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4 de julio de 2013

Cómo sería el rostro de los seres humanos en 100 mil años

El boceto computarizado refleja los cambios morfológicos que experimentaría la raza humana a través de los años, en función de su nuevo entorno.

Investigadores de la Universidad de Washington, Estados Unidos, elaboraron un modelo computarizado sobre cómo la raza humana evolucionará en cien mil años.


El estudio, liderado por Alan Kwan, diseñador y doctor en Genómica Computacional, dio detalles sobre la fisonomía humana ilustrados en avatares que denotan una mutación vinculada a los cambios en el ambiente y a nuevas necesidades.

“Con un futuro que aún nos es desconocido, el estudio reproduce una serie de posibles cambios en el rostro humano gracias a la tecnología en ingeniería del genoma”, señala Alan Kwan.

“En este escenario, la humanidad no será capaz de controlar el proceso natural de evolución y abrazará los cambios biológicos que en ella ocurran”, culmina.

Según el estudio, en 40.000 años se comenzarán a desarrollar variaciones en la morfología humana, en su forma más sutil. Es en este periodo donde, si bien la ciencia no ha alcanzado descifrar los innumerables misterios del universo, el uso tecnológico y una nueva variación en el clima van delimitando la nueva morfología del humano.

Con 60.000 años transcurridos desde este punto, el entorno cambia y resuelve lo que hasta entonces consideraba un enigma. Así, el cráneo se alargará para albergar un cerebro más grande, rasgos que además denotarán una frente más amplia.

Con los progresos en materia espacial, la raza humana será ávida colonizadora de nuevos horizontes en el cosmos.

Como consecuencia, el humano experimenta una nueva característica: aumento del tamaño ocular. Para Kwan y su equipo de investigación los ojos más grandes parten de una relación causa-efecto con la exploración de planetas oscuros más distantes del Sol. Asimismo, producto del fuerte impacto de la radiación ultravioleta fuera de la Tierra, desarrollaremos una piel más pigmentada.

EXPLICACIÓN EVOLUTIVA
 

“A medida que el hombre va adquiriendo un mayor control sobre la genética y las diferentes tecnologías, los vestigios del hombre de hoy se sumarán a las piezas arqueológicas de una generación que alguna vez comenzó con el Homo Sapiens más primitivo”, afirma Alan Kwan.

Según el especialista, todo lo relacionado con la fisiología facial humana está influenciada directamente por los genes. Sobre esta base, la morfología de la cabeza y el rostro se rige por la forma del cráneo, el cual funciona como coraza protectora del cerebro.

Tomando en consideración que no existe célula humana que cambie de forma independiente, el resto de órganos, tejidos y huesos deben, por ende, seguir el ritmo evolutivo de forma conjunta.

Ejemplo de ello lo conforman restos fósiles de 200.000 mil años con estructuras craneanas que debieron crecer a través del tiempo como respuesta a una triplicación del tamaño del cerebro.

Ante un clima terrestre inestable, que representó un reto para todas las especies que poblaban el planeta, la especie humana tuvo que luchar por su supervivencia y enfrentar las condiciones adversas.

Como consecuencia, la cavidad craneana tomó una forma globular que modificó en efecto cadena la estructura facial que alguna vez era tan similar a la de sus parientes primates.

Fuentes:

El Comercio

La República

2 de julio de 2013

Indignante: Pirámide contemporánea a Caral fue destruida en San Martín de Porres

En San Martín de Porres, cerca de un valle próximo al río Chillón, existe un complejo arqueológico casi tan antiguo como el de Caral e igual de significativo. Se trata de la huaca El Paraíso, que tiene una extensión de más de 64 hectáreas y pertenece al período Precerámico Tardío (2000 a.C. a 3000 a.C.).


 Una de las 12 pirámides del complejo El Paraíso fue destruida y luego incinerada el sábado pasado por un grupo de maleantes que aún no ha sido identificado por la policía. A la derecha se ve cómo pudo quedar si se hubiera reconstruido. (Fotos: Rosario Seminario)

Pese a su importancia, en la tarde del último sábado, una de las 12 pirámides del complejo fue destruida y luego incinerada por un grupo de maleantes que aún no ha sido identificado por la policía.

Según el arqueólogo Marco Guillén Hugo, responsable del proyecto de investigación y puesta en valor de ese complejo, una decena de trabajadores de construcción civil ingresó clandestinamente al lugar y, con una pala mecánica y una retroexcavadora, derribó la pirámide de 6 metros de alto y más de 2.000 metros cuadrados de extensión.

Guillén informó que, una vez que la pirámide fue demolida, los sujetos arrojaron basura sobre sus escombros y la incineraron. “Intentaban destruir tres pirámides más, pero los vigilantes llamaron a la policía y huyeron”, precisó a El Comercio.

Los arqueólogos Miguel Castillo Rodríguez y Luis Flores Blanco, quienes también integran el proyecto, aseguran que detrás de este ataque están la Compañía y Promotora Provelanz E.I.R.L. y la inmobiliaria Alisol S.A.C. Ambas, según refieren, son propiedad de Alicia Romaní Vargas. “No es la primera vez que intentan apropiarse del terreno. Ellos dicen ser los titulares pese a que esta es zona intangible”, denuncia Flores.

El viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales del Ministerio de Cultura, Rafael Varón, aseguró que, pese a que la zona fue declarada intangible, los dueños de ambas inmobiliarias se han inscrito como propietarios ante Registros Públicos. “Este terreno le pertenece al Estado, así lo dice la ley”, aseveró Varón.

Teresa Verástegui, de la Dirección de Control y Fiscalización del ministerio, anunció que se iniciará un proceso administrativo contra Romaní Vargas, a quien este Diario no pudo ubicar, por la presunta invasión del terreno. La abogada penalista Romy Chang explica que el ministerio debe, además, denunciar penalmente a las empresas.

Según los arqueólogos, la destrucción de esta pirámide ha ocasionado un daño irreversible a la historia del país. Por ello, solicitan a la policía y al municipio de San Martín de Porres su colaboración para resguardar la zona, declarada Patrimonio Cultural hace diez años.

La Municipalidad de San Martín de Porres señaló a El Comercio que la zona está bajo la administración y vigilancia del Ministerio de Cultura.

Cronología
 

20/12/2012
Empiezan las excavaciones en la huaca El Paraíso como parte del primer proyecto de inversión pública (PIP) del Ministerio de Cultura. El objetivo del proyecto es recuperar, preservar y restaurar los monumentos arqueológicos.


15/1/2013
El Templo del Fuego es descubierto por los arqueólogos durante trabajos ejecutados por el Ministerio de Cultura en la huaca El Paraíso, en San Martín de Porres. Estos vestigios presentan varias similitudes con ambientes de las culturas Caral y Kotosh.


Fuente:

El Comercio (Perú)

El peligro de nadar desdués de comer: ¿Verdad o Mito?

Todavía recuerdo cuán lento pasaba el tiempo cuando era niña y estaba en la playa, y tenía que esperar una hora después de terminar de comer mis emparedados antes de que me permitieran volver al agua.

La razón, me decían siempre, era que nadar con la barriga llena era peligroso pues a uno le podía dar un calambre o una punzada de dolor que le impidiera nadar, así que se podía ahogar.

¿Será cierto?

No hay evidencia de que hacer ejercicio después de comer dé calambre pero lo que sí sabemos es que el ejercicio vigoroso dirige el flujo de sangre del aparato digestivo hacia la piel y los músculos de los brazos y las piernas. (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1760153/pdf/v048p00435.pdf)

Así que si la comida todavía no ha sido completamente digerida, puede producir nauseas.

Es la misma razón por la que el miedo extremo da ganas de trasbocar. La respuesta de lucha o huida hace que se abandonen procesos menos urgentes como la digestión, desviando el flujo de sangre a los músculos para que uno se pueda defender físicamente o correr más rápido que nunca.

Los estudios sobre los calambres se han hecho con atletas en carreras de larga distancia o que estaban participando en triatlones, actividades que exigen mucho más vigor y resistencia que el tipo de chapoteo en el agua al que se dedican los niños en las vacaciones.

Los nadadores profesionales se aseguran de no competir con el estómago lleno, pero también de que han comido lo suficiente para tener la energía necesaria para desempeñarse óptimamente.

Cuando los nadadores de larga distancia o de aguas abiertas tienen que ir muy lejos, incluso comen durante la carrera. Si les dan calambres, son más bien resultado del esfuerzo excesivo; no parece estar relacionado con los alimentos.

Esas punzadas 

Hanser Garcia, nadador olímpico cubano

Los nadadores élite son más proclives a sentir DAT, aún más si habían comido mucho.


¿Y esas punzadas que dan en los lados del cuerpo? En español se les conoce de varias maneras, como "flatos de corredor", o "dolor de caballo o de yegua" o "dolor de vaso".

Aunque se sienten a veces igual que un calambre, los investigadores diferencian entre los dos.

Tienen un nombre médico: "dolor abdominal transitorio vinculado al ejercicio" (DAT), pero aún no se entiende completamente bien de qué se tratan.

En Australia, el científico de deporte Darren Morton ha dedicado su carrera a investigar el tema.

Descubrió que los nadadores élite son más proclives a sufrirlo que los corredores (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10694128).

La gente que ha ingerido una comida grande una o dos horas antes de la carrera eran más propensos a tenerlos, así hayan esperado la hora requerida antes del ejercicio (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16075775).

La buena noticia es que entre más viejo sea uno, menos le dan.

El estómago hinchado

Sin embargo, hay una teoría que podría explicar los DAT vinculados al ejercicio.
Morton notó que muchos atletas de larga distancia sentían el dolor durante la carrera poco después de pasar por la estación de bebidas para rehidratarse.

Decidió hacer un experimento, en el cual la gente tenía que tomar más fluidos que lo usual justo antes de hacer ejercicio.

Los que más se sintieron hinchados o sentían las punzadas eran los que tomaron jugo de frutas reconstituido.

Morton especula que el jugo hace que el estómago se hinche y eso pone presión en el peritoneo parietal, la capa exterior de la pared abdominal.

Es un área particularmente sensible, lo que puede explicar el dolor.

Si un estómago hinchado puede irritar el área y causar un DAT entonces, en principio, la comida podría hacer lo mismo. (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15118193)

Volvamos al agua 

Si a uno le da un DAT o un calambre, ¿hay alguna evidencia de que se ahogaría?


Niños saltando a la piscina

Algunos mitos sirven para otras cosas, como lograr que los niños hagan caso.


Si un niño está en aguas pandas, se puede parar. Además es posible flotar en la espalda si uno tiene un DAT.

Un niño sólo estaría en peligro si estuviera en aguas profundas, lejos de algo de lo que se pueda agarrar, sin saber nadar lo suficientemente bien para poder flotar: una situación en la cual meterse al agua no es conveniente, habiendo comido hace una hora o no.


Las estadísticas muestran que efectivamente muchos niños se ahogan en todo el mundo cada año. En China es la causa principal de muerte accidental entre los niños (http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs347/en/index.html).

Sin embargo, comer no figura como un factor que contribuye.

En su lista de los principales riesgos, el Centro para el control de la enfermedad de Estados Unidos, por ejemplo, incluye la inhabilidad de nadar, la falta de verjas alrededor de las piscinas, la falta de supervisión. Entre los adultos, otra causa principal es el ingerir alcohol antes de nadar (http://www.cdc.gov/homeandrecreationalsafety/water-safety/waterinjuries-factsheet.html).

A pesar de ello, hay otras buenas razones para no fomentar nadar justo después del almuerzo: para evitar sentirse mal y evitar el sol cuando está en su punto más caliente, por ejemplo.

Así que decirle a los chicos que se pueden ahogar porque acaban de comer puede ser una manera de lograr que le hagan caso.

Pero según la evidencia, no parece estar respaldado por la ciencia.

Fuente:

BBC Ciencia

1 de julio de 2013

Space Invaders cumple 35 de años

"Space Invaders" para principiantes  
Space Invaders
El juego es simple: el jugador tiene un tanque que puede mover a lo largo de la parte inferior de la pantalla. Para disparar, se aprieta 'dispare' y el cañón manda un láser. 

Sólo se puede disparar un láser a la vez, así que el jugador tiene que esperar después de cada disparo.
Entre tanto, cinco filas de invasores que tiran bombas y se mueven de la derecha a la izquierda y visceversa, avanzan hacia el tanque, cada vez más rápido. 

El jugador puede refugiarse temporalmente en bunkers, pero estos son destruibles. 

Se ganan puntos matando extraterrestres. Ocasionalmente aparecen platillos voladores y se ganan bonos si son destruidos.

Si los extraterrestres llegan a donde está el tanque, la invasión ha tenido éxito y el juego termina. Si los extraterrestres fueron vencidos, empieza un nuevo ataque. 

El juego fue el primero en guardar y mostrar el mejor puntaje de los jugadores, lo que alentaba a competir por encabezar la lista.
Si usted alguna vez se entretuvo con un videojuego, es probable que conozca "Space Invaders" de Taito o uno de sus muchos derivados.

Puede parecer prehistórico hoy en día pero este juego, que está celebrando sus 35 años, ha tenido una enorme influencia en la industria y el mundo.

No fue el primer schmup, abreviación de shoot'em up (mátelos a tiros), término que se usa para definir un género de videojuegos en los que el jugador se enfrenta solo a hordas de enemigos a los que tiene que destruir. 

"Missile Radar", de 1974, y "Guided Missile", de 1977, le precedieron.
No obstante, "Space Invaders" cautivó adeptos como ningún otro.

Se debió en parte a que un año antes de que fuera lanzado, las películas "La guerra de las estrellas" y "Encuentros cercanos del tercer tipo" arrasaron en las salas de cine, abriéndole al público el apetito por todo lo que tuviera que ver con extraterrestres.

Y "Space Invaders" tuvo la suerte de estar entonado.

Tanques por naves

Tomohiro Nishikado, quien desarrolló el juego, originalmente quería que tuviera tanques o aeroplanos, pero cambió el tema después de que la compañía Taito prohibiera que el blanco fuera humano.

"'Space invaders' no fue el resultado de un destello de inspiración repentino: el concepto se fue formando gradualmente", le cuenta a la BBC.

"En ese tiempo, los juegos rompeladrillos tenían mucho éxito y yo quería crear un juego de disparar en un estilo similar. 'Space Invaders' fue el resultado de mucho ensayo y error".

Nishikado tenía 34 años de edad cuando diseñó la jugabilidad -reglas de funcionamiento y diseño como juego-, el trabajo de arte y los sonidos como un proyecto individual. Fabricó incluso una computadora especial para jugarlo.

"'Space Invaders', como todos los juegos basados en microcomputadoras de la época, sufría por las limitaciones del hardware y la lentitud de las velocidades de proceso, por lo que el desarrollo era una lucha constante", recuerda.

"El movimiento titubeante de los personajes de 'Space Invaders' era lo absolutamente mejor que pude ofrecer, y eventualmente me empezó a gustar".

De Japón al mundo

"Space Invaders" inicialmente se distribuyó sólo en Japón y tomó unos meses antes de que la manía se disparara. Pero no muchos: pronto se empezaron a ver colas de gente que esperaba por horas para tener el chance de jugar.

Cuando Taito se vio en problemas para satisfacer la demanda por sus máquinas de juegos, la firma estadounidense Midway aprovechó la oportunidad.


Nueva versión de Space Invaders

Saldrá al mercado una nueva versión, pero la más querida es la original.

Sacó la licencia del título y en 1979 lanzó aparatos con el juego en Estados Unidos. El éxito fue tremendo.

El juego le dio además un renovado impulso a la industria de la consola, que estaba estancada en ese momento.

Lea el artículo completo en:

BBC Tecnología

El mundo a través de la pantalla de mi celular (o "¿Nos podemos quedar sin recuerdos?")

El habito de tomar fotos con nuestros celulares, de todo y en cualquier momento, parece impulsado por las ganas de recopilar recuerdos, pero ¿realmente qué recuerdos estamos guardando?

En los últimos años cuando uno va a un partido, un concierto, o un gran evento de masas, hay una imagen de la que es imposible escapar: la de cientos de personas sosteniendo un aparato y capturando con él todo lo que está pasando delante de sus narices.
La idea es retener, conservar en la memoria (digital) lo que es efímero, lo que desaparece al momento para luego, más tarde, volver a emocionarnos con aquella canción, con aquél gol inolvidable, con un momento emocionante.

Y también compartirlo, mostrarle al mundo donde estuvimos, provocar envidia de nuestra experiencia única.

Pero, ¿no nos priva eso mismo de "vivir" ese momento? Hace años no había teléfonos con cámaras, y la gente seguía recordando, seguía contando, seguía compartiendo (aunque tal vez no al instante).

Ahora, ¿qué tenemos para compartir si en el "instante perfecto" estábamos mirando la pantalla de la cámara, preocupados por que se viese todo lo mejor posible, pensando en nuestra audiencia? ¿Quedará ese momento reflejado en nuestra mente, o por el contrario quedará solo en forma de unos y ceros en nuestras memorias digitales? 

¿A favor o en contra?

El debate sobre el uso de los teléfonos en nuestro día a día es intenso y parece no dejar indiferente a nadie.

El autor Geoff Dyer, que escribió un libro sobre fotografía, afirma que parece "ridículo" que mucha gente al contemplar obras de arte, como por ejemplo en el museo de Van Gogh, en Amsterdam, donde se permiten fotografías, esté más pendiente de fotografiarlas que de disfrutar de la experiencia.

Es como si fuese más valioso poder "mostrar" que estuvimos allí, que disfrutar realmente de la obra de arte, una obra de la que, por otro lado, tenemos miles y miles de imagenes disponibles. Lo que no está disponible es la experiencia, y eso es lo que Dyer cree que se puede estar perdiendo.

Pero Dyer es de una generación analógica; los nativos digitales piensan distinto.

Lea el artículo completo en:

 BBC CIencia

Galileo y el libro científico más polémico



En el año 1623, en plena eclosión de la ciencia moderna, llegó un nuevo Papa al Vaticano: Maffeo Barberini. O, como sería conocido desde entonces, Urbano VIII. Como Galileo, el nuevo Pontífice era florentino, y había elogiado públicamente al astrónomo por sus descubrimientos con el telescopio. Galileo había sido ya advertido, pero no aún censurado, tras publicar que la Tierra gira alrededor del Sol.

La elección de un Papa amigo animó a Galileo, quien se decidió a regalar al recién nombrado Urbano VIII una copia de su último libro, 'Il Saggiatore' (El ensayista). Al Pontífice le gustó el nuevo libro, por lo que Galileo fue un paso más allá y le pidió permiso para publicar su teoría sobre las mareas. Al no conocerse la ley de la gravedad, el científico toscano intentaba explicar las idas y venidas de los océanos como una consecuencia del movimiento de la Tierra. La teoría era errónea porque no tenía en cuenta el influjo de la Luna, pero el problema no era ese, sino que los argumentos presentados necesitaban que la Tierra se moviera alrededor del Sol.

Sólo el modelo cosmológico heliocéntrico de Copérnico avalaba la explicación que aventuró Galileo, lo que le llevó a presentar su obra como un 'Dialogus de systemate mundi' (Diálogo sobre los sistemas del mundo), nombre con el que fue publicada en Florencia en 1632. En ella se ridiculizaba el modelo geocéntrico ptolemaico y se ignoraba el más actual sistema geocentrista de Tycho Brahe, que había hecho algunas correcciones sobre el anterior para adaptarlo a los nuevos tiempos. El modelo de Brahe aunaba las recientes observaciones telescópicas con la vieja creencia en una Tierra estática, por lo que era el preferido de la Iglesia católica.

El libro de Galileo erraba en su intento de dar una explicación a las mareas y dejaba claro que el genial científico y astrónomo no había sido llamado por los caminos de la creación literaria. Aun así, la obra tenía un innegable acierto, que fue precisamente lo que más molestó a sus detractores: Galileo describía con precisión las cuidadas observaciones que había realizado con su telescopio, las cuales resultaban incompatibles con el sistema geocéntrico.

Lea el artículo completo en:

El Mundo Ciencia
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