.

Se trata de un linaje de los terápsidos (reptiles de los que se cree que descienden los mamíferos), de gran tamaño y herbívoros en su mayoría, que lograron sobrevivir a la extinción masiva del Pérmico. No obstante, y pese a que llegaron a ser muy abundantes en amplias zonas del planeta, también terminaron por desaparecer, a finales del Triásico, millones de años después de aquel evento catastrófico.

Los fósiles de anomodontos, dicen los paleontólogos, son ideales para realizar investigaciones sobre la evolución de especies, pues son abundantes, muy diversos y han sido bien estudiados. "El mejor registro de fósiles de anomodontos procede de los depósitos de Karoo, en Sudáfrica, donde se han encontrado unas 1.500 especímenes de anomodontos (desde huesos aislados a esqueletos completos). También fueron abundantes en algunas zonas de Brasil, Tanzania y Zambia, aunque se han encontrado fósiles de estas criaturas en todos los continentes", explica a ELMUNDO.es Kenneth Angielczyk, investigador del Museo de Historia Natural Field de Chicago.

Oportunidades tras una extinción

Hasta ahora, los trabajos realizados sobre este tema sugerían que las extinciones masivas ofrecían nuevas oportunidades y ventajas a los seres vivos que lograban sobrevivir. Y es que la pérdida de muchas especies en sus comunidades les permitía desarrollar nuevos estilos de vida y evolucionar anatómicamente para ocupar los 'papeles' que habían quedado vacantes con su desaparición.

Sin embargo, según sostiene este nuevo trabajo, no todos los supervivientes responden de la misma forma y algunos no fueron capaces de sacar provecho de las oportunidades que se les presentaban tras la extinción masiva. Marcello Ruta, investigador de la Universidad de Lincoln, y su equipo afirman que en la anatomía de los anomodontos no se produjeron muchos cambios mientras el número de especies volvía a aumentar durante el periodo de recuperación.

Poco antes del fin del Pérmico, había una gran cantidad de especies de anomodontos que presentaban una gran variedad de tamaños y adaptaciones ecológicas: había herbívoros terrestres, especies anfibias, animales que vivían en madrigueras o incluso en los árboles, según este estudio. "El grupo más exitoso de anomodontos [los dicinodontos] tenían colmillos parecidos a los caninos en su mandíbula superior y un pico como el de las tortugas, y fueron los herbívoros terrestres más importantes de su época", señala Angielczyk.

Evolución de varias especies de anomodontos halladas en Rusia, Zambia y Sudáfrica. | Museo de Historia Natural Field.

Evolución de varias especies de anomodontos halladas en Rusia, Zambia y Sudáfrica. | Museo de Historia Natural Field.

Cada especie evoluciona de forma distinta

Para este estudio, detalla Angielczyk, han utilizado una base de datos que incluye a 87 especies de anomodontos: "Una reciente recopilación incluía 128 especies, aunque esa cifra ha cambiado un poco tras varias revisiones taxonómicas", explica.

Los registros fósiles disponibles han permitido a los paleontólogos determinar cómo evolucionó el número de especies de anomodontos: aumentó durante el Pérmico, disminuyó de forma drástica durante la extinción masiva que se produjo al final de ese periodo, volvió a aumentar durante el Triásico Medio (hace unos 240 millones de años) hasta que terminaron por extinguirse, al final del Triásico.

Pese a ello, sostiene este estudio, la variedad de rasgos anatómicos que han encontrado en los ejemplares desenterrados, (su diversidad anatómica o disparidad morfológica) fue disminuyendo de manera constante. Incluso en el periodo inmediatamente posterior a la extinción masiva, cuando debía haber grandes extensiones de espacio ecológico vacías, no surgió en los anomodontos ninguna nueva característica anatómica fundamental: "Esto sugiere que el cuello de botella evolutivo que sufrieron durante la extinción limitó su evolución durante el periodo de recuperación", señala Marcello Ruta en una nota de prensa.

Según recuerda el científico, se suele considerar que los grupos de organismos que sobreviven a una extinción masiva pasan por un periodo evolutivo 'de cuello de botella', es decir, su población se vuelve más homogénea y hay poca diversidad. El proceso, compara, sería análogo al "cuello de botella" genético que puede ocurrir en una población en la que muchos de sus miembros han muerto. En ocasiones, señala, propicia un nuevo proceso evolutivo del grupo, pero en otras lo contiene.

¿Qué causó la extincón masiva del Permico

Kenneth Angielczyk apunta, no obstante, que todavía hay controversia sobre el periodo en que desaparecieron estos animales de la Tierra: "Los fósiles más jóvenes que pertenecen sin duda a anomodontos tienen unos 208 millones de años y se encontraron en Polonia. Además, se han hallado restos del Cretácico temprano (hace unos 110 millones de años) en Australia. Se trata de especímenes que muestran similitudes con los anomodontos, y así han sido registrados en la literatura, pero su análisis no se ha completado. Sería extremadamente interesante si los anomodontos hubieran sobrevivido durante el Cretácico, aunque hace falta más material para dar esto por cierto", explica.

Por lo que respecta a la causa que propició la extinción masiva del Pérmico, el investigador afirma que es útil diferenciar entre la causa última y las causas próximas. "Las causas últimas serían el fenómeno o los fenómenos que provocaron la crisis globalmente, y podrían ser las erupciones volcánicas masivas que ocurrieron en Siberia en aquella época o el impacto de un asteroide. Qué fenómeno lo provocó sigue siendo objeto de debate, aunque parece que la erupciones volcánicas de Siberia probablemente fueron las que causaron la extinción en parte", afirma. A este fenómeno se unirían otras causas próximas, como el rápido calentamiento global que tuvo lugar durante el Pérmico, cambios en la química de los océanos y en los patrones de circulación, y posiblemente cambios en los niveles de oxígeno de la atmósfera.

¿Se puede hacer algún pararelismo entre lo que ocurrió hace 250 millones de años y la progresiva extinción de especies que se está produciendo en nuestros días, muchas de ellas antes de ser descritas por el hombre? "Los resultados [de este estudio] ponen de relieve que las recuperaciones tras una extinción masiva pueden ser impredecibles, un hallazgo que tiene importantes implicaciones para la extinción de especies causada por la actividad humana hoy en día. No podemos asumir que la vida volverá a renacer cómo era antes de que se interrumpiera", advierte Michael Benton, coautor del estudio.

Fuente:

El Mundo Ciencia

5 de agosto de 2013

¡Beber agua mejora el funcionamiento del cerebro!


¿Sabias que beber agua también mejora el funcionamiento de tu cerebro? El agua no solo es bueno para tu piel, perder peso , aumentar tu energía, cuidar tu corazón , entre otros, sino también mejora el funcionamiento del cerebro.

Según la Universidad de East London, Inglaterra, explican que con tan sólo beber un vaso de agua, el cerebro funciona hasta 14% más  rápido, debido que al satisfacer dicha necesidad, deja de centrarse en la tarea en cuestión y optimiza su rendimiento.

De acuerdo con la doctora Caroline Edmons, investigadora de la Universidad y uno de los autores principales del estudio, el agualibera partes del cerebro que estaba “ocupadas” en producir la sed, por lo que beber un vaso durante aquellas actividades demandantes podría mejorar el rendimiento cognitivo.

Según los científicos, esto se debe a que el agua permite que la sangre que va hasta el cerebro llegue con más oxígeno y facilita el trabajo de las neuronas; además, cabe mencionar que tanto nuestros músculos como el mismo cerebro, están compuestos por agua.
Tomado de:

24 de mayo de 2013

¿De dónde vino el agua?

Cascada

El origen de los millones de toneladas de agua que hay en los océanos es todavía un misterio. Las explicaciones se dividen en dos campos: endógeno, que significa que el agua vino de la Tierra misma, o exóneno, de otra parte.

Una posibilidad endógena es que las moléculas de agua se hayan formado cuando las de hidrógeno y oxígeno se combinaron dentro de la Tierra en sus principios y emergieron como vapor en erupciones volcánicas.

Alternativamente, moléculas de agua ya formadas podrían haber llegado a nuestro planeta en cometas, que se sabe contienen agua-hielo y se cree que bombardearon la Tierra primigenia.

Hasta hace poco, los astrónomos miraban con escepticismo la teoría de los cometas, pues no podía explicar el hecho de que alrededor del 0,3% del agua oceánica contenga una forma inusual de hidrógeno llamada deuterio.

Sin embargo, en 2011 los astrónomos encontraron deuterios en el agua del cometa Harley 2. A pesar de que no es una prueba de que hemos estado bebiendo escombros de cometas, el hallazgo mantiene esta intrigante teoría viva.

Fuente:

BBC Ciencia

23 de mayo de 2013

¿Por qué bostezamos?

Nadie sabe muy bien porque bostezamos.

Bostezo
Sabemos que bostezamos más con ciertos niveles de algunos de los neurotrasmisores en el cerebro, incluyendo dopamina y serotonina, y menos con cierto nivel de endorfinas.

Una teoría es que lo que provoca un bostezo es que la larga inhalación y la corta exhalación introducen más oxígeno y reducen el dióxido de carbono, lo que explicaría por qué bostezamos cuando estamos cansados, aburridos o encerrados en una habitación sofocante.

Pero en realidad, bostezar no es una manera eficiente de elevar los niveles de oxígeno, y ni siquiera cuando se le da a la gente oxígeno extra dejan de bostezar.

Otras teorías hablan del control de la temperatura, ya sea para todo el cuerpo o sólo para el cerebro, que es especialmente sensitivo y necesita una temperatura constante para funcionar bien.

Y otra teoría más dice que el estiramiento que a menudo acompaña al bostezo (le llaman "pendiculación" cuando se hacen al tiempo) nos mantiene listos para la acción.

Cuando el bostezo es contagioso, se piensa que es para mantener a grupos enteros de animales alerta y para sincronizar las horas en que se van a dormir y se despiertan.

Fuente:

BBC Ciencia

7 de mayo de 2013

Si nos entierran vivos, ¿moriremos por falta de oxígeno?


Seguramente, muchos de los que habéis visto películas como Kill Bill o Buried, o habéis leído obras de terror gótico de Edgar Allan Poe, os habréis preguntado qué os pasaría si os despertarais en el interior de un ataúd enterrado en las entrañas de la tierra. ¿Moriríais por falta de oxígeno?

Siento comunicaros que moriríais muchísimo más rápido que lo que cuentan las novelas góticas de terror, pero que no lo harías necesariamente por falta de oxígeno, sino por otro motivo.

La falta de oxígeno es importante, cierto, pero en el proceso de la respiración hay otros gases implicados, como el dióxido de carbono. Cuando respiramos, convertimos el oxígeno inhalado en dióxido de carbono, que liberamos al ambiente. El problema es que el dióxido de carbono, en exceso, es tóxico, como bien saben los submarinistas, que se entrenan no tanto para respirar correctamente como para eliminar bien el dióxido de carbono.

Es decir, que al pobre enterrado vivo le sobrevendría la muerte mucho antes por el exceso de dióxido de carbono acumulado por la respiración que por la escasez de oxígeno: el enterrado vivo se mata a sí mismo debido a su propio proceso de respiración.

Afortunadamente, antes de que esto pudiera ocurrir probablemente el enterrado vivo perdería el conocimiento porque el cerebro se quedaría sin el oxígeno necesario para seguir funcionando normalmente.

Fuente:

Xakata Ciencia

10 de abril de 2013

La explosión multicolor de la nebulosa de Orión

Imagen de la nebulosa desde un observatorio de Alemania. | Reinhold Wittich 
Imagen de la nebulosa desde un observatorio de Alemania. | Reinhold Wittich
Son destellos producidos por emisiones de oxígeno e hidrógeno. Pero su composición química se ve eclipsada por la impresionante belleza estética de la explosión de color que crea. Como si de un cuadro expresionista abstracto se tratara, la nebulosa de Orión se presenta caótica y enigmática en la constelación del mismo nombre.

La fotografía, realizada por el astrofotógrafo Reinhold Wittich desde su observatorio en Alemania, presenta la nebulosa con tal lujo de detalles que no parece estar a 1.500 años luz de distancia. Se consigue incluso distinguir Trapezium, un gran cúmulo de estrellas que contiene varios discos protoplanetarios, discos de acrecimiento alrededor de estrellas jóvenes que nos permiten comprender mejor la formación de una estrella, y por lo tanto, de un posible sistema planetario.

La nebulosa de Orion se puede observar a simple vista, si bien no con la profusión de detalles y vívidos colores que se obtiene con un telescopio. La imagen fue tomada con un telescopio Newton de 12 pulgadas para cielo profundo, entre el 10 de febrero y el 5 de Marzo de 2013.
Fuente:

9 de abril de 2013

¿Por qué nos empuja el viento?


El aire, invisible, ejerce fuerzas tremendas. Mueve barcos, olas, molinos, y llega a causar destrucción generalizada. ¿Cuáles son los mecanismos del viento?

Desde el museo de la ciencia de la Obra Social La Caixa de Alcobendas, Cosmocaixa, El profesor Antonio Ruiz de Elvira explica que, como en una pelota al rebotar, la fuerza es la interacción de unos cuerpos con otros que hace cambiar sus velocidades, que produce aceleración. Si cambian dirección y sentido de un objeto que se mueve, es porque otro objeto produce sobre él una fuerza, y consecuentemente, el primero produce otra fuerza de la misma magnitud sobre el segundo.

Las moléculas de nitrógeno, oxígeno, vapor de agua y otros gases (es decir, el aire) cuando chocan y rebotan sobre los objetos, producen fuerzas sobre ellos. Si los módulos de las velocidades de esas moléculas son altos, y en las otras caras de los objetos las velocidades son bajas, las fuerzas llegan a ser enormes.

Dependiendo de las diferencias de presión sobre el objeto, este se moverá de manera irregular, como el paraguas descontrolado ante los cambios de dirección y presión del viento en un temporal.

Tomado de:

El Mundo Ciencia

5 de marzo de 2013

Si me quito el traje espacial... ¿Qué ocurriría?



Sello de la URSS de 1971 homenajeando los cosmonautas del Soyuz 11.

En realidad morirías asfixiado al escapar el oxígeno. Y no solo es teoría, desgraciadamente. En 1971, la tripulación del Soyuz 11 murió por asfixia antes de la reentrada debido a un fallo en una válvula. Cuando los oficiales encontraron la cápsula, los cuerpos no mostraban señal alguna de trauma. Solo tras las autopsias se comprobó que los cosmonautas habían muerto por falta de oxígeno.

Si te encuentras en una situación parecida, no contengas la respiración. Si tus pulmones están llenos de aire, la diferencia entre su presión y el espacio causaría una descompresión explosiva; descomposición, porque el aire se expandiría rápidamente, y explosiva porque... bueno, ya puedes imaginártelo. La descomposición explosiva puede hacer que tus pulmones estallen, algo que, pese a no alcanzar la espectacularidad de Hollywood, resultaría bastante desagradable.

Fuente:

QUO
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