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29 de julio de 2014

Tungsteno, el metal ideal para iluminar y devastar

Imposible inicir este post sin recordar aquella inolvidable novel corta de César Vallejo: El Tungsteno (que puede leer en este enlace).

Según Antonio Cornejo Polar, en las décadas de 1920 y 1930 el indigenismo se inscribió en un movimiento de lucha contra la oligarquía, que por entonces tuvo diversas manifestaciones

Es una obra de denuncia contra los peligros de la penetración imperialista en el Perú que se realiza por intermedio de las grandes transnacionales mineras, las cuales son apoyadas por la oligarquía local, así como por otros oportunistas, cuyo único interés es el mayor lucro posible, para lo cual no tienen escrúpulos en expropiar a precio irrisorrio las tierras de los nativos, pagar a los obreros salarios ínfimos y cometer una serie de crímenes, abusos y tropelías contra la población local, todo a nombre de la «modernidad» y el «progreso». Sin embargo, para el autor, una luz de esperanza se ilumina a través de idealistas que se proponen luchar por la justicia social.

Conozcamos más sobre el tungsteno:

Bombillos


Imagínese un pedazo de hierro del tamaño de una bola de tenis. Péselo en su mano. Ahora, deje que se caiga sobre el pie. ¿Le dolió? Ahora imagínese un objeto idéntico pero de un metal tres veces más denso. ¿Qué tal si se le cayera sobre el pie? ¿Podría volver a caminar?

Ese metal es el tungsteno o wolframio.

No sólo es increíblemente denso sino también asombrosamente duro y tiene el punto de fusión -esa temperatura en la que pasa de sólido a líquido- más alto de todos los elementos químicos: 3.422º centígrados.

Hace alrededor de un siglo, no se usaba para nada pues era casi imposible de trabajar con un metal con estas características. A pesar de ello, hoy en día lo usamos para escribir, atravesar glaciales, emitir rayos X y destruir edificios sin usar dinamita.

Brillante


Tungsteno

Tres veces más denso que el hierro, dos más que el plomo y tanto como el oro.

En un pequeño cuarto del departamento de química del University College London, el profesor Andrea Sella sacude con delicadeza un bombillo de luz de los tradicionales. A través del vidrio transparente se puede ver un frágil filamento temblar.

"Entre más alta sea la corriente, más caliente se pone ese pequeño resorte de tungsteno y más fuerte brilla", explica.

Hubo un momento en el que todas nuestras casas estaban iluminadas con bombillos como éste pero tomó casi 100 años de ensayo y error para concluir que el mejor material era el tungsteno. Los grandes científicos e inventores que desarrollaron los primeros bombillos intentaron primero con filamentos de platino, iridio, hilo de coser y hasta bambú carbonatado (las últimas dos, innovaciones de Thomas Edison).

En 1908, el inventor estadounidense William D. Coolidge finalmente descubrió cómo hacer cables del superfuerte tungsteno que resultaron ser ideales para hacer filamentos, duros, durables y resistentes a tal calor que podían lucir con una brillantez extrema sin derretirse.

Fuente:

BBC Ciencia

17 de abril de 2014

¿De dónde proviene la palabra "Macondo"? Gabriel García Márquez nos contesta

Macondo: El pueblo imaginario 

“Macondo” se convirtió en una palabra conocida en todas partes desde cuando Gabriel García Márquez llamó así al pueblo en el que transcurren varias de sus obras, como La Hojarasca (1955) y Cien Años de Soledad (1967). Los rasgos de Macondo, modificados por la imaginación, provienen, sin duda alguna, de pueblos como Aracataca, donde el autor pasó su infancia

La primera vez que vio  a Macondo

En Vivir para contarla (Bogotá, Norma, 2002), sus memorias recientemente publicadas. Gabriel García Márquez explica de dónde proviene la palabra Macondo en su obra literaria.

“El tren hizo una parada en una estación sin pueblo, y poco después pasó frente a la única finca bananera del camino, que tenía el nombre escrito en el portal: Macondo. Esta palabra me había llamado la atención desde los primeros viajes con mi abuelo, pero sólo de adulto descubrí que me gustaba su resonancia poética. Nunca se lo escuché a nadie ni me pregunté siquiera que significaba… Lo había usado ya en tres libros, como nombre de un pueblo imaginario, cuando me enteré en una enciclopedia casual, que es un árbol del trópico parecido a la ceiba, que no produce flores ni frutos, y cuya madera esponjosa sirve para hacer canoas y esculpir trastos de cocina. Más tarde descubrí en la Enciclopedia Británica que en Tanganyika existe la etnia errante de los makondos y pensé que aquel podía ser el origen de la palabra. Pero nunca lo averigüé ni conocí el árbol, pues muchas veces pregunté por él en la zona bananera y nadie supo decírmelo. Tal vez no existió nunca”. (p. 28)

“El tren pasaba a las 11 por la finca Macondo, y diez minutos después se detenía en Aracataca. El día en que iba con mi padre a vender la casa pasó con una hora y media de retraso… Yo estaba en el retrete cuando empezó a acelerar y entró por la ventana rota un viento ardiente y seco, revuelto con el estrépito de los viejos vagones y el silbato despavorido de la locomotora. El corazón me daba tumbos en el pecho y una nausea glacial me heló las entrañas. Salí a toda prisa, empujado por un pavor semejante al que se siente con un temblor de tierra y encontré a mi madre imperturbable en su puesto, enumerando en voz alta los lugares que veía pasar por la ventana como ráfagas instantáneas de la vida que fue y que no volvería a ser nunca jamás…” (p. 29)
El árbol de Macondo

La primera mención del árbol “macondo” que la Biblioteca Virtual ha podido localizar fue hecha por el viajero Alejandro de Humboldt, quien vio este árbol en las cercanías de Turbaco, en 1801, cuando fue a visitar los volcanes de lodo con Luis de Rieux. A continuación transcribimos algunas citas del Diario de Humboldt, tomadas de la edición virtual:

La madera corchosa  [o esponjosa, como dice García Márquez] del Macunda

Pero junto a la madera corchosa del bombax y del Cavanillesia Macunda (con esa misma humedad), tenemos el quebracho de dureza de hierro, el Caesalpiniaea, Hura crepintans, Swietania, Caraña. Las características de la naturaleza tropical consisten, fundamentalmente, en que la energía interior de la vida vegetal (fuerza vital) se opone a todos los estímulos exteriores, hasta el punto de que cada órgano elabora y mezcla incesantemente, sin impedimentos, eternamente en actividad, sin que el calor se evapore; la humedad no se diluye; humedad y calor actúan sólo tensionalmente, como potencias estimulantes y desarrolladoras de fuerza; los órganos no aceptan nada que no puedan asimilar y transformar inmediatamente.

Del libro: Lugares de Colombia tomados de la parte primera: Sitios, Mesetas de Méjico y Montañas de la América Meridional.

Lea el artículo completo en:

Penúltimas noticias

7 de enero de 2014

La verdadera historia de Moby Dick: ¿puede una ballena atacar a un humano?

Cachalote

El cerebro del cachalote es complejo, ¿pero lo suficiente como para atacar a un ser humano por deseo de venganza?

Los cachalotes son mamíferos relativamente plácidos y han ocurrido muy pocos incidentes en tiempos modernos que indiquen lo contrario. Estos animales se alimentan principalmente de calamares y raramente atacan, solo lo hacen -aparentemente- cuando confunden a otros mamíferos con focas o presas.

En su libro publicado en 1839 sobre la historia natural de los cachalotes, Thomas Beale, un cirujano a bordo de un ballenero, describe al cachalote como "uno de los animales más tímidos e inofensivos, dispuesto a escapar de cualquier cosa que tenga una apariencia inusual".
No obstante, Richard Bevan, zoólogo y profesor de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, señala que la ballena puede recordar si fue atacada en el pasado.

"No tengo la menor duda de que un cachalote puede recordar si lo atacaron con un arpón y puede responder agresivamente si siente que está amenazado", explica Bevan.

"Por otro lado, una nave grande como es un ballenero tiene todo el aspecto de una gran amenaza, incluso para un cachalote adulto, por eso imagino que lo más probable es que al verlo, se aleje".

Sin embargo, la literatura del siglo XIX parece indicar lo contrario: hay numerosas historias cuya trama gira alrededor del ataque premeditado de una ballena -o varias- a una embarcación.

¿Son acaso una respuesta a una amenaza, ocurren por hambre o como en la clásica novela de Herman Melville, se trata de un acto de venganza?

La trágica historia del Essex



Gregory Peck (segundo, desde la derecha) encarnó al capitán Ahab en la versión de Moby Dick filmada en 1956. 

En 1820, una ballena gigante, de cerca de 26 metros de largo -la longitud típica es de 15 metros- atacó y hundió a un barco estadounidense llamado Essex. La tripulación acabó en tres botes a miles de kilómetros de la costa.

Solos en medio del Océano Pacífico, los hombres tuvieron que decidir si ir hacia las islas más cercanas, a miles de kilómetros hacia el oeste, con viento a favor, o realizar un viaje épico de casi 5.000 kilómetros para llegar a las costas de América del Sur.

El miedo a los caníbales los forzó a elegir como destino América del Sur.

Nunca llegaron.

De los 21 miembros de la tripulación a bordo del Essex, sólo ocho fueron rescatados después de más de 80 días en altamar. Relataron al regreso una historia increíble marcada por el hambre, la deshidratación y una desesperación imposible de imaginar.

Dos de los sobrevivientes escribieron la historia.

Owen Chase publicó su relato a los pocos meses de regresar y su texto fue leído por un público numeroso.

El otro, escrito por Thomas Nickerson 50 años más tarde, nunca llegó a publicarse. Fue descubierto en un ático en 1960, 80 años después de su muerte.


PIntura

La caza de ballenas era un negocio muy lucrativo en el siglo XIX, cuando se usaba el aceite de cachalote para encender las lámparas y para hacer velas y jabón.

Los textos difieren en algunos detalles, pero ambos coinciden en su versión de cómo se hundió el barco.

Herman Melville escuchó la historia, se reunió con el capitán del Essex y así fue como se inspiró para escribir su novela Moby Dick.

El título de la obra fue tomado del nombre de una ballena real: Mocha Dick, avistada por primera vez en siglo XIX por un grupo de marineros cerca de la isla Mocha, en el sur de Chile.

Los marineros solían darles nombres a las ballenas como si fueran mascotas.

Tom y Dick eran nombres comunes.

Mocha Dick era una ballena albina, descrita por el explorador Jenimiah Reynolds como un cachalote de "tamaño y fuerza prodigiosa… blanco como la lana". Según cuenta la leyenda, el animal mató a 30 hombres. Tenía el cuerpo lleno de heridas de los muchos intentos que se hicieron por atraparlo hasta que finalmente lo lograron, en 1838.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

26 de agosto de 2013

Cómo congelar agua en un instante

Lente

Miodownik realiza experimentos sencillos que se pueden hacer en casa.

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo".

Esa novela maravillosa, "Cien años de soledad", de Gabriel García Márquez, empieza hablando de esa otra maravilla: el hielo.
En Macondo, ese lugar imaginario donde tanto puede ocurrir, el agua no se había congelado.
Pero hay una técnica para "superenfriar" agua y generar hielo de instantáneamente, con el cual crear esculturas heladas, en Macondo o cualquier lugar.

El científico Mark Miodownik le reveló a la BBC cómo realizar este simple experimento científico en casa.
 
Lo que necesita: 
 
Dos botellas de 1 litro de agua (la que mejor funciona es el agua desionizada para baterías de auto, pero se puede usar también agua filtrada)
Un termómetro (opcional)
Un tazón transparente para mezclar
Dos cubos
8 kg de cubitos de hielo
3 kg de sal de mesa
1 toalla

Cómo hacerlo en la web de BBC Ciencia

31 de julio de 2013

Por qué se debe seguir escribiendo litersatura de ciencia ficción

La lógica del libre mercado es implacable: Si ya llegamos al  fin de la historia y el sistema capitalista es la cima de civilización humana para que soñar con otro sistema, con otra vida, y mejor aun: "¿Para qué soñar"?

No permitamos que el sistema establecido actual nos robe nuestros sueños. Soñemos con un mundo mejor: mas limpio más justo más fraterno... y más tecnológico...

Los dejo con un interesante artículo de la BBC que explica las sinergias que se daban, y que deberían seguir dandose entre la literatura de ciencia ficción y la ciencia en la vida real. No podrás dejar de leerlo.


Humanoide con cientifico asombrado

"Queríamos autos voladores, en cambio nos dieron 140 caracteres".

Eso dijo el empresario e inversor de capital riesgo de Silicon Valley Peter Thiel, lamentando el alcance de algunos de los productos tecnológicos más familiares.
Thiel cofundó Facebook y el servicio de pagos por internet PayPal, así que conoce bien a las estrellas del mundo tecnológico y cree que las mejores mentes están demasiado ocupadas haciendo productos de baja escala con poco impacto en la vida de hoy y del futuro.

El "colapso de la ciencia ficción" desde los años '50 y '60 fue el gran causante de todo esto, le dijo a la BBC en 2010.

"Solía haber mucha literatura sobre el futuro y sobre cómo sería el mundo: la historia futura. Eso se ha disipado", señaló.

Ahora, la corriente predominante en ciencia ficción muestra tecnología que se envileció.

Pero, ¿necesitan los científicos y tecnólogos de la ciencia ficción para inspirarse y hacer nuevos productos?

Pensar en grande

Julio Verne, Veinte mil leguas de viaje submarino

Las "Veinte mil leguas de viaje submarino" inspiraron al inventor de los sumergibles.

Al autor Julio Verne se le acredita haber inspirado a Simon Lake, el inventor de los primeros submarinos de la Armada de Estados Unidos, con "Veinte mil leguas de viaje submarino", y a Igor Sikorsky para hacer el helicóptero moderno con "Robur, el conquistador".

El director de investigación de Motorola, Martin Cooper, reconoció que el "comunicador" de "Viaje a las estrellas" fue lo que inspiró el primer teléfono celular de los años '70.

Y el nombre del arma de electrochoques Taser es un acrónimo de "Thomas A. Swift's Electric Rifle" (rifle eléctrico de Thomas A. Swift), una creación del inventor ficticio Tom Swift: el físico de la NASA Jack Cover era un fan del personaje y creó el artefacto en la vida real.

Pero no todos piensan que hoy en día se sufre de falta de ambición.

"El hecho es que los autos voladores están por llegar", le dice a la BBC el empresario, ingeniero y cofundador de la Universidad de la Singularidad Peter Diamandis.

Tricorder de El viaje a las estrellas

El desafío actual del X Prize es hacer realidad el Tricorder de "El viaje a las estrellas".

Asegura además que mucha gente en Silicon Valley tiene ideas del tamaño de la ciencia ficción.

Apunta hacia Google X Lab y su trabajo en las gafas Google y los autos voladores; a la empresa de transporte aeroespacial SpaceX de Elon Musk -cuyo objetivo es colonizar Marte- y a su propia fundación X Prize, que organiza competencias tecnológicas.

El desafío actual de X Prize es crear un "Tricorder", el aparato de mano que usan para diagnosticar enfermedades en "Viaje a las estrellas". El diseño ganador recibirá US$10 millones.

"La ciencia ficción ayuda a los científicos y tecnólogos a pensar de manera disruptiva", señala.

No obstante, concuerda con la afirmación de que en la actualidad los productos tecnológicos más familiares siguen el modelo de Silicon Valley de innovación gradual.

La cuestión ética

El experto en informática y director de Tecnología de la Universidad de Harvard, Jim Waldo piensa que la ciencia ficción es una plataforma importante en la cual se pueden explorar las consecuencias de las nuevas tecnologías.

Waldo ayudó a crear "DarkStar", una plataforma de juegos y desarrollo de 3D, para los laboratorios Sun Microsystems. Señala que ninguna de sus creaciones vino de la ciencia ficción, pero que ésta ha ayudado a examinar su impacto.

"Tendemos a no pensar en las consecuencias de nuestra tecnología", le dice a la BBC.

"Ver qué implica la tecnología puede darle una señal de alerta a quienes la crean y ayudarlos a ser conscientes de que lo que hacen tendrá un impacto real en la evolución política y moral del mundo", explica.

Mirar a nuestro alrededor



El impacto de la tecnología en los humanos ha sido explorada a través de la ciencia ficción con personajes como los Borg de "La guerra de las estrellas".

Para algunos, es imperativo examinar los efectos a largo plazo de la tecnología que ya estamos utilizando.

La neurocientífica Susan Greenfield ha estado profundizando sobre el impacto de las redes sociales en el cerebro.

Además de su investigación convencional, escribió una novela de ciencia ficción llamada 2121.

Lo hizo, explica, porque con la investigación científica es fácil enredarse en los detalles, mientras que la novela le proveyó una visión más amplia. Además, la ayudó a enfocarse en diferentes áreas de la experiencia humana.

"Se pueden explorar asuntos milenarios que no están en los documentos clásicos de ciencia, sino en la ficción de las relaciones, la identidad y lo que hace que una persona sea distinta a la otra", le dice a la BBC.

Narrativas asombrosas

Para el documentalista Jason Silva, la ciencia ficción es importante para propiciar la mentalidad indicada para aprovechar el potencial humano que haga que surjan ideas realmente innovadoras.

Jason Silva

Para el documentalista Jason Silva, se necesita narrativa para poder soñar.

Silva, quien es el anfitrión de "Brain Games" en el canal de National Geographic, hace énfasis en el poder de lo asombroso no sólo para inspirar sino también para cambiar la química misma de nuestros cerebros, permitiéndonos superar límites. 

Cita el trabajo del psicólogo Nicholas Humphrey, quien dice que quedarse deslumbrado reconfigura el cerebro y nos da una razón de ser que nos impulsa a esmerarnos.

"La Humanidad piensa en narrativas. La narrativa es indispensable para que la gente siga soñando", afirma, en conversación con la BBC.

La historia que nos contamos

Esa es la línea que sigue el Centro para la Ciencia y la Imaginación de la Universidad del Estado de Arizona.

El proyecto "Hieroglyph" reúne a autores de ciencia ficción y a científicos para que colaboren y creen nuevas narrativas sobre el potencial humano y el futuro.
"Nuestra meta es tratar de expandir el horizonte. Se trata de cambiar la historia que nos contamos sobre el futuro"
Ed Finn

"La misión del centro es hacer que la gente piense más ambiciosa y creativamente sobre el futuro", declara su director, Ed Finn.

Añade que nuestra ambición ha disminuido considerablemente: EE.UU. ha pasado de las misiones Apolo a la Luna y los grandes cambios de infraestructura de los '50 y '60 a no tener un programa espacial propio y a gente que conduce sus autos sobre puentes construidos hace medio siglo.

El centro cree que la ciencia ficción es esencial para ser ambicioso a la hora de pensar en el futuro.

"Nuestra meta es tratar de expandir el horizonte", dice Finn. "Se trata de cambiar la historia que nos contamos sobre el futuro".

Quienes realmente están necesitados

Pero quizás es un grupo de gente totalmente distinto el que más necesita de la ciencia ficción: los gobiernos.

Diamandis alega que la tecnología está cambiando la sociedad de una manera para la cual no está equipada.

"Nos dirigimos hacia una sociedad en la que la inteligencia artificial y la robótica van a transformar los lugares de trabajo en los próximos 20 años y en la que muchas de las instituciones tradicionales, gubernamentales e incluso estructuras industriales, van a cambiar rápidamente, colapsar y ser remplazadas", pronostica.

"Todas esas estructuras fueron creadas hace cientos de años, en una época muy distinta".

"Creo que los funcionarios gubernamentales, los economistas y los sociólogos van a tener que considerar a la ciencia ficción como una vía para pensar cómo reorganizar a la sociedad", concluye.
Tomado de:
BBC Ciencia

La ciencia de la película John Carter

Carátula de la películaHoy voy a comentar algunas cosillas de John Carter, una película basada en el personaje creado por Edgar Rice Burroughs (el mismo que creó a Tarzán). Antes de empezar diré que ya sé que el personaje fue creado en 1912, y que por aquella época no se sabía tanto de Marte como ahora.

Para los que no hayan visto la peli, y ni siquieran sepan de qué va, el resumen de rigor: John Carter es un oficial del ejército confederado, que se ve transportado misteriosamente (casi mágicamente) a Marte, al que sus habitantes llaman Barsoom. Debido a su baja gravedad, Carter es capaz de dar grandes saltos, y es comparativamente más fuerte que cualquier individuo de las dos especies de humanoides que habitan el planeta.

Vamos a obviar el que haya vida en Marte, similar a la nuestra. A principios del siglo XX, no se conocía la composición ni la densidad de la atmósfera marciana, y se especulaba con que pudiera haber realmente algún tipo de vida allí. Tenemos el famoso descubrimiento de los «canales» de Marte. Además, el color del planeta varía levemente de forma estacional, lo que algunos asociaban entonces al florecimiento de algún tipo de vegetación (como ocurre en nuestros campos). En aquella época, la vida en Marte era una posibildad bastante plausible para muchos.

Así que vamos al tema de la gravedad. Cuando Carter despierta en la superficie del planeta rojo, intenta caminar, y tropieza varias veces, dando largos saltos de forma involuntaria. Este detalle es bastante acertado. Cuando caminamos, ejercemos con nuestras piernas una fuerza determinada contra el suelo, y lo hacemos de forma instintiva. No nos paramos a pensar en cuánta fuerza tenemos que hacer. La gravedad de Marte es menor que la de la Tierra, así que si nos encontramos allí, es esperable que nuestros primeros pasos sean erráticos, y que ejerzamos demasiada fuerza sin darnos cuenta.

El problema es que durante la película, Carter llega a dar exagerados saltos de cien metros o más. En una ocasión, salta a lo largo de una ciudad, con un marciano adulto en brazos. La gravedad marciana es 0.376 veces la terrestre. Una persona con una masa de 70 kg, por ejemplo, tendría en Marte el mismo peso que una masa de 26 kg en nuestro planeta, que para hacernos una idea, es la que podría tener un niño de entre 8 y 9 años. Pensad ahora cuán lejos podría uno lanzar un objeto de 26 kg. Si queréis ser más exactos, dado que nuestras piernas suelen tener más fuerza que nuestros brazos, pensad en cuán lejos podríais lanzar a un niño de 8 años con ambas piernas, al estilo de la catapulta infernal de Campeones (no se os ocurra intentarlo con un niño de verdad). ¿Alcanzaría 100 metros? ¿50 metros? ¿25? Más bien no ¿verdad?


Carter es también más fuerte que los marcianos. Es una consecuencia lógica de lo anterior, dado que su musculatura se ha desarrollado con una gravedad mayor a la de los habitantes de Barsoom. Pero lo que ya no es tan lógico es que pueda romper cadenas de hierro, o arrancar un trozo de roca, como vemos en la película. No es que Carter se haya hecho más fuerte por algún elemento extraño de Marte, sino que los marcianos son más débiles al haber crecido en un ambiente de menor gravedad, y el és más fuerte que ellos solamente por comparación. Su fuerza sigue siendo la de un humano normal y corriente, y el hierro es hierro, aquí y en Marte. A menos que pensemos que los marcianos usan cadenas de algún material más cutre, no tiene sentido que Carter sea capaz de romperlas.

Hay otro detalle que en seguida llama la atención. Todos los personajes van bastante ligeros de ropa. Bien, esto es algo habitual en este tipo de ambientaciones fantásticas, pero resulta que Marte está bastante más lejos del Sol que nuestro querido planeta, por lo que sus temperaturas son mucho más bajas. Si bien en verano, en el ecuador marciano, pueden alcanzarse máximas de 35 ºC, la media está por debajo de 0 ºC, llegando a mínimas por debajo de -60 ºC, incluso en verano. No parece un clima adecuado para pasearse con el torso desnudo. Y si bien, los marcianos pueden estar aclimatados a esa temperatura, John Carter es un humano, y debería ponerse algo más que un taparrabos en un clima tan frío.

Es interesante señalar que la brutal diferencia de temperaturas entre la máxima y la mínima, es debido a que la atmósfera marciana es mucho menos densa que la nuestra (debido a la menor gravedad del planeta). En la Tierra, la atmósfera nos provee de cierta inercia térmica, suavizando la diferencia de temperatura entre el día y la noche (en la costa, la diferencia es aún menor, debido a la inercia térmica del mar). Pero en Marte, donde la presión atmosférica es de unas 0,006 atm, la diferencia de temperaturas entre el día y la noche es enorme.

Ya que hablamos de presión, no es necesario decir que un hombre no podría sobrevivir en Marte sin un traje espacial. No sólo lo necesitaría para recibir el oxígeno necesario (el 95.32% de la atmósfera marciana es CO2, y tan sólo un 0,13% es oxígeno), sino para sobrevivir a una presión 166 veces inferior a la terrestre. Aunque como ya he mencionado, la composición y densidad de la atmósfera marciana no era conocida en la época de Burrough.

Tomado de:

Mala Ciencia

8 de julio de 2013

La odisea en el espacio del ADN de Arthur C. Clarke

Con sus novelas, Arthur C. Clarke ha permitido a todos sus lectores viajar al espacio más profundo. Sus protagonistas han explorado, de la mano del lector, desde la luna Titán de Saturno hasta las rojizas arenas de Marte. Ahora es el turno del autor británico, fallecido en 2008, de protagonizar uno de esos viajes. Varios pelos de Clarke viajarán al Sol a bordo de la nave 'Sunjammer', en homenaje a su obra homónima (traducida al español como 'El viento del sol'), propulsada gracias a una vela solar que aprovechará la energía del Sol.

En 'El viento del Sol', de 1964, Clarke ya parecía anticiparse a este viaje: "La vela estaba tiesa, su superficie de espejo brillaba y relucía gloriosamente hacia el Sol. Parecía complicado de comprender que este frágil espejo pudiera desprenderse de la Tierra únicamente gracias al poder del sol que podía atrapar". No era consciente de que, tras su muerte, sería partícipe de ese espectáculo que imaginó en su novela.
En el año 2000 ya se ofreció a participar y enviar uno de sus pelos a que se 'chamuscaran' junto a la superficie del Sol. "Aquí os envío los pelos. Os daría más, pero no tengo muchos para compartir", escribió en una carta tras enviárselos a Charles Chafer, director de Space Services Holdings, una de las empresa que desarrolla el proyecto.




El viaje está previsto que se realice a finales de 2014, y está organizado por la empresa Celestis, que envía cenizas de fallecidos al espacio. El diseño y desarrollo de la nave corren a cargo de la NASA y la empresa Space Services Holdings, que colabora con Celestis.

Clarke no será el único ni el primero que viajará al espacio una vez fallecido. Las cenizas del novelista Hunter S. Thompson fueron enviadas al espacio desde su granja en Colorado.

Fuente:

El Mundo Ciencia

1 de junio de 2013

Ciencia Ficción: Cuando nuestra vida dependa completamente de la tecnología


Historias de David, en un futuro no muy lejano

Este es un ejercicio de ficción donde “David” nos cuenta desde el futuro cómo es su vida.
Vivo en una gran ciudad como cualquier otra y en un futuro no tan lejano como tú crees.

Me he despertado, mi almohada está mojada por el sudor que durante horas he desprendido, he debido pasar otra noche de fiebre y apenas me enteré, lo único que me queda como prueba es una mala almohada empapada. Mis primeras palabras han sido algo así como “vaya mierda, otra noche con fiebre y pesadillas”, intento acordarme pero tras despertar y no tomar mi primer café no soy persona. Pero por lo menos me queda el consuelo de que me han estado vigilando para que no enfermara a peor.

Aún en la cama y con sólo un ojo abierto intento alcanzar mi teléfono. Mi teléfono hoy en día lo sabe todo de mi, dependo ya tanto de él como él de mi para que le conecte el cable que renueva su batería. Tenemos una relación, quizá una de las más importantes. Trabajo con él, me divierto con él. Lo primero que mi teléfono me pregunta es si me encuentro bien, ha detectado que me he movido mucho durante la noche, que mi sueño rem ha sido muy corto y que estoy algo deshidratado. Mi teléfono tiene sensores que es capaz de identificar todos estos factores. Pulso sobre el botón de “Estoy bien”, esto manda un mensaje al servidor de la aplicación que uso para que no contacte con mis contactos mas allegados en caso de problemas médicos. Cuando compré la aplicación me pidió que rellenase información personal y personas de contacto por si ocurría algo.

No he alcanzado a leer todos los mensajes y actualizaciones en redes sociales enviados desde Asia y Latinoamérica mientras estaba dormido antes de llegar a la cocina, donde la cafetera estaba terminando de hacer el café, tan solo tenía que añadir algo de leche y elegir entre un cupcake o un croissant. Mierda, estoy sin leche, pero el frigorífico escanea todos los productos que entran y salen de él y ya añadió una docena de botellas de leche a la lista de la compra. Debería agregar tomates.

– “Nevera, agrega a la lista tomates”

No quiero debatir la calidad o el número de tomates, ya lidaré con la lista de la compra más adelante.

Ha sido una noche movida en noticias, en Japón se presentaron nuevos productos muy temprano, debería revisar cotizaciones, las salas de prensa para ver en detalle los lanzamientos, blogs locales y enviados al evento. Pero mi teléfono sabe que estoy leyendo esta noticia y que estoy pasando mucho tiempo en ella, gracias a que ve con su cámara que mis ojos se mueven y concuerdan con la lectura.

Entro al salón y el televisor se enciende, pone vídeos relacionados con las palabras clave del artículo que estoy leyendo. Levanto mi mano y hago un gesto de pasar página, la cámara que hay escondida en el fino marco de la pantalla me reconoce. Con un gesto de la mano elijo un video que se reproduce. “¡800 dólares por una videocosola! ¡Los japoneses se han vuelto locos!”.

Porque tengo mi oficina en otra habitación, a los pocos minutos de salir del salón el televisor se apaga y la intensidad de la luz baja al mínimo, los nuevos sensores.
 
de movimiento y presencia funcionan muy bien. Me acabo de sentar en mi silla y la pantalla del portátil se desbloquea, el navegador se abre y mis páginas de inicio se cargan. Maravillas del reconocimiento facial que carga mi perfil de mi portátil. Automáticamente el navegador carga en una nueva ventana las páginas y noticias que estaba leyendo en mi móvil y por el punto justo que estaba leyendo.
– “Lee el texto de este artículo”.
 
Lee el artículo completo en:

FayerWayer

9 de abril de 2013

El cromo: ¿Suplemento o Fraudulento?

"Suplemento" o "Fraudulento"

Anoche estaba cenando

"Engordar no me preocupa"
y tenía la tele puesta, 
y apareció un anuncio
que me dejó sin respuesta.

En la emisión una chica
que en un restaurante estaba,
cuando pedía su comida
la lista no terminaba.

“Engordar no me preocupa
lo que quiera, yo lo como,
si mi aperitivo incluye
estas pastillas que tomo”

Y yo casi me atraganto
al escuchar las palabras
con que cerraba el anuncio, 
parecía un “abracadabra”:

Ayuda al normal metabolismo de los macronutrientes

¡Esto no puede ser cierto!
Si comes con gran desborde,
con un buen metabolismo
lo normal: ¡Es que te engordes!.

Para buscar evidencias
en Internet yo me asomo, 
y veo que la gragea tiene:
picolinato de cromo”.
Estructura del Picolinato de Cromo

Común como suplemento
de tipo nutricional,
el cromo es el segundo
complemento mineral.

Para tomarlo en la ingesta 
el cromo va en fino trato,
con acido picolínico:
por eso es “picolinato”.
El cromo, elemento químico de numero atómico 24 

En el siglo dieciocho 
el cromo fue descubierto,
y al rubí le da ese rojo 
que te deja boquiabierto.

El cromo es un elemento 
de numero venticuatro,
lo descubre Vauquelin
un químico que idolatro.

Louis Nicolas Vauquelin químico francés
(Wikipedia-CC)
El cromo es muy usado
en pinturas y aleaciones,
y según con quien se junte
cambia sus coloraciones.

Ha sido considerado 
esencial para la vida.
pero esa definición 
esta muy controvertida.

A pesar de ser usado 
y de ser tan popular,
mucho que se presupone
queda aún por demostrar.

Para controlar el peso,
o captar musculatura,
la utilidad “real” del cromo 
se convierte en conjeturas.

En estudios de diabetes 
que dan cromo a los pacientes 
no muestran gran beneficio:
resultan inconcluyentes

Los expertos recomiendan
que esperes más evidencias,
si pensabas tomar cromo
para evitar “corpulencias”

Lo mejor esta en seguir
una dieta equilibrada,
así consigues el cromo 
y no te faltará nada.

Felix A. Ruiz


Fuente: Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación

Tomado de:

Verso Ciencia

5 de abril de 2013

El Universo no conspira (por si acaso)

Cuando te dicen que puedes alcanzar tus sueños si pones en ellos todo tu empeño, ¿te están animando o te están hundiendo? Si, al cabo del tiempo, tu esfuerzo ha dado los frutos esperados, se lo agradecerás a quienes te impulsaron y a quienes te alentaron por el camino. Si no se cumplen tus expectativas, no podrás regresar al momento inicial y querrás asumir tu error, no sin algún resquemor a terceras personas. Pero, de ahí a que todo el Universo conspire para ayudarte a conseguir una cosa que quieres realmente...

NASA: Andrómeda
Miles de personas que aspiraron a tener una vivienda y ahora están en la calle, y sin trabajo. Miles de personas que quisieron curarse de su enfermedad y murieron antes de conseguirlo. Miles de artistas que dejan su vocación pictórica, literaria, teatral o musical cuando es tarde para salir de la indigencia. Cientos de investigadores a los que se les cierran las puertas y deciden emigrar, no volver o cambiar de actividad. Cientos de empresarios que apenas lograron mantener unos meses sus iniciativas.

No, el Universo no conspira a favor de los sueños de cualquiera.

Libros como El Alquimista o El Secreto se han vendido como churros y han contribuido a cumplir los sueños de sus autores, pero no a los de todos sus lectores. Y no porque no se entregaran a sus sueños con total amor, perseverancia, ilusión o confianza, sino porque en el Universo, el resto de las variables humanas aspiran a cosas similares. A deseos comunes en muchos casos: sólo hay una campeona del mundo en gimnasia rítmica.
No trato de demonizar el ansia del resultado, porque no siempre basta con haberlo intentado. Pero la mayoría de las veces basta con haberlo intentado, porque, en el fondo, la vida no parece otra cosa que un camino de intentos, con sus logros y sus fracasos.

NASA: Nebulosa de Orión
No es de justicia reírse de las personas que te ayudan a cumplir tus sueños. Es inmoral y repudiable aprovecharse de ellos creándoles expectativas de triunfo y logro ante cualquier cosa. Pero, además, es pernicioso para el resto, quienes no conocen los contenidos de esos libros y se encuentran con lectores ambiciosos que les miran por encima del hombro. Como si ellos hubieran dispuesto que todo el mundo (o, aún más, el Universo) tuviera que estar a su servicio.

No, no es así, el Universo es desconocido, nuestra mente es desconocida y podemos elucubrar lo que queramos sobre nuestros poderes, pero no tenemos acceso a todo. Estamos conectados, tenemos cosas en común, pero desconocemos cómo funcionan esas conexiones. Cada cual es libre de creerlo, pero no tiene fundamento. Y la engañifa de los santones tiene que ser al menos advertida.

Ése ha sido el propósito de esta entrada, si no es de vuestro agrado, que el Universo me castigue y conspire contra mí.
Fuente:

2 de abril de 2013

Las tres leyes de Clarke (y la que podría ser la cuarta Ley)

Si hablamos de tres leyes formuladas por un famoso escritor de ciencia ficción, es inevitable pensar en Isaac Asimov y sus leyes de la robótica (del mismo modo que si hablamos de tres leyes formuladas por un tal Isaac, es inevitable pensar en Newton). Sin embargo, otro gran maestro de la fantasía especulativa, el recientemente fallecido Arthur C. Clarke, formuló tres leyes no menos interesantes que las del inolvidable autor de Yo, robot. Las tres leyes de Clarke son las siguientes:

1. Si un científico anciano y distinguido dice que algo es posible, probablemente esté en lo cierto; si dice que algo es imposible, probablemente esté equivocado.

2. La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse hacia lo imposible.


3. Una tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.


La más conocida es la tercera, y hay toda una rama de la ciencia ficción, que a su vez es una variante del fecundo tema del “primer contacto”, que viene a ser una formulación implícita de esta ley (pienso, entre otras grandes obras del género, en Qué difícil es ser Dios, de los hermanos Strugatski). El propio Clarke jugó a menudo con la idea de una civilización mucho más avanzada que la nuestra, con manifestaciones y poderes poco menos que divinos a nuestros ojos; los misteriosos monolitos de 2001: una odisea del espacio son un buen ejemplo. Pero ¿es necesario recurrir a historias imaginarias sobre avanzadísimas civilizaciones extraterrestres para ilustrar la tercera ley de Clarke? En absoluto. Nuestra propia tecnología ha alcanzado niveles que para la mayoría de la gente la hacen, en ocasiones, indistinguible de la magia. Y no me refiero a los gigantescos colisionadores de partículas ni a los últimos avances de la nanotecnología.

¿Qué porcentaje de la población tiene una idea aproximada de cómo funciona un televisor, un ordenador o un teléfono móvil, tres de los productos tecnológicos más utilizados? Muy pequeño, probablemente, y sin embargo todos manejan estos instrumentos con naturalidad y sin grandes muestras de asombro. La cuarta ley de Clarke podría decir algo así como: “La gente se acostumbra fácilmente a lo que parece magia, sin preocuparse por entender cómo funciona”. Lo cual no deja de ser preocupante, pues a quienes la ciencia les parece magia, la magia (el pensamiento mágico) puede parecerles ciencia (pensamiento racional). Solo así se explica el paradójico auge de las seudociencias en plena era tecnológica.

Fuente:

El Juego de La Ciencia

28 de marzo de 2013

Científicos pluriempleados

El otro día me despachaba a gusto a propósito del escaso rigor científico que muestran la mayoría de novelas, poniendo algunos ejemplos sobre cómo ha sido tratado el oxígeno, sin embargo, no es menos cierto que muchos novelistas también han sido científicos, y no sólo en el ámbito de la ciencia ficción hard

Por ejemplo, sólo en el ámbito de la medicina podemos encontrar a los siguientes autores, entre muchos otros: Arthur Conan Doyle, Anton Chéjov, John Keats, François Rabelais u Oliver Goldsmith. Y en matemáticas, también hay una autor mundialmente famoso, Lewis Carroll, el responsable de Alicia en el país de las maravillas, que fue uno de los principales matemáticos ingleses de su tiempo.

Y es que muchos científicos no han cultivado una única afición relacionada con la ciencia, sino que incluso han estado empleados en otros trabajos que nada tenían que ver con su vocación. He aquí una pequeña lista de ejemplos:

Pierre de Fermat: además de matemático, fue abogado penalista.

Isaac Newton: fue miembro del Parlamento, director de la Real Casa de la Moneda y teólogo especulativo.

Georg Büchner: realizó estudios del barbo común, un pez de la familia de la carpa, pero también fue autor de Woyzeck y La muerte de Danton.

Vladimir Nabokov: además de ser autor de Lolita, su obra más polémica, era un lepidopterólogo especializado en las mariposas azules americanas.

John Cage: era experto en hongos del género Amanita, y también compositor experimental. 

Podéis encontrar más ejemplos de científicos pluriempleados en el mundo eclesiástico. Y es que, el lugares como Gran Bretaña, la profesión de párroco o rector rural también proporcionó avances en la ciencia y la técnica, pues recaían buenos sueldos a cambio de relativamente poco trabajo, así que también disponían de mucho tiempo libre.

 En 1851, por ejemplo, en Gran Bretaña había 17.621 pastores anglicanos, y para ser pastor era también un requisito indispensable el poseer un título universitario. De modo que se fue creando una clase cultivada y rica, con ejemplos como:

El rector de la parroquia rural de Leicestershire, Edmund Cartwright, inventor del telar mecánico.

El reverendo de Oxford William Buckland, que describió científicamente por primera vez a los dinosaurios y también fue una autoridad mundial en coprolitos (heces fosilizadas). 

El reverendo de Durham William Greenwell, que fue el padre fundador de la arqueología moderna. 

O el párroco de Kent Thomas Bayes, que desarrolló el célebre Teorema de Bayes, que se emplea actualmente para determinar probabilidades estadísticamente fiables partiendo de información parcial. Podéis leer más sobre ello en Midiendo tus creencias: el teorema de Bayes.

Fuente:

Xakata Ciencia
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