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13 de diciembre de 2012

¿Por qué necesitamos pensar de manera científica?



Los bonobos viven una vida de despreocupación, copulan varias veces al día, y no hacen otra cosa más que disfrutar, como parece hacen las vacas en una ladera cubierta de hierba. Ambos grupos de animales viven hoy exactamente igual que lo hacían hace un millón de años. Cotillear, comer, copular, dormir, morir: ¿Qué más podemos querer? ¿Por qué no nos contentamos con una vida animal?

Esa vida deriva de su indiferencia ante la muerte.  En la vida humana la muerte de los seres queridos nos apabulla, nos fuerza a pensar.  Nuestros antepasados cazadores-recolectores llevaban, sin la menor duda, una vida individual mejor que los esclavos de las plantaciones de los estados del sur de los EEUU, o que los obreros de las primeras fábricas textiles de Manchester, en el siglo XIX.  Podíamos haber seguido como cazadores-recolectores, como los bonobos o las vacas. ¿Por qué no?

La agricultura forzó a hombres y mujeres a trabajar 12 horas al día, a vivir abigarrados en chozas con malas condiciones higiénicas, a dejar de ver amaneceres y anocheceres, a olvidar la esencia de la vida. Con la aparición de las ciudades vino la aparición de los reyes y los prelados, de los recaudadores de impuestos y de los sumos sacerdotes.

¿Cual es el progreso?¿Representó ayer  la agricultura y representan hoy la industria, la sociedad de la información,  un progreso en la vida material del ser humano individual?

La noción de progreso solo tiene sentido en el contexto social, que forzosamente incluye la historia: Solo tiene sentido si consideramos toda la sociedad de hoy y la de ayer y mañana: En las 4 dimensiones de la física: Las tres del espacio y la del tiempo.  Con este sentido el ser humano aceptó la agricultura porque era una clase novedosa de seguro de vida, un acceso al welfare-state. Aceptó la tiranía de reyes, sumos sacerdotes, dogmas e impuestos. Todo a cambio de una cierta garantía de supervivencia para él y sus familias y descendientes. Ya que la muerte individual es inevitable, se trataba de garantizar de algún modo la supervivencia de familia y grupo, ahora y a lo largo del tiempo.

Aquí, y solo aquí, aparece el concepto de 'progreso'.  El progreso no tiene nada que ver con la idea (difícil de especificar) de felicidad. El concepto de felicidad es ambiguo. En Madrid (y en Hamburgo otro, por las mismas fechas) había un hombre, con dinero, que vivía con 30 perros en medio del bulevar de Reina Victoria, esencialmente feliz. Este hombre, sin embargo, no podía garantizar la supervivencia de sus perros o de los cachorros que parían las perras del grupo.

Ni la sociedad humana ni sus miembros buscan, realmente, la felicidad, sino otras muchas cosas. Si hay breves instantes de aquella, bienvenida sea. Pero es un by-product, un añadido, no el objetivo de los seres humanos.

Aquí es donde aparece la noción de progreso. ¿Vive mejor hoy una familia que tiene la garantía de que todos los hijos sobrevivirán los 14 años? ¿Vive mejor un grupo de personas que puede conocer lo que hacen otras, ahora, o lo que han hecho antes? ¿Una persona o un grupo de personas que pueden conocer como funciona el mundo en el que viven, incluida en ese mundo su propia sociedad?

La vida sin conocimiento puede, quizás, proporcionar el olvido individual, el nirvana que preconiza el budismo más ortodoxo, la aniquilación de la mente, pero no proporciona ninguna herramienta para la vida social. Para esta vida necesitamos conocer, saber, cuanto más mejor, en todos los aspectos: La realidad, los sueños, la imaginación, la abstracción que significa todo arte y toda ciencia, y el placer que nos proporcionan, a veces, nuestros sentidos.

La ciencia es un forma de ver el mundo, incluidos nuestros propios pensamientos. La ciencia no son gadgets, no son aparatos, no son logros intelectuales, con serlo. La ciencia es un modo mental, una forma de enfocar lo que vemos (oímos, tocamos, gustamos, olemos) para tratar de entender el mundo. Su carácter esencial es su permanente evolución, su permanente cambio que va en contra de todo dogmatismo y de cualquier esquema final.

El ser humano tiene desde siempre miedo a cambiar, aunque ha sido el cambio lo que nos ha hecho sobrevivir cada vez mejor.  Pensar de manera científica, con curiosidad inagotable y con crítica incansable es una forma de empujar a la sociedad hacia ese progreso que la sociedad busca de manera constante.

Frente al dogma que dice 'Así es', la ciencia se pregunta constantemente '¿Por qué tiene que ser así? ¿No puede ser de otro modo? '  Es esa pregunta la que llevó a plantar los granos de los cereales, a buscar cómo caen los graves, a entender los límites de la energía, a las máquinas y hoy a la información.

Individualmente no hay duda de que vivimos sobre poco más o menos igual de felices que hace 100000 años. Socialmente tampoco hay duda de que vivimos inmensamente mejor que entonces.

¿Debemos seguir los dogmas o necesitamos desarrollar el pensamiento científico?

Fuente:

Blog "Clima" de El Mundo

8 de diciembre de 2012

El sofisticado realismo de la pintura rupestre

Reconstrucción de un techo en la cueva de Altamira. | EM
Reconstrucción de un techo en la cueva de Altamira. | EM
Nuestros antepasados cavernícolas eran auténticos artistas. Un estudio revela que las pinturas rupestres retrataban mejor el movimiento de los animales que las representaciones modernas.

La investigación, llevada a cabo por investigadores de la Universidad Eotvos, de Budapest (Hungría), consistió en examinar y comparar el trabajo artístico prehistórico y moderno en dibujos (y estatuas en el caso del arte contemporáneo) de vacas, caballos, elefantes y demás cuadrúpedos. Los investigadores concluyeron que eran más fieles a la realidad las pinturas rupestres.

Análisis de una pintura rupestre en el estudio. | G. Horvath
Análisis de una pintura rupestre en el estudio. | G. Horvath
Para llevar a cabo este análisis se basaron en el estudio de Eadweard Muybridge, que en 1880 examinó y registró la secuencia de movimientos de los cuadrúpedos, en la que reveló que apenas había variaciones entre las diferentes especies.

Esta investigación, publicada en la revista PLOS ONE, reveló que la mayoría de las representaciones reflejaban errores en el posicionamiento de las patas. Sin embargo, el error en las pinturas prehistóricas era menor que en las modernas.

Concretamente, los retratos modernos son erróneos en un 57,9%, mientras que en las pinturas rupestres se reduce a un 46,2%. Parece claro que los primeros artistas de nuestra especie eran muy sofisticados y perfeccionistas a la hora de pintar en sus cuevas.

Pese a estos datos, los investigadores no han podido concluir si esa mayor 'perfección' de los retratos animales se deben a las licencias artísticas que se toman los artistas modernos o al mayor conocimiento del movimiento animal por parte de los humanos prehistóricos.

Fuente:

El Mundo Ciencia

30 de noviembre de 2012

En la edad de bronce elaboraban cerveza


Grupo de arqueólogos de la Universidad de Manchester

El equipo de arqueólogos recreó el proceso de la elaboración de cerveza.

Arqueólogos británicos que trabajan en Chipre excavaron una estructura de dos metros cuadrados con cúpula que a su juicio era un horno para el secado de cereal malta para hacer cerveza hace 3500 años.

Los investigadores, de la Universidad de Manchester recrearon el proceso de elaboración de la cerveza aromatizándola con uvas e higos.

El jefe del equipo, Lindy Crewe, dijo que las personas de la edad de bronce parecía estar bien al tanto de las propiedades relajantes del alcohol, y dijo que se daba a los trabajadores a menudo como un incentivo para ayudar con la cosecha o con la construcción.

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BBC Ciencia

20 de septiembre de 2012

El 'reciclaje' en la Edad de Piedra

El reciclaje no es solo un asunto propio del hombre moderno. Una reciente investigación ha hallado evidencias de que el ser humano reciclaba sus artefactos de piedra en el Paleolítico.

Los equipos de investigación de la Universitat Rovira i Virgili y el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) han analizado artefactos quemados encontrados en el yacimiento de Molí del Salt en Tarragona.

Los resultados del estudio indican que el reciclaje de utensilios fue un fenómeno habitual durante el Paleolítico superior, hace 13.000 años. El hecho de que estén quemados es esencial a la hora de valorar el posible reciclaje de las herramientas. "Escogimos estos artefactos quemados porque pueden demostrar de forma sencilla si se ha producido una modificación posterior a la exposición al fuego", explica a SINC Manuel Vaquero, investigador en la Universitat Rovira i Virgili.

Los arqueólogos encontraron un alto porcentaje de restos quemados en el yacimiento de Molí del Salt, que corresponden al Paleolítico superior final.

Reciclar para satisfacer necesidades inmediatas

Sin embargo, esta práctica no se documenta de la misma manera en todas las clases de artefactos. Por ejemplo, el uso de herramientas recicladas es más común en el caso de las actividades domésticas y parece asociado a necesidades inmediatas.

El reciclaje se asocia a un comportamiento expeditivo, a una forma fácil y rápida de disponer de un utensilio cuando surge la necesidad. Las herramientas utilizadas en la caza, como las puntas de proyectil, por ejemplo, no fueron casi nunca fabricadas a partir de artefactos reciclados. En cambio, los artefactos dobles –los que combinan dos herramientas en una misma pieza– se reciclaron más.

Según Vaquero, "esto es importante sobre todo desde el punto de vista del valor cultural de los objetos, especialmente en periodos como el Paleolítico Superior, en los que se tiende a asumir que la forma es siempre el reflejo de una imagen mental bien definida".
El reciclaje pudo haber sido determinante en las poblaciones cazadoras y recolectoras del Paleolítico, si se toma como referencia el comportamiento de los indígenas actuales.

"Tiene importancia económica, ya que incrementa la disponibilidad de los recursos líticos, especialmente en contextos de escasez. Además, es un factor relevante en la interpretación de los yacimientos porque se convierten, no solamente en territorios donde se puede vivir, sino también en lugares de aprovisionamiento de recursos", subraya el investigador.

Esta investigación es importante dada la escasez de estudios sobre reciclaje de herramientas durante la Prehistoria. Los resultados, publicados en 'Journal of Archaeological Science', por tanto arrojan luz sobre un tema desconocido: los hombres ya reciclaban en la Prehistoria.

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El Mundo Ciencia

22 de agosto de 2012

El ‘abuelo’ de Asia yacía en Laos

El hallazgo de un cráneo permite adelantar en 20.000 años la llegada del hombre moderno al sudeste asiático desde África


Los fragmentos de cráneo encontrados en Laos tienen unos 63.000 años. / Laura Shackelford
El hombre moderno —nuestro antepasado directo— era un impenitente viajero. Y, para los medios de la época —a pie—, bastante rápido. Tanto, que llegó, desde el origen común africano de hace más de 140.000 años al sudeste asiático, hace unos 60.000, según publican en PNAS, la revista de la Academia Americana de Ciencias, investigadores de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.

La datación ha sido posible gracias al hallazgo de fragmentos de un cráneo muy bien conservados en una cueva de los montes Anamitas, al norte de Laos. Y el resultado hace retroceder en 20.000 años la fecha estimada de la llegada de nuestra especie al sudeste asiático.

El hecho de que el hallazgo haya sido de una calavera es especialmente importante. Cuestiones como la capacidad cerebral, la composición de la dentadura, o incluso la forma de caminar, se pueden determinar con estos restos. Por eso los investigadores, que admiten que hay otros restos en la zona que podrían ser de la misma época, consideran que es este el hallazgo determinante, por su grado de conservación y la información obtenida.

Los antropólogos destacan, además, el hecho de que la calavera haya sido encontrada en el interior, y no en la costa. Se supone que la ruta inicial de las migraciones desde África a Asia fue siguiendo el litoral, pero este descubrimiento indica que ya en aquellos años la expansión del ser humano y sus capacidades le permitían adentrarse y buscar otros hábitats en los que explotar los recursos.

En la cueva no se han encontrado más restos, ni utensilios, lo que permite a los descubridores descartar que se tratara de un enterramiento o de un lugar permanentemente habitado. La teoría que manejan los estudiosos es que el individuo murió cerca, y que sus restos acabaron en ella tiempo después.

“Es un fósil del ser humano moderno especialmente antiguo y lo es, especialmente, para esta región”, ha dicho la antropóloga de la Universidad de Illinois Laura Shackelford, que dirigió el trabajo junto a Fabrice Demeter, del Museo Nacional de Historia Natural de París. “Hay otros fósiles de humanos modernos en China o en islas del sudeste asiático que podrían ser de la misma época, pero o no están bien datadas o no presentan rasgos humanos definitivos. Este cráneo está muy bien datado y muestra rasgos concluyentes del ser humano moderno”, ha dicho.

El hecho de que el hombre haya llegado a esa zona de Asia tan temprano permite asegurar la idea de que todos los actuales habitantes del mundo tienen el mismo origen. En el apretado calendario antropológico había un problema con la población de Australia y Oceanía. Lo lógico es que esta descienda de los mismos antepasados que el resto, cuyo origen actual se sitúa ahora en el Sur de África. Y el camino natural para llegar hasta ahí era que el ser humano hubiera llegado desde Asia cruzando por Indonesia. Mas había un pequeño problema para cuadrar las fechas, ya que las dataciones anteriores, que situaban el paso de los humanos por Indochina hace solo 40.000 años, no dejaban casi margen para que los aborígenes llegaran y se asentaran en Oceanía. Esto abría la puerta —o no permitía cerrarla del todo— a una teoría casi descartada, que es la de que hubiera habido varios orígenes de los seres actuales.

Fuente:

El País Ciencia

1 de julio de 2012

La cerámica más antigua del mundo

Cerámica hallada en China

Se cree que el tazón era utilizado para cocinar alimentos o para fermentar alcohol.

Investigadores descubrieron en el sur de China los que aseguran son los restos de cerámica más antiguos jamás hallados.

Los arqueólogos responsables del hallazgo determinaron que los fragmentos de un gran tazón encontrado en la cueva de Xianrendong, en la provincia de Jiangxi, son de hace 20.000 años.
 
El descubrimiento, publicado en la revista Science, es el más reciente de una serie de hallazgos que han hecho retroceder la fecha de la invención de la cerámica 10.000 años.
Se cree que el tazón era utilizado para cocinar alimentos o para fermentar alcohol.

Hasta hace poco, se asumía que los tazones y recipientes de bebidas de cerámica fueron inventados después del surgimiento de la agricultura, cuando la gente empezó a quedarse en un mismo lugar durante periodos largos.

Parte del razonamiento era que los artículos de cerámica son grandes y quebradizos, y por lo tanto una tecnología no muy útil para las sociedades de cazadores y recolectores que se mudaban de un lugar a otro en busca de comida.

Pero en los últimos diez años, los investigadores han encontrado ejemplos de cerámica anteriores a la agricultura.

Una razón posible para la invención de la cerámica es que hace 20.000 años, la Tierra estaba en su estado más frío en un millón de años.

Según el investigador Ofer Bar-Yosef, de la Universidad de Harvard, las calderas de cerámica habrían permitido a la gente extraer más nutrientes de sus alimentos al cocinarlos.

"Los cazadores y recolectores estaban bajo presión para conseguir suficiente comida", dijo Bar-Yosef a la BBC.

"Si la invención es buena, se esparce con mucha rapidez. Y parece que en esa parte del sur de China, la cerámica se esparció entre los cazadores y recolectores en una región grande".

Alcohol

El profesor Gideon Shelach, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, especula que pudiera haber habido también un impulso social para la invención de la cerámica.

"La gente se estaba congregando en grupos más grandes y se necesitaban actividades sociales para mitigar las crecientes tensiones", señaló a la BBC.

"Tal vez esas piezas de cerámica eran usadas para fermentar alcohol".

"Solía pensarse que el inicio de la cerámica estaba asociado a la agricultura y a un estilo de vida sedentario", añadió.

"Sin embargo, aquí encontramos esto de 8.000 años o más antes de esta transición. Es una situación muy desconcertante".

El equipo arqueológico calcula por los fragmentos que el tazón que tenía 20cm de alto y entre 15 y 25cm de diámetro.

A Bar-Yosef le entusiasma descubrir qué estaban cocinando estos antiguos chinos hace 20.000 años. Él cree que, sea lo que fuere, era cocido al vapor o hervido en el tazón.

"Probablemente no es el primer wok", afirmó. "La cocina con aceite comenzó más tarde".

"Creemos que se usaba para cocinar con agua", señaló.

Fuente:

BBC Ciencia


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28 de junio de 2012

Descifran en España el ADN humano más antiguo de la Prehistoria

Mandíbula de hace 7.000 años hallada en León. | CSIC
Mandíbula de hace 7.000 años hallada en León. | CSIC
  • Es el más antiguo de la Prehistoria, superando a Ötzi en 1.700 años
Un equipo de científicos dirigido por Carles Lalueza-Fox, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), acaba de obtener los primeros datos genómicos del Mesolítico. Los investigadores han podido recuperar parte del genoma y del ADN mitocondrial de dos individuos que vivieron hace 7.000 años. Los restos proceden del yacimiento de La Braña-Arintero, ubicado en Valdelugueros (León) y los resultados se han publicado en la revista 'Current Biology'.

El material genético hallado es, por tanto, el más antiguo de la Prehistoria, y supera a Ötzi, 'El Hombre de Hielos', en 1.700 años.

Según los autores del trabajo, este es sólo un primer paso hacia el objetivo final de recuperar el genoma completo de estos individuos. De momento, sólo se ha podido recuperar un 1,34% del ADN de un individuo y un 0,53% del otro, pero ya permite sacar algunas conclusiones interesantes: las poblaciones ibéricas actuales no proceden genéticamente de esos grupos del Mesolítico.

"Tiene sentido si pensamos que durante el Mesolítico toda Europa era una gran población muy estable", asegura a ELMUNDO.es Carles Lalueza-Fox. "Sin embargo, cuando llega el Neolítico los cambios se producen primero en el sur de Europa y en la Península Ibérica y tardan más tiempo en llegar hasta el norte de Europa. Hubo más tiempo de convivencia, lo que permite que las secuencias de estos individuos tengan más similitudes con poblaciones del norte de Europa".

No están relacionados con las poblaciones actuales

"Lo que nos interesa estudiar es cómo se han modificado los genomas europeos con el Neolítico. Por ejemplo, la convivencia con animales ha podido alterar genes relacionados con determinadas enfermedades infecciosas transmitidas por los animales. Pero también ha podido haber modificaciones de genes cognitivos o se han podido seleccionar características que favorezcan la sociabilidad", explica Carles Lalueza-Fox.

Y para eso es necesario disponer del material genético nuclear. A pesar de que el equipo ya dispone del ADN mitocondrial completo, en cerca del 1% del genoma descifrado hasta la fecha hay información mucho más útil para el análisis comparativo que en todo el mitocondrial. "En ese 1,34% del genoma hemos encontrado unas 50.000 variantes genéticas de un sólo nucleótido [de una sola letra del código genético], lo que ha permitido saber que estos individuos no están relacionados con las poblaciones actuales del sur de Europa", explica Lalueza-Fox.

Por ese motivo, el equipo seguirá trabajando para tratar de obtener el genoma completo de los dos individuos encontrados en el yacimiento de la Braña-Arintero. Aunque el trabajo tiene implícita una gran dificultad debido al deterioro del material genético, la cueva de la Braña, situada en León, está en un lugar bastante frío y tiene unas características que han permitido una conservación aceptable.

Fuente:

23 de junio de 2012

La música en la prehistoria


Lo más lógico que cabe pensar, y lo más probable, es que el primer instrumento musical utilizado por las poblaciones humanas fuera la propia voz.

Hay evidencias del uso de instrumentos musicales desde el Paleolítico medio, pero es en el superior donde se encuentran los instrumentos musicales más antiguos hallados hasta el momento, así como sus representaciones artísticas. Es, gracias al arte mueble y parietal, donde se reconocen parte de los instrumentos musicales que utilizaban.

Se cree que los primeros instrumentos musicales que se crearon fueron los de percusión, ya fuesen de piedra, madera o pieles. Es difícil demostrar que una piedra fuese utilizada para producir sonido y crear un ritmo porque las marcas que quedan resultan muy ambiguas. En cuanto a la madera o las pieles, no quedan vestigios porque su conservación es casi imposible. Por este motivo es mucho más difícil demostrar la existencia de instrumentos de percusión, como tambores o panderos, que de viento, como silbatos o flautas.
En el yacimiento de Mezin, en Ucrania, se hallaron seis huesos de mamut con señales de haber sido percutidos. Estaban dentro de un conjunto con piezas de marfil que habían sido decoradas con ocre, mazos y otros elementos similares. La discusión sobre su uso aún sigue abierta.

También se han hallado sonajeros realizados con hueso o con semillas, así como caracolas y cuernos que se piensa que se utilizaban para producir sonido.

En los yacimientos europeos se han encontrado, sobre todo, flautas, silbatos y bramaderas, estas últimas realizadas en hueso o en madera.

Las bramaderas son placas atadas a una cuerda que suenan al girarlas a gran velocidad. Hay debate alrededor de muchas de estas piezas porque donde unos ven un instrumento musical, otros ven pesos para las redes de pesca o cualquier otro utensilio. Hay algunas decoradas con ocre que no ofrecen demasiadas dudas.

Los silbatos son uno de los instrumentos más antiguos de los que hay constancia. Hay piezas encontradas en contextos que les dan 30.000 años de antigüedad. Estaban realizados en huesos cortos, como falanges, y producían sonido al soplar por ellos.

Las flautas son otro de los instrumentos musicales de los que se han hallado más piezas. Hay una división entre los que estudian estos restos ya que algunos piensan que los agujeros que tienen los huesos son de origen antrópico y que su función era la producción de sonido mientras que otros defienden que pueden ser casuales o, incluso, realizados por la mordida de algún animal. Donde no cabe ninguna duda es en contextos Magdalenienses o Solutrenses, donde estas piezas han aparecido decoradas con incisiones y policromías.
La flauta más antigua aceptada como tal por la comunidad científica hasta mayo de 2012, es una pieza realizada a partir de un cúbito de cisne, datada en 36.000 años BP en el yacimiento de Geissenklösterle, en Alemania. Aunque se le estima una longitud de 17 centímetros, solo se conservan 12. Presenta tres orificios que han sido realizados con algún tipo de instrumento. En este mismo yacimiento, en 2009, se halló una flauta realizada sobre el radio de un buitre y otra en marfil de mamut. Una datación sobre estas dos piezas ha revelado una edad de 43.000 años, con lo que han pasado a ser consideradas como el vestigio más antiguo de instrumento musical. Este yacimiento está asociado a Homo sapiens.

En 1995 se encontró en el yacimiento en cueva de Divje Babe, en Eslovenia, una flauta con una antigüedad de unos 45.000 años, aunque recientemente se ha propuesto una datación de 43.100 años. Está realizada en un fémur de oso de las cavernas. Por el contexto en el que fue localizado, este instrumento ha sido asociado a Homo nenderthalensis. Su hallazgo e interpretación está cargado de polémica porque hay muchos investigadores que solo atribuyen capacidades simbólicas y artísticas a Homo sapiens.

En 2008, los arqueólogos descubrieron una flauta de hueso en la cueva Hohle Fels, cerca de Ulm, Alemania.  La flauta  tiene una boquilla en forma de V y cinco agujeros. Está realizada con un hueso de ala de buitre. En la misma zona se han hallado varios instrumentos más, con una datación de 35.000 años. La flauta de Hohle Fels fue encontrado al lado de las Venus de Hohle Fels.

La Venus de Laussel, por ejemplo, sujeta un cuerno en una de sus manos. Son este tipo de representaciones artísticas las que señalan la evidencia del uso de instrumentos musicales y su importancia dentro de la vida cotidiana de estas poblaciones.

Hay un gran debate en la comunidad científica sobre la aparición y uso, no ya solo de los instrumentos musicales, también de la música en sí. Muchos asocian cualquier representación artística, incluyendo la música, como una capacidad exclusiva de Homo sapiens. Se basan en la creencia en la existencia de una cultura musical bien arraigada en esta especie, que les cohesionaba como grupo, y que fue un factor clave en la colonización del continente europeo en detrimento de los neandertales, a los que no les atribuyen capacidades artísticas. Como el sonido no fosiliza y no deja registro, a excepción de los instrumentos, habrá que esperar a nuevos hallazgos sobre los grupos homininos para conocer sus capacidades y modos de vida y poder conocer si tenían las capacidades necesarias para la producción de música. Lo que parece pretencioso es señalar que solo Homo sapiens tiene está capacitado para generar música. A la luz de los descubrimientos sobre el modo de vida neandertal no parece descabellado pensar que este grupo humano fabricaba instrumentos con la única función de producir sonidos y que tenían un sentido artístico.
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Este artículo participa en los Premios Nikola Tesla de divulgación científica y nos lo envía Verónica Mardones periodista y divulgadora especializada en la Evolución Humana mediante el Master de la Universidad de Burgos.

REFERENCIAS:
. Steven Mithen, The Singing Neanderthals: the Origins of Music, Language, Mind and Body (2006).
.  Hagen, EH and; Hammerstein P (2009). ”Did Neanderthals and other early humans sing? Seeking the biological roots of music in the loud calls of primates, lions, hyenas, and wolves”. Musicae Scientiae.
.  Wallin, Nils, Bjorn Merker, and Steven Brown, eds., The Origins of Music, (MIT Press, Cambridge, MA., 2000).ISBN 0-262-23206-5. Compilation of essays.
.   d’Errico, Francesco, Paola Villa, Ana C. Pinto Llona, and Rosa Ruiz Idarraga (1998). ”A Middle Palaeolithic origin of music? Using cave-bear bone accumulations to assess the Divje Babe I bone ‘flute’” (Abstract). Antiquity. 72 (March): 65–79.
.  Wilford, John N. (June 24, 2009). ”Flutes Offer Clues to Stone-Age Music”. The New York Times 459 (7244): 248–52. Retrieved June 29, 2009.

Tomado de: 

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