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15 de enero de 2016

Descubierta la supernova más brillante de la historia

Una red de telescopios detecta la mayor explosión estelar jamás registrada. Sucedió hace 3.800 millones de años y los astrónomos no pueden explicar su origen.


Reconstrucción de la supernova ASASSN15lh, vista desde un exoplaneta que estuviera a 10.000 años luz de la estrella. / Wayne Rosing

El 14 de junio de 2015, dos telescopios en Cerro Tololo (Chile) detectaron una potente fuente de luz en el cielo nocturno. Estos instrumentos pertenecen al Censo Automatizado de Supernovas de Cielo Completo (ASAS-SN), un proyecto liderado por EE UU que cartografía toda la bóveda celeste cada pocos días en busca de nuevos fenómenos astronómicos. Desde aquella noche, multitud de telescopios terrestres y espaciales se han lanzado a la carrera por observar ese mismo destello, pues, según los primeros análisis, y para sorpresa de los astrónomos, se trata de la explosión estelar más potente jamás registrada.

El equipo internacional de ASAS-SN explica hoy en un estudio publicado por Science todo lo que ha podido averiguar sobre esta enigmática supernova, bautizada como ASASSN15lh. Lo primero que les ha sorprendido es que no se parece a ninguna de las más de 200 supernovas que han descubierto desde 2014. Es dos veces más brillante que cualquier otra explosión estelar registrada y 20 veces más luminosa que todas las estrellas de nuestra galaxia juntas. De hecho, este monstruo es tan raro, tan inclasificable, que sus descubridores aún no pueden explicar cómo puede liberar tanta energía sin violar leyes fundamentales de la física.

Destacada con barras rojas, la galaxia que alberga la supernova observada antes y después de su estallido.
Destacada con barras rojas, la galaxia que alberga la supernova observada antes y después de su estallido. / The Dark Energy Survey, B. Shappee, ASAS-SN

Tras las primeras observaciones, el astrónomo José Prieto, que trabaja en el Instituto Milenio de Astrofísica y la Universidad Diego Portales de Chile y es miembro del equipo de ASAS-SN, fue el primero en proponer una explicación. “Pensé que una posibilidad es que fuera una supernova superluminosa, una clase de objetos muy poco frecuentes”, explica. Estas supernovas se descubrieron hace apenas dos décadas y aún no está claro qué tipo de estrellas las producen cuando implosionan al final de sus vidas.

El equipo utilizó sus propios instrumentos y otros telescopios para averiguar la composición química y la lejanía de la estrella. Los resultados han confirmado la corazonada de Prieto e indican que está a 3.800 millones de años luz, es decir, el destello captado el 14 de junio tuvo lugar cuando todos los terrícolas eran simples microbios.

Hasta ahora, los astrónomos creían que estas supernovas las producen estrellas que, al explotar, forman en su núcleo una estrella de neutrones que gira sobre sí misma tan rápido que crea un potente campo magnético. Se las conoce como magnetares. Tras el derrumbe de sus capas más externas, estas caen hacia el núcleo y salen despedidas formando una supernova. Si a eso se le suma la energía del campo magnético en el núcleo, el resultado es uno de los mayores estallidos de energía que puedan observarse en el universo.

Pero la supernova recién descubierta es más potente incluso que el mayor magnetar que pueda concebirse. “La energía que ha radiado hasta ahora es tan grande que quiebra este modelo, el magnetar tendría que rotar demasiado rápido y no se sostendría, se rompería, por así decirlo”, explica Prieto. Así las cosas, un humilde Subo Dong, autor principal del estudio, reconoce: “La respuesta sincera es que no sabemos de dónde viene la energía de ASASSN15lh”.

Aunque no es visible a simple vista debido a su lejanía, la supernova sigue brillando, no se sabe hasta cuándo. Sus descubridores planean usar ahora el telescopio espacial Hubble para intentar desvelar su secreto.

Un récord descomunal

570.000 millones
Número de veces que la supernova supera el brillo del Sol.

16 kilómetros
Es el diámetro estimado para el núcleo de esta estrella. Los astrónomos no saben qué tipo de objeto ha podido generar esta explosión estelar, aunque sospechan que podría tratarse de una estrella de neutrones que tendría que dar unas 1.000 revoluciones por segundo.

20 veces la Vía Láctea
En nuestra galaxia hay 100.000 millones de estrellas. La supernova descubierta sería 20 veces más brillante que todos esos astros juntos.

Energía sin precedentes
Las bombas atómicas que arrasaron Hiroshima y Nagasaki tenían unos 20 kilotones de energía. La supernova ASASN-15lh equivale a más de un quintillón de bombas atómicas como esas, según ha calculado José Prieto.
 
Tomado de:
 

6 de abril de 2013

Descubren un nuevo tipo de explosión estelar: la mini supernova

Astrónomos del Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica (CfA) en Cambridge, Massachusetts (EE.UU.), han descubierto un nuevo tipo de explosión estelar que describen como una 'mini supernova'. Más débil y menos energética, procede del estallido de enanas blancas en sistemas jóvenes, sin que la estrella llegue a destruirse por completo. La investigación será publicada en The Astrophysical Journal y está disponible en arXiv.org

Hasta este momento se conocían dos tipos de supernovas: una de colapso de núcleo provocada por la explosión de una estrella de 10 a 100 veces más masiva que nuestro Sol, y otra de tipo Ia, la explosión completa de una minúscula enana blanca. Ahora, los científicos se han encontrado con un tercer tipo, la llamada Iax, más débil que la Ia y que no puede destruir por completo el astro.

"Una supernova tipo Iax es esencialmente una mini supernova", dice Ryan Foley, autor de la investigación. "Es la pequeña de la camada". Foley y sus colegas identificaron 25 ejemplos de este nuevo tipo de explosión estelar. Ninguno de ellos apareció en las galaxias elípticas, que están llenas de estrellas viejas, lo que sugiere que provienen de sistemas estelares jóvenes.

El equipo llegó a la conclusión de que una supernova tipo Iax proviene de un sistema estelar binario que contiene una enana blanca y una estrella compañera que ha perdido su hidrógeno exterior, dejándola dominada por el helio. La enana blanca acumula helio de la estrella normal.

Los investigadores no están seguros sobre qué desencadena una Iax. Es posible que la capa exterior de helio se encienda primero, enviando una onda de choque a la enana blanca. Como alternativa, la enana blanca puede encenderse primero debido a la influencia de la capa de helio.

ESCONDIDA EN LAS SOMBRAS

En cualquier caso, parece que la enana blanca sobrevive a la explosión, a diferencia de una supernova Ia, donde queda completamente destruida. "La estrella será maltratada y golpeada, pero podrá vivir para ver otro día", dice Foley.

El investigador calcula que las supernovas de tipo Iax son alrededor de un tercio tan comunes como las Ia. La razón por la que solo algunas han sido detectadas es que las más débiles tienen solo una centésima parte del brillo de las Ia. Es decir, apenas pueden detectarse.

"Las supernovas de tipo Iax no son raras, solo son débiles", explica Foley. "Durante más de mil años, los humanos han estado observando supernovas. Todo este tiempo, esta nueva clase se ha escondido en las sombras". 

Fuente:

21 de febrero de 2013

Así es la muerte de las estrellas

Supernova. Foto cedida por  NASA's Marshall Space Flight Center
Todos los días, cuando salimos a la calle o miramos por la ventana, somos conscientes del efecto que tiene el astro rey sobre el desarrollo de nuestras vidas. La supervivencia de los seres vivos depende íntegramente de su existencia y como si de una idea platónica se tratara, asumimos que Apolo seguirá arrastrando su carro a lo largo de las bóvedas celestes. Pese a que somos conscientes de que el Sol no es un cuerpo inmutable (un ejemplo aquí), sí es racional considerarlo como eterno. En esta entrada veremos cómo es la vida y muerte de una estrella. En general, puede decirse que la vida de una estrella es inversamente proporcional a su masa. Estrellas masivas dispondrán de vidas cortas e intensas, que concluirán de manera trágica. Sin embargo, las estrellas más pequeñas alargarán su existencia durante períodos mucho más largos y abandonarán este mundo sin pena ni gloria. 

Para comprender cómo acaba la vida de una estrella es necesario conocer cómo es su nacimiento. Una estrella comienza su vida a partir del colapso de una gran nube de materia, compuesta en su mayor parte por hidrógeno. Debido a la gran cantidad presente de materia, los átomos comienzan a acercarse entre sí por la acción de la gravedad. Quiero recalcar que si los átomos se atraen entre sí (sí, átomos pequeñitos) es porque su cantidad es desproporcionada. Por ello, cada vez es mayor  la presión y comienzan a chocar entren sí, aumentando la temperatura. Durante el transcurso de este proceso, los átomos de hidrógeno están tan cerca que comienzan a fundirse, lo cual produce energía, que contrarresta los efectos de la gravedad, haciendo que la estrella se hinche y tome la forma que mantendrá durante la mayor parte de su vida. Esta  fase que se conoce como secuencia principal es en la que se quema el hidrógeno para producir helio y energía.
Esquema del proceso de fusión nuclear. / Wykis
Las estrellas son enormes calderas. Se ven obligadas por la fuerza de la gravedad a convertir el hidrógeno, a 16 millones de grados Celsius, en helio. Afortunadamente, esto es lo único que necesitan durante la mayor parte de sus vidas.
En la figura situada a la izquierda puede verse, de manera esquemática, el proceso de fusión nuclear. A grandes rasgos, en el núcleo del cuerpo celeste, un átomo de deuterio y otro de tritio (isótopos de hidrógeno) se "funden", lo cual produce un átomo de helio y un neutrón, junto con, cómo no: energía.

Las reservas de hidrógeno pueden parecer eternas desde la perspectiva de un ser humano, pero llega un punto en el que no hay más hidrógeno disponible que contrarreste el efecto de la gravedad y la estrella comienza su declive. Esto se traduce en una muerte, larga y violenta. La violencia se traduce en que su volumen aumenta, pasando a ocupar un espacio cientos de veces mayor al que disponían durante su secuencia principal. Agonizante, la estrella es incapaz de mantener la temperatura de su superficie y su color se apaga, de ahí que se denomine a estas estrellas moribundas con el término de gigantes rojas.


Foto cedida por Andrea Dupree
El ejemplo de gigante roja por antonomasia es Betelgeuse. A la derecha de este párrafo podemos ver una foto tomada por el telescopio Hubble. Aunque tal vez no lo parezca, su radio es lo suficientemente grande como para que si el Sol se encontrara en el centro, todo el sistema solar cupiese dentro de esta estrella hinchada y y a punto de morir. Un hecho curioso es que la estrella se encuentra a 600 años luz de nosotros, por lo que podría haber muerto hace tiempo, pero todavía no habernos llegado su funesto destello.

En el interior de estos gigantes moribundos la gravedad empieza a ganar la batalla. Esto es debido a que por falta de hidrógeno, el proceso de fusión se está apagando. Este declive hace que los átomos cedan a la influencia de la gravedad y la distancia entre ellos disminuya. Por tal razón, las reacciones de fusión se reactivan, debido a que aún queda materia en el núcleo. Sin embargo, no se  trata de la misma situación que en la secuencia principal. Ahora ya no queda hidrógeno que fundir, sino helio; y debido a que la presión en el núcleo ha aumentado, las temperaturas son mayores (alrededor de unos 100 millones de grados Celsius). Esta situación hace posible que los átomos de helio se fundan entre sí, y producen la aparición del carbono, del oxígeno y de la energía suficiente para detener el colapso, al menos temporalmente. He aquí una de las ironías del universo. Para que se originen dos de los elementos más importantes para la presencia de la vida, una estrella debe morir. 

En el caso de nuestro Sol, al poseer una masa comedida, cuando el helio se agote, detendrá su proceso de fusión, ya que no quedará suficiente masa en su núcleo para plantarle cara a la gravedad. En ese momento el Sol se desprenderá de sus capas más externas,  y tan sólo quedará su núcleo, el cual  pasará a tomar el nombre de enana blanca, que irá apagándose a lo largo de las eras, hasta convertirse en una enana negra

Antes de retomar la muerte de Betelgeuse, debemos hablar de las estrellas menos masivas, es decir, aquellas cuya masa es menor que la mitad que la que posee el Sol. Como decíamos antes, la intensidad de la vida de una estrella depende de su masa. Las estrellas más grandes requieren mayor energía del proceso de fusión nuclear para contrarrestar la gravedad producida por este exceso de materia. Una enana roja, sin embargo, quema su combustible de manera lenta durante toda su vida, por lo que poco se conoce sobre su muerte, pero se espera que no sea muy violenta.

Si la masa de la estrella es superior a la del Sol, pueden darse nuevas fases de colapso y reinicio del proceso de fusión. Es decir, el proceso continúa más allá de la fusión del helio, siempre y cuando quede suficiente materia. De esta manera se consiguen todos los elementos de la tabla periódica hasta llegar al hierro. De hecho, el final de una estrella de menos de nueve masas solares, consiste en que gran parte del volumen de la estrella se estructura como una esfera con capas. Además, su centro está compuesto por hierro y las capas externas de elementos menos pesados, hasta llegar a una superficie de hidrógeno. Una vez se ha alcanzado este estado, mediante una violenta explosión, la estrella muerta esparce al universo todo su contenido en forma de una nebulosa estelar.

Las estrellas más grandes, cuya masa es superior a nueve veces la masa solar, producen el resto de elementos que conocemos. Es tanta la materia que queda en la esfera metálica del final de sus vidas, que tras su colapso, se produce un "rebote" de materia, que choca contra las capas externas, y fuerza a que se alcancen temperaturas de miles de millones de grados Celsius. Durante esta tremenda explosión, denominada supernova, se dan las condiciones necesarias para formar el resto de elementos pesados como el oro, la plata o el uranio. Esta brutal explosión disemina la esencia de la estrella en el espacio, y deja  una densa estrella de neutrones donde anteriormente se encontraba el núcleo, la cual gira frenéticamente hasta el fin de la eternidad.

Con todo lo anterior quiero decir una cosa: nada es eterno, ni siquiera una gloriosa estrella. Lo importante de la muerte de estos cuerpos es  lo que nos enseñan. De las cenizas de algo grande, siempre puede volver a surgir algo nuevo. De cada una de las nebulosas que se producen tras la muerte de cualquier estrella lo suficientemente masiva, hay suficiente materia para que nazcan nuevos astros.

Foto cedida por NASA Goddard Photo and Video

El Sol,
los planetas del sistema solar, la vida, 
 se sustentan sobre el cadáver de innumerables astros. 
Nunca mejor dicho, somos polvo de estrellas.


Pepe "Puertas de Acero" Pérez

Fuente:

Mente Enjambre

21 de noviembre de 2012

Video: ¿Cómo se produjo la explosión más brillante de la galaxia?



La supernova del año 1006, las más luminosa que se conoce, se dice que fue capaz de proporcionar suficiente luz a la Tierra que permitía leer manuscritos en plena noche.

Ahora, el Instituto Astrofísico de Canarias ha creado un vídeo que muestra cómo se produjo tamaño evento cósmico: por la fusión de dos estrellas enanas blancas. .

El video termina con una imagen real compuesta (azul: rayos X, amarillo: visible, rojo: radio) del remanente de la supernova.

Vía | Youtube

Tomado de:

Xakata Ciencia

30 de septiembre de 2012

La explosión estelar más brillante de la historia ya tiene explicación

En el año 1006, astrónomos de varios lugares del planeta describieron una explosión en el cielo tan poderosa que sus restos fueron visibles durante tres años. Ahora, la revista Nature recoge en portada el trabajo de los investigadores del Instituto  de Astrofísica de Canarias y la Universidad de Barcelona, que han dilucidado el origen de este fenómeno: dos estrellas enanas blancas se fusionaron y desencadenaron la supernova SN 1006.

Los testimonios de astrónomos medievales del siglo XI –que, por entonces, eran astrólogos– describen cómo, entre el 30 de abril y el 1 de mayo del año 1006, quedaron fascinados por la mayor explosión estelar que se ha registrado jamás. Observadores chinos destacaron que durante tres años vieron sus restos y, según un físico egipcio de la época, el evento fue unas tres veces más brillante que Venus y emitió tanta luz como una cuarta parte del brillo de la Luna.




La causa de tal fulgor fue una supernova llamada SN 1006. Las supernovas son explosiones de estrellas al final de sus vidas, con emisiones de grandes cantidades de material al medio interestelar, lo que hace posible su estudio siglos después.

Ahora, un grupo internacional de investigadores liderado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Universidad de Barcelona (UB) ha descubierto cómo se produjo esta explosión estelar. En un artículo que aparece en la portada de la revista Nature los científicos la explican “como resultado de la fusión de dos enanas blancas (estrellas de masa inferior a 1,4 veces la masa del Sol en la última etapa de su vida)”.

“Hemos realizado una exploración exhaustiva en torno al lugar donde se produjo la explosión en el año 1006 y no hemos encontrado nada, lo que invita a pensar que este evento se produjo probablemente por una colisión y fusión de dos estrellas enanas blancas de masa similar”, explica Jonay González Hernández, coautor del estudio e investigador en el IAC.

La SN 1006 procede de un sistema binario, formado por dos estrellas, “que pueden ser dos enanas blancas o una enana blanca y otra compañera”, ha explicado a SINC González. En este último caso, la enana blanca, que se encuentra en la última etapa de su vida, captura material de la otra y cuando alcanza cierta densidad y temperatura, estalla como una supernova, dejando un resto estelar.

Si se trata de dos enanas blancas, las dos acaban por fusionarse y, en este caso, no dejan ningún rastro, excepto el remanente de supernova. La pregunta de los astrofísicos era qué tipo de estrellas explosionaron en 1006 y la pista definitiva ha sido la ausencia de compañeras.

Búsqueda de compañera para la enana blanca

Los científicos observaron diferentes tipos de estrellas –gigantes, subgigantes y enanas– en la zona, y se centraron en el análisis de “las únicas cuatro estrellas gigantes que se sitúan a la misma distancia que los restos de la supernova de 1006, a unos 7.000 años luz de la Tierra”, añade.

Utilizaron el espectrógrafo de alta resolución UVES, en el Observatorio Europeo del Sur (ESO, Chile), para analizar datos de las cuatro estrellas gigantes, y comprobaron que ninguna de ellas mostraba una velocidad de rotación notable, una característica de las compañeras.

Ese dato, junto con la ausencia de rastro estelar alguno,  les sirvió para concluir que las estrellas de la zona de la explosión “no son compañeras de la estrella progenitora de la supernova 1006”, explica el investigador.

Desde el IAC añaden que, probablemente, “la SN 1006 se produjo por la adición de masa de una estrella igual o menos masiva que el Sol, o bien mediante la fusión con otra enana blanca, lo que originaría una explosión termonuclear”, recoge la investigación. “Esto explicaría la ausencia de restos estelares en la zona de exploración”, cuenta González.

Calibrar distancias en cosmología

Esta no ha sido la primera vez que los investigadores estudiaban una supernova. En 2004 analizaron la del año 1572 y lograron identificar su estrella compañera.

Pilar Ruiz-Lapuente, investigadora del Instituto de Ciencias del Cosmos de la UB (ICCUB) y del Instituto de Física Fundamental (IFF-CSIC), coautora del trabajo actual y líder del anterior, comenta que en esa ocasión exploraron “otra región cerca del centro de los restos de la supernova de Tycho y encontramos una estrella subgigante de temperatura similar a la del Sol”. Entonces llegaron a la conclusión de que podía ser la compañera de la estrella progenitora de la supernova de 1572.

Ruiz-Lapuente asegura que en esta ocasión también estaban buscando a la compañera de la supernova de 1006 y que ha sido “una sorpresa” no encontrarla.

Los resultados de este estudio avanzan que “los modelos que explican las explosiones de supernovas en sistemas binarios no están claros”, comenta González. El investigador concluye que “un mejor conocimiento de la formación de explosiones estelares por fusión de enanas blancas podría ser útil, por ejemplo, para calibrar las distancias en cosmología”.



Referencia bibliográfica:

Jonay I. González Hernández, Pilar Ruiz-Lapuente, Hugo M.Tabernero, David Montes, Ramón Canal, Javier Méndez, Luigi R. Bedin. “No surviving evolved companions of the progenitor of SN 1006”. Nature, 26 de septiembre de 2012. Doi:10.1038/nature11447.
Fecha Original: 26 de septiembre de 2012
Enlace Original

22 de septiembre de 2012

Los últimos días de Betelgeuse

Betelgeuse, a unos 640 años luz de la Tierra en la constelación de Orión, puede parecer una estrella más en el cielo nocturno, aunque en realidad es una de las estrellas más brillantes de las que podemos disfrutar. Particularmente, esta gigante siempre me llamo la atención, ya desde niño soñaba con los mundos que la rodearían, pero como muestra esta imagen infrarroja del Observatorio Europeo Austral (ESO), Betelgeuse se está cayendo a pedazos … literalmente .

Esta imagen de la nebulosa en torno a la dramática de color rojo brillante estrella supergigante Betelgeuse fue creado a partir de imágenes tomadas con la cámara VISIR de infrarrojos en el Very Large Telescope (VLT). Esta estructura, parecida a  llamas que emanan des la estrella, son formadas porque el gigante se está despojando de su material lanzandolo hacia el espacio. Las emanaciones de gas observadas con anterioridad se reproducen en el disco central. El pequeño círculo rojo en el centro tiene un diámetro de cerca de cuatro veces y media la órbita de la Tierra y representa la ubicación de la superficie visible de Betelgeuse. El disco negro corresponde a una parte muy brillante de la imagen que se ocultó a permitir que la nebulosa débil sea vista. Crédito ESO

Betelgeuse esta emitiendo enormes nubes de plasma hacia el espacio estelar desde hace algún tiempo, como si padeciese de gases estomacales, y esto es un síntoma de la edad de la estrella y de su tamaño. Betelgeuse es una estrella supergigante roja, con apenas una fracción de la edad de nuestro sol, pero es tan masiva (18 veces la masa del Sol) que al igual que las viejas glorias del rock,  vive rápido y muere joven.Con apenas 10 millones de años de edad, la estrella se ha quedado sin hidrógeno en su núcleo, ahora está comenzando a fusionar el helio, creando carbono y oxígeno, lo que provoca que Betelgeuse se “infle” hasta alcanzar proporciones gigantescas, casi inimaginables. Si Betelgeuse fuese nuestro sol, ocuparía todo el sistema solar interior llegando incluso a la órbita de Júpiter, la tierra simplemente no existiría, se habría evaporado en su superficie.


El interior de la estrella es un lío burbujeante y violento, con enormes columnas de plasma caliente que deforman la estrella. Las observaciones ya habían demostrado hace tiempo que esta estrella tenia “bultos”, como si de grandes tumores se tratasen, en lugar de ser un objeto esférico, casi perfecto, parece una patata deformada. También se aprecian algunos indicios de que la estrella empieza a contraerse, lo que podría revelar que está cerca (en escalas de tiempo cósmicas) al borde del colapso, para finalmente explotar como una  supernova, pero no hay que entrar en pánico, pese a que los agoreros les encante lanzar sus oscuros presagios, mi vieja amiga Betelgeuse no plantea ninguna amenaza para la vida en la Tierra.

Este gráfico muestra la ubicación de la estrella supergigante Betelgeuse (Alpha Orionis) en la famosa constelación de Orión (el Cazador). Este mapa muestra la mayor parte de las estrellas visibles a simple vista bajo buenas condiciones y la estrella en sí está marcada con un círculo rojo. Aunque la estrella en sí misma es claramente visible a simple vista, la nebulosa a su alrededor no puede verse con cualquier telescopio. Crédito ESO
En las últimas etapas de la vida de una estrella supergigante roja, enormes cantidades de material se esparcen hacia el espacio. Como muestra esta imagen de ESO, Betelgeuse está creando una vasta nebulosa de frío polvo, nunca antes vista, y se extiende a más 60 millones de kilómetros de su superficie.

En el centro de la imagen, el pequeño disco rojo es Betelgeuse y la nube circundante (dentro del disco negro) pertenece a observaciones anteriores del plasma que eructó al espacio. La nube de colores que rodea el disco negro pertenecen a las observaciones de la European Southern Observatory (ESO) y las nuevas medidas aportadas por el Very Large Array (VLA).

La nebulosa se extiende como nunca se había visto antes, pero como Betelgeuse es tan brillante que eclipsa por completo la luz que emite esta nebulosa. Al utilizar el instrumento VISIR VLA para bloquear la luz que emite directamente Betelgeuse, la nebulosa (compuesta muy probablemente por sílice y polvo de alúmina) brilla en longitudes de onda infrarrojas debido a que es calentada por la estrella. Vale la pena señalar que a pesar de tener una apariencia llameante, en realidad está compuesta de material frio, por lo que sólo puede ser detectada en longitudes de onda infrarrojas. Las longitudes de onda cortas infrarrojas se representan con un brillo azul y las longitudes de onda más largas del infrarrojo se representan con un resplandor rojo.

Esta es una vista maravillosamente íntima de la muerte de una estrella masiva, y con la ayuda de la VLA, tendremos un asiento de primera fila para el velatorio final.

12 de septiembre de 2012

Conozca la 'escoba' espacial

La nebulosa con su característica forma de escoba. | ESO
La nebulosa con su característica forma de escoba. | ESO
A pesar de la aparente tranquilidad que irradia el cielo en una noche estrellada, el Universo está lejos de ser un lugar estático. Las estrellas nacen y mueren constantemente expulsando materiales al espacio que forman extrañas estructuras en el cielo. Es el caso de la Nebulosa del Lápiz, captada por un telescopio del Observatorio Austral Europeo (ESO, por sus siglas en inglés).

Esta nube, también conocida como NGC 2736, es una pequeña parte de una remanente de supernova situada en la constelación austral de La Vela. Estos filamentos fueron generados por la violenta muerte de una estrella que tuvo lugar hace unos 11000 años. Las partes más brillantes tienen forma de lápiz, de ahí el nombre, pero la estructura completa se asemeja más a una típica escoba de bruja.

Esta masa de gas en expansión ha sido captada gracias al Observatorio de La Silla del ESO en Chile. Inicialmente se movía a millones de kilómetros por hora, pero a medida que se expandía fue horadando el gas entre las estrellas frenándola considerablemente y generando esas extrañas formas. La Nebulosa de Lápiz es la parte más brillante de esta enorme estructura.

Estudiando los diferentes colores de la nebulosa, los astrónomos han podido conocer la temperatura del gas. Algunas regiones aún están tan calientes que la emisión está dominada por átomos de oxígeno ionizado, que en esta imagen podemos ver brillando en tonos azules. Otras regiones más frías pueden verse en tonos rojizos, debido a la emisión del hidrógeno.

La Nebulosa del Lápiz mide unos 0,75 años luz y se mueve a través del medio interestelar a unos 650.000 kilómetros por hora. De manera sorprendente, pese a que se encuentra a una distancia de unos 800 años luz de la Tierra, esto significa que cambiará notablemente su posición relativa con respecto a las estrellas del fondo a lo largo del tiempo que dura una vida humana. Incluso después de 11.000 años la explosión de supernova sigue cambiando el aspecto del cielo nocturno.

La imagen muestra también inmensas estructuras filamentosas, nudos de gas más pequeños y grupos de gas difuso. La apariencia luminosa de la nebulosa proviene de densas regiones de gas impulsadas por las ondas de choque de la supernova.

Fuente:

El Mundo Ciencia

15 de diciembre de 2011

Observada una supernova 11 horas después de su explosión



Imágenes tomadas por el telescopio Hubble de la Supernova SN2011fe antes de su explosión y en su momento de mayor brillo


Gracias al brillo de estas explosiones, que se estudia para determinar distancias en el universo, se ha podido determinar que éste se expande a un ritmo acelerado.

Un equipo internacional de científicos ha observado las primeras etapas de una supernova de tipo Ia, que se encuentra a 21 millones de años luz de la Tierra, la más cercana de su tipo, descubierta en 25 años.

Concretamente, se detectó la supernova 11 horas después de que explotara, lo cual "perfecciona y desafía la comprensión de estos fenómenos estelares", según han señalado los expertos.

Las supernovas tipo Ia son explosiones estelares violentas y las observaciones de su brillo se utilizan para determinar distancias en el universo. A partir de éste los científicos han demostrado que el universo se está expandiendo a un ritmo acelerado.

El equipo que ha llevado a cabo este estudio, publicado por Nature, ha descubierto esta supernova -llamada SN2011fe- apenas unas horas después de que explotara; siendo capaces de identificar la explosión en la Galaxia del Molinete el pasado 23 de agosto a las 16.30 del horario universal.

El director del proyecto, el profesor de la Universidad de California Shri Kulkarni, ha explicado que, "desde hace varios años, se han estado tomando imágenes de la Galaxia del Molinete con telescopios robóticos esperando descubrir un evento cósmico raro".

Gracias a este proyecto se ha podido observar ahora la supernova SN2011fe que "fue una sorpresa" ya que "su brillo era demasiado débil para ser una supernova y demasiado brillante para ser una nova", ha explicado el científico.

Según ha apuntado Kulkarni, "finalmente, las observaciones de seguimiento en las horas siguientes, determinaron que era una supernova de tipo Ia excepcionalmente joven".

La teoría mayormente aceptada defiende que las supernovas Tipo Ia son explosiones termonucleares de una estrella enana blanca que forma parte de un sistema binario -dos estrellas que están cerca físicamente y en órbita alrededor de un centro común de masa-.

Según el modelo double-degenerate (DD), la órbita de dos estrellas enanas blancas se reduce hasta que el camino de la estrella más ligera es interrumpido y, entonces, ésta se mueve lo suficientemente cerca como para que parte de su materia sea absorbida por la enana blanca primaria, iniciándose una explosión.

Por otro lado, en el modelo single-degenerate (SD), la enana blanca acumula masa poco a poco de una estrella diferente -y no de otra enana blanca- hasta que llega a un punto de ignición.

Existen tres métodos posibles para la transferencia de masa y, dependiendo del que tenga lugar, la segunda estrella será una gigante roja, una estrella de helio, o una estrella de secuencia principal.

Las observaciones de las primeras etapas de la supernova -presentadas en un documento por su autor, Peter Nugent, del Lawrence Berkeley Laboratory- mostraron evidencia directa de que la estrella principal, en este caso, era un tipo de enana blanca llamada enana blanca de carbono-oxígeno.

Por otro lado, las observaciones de radio y rayos X presentadas en un documento separado, que se publicará en The Astrophysical Journal, no muestran ninguna evidencia de interacción con el material circundante.

Combinando estos datos con un análisis histórico de las imágenes, el equipo descartó las gigantes rojas y la gran mayoría de las estrellas de helio como posibles segundas estrellas en el sistema binario antes de la explosión.

Según esto, la estrella secundaria era, o bien otra enana blanca, como en el modelo DD, o una estrella de secuencia principal, creada por uno de los tres métodos del modelo SD.

Sin embargo, el análisis de la materia expulsada por la explosión de la supernova indica que es poco probable que la segunda estrella sea otra enana blanca. Por lo tanto, el misterioso origen de SN2011fe se trata, probablemente, de una enana blanca primaria que absorbió materia de una subgigante cercana.

"El hecho de que se haya descubierto la supernova en su infancia, y que la Galaxia del Molinete esté en el 'patio trasero cósmico' de la Tierra, ha ofrecido una oportunidad sin precedentes para estudiar esta supernova", ha concluido Kulkarni.

Fuente:

La Vanguardia

25 de octubre de 2011

La supernova más antigua

Imagenes de 4 telescopios

Recreación de la supernova combinando imágenes de cuatro telescopios. | NASA

Recreación de la supernova combinando imágenes de cuatro telescopios. | NASA

  • La NASA recrea la imagen de la primera supernova documentada
  • Fue observada por astrónomos chinos hace casi 2.000 años

Hace casi 2.000 años, astrónomos chinos documentaron una explosión estelar que se considera la primera supernova documentada de la Historia. Ahora, la NASA ha recreado la imagen de este espectacular fenómeno cósmico.

La agencia espacial estadounidense ha combinado datos de cuatro telescopios espaciales diferentes para crear una vista en onda multilongitudinal de la supernova conocida como RCW 86, la más antigua que consta en los registros de astronomía.

Los astrónomos chinos fueron testigos del evento que se produjo en el año 185, cuando descubrieron una estrella muy luminosa que permaneció en el cielo durante ocho meses.

Las imágenes de rayos X del observatorio XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea y del Observatorio de rayos-X de la NASA Chandra se combinan para formar los colores azul y verde en la imagen, que muestran que el gas interestelar se ha calentado a millones de grados por la onda expansiva de la supernova.

Los datos infrarrojos del Telescopio Espacial Spitzer de NASA y de la sonda WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer), que se ven en amarillo y rojo, revelan el polvo que irradia a una temperatura a varios cientos de grados bajo cero, cálido en comparación con el polvo cósmico habitual en la Vía Láctea, indicó la agencia espacial.

Mediante el estudio de los rayos X y los datos infrarrojos, los astrónomos han sido capaces de determinar que la causa de aquella misteriosa explosión en el cielo fue una supernova de tipo Ia, que se producen después de la violenta explosión de una enana blanca, una estrella que ha completa su ciclo de vida y muere.

La supernova RCW 86 está de aproximadamente a 8.000 años luz de distancia. Tiene unos 85 años luz de diámetro, que ocupa una región del cielo en la constelación austral de Circinus que, según indica la NASA como referencia, es ligeramente más grande que la Luna.

Fuente:

El Mundo Ciencia

4 de octubre de 2011

Captan por primera vez el nacimiento de una supernova

  • Hasta ahora solo se había captado horas o días después de su nacimiento
  • Ha sido descubierta por casualidad, mientras se estudiaban la 'muerte' de otra supernova

SUPERNOVA

Momento justo del nacimiento de la supernova.

Científicos de la Universidad de Princeton (EEUU) han captado el momento exacto del nacimiento de una supernova, un acontecimiento del que sólo se tenían imágenes de horas o días después de que ocurriera, según un estudio publicado hoy por la revista científica británica Nature.

La mayoría de las estrellas masivas (aquellas que tienen una masa ocho veces mayor a la del Sol) terminan su corta vida en medio de una espectacular explosión, que da lugar al nacimiento de una supernova. De la muerte de estas estrellas surgen nuevos materiales que contribuyen a la evolución de la galaxia.

Una supernova es una explosión estelar que produce objetos muy brillantes en la esfera celeste y suele aparecer donde antes no se observaba nada. En ocasiones son difíciles de distinguir si el polvo que desprenden no deja ver su brillo.

Su aparición es poco frecuente, con sólo unas cuantas por galaxia cada cien años, pero pueden verse desde galaxias distantes debido a su intensa luminosidad.

Hasta ahora, los científicos no habían recogido la emisión óptica del nacimiento de la supernova, sino señales posteriores a la explosión, por lo que ese momento era misterioso.

Hace unos días la NASA anunciaba el descubrimiento la supernova más joven de la Vía Láctea, la G. 1.9+0.3 de solo 140 años y a la que se estaba siguiendo la pista desde hacía más de dos décadas.

Descubren el 'nacimiento' por una 'muerte'

El equipo de investigación de Princeton, liderado por Alicia Soderberg, fue testigo casual del nacimiento de esta supernova en galaxia de la constelación Lince situada a 90 millones de años luz de la Tierra.

Mientras estudiaban la emisión de rayos X de una supernova que se apagó un mes antes, pudieron captar el estallido de rayos X "extremadamente luminosos" que se produjo en el preciso momento de la explosión de la estrella madre.

Utilizando el satélite Swift, perteneciente a una misión conjunta de la NASA con el Science Technology and Facilities Council (STFC) del Reino Unido y la Agencia Espacial Italiana, pudieron registrar las emisiones de rayos X durante cinco minutos.

Además, pronostican que futuros estudios de los rayos X emitidos podrían mostrar el nacimiento de muchas más supernovas, lo que contribuiría al conocimiento de la onda expansiva de la estrella que expulsa una gran parte de su masa al espacio.

Fuente:

RTVE

5 de enero de 2011

Una niña de diez años descubre una supernova



Una niña canadiense de apenas diez años de edad acaba de descubrir una supernova, lo que la convierte en la persona más joven que nunca haya protagonizado esta clase de hazaña científica. El descubrimiento ha sido anunciado por la Real Sociedad Astronómica de Canadá, en cuya página web se explica que la pequeña Kathryn Aurora Gray, de Fredericton, New Brunswick, fue asistida por los astrónomos aficionados Paul Gray (que es su padre) y David Lane.

La supernova 2010lt, que se encuentra en la galaxia UGC 3378, en la constelación de Camelopardialis, fue descubierta, según la Sociedad canadiense, el pasado 2 de enero. Las observaciones fueron hechas desde el Observatorio Abbey Ridge. Se trata de la cuarta supernova descubierta por David Lane, la séptima de Paul Gray y la primera de la pequeña Kathryn.

El descubrimiento fue verificado por varios astrónomos de Estados Unidos y Canadá. Debido al enorme brillo de la supernova, millones de veces más fuerte que el de una estrella corriente, ésta puede ser detectada, a pesar de la distancia, con la ayuda de un pequeño telescopio.

El mérito de Kathryn consistió en darse cuenta de su presencia en las varias imágenes de la galaxia UGC 3378 previamente obtenidas por su padre.

Fotografiar en distintos momentos una región concreta del cielo y buscar después las difrencias entre las varias imágenes es una de las técnicas más utilizadas para descubrir estas titánicas explosiones, que se producen cuando estrellas varias veces más masivas que el Sol se colapsan sobre sí misma a causa de la gravedad.

Las supernovas se utilizan para calcular las distancias y la edad de los objetos que podemos ver en el Universo.

Tomado de:

ABC Blogs

12 de septiembre de 2010

La evolución de la supernova 1987A desde 1994 a 2006 filmada por el telescopio espacial Hubble

Abre esta entrada un vídeo espectacular donde los haya. Una vez al año, desde 1994 a 2006, el telescopio espacial Hubble ha apuntado hacia la supernova 1987A. Se publica en Science el análisis técnico de dicho vídeo. La fuente central desaparece poco a poco, mientras se ensancha, hasta casi desaparecer. El anillo brillante que la rodea muestra una serie de puntos calientes que han surgido poco a poco, debidos a la compresión y calentamiento producido cuando la onda de choque de la explosión de supernova lo atraviesa. El vídeo forma parte de la información suplementaria del artículo técnico de Kevin France et al., “Observing Supernova 1987A with the Refurbished Hubble Space Telescope,” Science Express, Published Online September 2, 2010 [que los interesados en disfrutarlo pueden descargar gratis en ArXiv]. Se han hecho eco de esta noticia gran número de medios, como Rhiannon Smith, “‘Lost years’end for backyard supernova. Data from repaired Hubble telescope uncover new secrets about our nearest supernova,” Nature News, Published online 2 September 2010, y en español “El ‘Hubble’ vuelve a contactar con la supernova 1987A. Es la primera imagen del fenómeno captada por el telescopio desde que se estropeó,” Público.es, 07/09/2010.

Nos recuerda la wiki que SN 1987A es una supernova de tipo IIp que tuvo lugar en las afueras de la Nebulosa de la Tarántula (NGC 2070), situada en la Gran Nube de Magallanes, galaxia enana cercana a la Vía Láctea. Una supernova visible a simple vista desde el 23 de febrero de 1987 durante varios meses (con un brillo aparente de magnitud 3), es la supernova documentada más cercana a la Tierra desde SN 1604, la supernova de Kepler, que apareció en la misma Vía Láctea. La estrella progenitora fue identificada como Sanduleak -69° 202a, una supergigante azul de tipo espectral B3. Actualmente se piensa que la progenitora era una estrella binaria, cuyas componentes se fusionaron unos 20.000 años antes de la explosión, que ocurrió hace a 168.000 años. La supergigante azul es la razón de la existencia de los anillos visibles en el remanente. Se ha estado buscando el núcleo colapsado, que debería ser una estrella de neutrones, sin éxito. Quizás está oculta entre densas nubes de polvo y no es visible, o quizás tras la explosión grandes cantidades de material volvieron a caer de nuevo sobre la estrella de neutrones, por lo que continuó colapsando hacia un agujero negro.

El nuevo artículo de Science compara las observaciones recientes (31 de enero de 2010) gracias al espectrógrafo reparado del Hubble y las compara con las obtenidas en julio de 2004 (antes de que fallara en agosto de 2004). El artículo se centra en la interacción entre la onda de choque de la explosión y el anillo de materia que la rodea. El primer punto brillante (hotspot) en el anillo se descubrió en 1995 y en la actualidad se observan unos 30. La película de vídeo que acompaña esta entrada y el artículo técnico presenta la evolución de estos hotspots durante 15 años. El anillo de materia está formado por hidrógeno ionizado y helio que se expande de forma libre desde la explosión. Cuando la onda de choque atraviesa los átomos de hidrógeno los excita produciendo líneas espectrales de emisión Ly-α (1216 Å) y H-α (6563 Å), la línea de emisión alfa de la serie de Lyman (Ly-α se lee Lyman-alfa) y la línea de emisión alfa de la serie de Balmer (H-α se suele leer Balmer-alfa). Los investigadores han observado el efecto Doppler en estas líneas. Las línea en el norte del anillo están corridas hacia el azul y las líneas del sur lo están hacia el rojo, lo que indica que las primeras se acercan a nosotros a unos 8000 km/s y las segundas se alejan a unos 8500 km/s (las velocidades son estimaciones aproximadas).

8 de marzo de 2010

El apocalipsis que llegará del espacio


Lunes, 10 de marzo de 2010

El apocalipsis que llegará del espacio

Aterradores escenarios que demuestran que la Tierra se encuentra en un medio hostil

Recreación artística de un meteorito como el que cayó sobre nuestro planeta. | Science Photo Library

Recreación artística de un meteorito como el que cayó sobre nuestro planeta. | Science Photo Library

Si miran al cielo nocturno, verán el espacio infinito salpicado de pequeños puntos luminosos. Un remanso de paz en las alturas. Pero esa serena imagen es una gran mentira. La Tierra está inmersa en un entorno hostil, a merced de las grandes fuerzas cósmicas. A su alrededor explotan estrellas, colisionan galaxias enteras y agujeros negros devoran cuanto encuentran a su paso.

El libro La Muerte llega desde el cielo. 'Así terminará el mundo' (editorial Robinbook) explica que la destrucción de la Tierra es cuestión de tiempo. El volumen presenta una decena de aterradores escenarios y relata con lenguaje riguroso y divulgativo qué probabilidad hay de que se hagan realidad, cómo afectarían a la vida en la Tierra y si podemos hacer algo por evitarlos.

El autor es el astrónomo Philip Plait, que ha trabajado siete años en la NASA, y otros tantos como profesor. Es el creador del reconocido blog Bad Astronomy, cuyo propósito principal es refutar cuestiones como la astrología, el creacionismo o la conspiración lunar.

Meteoritos

El impacto de un meteorito de grandes dimensiones sobre la Tierra hace 65 millones de años acabó con los que eran los reyes y señores del planeta, los dinosaurios. La historia puede repetirse. Y en esta ocasión se extinguiría la raza humana.

Tal y como sentencia el libro, "la Tierra se halla situada en una galería de tiro cósmica y el Universo nos tiene en su punto de mira". El golpe de uno de estos proyectiles no sólo afectaría a la zona donde cayera. En ese punto nacería una gigantesca onda sonora que daría varias vueltas al planeta, llevándose por delante todo aquello que encontrara.

El asteroide Apofis, de 250 metros de diámetro, es una de las rocas extraterrestres que más posibilidades tiene de golpear la Tierra. La fecha de impacto: 13 de abril de 2029. La catástrofe podría evitarse lanzando una bomba a unos cientos de metros de distancia del asteroide. Esto desviaría su trayectoria.

Agujeros negros

Nacen de la muerte de una estrella, concentran muchísima masa en un volumen muy pequeño y su fuerza de atracción gravitatoria es gigantesca. Son, en definitiva, pozos sin fondo que devoran todo aquello que encuentran a su paso. En la Vía Láctea se estima que hay diez millones de agujeros negros. Si uno se aproximara la Tierra lo suficiente como para hacer daño, lo primero que notaríamos los ciudadanos de a pie serían alteraciones en las mareas por el efecto gravitatorio.

Al principio serían sutiles, pero terminarían siendo tan brutales que causarían inundaciones y tsunamis. En un momento dado, la gravedad del agujero y la de la Tierra se habrían igualado y empezaríamos a flotar. Es un respiro dentro de tanto caos, pero quizá el miedo no nos dejaría disfrutar de la extraña experiencia. Una hora más tarde, la gravedad del agujero negro superaría la de nuestro planeta con creces y lo engulliría. Este sería el fin de la humanidad. El fin del planeta Tierra.

Supernovas

El nacimiento de una supernova suele ser motivo de emoción y alegría entre los astrónomos. En cuanto notan su brillo especialmente intenso en el cielo nocturno, sacan presurosos los telescopios para observar a la recién llegada. Pero si este evento cósmico sucede demasiado cerca de la Tierra (a menos de 25 años luz), la alegría debe convertirse en seria preocupación.

La explosión estelar despide un chorro de rayos gamma. Si alcanzaran la atmósfera terrestre, destruirían los niveles de ozono hasta la mitad. Antes de llegar, atravesarían la Estación Espacial Internacional y matarían a los astronautas a bordo. Con la llegada del día, comenzaría la peor parte: los rayos ultravioleta atravesarían la atmósfera sin que nada les frenase. La luz nos quemaría. Nuestra piel no está preparada para soportar estos rayos.

Pero este sería el menor de los problemas en un planeta donde la base de la cadena alimentaria, el fitoplancton, está muerta. Comienza así, una extinción masiva. La estrella más cercana a la Tierra con posibilidades de convertirse en una supernova es Betelgeuse, una supergigante roja en Orión, a unos 430 años luz. No se sabe exactamente cuando explotará, pero lo hará.

La extinción del sol

El Sol morirá, pero no lo hará solo. Se llevará por delante la Tierra. La estrella aumenta poco a poco de tamaño. Un día será tan grande que su brillo será insoportable, el calor en la Tierra sofocante y tan extremo que la atmósfera se escapará hacia el cosmos. Así, hasta que el planeta esté tan caliente que, literalmente, se derrita. Pero falta mucho tiempo para que esto suceda, 6.000 millones de años. Hasta entonces y mientras tanto, el astro rey puede dar guerra lanzando llamaradas solares. Éstas liberan millones de partículas subatómicas. Suceden con frecuencia y suelen causar daños en los satélites artificiales que orbitan nuestro planeta.

Estas llamaradas pueden ser mucho más violentas, tanto que tengan consecuencias catastróficas. Podrían provocar el caos electromagnético y destrozar los satélites por completo por una sobredosis de calor. En tierra, los cables de transmisión sufrirían una sobrecarga repentina de corriente eléctrica, se romperían y caerían como látigos. Los transformadores explotarían. Cientos de millones de personas se quedarían sin luz y, en una sociedad donde el bienestar depende en gran medida de esta energía, muchos morirían de frío.

Ataque alienígena

La probabilidad de que esto suceda es desconocida porque aún no se conoce el número de civilizaciones avanzadas que pueden existir en una galaxia ni las probabilidades de que sean hostiles. Tampoco se sabe si siendo hostiles se desplazarían hasta la Tierra para aniquilarnos.

A pesar de ello, la posibilidad existe. Plait imagina a los alienígenas de este tipo con forma de araña y con una destreza envidiable en el manejo y construcción de ingenios tecnológicos y también para replicarse a sí mismos. "Un montón de arañas partieron en busca de materias primas. La Tierra sucumbió en cuestión de días. Las primeras aterrizaron en Australia y devoraron cuanto hallaron a su paso. Piedra, metal o gas, todo podía ser convertido en caso de necesidad. Agua, plantas, carne, todo se aprovechaba (...) Barrieron todo el planeta y en un par de semanas no quedaba prácticamente nada con vida en el planeta".

Otro posible tipo de ataque alienígena es el de bacterias o virus, pero hay que esperar a que los avances en el ámbito de la astrobiología arrojen luz sobre el asunto porque aún no está claro si son capaces de sobrevivir a un viaje espacial o traspasar nuestra atmósfera.

Tomado de:

El Mundo Ciencia

18 de febrero de 2010

"Somos polvo de estrellas"


Viernes, 19 de febrero de 2010

"Somos polvo de estrellas"

Carl Sagan

Carl Edward Sagan (1994 - 1996) fue un popular astrónomo y divulgador científico de Estados Unidos. Fue pionero en campos como la exobiología y promotor del proyecto SETI (literalmente Búsqueda de inteligencia extraterrestre). Conocido por el gran público por la serie para la televisión de Cosmos: Un viaje personal, presentada por él mismo y escrita junto con su tercera y última esposa, la científica Ann Druyan (también estuvo casado con la prestigiosa bióloga Lynn Margulis). Fue titular de la cátedra de astronomía y ciencias del espacio de la Universidad Cornell en Estados Unidos.

"Somos polvo de estrellas". Esta frase, doblemente hermosa porque es tan poética como científica, fue enunciada por el gran científico (y pensador) Carl Sagan (1934-1996). Su fundamento es bastante sencillo, si tenemos en cuenta la evolución del universo.

¿Cómo se generaron todos los elementos, el carbono, hierro, azufre, etc., los que nos rodean en nuestro día a día y de hecho forman los cimientos de nuestra propia existencia a nivel molecular?

La respuesta es tan hermosa como simple: En el interior de las estrellas.

Las estrellas mantienen su energía a partir de la fusión termonuclear, originalmente por el hidrógeno. Cuatro núcleos de hidrógeno se convierten en uno de helio y este proceso es el que genera la energía en las estrellas. Cuando el hidrógeno se agota, comienza este proceso pero ahora con el helio, convirtiéndose en elementos más pesados, como el carbono.

Si la estrella tiene mucha masa, este proceso continúa y cada vez son más pesados los elementos (como el Magnesio, Azufre, Silício, Niquel, Cobalto, Hierro, etc.). Si es muy masiva, la estrella explotará lanzando energía y materia (aunque en realidad se va desprendiendo de material antes).

Cuando queman (fusionan) todo su "combustible" disponible, hay estrellas que simplemente quedan como cuerpos masivos inertes, pero a menudo, debido a su tamaño y/o temperatura, cuando llega ese momento la estrella se colapsa y estalla en lo que se conoce como una "supernova". Ese estallido lanza al espacio todo un "huracán de polvo estelar" compuesto de esos elementos más pesados que el hidrógeno, un vendaval que provoca a su vez que en zonas cercanas del universo se comiencen a producir nuevas condensaciones de materia, que darán lugar a futuras estrellas, que a su vez estallarán algún día, etc.

Todo este proceso de estrellas que explotan y expulsan materia que alimenta a su vez a otras estrellas, repetido a través de unos cuantos miles de millones de años, da lugar a lo que hoy conocemos: en algún momento dado la materia pesada se va agrupando y se condensa alrededor de estrellas en forma de planetas, y en algún momento dado, si las condiciones son adecuadas, en varios (o muchos) de esos planetas, los "ladrillos" fundamentales de carbono que algún día nacieron en el interior de una estrella se transforman en VIDA orgánica.

La impresión de "infinito" que nos produce mirar al firmamento en una noche clara la podemos sentir también cada vez que miramos a nuestro alrededor y recordamos que TODOS y cada uno de los átomos que forman TODA esa materia que nos rodea (incluidos nosotros mismos) no es ni más ni menos que "polvo de estrellas".

Lawrence Krauss, el autor de Historia de un Átomo, nos lo resume en este video de 1:48 minutos (ni más ni menos). Asimismo usted descubrirá por que ya no debe seguir creyendo en Jesús (si es que usted, por casualidad, cree en él).



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Fuentes:

El listo que todo lo sabe

Revolución Naturalista

Busque en la red "Historia de un átomo" de Krauss pero no lo encontré. Pero me top con este magnífico relato, altamente recomendable:

Historia de un átomo de hierro
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