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22 de septiembre de 2012

Los últimos días de Betelgeuse

Betelgeuse, a unos 640 años luz de la Tierra en la constelación de Orión, puede parecer una estrella más en el cielo nocturno, aunque en realidad es una de las estrellas más brillantes de las que podemos disfrutar. Particularmente, esta gigante siempre me llamo la atención, ya desde niño soñaba con los mundos que la rodearían, pero como muestra esta imagen infrarroja del Observatorio Europeo Austral (ESO), Betelgeuse se está cayendo a pedazos … literalmente .

Esta imagen de la nebulosa en torno a la dramática de color rojo brillante estrella supergigante Betelgeuse fue creado a partir de imágenes tomadas con la cámara VISIR de infrarrojos en el Very Large Telescope (VLT). Esta estructura, parecida a  llamas que emanan des la estrella, son formadas porque el gigante se está despojando de su material lanzandolo hacia el espacio. Las emanaciones de gas observadas con anterioridad se reproducen en el disco central. El pequeño círculo rojo en el centro tiene un diámetro de cerca de cuatro veces y media la órbita de la Tierra y representa la ubicación de la superficie visible de Betelgeuse. El disco negro corresponde a una parte muy brillante de la imagen que se ocultó a permitir que la nebulosa débil sea vista. Crédito ESO

Betelgeuse esta emitiendo enormes nubes de plasma hacia el espacio estelar desde hace algún tiempo, como si padeciese de gases estomacales, y esto es un síntoma de la edad de la estrella y de su tamaño. Betelgeuse es una estrella supergigante roja, con apenas una fracción de la edad de nuestro sol, pero es tan masiva (18 veces la masa del Sol) que al igual que las viejas glorias del rock,  vive rápido y muere joven.Con apenas 10 millones de años de edad, la estrella se ha quedado sin hidrógeno en su núcleo, ahora está comenzando a fusionar el helio, creando carbono y oxígeno, lo que provoca que Betelgeuse se “infle” hasta alcanzar proporciones gigantescas, casi inimaginables. Si Betelgeuse fuese nuestro sol, ocuparía todo el sistema solar interior llegando incluso a la órbita de Júpiter, la tierra simplemente no existiría, se habría evaporado en su superficie.


El interior de la estrella es un lío burbujeante y violento, con enormes columnas de plasma caliente que deforman la estrella. Las observaciones ya habían demostrado hace tiempo que esta estrella tenia “bultos”, como si de grandes tumores se tratasen, en lugar de ser un objeto esférico, casi perfecto, parece una patata deformada. También se aprecian algunos indicios de que la estrella empieza a contraerse, lo que podría revelar que está cerca (en escalas de tiempo cósmicas) al borde del colapso, para finalmente explotar como una  supernova, pero no hay que entrar en pánico, pese a que los agoreros les encante lanzar sus oscuros presagios, mi vieja amiga Betelgeuse no plantea ninguna amenaza para la vida en la Tierra.

Este gráfico muestra la ubicación de la estrella supergigante Betelgeuse (Alpha Orionis) en la famosa constelación de Orión (el Cazador). Este mapa muestra la mayor parte de las estrellas visibles a simple vista bajo buenas condiciones y la estrella en sí está marcada con un círculo rojo. Aunque la estrella en sí misma es claramente visible a simple vista, la nebulosa a su alrededor no puede verse con cualquier telescopio. Crédito ESO
En las últimas etapas de la vida de una estrella supergigante roja, enormes cantidades de material se esparcen hacia el espacio. Como muestra esta imagen de ESO, Betelgeuse está creando una vasta nebulosa de frío polvo, nunca antes vista, y se extiende a más 60 millones de kilómetros de su superficie.

En el centro de la imagen, el pequeño disco rojo es Betelgeuse y la nube circundante (dentro del disco negro) pertenece a observaciones anteriores del plasma que eructó al espacio. La nube de colores que rodea el disco negro pertenecen a las observaciones de la European Southern Observatory (ESO) y las nuevas medidas aportadas por el Very Large Array (VLA).

La nebulosa se extiende como nunca se había visto antes, pero como Betelgeuse es tan brillante que eclipsa por completo la luz que emite esta nebulosa. Al utilizar el instrumento VISIR VLA para bloquear la luz que emite directamente Betelgeuse, la nebulosa (compuesta muy probablemente por sílice y polvo de alúmina) brilla en longitudes de onda infrarrojas debido a que es calentada por la estrella. Vale la pena señalar que a pesar de tener una apariencia llameante, en realidad está compuesta de material frio, por lo que sólo puede ser detectada en longitudes de onda infrarrojas. Las longitudes de onda cortas infrarrojas se representan con un brillo azul y las longitudes de onda más largas del infrarrojo se representan con un resplandor rojo.

Esta es una vista maravillosamente íntima de la muerte de una estrella masiva, y con la ayuda de la VLA, tendremos un asiento de primera fila para el velatorio final.
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