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13 de marzo de 2016

El hombre que derribó con ciencia las terapias alternativas

Edzar Ernst pasó dos décadas estudiando pseudomedicinas como la homeopatía hasta que Carlos de Inglaterra logró apartarle de su puesto.

“Nunca supuse que hacer preguntas básicas y necesarias como científico podría provocar polémicas tan feroces y que mis investigaciones me involucraran en disputas ideológicas e intrigas políticas surgidas del más alto nivel”. Quien así habla es Edzard Ernst, seguramente el científico más detestado por los defensores de la pseudomedicina de todo el mundo. La razón es sencilla: el fruto de su trabajo les deja sin argumentos. Ernst (Wiesbaden, Alemania, 1948) fue el primero en someter a las llamadas terapias alternativas al rigor de la ciencia de forma sistemática, para llegar a una conclusión: remedios como la homeopatía no son más que placebo y los que la recetan violan la ética médica.
En su viaje científico contra la pseudociencia, Ernst ha tenido que enfrentarse al recuerdo de su madre y al Príncipe de Gales, los dos fervorosos homeópatas. El investigador alemán ha dedicado 20 años al estudio crítico de estas terapias —"dos décadas de conflicto interminable”—, desde la acupuntura hasta la imposición de manos, y su equipo ha publicado más de 350 trabajos sobre esta materia. Sus memorias, Un científico en el país de las maravillas (A scientist in Wonderland, Imprint Academic), publicadas este año, proporcionan el mejor relato sobre las dificultades a las que se enfrentará alguien que pretenda desentrañar críticamente las terapias alternativas: amenazas, falta de respaldo institucional, presiones de las altas esferas, soledad… e innumerables dificultades científicas.
Los terapeutas alternativos y sus partidarios parecen un poco como niños jugando a médicos y pacientes”, asegura Ernst
Los ensayos que se realizan a diario en todos los hospitales del mundo suelen manejar unos protocolos muy claros para probar si el medicamento sirve o no: a un grupo le das el fármaco y al otro, un placebo. Pero ¿cómo estudiar si realmente funciona la imposición de manos para curar o aliviar el sufrimiento de un enfermo? Esa fue la primera pregunta que se hizo Ernst al aterrizar en 1993 en la cátedra de Medicina Complementaria de la Universidad de Exeter, la primera de su clase. Por aquel entonces, cuenta, había en el Reino Unido tantos sanadores (unos 14.000) como médicos de cabecera. El placebo que diseñaron junto a los propios sanadores serían unos actores que fingirían estar imponiendo sus manos. A medida que los sanadores veían que el escrutinio les iba a desenmascarar comenzaron con las pegas, las críticas y el rechazo a los métodos: finalmente, resultó que los actores también tenían capacidades sanadoras y por eso el placebo funcionó mejor que los profesionales.

Ernst comenzó a interesarse por el estudio crítico de las terapias alternativas después de trabajar en un hospital homeopático en Múnich, en su país natal, donde esta pseudoterapia tiene un gran arraigo y la practican médicos titulados. A partir de su experiencia allí, traza en sus memorias un relato demoledor de los facultativos que recetan estos falsos fármacos que nunca han demostrado su utilidad médica: lo hacen “porque no pueden hacer frente a las a menudo muy altas exigencias de la medicina convencional”. “Es casi comprensible que, si un médico tiene problemas para comprender las causas multifactoriales y los mecanismos de una enfermedad o no domina el complejo proceso de llegar a un diagnóstico y la búsqueda de un tratamiento eficaz, esté tentado de emplear en su lugar conceptos como la homeopatía o la acupuntura, cuya base teórica es muchísimo más fácil de entender”, escribe el científico, que sigue muy combativo en su blog.

 
Portada de las memorias.

Gracias a su espíritu crítico, la cátedra de Exeter se convirtió en la vanguardia de la investigación seria sobre la llamada medicina complementaria, y de ahí salieron algunos de los estudios que nos han demostrado su ineficacia y también sus peligros, como el de osteópatas y quiroprácticos que manipulan la columna vertebral provocando serios problemas a sus pacientes. Por no mencionar, el riesgo más simple y peligroso de todos: el de abandonar tratamientos duros pero efectivos, como la quimioterapia, por terapias supuestamente inocuas pero que dejarán morir al paciente.

Ese puesto se había creado para seguir haciendo la ciencia acrítica que buscan los defensores de las terapias alternativas, como Carlos de Inglaterra, en la que sencillamente se les pregunta a los pacientes si se sienten mejor que antes de tal o cual tratamiento. Sobre ellos, escribe que parecen tener “poca o ninguna comprensión del papel de la ciencia en todo esto. Los terapeutas alternativos y sus partidarios parecen un poco como niños jugando a médicos y pacientes”. Cuando sus resultados comenzaron a desmontar estos remedios, los partidarios de la medicina complementaria comenzaron a atacarle en todos los niveles, desde el personal hasta el público.

El investigador considera que algunos de los médicos que recetan homeopatía lo hacen porque les resulta demasiado complicado llegar a diagnósticos serios usando las herramientas de la medicina
De ahí surge el mayor escollo de su carrera y el que tuvo notable repercusión en Reino Unido: su enfrentamiento con el príncipe Carlos, que durante años ha presionado a los ministros para incluyan la homeopatía en el sistema de salud británico. Finalmente, después de que Ernst le acusara públicamente de no ser más que un vendedor de crecepelos, el heredero al trono consiguió que se quedara sin su puesto en Exeter, tras un doloroso proceso en la Universidad del que saldría absuelto a pesar de las presiones.

Al final, después de muchas broncas, victorias y sinsabores, Ernst concluye que su trabajo sirve para demostrar la ineficacia de las terapias, pero no para convencer a sus defensores: “Lento pero seguro, me resigné al hecho de que, para algunos fanáticos de la medicina alternativa, ninguna explicación será suficiente. Para ellos, la medicina alternativa parecía haberse transformado en una religión, una secta cuyo credo central debe ser defendida a toda costa contra el infiel”. Eso sí, la experiencia le sirvió para reconocer y desmontar todas las trampas dialécticas usadas por este colectivo, que quedan destripadas en sus memorias. Falacias como que la medicina convencional mata más, que la ciencia no es capaz de comprender estos remedios o que son buenos por ser naturales y milenarios quedan convenientemente desmontadas.

Finalmente, Ernst, que antes estuvo estudiando el terrible pasado de la ciencia nazi en la Universidad de Viena, establece un paralelismo entre ambos fenómenos: “Cuando se abusa de la ciencia, secuestrada o distorsionada con el fin de servir a sistemas de creencias políticos o ideológicos, las normas éticas patinan. La pseudociencia resultante es un engaño perpetrado contra los débiles y los vulnerables. Nos lo debemos a nosotros mismos, y a los que vengan después de nosotros, permanecer en lucha por la verdad sin importar la cantidad de problemas que esto pueda causarnos”.

Fuente:

El País (España)

10 de marzo de 2016

Cáncer: “A mi hijo lo ha matado la incultura científica” (ias terapias alternativas matan)

Se reabre el caso de un joven que murió tras abandonar la quimioterapia por culpa de un curandero, según denuncia su padre.


"Papá, me he equivocado". Una frase tan simple estremece cuando es Julián Rodríguez quien la pronuncia. Repite lo que le dijo Mario, su hijo de 21 años, poco antes de morir. Su error: abandonar el tratamiento médico de su leucemia para abrazar una pseudoterapia recomendada por un curandero que asegura ser capaz de curar el cáncer con vitaminas. El calvario de Mario duró seis terribles meses hasta que falleció en julio de 2014. Su padre aprieta con rabia los dientes al repetir: "Papá, me he equivocado".



Además de apartar a su hijo del tratamiento, Julián Rodríguez calcula que el curandero le costó 4.000 euros en tratamientos a su familia
"O te tiras por la ventana o peleas". Es tan duro lo que ha sufrido Julián que decidió luchar para que nadie más vuelva a pasar por lo que él ha pasado. Dos semanas después de que muriera Mario ya había declarado la guerra contra los curanderos que se aprovechan de las tragedias de la gente y su falta de conocimientos médicos: "Es tan doloroso saber que tuvo una oportunidad tan clara de salvarse... A mi hijo lo ha matado la incultura científica".

Su primera batalla es denunciar al curandero que apartó a Mario del tratamiento que podría haberle sanado. La Audiencia Provincial de Valencia le acaba de dar la razón y exige al juez —que inicialmente desestimó la denuncia— que reabra el caso para procesar al falso médico "como mínimo, por un delito de intrusismo". Las magistradas consideran que este pseudoterapeuta, que se presenta como experto en "medicina natural y ortomolecular", debe responder por fingir que es capaz de curar el cáncer con sus recomendaciones.

Según el médico que trataba a Mario —el de verdad—, no sólo le convenció para que se negara a un trasplante y a darse la quimio, sino que le prescribió un tratamiento que interfería en su recuperación con elementos contraproducentes, como hongos y alcohol. En su martirio, a Mario hubo que intervenirle en el intestino por una infección.

El artículo completo en:

El País (España)

4 de noviembre de 2015

Luís Ubilla: "La carne provoca 50 mil cánceres en un año; el cigarrillo, un millón"

El oncólogo Luis Ubilla recomienda el consumo de frutas, verduras y fibras, pero dijo que no recomendaría dejar de comer carne.





El doctor Luis Ubillos, grado tres en oncología, analizó para El Observador el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que colocó a la carne entre los elementos con probabilidad de producir cáncer. El médico dijo que "no hay ninguna evidencia para dejar de consumir carne" y que no es comparable el nivel de riesgo del consumo de productos de carne procesada con el de, por ejemplo, cigarrlilos. Mientras que el consumo de 50 gramos diarios de carne procesada aumenta el riesgo de contraer cáncer en 18%, según el informe, "el tabaco aumenta el riesgo de 1.000 a 2.000%", sostuvo Ubillos.


El oncólogo explicó que a nivel mundial se calcula que un millón de casos de cáncer al año están relacionados al consumo de tabaco y tan solo 50.000 al de carne procesada. "Para el desarrollo del cáncer no solamente tenemos que tener en cuenta los elementos de cáncer como puede ser eventualmente el consumo de carnes procesadas", dijo Ubilla. En ese sentido, recomendó el el consumo de frutas, verduras y fibras como forma de prevención.

"No hay ninguna evidencia para dejar de consumir carne. Es un buen alimento y hay cosas que tiene la carne que no las puede suplir ningún otro alimento", dijo el médico, y aseguró que la carne roja "es un alimento seguro de consumir".

Ubilla explicó que el informe de la OMS "no es concluyente" respecto a si el tipo de cocción de la carne puede aumentar el riesgo a desarrollar una enfermedad oncológica. Sin embargo, sostuvo que comer carne y grasa quemadas pueden significar un riesgo: "Se ha visto que la cocción como nos gusta a los uruguayos, el típico asado hecho con las brasas que directamente queme por fuera a la carne, produce algunas aminas aromáticas que eso sí tiene demostrado algún efecto cancerígeno". 

El artículo completo en:

OMS: Dile adiós al charqui, a la salchicha huachana y al jamón huaracino

¿Debemos renunciar a la carne?

Claro que no. El consumo de carne fue un factor decisivo en nuestra evolución como especie, en el camino a conseguir una postura erecta (bipedismo) y en el desarrollo de nuestro cerebro y nuestros pensamientos.

¿Debemos renunciar a las carnes rojas?

Claro que sí, pero sin caer en el fundamentalismo. En todo caso NO debería renunciar a las carnes blancas. Pero si es usted amante de los chicharrones y las parrilladas de carne (todas ellas carnes rojas) pues la buena noticia es que NO debería de renunciar a estas carnes; PERO SÍ LIMITAR SU CONSUMO. Sobre las carnes a la parrilla tendríamos que escribir otros posteos.

¿Debemos renunciar a los hot dogs, jamonadas y hamburguesas EMBOLSADAS; y, por lo tanto, PROCESADAS, es decir carnes que han sufrido cambios para su industrialización; y. sobre todo, que llevan aditivos, saborizantes y CONSERVANTES?

Sí.


 ¡Hasta la vista hot dogs! (Fin de nuestro romance)

Entonces, ¿ya no debo comer carnes procesadas porqué me dará cáncer? Esta es sin duda la gran pregunta que sacude a toda la Humanidad. Y para calmar dudas, y si no les convencen los párrafos anteriores que acaba de leer, le dejo el comunicado OFICIAL  de la OMS.



OMS, Octubre de 2015

1. ¿Qué se considera carne roja?

Carne roja es toda la carne muscular de los mamíferos, incluyendo carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo y cabra.

2. ¿Qué se considera carne procesada?

La carne procesada se refiere a la carne que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado, u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación. La mayoría de las carnes procesadas contienen carne de cerdo o carne de res, pero también pueden contener otras carnes rojas, aves, menudencias o subproductos cárnicos tales como la sangre.

Ejemplos de carnes procesadas incluyen frankfurters (perros calientes/hot dogs/salchichas), jamón, salchichas, carne en conserva (corned beef), y cecina o carne seca, así como carne en lata, y las preparaciones y salsas a base de carne.


¿Y debo decire adiós al jamón de Huaraz??? Sí, también es carne procesada.




¿Y debo decire adiós al charqui (carne seca)??? Sí, también es carne procesada.


¿Y debo decire adiós a la salchicha huachana??? Sí, también es carne procesada.

P.D. Bueno, no dramaticemos, puedes difrutar estas carnes pero con moderación, nuca más de dos veces por semana. Lo ideal ser{ia una o dos veces al mes.

3. ¿Por qué el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) eligió para evaluar la carne roja y la carne procesada?

Un comité asesor internacional que se reunió en 2014 recomendó que la carne roja y la carne procesada fueran consideradas de alta prioridad para su evaluación por el Programa de Monografías del CIIC. Esta recomendación se basó en estudios epidemiológicos que sugerían que los pequeños aumentos en el riesgo de varios tipos de cáncer podían estar asociados con un alto consumo de carne roja o de carne procesada.
Aunque estos riesgos son pequeños, para la salud pública podrían ser importantes dado que muchas personas en el mundo comen carne y el consumo de carne está aumentando en los países de ingresos bajos y medianos. Pese a que algunas agencias de salud ya recomiendan limitar la ingesta de carne, estas recomendaciones están dirigidas principalmente a reducir el riesgo de otras enfermedades. Con esto en mente, es importante para el CIIC proporcionar evidencia científica autorizada sobre los riesgos de cáncer asociados con el consumo de carne roja y de carne procesada.

4. ¿Los métodos para cocinar la carne modifican el riesgo?

Los métodos de cocción a alta temperatura generan compuestos que pueden contribuir al riesgo cancerígeno, pero su papel no está todavía plenamente entendido.

5. ¿Cuáles son los métodos más seguros para cocinar la carne (por ejemplo, saltear, hervir, asar a la parrilla o barbacoa)?

Cocinar a altas temperaturas o con la comida en contacto directo con una llama o una superficie caliente, como la barbacoa o el sartén, produce más de ciertos tipos de químicos cancerígenos (como los hidrocarburos aromáticos policíclicos y las aminas aromáticas heterocíclicas). Sin embargo, no había suficientes datos para que el Grupo de Trabajo del CIIC llegara a una conclusión sobre si el modo en que la carne es cocinada afecta el riesgo de cáncer.

6. ¿Comer la carne cruda es más seguro?

No había datos para abordar esta pregunta en relación con el riesgo de cáncer. Sin embargo, la pregunta separada sobre el riesgo de infección por el consumo de carne cruda debe ser tenida en cuenta.

7. La carne roja ha sido clasificada como Grupo 2A, probablemente cancerígena para los seres humanos. ¿Qué significa esto?

En el caso de la carne roja, la clasificación se basa en evidencia limitada procedente de estudios epidemiológicos que muestran una asociación positiva entre el consumo de carne roja y el desarrollo de cáncer colorrectal, así como una fuerte evidencia mecanicista.
La evidencia limitada significa que una asociación positiva se ha observado entre la exposición al agente y el cáncer, pero que no se pueden descartar otras explicaciones para las observaciones (denominado técnicamente sesgo o confusión).

8. ¿La carne procesada fue clasificada como Grupo 1, cancerígeno para los seres humanos. ¿Qué significa esto?

Esta categoría se utiliza cuando hay suficiente evidencia de carcinogenicidad en humanos. En otras palabras, hay pruebas convincentes de que el agente causa cáncer. La evaluación se basa generalmente en estudios epidemiológicos que muestran el desarrollo de cáncer en humanos expuestos.
En el caso de la carne procesada, esta clasificación está basada en evidencia suficiente a partir de estudios epidemiológicos que muestran que el consumo de carne procesada provoca cáncer colorrectal.

9. ¿La carne procesada fue clasificada como carcinógena para los humanos (Grupo 1). El consumo de tabaco y el amianto son también clasificados como cancerígenos para los humanos (Grupo 1). ¿Quiere decir que el consumo de carne procesada es tan cancerígeno como el consumo de tabaco y el amianto?

No, se ha clasificado a la carne procesada en la misma categoría que las causas de cáncer, como el consumo de tabaco y el amianto (CIIC Grupo 1, carcinogénico para los humanos), pero esto no quiere decir son igualmente peligrosos. Las clasificaciones del CIIC describen la fuerza de la evidencia científica sobre un agente de ser una causa de cáncer, más que de evaluar el nivel de riesgo.

10. ¿Qué tipos de cáncer están relacionados o asociados con el consumo de carne roja?

La evidencia más fuerte, aunque todavía limitada, de asociación con el consumo de carne roja es para el cáncer colorrectal. También hay evidencia de enlaces con cáncer de páncreas y cáncer de próstata.

11. ¿Qué tipos de cáncer están relacionados o asociados con el consumo de carne procesada?

El Grupo de Trabajo del CIIC concluyó que el consumo de carne procesada causa cáncer colorrectal. También se vio una asociación con el cáncer de estómago, pero la evidencia no es concluyente.

12. ¿Cuántos casos de cáncer anuales pueden atribuirse al consumo de carne procesada y carne roja?

De acuerdo con las estimaciones más recientes del Proyecto sobre la Carga Global de Enfermedad, una organización de investigación académica independiente, cerca de 34.000 muertes por cáncer al año en todo el mundo son atribuibles a dietas ricas en carne procesada.
Comer carne roja aún no se ha establecido como una causa de cáncer. Sin embargo, si se demostrara que las asociaciones reportadas son causales, el Proyecto sobre la Carga Global de Enfermedad ha estimado que las dietas ricas en carnes rojas podrían ser responsables de 50.000 muertes por cáncer al año en todo el mundo.
Estas cifras contrastan con el cerca del 1 millón de muertes por cáncer al año en todo el mundo atribuibles al consumo de tabaco, las 600.000 por año debido al consumo de alcohol, y más de 200.000 muertes anuales vinculadas con la contaminación del aire.

13. ¿Se puede cuantificar el riesgo de comer carne roja y carne procesada?

En los estudios revisados, el consumo de carne procesada se asoció con pequeños aumentos en el riesgo de cáncer. En esos estudios, el riesgo generalmente aumentó con la cantidad de carne consumida. Un análisis de los datos de 10 estudios estima que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en aproximadamente un 18%.
El riesgo de cáncer relacionado con el consumo de carne roja es más difícil de estimar debido a que la evidencia de que la carne roja causa cáncer no es tan fuerte. Sin embargo, si se demostrara que la asociación de la carne roja y el cáncer colorrectal es causal, los datos de los mismos estudios sugieren que el riesgo de cáncer colorrectal podría aumentar en un 17% por cada porción de 100 gramos de carne roja consumida diariamente.

14. ¿Es mayor el riesgo en los niños, en los adultos mayores, en las mujeres, o en los hombres? ¿Hay algunas personas con mayor riesgo?

La información disponible no permitió obtener conclusiones sobre si los riesgos difieren entre los distintos grupos de personas.

15. ¿Qué pasa con las personas que han tenido cáncer de colon? ¿Deberían dejar de consumir carne roja?

La información disponible no permitió obtener conclusiones sobre los riesgos para las personas que ya han tenido cáncer.

16. ¿Debo dejar de comer carne?

Se sabe que comer carne tiene beneficios para la salud. Muchas de las recomendaciones nacionales de salud aconsejan a las personas limitar el consumo de carne procesada y carne roja, que están vinculados a un mayor riesgo de muerte por enfermedades del corazón, diabetes y otras enfermedades.

17. ¿Cuánta carne es seguro comer?

El riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida, pero los datos disponibles para la evaluación no permitieron concluir si existe un nivel seguro.

18. ¿Qué hace que la carne roja y la carne procesada aumenten el riesgo de cáncer?

La carne se compone de varios componentes, como el hierro hemo. La carne también puede contener sustancias químicas que se forman durante el procesamiento de carne o su cocción. Por ejemplo, entre productos químicos cancerígenos que se forman durante el procesamiento de carne se incluyen compuestos N-nitroso e hidrocarburos aromáticos policíclicos.
La cocción de la carne roja o carne procesada también produce aminas aromáticas heterocíclicas, así como otros productos químicos incluyendo hidrocarburos aromáticos policíclicos, que también se encuentran en otros alimentos y en la contaminación del aire. Algunos de estos productos químicos son carcinógenos conocidos o sospechosos, pero pese a este conocimiento todavía no se comprende completamente cómo se incrementa el riesgo de cáncer por la carne roja o la carne procesada.

19. ¿Se puede comparar el riesgo de comer carne roja con el riesgo de comer carne procesada?

Se han estimado riesgos similares para una porción típica, que en promedio es menor para la carne procesada que para la carne roja. Sin embargo, el consumo de carne roja no se ha establecido como una causa de cáncer.

20. ¿Cuál es la recomendación de salud de la OMS para prevenir el riesgo de cáncer asociado con el consumo de carne roja y carne procesada?

El CIIC es una organización de investigación que evalúa la evidencia disponible sobre las causas del cáncer, pero no hace recomendaciones de salud como tal. Los gobiernos nacionales y la OMS son los responsables de elaborar las directrices nutricionales. Esta evaluación del CIIC refuerza la recomendación de 2002 de la OMS acerca de que las personas que comen carne deben moderar el consumo de carne procesada para reducir el riesgo de cáncer colorrectal.
Algunas otras directrices sobre la dieta también recomiendan limitar el consumo de carne roja o carne procesada, pero éstas se centran principalmente en la reducción de la ingesta de grasa y sodio, que son factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares y la obesidad. Las personas que están preocupadas por el cáncer podrían considerar reducir su consumo de carne roja o carne procesada hasta que se desarrollen directrices actualizadas relacionadas específicamente con el cáncer.

21. ¿Hay que comer solo pollo y pescado?

Los riesgos de cáncer asociados con el consumo de aves de corral y el pescado no han sido evaluados.

22. ¿Deberíamos ser vegetarianos?

Las dietas vegetarianas y las dietas que incluyen carne tienen diferentes ventajas y desventajas para la salud. Sin embargo, esta evaluación no compara directamente los riesgos de salud en los vegetarianos y en las personas que consumen carne. Ese tipo de comparación es difícil debido a que estos grupos pueden ser diferentes en otros aspectos además de en su consumo de carne.

23. ¿Hay un tipo de carne roja que sea más seguro?

Algunos estudios han investigado los riesgos de cáncer asociados a los diferentes tipos de carne roja, como la carne de res y cerdo, y con diferentes tipos de carnes procesadas, como el jamón y las salchichas. Sin embargo, no hay suficiente información para decir si los riesgos más altos o más bajos del cáncer están relacionados con comer algún tipo de carne roja o de carne procesada en particular.

24. ¿Podría el método de conservación influir en el riesgo (por ejemplo, la salazón, la congelación, o la irradiación)?

Los diferentes métodos de conservación podría resultar en la formación de carcinógenos (por ejemplo, compuestos de N-nitroso), pero se desconoce si esto contribuye al riesgo de cáncer y en qué medida.

25. ¿Cuántos estudios se evaluaron?

El Grupo de Trabajo del CIIC consideró más de 800 estudios diferentes sobre el cáncer en los seres humanos (algunos estudios proporcionaron datos sobre los dos tipos de carne; en total más de 700 estudios epidemiológicos proporcionaron datos sobre la carne roja y más de 400 sobre carne procesada).

26. ¿Cuántos expertos participaron en la evaluación?

El Grupo de Trabajo del CIIC se conformó con 22 expertos procedentes de 10 países.

27. ¿Qué acciones se considera que deben adoptar los gobiernos en función de estos resultados?

El CIIC es una organización de investigación que evalúa la evidencia sobre las causas del cáncer, pero no hace recomendaciones de salud como tal. Sin embargo, las monografías del CIIC se utilizan a menudo como base para establecer las políticas nacionales e internacionales, las directrices y las recomendaciones para minimizar los riesgos de cáncer. Los gobiernos pueden decidir incluir esta nueva información sobre el peligro de cáncer de la carne procesada en el contexto de otros riesgos y beneficios para la salud al actualizar sus recomendaciones dietéticas.

Fuente:

Web de la OMS

Atención: La carne no mata, los añadidos sí

Las carnes tratadas presentan una elevada tasa de carcinogénesis, detectada por procedimientos estadísticos.





El mercado mundial de la carne ha sufrido una convulsión inesperada que sólo el tiempo dirá si es catastrófica o simplemente causa un daño moderado. El análisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los posibles efectos cancerígenos de la carne (la tratada como las salchichas, embutidos y adobos y la roja o procedente de los músculos de los animales) permite suponer que en los próximos meses se producirán descensos en las ventas. Las reacciones entre asustadas y airadas no se han hecho esperar, desde quienes acusan a la OMS de poca seriedad hasta quienes proclaman simplemente que “mi carne es buena”, pero ninguna de ellas ha ofrecido un disrcurso argumentado que contradiga las conclusiones de la OMS. Que la organización se haya equivocado en la forma de transmitir la información, con pocas matizaciones y dejando casi directamente al consumidor que interprete sin más unas estadísticas alarmantes, tiene importancia, claro, pero no resuelve el fondo de la cuestión.


Todo cuanto expone el “metaanálisis” es relativamente conocido a través de estudios anteriores, que son los que precisamente han dado lugar a las explosivas conclusiones de la OMS. La organización se preocupa además de estructurar tramos de peligrosidad, con el objetivo probable de limitar el alarmismo. Las carnes tratadas presentan una elevada tasa de carcinogénesis, detectada por procedimientos estadísticos; las carnes rojas (no tratadas) presentan correlaciones menos definidas, y así lo hace constar el informe. Lo que sí se debe aclarar es que tanto en un caso como en otro dónde está la causa del riesgo. Porque es de suponer que no procede de la materia prima (la carne) sino de los aditivos, mejunjes y alquimia con que se rocía a dicha materia prima. En el caso de la carne tratada, esta distinción es muy clara (conservantes, antioxidantes, excipientes, tratamientos de ahumado, etc.); pero en la carnes sin tratar, el riesgo que debe precisarse es el asociado a la alimentación del animal o los anabolizantes, esteroides y otros engordantes que se le suministran para aumentar la producción. Cualquier formulación del tipo “la carne roja mata” confunde al ciudadano. Lo que mata es la química orgánica inorgánica con que se rocían las proteínas para conservarlas.

La industria cárnica ha recibido una advertencia (que sea alarmista o precipitada no es pertinente para el fondo de la cuestión) que debería escuchar con atención. Porque, probablemente, volverá a repetirse en el futuro. La respuesta industrial inmediata sólo puede ser una: demostrar más allá de toda duda que la carne que se consume no genera problemas de salud. Como se logre este convencimiento es asunto de las empresas. Oportunidad tienen para salir de esta crisis con más credibilidad. La inversión sectorial bien entendida no consiste sólo en construir modernos mataderos o plantas de transformación; hay que invertir además en investigación biológica para conseguir conservantes seguros para la salud.

El problema puede extenderse además a otros ámbitos de la industria alimentaria. Comer legumbres, verduras y frutas es muy sano, siempre y cuando estén libres de los pesticidas con que se protegen los cultivos. En el fondo, la cuestión es que la industria alimentaria no puede ni debe conformarse con producir y transformar; tiene que ofrecer productos que no dañen la salud, ni por la materia prima ni por sus añadidos.

Fuente:

El País (España)

17 de octubre de 2015

El sonido de las células

Hay que escuchar muy, muy de cerca, pero sí, las células emiten una sinfonía de sonidos. Aunque no van a ganar nunca un Grammy por ello, los diversos pitidos producidos por las células están ofreciendo a los científicos una visión interna de su funcionamiento biomecánico, algo que podría utilizarse incluso para detectar el cáncer.


Investigadores de la Universidad de California, en Los Ángeles, estudiaron las células de la levadura de cerveza, y descubrieron que sus paredes celulares vibraban a un ritmo de 1.000 pulsaciones por segundo. Unos movimientos demasiado leves para ser captados en vídeo, pero que, transformados en sonido, crean lo que los científicos han descrito como un sonido de alta frecuencia (que equivale aproximadamente a dos octavas por encima de la nota media Do en un piano, aunque no pueden ser percibidos a oído desnudo.) 

"Creo que si lo oyes durante demasiado tiempo, puedes volverte loco", asegura el biólogo Andrew Pelling desde la Escuela Universitaria de Londres. También sugiere que los motores moleculares que transportan las proteínas por el interior de una célula son los causantes de la vibración de sus paredes.

¿Pueden aprender algo los científicos del ruido de las células humanas?

Parece que es algo más difícil obtener sonidos de una célula humana que de la levadura de cerveza. Por el momento, los científicos aún no han observado sonidos en las células mamarias, en parte debido a que las células animales poseen membranas cuya ondulación dificulta las vibraciones, al contrario que las rígidas paredes celulares de la levadura o las plantas. Pero las células humanas "se quejan" cuando reciben luz, y el fenómeno podría ser sorprendentemente útil para la ciencia, en especial para la investigación sobre el cáncer.

Cuando Richard Snook y Peter Gardner, biólogos de la Universidad de Manchester, bombardearon células de próstata humana con rayos infrarrojos, los micrófonos detectaron miles de notas simultáneas generadas por las células. El análisis estadístico de estos sonidos, creados por células que, calentadas y enfriadas con rapidez, provocan vibraciones en las moléculas del aire, permitió a Snook y Gardner diferenciar entre células normales y células cancerígenas. "Las diferencias entre una célula sana y otra cancerígena es la que hay entre dos grandes orquestas interpretando a la vez, solo que en la orquesta cancerígena la tuba desafina horriblemente", afirma Gardner.

Gardner está perfeccionando la técnica para conseguir reemplazar los actuales test de detección prebiótica de cáncer de próstata que son poco fiables.

Tomado de:

QUO

28 de julio de 2015

Tu nivel socioeconómico interviene en el tipo de cáncer que puedes desarrollar

A pesar de que el nivel socioeconómico de las personas no tiene ninguna relación con el riesgo de cáncer, sí que lo tiene respecto a qué tipos de cáncer pueden sufrir, según un nuevo estudio publicado en la revista Cancer.

El trabajo, realizado por un equipo de investigadores del Registro del Cáncer del Estado de Nueva York (EEUU) liderado por Francis Boscoe, realizó una comparativa de las personas que viven en las zonas de más pobreza con las que vivían en otras áreas más favorecidas, obteniendo que casi 3 millones de cánceres fueron diagnosticados entre los años 2005 y 2009 en 16 estados, incluyendo entre otros Colorado, Florida, Iowa o Los Ángeles. Todos los individuos fueron divididos en cuatro grupos en función de su nivel de pobreza - de acuerdo con la American Community Survey 2005-2009 - en el momento del diagnóstico.

De los 39 tipos de cáncer detectados, 32 de ellos mostraron una relación significativa con la pobreza (tanto a nivel bajo como medio), determinando que el cáncer de laringe, el de cuello uterino, el de pene y el de hígado eran más probables en los barrios más desfavorecidos o pobres; sin embargo, otros tipos de cáncer como el melanoma, el cáncer de tiroides, el de piel no epitelial y el de testículos, eran más posibles en los barrios más ricos.

“Los tipos de cáncer más asociados con la pobreza tienen menor incidencia y mortalidad más alta y los relacionados con la riqueza tienen una mayor incidencia y mortalidad más baja; cuando se trata del cáncer, los pobres tienen más probabilidades de morir de la enfermedad mientras que los ricos son más propensos a fallecer con la enfermedad”, afirma Francis Boscoe, líder del estudio.


Tomado de: Muy Interesante

16 de marzo de 2015

Expertos tachan de "terroristas" a las tácticas de las empresas tabacaleras

Una industria con tácticas terroristas que puede eliminar hasta 1.000 millones de personas este siglo. Así fue calificada la actividad empresarial de las tabacaleras en un foro de expertos sobre el cáncer el pasado fin de semana.

“Lo que vemos es una industria global que produce una mercancía letal, al menos para la mitad de la gente que la compra. Va a matar a 1.000 millones de personas este siglo si esta tendencia se mantiene", dijo John Seffrin, director de la asociación estadounidense American Cancer Society.  

El experto resaltó en una entrevista al diario británico 'The Independent' que es posible evitar tal resultado “si obstaculizamos las tácticas terroristas de la industria tabacalera en la comercialización de sus mercancías a los niños”.

Los 100 expertos en el cáncer convocados en el balneario suizo de Lugano para el Foro Mundial de Oncología llamaron a los gobiernos a que hagan más esfuerzos para controlar a la industria tabacalera: mediante aumentar los precios de los cigarrillos, prohibir la publicidad del tabaco o imponer impuestos adicionales sobre las ganancias de las empresas tabacaleras transnacionales.

La adicción al tabaco representa cerca del 22% de las muertes de cáncer cada año, constándole la vida a 1,7 millones de personas. Casi un millón muere por cáncer de pulmón. Sin embargo, la cantidad de nuevos fumadores entre los jóvenes crece más rápido que el número de los que dejan de fumar. 

Según los cálculos de expertos, cada año el número de nuevos fumadores se incrementa en unos 30 millones.

Fuente:

14 de septiembre de 2014

Terapia de Boro: Inteligencia contraterrorista contra el cáncer

Real-time biodistribution patterns of the COSAN derivatives

El cáncer en última instancia son células. Son células que no se comportan como el resto de las células, pero células. Por eso los tratamientos no quirúrgicos, a saber, la quimioterapia y la radioterapia, suelen tener efectos secundarios muy importantes, porque afectan a las células que no son cancerosas. Si bien los tratamientos intentan ser cada vez más específicos, esta especificidad acarrea también sus problemas como, por ejemplo, cómo saber que un tratamiento está llegando a donde tiene que llegar, porque con los generales no hay problema, llegan a todas las células.

Existe una nueva terapia muy específica, todavía en fase experimental, llamada terapia de boro con captura neutrónica (BNCT, por sus siglas en inglés). Un grupo de investigadores encabezado por Kiran Gona, del CIC biomaGUNE (San Sebastián, España) ha desarrollado una forma de seguir la distribución del complejo de boro que se usa para preparar los fármacos que se emplean en BNCT. Esto permitirá evaluar la efectividad de un tratamiento muy prometedor y acortar el tiempo hasta su uso clínico. Los resultados se publican en Chemical Communications.

Para entender el procedimiento permítasenos hacer un símil con un grupo terrorista que, en este caso, es el cáncer. El grupo terrorista vive infiltrado y mimetizado con el barrio y la ciudad en la que reside pero hay cosas que hacen sus miembros que los diferencian de las personas no terroristas. Una de ellas es que están deseando aumentar el número de integrantes del grupo, por lo que varios de sus miembros, llamados receptores, se dedican a reclutar activamente nuevos candidatos para el grupo.

Las fuerzas de defensa tienen capacidad militar para arrasar el barrio en el que se sabe que se encuentra el grupo terrorista, pero ello está descartado porque causaría la muerte de muchas personas inocentes. Por lo tanto la Brigada Nacional Contra Terrorista, BNCT, decide infiltrar a varios de sus miembros de élite, los boro-10, en el grupo aprovechando que están reclutando. Una vez dentro se les proporcionarán armas y los ahora boro-11, se encargan de eliminar a las células cancerosas y sólo a ellas.

Los fármacos que usan el complejo de boro COSAN (cobaltabisdicarballuro) usan la sobre-expresión de los receptores de membrana de las células cancerosas para introducir niveles terapéuticos de boro-10 dentro de las células. Si bien el boro-10 es un isótopo estable, cuando se aplica una haz de neutrones de baja energía a la célula el boro-10 captura un neutrón y se desintegra, emitiendo una partícula alfa de alta energía que destruye a la célula. Esta es la base de la BNCT.

La BNCT es, como decíamos más arriba muy específica, por lo que es muy interesante. Además, los compuestos de boro son inorgánicos, por lo que no son metabolizados por las enzimas celulares. Sin embargo, el principal problema que tiene esta técnica es la ausencia de un método efectivo que permita medir la acumulación del boro in vivo (en nuestro símil, un sistema que permita saber que los agentes están infiltrados en el grupo y su localización). Este problema dificulta la evaluación de los distintos fármacos disponibles.

Lo que han hecho Gona et al. es desarrollar una estrategia consistente en etiquetar un derivado de COSAN bien con iodo-124 (que emite positrones), bien con iodo-125 (que emite rayos gamma), por lo que la distribución del fármaco se puede realizar usando tomografía por emisión de positrones (PET-CT) o un contador gamma.

Los investigadores usaron una reacción de intercambio de iodo catalizada por paladio para marcar el derivado de COSAN con uno de los isótopos. Después se realizaron estudios in vivo con ratones para cuantificar la ingesta celular. Los resultados muestran muy buena correlación entre ambos métodos.

Armados con una herramienta que les permite medir, oncólogos y físicos médicos están ahora más cerca de convertir los experimentos de laboratorio en una práctica clínica que mejore la calidad de vida de los pacientes.

Referencia:

Kiran B. Gona, Adnana Zaulet, Vanessa Gómez-Vallejo, Francesc Teixidor, Jordi Llop & Clara Viñas (2014) COSAN as a molecular imaging platform: synthesis and “in vivo” imaging Chem. Comm. DOI: 10.1039/C4CC05058D

Tomado de:

Cultura Científico

7 de julio de 2014

Investigadores peruanos construyen máquina para “curar” el cáncer

La máquina es el primero en Latinoamérica y está construida con tecnología 100% peruana.
 
Investigadores peruanos han construido una máquina de microgravedad equivalente a las que se encuentran en la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) para buscar la cura al cáncer y otras enfermedades.


A nivel internacional se vienen realizando estudios de algunas enfermedades que posiblemente se curan en condiciones de microgravedad, basándose en las reacciones de estos elementos.

En el caso del Perú, se está investigando desde el punto de vista de la bioinformática, centrándose en el porqué en condiciones de microgravedad las enfermedades cancerígenas desaparecen.

“Un tumor en condiciones de microgravedad muere por apoptosis (muerte celular)”, indica el Dr. David Laván, miembro del equipo de investigación peruano que comparte el proyecto con investigadores de España y EE.UU.

La máquina, que se  encuentra en Perú, es el primero en Latinoamérica y está construida con tecnología 100% peruana por investigadores del INICTEL-UNI de la Universidad Nacional de Ingeniería (en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid) y con financiamiento del Fondo para la Investigación, Ciencia y Tecnología (FINCyT).

Además de la salud, también será usada para investigaciones en las áreas de telecomunicaciones y ciencias materiales.
 
Fuentes:
 
La República
 
Diario 16

31 de mayo de 2014

El hombre que quiere curar el cáncer imprimiendo virus



Se podría decir que Andrew Hessel cultiva la apariencia de un visionario. Expone sus ideas con una voz sugerente, viste de negro de pies a cabeza y luce una barba salpicada de canas que le da un cierto aire a Steve Jobs. Pero no es su perfil sino su ambición lo que le distingue de los demás ponentes en la reunión de innovadores que se celebra esta mañana en los salones de la Sociedad Histórica de Nueva York.


Hessel está aquí para explicar cómo se propone curar el cáncer antes que las grandes empresas farmacéuticas: detectando primero virus capaces de matar sólo las células tumorales y fabricarlos después artificialmente en un laboratorio con la ayuda de una impresora 3D. «Se llaman virus oncolíticos y los científicos experimentan con ellos desde hace décadas», explica a EL MUNDO unos minutos después de su conferencia. 

«Son patógenos muy débiles que infectan las células cancerosas y dejan intactas las células sanas. Algunas empresas empiezan a aprovecharlos con éxito en algunos ensayos clínicos. Lo que nadie ha logrado es diseñar esos virus en un ordenador y fabricarlos a la medida de cada paciente». 

Hessel no tiene familiares directos que hayan muerto de cáncer. Pero es consciente de la naturaleza de la quimioterapia, que mata por igual a las células sanas y a las cancerosas y provoca en el enfermo un sinfín de efectos secundarios. «Es como arrojar una bomba nuclear sobre Nueva York para acabar con una banda de delincuentes», dice sonriente. «Estoy seguro de que podemos dar con un método mejor». 

Lanzar al mercado nuevos fármacos es un proceso tortuoso que requiere décadas de ensayos clínicos y el visto bueno de las autoridades. Por eso Hessel no aspira a comercializar medicinas, sino a diseñar soluciones concebidas a la medida de cada paciente con la ayuda de los avances de la ingeniería genética y del poder creciente de la computación. 


Virus fabricados por Andrew Hessel en su laboratorio.
 
Virus fabricados por Andrew Hessel en su laboratorio. AUTODESK

«Primero extraeríamos una muestra de las células tumorales de una persona y después adaptaríamos los virus hasta desarrollar una terapia capaz de eliminarlas de un modo seguro», explica. «Sólo entonces inocularíamos los virus en esa persona. Al principio el tratamiento será gratuito para aquellos enfermos que quieran someterse a él. Pero mi objetivo es crear un modelo de suscripción similar al de Spotify en el que el cliente pague una pequeña cuota anual a cambio de tener acceso a la terapia cuando le detecten un tumor».

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia

25 de mayo de 2014

Usar el celular más de 15 horas al mes aumenta el riesgo de sufrir cáncer de cerebro

Tres veces más posibilidades de sufrir tumores de glioma y meningioma
Las personas que utilizan el teléfono móvil de forma intensiva pueden tener más probabilidades de desarrollar ciertos tipos de cáncer de cerebro. Un uso de más de 15 horas de móvil al mes aumenta hasta tres veces el riesgo de sufrir tumores cerebrales del tipo glioma y meningioma, según la investigación de científicos franceses. 

En la última década muchos estudios han tratado de probar sin éxito la relación del cáncer de cerebro y el uso de los teléfonos móviles. Los resultados nunca han sido concluyentes.

Esta nueva investigación, publicada e n el último número de la revista británica Occupational and Environmental Medicine, es la última exploración sobre la seguridad del uso del móvil, según publica The Guardian.

"Nuestro estudio sigue esa tendencia, pero los resultados tienen que ser confirmados", dijo Isabelle Baldi, de la Universidad de Burdeos, al sudoeste de Francia, integrante del grupo que participó en la investigación.

La Agencia Internacional para la investigación sobre el cáncer ( IARC) reveló en 2011 que los campos de radiofrecuencia utilizadas por los teléfonos móviles eran posiblemente carcinogénico.
Los investigadores galos han filtrado diferentes datos para obtener una imagen precisa del uso del móvil en la vida real. Es decir, los científicos han excluido otros hechos como el tabaquismo y otros hábitos que amplifican el riesgo de sufrir cáncer. 

Además se han considerado el avance tecnológico de los nuevos teléfonos móviles.
El nuevo estudio monitorizó a 253 casos de glioma y 194 casos de meningioma en cuatro localidades francesas entre 2004 y 2006.

Los datos de estos pacientes fueron comparados con 892 individuos sanos procedentes de la población general, en un intento de detectar cualquier diferencia entre ambos grupos.
La comparación reveló un mayor riesgo entre aquellas personas que usaron sus teléfonos intensamente, especialmente entre aquellos que lo utilizaban para su trabajo, como los que se dedicaban a las ventas.

La duración del uso de esta categoría varió de entre dos y 10 años, con un promedio de cinco años. 
Algo nuevo que reveló esta investigación es que el tumor surgió en el lado opuesto del cerebro- en lugar de en el mismo lado - del que los enfermos utilizaban habitualmente el teléfono.
El estudio, además, ha reconocido que "es difícil definir un nivel de riesgo en cada caso, sobre todo por la constante  evolución de la tecnología" 

Además, "la rápida evolución de la tecnología ha provocado un aumento considerable del uso de teléfonos móviles y una disminución paralela [ de la intensidad de las ondas radioeléctricas] emitida por estos dispositivos.

Tomado de:

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