(Segunda parte del reportaje “El periodismo no está en crisis, quienes están en crisis son El País y El Mundo”. Puede leer aquí la primera parte del mismo)
Las narraciones, cada vez más visuales
“Las nuevas generaciones ven el mundo de diferente manera a como lo hacíamos antes. Su cultura visual es muy superior a la literaria, y por tanto prefieren consumir los productos informativos de diferente manera. En este sentido, también tenemos que llevar a cabo procesos de adaptación”. Esta es una de las vías de rentabilización más evidentes del periodismo del futuro, la que se acerca a un público joven, generando visitas y tráfico que atraiga a una publicidad muy enfocada a ese target. Pero para conseguir ese objetivo, según añade Arsenio Escolar, director editorial de 20 minutos, hay que primar más la parte gráfica de la información sobre la literaria.
Es una creencia generalizada. Si en algo coinciden los editores de los medios de masas es que los contenidos deben tender a una narración cada vez más visual. Hace tan solo unas semanas, el diario New York Times sorprendía con el innovador proyecto: Snow Fall. Un reportaje contado a través de técnicas de narrativa multimedia que, según se va avanzando en su lectura, se incluyen vídeos, fotos e infografías para completar la información. Los gurús de la comunicación exhibieron sus elogios hacia este tipo de narración. Una conclusión a la que también debió llegar el público, pues hubo momentos en los que hasta 22.000 usuarios estuvieron “viendo” este reportaje al mismo tiempo.
Para quienes defienden este modelo de valor añadido, el trabajo del redactor, que recababa información e individualmente la convertía en contenido, debe mutar hacia formas más colaborativas. Sus principales aliados serán los infografistas digitales, diseñadores e informáticos, los perfiles profesionales más aptos para darle un sentido multimedia e interactivo a las noticias. Una alianza de la que quizá surjan nuevos géneros informativos. Aunque serán necesarias mejores herramientas y aplicaciones tecnológicas para hacer este tipo de contenidos, así como más banda ancha para distribuirlos, pues todavía son demasiado pesados. Un entorno colaborativo en el que se generarán unas dinámicas necesarias para asumir con rapidez los permanentes cambios tecnológicos.
Periodismo analítico: el caso Die Zeit
Frente a este modelo de generación de valor añadido, hay quienes prefieren apostar por una nueva manera de leer la realidad, más reflexiva y menos cómoda. El lector ya no se traga, afortunadamente, todo lo que los medios le echen encima. Internet nos ha puesto a todos en el mismo nivel. La bidireccionalidad y el derecho a réplica pueden destruir una noticia en el primer comentario. No todos los periodistas se especializan y la inteligencia colectiva de la red siempre está presente para corregir, completar o criticar un contenido. Pero no solo eso. La evolución tecnológica ha aportado nuevas herramientas que aportan funcionalidad, agilidad, hipertextualidad e interactividad. ¿Tiene entonces sentido seguir haciendo lo mismo que siempre? Lógicamente no, y quién todavía no se haya dado cuenta no sobrevivirá en este nuevo ecosistema.
El analfabetismo digital es una disfunción social cada vez menos extendida, pero las resistencias siguen existiendo.Las nuevas generaciones tienen una cultura visual muy superior a la literaria.
En un contexto como el actual, en el que la competencia es máxima debido a la reducción de costes a la hora de imprimir, distribuir y comercializar, y a la facilidad (algunos de los blogs más leídos superan en número de visitantes a los medios tradicionales que peor se han sabido adaptar), se necesita aportar valor añadido, tanto a los contenidos como a la presentación. No es una opción, sino una obligación.
El diario alemán Die Zeit publicaba el pasado mes de diciembre en su portada un anuncio con la imagen de un perro que llevaba en la boca un periódico en papel y una tableta electrónica. La frase que acompañaba la imagen clarificaba sus intenciones: “¿Cómo puede sobrevivir el buen periodismo? Los periódicos bajo presión”. Unas semanas después el editor jefe de la edición online de este medio alemán, Wolfgang Blau, no esconde su optimismo a El Confidencial en un momento en el que “el número de lectores que pagan por nuestra edición digital no para de crecer”, principalmente provenientes de las tabletas y libros electrónicos.
Para este periodista, que ha sido reconocido recientemente por la asociación alemana de medios con el premio al Mejor Editor Jefe del año 2011, el periodismo tradicional todavía tiene mucho que decir, aunque reconoce que “los ingresos digitales no pueden compensar las pérdidas del papel”. Por ello, su apuesta de futuro se centra más en lo digital, donde “el modelo de negocio es sostenible, siempre y cuando se haga un periodismo de calidad y profundidad”. Según Blau, la inmediatez perderá cierto valor en el futuro a favor de publicaciones más reposadas que salgan una vez por semana y que se puedan leer tranquilamente en cualquier soporte tecnológico. Un modelo que “nos permite llegar a los lectores durante cualquier hora del día y en cualquier lugar donde se encuentre, ya sea en el metro, el sofá de su casa o la montaña”.Un entorno colaborativo en las redacciones es fundamental para asumir con rapidez los permanentes cambios tecnológicos.
El editor de la edición online de Die Zeit apunta que una de las mayores dificultades a las que se ven abocados los medios alemanes es la barrera lingüística. “En los espacios geográficos con una comunidad de hablantes reducida, como Alemania que cuenta con solo 98 millones, es más difícil expandirse. En cambio, los medios en inglés, español o chino cuentan con muchas más oportunidades para atraer un número suficiente de usuarios que sostengan un periodismo caro, como es el de investigación y análisis”. De hecho, 20 minutos ya ha lanzado ediciones específicas para EEUU y México.
En ese modelo que apuesta por la calidad, aparece en un lugar destacado el Business Insider. Uno de los modelos de negocio más espectaculares por el rápido crecimiento de su audiencia. La rara avis del sector, máxime al tratarse de un medio especializado en información económica y de negocios. Su estilo está a medio camino entre el entretenimiento y la información más seria y rigurosa. Su director Henry Blodget sintetiza las claves de su éxito en cuatro aspectos: contenido pensado puramente en digital, adaptado a una distribución multipantalla con fuerte acento en las búsquedas y las redes sociales, medido en tiempo real con fuerte enfoque a la medición de resultados y con una alta productividad de la redacción en rentabilidad de audiencia.
La cuenta de resultados parece darle la razón, y es que en 2010, con tan solo un año de vida, consiguió recuperar toda su inversión con una facturación de 4,8 millones. Por aquel entonces contaba con 7,8 millones de usuarios únicos, mientras que en la actualidad, las estadísticas de Google le atribuyen 23 millones. Y estas son las dos opciones de negocio, el modelo visual frente al modelo de análisis. Dos concepciones enfrentadas que decidirán cómo será el periodismo del futuro. Ambas apuestas han estado en el centro discursivo de las últimos ERE en el sector periodístico
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El Confidencial