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30 de septiembre de 2011

Conocer Ciencia TV - El Cuerpo Humano

Conocer Ciencia TV

Especial: El Cuerpo Humano


Durante las dos últimas semanas de septiembre hemos presentado un especial sobre el maravilloso "Cuerpo Humano", ya se han emitido los seis primeros programas de televisión. El especial consta de doce programas, los siguientes seis programas se emitirán durante las dos primeras semanas de octubre.

El proyecto "Conocer Ciencia" involucra tres aspectos: a) un blog con noticias de ciencia y tecnoolgía y con experimentos de ciencias, b) un programa de televisión por cable, de una hora de duración, donde se exponen temas de biologìa, química, fìsica, astronomía y ciencias de la tierra y c) una serie de unidades didácticas, es decir guìas para la enseñanza de la ciencia en niños de educación primaria (entre 5 y 12 años, aproximadamente). Tenemos canales en YouTube, Facebook y Twitter.

Les dejo las presentaciones, en formato power point; para que pueda verlas, descargarlas, modificarlas y darle los usos educativos que usted estime conveniente. Puedes verlos on line o puede descargarlos gratis (desde Slide Share):

Cuerpo Humano 1

Alineación a la izquierda


Cuerpo Humano 2



Cuerpo Humano 3



Cuerpo Humano 4



Cuerpo Humano 5



Cuerpo Humano 6



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Cuerpo Humano 9



Cuerpo Humano 10



Cuerpo Humano 11



Cuerpo Humano 12



Y recuerden que el programa "Conocer Ciencia" llega a los cinco distritos de la provincia de Barranca, vía EconoCable Plus (canal 03), los días lunes, miércoles y viernes, de 7:00 p.m. a 8:00 p.m.

Conocer Ciencia: Ciencia sencilla, ciencia divertida, ciencia fascinante...

Leonardo Sánchez Coello
conocerciencia@yahoo.es
conocerciencia@gmail.com

2 de agosto de 2011

Descubren por qué el Océano Atlántico es más salado que el Pacífico


En Conocer Ciencia realizamos, hace un par de años atrás, un especial sobre el agua de los océanos.Puede ver, y descargar, la presentación aquí:


Aunque el Reino Unido y las Islas Aleutianas están en la misma latitud, poseen climas muy diferentes, debido en gran parte a la diferencia de salinidad entre el Atlántico Norte y el Océano Pacífico, así como al sistema de corrientes oceánicas que los caracteriza.

Ahora, un equipo de investigación puede haber resuelto el misterio de por qué el Atlántico es más salado que el Pacífico.

Cuando las frías y saladas aguas de la superficie del Atlántico Norte se hunden y empiezan su largo viaje hacia la Antártida, activan un complejo patrón de corrientes oceánicas, uno de cuyos efectos es el transporte a las costas de Europa de una masa lo bastante grande de agua caliente como para mitigar de forma significativa el descenso de las temperaturas en buena parte del continente.

El Pacífico Norte no tiene ese mismo mecanismo, porque su salinidad es mucho más baja, y los científicos han especulado durante mucho tiempo acerca de las causas de este hecho.

El nuevo estudio, realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Oregón en Estados Unidos, y de la Universidad de Hamburgo en Alemania, señala como causa a la acción que ejercen ciertas montañas y la masa de hielo antártica.

Las Montañas Rocosas de América del Norte y los Andes de América del Sur bloquean el transporte de vapor de agua desde el Océano Pacífico hacia el Atlántico. La mayor parte del agua que se evapora en el Pacífico es detenida por esas montañas y cae en forma de lluvia o nieve, regresando finalmente al Océano Pacífico y manteniéndolo más dulce.

Sin la presencia de esas montañas, gran parte de la precipitación se produciría más tierra adentro, en zonas desde las que el agua acabaría discurriendo por vías fluviales que desembocan en el Atlántico, en vez de ir a parar al Pacífico.

El vapor de agua del Atlántico tropical y el Mar Caribe, por otro lado, atraviesa Centroamérica arrastrado por los vientos alisios, y se precipita en el Pacífico, contribuyendo también a la diferencia de salinidad.

La cantidad de agua dulce que este mecanismo crea es significativa, aproximadamente 200.000 metros cúbicos por segundo. Tal como señala Andreas Schmittner del equipo de investigación, esta cantidad es equivalente a la vertida por el río Amazonas en su desembocadura.

Las montañas de África Oriental también contribuyen a mantener la situación.

Entretanto, la masiva capa de hielo antártico también ejerce un papel importante. Ayuda a intensificar los vientos y desplaza la Corriente Circumpolar Antártica. Sin esta capa de hielo, el contraste térmico entre la tierra y la atmósfera en latitudes más bajas disminuiría, con el consiguiente decrecimiento de los vientos.

Tomado de:

Noticias de la Ciencia

El mito de Arquímedes y la corona de oro


La leyenda cuenta que el Rey Hierón II de Siracusa (aprox. 306-215 a. C.) había mandado a fabricar una corona de oro, para la cual entregó un lingote a un orfebre. Cuando el trabajo concluyó, le fue devuelta, y si bien pesaba exactamente lo mismo que el lingote que había entregado, Hierón comenzó a dudar de si el orfebre había sido deshonesto y había reemplazado parte del oro por algún material más económico.

(siempre con énfasis en la palabra leyenda)

Hierón encargó a Arquímedes (aprox. 287 – 212 a. C.), por ser un inventor, matemático, físico e ingeniero de la época a que resolviera el problema. Claramente la corona no podía ser cortada en trozos, fundida, ni nada parecido, por lo que había que buscar otra manera. Arquímedes sabía que el oro un metal extremadamente pesado (un litro de oro pesa 19,3 Kg), y que cualquier otro metal que hubiese utilizado debería ser más liviano (una misma medida de plata pesaría 10,49, y de plomo, 11,34 Kg). Esto significaba que si se hubiese utilizado otro material, la corona debería tener un volumen mayor. En ese momento se sabía calcular el volumen de un cuerpo geométrico, pero una corona es totalmente irregular como para realizar un cálculo preciso, y nuevamente, la posibilidad de fundir la corona dentro de un recipiente regular, no existía (si el genio en cuestión quería conservar su vida por lo menos).

Continuando con la leyenda, en una ocasión, Arquímedes se fue a tomar un baño en una bañadera que estaba llena hasta el borde. Comenzó a sumergirse de a poco, a la vez que notaba cómo el agua se volcaba. Y en una explosión de lucidez, notó que el volumen de agua que se volcaba tenía que ser similar al volumen de su cuerpo que se iba sumergiendo. Debido a la emoción, gritó el famoso y épico ¡Eureka! ("εὕρηκα", en griego antiguo, "¡Lo he encontrado!") y salió corriendo desnudo por las calles de Siracusa.

Finalmente, comprobó mediante otros experimentos que efectivamente el volumen de un cuerpo sumergido es similar al del líquido que desplaza (todo científico serio comprueba varias veces y de forma empírica sus ideas). Realizó el experimento con la corona y un lingote de oro de igual masa, y notó que la corona desplazaba más agua, por lo que el orfebre había reemplazado parte del oro por otro material, y eso le costó la cabeza.

Detrás de la Leyenda

Muy bien, esa es la famosa leyenda de Arquímedes que ilustra de manera extremadamente sencilla el surgimiento de las ideas y algo de método científico, y esboza el surgimiento del Principio de Arquímedes. Pero ¿qué problemas tiene esta historia?

Primero, esta anécdota no figura en ningún escrito conocido de Arquímedes. La primera referencia al mismo aparece unos 230 años después, en un relato del escritor romano Vitruvius (un libro arquitectura e ingeniería llamado De Arquitectura). Por lo que en este punto ya podemos desconfiar de que realmente haya sucedido todo esto.

Segundo, no explica mucho sobre el principio de Arquímedes, que se supone quiere explicar:

Un cuerpo total o parcialmente sumergido en un fluido en reposo, recibe un empuje de abajo hacia arriba igual al peso del volumen del fluido que desaloja.


La corona de oro más grande que se ha encontrado de los tiempos de Arquímedes, mide unos 18,5 centímetros y pesa 714 gramos. Y no era precisamente una corona, sino más bien un ramo de laureles. De todas formas, pensemos que mucho más peso para llevar sobre la cabeza resultaría incómodo, ridículo o peligroso, por lo que sería bastante improbable.

Aun así, y para simplificar los cálculos, asumamos que la corona pesaba 1000 gramos. Esa cantidad de oro, debido a su gran densidad sería de 51,8 centímetros cúbicos. El recipiente, por razones obvias, tiene que ser mayor que la corona. Supongamos que es redondo, y mide 20 centímetros. Esa corona, sumergida en este recipiente, desplazaría sólo 1,65 milímetros (algo que de por sí, está muy cerca del "ancho" de la "panza" que forma el agua por la tensión superficial).

En el hipotético caso de que el orfebre hubiese reemplazado un 30% del oro por plata (algo que ya es mucho), habría tenido una corona ligeramente más grande, de 64,8 centímetros cúbicos. Volumen que, sumergido en el mismo recipiente, habría desplazado 2,06 milímetros. Comparando a ojo, o incluso con instrumentos de precisión sería muy difícil notar una diferencia del nivel del agua de 0,41 milímetros. Además, estaríamos asumiendo que la corona es perfectamente sólida, y que no sólo no hubo salpicaduras de agua, sino que la fundición del oro no dejó ninguna burbuja de aire en su interior. (fuente) Considerando todo esto, se me ocurren cuatro posibilidades:

1) Arquímedes notó esa diferencia de medio milímetro del nivel del agua en un recipiente que ni siquiera era transparente, pero el orfebre fue honesto, y el oro tenía alguna burbuja en su interior, se salpicó agua, observó mal o algún error así.

2) Arquímedes notó esa diferencia, y el orfebre era un verdadero estafador (esta sería la versión oficial, y dadas las circunstancias, me parece la más improbable).

3) Arquímedes no notó la diferencia, pero estaba muy empeñado en comprobar su teoría frente al Rey.

4) Arquímedes nunca usó esta técnica para comparar las coronas.


Galileo tras el mito

En el siglo XVI, Galileo Galilei se hizo estas mismas preguntas, y se inclinó más por la idea de que si realmente sucedió, el experimento tiene que haber sido otra forma, aunque contradiga los únicos registros conocidos.

En 1586, a sus 22 años, publicó el artículo La Bilancetta, en el que describía lo que se puede resumir en la imagen de la derecha.

Básicamente, si tenemos la corona de un lado de una varilla y el bloque de oro del otro, haciendo equilibrio (y despreciando la influencia del aire), cuando lo sumerjamos en un líquido (agua), los dos objetos desplazarán un volumen de agua diferente, por lo que recibirán un empuje desde abajo con diferentes valores, haciendo que la corona "flote más".

Teniendo en cuenta que comparar la cantidad de líquido desplazado es casi imposible con este tipo de instrumentos, y para tan poca diferencia, lo más probable es que Vitruvius haya recogido un rumor erróneo. Incluso, tendría más sentido que Arquímedes haya realizado este otro experimento ya que aquí se aplica la idea de empuje hidrostático, que se explica en el principio que lleva su nombre.

Es posible que hayan tenido que pasar unos diesiciete siglos para poner aquella anécdota en orden. Y aun así, resulta un tanto decepcionante que nunca sabremos realmente qué pasó, o si pasó.

Fuente:

Proyecto Sandía


PD. Si desea conocer más sobre Arquímedes y sobre la famosa "leyenda" del ¡Eureka! puede revisar esta presentación (en power point) que realizamos en la producción de un programa de Conocer Ciencia:





Y también realizamos un programa especial sobre Arquímedes y sus obras, muchas de las cuales quedaron solo en bocetos y proyectos, recordemos que en la antigua Grecia un "noble" no podía trabajar con sus manos pues sería considerado "indigno", y Arquímedes no pudo sustraerse completamente a su época. Pero nos dejo un gran legado: la ciencia puede ser teoría, pero también puede ser practica (ciencia aplicada o tecnología).





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26 de junio de 2010

Todo (o casi todo) sobre la viruela


Sábado, 26 de junio de 2010

Todo (o casi todo) sobre la viruela

La viruela se nos comió por las patas arriba durante milenios, causando millones de muertos y ciegos al año –sobre todo peques–,
hasta que una iniciativa internacional en el siglo XX logró erradicarla por completo de la faz de la Tierra
en una maravillosa demostración de lo que somos capaces de hacer cuando nos ponemos.

En Conocer Ciencia realizamos un programa sobre E. Jenner y la viruela. Esta es la presentación (en power point) de dicho programa:

La viruela fue una enfermedad extremadamente infecciosa causada por el virus variola rex o poxvirus variolae. Aparentemente se trata de una de las muchas enfermedades vinculadas a la civilización, surgida hace unos 10.000 años entre las poblaciones sedentarizadas del noreste africano y notoriamente en el Egipto Antiguo: varias momias presentan claras marcas variólicas en su piel, algunas en fecha tan temprana como la XVIII Dinastía (1570 aC). Ramsés V (fallecido en 1157 aC) parece un colador.

La destructora de pequeños y grandes.

La primera epidemia conocida de viruela se produjo en torno al 1320 aC, durante las guerras entre el imperio hitita del rey Shubiluliuma I y el Egipto del faraón Ay. Los prisioneros egipcios contagiaron la enfermedad a los soldados y civiles hititas, que pronto se transformó en una gigantesca mortandad, extendiéndose por todas partes como una maldición divina. El propio Shubiluliuma I pereció, junto a su hijo y sucesor Arnuanda II.

Durante el primer milenio aC los comerciantes egipcios y levantinos transportaron la enfermedad a tierras remotas y muy especialmente a la India, donde se transformó en un incesante flagelo a lo largo de los siguientes tres mil años. Pero también se extendía por Europa sin ningún problema. Fue durante la epidemia del 430 aC en Atenas cuando Tucídides observó por primera vez conocida que quienes sobrevivían a la enfermedad ya no volvían a padecerla: el primer indicio de la teoría de la inmunidad.

Pero no les sirvió de gran cosa. La viruela siguió cargándose a millones de personas por todas partes y dejando ciegos a otros muchos más. Entre el 165 y el 180 dC, la peste antonina (o peste de Galeno) causaba grandes daños al ejército y el imperio romanos; se cree que hasta dos emperadores pudieron fallecer por esta causa. Mató a entre tres y siete millones de personas y diversos autores la consideran un paso de gigante en la decadencia del Imperio. Durante otra epidemia, en el 540, el obispo Marius de Avenches la bautizó como viruela (que puede venir del latín varius, "manchado", o varus, "pústula"). En el 754 golpeaba con dureza en Oriente, llevándose también por medio al primer califa abásida, Abu As-Saffah. En torno al 950, el gran científico persa Abu Al-Razi realizaba la primera descripción exhaustiva de la enfermedad.

Tampoco sirvió de mucho. La expansión de los imperios árabes, las Cruzadas y la conquista de América continuaron propagando la viruela. En 1368, por ejemplo, liquidaba también al rey Thadominbya de Birmania. Pero en el caso americano, los efectos fueron pavorosos a partir de inicios del siglo XVI: la población nativa nunca había estado expuesta a la enfermedad y carecía por completo de defensas. En México, el resultado fue sobrecogedor: cuando los españoles llegamos en 1517, había entre seis y veinticinco millones de aztecas, según las distintas estimaciones. Un siglo después, apenas quedaba poco más de millón y medio. La viruela se llevó a todos los demás como un viento maléfico, incluyendo al tlatoani Cuitláhuac, lo que permitió a Hernán Cortés conquistar Mesoamérica con facilidad.

A este lado del Charco, la viruela siguió haciendo de las suyas con el mismo afán que siempre. Sigamos con los monarcas, para hacernos una idea: el Rey de Siam Boramaraja IV en 1534; el Rey y la Reina de los Kandy de Ceilán y todos sus hijos en 1582; el Príncipe Baltasar Carlos, heredero al trono de España, en 1646; Guillermo II de Orange y su esposa Enriqueta Estuardo en 1650; Go-Komyo, Emperador de Japón, en 1654; el emperador Shunzhi de China en 1661; la Reina María II de Inglaterra en 1694; Nagassi de Etiopía, en 1700; Higashiyama de Japón en 1709; el Sacro Emperador Romano Germánico José I en 1711; Luis I de España en 1724; el zar Pedro II de Rusia en 1730; Ulrika Leonor de Suecia, en 1741 o Luis XV de Francia en 1774. Durante el siglo XVIII, cuatro monarcas reinantes europeos murieron de la enfermedad y la línea de sucesión al trono de los Habsburgo cambió cuatro veces en cuatro generaciones a causa de la muerte de los príncipes herederos. Es por esta capacidad de ventilarse reyes y emperadores al igual que plebeyos y bebés que recibió también el nombre de Variola Rex. Entre otros personajes notables que contrajeron esta enfermedad pero sobrevivieron se encuentran ni más ni menos que George Washington, Abraham Lincoln, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven o José Stalin. Y hasta Lucky Luciano.

El más terrible ministro de la muerte.

Pero todos estos nombres tan rimbombantes no pueden hacernos olvidar que la viruela se comía a todo el mundo, en masa. A finales del siglo XVIII, sólo en Europa, perecían unas 400.000 personas al año y un tercio de los supervivientes se quedaban ciegos debido a las úlceras en las córneas. De la gente que desarrollaba el mal, morían entre el 20% y el 60% (y hasta el 80% de los niños en Londres o el 98% en Berlín).

La viruela se cebaba sobre todo en la gente pequeña, que aún no habían desarrollado defensas; probablemente haya sido el mayor matador de niños de toda la historia de la humanidad. Era algo que había que pasar, como las paperas o el sarampión... pero con una tasa de mortalidad y ceguera mucho mayor, por no mencionar las marcas desfigurantes en la cara y el cuerpo. En la India, a los niños no se les ponía nombre hasta que no la habían superado y en Europa, el Conde de la Condamine aseguraba que "ningún hombre osa contar a un hijo como suyo hasta que no ha pasado la enfermedad". Por todos estos motivos, el historiador Thomas B. Macaulay la describió así:
"La viruela estaba siempre presente, llenando de cadáveres los cementerios, atormentando con los temores constantes a todos los que había golpeado, dejando a aquellos cuyas vidas perdonó las huellas espantosas de su poder, convirtiendo al niño en un monstruo ante el que la madre se estremecía, tornando los ojos y las mejillas de las muchachas adorables en objetos de horror para sus amantes [...] [Fue] el más terrible de todos los ministros de la muerte..."
La viruela se presenta en dos formas, una leve y una grave. La leve, variola minor o alastrim apenas tiene un 1% de mortalidad; pero la grave o variola major alcanza un 30% de fallecimientos en adultos y un 50% en niños (más en algunas variantes); aparentemente se trata de dos cepas distintas del mismo virus. Se trata de un orthopoxvirus de ADN, seguramente evolucionado a partir de enfermedades de los roedores, con forma más o menos rectangular y aproximadamente un tercio de milésima de milímetro de tamaño. Es muy complejo, con más de cien proteinas para actuar, incluyendo algunas que no posee ningún otro virus de ADN; tanto el virus envuelto como los viriones son infecciosos. Ambas formas se contagian por vía aérea, hasta una distancia de unos dos metros, aunque también puede hacerlo por contacto con fluídos corporales u objetos infectados (como las ropas). El virus es capaz de atravesar también la barrera placentaria y pasar al feto, aunque el contagio congénito resulta raro: la transmisión más común es aérea y la infección inicial suele ser, por tanto, nasofaríngea o bucal.

Desde ahí, a través de los pulmones, la viruela se extiende por todo el cuerpo; aunque prefiere ubicarse en la piel. Durante unos días la infección va pasando lentamente de célula a célula. Este virus resulta también único porque es el único de ADN que se reproduce en el citoplasma en vez de en el núcleo celular. Este periodo de incubación dura de doce a catorce días, no presenta síntomas y el paciente no es contagioso.

Pero entonces las células donde ha estado reproduciéndose comienzan a reventar, liberando miles de millones de nuevos virus, y la enfermedad empieza a manifestarse. Se produce así un periodo prodrómico de dos a cuatro días durante el que surgen síntomas confusos, como fiebre muy alta (más de 38,8ºC), agotamiento, malestar general y dolores de cabeza y espalda. En esta fase, la persona infectada es moderadamente contagiosa.

Es a partir de ese momento cuando surge la erupción (aunque en algunos casos raros no llega a producirse; estos casos eran siempre mortales de necesidad), normalmente empezando por la boca y el paladar y extendiéndose rápidamente a todo el cuerpo. Esta erupción adquiere la forma de una miríada de manchas, llamadas máculas, que dan a la enfermedad ese aspecto característico (y dejan esas marcas terribles). Estas máculas se manifiestan sobre todo en la cara, la cabeza y en las partes distales de los miembros, aunque también aparecen unas cuantas en el resto del cuerpo. Durante esta fase, la persona infectada es extremadamente contagiosa.

Lea el artículo completo en:

La Pizarra de Yuri

16 de junio de 2010

Franklin, el pararrayos y las ideas míticas

Miércoles, 16 de junio de 2010

Franklin, el pararrayos y las ideas míticas


Un día como ayer, un 15 de junio de 1752, Benjamín Franklin salió al campo en plena tormenta equipado con una cometa a la que había atado en su cordel una llave. Franklin llevaba bastante tiempo dándole vueltas a la idea de que la electricidad de las tormentas provenía de una diferencia de potencial entre las nubes y el suelo. Las nubes al friccionar entre sí se cargaban negativamente con respecto a la superficie terrestre. Cuando la diferencia de cargas se hacía muy grande se producía una descarga, de duración muy breve, pero con potencia extrema, entre esas nubes y el suelo.

Franklin le estuvo dando vueltas a la idea de cómo demostrar esa idea, y sobre todo como poder evitar el efecto devastador de los rayos, responsables de gran cantidad de incendios en las ciudades estadounidenses recién fundadas. Con ese fin diseñó una cometa con un objeto metálico que tendría la función tanto de atraer la carga eléctrica como de disiparla sin alcanzar al portador de la cometa. Afortunadamente para Franklin su apuesta salió bien con lo que pudo diseñar el pararrayos, un receptor metálico de electricidad unido a tierra, por donde se descargaría tras la descarga eléctrica del rayo.

Al poco, todos los edificios que tenían una altura respetable empezaron a colocar pararrayos en sus tejados. ¿Todos? Pues no. Al principio las iglesias se negaron a hacerlo. No aceptaron las tesis de Franklin, aduciendo que los rayos eran una voluntad de Dios contra la que el hombre poco podía hacer. Unas cuantas tormentas después y unas cuantas iglesias quemadas más tarde como consecuencia de esa “voluntad divina” los pastores empezaron a aceptar que la electricidad de las nubes eran las responsables de los rayos y empezaron a decorar los tejados de sus templos con los protectores pararrayos. De nuevo el miedo a que la ciencia les quitara protagonismo hizo que los líderes religiosos rechazaran lo evidente.

Hace dos años realizamos, en el programa Conocer Ciencia, un especial sobre Franklin y el rayo, les dejo la presentación inspirada en un ensayo de Isaac Asimov:


Conocer Ciencia...

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Fuente:

La Ciencia y sus Demonios

9 de octubre de 2009

Como hacer presentaciones como Steve Jobs

Viernes, 09 de octubre de 2009

Como hacer presentaciones como Steve Jobs

¿Quién es Steve Jobs?

Steven Paul Jobs (n. 1955 en
San Francisco, California, EE. UU.) es un famoso empresario e informático estadounidense, presidente de Apple Inc. y máximo accionista de The Walt Disney Company. Es una de las más importantes figuras de la industria de la computación y del entretenimiento digital.

Junto al co-fundador de Apple, Steve Wozniak, Jobs ayudó a la popularización de la computadora personal a finales de los años 70. Fue uno de los primeros en entrever el potencial de los sistemas de Interfaz Gráfico de Usuario (GUI).

Después de tener problemas con la cúpula directiva de la empresa que el mismo fundó, Jobs fue despedido de Apple Computer en 1985, regresando a la compañía en 1997, donde es CEO desde entonces.

El gran Arturo Goga nos regala este gran artículo:

CIO tiene una interesantísima entrevista con Carmine Gallo, autora del libro “The Presentation Secrets of Steve Jobs”, donde nos revela algunos interesantísimos datos sobre cómo trabaja Steve Jobs en sus presentaciones, y qué es lo que las hace tan efectivas.

Vamos, ya sabemos que cada vez que Steve se para el escenario, todo el mundo escucha (a pesar del abuso de adjetivos laudatorios) y, por supuesto, que cada presentación de Apple, cada Keynote, es un evento que genera bastante interés mediático no sólo por la expectativa de nuevos gadgets sino también, porque es un gran show. Puede que detesten Apple, pero lo cierto es que Steve Jobs, es un gran vendedor.

Entre algunos tips que podemos sacar de la entrevista, tenemos:

Simplicidad es sofisticación

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Jobs utiliza pocas palabras, utilizando slides minimalistas y visualmente atractivas. No le teme al espacio en blanco. Usualmente tenemos una imagen, o una palabra en sus slides. Esto se llama “superioridad de imagen”, donde la información es recordada más fácilmente cuando la idea es enviada como texto e imágenes, en lugar de sólo texto.

Esta simplicidad, por supuesto, se refleja no sólo en las exposiciones o keynotes, sino que está activamente presente en toda la publicidad e incluso los productos presentados por Apple.

Steve Jobs Presenta como Twitteando

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Es decir, cada nuevo producto o característica anunciada, puede entrar en un mensaje de Twitter (restringido a 140 caracteres). Esto ayuda a que la audiencia pueda categorizar mentalmente el producto. Da una idea general, antes de entrar en detalle. La audiencia busca una cabecera, un titular, para posicionar el producto en la mente.

Un interesante ejemplo que Gallo pone en la entrevista, fue con la presentación de la Macbook Air. Jobs bien pudo decir algo como “Hoy, estamos emocionados de lanzar una nueva, ligera, ultra-portátil notebook con una pantalla de 13.3 pulgadas widescreen, un teclado completo, display con iluminación trasera, y 5 horas de batería”. En lugar de eso? Simplemente dijo: “Macbook Air. La notebook más delgada del mundo”. Los detalles, por supuesto, vinieron ya en el webpage, o durante la presentación. Pero la idea principal del producto, quedó grabada inmediatamente.

De 3 en 3

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Según Gallo, aprendemos mejor cuando se nos presenta la información en pedazos bien delimitados, temas separados que puede ser presentados elegantemente. Y al parecer, ir de grupos de a 3 es lo que mejor funciona.

Los comediantes saben que 3 es más gracioso que 2, escritores saben que 3 es más dramático que 1, y Jobs sabe que 3 es más persuasivo que 5.

Informar, Educar, Entretener

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Otro punto clave, es que siempre hay que tener presente estos puntos: una presentación debe cumplir con 3 cosas:

  • informar sobre el producto / servicio
  • educar
  • entretener

A veces es fácil olvidar el tercer punto, pero Jobs, según Gallo, no nos da tiempo para aburrirnos, saltando de un punto a otro, construyendo el momento especial.

Crear tensión

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Y ese momento especial, es el popular “One more Thing”, el momento que queda grabado de la presentación, la parte de la misma que todo el mundo recuerda al día siguiente.

En el Keynote de Enero de 2007, Jobs anunció que tenía 3 productos para presentar: un iPod widesceen, un revolucionaro teléfono móvil, y un dispositivo para internet. Lo repitió múltiples veces hasta que al fin dijo: “Lo captaron? No se trata de 3 dispositivos separados. Es uno sólo, y lo llamamos el iPhone”.

La mayoría de presentadores habrían anunciado inmediatamente el producto para luego lanzarse a hablar de éste. Jobs no, pues trata de que sus presentaciones sean, según Gallo, toda una historia, completa con héroes, villanos, fondos espectaculares, y una gran sorpresa para todos.

La entrevista completa es interesanteresantísima, y el libro promete transformarnos en expertos presentadores. Pueden ver la entrevista completa aquí, y comprar el libro en Amazon

Ya hemos cubierto este tema en el pasado (2007!), y pueden darle un vistazo al artículo anterior, aquí.



Bien, ya lo sabemos, ahora a ponerlo en práctica...

Fuente:

Arturo Goga

7 de octubre de 2009

Presentaciones: Las proteínas y los ribosomas

Miércoles, 07 de octubre de 2009

Presentaciones: Las proteínas y los ribosomas


¿Qué son las proteínas?

Si usted leyó
el post anterior, sobre el Nobel de química 2009, ya debe saber que los ribosomas se encargan de producir las proteínas al interior de las células, bien, pero ¿sabe usted que son las proteínas? No es una pregunta fácil de contestar, sin embargo intentamos hacerlo en la siguiente presentación:



La síntesis de las proteínas

Todas las células de los organismo vivos contienen ribosomas. El papel de los ribosomas en la síntesis de las proteínas (la producción de las proteínas) sigue un largo recorrido. Conózcalo:




Puede descargar las presentaciones para los fines que estime conveniente.

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Leonardo Sánchez Coello
conocerciencia@yahoo.es

28 de mayo de 2008

Historia de la Ciencia - Arquímedes

Historia de la Ciencia - Arquímedes

Conocer Ciencia en la Televisión

Arquímedes y Eureka

Arquímedes decide tomar un baño. Se despoja de sus prendas y se mete en una bañera. Alpoco tiempo sale corriendo, desnudo, por las calles de Siracusa exclamando: ¡Eureka! ¡Eureka!

¿Qué había sucedido? Casi nada. Arquímedes había descubierto el principio de flotación.



Conozca más sobre Arquímedes y las palancas en estos enlaces:

Experimentos con palancas (video)

Arquímedes y la Matemática Aplicada (power point)

Leonardo Sánchez Coello
Profesor de Educación Primaria
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