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2 de noviembre de 2018

¿A qué velocidad se eyacula?


Cuando un hombre eyacula, ese 'disparo' o chorro inicial viaja a 45 kilómetros por hora, más rápido que el récord mundial del sprint de 100 metros. La velocidad media de los corredores de los 100 metros lisos es 37,58 km/h.

16 de octubre de 2018

La parodia de los Nobel premia a un médico japonés que se hizo una colonoscopia a sí mismo

Los premios Ig Nobel, los galardones más gamberros de la ciencia, premiaron en su 28ª edición al doctor japonés Akira Horiuchi por describir en un informe médico la colonoscopia que se realizó a sí mismo (solo el dibujo ilustrativo merece la pena). "En nuestra experiencia personal, la autocolonoscopia demostró ser no solo posible sino también simple y eficiente", concluyó Horiuchi en su trabajo, que ha merecido el galardón en la categoría de Educación Médica. "El hecho de que la colonoscopia fue sorprendentemente fácil con el paciente en posición sentada sugiere que se justifican estudios para comparar posiciones sentadas versus supinas con endoscopios diferentes", añadía el médico. Este premio, en el que el científico es el sujeto de estudio, recuerda al premiado en 2015 por picarse con abejas por todo el cuerpo, incluido el pene, para probar dónde era más doloroso.

Como casi cada año, España ha vuelto a destacar en los premios más reconocidos y menos prestigiosos de la ciencia mundial. Algo así como los Nobel de coña, los Ig Nobel se entregan cada año en Harvard entre risas y premian los trabajos científicos más hilarantes. En esta ocasión, los españoles galardonados con el Ig Nobel de la Paz han sido un grupo de investigadores de tráfico de la Universidad de Valencia por "medir la frecuencia, la motivación y los efectos de gritar e insultar al conducir un automóvil". Así, España aumenta la ventaja de sus premios de broma frente a los Nobel reales.

El premio de Medicina fue para dos investigadores de EE UU que estudiaron el uso de montañas rusas para tratar de acelerar la expulsión de cálculos renales. Su conclusión, tras usar un modelo 20 veces en Florida, en la atracción Big Mountain de Disneyworld, fue que el asiento trasero de la montaña rusa es el lugar que más ayuda. La idea no era del todo ridícula: en su estudio, los investigadores señalan que decidieron estudiarlo después de que un número notable de pacientes asegurara haber expulsado el cálculo tras subir precisamente a esa atracción. En concreto, uno de ellos decidió repetir después de expulsar una piedra nada más bajar... y expulsó una segunda piedra. Como dicen siempre en estos premios, son estudios que "primero te hacen reír y luego pensar".

La categoría de Antropología fue para un equipo internacional por recoger evidencias, en un zoológico, de que los chimpancés imitan a los humanos con la misma frecuencia y con tanto acierto como los humanos imitan a los chimpancés.

El Ig Nobel de Biología fue para un grupo de varios países que mostró cómo los expertos catadores de vino eran capaces de detectar la presencia de una mosca en la copa de vino únicamente por el olor.

El Ig Nobel de Literatura se lo llevó un trabajo de expertos en diseño industrial que documentaron que la mayoría de la gente que usa productos complicados no lee el manual de instrucciones.

En Economía, el premio fue para unos especialistas de universidades de EE UU y Canadá que estudiaron si es efectivo para los empleados apuñalar muñecos de vudú para tomar represalias contra los jefes explotadores. El resultado fue que, cuando los empleados se vengan contra un muñeco que representa al jefe, la sensación de injusticia se mitiga.

El artículo completo en: El Mundo (Ciencia)

10 de octubre de 2018

Qué son las pequeñas rayas en relieve que aparecen en las letras F y J de tu computadora

Quizás sea algo a lo que estás tan acostumbrada que ni siquiera te hayas dado cuenta, pero ahí están: dos pequeñas rayas en dos teclas de tu computadora, las que corresponden a las letras F y J. 

¿Para qué? Pues, en teoría, para hacer tu escritura más rápida y cómoda.

Pero, ¿cómo?


Empecemos por el principio. El tipo de teclado que más se usa en español es el llamado QWERTY y se corresponde con las primeras letras que se pueden ver en la fila izquierda superior de tu teclado. Literalmente: q, w, e, r, t ,e, y.

Este teclado lo diseñó el inventor americano Christopher Latham Sholes a finales del siglo XIX para que su hija pudiese hacer demostraciones de forma fácil con el prototipo que él había creado.

Todas las letras necesarias para escribir "typewriter" (máquina de escribir) estaban en la fila superior. De esta manera la escritura sería más rápida y sin errores.

Este fue el modelo de teclado que acabó conquistando la industria.

Con el auge de las máquinas de escribir a principios del siglo XX, había que aprender a teclear rápido. 

Y es ahí donde nace la mecanografía. Y, ligado al teclado QWERTY, el protagonismo de las letras F y J.

Si sitúas tus dedos índices en ellas verás que los dedos corazón, anular y meñiques se posicionan plácidamente en las letras que siguen, respectivamente, a la F y la J.

Además se encuentran en la línea media del teclado por lo que las manos se pueden apoyar cómodamente en el escritorio.

Los pulgares sirven para manejar la barra espaciadora y las letras G y H, que quedan descubiertas, son fácilmente operables desplazando los dedos índices.

Las letras F y J sirven entonces de guía y punto referencia para situar las manos en la posición que, en teoría, se cree más cómoda y rápida para escribir.

Las rayas sirven para poder identificarlas sin necesidad de bajar la vista al teclado. Algunas computadoras en lugar de rayas tienen puntos.

El artículo completo en: BBC Mundo

¿A qué profundidad se encuentra el centro de la Tierra?

Todos alguna vez quisimos cavar un pozo hasta el centro de la Tierra. Creo que yo estaba en tercer grado cuando con unos amigos tratamos de cavar todo lo que pudimos. Nunca les comenté mi objetivo, pero tenía la idea de que íbamos a llegar hasta el centro de la Tierra. En realidad llegamos hasta unos dos metros, pero el fondo del pozo se llenaba de agua.

Por supuesto, cavar hasta el centro de la Tierra era una tarea imposible para nosotros.

Para poder llegar hasta el centro de la Tierra, mis amigos y yo tendríamos que haber cavado a través de 6.378 km de roca, manto y hierro. La mayor parte de este trayecto transcurriría con temperaturas tan elevadas como para derretir la roca, llegando a unos 7 mil Kelvin en el centro.

Aproximadamente los primeros 35 km tendríamos que cavar a través de la corteza exterior de la Tierra. Si suponemos que hubiéramos podido verdaderamente atravesar la roca sólida e impedir que el agua vuelva a cubrir nuestro pozo súper profundo, es posible que pudiéramos progresar en la tarea.

Sin embargo, la temperatura se eleva a medida que descendemos. Una de las minas más profundas del mundo es TauTona, una mina de oro en Sudáfrica, que alcanza unos meros 3,6 km de profundidad. Aun cuando esto es sólo arañar la superficie de la Tierra, la temperatura en el fondo de TauTona ya es de unos 55 °C.

Una vez perforada la corteza, llegamos al manto terrestre. En este punto estaríamos ante unos 3 mil km de roca con una temperatura tan elevada que la roca es líquida. Los volcanes son los puntos de la Tierra donde el magma del manto se abre paso hasta la superficie.

Cómo haríamos para cavar a través del manto, no tengo ni idea. Pero digamos que podríamos.

Entonces nos abriríamos paso hasta el núcleo de la Tierra. Esta región se extiende por otros 3.500 km y se compone casi totalmente de hierro, más un poco de níquel y rastros de otros metales. Y su temperatura es incluso aún más elevada que la del manto superior. Aquí es donde la temperatura llega a los 7 mil Kelvin. Suponiendo que pudiéramos agujerear el hierro y soportar el calor, entonces podríamos llegar al centro de la Tierra.

Llegados a este punto habríamos viajado 6.378 km. Y después otros 6.378 km para llegar a la otra cara de la Tierra y visitar a nuestros amigos de la China.

Fuente: El Sofista

3 de octubre de 2018

¿Se hereda la longevidad?

Las mellizas Phyllis Jones e Irene Crump

El estilo de vida influye, pero existe un factor genético hereditario que ayuda a vivir más años.

Las mellizas Phyllis Jones e Irene Crump, que el 20 de noviembre de 2016 cumplieron cien años en la ciudad británica de Stourport-on-Severn, atribuyen el secreto de su larga vida al trabajo duro y a la dieta. Así se lo explicaron a los medios al mismo tiempo que les informaban de los familiares que habían fallecido superados los noventa años. Sin embargo, también hay un factor genético. Estas hermanas son un ejemplo de que la longevidad se hereda, según confirman todos los estudios.

El último, financiado en el Reino Unido por el Consejo de Investigación Médica (MRC, por sus siglas en inglés), apunta que el riesgo de morir por una enfermedad cardiaca es un 20 % menor por cada década de más que viven los padres cumplidos los setenta años. La investigación, publicada en el Journal of The American College of Cardiology, ha llegado a esta conclusión tras analizar los datos de unas 190.000 personas.

Este tipo de estudios reviste especial importancia porque permite identificar, en función de su perfil genético, a los pacientes con mayor riesgo de morir y poner así en marcha medidas preventivas. Por ejemplo, puede conocerse si una persona es propensa a tener resistencia a la insulina y evitar que llegue a desarrollar diabetes. Una de las características de los centenarios es que envejecen con salud, conservan las facultades y pueden valerse por sí mismos hasta muy poco antes de la muerte. Biólogos y médicos investigan estos casos con un objetivo: diseñar medicamentos que eviten el desgaste del cuerpo, igual que existen para controlar el colesterol.

Tomado de: Muy Interesante

7 de septiembre de 2018

La prueba de que el VAR también era necesario en las luchas de gladiadores

Uno de los protagonistas del pasado Mundial de Fútbol de Rusia ha sido el VAR (Video Assistant Referee, árbitro asistente de vídeo), que consiste en un conjunto de cámaras distribuidas por todo el campo que retransmite la señal a una sala donde los asistentes de vídeo pueden revisar los goles, las tarjetas, los penaltis y la identidad de los jugadores en determinados lances del partido. La asistencia se puede producir a petición del árbitro principal o a instancia de los propios asistentes avisando al árbitro por el pinganillo. Aunque parezca mentira, por todo lo que criticamos a los árbitros, ha tenido menos protagonismo del esperado en cuanto a los resultados finales. Eso sí, con este sistema se ha batido el récord de penaltis en un Mundial. ¿Y por qué digo que también habría sido necesario en las luchas de gladiadores en la Antigua Roma? Os cuento…

Antes de bajar a la arena, precisar algunos detalles sobre las luchas de gladiadores -ya hemos hablado del error del pulgar y del saludo ritual “los que van a morir te saludan“.


Las luchas de gladiadores en sí fueron una degeneración. El origen se remonta a la época de los etruscos cuando se celebraban este tipo de combates entre prisioneros para honrar la muerte de un ser querido. Un ritual funerario que se convirtió en un espectáculo lúdico. Y ya puestos, más tarde se añadieron la lucha entre animales o la de hombres contra animales, cualquier cosa para que no decayese el espectáculo.

La mayoría de los combates eran a primera sangre y sólo en contadas ocasiones se luchaba a muerte, aunque con la posibilidad de perdón por parte del emperador o el editor del espectáculo. Hay que pensar que era un negocio: el editor que organizaba y financiaba los combates, para ganarse el favor pueblo, tenerlo contento o conseguir los votos para algún puesto en la magistratura, alquilaba a los lanistas (dueños de las escuelas de gladiadores) los gladiadores que iban a luchar y, lógicamente, pagaba por ello. Si era a muerte había que pagar mucho más, porque un gladiador muerto era un luchador menos que el lanista podía alquilar para otros espectáculos. Así que, para amortizar los gastos interesaba que peleasen en muchas ocasiones para que fuese un negocio rentable.

Hecho el sorteo de las parejas que iban a luchar entre sí y cruzadas las apuestas, en la arena quedaban los luchadores y los summa rudis, una especie de árbitros que velaban por el cumplimiento de las reglas –fair play-. Estos jueces, normalmente prestigiosos gladiadores retirados, vestían túnicas blancas y llevaban espadas de madera (rudis) o látigos con los que señalaban movimientos ilegales, paraban el combate si algún gladiador era herido o los incitaban a la lucha golpeándolos si no le ponían muchas ganas.

En uno de estos combates celebrado hace 1800 años entre dos gladiadores llamados Diodoro y Demetrius ocurrió algo inesperado que nos revela la lápida de Diodoro.

El relieve muestra la imagen de un gladiador que sostiene lo que parecen ser dos espadas frente a su oponente caído pidiendo clemencia, y el epitafio en cuestión dice así…
Después de derrotar a mi oponente, Demetrius, no lo maté de inmediato. El destino y la decisión del summa rudis me mataron.
Tras estudiar el enterramiento, la conclusión de Michael Carter, profesor de la Universidad de St. Catharines—Brock (Canadá) y especialista en el estudio de este tipo de combates, fue que Diodoro había derribado a Demetrius y  éste, desde el suelo, extendía la mano en señal de clemencia. Diodoro, pensando que ya había vencido, no dio muerte a su oponente, pero el summa rudis interpretó que Demetrius no había sido derrotado por Diodoro sino que se había caído accidentalmente y ordenó reiniciar la lucha. Demetrius recogió su equipo y logró matar a Diodoro. Alguno o algunos de los conocidos del gladiador muerto, que habían visto lo ocurrido, encargaron la lápida y el epitafio para que la posteridad recordase aquel error fatal.
Seguro que Diodoro habría pedido el VAR.
Tomado de: Hsitorias de la Historia

6 de septiembre de 2018

¿Por qué algunos glaciares “sangran”?

La alta concentración de hierro enterrada bajo el inmenso glaciar Taylor, en la Antártida, produce un curioso y espectacular efecto de sangrado.


Los glaciares, esas inmensas masas o ríos de hielo que bajan por las laderas de las montañas de las zonas más frías del planeta, contienen básicamente agua. Sin embargo, algunos de ellos arrastran también un buen número de rocas y minerales que pueden alterar su aspecto, normalmente blanco azulado. Por ejemplo, en la Antártida hay un paraje regado por torrentes de color rojizo conocidos como cataratas de sangre.

Este fluido carmesí surge como de una herida abierta desde las entrañas del glaciar Taylor, nombrado así en honor del geógrafo y explorador australiano Thomas Griffith Taylor, miembro de la expedición de Scott al Polo Sur de 1911. Él fue el primero en admirar este singular paisaje en la región antártica de los Valles Secos de McMurdo, que conforman una de las zonas más áridas del mundo. Allí apenas hay precipitaciones y la ausencia de hielo en algunos puntos deja al descubierto un terreno desértico. La estructura del glaciar, que alcanza 54 kilómetros de largo y 400 metros de espesor, no está totalmente congelada.

La parte sólida cabalga sobre un lago cuyas aguas poseen una concentración de sal cuatro veces superior a la de los océanos, además de mucho hierro. Inicialmente los científicos que investigaron este fenómeno pensaban que el color rojo provenía de una población de algas, pero lo cierto es que se debe a la abundancia del metal: cuando el líquido sale al exterior, el ion ferroso se oxida al contacto con la atmósfera, y sus óxidos –poco solubles– se depositan en la superficie.

La zona de salmuera subyacente tiene entre 1,5 y 2 millones de años de antigüedad y aloja un rico ecosistema de bacterias autótrofas que metabolizan los iones de azufre y hierro. La microbióloga de la Universidad de Tennessee Jill Mikucki fue la responsable del hallazgo. Según los análisis de laboratorio, estos organismos microscópicos usan el sulfato como catalizador en la respiración, toman hierro en su forma férrica –insoluble– y lo transforman en ferroso –soluble en aguausando como fuente de energía la materia orgánica enterrada junto a ellos. 

Mikucki y su equipo han sido los primeros en observar el fenómeno en la naturaleza. Debido a su aislamiento, los microorganismos habrían evolucionado al margen del exterior, diferenciándose de las bacterias similares que habitan los océanos.



Fuente: Muy Interesante

¿Por qué estan colocados en ese orden los números de la diana de dardos?

Para penalizar la falta de puntería. Si nos fijamos, cerca del 20 (la máxima puntuación) hay dos números bajos: si fallas, el premio es escaso; y así, sucesivamente con los demás números. Esta idea se atribuye al fabricante de dianas Brian Gamlin, quien en 1896 decidió ordenarlos así, en vez de consecutivos. Lo que quizá no sabía es que hay 2.432.902.008.176.640.000 combinaciones, y resulta que esta es casi la mejor opción.
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