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30 de diciembre de 2012

Beber café nos ayuda a procesar mejor la información

cafe-azucar¿Tienes que leer un informe, preparar un trabajo de clase o analizar las noticias publicadas en el día de hoy? Tomar una taza de café mejora tu capacidad de procesar información, según demuestra un estudio realizado por Holly Taylor y sus colegas de la Universidad de Tufts (EE UU).

Según confirman los experimentos de Taylor, además de ser el psicoestimulante más usado del mundo, la cafeína tiene la propiedad de mejorar la capacidad del cerebro de identificar errores gramaticales durante la lectura rápida de una página con información en nuestro propio idioma. Concretamente, los experimentos revelaron que las personas que habitualmente consumen cafeína necesitan 400 miligramos para mejorar sus resultados, mientras que los poco cafeteros solo precisan 200 miligramos de esta bebida para notar el efecto.

La investigación refuerza la idea de que los estimulantes del sistema nervioso central mejoran la capacidad de procesar el lenguaje, tal y como concluyen los autores del estudio en la publicación Journal of Experimental Psychology: Applied.


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El café, datos y documental

Un automóvil que funciona con café...


29 de diciembre de 2012

¿Cuántas moléculas de agua se necesitan para crear hielo?

hielo-peqInvestigadores alemanes y checos descubrieron hace poco que basta con 275 moléculas para que se inicie la cristalización y el paso de agua líquida a hielo. Si se suman otras 200 más, ya se observan incluso nanocristales de agua helada, tal y como publicaban los científicos en la revista Science

Dicho de otro modo, en el intervalo de las 275 a 475 moléculas de agua, la fase cambia de grupos no estructurados y amorfos a grupos cristalinos.

Además, el espectro infrarrojo de esas diminutas estructuras ha revelado que presentan las mismas características que las de muestras de hielo macroscópicas.

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China lanza Beidou, su propia alternativa al GPS

beidou

El sistema de geolocalización chino Beidou comenzó a funcionar oficialmente para uso comercial y civil, en base a 16 satélites. Se suma así al Global Positioning System (GPS) estadounidense, GLONASS mantenido por Rusia, y Galileo, de la Unión Europea.

La agencia oficial Xinhua señaló que Beidou es capaz de determinar ubicaciones con un rango de exactitud de 10 metros, y puede medir velocidad hasta 0,2 metros por segundo. El sistema también puede sincronizar relojes con una exactitud de 50 nanosegundos.

Además de servir para ciudadanos chinos corrientes, Beidou apuntaría a reducir la dependencia de los militares de servicios controlados por Estados Unidos. China comenzó a desarrollar este sistema en el 2000, e inició pruebas del mismo para el gobierno y las fuerzas armadas el año pasado. Aunque los satélites alcanzan a cubrir hasta Australia, Beidou está todavía principalmente limitado a China. El país espera lanzar unos 40 satélites más entre 2014 y 2024 para lograr cobertura global.

Link: Chinese GPS alternative Beidou launches for commercial and civilian use with 16 satellites (The Verge)


Tomado de:

FayerWayer

El código, el lenguaje que nos permitirá una nueva forma de pensar

Ojo con código de computación

Escribir con la tecnología significa explorar el universo de la programación

A comienzos de 2012, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, tuiteó: "Mi propósito para Año Nuevo es aprender código en una academia".

Y a lo largo de todo el año, "aprender código" parece haber sido uno de los temas de moda en los medios.

Casi a la vez que Bloomberg tuiteaba sus propósitos, el ministro de Educación de Reino Unido, Michael Gove, anunció un plan para reemplazar del currículum escolar las clases de nuevas tecnologías por un programa de ciencias de la computación.

Los actuales cursos se centran a menudo en la "alfabetización digital", enseñar programas específicos de software como los procesadores de texto.

Los cambios son un intento por llegar a un sentido más equilibrado de "alfabetización". Es decir, no sólo ser capaz de "leer" la tecnología usándola, sino también poder "escribir" con ella.

Y en el mundo de la computación, escribir con la tecnología significa explorar el universo de la programación.

Para hablar con fluidez un idioma hace falta pensar en esa lengua. No se trata de pensar en español para luego traducir al inglés, sino pensar en inglés.

Y para hablar realmente ese idioma no basta sólo con aprender el vocabulario básico de los diferentes lenguajes de programación

Una escultura

Código

El código está en nuestros hogares, en nuestros bolsillos

Tenemos que entender cómo llegar a ideas que puedan adecuarse a la manera en que trabajan las computadoras. Tenemos que aprender a expresar nuestros pensamientos en el lenguaje de las máquinas. 

Esas son las habilidades que se necesitan hoy en día para innovar e inventar con las nuevas tecnologías.

A menudo programar se relaciona con un trabajo de ingeniería de software. Pero en cuanto uno aprende a pensar el idioma de la computadora debería estar claro que programar no es sólo ingeniería.

De hecho, en gran medida es como hacer una escultura. Los datos, el código, como si fuera un pedazo de arcilla, se manipula, se explora, se siente entre tus dedos, y de convierte en algo con significado.

Es prácticamente lo contrario de la ingeniería. Es una disciplina artística: comienzas haciendo bocetos y después trabajas sobre ellos hasta que emerge una estructura final.

Lo que pone en marcha el mundo

Claro que a la hora de la verdad se necesitan ambas disciplinas. Arte e ingeniería a la vez. Así que tal vez la arquitectura es una mejor analogía.

Es algo estético, pero con fundamento en la física, con fines prácticos pero también intención artística. El código es ya parte de la arquitectura del mundo en el que vivimos.

Es lo que pone en marcha las finanzas, los negocios y el entretenimiento, está en nuestros hogares y en nuestros bolsillos.

Y como la arquitectura necesita gente que habite los edificios, el código no se puede separar de sus usuarios o de sus escritores.

Las computadoras y el código nos sirven como prótesis. Algunas sirven para aumentar nuestra memoria, almacenando información y recuperándola más de prisa. Otras prótesis nos sirven como esqueletos que amplían nuestras capacidades.

La magia de estas prótesis, la magia que descansa en lo más profundo de la verdadera innovación, no necesariamente está en la habilidad que nos dan para hacer las cosas más rápidos. Nos permiten pensar ideas nuevas.

No se trata de pensar lo mismo más rápido, sino de pensar cosas diferentes, ideas que nunca habríamos tenido sin el código.

Por eso necesitamos más gente que pueda tener nuevas ideas.
 
Nuevas posibilidades 
 
Niños con computadoras. Archivo

La educación debería girar en torno a cómo pensar en este nuevo mundo, dice el autor

El entrenamiento de los más jóvenes debería girar en torno a cómo pensar en este nuevo mundo, aprender qué es posible hacer en él.

Cultivar un sentido del olfato y del equilibrio para vivir en este mundo asistido por el código.

Siempre vamos a necesitar ingenieros, pero también necesitamos artistas, periodistas o políticos que entiendan las prótesis y esqueletos de este mundo digital, que puedan usar las herramientas que nos permitan despegar hacia nuevos y más extraños mundos.

La enseñanza de la tecnología no se debería limitar, por tanto, a las habilidades técnicas. Más bien debería tratarse de ofrecer un nuevo conjunto de valores, una manera de pensar.

Cuando Michael Bloomberg dijo que su propósito de Año Nuevo era aprender código, no se refería a cambiar de pronto su carrera profesional y dedicarse a crear sitios webs. Estaba diciendo algo mucho más profundo.

Estaba diciendo: "Mi propósito es aprender a pensar de una manera moderna".
Eso es lo que significa realmente vivir en un mundo asistido por el código: comprender qué significa usar las máquinas para poder pensar con ellas. Eso es precisamente lo que significa "pensar" en el siglo XXI.

Fuente:

BBC Ciencia

¿Se están perdiendo los valores? ¿Qué valores?

No hay día en que se oiga en un medio de comunicación la letanía “se están perdiendo los valores” o “los jóvenes de hoy ya no respetan nada”, un mantra que todo el mundo parece aceptar y que sirve, entonces, para introducir toda clase de falacias estadísticas: como que los jóvenes de ahora son más violentos que los de antes, o que la sociedad en general está sumida en decadencia moral. 

Basta con echar un ojo a los índices de homicidios de cualquier país civilizado para comprobar que las personas tienden, cada vez menos, a matar al prójimo. Si bien es cierto que en 1960 hubo un repunte brutal de homicidios en Estados Unidos y Europa, la curva, en general, siempre ha sido descendente. 

Los jóvenes de antes, pues, eran más violentos y faltos de empatía que los de ahora. Y, bueno, siempre han existido voces que hablaban de la decadencia moral, sobre todo de las nuevas generaciones: Aristóteles decía “Los jóvenes de hoy no tienen control y están siempre de mal humor. Han perdido el respeto a los mayores, no saben lo que es la educación y carecen de toda moral.” Platón abundaba en ello: “¿Qué está ocurriendo con nuestros jóvenes? Faltan al respeto a sus mayores, desobedecen a sus padres. Desdeñan la ley. Se rebelan en las calles inflamados de ideas descabelladas. Su moral está decayendo. ¿Qué va a ser de ellos?”. Incluso podemos ir 4.800 años atrás en el tiempo y leer las siguientes inscripciones de una tablilla asiria: “En estos últimos tiempos, nuestra tierra está degenerando. Hay señales de que el mundo está llegado rápidamente a su fin. El cohecho y la corrupción son comunes”.

A esto se suma la dificultad que implica definir qué son los valores. Si asumiéramos esta supuesta pérdida de valores, ¿a qué valores nos estaríamos refiriendo? Tal vez se estén sustituyendo unos valores por otros, ¿sabemos a ciencia cierta que los de antaño eran mejores que los de hogaño? Si partimos de la base de que los valores correctos no deben sustituirse por otros valores, ¿entonces habría existido alguna clase de evolución en los valores vigentes de cualquier época? ¿Dejar de tratar a los negros o a las mujeres como infrahumanos no supuso la pérdida de determinados valores?

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Xakata Ciencia

Las raíces evolutivas del 'sexo, drogas y rock and roll'

Un grupo de amigas celebra la Nochevieja del año pasado en Madrid. | Roberto Cárdenas 
Un grupo de amigas celebra la Nochevieja del año pasado en Madrid. | Roberto Cárdenas

Casi dos millones de kilos de uvas, varios cientos de miles de toneladas de carnes, millones de litros de alcohol, junto a otros tantos cientos de miles de preservativos para los más afortunados, son los elementos que no pueden faltar en la despedida del año que será celebrada por casi todos los españoles en pocas horas. Aunque con menor intensidad, ningún festejo multitudinario carece de ellos. Y es que a los primates humanos nos gusta comer, beber y practicar el sexo, algo que también les sucede al resto de los grandes simios.

El ritual de despedida del año y recibimiento del nuevo comenzará con una gran comida en la que no faltarán las carnes, los mariscos, y para finalizar una buena tarta y/o surtido de turrones. El autocontrol y las dietas no se impondrán hasta días después. Los seres humanos, junto a otros primates, somos algunos de los animales que más engordamos, ya que poseemos mecanismos de acumulación de grasa que han sido favorecidos por selección natural para mantener reservas en épocas de escasez.

Ahora tratamos de evitar la obesidad a toda costa, pero gracias a que engordamos -y por ello somos capaces de no comer durante días-, hemos sobrevivido como especie. Los primates estamos adaptados como ningún otro organismo a la ingestión de grasas y azúcares, algo que otros animales no pueden con tanta facilidad. Esto permite que nuestro cerebro se alimente con mayor eficacia.

De esta manera, comiendo poco podemos obtener las calorías que nuestro cerebro necesita. Es por esta razón que los humanos perseguimos lo graso y lo dulce. Este tipo de alimentos nos producen más placer en el cerebro porque nos aportan la energía fundamental que nos ha hecho falta para sobrevivir durante los últimos millones de años.

A continuación, el cava y las copas serán los protagonistas de la celebración. A los monos también les gusta el alcohol y se emborrachan, como muchos harán en las próximas horas. Este es el caso de los monos vervet, los cuales han desarrollado una adicción al alcohol. Los turistas extranjeros, cuando descansan sobre la arena de las playas en la isla caribeña de Saint Kitts, dejan sus bebidas descuidadas. Los monos, se acercan con sigilo y se apropian de ellas.




Pero hay más casos similares. En la India, donde los macacos son sagrados, no son raros los saqueos que incluyen la ingesta de algún tipo de bebida fermentada. Las consecuencias del alcohol en su organismo es muy parecida a las que nosotros sufrimos: fallos en la locomoción, caídas y finalmente somnolencia.

Los más marchosos, continuarán la fiesta en los diferentes cotillones y discotecas que se prolongarán hasta al amanecer. Los datos de la FAD (Fundación Anti Droga) y el Ministerio del Interior demuestran que en estas fechas aumenta el consumo de todo tipo de drogas. En los años 30, se realizaron unos experimentos sobre la adicción a las drogas con chimpancés. Hasta entonces se creía que la adicción era un fenómeno exclusivamente social y se negaba su enganche físico.




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Yo Mono
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