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5 de noviembre de 2012

Jugando a la velocidad de la luz (bueno, a casi a la velocidad de la luz)



A Slower Speed of Light [Windows, Mac] es un juego diseñado por el MIT Game Lab para hacer que la Relatividad sea menos rara de lo que le parece a mucha gente que es. Si esto se puede conseguir jugando… ¿Por qué no?

El objetivo es recoger unas esferas repartidas por el escenario, algo bastante típico. Pero aquí entra en juego la componente física del juego: al tocar cada una de las esferas se reduce la velocidad de la luz del universo en que se desarrolla la acción, de modo que se aproxima a la velocidad del caminar de la persona. Entonces se pueden examinar todas esas cosas raras que suceden debido a los efectos relativistas: el efecto Doppler, la dilatación temporal, las transformaciones de Lorentz y otros.

Tomado de:

4 de noviembre de 2012

La prueba que necesitaba Einstein está en tu bolsillo

¿Tienes un teléfono con GPS en tu bolsillo? Entonces tienes la prueba de que Einstein tenía razón cuando enunció su teoría de la relatividad especial y general.


Moneda alemana conmemorativa sobre la obra de Albert Einstein.

Pero, ¿qué me estás contando? Sí, ya sé que suena un poco loco, pero vamos a ir por partes y explicar primero grosso modo cómo funciona un GPS.

Cómo funciona un GPS (in a nutshell)

El sistema de posicionamiento global funciona gracias a un conjunto de satélites, en concreto 24, formando una  constelación que nos permite tener en todo momento 4 “a la vista”. Además hay 7 satélites de reemplazo. Los satélites orbitan alrededor de la tierra emitiendo continuamente datos sobre su posición y tiempo. Y es que un satélite del sistema GPS es básicamente un reloj atómico que da vueltas alrededor de nuestro planeta. Los satélites contienen además unos propulsores para realizar correcciones en su órbita.


Constelación de satélites GPS

Por otro lado, existe una serie de estaciones de seguimiento en tierra, además de una estación base, desde las que se controla el funcionamiento de los satélites y se les envía instrucciones cuando hay que hacer correcciones.

Finalmente tenemos el terminal de usuario. En este caso, se trata de un receptor que “escucha” en el ancho de banda correspondiente a las señales GPS (1575.42 MHz para la señal civil) y realiza los cálculos necesarios para obtener su posición.

Todo el sistema de satélites y estaciones base ha sido creado y mantenido por el departamento de defensa de EEUU; esta es una de las razones por las que la UE está preparando ahora su sistema Galileo, que será compatible con GPS y, aparte de evitar la dependencia de este sistema, permitirá una mejor localización en zonas cercanas a los polos. Actualmente, el servicio GPS es muy poco fiable cuando se usa en latitudes cercanas a los polos.

Qué información envía un satélite y cómo se usa

Los satélites GPS emiten a varias frecuencias, pero vamos a centrarnos en la que nos importa a los civiles, ya que el resto están codificadas y son de uso gubernamental y militar.

La señal civil de GPS consta de paquetes (frames) de 1500 bits (±188 bytes) que a su vez se dividen en 5 subpaquetes (subframes) de 300 bits cada uno.


Formato de un paquete de datos usado por GPS

En cada subframe se envía la siguiente información:
  • Subframe 1: información de salud del satélite y valores de corrección para el cálculo de posición.
  • Subframe 2 y 3: “efemérides” del satélite. Aquí van entre otras cosas los datos de órbita del satélite, el tiempo de su reloj atómico cuando emitió la señal, datos de configuración… Todo lo necesario para realizar los cálculos de posición.
  • Subframe 4: (almanac) información de los satélites auxiliares y otros datos.
  • Subframe 5: (almanac) información resumida de efemérides y salud del resto de 24 satélites del sistema principal.
De esta forma, en cada envío del satélite recibimos los subframes del 1 al 3 completo y una de las 25 partes de las que consta la información completa de los subrames 4 y 5. Para el cálculo de posición realmente lo que vamos a necesitar son los 3 primeros subframes. La información recibida en los campos almanac es necesaria, pero tiene un vigencia muy larga y casi siempre es válida la que ya tiene almacenada nuestro dispositivo.

El ancho de banda con el que se envía esta señal es de 50bps, es decir, se necesitan 30 segundos para recibir un frame completo. El satélite emite continuamente estos paquetes, por lo que un mensaje completo de 25 frames se completaría en unos 13 minutos.

Los primeros satélites se pusieron en órbita entre 1978 y 1985. El acceso civil al servicio se permitió a partir de 1983, aunque ha habido periodos de indisponibilidad, como durante la guerra del golfo (1990-1991). En 1993 se autorizó el uso civil libre de cargo, es decir, gratis.

Y cómo se calcula la posición

Las órbitas de los satélites están calculadas para que en todo momento podamos tener disponible la señal de cuatro satélites en cualquier punto de la Tierra. El método usado para realizar el cálculo de la posición se llama trilateración.

Cada satélite, como hemos dicho anteriormente, emite sus datos de posición en el espacio, y el valor de tiempo de su reloj atómico cuando se emitió la señal. Si nuestro aparato estuviera sincronizado con esa hora atómica, podría calcular el tiempo que ha tardado en llegar la señal a su posición.

Mediante un cálculo que tiene en cuenta el retraso que sufrirá la luz por el efecto de la atmósfera, se puede calcular la distancia que ha recorrido la señal en ese tiempo: r(t). Con ese dato tendremos una primera esfera (en este caso de ejemplo una circunferencia) con centro en la posición del satélite y radio igual a la distancia recorrida por la señal.

 

Con la señal de un segundo satélite se puede realizar el mismo cálculo, con lo que obtendremos dos puntos en los que se cruzan las circunferencias (si tuviéramos esferas obtendríamos una elipse en su intersección).

Con la señal de un tercer satélite, conseguimos un solo punto en el que coinciden las tres circunferencias, que será nuestra posición si estuviéramos haciendo el cálculo en 2 dimensiones. Cuando hacemos en cálculo en 3 dimensiones en este punto tendríamos 3 esferas y dos puntos de intersección, por lo que necesitaríamos una cuarta esfera para obtener un solo punto.

¿Nuestro GPS tiene la hora atómica para poder realizar este cálculo? En principio no, la hora atómica, o mejor dicho la diferencia de tiempo entre la hora interna de nuestro GPS y la hora atómica de los satélites es un parámetro más a calcular.

Así tenemos los valores para cada uno de los satélites y nuestro GPS deberá calcular sus propios valores para .

Cuatro incógnitas, cuatro ecuaciones y cuatro satélites, parece que la cosa cuadra. No obstante hemos dicho que se puede llegar a hacer el cálculo con tres satélites.

Cuando tenemos 3 satélites y por tanto tres esferas para realizar el cálculo, tenemos dos puntos candidatos a ser la posición de nuestro GPS, pues bien, uno estará en el espacio y otro en la superficie de la tierra, así que es fácil descartar uno de los dos.

El cálculo no es tan sencillo como puede parecer, ya que hay que tener en cuenta la desviación de la onda electromagnética que emite el satélite por la atmósfera y el retraso que se produce al viajar en un medio distinto del vacío; además, la señal puede rebotar en objetos cercanos al receptor y puede recibirse más de una vez. El aparato que realiza el cálculo de posicionamiento tiene que tener en cuenta todas estas fuentes de error y finalmente el cálculo de la posición no se hace con una simple resolución de 4 ecuaciones de 4 incógnitas, sino que se utilizan técnicas de análisis numérico.

Tu propio reloj atómico

Hemos dicho que además de las tres coordenadas de posición, se calcula también una cuarta que es el tiempo. Esta cuarta coordenada es el tiempo atómico mantenido por el sistema GPS. Todos los satélites están sincronizados y cuando se realiza un posicionamiento el dispositivo GPS en cuestión pasa a estar sincronizado con estos. Pues bien, esta es una utilidad muy importante para muchos laboratorios que realizan investigaciones en las que la precisión en el tiempo es muy importante. En lugar de instalar un reloj atómico, es suficiente con instalar un receptor GPS en el laboratorio y de esa forma mantener sincronizados sus relojes continuamente con la hora atómica del sistema GPS.

¿Por qué no funciona el GPS dentro de edificios y túneles?

La transmisión se realiza a 1575.42 MHz, una frecuencia que no permite que la señal atraviese obstáculos como edificios o montañas, aunque algunos GPS en dispositivos móviles pueden resolver este problema obteniendo su posición mediante triangulación de antenas móviles.

¿Por qué el GPS en mi móvil es tan rápido y el de mi coche tan lento cuando lo enciendo?

Los móviles con GPS normalmente llevan una modalidad denominada A-GPS o GPS asistido. Lo que hacen es aprovechar su conexión a internet para obtener datos de configuración de los satélites de una forma más rápida que si tuvieran que obtenerlos a través de los propios satélites. Además, pueden utilizar funciones de la red para mejorar el cálculo de la posición o incluso realizarlo.

En cambio, un GPS sin conexión a internet depende únicamente de la señal de los satélites para obtener la información de efemérides almanac, necesarios para los cálculos. La información de efemérides tiene una validez de 2-6 horas y si no está disponible necesitamos esperar unos 45 segundos para que se descargue por completo en nuestro dispositivo. La información de almanac tiene una vigencia mayor, pero de perderla necesitaremos más de 12 minutos para recibirla al completo.

Todo esto está muy bien, pero ¿qué pasa con Einstein?

Al principio hablábamos de Einstein, y es que Albert tiene mucho que decir en el funcionamiento del GPS.
Como hemos dicho, cada satélite del sistema esta continuamente emitiendo su órbita, coordenadas y el tiempo que marca su reloj atómico. Pues bien, la clave está en el reloj y en la velocidad del satélite y su altura.

La teoría de la relatividad especial tiene como consecuencia que un reloj que viaja a una velocidad mayor que otro reloj, atrase respecto a este último.

La teoría de la relatividad general tiene como consecuencia que los relojes que se encuentran en un campo gravitatorio mayor (más afectados por la fuerza de la gravedad) atrasan respecto a los que se encuentran en uno menor.

Un satélite del sistema GPS da varias vueltas al día a la Tierra a una gran velocidad (unos 12.000 km/h), por lo que su reloj atrasa respecto a uno situado en la Tierra al ir a mayor velocidad que este último. Por otro lado, el satélite se encuentra menos afectado por la gravedad terrestre que uno situado en la superficie, así que irá más rápido el reloj del satélite que uno situado en la Tierra. En concreto, los satélites GPS orbitan a una altura de unos 20.000 km.

Sumando los dos efectos, el resultado final es que un reloj en una de las órbitas del sistema GPS es más rápido que un reloj en la superficie terrestre (el efecto gravitatorio es mayor que el producido por la velocidad). En concreto, el adelanto es de unos 38 milisegundos al día. Parece un adelanto bastante ridículo, pero lo parece menos si sabemos que un error de esta magnitud en el tiempo lleva al sistema de GPS a un error de 10 km en la posición a lo largo de un día.

El ajuste sobre los satélites se lleva a cabo reduciendo la frecuencia a la que funcionan los relojes atómicos para ajustar esos 38 milisegundos de adelanto.

Antes de los satélites GPS, la NASA ya había hecho una prueba para demostrar el adelanto de un reloj atómico en un campo gravitatorio menor:

Y no hace mucho se lanzó Gravity Probe B, que demostró otras consecuencias de la teoría de la relatividad general.

Gran parte de la historia de la física en el sistema de posicionamiento

Hemos visto, que para calcular nuestra posición con el sistema GPS se usan las teorías de la relatividad general y especial de Einstein, las leyes de Kepler (para el cálculo de órbitas), los conocimientos sobre la desviación de las ondas electromagnéticas en distintos medios (para calcular la desviación de las señales por la acción de la atmósfera) e incluso se tiene en cuenta el efecto doppler en los terminales, ya que se están moviendo y por tanto ese movimiento afecta a la forma en la que se recibe la señal.

En definitiva, cuando encendemos un GPS estamos ante una maravilla de la tecnología y una demostración del conocimiento físico que tenemos desde Kepler hasta Einstein. Como dijo Newton en una ocasión: “Si he visto más lejos es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes”.

Fuente:

27 de octubre de 2012

¿Qué verías si viajaras a la velocidad de la luz?

Velocidad de la luz

Como un tubo sería la visión de nuestro entorno si viajáramos a la velocidad de la luz.

Einstein se hizo a sí mismo esta pregunta cuando tenía 16 años y en su búsqueda de una respuesta desarrolló la teoría de la relatividad. 

Según ella, la velocidad de la luz es una constante universal, por lo tanto, la misma para cualquier observador.

Eso implica que las duraciones y los intervalos de tiempo no son absolutos, sino que varían de acuerdo a cómo los objetos se mueven en relación con otros, así la medida de la velocidad de la luz siempre arroja el mismo resultado.

Luego de la publicación en 1905 de estas asombrosas ideas de Einstein, hubo un extenso debate sobre el impacto visual de estos resultados.

Los argumentos se centraron en si los efectos previstos –como la contracción de las duraciones- podían ser observados, dado que ambos efectos en sí mismos y cualquier intento por observarlos serían afectados por la velocidad de la luz.

Tomó décadas llegar a respuestas definitivas, pero ellas apuntan a que la forma, brillo y color de los objetos son afectados.

Por ejemplo, si un observador caminara por la calle a una velocidad cercana a la de la luz, vería los edificios de ambos lados encorvándose hacia arriba, creando la sensación de ir viajando por un tubo. Entre tanto, hacia adelante se visualizaría blanco brillante mientras hacia atrás todo se desvanecería hacia la oscuridad.

Fuente:


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26 de septiembre de 2012

¿Como se “pesa” una partícula?

En física de partículas hay partículas ligeras y partículas pesadas, un electrón con 0.5 MeV/c2 sería una partícula ligera, el bosón de Higgs con 126 GeV/c2 (126 000 MeV/c2) sería una partícula bastante pesada. Al protón lo encontraríamos en la mitad de estos dos con alrededor de 1 GeV/c2. Pero, ¿de que masas estamos hablando, cuanto es en kilogramos? y más aun ¿cómo se miden?


Veamos el extremo inferior ¿cuanto ‘pesa’ un electrón? Si cogiéramos una balanza y consiguiéramos medir su masa veríamos que esta es de 9 10-28 gramos o lo que es lo mismo 0.0000000000000000000000000000009 kg. Podéis ir a comprobar vuestra balanza en casa que seguro que no llega a esta precisión (si el manual dice lo contrario esta mintiendo). La medición más precisa que se ha realizado midió hasta los yoctogramos (un yoctogramo es 10-24 gramos) y fue realizada por un equipo del Institut Català de Nanotecnologia. Por medio de un sensor formado por nanotubos consiguieron medir la masa de un átomo de Xenón (54 protones y 77 neutrones). Consiguieron medir su masa con precisión de un protón (1.7 yoctogramos). Esto es realmente impresionante, pero es aun mucho mayor que el electrón. 

Entonces, ¿cómo conseguimos medir el electrón que es mil veces menos pesado?

Para ello tenemos que recurrir a la más famosa ecuación de Einstein, la que nos dice que energía es igual a masa E=mc2. Bueno, en realidad no ha esta ecuación sino a la más general:


E^2 = (\vec{p} c)^2 + (m c^2)^2


donde E es la energía de la partícula, \vec{p} es el momento m \vec{v}, m es la masa y c es la velocidad de la luz.  Si para una partícula conocemos cada uno de los valores (energía y momento) podemos usando la ecuación calcular su masa. Esto es lo que se hace en los detectores de partículas. Como ya vimos en la entradas anteriores (event displays I y event displays II) los detectores están diseñados para conseguir medir con gran precisión estos dos valores de forma que podemos calcular la masa como : 


m = \displaystyle\frac{1}{c^2} \sqrt{ E^2 - (\vec{p} c)^2}


para mayor información en como se miden E y \vec{p}, ver las entradas. Pero pondré un pequeño ejemplo de como se han medido las masas de la mayoría de los iones. Para ello lo más fácil sería utilizar un espectrómetro de masas (abajo). Este dispositivo se basa en el uso de campos eléctricos y magnéticos conocidos. Si introducimos una partícula cargada dentro de un campo eléctrico esta sufrirá una aceleración debido al campo. Si además suministramos un campo magnético su dirección se cambiará (física general). La curvatura de la trayectoria depende de la relación masa / carga, con lo que conocida su carga podemos obtener la masa con gran precisión.

 

Pero esto no funcionaría con una partícula como el bosón de Higgs o los bosones Z / W, estas partículas son inestables, viven muy poco tiempo y se desintegran rápidamente. No podemos producirlas y hacerlas pasar por un espectrómetro de masas a nuestra voluntad. Tampoco podemos utilizar la formula de arriba ya que su vida es tan corta que no permite medir su energía y momento. ¿Como se hace entonces? Bueno, para ello tenemos que aplicar las leyes de conservación. Sabemos que la energía y el momento se conservan en los procesos físicos. Buscaremos las partículas en las que se desintegró el bosón (o la partícula inestable que queremos medir). Estas partículas tienen que ser estables de otro modo nos encontramos con el mismo problema que antes. Para estos productos de desintegración, que llamaremos (1) y (2), mediremos su energía y momento.  Podremos entonces calcular la masa de la partícula inicial como :


m_Z^2=\Big(\displaystyle\frac{E_1}{c^2}+\displaystyle\frac{E_2}{c^2} \Big)^2-\Big(\displaystyle\frac{\vec{p_1}}{c}+\displaystyle\frac{\vec{p_2}}{c}\Big)^2


así pues hemos obtenido la masa de la partícula inestable, a este valor se lo conoce como masa invariante

Así se reconstruyeron y descubrieron los bosones Z y W por ejemplo. En la actualidad el bosón Z se crea en grandes cantidades en el LHC. Su masa es conocida con gran precisión y también los productos de su desintegración. Si observáramos al bosón Z desintegrarse veríamos que el 3% de las veces se desintegra a dos electrones. Si consiguiéramos aislar los sucesos donde el bosón se ha desintegrado en electrones y calculáramos la masa invariante obtendríamos el gráfico de abajo. En los datos de las colisiones no es posible aislar completamente del resto las colisiones donde se ha producido un bosón Z. Hay procesos que pueden dar también dos electrones sin ser el resultado de la desintegración del bosón. Esto significa que si utilizáramos datos reales de colisiones en vez de una simulación como es este caso, el pico sería más difícil de distinguir.



 

Fuente: 

Puedes «descargar» en tu iPad el cerebro de Albert Einstein y observarlo en detalle


La aplicación para iPad NMHMC Harvey Collection (7,99€), publicada por el National Museum of Health and Medicine Chicago,
Permite a cualquier persona examinar el cerebro del Nobel en Física Albert Einstein como si estuviera mirándolo con un microscopio.
Son imágenes en alta resolución de la colección de muestras del Dr. Thomas Harvey, el patólogo que hizo la autopsia a Albert Einstein en 1955, el cual extrajo el cerebro del físico alemán, lo troceó en 170 partes y lo cortó en cientos de láminas para su estudio y conservación.

Vía Techland.

Tomado de:

15 de septiembre de 2012

Confirman al 99,996% que la energía oscura es real

Comentario de "Conocer Ciencia": 

En el fondo vienen a decir que la "energía oscura" es símplemente que la gravedad funciona de un modo diferente al que se creía (que es lo que señalan al final del artículo). O sea que "energía oscura" es una especie de eufemismo para no decir directamente que probablemente tendrán que cambiar algunas cosas.
 
Que una cosa es que digan que la ciencia sea objetiva y está dispuesta a cambiar sus conocimientos establecidos y otra es que los egos de algunos científicos lo admitan (numerosos casos a lo largo de la historia de la ciencia, por cierto, Einstein incluído).
 
Lo de la materia y la energía oscura son como el éter y el flogisto del s. XIX o la constante cosmológica del s.XX 

Ahora los dejo con la noticia vía Europa Press:

Energía oscura
Foto: NASA/ESA/JPL-CALTECH/YALE/CNRS
   
Astrónomos de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) han llevado a cabo un estudio que señala que la energía oscura, que procede de la misteriosa sustancia que se cree que ha participado en la aceleración de la expansión del Universo, existe realmente. Concretamente, su estudio apunta a que las probabilidad de su existencia son de un 99,996 por ciento.
   
Hace una década, los astrónomos observaron el brillo de las supernovas distantes y se dieron cuenta de que la expansión del universo parece estar acelerándose. Esta aceleración se atribuye a la fuerza de repulsión asociada con la energía oscura que, según las teorías actuales se cree que forma 73 por ciento del cosmos.
   
A pesar de que los investigadores que hicieron este descubrimiento, Saul Perlmutter, Brian P. Schmidt y Adam G. Riess, recibieron el Premio Nobel de Física en 2011, la existencia de la energía oscura continúa siendo un tema de debate entre la comunidad científica.
   
Hasta ahora se han utilizado numerosas técnicas para confirmar la realidad de la energía oscura. Una clara evidencia de esta energía proviene del Sistema de Detección Integrado Sachs-Wolfe. Esta teoría señala que el fondo cósmico de microondas, la radiación del calor residual del Big Bang, se ve por todo el cielo, de manera que esta radiación se volvería un poco más azul a su paso por los campos gravitatorios de grumos de materia, un efecto conocido como corrimiento al rojo gravitacional.
   
En 1996, dos investigadores canadienses llevaron esta idea al siguiente nivel. Su trabajo sugiere que los astrónomos pueden buscar estos pequeños cambios en la energía de la luz (fotones) comparando la temperatura de la radiación con mapas de galaxias en el universo local.
   
De este modo, en ausencia de la energía oscura no habría correspondencia entre los dos mapas (el de fondo de microondas cósmico distante y el de la distribución de galaxias relativamente cercano), pero si esta existiera supondría el efecto contrario: los fotones del fondo cósmico de microondas ganarían energía al pasar por grandes trozos de masa.
   
El Sistema de Detección Integrado Sachs-Wolfe, utilizado por primera vez en 2003 fue considerado inmediatamente como una prueba fehaciente de que la energía oscura existe, de hecho fue nombrado 'descubrimiento del año' por la revista 'Science'.
   
Sin embargo, también ha tenido sus detractores, que indicaban que la señal de energía oscura obtenida era demasiado débil, por lo que algunos científicos sugirieron que podría ser consecuencia de otras fuentes, como el polvo de la Vía Láctea.
   
Ahora, el nuevo estudio, publicado en 'Monthly Notices' de la Royal Astronomical Society,  ha investigado, a lo largo de dos años, esta teoría y ha examinado todos los argumentos en contra del Sistema de Detección Integrado Sachs-Wolfe. En este trabajo, el equipo ha mejorado los mapas utilizados en la obra original y, gracias a este análisis se ha llegado a la conclusión de que existe una probabilidad del 99,99 por ciento de que la energía oscura sea responsable de las partes más calientes de los mapas del fondo cósmico de microondas.
   
El autor principal del trabajo, Giannantonio Tommaso, ha apuntado que, además "este trabajo también habla de las posibles modificaciones a la teoría de Einstein de la relatividad general".
   
A su juicio, "la próxima generación de fondo de microondas cósmico, y los futuros estudios de galaxias, deberían proporcionar la medición definitiva, ya sea la que confirma la relatividad general, incluyendo la energía oscura, o incluso más intrigante, exigiendo una comprensión completamente nueva de cómo funciona la gravedad".

Fuente:


20 de agosto de 2012

La estructura algebraica del Universo


Para el profano toda la matemática es lo mismo y, sin embargo, no todas las matemáticas son creadas iguales. Existe una rama de ellas que es tremendamente abstracta, tanto que sólo los matemáticos especializados en ella le encuentran algún sentido: el álgebra abstracta. Paradójicamente el universo parece recogerse en ella.

El álgebra como abstracción comenzó su camino a finales del siglo XVIII y floreció en el XIX. Sin embargo, cada uno de sus pasos se encontró con la incomprensión de la mayoría de los matemáticos con mentalidades más clásicas (enfocadas a la geometría) o más modernas (fascinadas por el análisis y sus aplicaciones en física e ingeniería). Este fue el caso de Abel, Ruffini, Galois o Grassmann. El caso de este último es muy ilustrativo: hoy día cualquier estudiante universitario que haya tenido un curso de matemáticas ha estudiado a Grassmann sin saberlo, es lo que llamamos álgebra lineal. Grassmann en su día tuvo que abandonar las matemáticas por la incomprensión de un Cauchy, un Möbius o un Hamilton y dedicarse a su otra pasión, el sánscrito, lo que, esta vez sí, le granjeó un doctorado honorífico por la Universidad de Tubinga. Y es que esas abstracciones suyas de vectores y espacios vectoriales no tenían utilidad alguna, no digamos ya grupos, anillos o cuerpos.

En 1960 Eugene Wigner escribió un ensayo titulado “La irrazonable efectividad de las matemáticas en las ciencias naturales” en el que se maravillaba de que estos productos de la pura abstracción humana, estos grupos y matrices, estos espacios y variedades, terminasen siendo imágenes de cosas reales o procesos reales en el mundo real. Y es que la revolución de la física de la primera mitad del siglo XX encontró apoyo en las ideas más abstractas del siglo XIX para la descripción tanto del universo a gran escala como del interior del átomo. De hecho, las física más especulativa del siglo XXI también se apoya en los aspectos más abstractos del álgebra del siglo XX. Veamos, a título de ilustración y sin ánimo de ser exhaustivos, algunos ejemplos.

Teoría especial de la relatividad (1905)

Las mediciones del espacio y el tiempo realizadas en un marco de referencia pueden ser “traducidas” a mediciones hechas en otro (que se mueve, por supuesto, a una velocidad constante con respecto al primero) mediante la transformación de Lorentz. Estas transformaciones pueden incluirse en un modelo como rotaciones de un sistema de coordenadas en un cierto espacio de cuatro dimensiones. En otras palabras, un grupo deLie (1870).

Teoría general de la relatividad (1916)

El espacioteimpo de cuatro dimensiones se curva (distorsiona) por la presencia de materia y energía. Para describir este fenómeno adecuadamente hemos de recurrir al cálculotensorial, iniciado por Hamilton (1846), desarrollado por Ricci-Curbastro (1890) basándose en Riemann y Grassmann, y popularizado por Levi-Civita (1900).

Mecánica cuántica matricial (1925)

Cuando el joven Werner Heisenberg estaba trabajando con las frecuencias de las radiaciones emitidas por un átomo que “salta” de un estado cuántico a otro, se encontró mirando varios cuadros de datos que tenían como característica que el número de la columna n-ava de la fila m-ava representaba la probabilidad de que un átomo “saltase” del estado m al estado n. La lógica de la situación le indicaba que tenía que multiplicar estos cuadros entre sí y sugirió la única técnica adecuada para hacerlo. Pero, cuando intentó llevar a cabo la multiplicación efectiva, se encontró con la sorpresa de que no era conmutativa. Multiplicar el cuadro A por el cuadro B no era lo mismo que multiplicar el cuadro B por el cuadro A. ¿Qué estaba pasando? Su suerte fue que investigaba en la Universidad de Gotinga y Emmy Noether y David Hilbert le explicaron muy amablemente la teoría de matrices que Cayley ya recogía en un libro de texto (1858), y las contribuciones posteriores de Hamilton, Frobenius y Cauchy, entre otros.

Hadrones y quarks (1964)
Para comienzo de los años 60 del siglo XX los físicos habían descubierto todo un mundo de partículas subatómicas llamadas hadrones. Murray Gell-Mann, a la sazón un joven investigador en el Instituto de Tecnología de California, se dio cuenta de que las propiedades de los hadrones, si bien no seguían un patrón lineal evidente, adquirían sentido como parte de un grupo de Lie, uno que aparece cuando estudiamos las rotaciones en un espacio bidimensional cuyas coordenadas sean números complejos. Trabajando con esta idea y los datos, Gell-Mann se dio cuenta de que su primera impresión era superficial. El grupo equivalente de 3 dimensiones complejas explicaba muchas más cosas pero requería de la existencia de partículas que aún no se habían observado. Gell-Mann se fió de su intuición, sus datos y las matemáticas y publicó lo que había encontrado. Las partículas que había predicho Gell-Mann dieron en llamarse quarks.

Teoría de cuerdas (1985)

Trabajando con algunas ideas de Riemann, Erich Kähler propuso en los años 30 del siglo XX una familia de variedades que tienen una propiedades generales muy interesantes. Cada superficie de Riemann, por ejemplo, es una variedad de Kähler. Entre 1954 y 1957 Eugenio Calabi identificó una subclase de variedades de Kähler y conjeturó que su curvatura debía tener un tipo de simplicidad muy interesante. Esta conjetura de Calabi fue demostrada por Shing-tung Yau en 1977.

En 1985 el grupo de investigación de Edward Witten se refirió a esta subclase de variedad como Calabi-Yau en un trabajo en el que identificaban su lisura (suavidad, ausencia de irregularidades), la simplicidad de su curvatura, como el trasfondo ideal en el que ubicar los movimientos de las cuerdas que, según la teoría, nuestros instrumentos interpretan como toda la variedad de partículas subatómicas y fuerzas, incluida la gravedad. El hecho de que la variedad de Calabi-Yau tenga 6 dimensiones parece muy raro, pero resulta que 3 de ellas están “plegadas” desde nuestra perspectiva macroscópica, de la misma forma que una maroma de barco manifiestamente tridimensional parece unidimensional a una distancia suficiente.

Una vez dije en una conferencia que la física del futuro, la descripción del universo que compartirán nuestros nietos, existe ya en la facultad de matemáticas. Eso sí, puede que la distribución no sea isótropa, y haya algo más concentración en los departamentos de álgebra.
 
Fuente:
 

22 de mayo de 2012

Condiciones que puso Einstein a su mujer para seguir juntos

Aunque Albert Einstein y Mileva Maric no se casaron hasta 1903, un año antes ya habían sido padres de Lieserl que, lamentablemente, falleció antes de cumplir un año. Este hecho, desconocido hasta 1986 cuando se descubrió un lote de cartas entre Albert y Mileva, truncó la prometedora carrera académica de Mileva. En 1903 se casan en Berna (Suiza) y Mileva se dedica a criar sus hijos, Hans Albert (1904) y Eduard (1910), y a seguir a su marido a los diferentes destinos laborales: Berna, Zurich, Praga y Berlín.
Einstein y Mileva

La relación comenzó a deteriorarse y el traslado a Berlín, al que Mileva se opuso desde el principio, acabó por darle la puntilla. A pesar todo, y pensando en sus hijos, decidieron continuar juntos… pero con las condiciones que Einstein le impuso a su, todavía, esposa:
  1. Deberás asegurarte de:
    • mantener mi ropa y la del hogar en buen estado.
    • servirme tres comidas en mi habitación.
    • mantener mi dormitorio y el estudio limpios, y debe quedar claro que mi mesa de trabajo es para mi uso exclusivo.
  2. Renunciarás a cualquier tipo de relación personal conmigo en la medida en que no sean estrictamente necesarias por razones sociales. En concreto, renunciarás a:
    • sentarte en casa junto a mi.
    • pasear o viajar juntos.
  3. Tendrás en cuenta los siguiente puntos:
    • no mantendremos relaciones íntimas, ni me reprocharás nada.
    • dejarás de hablarme si yo te lo pido.
    • abandonarás mi dormitorio o estudio inmediatamente, y  sin protestar, si te lo pido.
  4. Te comprometerás a no menospreciarme delante de nuestros hijos, ya sea con palabras o hechos.
En un principio, Mileva aceptó aquellas condiciones pero, como era de esperar, no duró mucho. En 1914, Maric abandonó Berlín con sus hijos y se trasladó a Zurich. El 14 de febrero de 1919 se divorciaron. ¡Qué difícil es vivir con un genio!

Fuente e imagen: Lists of Note vía kurioso

Tomado de:

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