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7 de abril de 2013

Teoría del caos, Relatividad y Mecánica Cuántica

Introducción
  1. Materialismo dialéctico: el método del marxismo.
  2. El contexto del surgimiento del método marxista.
  3. Engels y el método del marxismo.
    ¿Qué hay detrás del intento de separación entre el método del marxismo y el marxismo?
I. Movimiento, materia y teoría del conocimiento
  1. Movimiento único absoluto en la naturaleza.
  2. Consideraciones sobre el concepto de materia y teoría del conocimiento.
II. La teoría de la relatividad y el materialismo dialéctico

Introducción.

  1. Teoría especial de la relatividad (unidad dialéctica materia y energía).
  2. Teoría general de la relatividad (unidad dialéctica materia, espacio y tiempo).
  3. Teoría de la relatividad. ¿Materialismo o idealismo?
III. Teoría del caos y materialismo dialéctico

Introducción.

  1. Teoría del caos: susceptibilidad a las condiciones iniciales. Necesidad y accidente.
  2. El caos que nace del orden: Atractores extraños.
  3. El orden del caos: Fractalidad (atractores extraños).
  4. El orden que nace del caos: Ventanas de orden.
  5. La creatividad del caos: La objetividad progresiva del tiempo.
IV. Mecánica cuántica y dialéctica

Introducción.

  1. Mecánica cuántica estándar
    1. Los saltos cuánticos o saltos dialécticos en la mecánica cuántica.
    2. El campo magnético y el espectro electromagnético: unidad y lucha de contrarios y negación de la negación.
    3. Dualidad onda partícula o unidad de contrarios.
    4. El ‘Principio de incertidumbre’.
  2. Física cuántica relativista
    1. Unidad y lucha de contrarios, negación de la negación y saltos cualitativos.
    2. Materia y antimateria, unidad de contrarios.
    3. Las partículas elementales y el desarrollo del universo: unidad dialéctica de lo finito y lo infinito.
Conclusiones
  1. A. Los saltos cualitativos.
  2. B. Unidad y lucha de contrarios.
  3. C. Negación de la negación.


INTRODUCCIÓN

El mundo, unidad de todo, no ha sido creado por ningún Dios, ni por ningún hombre, sino que ha sido, es y será un fuego eternamente vivo que se enciende y se apaga según leyes
Heráclito, 530-470 a.C.


Lea el artículo completo en:

15 de julio de 2010

¿Cómo afectó el clima la historia de China?


Jueves, 15 de julio de 2010

¿Cómo afectó el clima la historia de China?

Un osado estudio publicado hoy sostiene que los dos milenios de invasiones extranjeras y guerras internas en China fueron causados más por el clima frío que por el feudalismo, la lucha de clases, o los gobiernos deficientes. Leer para creer, o para no creer, como es en nuestro caso, ¿por qué?; porque la geografía, como toda ciencia, tiene sus paradigmas, y es el enfoque positivista el que da un valor determinante a l medio geográfico en los cambios sociales, negando o minimizando el papel que cumplen las masas en la historia. Y estos enfoques se transmiten a taves de la enseñanza. La historia es un proceso social, y los seres humanos han creado leyes sociales, leyes que les han permitido, permiten y permitirán levantarse por encima de las leyes naturales.

En Conocer Ciencia apostamos por la transformación de nuestra sicuedad y tenbemos a la geografía como un isntrumento para lograr dicho cambio. Más detalles aquí. Finalmente no podemos dejar d emencionar al gran geografo fracés Yves Lacoste el cual en su obra La geografía: un arma para la guerra, distingue tres geografías: la geografía escolar y universitaria, la geogafía espectáculo y la geografía como instrumento del poder, las dos primeras disimulan la tercera.


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Según la investigación, la falta de alimentos y las malas cosechas fueron suficientes para levantar tumultos civiles o forzar hordas de nómadas hambrientos a desplazarse desde las estepas de Mongolia.

Estos sucesos nefastos siempre estuvieron ligados a períodos largos de clima frío. En contraste, los momentos de mayor estabilidad y prosperidad en China ocurrieron durante períodos cálidos.

La teoría no deja de ser controvertida para los historiadores. En general, se tiende a intentar buscar causas que provengan de la sociedad misma para explicar los procesos sociales. La intervención del clima suele ser un factor muy secundario en la elaboración de hipótesis históricas.

Pero el estudio no carece de seriedad. Científicos chinos y europeos, liderados por Zhibin Zhang, de la Academia de Ciencias China en Beijing investigaron información procedente de más de 1.900 años de historia. Buscando en los archivos históricos, analizaron la frecuencia de las batallas, la suba del precio del arroz, la aparición de plagas, sequías, e inundaciones.

“El colapso de las dinastías basadas en la agricultura de Han (25-220), Tang (618-907), Song del norte (960-1125), Song del sur (1127-1279), y Ming (1368-1644) están estrechamente asociadas a las bajas temperaturas o la rápida caída de la temperatura”, concluyen los investigadores.

La escasez de comida pudo haber debilitado estas dinastías, y empujado a los nómadas del norte (aún más vulnerables a las bajas temperaturas) a invadir a sus vecinos chinos.

“Cuando las condiciones climáticas se agravan más allá de lo que la tecnología y el sistema económico puede compensar, la gente es forzada a desplazarse o a morir de hambre”, explica Zhibin Zhang.

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El estudio halló más inundaciones y sequías durante los períodos más fríos, pero los fenómenos que más contribuyeron directamente a la guerra y la caída de las dinastías fueron las plagas y la subida del precio del arroz. El Imperio Romano, y la civilización maya también cayeron durante períodos fríos, añaden los científicos.

“Los historiadores comúnmente atribuyen la transición de dinastías o los ciclos históricos a la calidad del gobierno o la lucha de clases”, dice el artículo publicado en la revista británica Proceedings of the Royal Society B. “Sin embargo, las fluctuaciones climáticas pueden significar un factor que interactúa con las estructuras sociales y afecta la caída y la expansión de culturas y dinastías."

Fuentes: Discovery News / Proceedings of the Royal Society B

Fuente:

Sobre Historia


P.D. La ciencias sociales expresan, en un momento histórico y económico determinado, la visión, que d ela sociedad, tienen las clases en el Poder, esta sentencia es de Marx y Engels y esuna verdad vigente hasta el día de hoy, una muestra es el artículo que acabas de leer. Más detalles en
Geografía y Teoría Revolucionaria.

18 de febrero de 2010

"El hombre piensa por que tienen manos"

Viernes, 19 de febrero de 2010

"El hombre piensa por que tienen manos"

Por Federico Engels


El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía política. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora de los materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre.

Hace muchos centenares de miles de años, en una época, aún no establecida definitivamente, de aquel período del desarrollo de la Tierra que los geólogos denominan terciario, probablemente a fines de este período, vivía en algún lugar de la zona tropical - quizás en un extenso continente hoy desaparecido en las profundidades del Océano Indico - una raza de monos antropomorfos extraordinariamente desarrollada. Darwin nos ha dado una descripción aproximada de estos antepasados nuestros. Estaban totalmente cubiertos de pelo, tenían barba, orejas puntiagudas, vivían en los árboles y formaban manadas.

Es de suponer que como consecuencia directa de su género de vida, por el que las manos, al trepar, tenían que desempeñar funciones distintas a las de los pies, estos monos se fueron acostumbrando a prescindir de ellas al caminar por el suelo y empezaron a adoptar más y más una posición erecta. Fue el paso decisivo para el tránsito del mono al hombre.

Todos los monos antropomorfos que existen hoy día pueden permanecer en posición erecta y caminar apoyándose únicamente en sus pies; pero lo hacen sólo en caso de extrema necesidad y, además, con suma torpeza. Caminan habitualmente en actitud semierecta, y su marcha incluye el uso de las manos. La mayoría de estos monos apoyan en el suelo los nudillos y, encogiendo las piernas, hacen avanzar el cuerpo por entre sus largos brazos, como un cojo que camina con muletas. En general, aún hoy podemos observar entre los monos todas las formas de transición entre la marcha a cuatro patas y la marcha en posición erecta. Pero para ninguno de ellos ésta última ha pasado de ser un recurso circunstancial.

Y puesto que la posición erecta había de ser para nuestros peludos antepasados primero una norma, y luego, una necesidad, de aquí se desprende que por aquel entonces las manos tenían que ejecutar funciones cada vez más variadas. Incluso entre los monos existe ya cierta división de funciones entre los pies y las manos. Como hemos señalado más arriba, durante la trepa las manos son utilizadas de distinta manera que los pies. Las manos sirven fundamentalmente para recoger y sostener los alimentos, como lo hacen ya algunos mamíferos inferiores con sus patas delanteras. Ciertos monos se ayudan de las manos para construir nidos en los árboles; y algunos, como el chimpancé, llegan a construir tejadillos entre las ramas, para defenderse de las inclemencias del tiempo. La mano les sirve para empuñar garrotes, con los que se defienden de sus enemigos, o para bombardear a éstos con frutos y piedras. Cuando se encuentran en la cautividad, realizan con las manos varias operaciones sencillas que copian de los hombres. Pero aquí es precisamente donde se ve cuán grande es la distancia que separa la mano primitiva de los monos, incluso la de los antropoides superiores, de la mano del hombre, perfeccionada por el trabajo durante centenares de miles de años. El número y la disposición general de los huesos y de los músculos son los mismos en el mono y en el hombre, pero la mano del salvaje más primitivo es capaz de ejecutar centenares de operaciones que no pueden ser realizadas por la mano de ningún mono. Ni una sola mano simiesca ha construido jamás un cuchillo de piedra, por tosco que fuese.





Por eso, las funciones, para las que nuestros antepasados fueron adaptando poco a poco sus manos durante los muchos miles de años que dura el período de transición del mono al hombre, sólo pudieron ser, en un principio, funciones sumamente sencillas. Los salvajes más primitivos, incluso aquellos en los que puede presumirse el retorno a un estado más próximo a la animalidad, con una degeneración física simultánea, son muy superiores a aquellos seres del período de transición. Antes de que el primer trozo de sílex hubiese sido convertido en cuchillo por la mano del hombre, debió haber pasado un período de tiempo tan largo que, en comparación con él, el período histórico conocido por nosotros resulta insignificante. Pero se había dado ya el paso decisivo: la mano era libre y podía adquirir ahora cada vez más destreza y habilidad; y ésta mayor flexibilidad adquirida se transmitía por herencia y se acrecía de generación en generación.

Vemos, pues, que la mano no es sólo el órgano del trabajo; es también producto de él. Unicamente por el trabajo, por la adaptación a nuevas y nuevas funciones, por la transmisión hereditaria del perfeccionamiento especial así adquirido por los músculos, los ligamentos y, en un período más largo, también por los huesos, y por la aplicación siempre renovada de estas habilidades heredadas a funciones nuevas y cada vez más complejas, ha sido como la mano del hombre ha alcanzado ese grado de perfección que la ha hecho capaz de dar vida, como por arte de magia, a los cuadros de Rafael, a las estatuas de Thorwaldsen y a la música de Paganini.

Escrito por Federico Engels en 1876

Si dese leer el artículo completo vaya a:

El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre

24 de febrero de 2008

Sobre ciencia y dialéctica

Manuel Martínez Llaneza intervino recientemente en las páginas de Rebelion (http://www.rebelion.org/docs/60179.pdf) con un documentado comentario a un ensayo de Alan Woods y Ted Grant -Razón y revolución- que había sido publicado en España por la fundación Federico Engels en los años noventa. En la discusión posterior, también en las (imprescindibles) páginas de rebelión, surgieron nuevamente cuestiones relativas a la ciencia, a su estatus gnoseológico, y a sus relaciones con la dialéctica.

Esta conversación con Martínez Llaneza intenta precisar algunas de estas problemáticas que siguen siendo, en mi opinión, temáticas abiertas, ni disueltas ni superadas. Tres ejemplos de ello de orden diverso: la vindicación por parte del gran bioeconomista Nicholas Georgescu-Roegen de las aproximaciones dialécticas en algunos campos de las ciencias sociales; el elogio reciente del gran escritor guatemalteco Mario Roberto Morales de la generación y uso de conceptos dialécticos, y la reflexión metacientífica, con indudable marchamo dialéctico, de grandes físicos contemporáneos. Murray Gell-Mann, el físico joyciano, entre ellos.

*

Si te parece podemos empezar por algunas definiciones, ¿cómo podríamos definir o caracterizar el conocimiento científico? ¿Crees que existe alguna línea de demarcación entre ciencias sociales, naturales y ciencias formales?

Si partimos de que existe un mundo exterior a nuestra mente –rechazo el solipsismo, aunque no es este el lugar de explicar por qué- en el que se encuentra la humanidad, concluiremos en que no existe ninguna línea de demarcación en el objeto del conocimiento que es el propio mundo. Sin embargo, es obvio que las formas de aproximación a los diversos aspectos de la realidad son en cada momento muy diferentes, pero, si lo miramos diacrónicamente, observamos que la aproximación científica, con todo lo impreciso que pueda ser este concepto, va ganando terreno y penetra en espacios cada vez más amplios. Pensemos en la genética: durante siglos se han utilizado precientíficamente los cruces de animales como método de mejora de determinadas cualidades; en poco más de cien años se ha pasado de los guisantes de Mendel a la secuenciación del genoma; las herramientas, métodos de trabajo y profundidad del conocimiento han evolucionado de forma espectacular. ¿Qué ocurriría con la psicología si pudiéramos ‘leer’ –y tal vez sea posible un día- las sinapsis neuronales? No hay línea de demarcación, hay estadios de conocimiento y niveles de complejidad.

¿Y en cuanto a las ciencias formales, a las matemáticas y la lógica, por ejemplo, respecto a las otras disciplinas?

Las matemáticas son muy formales, pero no son una ‘ciencia formal’. Aunque las relaciones con la realidad sean muy tenues y puedan pasar desapercibidas a un cierto nivel de análisis, los conceptos de número, punto y conjunto, por ejemplo, no dejan de ser abstracciones de la experiencia, y sin ellos no hay matemáticas. La lógica expresa aspectos de la forma en que creamos nuestros conceptos y las relaciones entre ellos; por eso subyace a todo el pensamiento, científico o no.

En cuanto a la dialéctica, ¿cómo podríamos caracterizarla?

El conocimiento no es necesariamente científico. La humanidad aprendió a navegar antes de que Arquímedes explicara por qué flotan los barcos. Todos tomamos continuamente decisiones sin analizar -y frecuentemente sin conocer- todos los datos de una situación y sin certidumbre absoluta de acertar. No se puede parar el mundo hasta que sepamos lo suficiente para continuar. Las ‘carencias’ de un conocimiento cierto las suplen costumbres, creencias religiosas o filosóficas, hábitos personales o sociales, etc., que marcan un punto de vista, una concepción del mundo o la aceptación de un hábito. A falta de una definición mejor fundada, para mí el materialismo dialéctico –no he inventado yo esta acepción, evidentemente- significa la necesidad de explicar las cosas por sí mismas, incluyendo en la explicación lo que no se explica y el propio materialismo dialéctico, sin recurrir a dioses ni filosofías autónomas de la experiencia. Recuerda el cuento de Borges: si se conocieran todos los detalles de un sistema no habría conceptos propiamente.

¿Incluyendo en la explicación lo que no se explica y el propio materialismo dialéctico? Podrías desarrollar este paso de tu respuesta.

Quiero decir que el materialismo dialéctico no es anterior a la búsqueda de explicaciones, sino que forma parte de esta actividad; que no justifica nada ‘desde fuera’, y que lo que no se explica forma parte necesaria del mismo mundo que se explica y está presente en la búsqueda. Soy consciente de que no estoy dando una definición, imposible por otra parte, porque la totalidad es analizable pero no reducible.

¿Y crees que sigue siendo razonable usar la expresión “materialismo dialéctico”?

No me preocupa que se llame materialismo dialéctico o no, que a los diversos aspectos de la realidad los llamemos contradicciones o negaciones, o que establezcamos otros criterios de aproximación a la realidad, siempre que estos conceptos –o palabras- sean una ayuda y no se conviertan en el corsé que ‘niegue’ el materialismo en nombre de una realidad superior.

¿Y qué entiendes por materialismo? No es un concepto tan unívoco.

Desde luego que no lo es si nos fijamos en el desarrollo histórico del concepto. Por eso es útil la denominación ‘materialismo dialéctico’.

¿Qué estatus otorgas a las leyes de la dialéctica? ¿Son leyes científicas en algún sentido razonable de la expresión?

De mi anterior respuesta puede deducirse que no considero que las ‘leyes de la dialéctica’ sean científicas. De hecho siempre me ha costado mucho llamarlas ‘leyes’.

¿Qué serían entonces para ti? ¿Metáforas, sugerencias, experiencia acumulada, rasgos de una concepción del mundo revisable?

He dicho anteriormente que no todo el conocimiento es científico. Si vemos las llamadas ‘leyes de la dialéctica’ en el contexto en el que se utilizaron originalmente (y aquí dejo fuera a Hegel), entendemos qué querían poner de manifiesto, particularmente Engels, porque vemos a qué visiones de la realidad o aproximaciones a la misma se oponían. Esto lo podemos expresar diciendo que cobran sentido en relación dialéctica con otras corrientes de pensamiento o considerando, con Saussure, que los significados se definen por lo que no significan. La consideración de la totalidad concreta como objeto de la investigación es, como expresó Lenin, el objetivo último de la visión dialéctica.

Te contesto en esta forma porque me has preguntado qué son para mí, porque el mejor tratamiento que conozco de esta cuestión está en la presentación de Manuel Sacristán a su traducción de 1964 del Anti-Dühring.

La dialéctica, en ocasiones, se presenta como una disciplina científico-filosófica que trasgrede o supera el principio de no contradicción. ¿Tiene esta aspiración algún sentido razonable?

No alcanzo a entender cómo puede afirmarse eso, ni conozco la escala de valores en que se podría considerar ‘superior’ esa alternativa. (Quizá la mejor aportación del positivismo fuera la preocupación por el lenguaje). Por ejemplo, la utilización de la lógica multivaluada en apoyo de esta interpretación me parece infantil: no cambia nada, sólo, por su mayor complejidad, lo hace más creíble al profano que quiere creerlo y busca una justificación. Tampoco sé qué sentido tiene la transgresión, fuera de la escena social (o penal), salvo en el sentido irónico que le da Sokal en su famoso artículo (“Transgressing the Boundaries: Toward a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity” Social Text, Spring/Summer, 1996; fácilmente localizable en la red)

En un trabajo reciente publicado en www.rebelion.org con fecha 7 de diciembre, y ahora mismo también acabas de hace referencia, citabas elogiosamente la presentación que escribió Sacristán en 1964 para su traducción del Anti-Dühring de Engels. ¿Qué destacarías de ese trabajo? ¿Crees que sigue teniendo algún interés en la actualidad?

Lo destacaría todo, desde los aspectos científicos y filosóficos a los históricos, sin dejar de lado los humanos. Creo que es una de las mejores síntesis del pensamiento marxista que se han hecho, comparable al famoso prólogo a la ’Introducción a la crítica de la Economía Política’ de Marx. Es tan actual como todo el pensamiento marxista, es decir, cada vez más. El tratamiento de la dialéctica es esclarecedor.

¿Cuál es tu opinión sobre la actualidad y vigencia del pensamiento de Marx y Engels? ¿Qué aspectos de su legado teórico te parecen más revisables?

Creo que Marx, con Engels por supuesto, hizo una aportación decisiva para la interpretación de la historia y en particular del capitalismo, además de un conjunto importantísimo de observaciones y estudios en diversos ámbitos. La profundidad de su visión es tal que, aunque no se diga expresamente, las grandes opciones políticas y los modelos económicos se definen actualmente en relación con su pensamiento. Santiago Alba Rico, en su recomendable Capitalismo y nihilismo, analiza sesudamente (pág. 30) cuatro modernas y científicas definiciones de “globalización” para hacer ver a continuación cómo un párrafo del Manifiesto Comunista de 1848 las anticipa, engloba e integra en una concepción más profunda. (Por eso he combatido siempre la expresión ‘globalización neoliberal’ que, haciendo desaparecer la palabra ‘capitalismo’, trata de exonerarlo de responsabilidades que atribuye, nada dialécticamente, a un neoliberalismo nacido de malvadas desviaciones del buen capitalismo).

Claro que hay que revisar y actualizar lo dicho por Marx a la luz de la evolución histórica, pero me temo que mucho ha de cambiar el mundo para que su pensamiento deje de ser un referente y una guía esclarecedora.

¿Por qué crees que hay actualmente tanto desinterés por el enfoque o la concepción dialéctica? ¿Se puede ser, con consistencia, un científico informado y estar interesado en estos temas?

No sé si hay desinterés o es que, como en tantas otras cosas, la derecha nos ha arrebatado la bandera cuando estábamos jugando a mirarnos el ombligo y, en algunos casos, a teorizar sobre él. Me asombra el sentido de ‘totalidad concreta’ que tienen los grandes comediantes de la política y las finanzas. Y también, como he dicho antes, la poca capacidad de respuesta a la actividad disolvente de los “ni…ni…”

En cuanto a los científicos, los hay de todo tipo. Se ha dicho muchas veces que el 90% de los científicos de la humanidad están vivos, lo que incluye tanto a Newton como a miles de investigadores que hacen medidas, cálculos o estadísticas para publicar un artículo sin preocuparse de lo que hay detrás. En ningún caso hay incompatibilidad, pero tampoco una relación necesaria.

¿Por qué crees que irrumpió en la URSS en los años treinta el debate entre ciencia burguesa y ciencia proletaria? Se incluían en el primer saco disciplinas que, se afirmaba, no eran propiamente dialécticas, que negaban, por ejemplo, en el carácter dinamicista de la realidad.

He leído sobre el tema, pero no he llegado a formarme una opinión clara sobre la razón última del debate. Creo ver la utilización religiosa –en sentido lato, de justificación última- por problemas de poder.

Has escrito en alguna ocasión: “Las imposturas y mixtificaciones en las ciencias (en economía son obvias y se discuten más) son un elemento de opresión directo y, si personas de cuya filiación progresista no puede dudarse como son Alan Woods y Ted Grant han caído es esa trampa, eso nos da una idea muy precisa de su importancia”. ¿Y por qué crees que personas progresistas, informadas en general, han caído en esa trampa?

No lo sé con certeza, pero creo que fundamentalmente por pereza. Es mucho más cómodo poner una ‘verdad’ general asumida por delante que dedicar esfuerzos a profundizar en sus aplicaciones. El razonamiento por analogía es una potente fuente de sugerencias, pero a veces juega malas pasadas.

Has escrito también: “Viva la Ilustración; ni un paso atrás”. ¿Qué opinión te merecen entonces todas estas corrientes culturales, filosóficas, que se definen o se incluyen en el ámbito del postmodernismo? ¿Crees que pueden afirmarse que el postmodernismo es la arista cultural ideológica del capitalismo global (o mucho más globalizado si lo prefieres)? ¿Hay algo que aprender de esas críticas a la tradición ilustrada?

No he prestado excesiva atención al pensamiento posmoderno; lo poco que he leído siempre me ha sido antipático porque me ha parecido pretencioso, formalista y vacuo, lo que no me ha estimulado a profundizar en él. Cuando hace algunos años descubrí los primeros ataques de los ideólogos del sistema al pensamiento ilustrado –algo impensable unas décadas antes, salvo en los sectores eclesiásticos más retrógrados, y entonces daban risa- me di cuenta de que aquello nos llevaba de vuelta a la Edad Media, lo que se ha venido confirmando con la proliferación y ascendiente de sectas fundamentalistas, teocons y predicadores de toda laya. Ese hilo conductor casa bien con el irracionalismo decimonónico y el fascismo, y entiendo que es apoyado, al menos, en la intención de destrucción del pensamiento revolucionario, por lo que conozco del posmodernismo. Cada vez entiendo mejor las consideraciones de Marx y Lenin sobre su herencia ideológica y me preocupa la frivolidad –en el mejor de los casos- de muchos ‘pensadores’, cuando no la desvergüenza de los propagandistas que se permiten el descaro de criticar el derecho a la huelga aduciendo que previamente se había firmado ‘libremente’ un contrato. O cuando se apoya el descuartizamiento y la privatización de la Universidad en nombre de la ‘competitividad’ científica.

Insisto: en estos asuntos, ni un paso atrás.


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Fuentes:

Rebelion.org

Lea también:

Crítica de la Crítica precipitada

Descargue:

El Manifiesto Comunista

Anti Dûhring de Sacristán


Disfrute:

El Manifiesto Comunista en You Tube:




15 de mayo de 2007

REFUTANDO A STEPHEN HAWKING
by D.R.A.G.R. Sunday, May. 13, 2007 at 7:09 PM

LEYENDO "HISTORIA DEL TIEMPO" DE S. HAWKING (1989)

Es necesario que los marxistas de hoy nos planteemos desarrollar el dialéctico partiendo de comprender las cosas nuevas, entre ellos los nuevos descubrimientos científicos. Así como Engels sostuvo ayer que la materia en eterno movimiento se desenvolvía en un movimiento infinito en calidad y cantidad, esto es en formas infinitas del mismo, debemos sostener hoy que la materia en movimiento infinito se desenvuelve en infinitas formas del tiempo y espacio cuantitativa y cualitativamente hablando, en cuanto a concreciones inagotables de la materia eterna.



Otra cuestión, no se debe absolutizar ¿por qué se juega con el criterio de infinito algo que es finito?. De lo que se conoce sobre la materia, del conocimiento de la parte de materia eterna, sólo se puede derivar leyes que rigen para esa parte y no tienen porque generalizarse para toda la materia en general. Así se podría enjuiciar mas objetivamente problemas como la llamada expansión del universo o la gran explosión (Big Bang).

Otra situación, tener en cuenta que en el proceso de la ciencia ha habido casos en que se ha llegado a verdades que contenían parte de error pero no obstante han sido aceptados ¿por qué?. Por que la parte de verdad que contenían implicaba conocimientos que resolvían los problemas y necesidades de la sociedad de su tiempo, por ejemplo, la teoría egocéntrica de Ptolomeo servía a resolver problemas de la navegación de los tiempos del helenismo así como posteriormente fue violentamente sostenido por la Inquisición como arma ideológica en defensa del feudalismo y la iglesia católica en particular.


MAS SOBRE EL LIBRO DE STEPHEN HAWKING

Pretende establecer una teoría completa, definitiva de la física que abarque el mega cosmos y el micro cosmos y toda la materia partiendo de la actual teoría de la relatividad general y la mecánica cuántica y considerar que así se llegará a un último y máximo conocimiento de la física es creer en verdades absolutas o en sistemas cerrados. Por más que se haya llegado a definir que los quants y los electrones son las partículas básicas como se afirma hoy y se presuma que no van a producirse cambios de estos en menos de 10 mil millones de años, no se puede arribar a este tipo de derivaciones aparentemente científicas y en el fondo metafísicas. Para afirmar esto basta considerar que el propio autor sostiene que así el hombre podría llegar a conocer el pensamiento de dios. Sistemas cerrados como el de Kant o el de Hegel por ejemplo, ya fueron cuestionados por el marxismo, por la filosofía materialista dialéctica ¿quién podría asegurar y con fundamento científico o filosófico que ya no habrá mas desarrollo o cambio o nuevos descubrimientos de realidades materiales ya existentes aunque desconocidos, o que la materia no crea nuevas formas?. Lo que sí podría concluirse es que basándose en la teoría de la relatividad general y en la mecánica cuántica, teniendo en cuenta el principio de la incertidumbre, se podría establecer los fundamentos de la teoría general de la física, lo que denomina "teoría de la gran unificación" y que se busca afanosamente hace décadas, el mismo Einstein lo buscaba.

Hay un gran peso ideológico idealista neopositivista tras esos criterios científicos se orientan hacia el descubrimiento de dios. No se concibe ni por asomo que la materia es que al autodisolverse genera la ley a través de aciertos y errores que en tal proceso van quedando como muñones antes de desarrollarse la ley tal cual es. Hoy se siguen formulando interrogantes metafísicas como en el medioevo sobre como dios y los ángeles. Sin embargo recordemos que en esos tiempos y sin ciencia como la actual, el franciscano aunque con una falacia abrió paso a posiciones materialistas al interrogar "¿piensa la materia?" y responderse "si, por que para dios no hay imposible". Llama la atención que Hawking no se refiere a grandes filósofos, importantes para la ciencia, incluso Hume (como Hume) en el siglo XVIII, sí a Berkeley y más aún a B. Russell en este siglo, pero sí a Popper y a Wittgenstein a quien considera el más grande filósofo del siglo XX (los dos últimos connotados neopositivistas). En él también subyace la idea de separar idea de espíritu. Por eso plantea que el tiempo es una elaboración conceptual, matemática; no lo ve como expresión de la realidad material. Así se llega a lo que ya dijeron otros que "Dios es matemático". Nuevamente hoy debaten como ayer sobre la luz, si la luz es partícula o es honda, cuando ya, en 1936 Varilov sostuvo que la luz es una contradicción con dos aspectos: honda y partícula. Ocurre que avanzan en la investigación de las hondas pero encuentran dificultades al profundizar en ellas y pasan a estudiar las partículas hasta que, sucede igual y otra vez se tiene que volver a las hondas como hoy con la teoría de las cuerdas. Sin embargo así es como avanza y se seguirá avanzando.

Por otro lado Hawking utiliza el principio... esto es el conocimiento de la materia y su comprensión en el hombre en las condiciones de su existencia y en su capacidad pensante esto expresa en este científico como en otros un trasfondo de idealismo subjetivo.

No se puede llegar a teorías únicas, completas y sobretodo definitivas sobre la materia, como Hawking plantea, por que la materia existe en eterno desarrollo, pero sí se pueden establecer teorías fundamentales incluso para largo ti~ sustentados en los conocimientos científicos históricamente generados en condiciones económicas sociales y técnicas completas. Más aún en la actualidad, dado el gran desarrollo científico del siglo XX como nunca antes, apoyado por una muy alta tecnología. Así, las condiciones están dadas para el establecimiento de la llamada "teoría de la gran unificación", esto es una teoría fundamental y general de la física basada en la relatividad general y la mecánica cuántica.

Finalmente, hoy menos que nunca, ni la ciencia ni la filosofía. tienen como objetivo la contemplación, sino como Marx sentara en su tesis XI, la transformación de la realidad material, natural o social, lo cual exige combatir todo criterio metafísico, religioso o no, que pretendo guarecerse en la ciencia que sirve al idealismo y, por tanto, a la lucha de los explotadores y opresores contra los explotados y oprimidos. Es en la actualidad a no dudarlo, una importante tarea ideológica dentro del repliegue político general de la revolución proletaria.

Lea el artículo completo en Indymedia Perú
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