Utilizar fuentes alternativas de energía en medios de transporte es uno de los grandes objetivos que tanto la industria como el público en general espera alcanzar en los próximos años. Usualmente las novedades se concentran sobre coches eléctricos o diferentes tipos de híbridos, pero ya hemos visto ejemplos como el aceite de cocina recuperado. En esta ocasión, la fuente de energía es el café. Nos ha mantenido despiertos por incontables noches, de eso no caben dudas, pero en realidad se trata del café usado que termina en el cesto de la basura. En su estado natural, poco puede hacer para propulsar a un vehículo, sin embargo, un grupo llamado “Voluntarios de Conservación de Teesdale”, estacionados en Durhan, Inglaterra, han convertido al café en el combustible para un vehículo que acaba de ingresar en el Libro Guinness de los Récords.
El coche simplemente se llama “Coffee Car”, y el ingeniero Martin Bacon es el rostro visible del proyecto. Tomaron un British Leyland Rover SD1, realizaron varias modificaciones (que en líneas generales se limitaron a restar peso del coche) e instalaron un gasificador. La gasificación convierte material orgánico (el café propiamente dicho) en gas de síntesis, que se obtiene después de que el material original es sometido a un proceso de alta temperatura en el cual no hay combustión, con cantidades controladas de oxígeno o vapor, según el caso. El gas de síntesis puede ser aplicado en celdas de combustible, o como sucedió en el Coffee Car, utilizado para alimentar a un motor de combustión interna.
Fuente:
Neo Teo