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11 de abril de 2019

Por qué Emiliano Zapata fue tan trascendental en la historia de México (y el revolucionario más querido)


Es el personaje más icónico de la Revolución Mexicana. Existen cientos de monumentos en su honor, mientras que incontables calles, escuelas y poblados llevan su nombre.

Hay decenas de películas sobre su vida, y de su lucha se han escrito numerosos libros y ensayos académicos.

Se trata de Emiliano Zapata Salazar, "El Caudillo del Sur", el héroe más querido del conflicto armado entre 1910 y 1915 que cambió la historia de México.

El10 de abril de 2019 se cumplen 100 años de su muerte. Fue asesinado durante una emboscada en la hacienda de Chinameca, en el estado de Morelos.

Más que otros líderes de la Revolución, como Francisco I. Madero o Pancho Villa, entre los mexicanos Zapata se convirtió en el símbolo de la lucha por justicia y libertad, explican historiadores como Felipe Ávila.

Zapata encabezó un ejército formado por indígenas, campesinos, jornaleros y obreros que pertenecían a los sectores más afectados durante el período conocido como “El Porfiriato”.

El revolucionario luchaba para que se restituyeran las tierras y manantiales entregados a las comunidades desde los tiempos de la Colonia, pero que les fueron despojados por hacendados y empresas extranjeras. 

La importancia histórica del personaje y su lucha, explica Ávila, es que sin el zapatismo la Revolución Mexicana hubiera concluido solamente con un relevo en la presidencia del país.

Pero en cambio, coinciden especialistas, el movimiento virtualmente transformó el modelo de país que existía hasta entonces, y lo convirtió en parte en el México actual.

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

17 de octubre de 2017

Tres capítulos de la Revolución de Octubre, cien años después

La Revolución Rusa encabezada por los bolcheviques es un proceso que la izquierda todavía no termina de procesar. En El Ciudadano conversamos con el historiador Luis Thielemann y desempolvamos textos de Eric Hobsbwam para resumir los tres capítulos más relevantes de cómo los trabajadores pudieron soñar con construir un Estado que les representara y no les enviase a morir a la guerra.


“Dicen que los socialistas traerán la paz” escribía un soldado austro-húngaro que luchaba en la Primera Guerra Mundial, en una carta enviada a su familia en 1918. Exhausto y sin convicciones sobre la nación por la que era forzado a luchar, arriesgar su vida y matar; la Revolución de Octubre era su esperanza de que la brutalidad de la guerra podría acabarse algún día.

Esa Revolución, que cumple cien años, es por muchos considerada como el hito más relevante del Siglo XX. Y es que no sucedió de modo aislado ni surgió de la nada. Las burguesías nacionales de las principales potencias industriales a nivel mundial estaban, a comienzo del siglo, en una desatada carrera armamentista con el objeto de asegurar mercados consumidores de su excesiva producción. Tal voracidad desató un caos planetario sin punto de referencia en la historia de la humanidad.

Las fuerzas conjuradas por las guerras mundiales (tanto la de 1914-1918, como la de 1939-1945) involucraron a todas las economías nacionales. La presión por producir alimento para la población empobrecida y para los soldados en la guerra; la rápida expansión de la industria de las armas; la muerte, la brutalidad y el terror; fueron sostenidas masivamente por los trabajadores de tales economías. En toda Europa, las principales industrias militares serán el centro neurálgico de la lucha contra la guerra y por la paz.

El historiador inglés, Eric Hobsbawm, señala en su virtuoso texto “Historia del Siglo XX” el peso que cargaban los Estados que participaron de las guerras y compara el suceso con el impacto de la Revolución Francesa en el Siglo XIX:
“El peso de la guerra total del Siglo XX sobre los estados y las poblaciones involucrados en ella fue tan abrumador que los llevó al borde del abismo… La humanidad necesitaba una alternativa que ya existía en 1914… Parecía que sólo hacía falta una señal para sustituir el capitalismo por el socialismo… Fue la revolución rusa -o, más exactamente la revolución bolchevique-  de octubre de 1917 la que lanzó esa señal al mundo, convirtiéndose así en un acontecimiento tan crucial para la historia de este siglo como lo fuera la revolución francesa de 1789 para el devenir del Siglo XIX”.
Siendo la guerra una situación mundial, también tendrá esa impronta la resistencia a ella. La Revolución Rusa de 1917, encabezada por los bolcheviques y conducidos estos por Lenin, tendrá un impacto esperanzador para el mundo y se planteará sí misma como una revolución cuya subsistencia dependerá de que efectivamente escale a nivel mundial. 

El artículo completo en:

El Confidencial (Chile)

29 de febrero de 2016

La larga historia del ateismo

El libro 'Batallando con los dioses' explora las raíces de la "no creencia"

Tim Whitmarsh sostiene que la tendencia ha estado presente todas las culturas

El profesor de Cambridge rebate el mito de que es un "invento" de la Ilustración




El ateísmo viene de largo y es tan antiguo como la creencia en Dios, sostiene el profesor Tim Whitmarsh, que enseña Cultura Griega en la Universidad de Cambridge y se desmarca estos días con un libro,Battling the Gods, indagando como pocos en la raíces de la "no creencia" en seres divinos.


Asegura Whitmarsh que la idea de que el ateísmo en un "invento" de la Ilustración, propulsado por los avances de la ciencia, ha sido un mito que pervive hasta nuestros días por la influencia del cristianismo. El profesor de Cambridge reconoce que ha tenido que excavar "bajo los escombros acumulados durante siglos de censura cristiana" para encontrar indicios de ateísmo en culturas milenarias.

Whitmarsh se rebela también contra idea de que la religión es un producto inevitable de nuestra evolución como especies. "Estoy intentando rebatir la noción de que los humanos estamos "programados" para creer", declara a The Guardian el experto en cultura clásica, que ahonda sobre todo en las huellas de ateísmo en la Grecia politeísta, pasando por Sócrates y Platón.


A Sócrates le obligaron precisamente a beber cicuta por "no reconocer los dioses ancestrales". Aunque su ejecución, sostiene Whitmarsh, no fue tanto por "herejía" como por razones políticas, ya que el ateísmo llegó a estar más o menos tolerado en la sociedad ateniense.

Se remite Whitmarsh a uno de los famosos diálogos platónicos, en los que un creyente arenga con complejo de superioridad a un "no creyente": "Tú y tus amigos no sois los primeros en tener este este punto de vista sobre los dioses. Siempre ha habido de esos que sufren esta "enfermedad", en mayores o menores números".

"Podemos estar o no de acuerdo a la hora de bautizarlo como "enfermedad"", puntualiza Whitmarsh. "Pero Platón tenía seguramente razón en el punto principal: siempre ha habido a lo largo de la historia, y en todas las culturas, gente que se resiste a creer en un poder divino".

Nos recuerda Whitmarsh a pensadores como Carnéades de Cirene, que dirigió la Academia de Platón en el siglo II antes de Cristo, y que consideraba "la creencia en dioses como algo ilógico". Tiempo después, Jenófanes de Colofón criticó los dioses antropomórficos como "una invención humana y corrupta" (aunque propuso al mismo tiempo la evolución hacia algo parecido al panteísmo).

Los primeros ateos

Diágoras de Melos se llevó de hecho la mala fama del primer ateo en la Grecia clásica. Los atomistas Leucipo y Dmócrito defendieron luego una visión materialista del mundo en la que no había lugar para la intervención divina. Whitmarsh recuerda cómo los epicúreos, en pos de la vida feliz y del carpe diem, fueron llamados en sus tiempos los "ateos" (literalmente, "sin dios").

El autor de Batallando a los dioses se desmarca del debate actual, propiciado tanto desde el cristianismo como desde el "nuevo ateísmo". "Las dos posturas pecan de vanidad modernista", asegura Whitmarsh.

"Lo cierto es que la no creencia en un poder supranatural es tan vieja como nuestras colinas", concluye el profesor de Cambridge. "Es de una profunda ignorancia creer que los europeos "iluminados" del siglo XVIII fueron los primeros en batallar contra los dioses. De hecho, en las sociedades antiguas fueron más capaces de contener el ateísmo dentro de lo que estaba considerado "normal"".

Fuente:

El Mundo Ciencia

19 de mayo de 2014

Basta de hablar de revolución tecnológica




Si hay una idea asociada con la tecnología que hay que desterrar es que estamos presenciando o que presenciaremos una revolución.

Ya se trate del grafeno, la impresión en 3D, la biología sintética, el gas de esquisto, los grandes datos (big data) o el bitcoin, cualquier descubrimiento, técnica o invento nuevo e importante invoca la palabra con "R". Es el caballito de batalla de los proveedores del bombo tecnológico.
La idea de una revolución no solamente se utiliza para impulsar una tecnología en particular. Por ejemplo, en respuesta al cambio climático, políticos como Nicolás Stern promueven una nueva revolución industrial con bajas emisiones de carbono.

Pero qué tecnologías se usarán y, fundamentalmente, cómo serán los procesos de toma de decisiones que las rodean, parece en gran medida irrelevante. El punto es que en una revolución está la salvación.

¿Pero es la revolución una manera adecuada de describir cómo se da el cambio tecnológico o cómo podría mejorar nuestras vidas? Y si no, ¿cómo debemos definir a estos procesos?

Es fácil comprender por qué aquellos que tienen un producto o una idea para vender o promocionar recurren a este lenguaje. Suena emocionante y progresista. Pero tiene menos sentido que los periodistas, los responsables de diseñar políticas y otras personas repitan esta frase propia de las relaciones públicas.

Los que están impacientes por ver el éxito de un nuevo elemento tecnológico podrían proclamar "Es el futuro, acéptalo", pero ¿qué pasa con el derecho a dudar, criticar o simplemente rechazar una tecnología? Nuestro futuro no está tan limitado. Abrir espacios para hacernos preguntas y ver otras opciones (o como el académico de política científica Andy Stirling dice: "pluralizar el progreso") nos podría beneficiar a todos.

Esperanza

La idea de una revolución tiende a exagerar el poder de las tecnologías para impulsar un cambio por sí solas sin las ayuda de otros actores o fuerzas.

bitcoin

La moneda virtual bitcoin, una de las "revoluciones" tecnológicas del momento.

El grafeno bien podría tener un impacto enorme en nuestra vida, pero no lo va a hacer por sí mismo y no va a resolver todos nuestros problemas. La impresión en 3D solo será una revolución del consumismo si se lo permitimos.

Los grandes datos ya están teniendo un impacto significativo en muchas vidas y es probable que eso continúe, pero ¿hasta qué punto, precisamente, sigue siendo tema de debate? Las revoluciones tecnológicas y científicas son también revoluciones de la sociedad, la economía y la cultura.

Diversos factores influyen enla forma en que una tecnología termina forjando nuestras vidas, desde las normas sociales imperantes hasta las estructuras de poder existentes en la sociedad. Es peligroso esconder esos contextos debajo de la alfombra.

También cabe recordar que la Revolución Industrial no fue precisamente gloriosa para todo el mundo. Las personas sufrieron, muchos se opusieron a ella y además tuvo diversas consecuencias a largo plazo no deseadas, como las emisiones de carbono.

Actualmente estamos a mitad del bicentenario de las revueltas de los luditas (1811-1817). Más conocidos por destruir telares de vapor automatizados, tal vez no sorprenda que la palabra ludita se emplee comúnmente hoy en día para denominar a alguien que se opone y que posiblemente les teme a los avances tecnológicos.

Pero el activismo ludita en realidad se centraba más en quién debía controlar la tecnología que en estar en contra de cualquier tecnología en sí misma. Para repetir una frase muy citada del ludita George Mellor: "Dejen las máquinas, pero dispárenles a los amos". Lo que también se olvida muchas veces es el esfuerzo por sofocar este movimiento. Según el proyecto bicentenario ludita, el cuerpo de Mellor y muchos otros fueron donados a la ciencia médica como parte de su castigo.


El término "Revolución Industrial", nació 12 años después.

Lea el artículo completo en:

17 de agosto de 2013

William Masters y Virginia Johnson, la pareja que revolucionó la ciencia del sexo

Estos científicos formaron una pareja que revolucionó la ciencia del sexo. ¿Qué hicieron exactamente?

Virginia Johnson y William Masters. (Internet)
Virginia Johnson y William Masters. (Internet)

Un hombre, dentro de un armario, mira hacia el exterior a través de una rendija. Parece estar espiando a alguien que emite sonidos raros, como si estuviera ejercitándose o brincando sobre la cama. Está oscuro. El hombre sostiene un cronómetro con la mano izquierda y una linterna con la boca. La linterna se le cae. La recoge y vuelve a mirar por la rendija. ¿Qué mira con tanta atención y nerviosismo? Pues, a una pareja teniendo sexo.

Así empieza el tráiler de Masters of Sex, serie televisiva estadounidense próxima a estrenarse y que contará la historia de los investigadores que revolucionaron la ciencia y la medicina de su época: William Masters (1915-2001) y Virginia Johnson (1925- 2013). 

Fueron los primeros que decidieron estudiar el sexo desde una perspectiva distinta: para comprender los intríngulis del sexo, había que observar el acto sexual como nunca antes. Forzar los límites de lo permitido. Obviar los tabúes. Tomar apuntes de las reacciones de los voluntarios que accedían a ser analizados. Registrar tiempos. Conectar electrodos a los amantes, si es posible, para monitorearlos mejor mientras tenían relaciones en un laboratorio. Usar cámaras, electrocardiógrafos, vibradores.
Llamarlos voyeurs o pervertidos sería desacertado: el ginecólogo Masters y la psicóloga Johnson hicieron ciencia de verdad.

El hombre que estaba en el armario era el señor Masters, precisamente. Ese ejemplo es fundamental para marcar la diferencia con el método de Alfred Kinsey, el padre de la investigación sexual, que durante los años 40 y 50 publicó informes sobre la conducta sexual humana. Kinsey se basó exclusivamente en entrevistas que les hizo a decenas de personas.

INFLUENCIA CULTURAL

Masters y Johnson se conocieron en 1957. Desde entonces formaron un equipo de trabajo altamente curioso y prolífico. Publicaron La respuesta sexual humana (1966), Incompatibilidad sexual humana (1970) y El vínculo del placer (1975), obras fundamentales de la sexología. Todos fueron best sellers, por cierto.

Los trabajos de Masters y Johnson derribaron mitos, educaron y hasta mejoraron la vida sexual de las personas, todo ello a pesar de los prejuicios de aquel entonces. No solo estaba lo del tabú moral, sino también el desinterés de una comunidad científica que no consideraba el sexo como objeto de estudio.

“Simplemente, quiero responder una pregunta: ¿qué ocurre en el cuerpo durante el sexo?”, dice Masters en el tráiler de Masters of Sex. La respuesta a tal interrogante, una vez que estuvo en poder de las masas, ocasionó una gran revolución en materia sexual

Tomado de:

Peru21

 

23 de mayo de 2012

Manual del perfecto ahorcamiento (o manual para verdugos dummies)

Igual que el uso de la guillotina, durante la Revolución Francesa, se impuso por ser el método más rápido, eficaz y en el que había menos sufrimiento (el método de ejecución más humanitario lo llamaron), supongo que todos los condenados a la horca habrían preferido que sus verdugos tuviesen los conocimientos básicos para que el ahorcamiento fuese rápido y limpio. No conocer estos fundamentos básicos como el grosor de la cuerda, la distancia de la caída… podían alargar la agonía en demasía e incluso darse situaciones tan surrealistas como en la que el verdugo tuvo que agarrarse a los pies del ahorcado y tirar de él u otra en la que la fuerza de la caída lo decapitó.


Teniendo en cuenta todos estos detalles, en 1944 el Departamento de Guerra de los EEUU elaboró un folleto llamado Procedimiento para las ejecuciones militares. En este manual se detalla el tipo de nudo, la construcción del patíbulo con tamaños, grosores y distancias de dicha estructura (del tipo de las instrucciones de Ikea)… y, sobre todo, las tablas de la caída necesaria del cuerpo, dependiendo del peso del condenado (una libra son 0,45 kg)


120 lbs o menos
125 lbs
130 lbs
135 lbs
140 lbs
145 lbs
150 lbs
155 lbs
160 lbs
165 lbs
8´1″ (2,46 m)
7´10″
7´7″ (2,30 m)
7´4″
7´1″
6´9″
6´7″
6´6″
6´4″
6´2″ (1,88 m)
170 lbs
175 lbs
180 Ibs
185 lbs
190 lbs
195 lbs
200 lbs
205 lbs
210 lbs
220 1bs o más
6´0″ (1,83 m)
5′ 11″
5′ 9″
5′ 7″
5′ 6″ (1,68 m)
5′ 5″
5′ 4″
5′ 2″
5′ 1″
5′ 0” (1,52 m)


Además, había que tener en cuenta la constitución física, sobre todo muscular, para adecuar la distancia de caída. Dichas ejecuciones deberán llevarse a cabo por un verdugo del ejército, en el caso de que no esté disponible podrá hacerlo un verdugo civil y recibir un paga de lo estipulado en la localidad donde se proceda a la ejecución pero sin superar los 100 dólares por ejecución. Si tampoco hubiese verdugo civil, podrá ser nombrado verdugo un miembro de la comunidad… estable emocionalmente.


Instrucciones para construir el patíbulo



La propia horca



Nudo corredizo

Fuente:

14 de octubre de 2010

¿Cuánto tiempo somos conscientes tras ser decapitados?


Frente a ser decapitado con una guillotina, surge un problema propuesto por algunos médicos: la muerte podría no ser inmediata y la cabeza dividida del cuerpo continúa viviendo un cierto tiempo, ya que no está muerta, sino moribunda.

Es más, se piensa que las personas ejecutadas en la guillotina durante la Revolución Francesa, “disfrutaban” de un tiempo en el que comprobaban cómo los asistentes a la ejecución les vituperaban cuando el verdugo alzaba su cabeza para mostrarla al público… Eran sólo unos segundos, que es el tiempo que tarda el cerebro en perder su aporte sanguíneo.

El fisiólogo Paul Loye (1861–1890), no faltaba a ningún ajusticiamiento capital de guillotina que tuviese lugar en París y a veces también presenciaba algunas ejecuciones de provincias. Llegó a escribir un libro con sus observaciones al que tituló “La mort par décapitation” (“Loye: Death by Decapitation”).

guillotina ejecucion cabeza cortada

En él anotó el hecho de que el procesado, frecuentemente sufría un síncope antes del momento fatal y cuando el verdugo le decapitaba, estaba ya prácticamente muerto. La ansiedad, la angustia o la emoción solía ocasionarles un shock.

Las entrevistas que se realizaron a verdugos confirmaron esta circunstancia. Por ejemplo, Brand, un ejecutor de Berlín, sostenía que de cada diez criminales ejecutados por él, apenas uno llegaba más o menos íntegro al castigo. Los otros estaban ya casi muertos cuando les ponía la mano encima. Eran como una masa sin vida, fuerzas o sensibilidad. Deibler, un ejecutor de París narraba casi lo mismo. El verdadero dolor no lo notaban al ser guillotinados, sino en los momentos anteriores a su muerte. Más bien se trataba de un dolor moral.

Los líderes de la Revolución Francesa aprobaron la guillotina por recomendación de la Academia de Cirugía para efectuar las ejecuciones capitales. La Academia aconsejó el instrumento inventado por un médico, el Doctor Joseph Ignace Guillotin, por su forma rápida y limpia de ejecutar. Los técnicos aseguraban que el dolor duraba escasas fracciones de segundo, el tiempo que tardaba la cuchilla en seccionar la cabeza.

Doctor Joseph Ignace Guillotin
El Doctor Joseph Ignace Guillotin.

El famoso médico-legista Paul Brouardel decía que “la decapitación es la manera de suplicio que elimina de manera más eficiente, los dolores que resultan de la aplicación de la pena e incluso, los que en otras formas de pena de muerte, surgen de la falta de precisión y habilidad del verdugo”.

doctor Paul Brouardel
El doctor Paul Brouardel.

El francés Paul Loye, aparte de los comentarios sobre varios individuos castigados con la sentencia de muerte, desarrolló pruebas con animales. De esta manera pudo conocer más sobre el ahogamiento, el trituramiento de miembros con la rueda, el estrangulamiento, el despedazamiento y la quema en la hoguera. Uno de los ejemplos acerca de vivir sin cabeza, correspondería a los patos, que poseen más capacidad para poder vivir sin cabeza que los pollos. Eso forma parte de la sabiduría popular; si cortamos la cabeza a un pato, este saldrá corriendo, golpeándose con todo porque no puede ver nada, pero correrá y aguantará al menos un par de horas sin problema alguno.

Ya durante la Revolución francesa, se extendió la idea de que la cabeza podía seguir pensando y padeciendo una vez seccionada del cuerpo. El conocido anatómico alemán Doctor Samuel Thomas von Sömmerring señalaba que “la decapitación sólo se encontraba en países distinguidos por la estupidez y la brutalidad de sus leyes”. Estimaba que la cabeza separada del cuerpo, mantenía unos segundos (o una hora ¿quién sabe?) la sensibilidad y pensamiento. Se podían analizar movimientos espontáneos en las cabezas. El Profesor de Anatomía Doctor Sue, relataba que no sólo la cabeza, sino el cuerpo, mostraba signos de sufrimiento tras la decapitación. Desde el año 1794 surgió una acalorada discusión entre los médicos, iniciada por el Doctor Soemmering en Alemania y el francés Doctor Oelsner, quienes se preguntaban si la muerte se producía coincidiendo con el acto de la decapitación.

Lea el artículo completo en:

Blogodisea

15 de julio de 2010

¿Cómo afectó el clima la historia de China?


Jueves, 15 de julio de 2010

¿Cómo afectó el clima la historia de China?

Un osado estudio publicado hoy sostiene que los dos milenios de invasiones extranjeras y guerras internas en China fueron causados más por el clima frío que por el feudalismo, la lucha de clases, o los gobiernos deficientes. Leer para creer, o para no creer, como es en nuestro caso, ¿por qué?; porque la geografía, como toda ciencia, tiene sus paradigmas, y es el enfoque positivista el que da un valor determinante a l medio geográfico en los cambios sociales, negando o minimizando el papel que cumplen las masas en la historia. Y estos enfoques se transmiten a taves de la enseñanza. La historia es un proceso social, y los seres humanos han creado leyes sociales, leyes que les han permitido, permiten y permitirán levantarse por encima de las leyes naturales.

En Conocer Ciencia apostamos por la transformación de nuestra sicuedad y tenbemos a la geografía como un isntrumento para lograr dicho cambio. Más detalles aquí. Finalmente no podemos dejar d emencionar al gran geografo fracés Yves Lacoste el cual en su obra La geografía: un arma para la guerra, distingue tres geografías: la geografía escolar y universitaria, la geogafía espectáculo y la geografía como instrumento del poder, las dos primeras disimulan la tercera.


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Según la investigación, la falta de alimentos y las malas cosechas fueron suficientes para levantar tumultos civiles o forzar hordas de nómadas hambrientos a desplazarse desde las estepas de Mongolia.

Estos sucesos nefastos siempre estuvieron ligados a períodos largos de clima frío. En contraste, los momentos de mayor estabilidad y prosperidad en China ocurrieron durante períodos cálidos.

La teoría no deja de ser controvertida para los historiadores. En general, se tiende a intentar buscar causas que provengan de la sociedad misma para explicar los procesos sociales. La intervención del clima suele ser un factor muy secundario en la elaboración de hipótesis históricas.

Pero el estudio no carece de seriedad. Científicos chinos y europeos, liderados por Zhibin Zhang, de la Academia de Ciencias China en Beijing investigaron información procedente de más de 1.900 años de historia. Buscando en los archivos históricos, analizaron la frecuencia de las batallas, la suba del precio del arroz, la aparición de plagas, sequías, e inundaciones.

“El colapso de las dinastías basadas en la agricultura de Han (25-220), Tang (618-907), Song del norte (960-1125), Song del sur (1127-1279), y Ming (1368-1644) están estrechamente asociadas a las bajas temperaturas o la rápida caída de la temperatura”, concluyen los investigadores.

La escasez de comida pudo haber debilitado estas dinastías, y empujado a los nómadas del norte (aún más vulnerables a las bajas temperaturas) a invadir a sus vecinos chinos.

“Cuando las condiciones climáticas se agravan más allá de lo que la tecnología y el sistema económico puede compensar, la gente es forzada a desplazarse o a morir de hambre”, explica Zhibin Zhang.

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El estudio halló más inundaciones y sequías durante los períodos más fríos, pero los fenómenos que más contribuyeron directamente a la guerra y la caída de las dinastías fueron las plagas y la subida del precio del arroz. El Imperio Romano, y la civilización maya también cayeron durante períodos fríos, añaden los científicos.

“Los historiadores comúnmente atribuyen la transición de dinastías o los ciclos históricos a la calidad del gobierno o la lucha de clases”, dice el artículo publicado en la revista británica Proceedings of the Royal Society B. “Sin embargo, las fluctuaciones climáticas pueden significar un factor que interactúa con las estructuras sociales y afecta la caída y la expansión de culturas y dinastías."

Fuentes: Discovery News / Proceedings of the Royal Society B

Fuente:

Sobre Historia


P.D. La ciencias sociales expresan, en un momento histórico y económico determinado, la visión, que d ela sociedad, tienen las clases en el Poder, esta sentencia es de Marx y Engels y esuna verdad vigente hasta el día de hoy, una muestra es el artículo que acabas de leer. Más detalles en
Geografía y Teoría Revolucionaria.

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