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9 de marzo de 2010

Ola mundial de terremotos es "pura coincidencia"


Martes, 09 de marzo de 2010

Ola mundial de terremotos es "pura coincidencia"

Afirman que no hay nada inusual en la serie de terremotos que en las últimas semanas han sacudido Haití, Chile y ahora Turquía

No hay nada inusual en la serie de terremotos que en las últimas semanas han sacudido Haití, Chile y ahora Turquía, según los sismólogos.

Para ellos, aun cuando un fuerte sismo puede aumentar el riesgo de movimientos telúricos en otros lugares, la reciente serie de terremotos es probablemente una coincidencia. Agregaron que la devastación demuestra cómo la creciente edificación de ciudades en fallas sísmicas puede conllevar a muertes masivas.

"Puedo decir definitivamente que el mundo no se está acabando'', dijo Bob Holdsworth, un experto en placas tectónicas de la Universidad de Durham.

Bernard Doft, sismólogo del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos, asegura que no hay una conexión directa entre los mortales terremotos que han golpeado a Haití, Chile y Turquía.

"Estos hechos están muy lejos como para tener una influencia directa entre ellos'', dijo el experto.

En el caso de Haití, el terremoto ocurrió en una falla geológica que no había experimentado grandes movimientos en 250 años, pero Chile y Turquía sí tienen un historial de sismos devastadores.

"Es por casualidad que ocurrieron aproximadamente al mismo tiempo'', agregó Doft.

El terremoto del lunes en Turquía tuvo una magnitud de 6,6. En promedio, ocurren 134 sismos anualmente con magnitudes entre 6,0 y 6,9, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).

Este año empezó con intensidad, pues ya se han registrado 40, más que en la mayoría de los años para este período de tiempo, pero la alta cifra se debe a que el terremoto de magnitud 8,8 en Chile generó un gran número de réplicas fuertes y tanto movimiento, tan temprano en el año, sesgó el panorama, dijo el sismólogo del USGS, Paul Earle.

"Los años con grandes terremotos son más propensos a tener en general un elevado movimiento sísmico'', dijo Earle.

Fuente:

El Informador

8 de marzo de 2010

La revolución virtual: 20 años de la web

Lunes, 10 de marzo de 2010

La revolución virtual: 20 años de la web

Hace dos décadas el británico Tim Berners-Lee inventó la web "sólo porque la necesitaba", según le dijo a la BBC. A partir de entonces, el mundo no volvió a ser igual.

“Que veinte años no es nada…” cantaba Carlos Gardel en su entrañable tango “Volver”. Y tal vez en pocos episodios de la historia mundial es tan apropiada esta expresión como en el vertiginoso desarrollo de la red global de internet en las dos últimas décadas.

La World Wide Web, o la “red”, transformó de tal manera la sociedad global que muchos no dudan en compararla con la Revolución Industrial del siglo XIX.

Y es que cada vez son menos los sectores de la sociedad que no han sido tocados de una manera u otra por el explosivo crecimiento del mundo "en línea". Aunque las cifras varían, algunos estudios calculan que cerca de 1.700 millones de personas, o sea casi el 25% de la población mundial, son usuarias del universo de la red.

El Ford del internet

Grafico web

El poner internet al alcance de todos desató una revolución.

Con la red paso algo parecido a lo que ocurrió con la industria automotriz a comienzos del siglo XX. Un invento que existía hace décadas sólo alcanzo su potencial cuando alguien entendió la manera de masificarlo.

En el caso automotriz, Henry Ford consiguió al diseñar su modelo T que millones de consumidores pudieran comprar automóviles, hasta ese momento simples curiosidades mecánicas de millonarios.

Del mismo modo, el invento de la World Wide Web por parte de Berners Lee, hizo que internet, creada décadas atrás por científicos del Departamento de Defensa de Estados Unidos y que apenas entusiasmaba a científicos y expertos de una comunidad reducida, súbitamente se convirtiese en una herramienta disponible para cientos de millones de personas.

La herramienta de la World Wide Web logró que el mundo en línea, antes accesible sólo con complicados códigos de computación, quedase apenas a un ‘click’ de distancia.

Los gigantes de la red

Y así como la edad industrial trajo consigo sus gigantes empresariales, consagrando empresas y apellidos como Rockefeller, Vanderbilt, Carnegie, o el mismo Ford, el desarrollo de la red ha consagrado su propia generación de mega empresas.

Google logo

Google es un indiscutible gigante de la web.

Tal vez pocas firmas reflejen mejor la dramática expansión económica y cultural de la red como Google.

La empresa, creada en 1996 por dos estudiantes doctorales de la universidad de Stanford en Estados Unidos con base en el consejo de uno de sus supervisores académicos, tomó rápidamente el control del mercado de los motores de búsqueda de internet, las guías mediante las cuales los usuarios intentamos explorar el mundo casi infinito de la red. El proyecto académico de los estudiantes Sergei Brin y Larry Page alcanzaba ya en 2004 una capitalización de mercado de US$23.000 millones, y sigue creciendo.

Con su capacidad de concentrar en sus páginas al público normalmente difuso de usuarios de la red, Google hoy es vista como un titán en la industria de la publicidad, de los medios, del comercio e incluso de la cultura. Por algo las academias de la lengua en todo el mundo aceptan la inclusión del verbo “googlear” en sus idiomas.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia & Tecnología

El apocalipsis que llegará del espacio


Lunes, 10 de marzo de 2010

El apocalipsis que llegará del espacio

Aterradores escenarios que demuestran que la Tierra se encuentra en un medio hostil

Recreación artística de un meteorito como el que cayó sobre nuestro planeta. | Science Photo Library

Recreación artística de un meteorito como el que cayó sobre nuestro planeta. | Science Photo Library

Si miran al cielo nocturno, verán el espacio infinito salpicado de pequeños puntos luminosos. Un remanso de paz en las alturas. Pero esa serena imagen es una gran mentira. La Tierra está inmersa en un entorno hostil, a merced de las grandes fuerzas cósmicas. A su alrededor explotan estrellas, colisionan galaxias enteras y agujeros negros devoran cuanto encuentran a su paso.

El libro La Muerte llega desde el cielo. 'Así terminará el mundo' (editorial Robinbook) explica que la destrucción de la Tierra es cuestión de tiempo. El volumen presenta una decena de aterradores escenarios y relata con lenguaje riguroso y divulgativo qué probabilidad hay de que se hagan realidad, cómo afectarían a la vida en la Tierra y si podemos hacer algo por evitarlos.

El autor es el astrónomo Philip Plait, que ha trabajado siete años en la NASA, y otros tantos como profesor. Es el creador del reconocido blog Bad Astronomy, cuyo propósito principal es refutar cuestiones como la astrología, el creacionismo o la conspiración lunar.

Meteoritos

El impacto de un meteorito de grandes dimensiones sobre la Tierra hace 65 millones de años acabó con los que eran los reyes y señores del planeta, los dinosaurios. La historia puede repetirse. Y en esta ocasión se extinguiría la raza humana.

Tal y como sentencia el libro, "la Tierra se halla situada en una galería de tiro cósmica y el Universo nos tiene en su punto de mira". El golpe de uno de estos proyectiles no sólo afectaría a la zona donde cayera. En ese punto nacería una gigantesca onda sonora que daría varias vueltas al planeta, llevándose por delante todo aquello que encontrara.

El asteroide Apofis, de 250 metros de diámetro, es una de las rocas extraterrestres que más posibilidades tiene de golpear la Tierra. La fecha de impacto: 13 de abril de 2029. La catástrofe podría evitarse lanzando una bomba a unos cientos de metros de distancia del asteroide. Esto desviaría su trayectoria.

Agujeros negros

Nacen de la muerte de una estrella, concentran muchísima masa en un volumen muy pequeño y su fuerza de atracción gravitatoria es gigantesca. Son, en definitiva, pozos sin fondo que devoran todo aquello que encuentran a su paso. En la Vía Láctea se estima que hay diez millones de agujeros negros. Si uno se aproximara la Tierra lo suficiente como para hacer daño, lo primero que notaríamos los ciudadanos de a pie serían alteraciones en las mareas por el efecto gravitatorio.

Al principio serían sutiles, pero terminarían siendo tan brutales que causarían inundaciones y tsunamis. En un momento dado, la gravedad del agujero y la de la Tierra se habrían igualado y empezaríamos a flotar. Es un respiro dentro de tanto caos, pero quizá el miedo no nos dejaría disfrutar de la extraña experiencia. Una hora más tarde, la gravedad del agujero negro superaría la de nuestro planeta con creces y lo engulliría. Este sería el fin de la humanidad. El fin del planeta Tierra.

Supernovas

El nacimiento de una supernova suele ser motivo de emoción y alegría entre los astrónomos. En cuanto notan su brillo especialmente intenso en el cielo nocturno, sacan presurosos los telescopios para observar a la recién llegada. Pero si este evento cósmico sucede demasiado cerca de la Tierra (a menos de 25 años luz), la alegría debe convertirse en seria preocupación.

La explosión estelar despide un chorro de rayos gamma. Si alcanzaran la atmósfera terrestre, destruirían los niveles de ozono hasta la mitad. Antes de llegar, atravesarían la Estación Espacial Internacional y matarían a los astronautas a bordo. Con la llegada del día, comenzaría la peor parte: los rayos ultravioleta atravesarían la atmósfera sin que nada les frenase. La luz nos quemaría. Nuestra piel no está preparada para soportar estos rayos.

Pero este sería el menor de los problemas en un planeta donde la base de la cadena alimentaria, el fitoplancton, está muerta. Comienza así, una extinción masiva. La estrella más cercana a la Tierra con posibilidades de convertirse en una supernova es Betelgeuse, una supergigante roja en Orión, a unos 430 años luz. No se sabe exactamente cuando explotará, pero lo hará.

La extinción del sol

El Sol morirá, pero no lo hará solo. Se llevará por delante la Tierra. La estrella aumenta poco a poco de tamaño. Un día será tan grande que su brillo será insoportable, el calor en la Tierra sofocante y tan extremo que la atmósfera se escapará hacia el cosmos. Así, hasta que el planeta esté tan caliente que, literalmente, se derrita. Pero falta mucho tiempo para que esto suceda, 6.000 millones de años. Hasta entonces y mientras tanto, el astro rey puede dar guerra lanzando llamaradas solares. Éstas liberan millones de partículas subatómicas. Suceden con frecuencia y suelen causar daños en los satélites artificiales que orbitan nuestro planeta.

Estas llamaradas pueden ser mucho más violentas, tanto que tengan consecuencias catastróficas. Podrían provocar el caos electromagnético y destrozar los satélites por completo por una sobredosis de calor. En tierra, los cables de transmisión sufrirían una sobrecarga repentina de corriente eléctrica, se romperían y caerían como látigos. Los transformadores explotarían. Cientos de millones de personas se quedarían sin luz y, en una sociedad donde el bienestar depende en gran medida de esta energía, muchos morirían de frío.

Ataque alienígena

La probabilidad de que esto suceda es desconocida porque aún no se conoce el número de civilizaciones avanzadas que pueden existir en una galaxia ni las probabilidades de que sean hostiles. Tampoco se sabe si siendo hostiles se desplazarían hasta la Tierra para aniquilarnos.

A pesar de ello, la posibilidad existe. Plait imagina a los alienígenas de este tipo con forma de araña y con una destreza envidiable en el manejo y construcción de ingenios tecnológicos y también para replicarse a sí mismos. "Un montón de arañas partieron en busca de materias primas. La Tierra sucumbió en cuestión de días. Las primeras aterrizaron en Australia y devoraron cuanto hallaron a su paso. Piedra, metal o gas, todo podía ser convertido en caso de necesidad. Agua, plantas, carne, todo se aprovechaba (...) Barrieron todo el planeta y en un par de semanas no quedaba prácticamente nada con vida en el planeta".

Otro posible tipo de ataque alienígena es el de bacterias o virus, pero hay que esperar a que los avances en el ámbito de la astrobiología arrojen luz sobre el asunto porque aún no está claro si son capaces de sobrevivir a un viaje espacial o traspasar nuestra atmósfera.

Tomado de:

El Mundo Ciencia

La música en la guerra y el deporte

Lunes, 08 de marzo de 2010

A todo volumen: La música en la guerra y el deporte

La música en la guerra y en el deporte puede ser clave para ganar la batalla o triunfar en la competencia. Los expertos explican el impacto de los sonidos en estas actividades.




En medio de las imágenes de la guerra en Irak, un detalle resulta particularmente curioso. Debajo del casco, y junto con sus implementos militares, los soldados norteamericanos van al combate conectados a sus iPods. El hecho de que se encaminen a un momento de vida o muerte mientras oyen heavy metal a todo volumen ha vuelto a poner sobre el tapete los efectos de la música en el ánimo de los combatientes, en particular, y en quienes realizan actividades cotidianas, en general.

Jonathan Pieslak, un teórico de la música del City College de Nueva York, encontró que la mayoría de los soldados utilizan sus reproductores para inspirarse antes de los combates, ya que la música los prepara sicológicamente para tener una mentalidad ofensiva y estar alertas durante las misiones. La tesis es resultado de una investigación que comenzó en 2004, para la que entrevistó a varios soldados estadounidenses de la primera generación de combatientes con reproductores portátiles, como iPods o mp3, sobre la música que ellos escuchaban durante su permanencia en Irak. Los resultados de este trabajo fueron publicados en el libro Sound targets: american soldiers and music in the Iraq War.

En el deporte

Al igual que en los soldados, la música también ayuda a los deportistas a concentrarse en una meta, para así obtener mejores resultados. Por eso no es raro ver cada vez más deportistas de alto rendimiento con reproductores durante las competencias, como en los recientes Juegos Olímpicos de Vancouver, donde la mayoría de los participantes se deslizaban por la nieve con los audífonos puestos. O hace dos años, en los Juegos Olímpicos de Beijing, cuando se dijo que el secreto del éxito del nadador Michael Phelps estaba en la lista de reproducción que escuchaba y que sólo interrumpía segundos antes de entrar al agua (ver recuadro). El médico endocrinólogo Miguel Suárez explica que la música estimula partes del cerebro que generan una secreción de hormonas, y éstas a su vez "regulan distintos procesos fisiológicos como la actividad cardiaca, la función respiratoria y el aparato nervioso".

Así se motivan

Han sido muchos los deportistas que a la hora de competir han encontrado en la música una herramienta que puede marcar la diferencia. Éstos son algunos de ellos.

Michael Phelps: el máximo ganador de medallas en los pasados Juegos Olímpicos confesó que el hip hop le ayudaba a motivarse antes de la competencia. Entre sus preferidas está Go getta (Ve por ella), de Young Jeezy.



Audley Harrison: el boxeador inglés, que logró el oro en los Olímpicos de Sydney en la categoría peso pesado, dijo que escuchaba música clásica japonesa para ayudar a calmar los nervios en los momentos previos de cada pelea.

• Andrew Murray: el tenista escocés ha dicho que antes de los partidos tiene en su iPod Let’s Get It Started de la agrupación Black Eyed Peas.



Haile Gebreselassie: este atleta etíope, ganador de varias medallas de oro, confesó haber escuchado Scatman, una canción de tecno rápido del cantante Scatman John, mientras competía en una carrera de 2.000 metros.

Iwan Thomas: el plusmarquista británico se preparó con una ‘dosis’ de Firestarter, de The Prodigy, antes de correr los 400 metros.




Para finalizar el post me pregunto: ¿Se motivarán nuestros jugadores de júlbo con las canciones Caribeños y las canciones del grupo Cinco?

Lea el artículo completo en:

Semana.com

Libro: "La invención del aire"


Lunes, 08 de marzo de 2010

Libro: "La invención del aire"

Steven Johnson, divulgador científico y autor de libros de culto como ‘Sistemas Emergentes’ y ‘La mente de par en par’ recorre la historia de las ideas en la época de la Ilustración y la Revolución norteamericana de la mano de Joseph Priestley.


Priestley fue el científico inglés del XVIII que descubrió que las plantas generaban aire respirable. Clérigo protestante de carácter herético, filósofo y pedagogo, fue una de las figuras onmipresentes en la época de la Ilustración, aunque también fue víctima de los cambios que devinieron tras ella.

Priestley fue en aquella época además del químico más influyente tras Lavoisier uno de los mayores expertos en electricidad, aún con un elevado perfil experimental fue capaz de postular, veinte años antes de su demostración, la Ley de Coulomb, aunque por el contrario no supo reconocer que su mayor descubrimiento "el del aire", no era otra cosa más que uno de los elementos más relevantes de la naturaleza: el Oxígeno.

Aunque el libro utiliza como armazón la biografía de Priestley persigue unos propósitos más ambiciosos. Dice el propio autor: "Éste es un libro de historia sobre la Ilustración y la Revolución norteamericana, sobre el ciclo del carbono dentro del planeta y la química de la pólvora, sobre el auge de los cafés en la cultura europea, sobre la dinámica emocional entre dos amigos...".

En efecto, nos habla de la amistad con Benjamin Franklin, de la importancia de los cafés, que auténticos núcleos integradores de las "redes sociales" de la época. El café London, la Royal Society , el Club de los Honestos Liberales y su versión en Birmingham, la legendaria Sociedad Lunar conformaban una auténtica red del conocimiento y la innovación.

Lea la reseña completa en:

Ámbito Cultural

El paladar puede detectar el gusto a grasa


Lunes, 08 de marzo de 2010

El paladar puede detectar el gusto a grasa, según un estudio en Australia


Se suma a los otros cinco sabores: ácido, amargo, dulce, salado y agridulce

Una hamburguesa con patatas fritas. Foto: AP / CHITOSE SUZUKI

Una hamburguesa con patatas fritas.
El paladar del ser humano es capaz de identificar en los alimentos el gusto a grasa, que se convertiría así en el "sexto sabor", según un estudio publicado hoy en Australia.

"Hemos concluido que hay un sexto sabor además de ácido, amargo, dulce, salado y umami" (gusto sabroso del caldo de gallina, presente en tomate, queso parmesano), ha afirmado Russell Keast, profesor de la Universidad de Deakin en Melburne y jefe de los investigadores.

Keast ha explicado que su equipo analizó a 50 sujetos para determinar su capacidad de detectar contenidos grasos en distintos tipos de comida, aunque algunos necesitaron una concentración mayor que otros.

Los científicos también han demostrado que esa destreza está unida a su peso y porcentaje corporal de grasa.

"Aquellos sujetos con contenidos bajos, o delgadas, son más sensibles a la grasa, mientras los obesos tienen más problemas para detectarla en los alimentos", ha indicado Keast.

Su hipótesis es que algunas personas pierden su sensibilidad a la grasa cuando consumen demasiada porque el cuerpo se adapta al alto contenido en grasa de la dieta.

"A todos nos gusta la comida grasienta"

Esto es cada vez más frecuente por los hábitos alimentarios de la sociedad moderna, más sedentaria y volcada en la comida rápida en vez de alimentos sanos y una dieta equilibrada.

Keats señala que el descubrimiento permitirá conocer por qué el organismo reacciona de formas distintas al ingerir grasa y si es posible imitar su sabor para "engañar" al cuerpo y ayudar a adelgazar, "puesto que a todos nos gusta la comida grasienta".

Fuente:

El Periodico
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