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30 de enero de 2013

La leptina o la molécula de la saciedad

El descubrimiento abre una nueva era en la investigación del sobrepeso y la obesidad




Los galardonados con los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento 2012, Douglas Coleman y Jeffrey M Friedman han abierto durante su carreta científica nuevos paradigmas en la etiología de la obesidad a raíz del descubrimiento de la leptina y sus mecanismos de acción. Como todo descubrimiento científico, no fue un momento aislado de “Eureka” sino la labor continuada de generaciones de científicos, cuyas observaciones, dedicación e ingenio han allanado el camino para aquellos que han recogido su testigo y, apoyados por tecnologías cada vez mas sofisticadas y potentes, han llevado el conocimiento a cumbres cada vez mas elevadas. 

La historia de la leptina, o mejor dicho, de la existencia de un mecanismo que regulaba el apetito de una manera biológica a través de un factor circulante en la sangre, se remonta a los años 50 de la mano de investigadores como Gordon C. Kennedy del Instituto Nacional para Investigación Medica de Londres y de Romaine Hervey de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, utilizando modelos experimentales. Fue unos años mas tarde en la mitad de los sesenta cuando uno de los galardonados, Douglas Coleman, al otro lado del Atlántico, se hace eco del trabajo de estos investigadores y añade a la ecuación del descubrimiento la inmensa riqueza genética de modelos animales presentes en el Jackson Laboratory en Bar Harbor, Maine.

Sin embargo la identificación de los modelos genéticos no era el final del camino ya que la tecnología de esa década no permitió ni la identificación del factor o factores, ni de los genes involucrados. Para llegar a este punto hubo que esperar casi 20 años hasta 1986, en que la curiosidad de Jeffrey Friedman, entonces un recién iniciado joven científico en la Universidad de Rockefeller en Nueva York, se unió a los desarrollos tecnológicos de la genética impensables dos o tres décadas antes. Esto le permitió en 1994 poner por fin nombre a esa molécula involucrada con la saciedad y la obesidad que hoy conocemos como leptina y a la apertura de una nueva era en la investigación de ese problema tan aparente y acuciante en nuestros días, como es el sobrepeso y la obesidad. En 1995, otra parte del puzle se completa con la identificación del receptor de la leptina por parte de Louis A. Tartaglia científico en Millennium Pharmaceutical Incorporated, en Cambridge, USA, de una manera casi simultánea con Friedman.

En 1997 se identificó que el gen de la leptina era responsable de obesidades extremadamente mórbidas en humanos

Durante casi cuatro décadas todos estos avances fueron basados en estudios en roedores, pero un descubrimiento tan crucial debía inmediatamente ser investigado en humanos para lo cual “la ciencia cruzó el Atlántico” de nuevo y fue en el laboratorio de Sadaf Farooqi y Stephen O'Rahilly en el Hospital Addenbrooke de Cambridge, Reino Unido, donde en 1997 se identificó que el gen de la leptina era responsable de obesidades extremadamente mórbidas en humanos, como resultado, como era de esperar de un apetito insaciable. Gracias a estos descubrimientos, la percepción de la obesidad cambia y se convierte en algo genético y por lo tanto biológico. Además el tejido adiposo deja de ser un mero depósito pasivo de grasa para convertirse en un órgano activo y generador de hormonas que conectaban a este tejido con el cerebro y gracias a esta comunicación se controlaba el apetito y los hábitos de los sujetos humanos, abriendo así nuevas vías predictivas, preventivas y terapéuticas para la obesidad y poniendo el control del apetito como elemento crucial en la lucha contra la obesidad.

Por supuesto todavía tenemos un largo camino por recorrer, la evidencia está en la calle. Científicos como Coleman y Friedman han inspirado ya a muchos otros a recoger ese testigo y utilizar el conocimiento que ellos han construido para ascender un escalón mas gracias a nuevos conceptos y a nuevas tecnologías tanto genéticas y bioquímicas como de imagen cerebral, que permitirán conocer más en profundidad qué es lo que nos mueve a comer lo que comemos y cuando lo hacemos y así ser capaces de hacer nuestro el mensaje de esa inscripción, puesta por los siete sabios en el frontispicio del templo de Delfos: “nosce te ipsum” (conócete a ti mismo) y de esta manera alcanzar y mantener la salud óptima en cada una de las etapas de nuestra vida.

José Mª Ordovás es director del laboratorio de Nutrición y Genómica del USDA-Human Nutrition Research Center on Aging de la Universidad de Tufts (EEUU), profesor de Nutrición y Genética, director científico del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Alimentación (IMDEA) e investigador colaborador senior en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (Madrid).

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El País Ciencia

China: Prohiben salir a la calle por aumento de contaminación en Pekín

Contaminación en la plaza de Tiananmen

La contaminación en la capital china ha llegado a un nivel muy peligroso.

Las autoridades de Pekín y alrededores sugirieron a los ciudadanos, desde el día de ayer (29 de enero de 2013), que no salgan a la calle, ante la nueva subida de la contaminación, que recuperó este martes sus peores niveles.

El esmog causó el cierre de carreteras y la cancelación de vuelos para la semana de vacaciones que empieza el 9 de febrero en China.

El Centro Municipal de Supervisión del Medio Ambiente de Pekín mostró un índice grave de contaminación, mientras que la embajada estadounidense detectaba un nivel por encima del índice.

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BBC Ciencia

¿Que és la conciencia? ¿Qué es pensar?

No recuerdo en qué libro leí que si algún día éramos capaces de sustituir una pequeña parte del cerebro (pongamos un pequeño circuito neuronal) con un componente electrónico diseñado por nosotros saltaba un problema interesante. Supongamos que sustituimos otra pequeña parte del cerebro, y otra, y otra, y otra… ¿Y si llegáramos a haber cambiado todos los circuitos neuronales del cerebro? ¿Tendríamos una especie de robot consciente y pensante? ¿O seria la misma persona que teníamos al principio, sin importar si su base física es a base de carbono o silicio?


Bien, había olvidado aquella idea hasta que leí los párrafos que os voy a copiar del libro titulado El enigma cuántico, de Bruce Rosenblum y Fred Kuttner. Por supuesto, es maravilloso y os lo recomiendo. Como la mecánica cuántica incluye en su teoría al observador y a la conciencia, los autores hacen una reflexión sobre la misma. Me ha parecido suficientemente interesante como para invitaros a reflexionar y disfrutar pensando sobre ello.
Cada uno de nosotros sabe que es consciente. La única prueba para creer que los otros también lo son quizá sea que se parecen a uno y se comportan como uno. ¿Hay alguna otra? La presunción de que nuestros congéneres son conscientes está tan hondamente implantada que es difícil expresar las razones de nuestra convicción.
¿Hasta dónde llega la conciencia en la escala descendente de los seres vivos? ¿Qué podemos decir de los gatos y los perros? ¿Y de las lombrices de tierra o las bacterias? Algunos filósofos ven un continuo, y llegan a atribuir un ápice de conciencia a un termostato. Por otro lado, puede que la conciencia aparezca de pronto en algún punto de la escala. Después de todo, la Naturaleza puede ser discontinua (por debajo de 0ºC, por ejemplo, el agua líquida se convierte abruptamente en hielo sólido).
Demos un paso atrás y hablemos sólo de “pensamiento” o inteligencia. Hoy día, los programas informáticos de inteligencia artificial asisten a los médicos en el diagnóstico de enfermedades, a los generales en la táctica militar, y a los ingenieros en el diseño de ordenadores aún mejores. En 1997, la máquina Deep Blue, de IBM, derrotó al campeón mundial de ajedrez, Gary Kasparov.
¿Piensa Deep Blue? Depende de lo que se entienda por pensar. El padre de la teoría de la información, Claude Shannon, al preguntarle si los ordenadores llegarán a pensar, parece que dijo: “Desde luego. Yo soy un ordenador, y pienso”. Pero los ingenieros de IBM que diseñaron Deep Blue insisten en que su máquina no es más que una calculadora rápida que evalúa cien millones de posiciones en un parpadeo. Piense o no, con toda seguridad Deep Blue no es consciente.
Pero si un ordenador pareciera consciente en todos los aspectos, ¿no deberíamos aceptar que es consciente? Aquí deberíamos regirnos por el venerable principio de que si algo parece un pato, anda como un pato y dice “cuac” como un pato, entonces será un pato.
La cuestión interesante es si se puede construir un ordenador consciente y, por ende, un robot consciente. Este programa de investigación se conoce a veces como “inteligencia artificial fuerte“. (¿Sería asesinato desenchufar un robot genuinamente consciente?) Se han adelantado “demostraciones” lógicas de que la inteligencia artificial fuerte es posible en principio, y también hay “demostraciones” de lo contrario. ¿Cómo podríamos saber si un ordenador es consciente?
En 1950, Alan Turing propuso un test para evaluar la conciencia de un ordenador. (En realidad, Turing declaró que era un test para ver si un ordenador podía pensar, ya que en aquellos tiempos un científico que se preciara no podía hablar de “conciencia”. Turing también diseñó el primer ordenador programado y demostró un teorema sobre lo que los ordenadores podían hacer y lo que no. Dicho sea de paso, Turing fue encarcelado por homosexual, y en 1954 se suicidó. Muchos años después de su muerte, las autoridades revelaron que fue Alan Turing quien había descifrado el código alemán, lo que permitió a los aliados leer los mensajes más secretos del enemigo y probablemente contribuyó a adelantar muchos meses el final de la Segunda Guerra Mundial.)
El test de Turing aplica esencialmente el mismo criterio que aplicamos para atribuir conciencia a otro individuo: ¿se parece a m y se comporta más o menos como yo? No nos preocupemos por el “parecido”: sin duda se puede construir un robot de aspecto humano. La cuestión es si su cerebro electrónico lo hace consciente.
De acuerdo con Turing, para comprobar si un ordenador es consciente debería bastar con comunicarse con él mediante un teclado y entablar una conversación todo lo larga que uno quiera. Si uno es incapaz de discernir si se está comunicando con un ordenador o con otra persona, la máquina habrá superado el test. Algunos dirán que, en tal caso, no podría negarse que es consciente.
Un día en clase, uno de nosotros (Bruce) comentó de pasada que cualquier humano pasaría el test de Turing con facilidad. Una joven replicó: “¡Me he citado con tíos que no lo pasarían!”.
Bruce Rosenblum y Fred Kuttner, El enigma cuántico.

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Historias de la Ciencia

Guinea Ecuatorial, el imperio tropical de Franco






La colonia se independizó de España en 1968, tras un tenso pulso diplomático que acabó con una salida apresurada del reciente país que quedaba en manos de un sádico, Macías Nguema. Analizamos el origen y desarrollo del imperio colonial que alcanzó su auge durante el régimen franquista


Cuando Marruecos se independizó de la tutela de Francia y España, en 1956, al régimen dictatorial del general Franco no le quedó más patio trasero en África que el desértico Sáhara Occidental y una diminuta huella en el golfo de Guinea, compuesta por la isla de Fernando Poo (hoy Bioko) y una franja de terreno continental, apenas una cuña entre Camerún y Gabón a la que dedicamos el Dossier de febrero de la revista.

Ese modesto imperio tropical de Franco fue destino de unas decenas de miles de colonos españoles que encontraron en el cacao y la madera fuentes de inversión y medio de vida, gracias al trabajo indígena local o importado de otros puntos de la costa africana cercanos, como Nigeria, o lejanos, como Liberia. Tras el fin de la Guerra Civil, que en Guinea se decantó casi de inmediato por los sublevados, este territorio se convirtió en una colonia similar a las francesas, inglesas o portuguesas de la época, una sociedad con un  apartheid de facto en las que el europeo llevaba una vida de cierto privilegio y el nativo esta legalmente sujeto a un gobierno extranjero.

En 1968, Franco no quiso retrasar más la hora de la independencia, a la vista de lo que estaba sucediendo en el resto de África negra, y su mano derecha, el almirante Carrero Blanco, fue encargado de diseñar una transición en la que los españoles mantuvieran sus inversiones. Pero en poco tiempo se desató el caos y la metrópoli hubo de proceder a repatriar a los antiguos colonos, en previsión de un baño de sangre.


Las tres décadas transcurridas entre el fin de la Guerra Civil y la independencia de Guinea son las protagonistas de nuestro Dossier del mes de febrero. Gustau Nerín traza con Un pie en el África negra, el panorama general de la colonia, sus funcionamiento administrativo, su rentabilidad económica y las tensiones políticas que generó en España la demanda guineana de independencia. Julio Martín Alarcón  recaba los testimonios de colonos que escaparon para salvar sus vidas, abandonando apresuradamente sus haciendas, y recrea en A punta de pistola, alguno de los momentos más arriesgados y sangrientos.

Fernando Ballano ha investigado en los archivos los expedientes de los españoles que fueron Expulsados del paraíso guineano por los gobernadores, fuera por su conducta inmoral a los ojos de la conservadora elite política dle momento, fuera por manifestar ideas políticas opuestas al régimen. Por último, Nerín relee las memorias y novelas de los españoles y guineanos que evocan el periodo o reflexionan sobre él, con conclusiones y ópticas casi siempre contrapuestas en Negros, blancos y ennegrecidos.


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La Aventura de la Historia

El virus del sida existió en la prehistoria

Esqueletos de un chimpancé y de un orangután.

El virus que provoca el sida sería más antiguo de lo que se cree: científicos creen que estaba presente hace 16 millones de años.

Los orígenes del VIH podrían ubicarse mucho más lejos en la línea del tiempo de lo que se creía, de acuerdo con un estudio reciente.

La investigación, llevada a cabo por científicos de la ciudad de Seattle, en Estados Unidos, desmorona la teoría de que el Sida apareció durante el siglo XX.
La comunidad científica ya había corroborado que virus similares, conocidos como lentivirus, se hallaban presentes en monos y primates mucho antes que en el ser humano. El nuevo estudio genético demuestra que, de hecho, el virus hizo su primera aparición de cinco a 12 millones de años atrás.

La investigación podría, quizás, permitir a los científicos comprender mejor el virus del VIH y otras enfermedades del Síndrome de Inmune Deficiencia Adquirida.

Actualmente el virus del VIH afecta a más de 34 millones de personas alrededor de todo el mundo.

La enfermedad emergió durante el siglo XX, luego de que el virus del VIH "saltara" desde los chimpancés hacia los seres humanos.

Pero ahora los científicos creen que se había subestimado la antigüedad de la existencia del virus en los primates.
 
La carrera evolutiva

"La esperanza que tenemos es que, algún día, esto va a significar más y mejores terapias para combatir el sida"
Doctor Sam Wilson, Universidad de Glasgow

Científicos en la Universidad de Washington, en Seattle, Estados Unidos y el Centro Fred Hutchinson para la Investigación del Cáncer, estudiaron el virus del tipo VIH en una cantidad determinada de primates, como chimpancés, gorilas, orangutanes y macacos.

Los cambios en los genes que han evolucionado en el sistema inmune de los monos y los primates en África sugieren que dichos virus aparecieron entre 5 a 12 millones de años atrás.

La investigación, publicada en el diario PLOS Pathogens, da pistas respecto a cómo evolucionó el sistema inmune de nuestros parientes más cercanos, lo que abriría nuevos caminos en la lucha contra la enfermedad.

El Doctor Michael Emerman, del Centro Fred Hutchinson para la Investigación del Cáncer, asegura que "nuestro estudio revela que, aunque los lentivirus presentes en los primates han tenido consecuencias para la salud del ser humano moderno, dichos tipos de virus tienen orígenes ancestrales, en nuestros parientes primates no humanos".

Para el Doctor Sam Wilson, del Consejo de Investigación Médica de la Universidad de Glasgow, "este tipo de investigaciones nos ayuda a entender mejor cómo funciona este virus".

"La esperanza que tenemos es que, algún día, esto va a significar más y mejores terapias para combatir el Sida", concluye.

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29 de enero de 2013

La Teoría de Cuerdas en 3 minutos



La teoría de cuerdas es un modelo fundamental de la física que básicamente asume que las partículas materiales aparentemente puntuales son en realidad “estados vibracionales” de un objeto extendido más básico llamado “cuerda” o “filamento”.

Sin embargo, tal y como señala Sheldon Glashow, «La teoría de las supercuerdas es tan ambiciosa que sólo puede ser del todo correcta o del todo equivocada. El único problema es que sus matemáticas son tan nuevas y tan difíciles que durante varias décadas no sabremos cuáles son».

En el vídeo que encabeza el post, con todo, tenéis una aproximación en tan sólo 3 minutos.

Fuente:

Xakata Ciencia
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