Según confirman los experimentos de Taylor, además de ser el psicoestimulante más usado del mundo, la cafeína tiene la propiedad de mejorar la capacidad del cerebro de identificar errores gramaticales durante la lectura rápida de una página con información en nuestro propio idioma. Concretamente, los experimentos revelaron que las personas que habitualmente consumen cafeína necesitan 400 miligramos para mejorar sus resultados, mientras que los poco cafeteros solo precisan 200 miligramos de esta bebida para notar el efecto.
La investigación refuerza la idea de que los estimulantes del sistema nervioso central mejoran la capacidad de procesar el lenguaje, tal y como concluyen los autores del estudio en la publicación Journal of Experimental Psychology: Applied.
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