15 de julio de 2014
Las personas consumistas son más propensas a estar deprimidas
El estudio, publicado en la revista Personality and Individual Differences, ha sido desarrollado por un equipo de científicos de la Universidad de Baylor (EEUU) que contó con un total de 246 participantes con una edad media de 21 años y a quienes se les sometió a una encuesta online de 15 minutos orientada a medir el nivel de materialismo, la gratitud, la satisfacción de necesidades y la satisfacción general en la vida.
Los resultados revelaron que quienes habían tenido una calificación baja en gratitud y alta en la satisfacción de sus propias necesidades eran más propensos a ser materialistas y a sentirse menos felices con su vida.
¿Por qué esta correlación? Esto sucede porque a las personas materialistas les resulta más difícil ser felices con lo que tienen, siempre necesitan más porque centran su vida en lo que no poseen, por lo que se convierten en personas insatisfechas y con tendencia a la depresión. Por el contrario, la gratitud conforma un estado de ánimo positivo en el que lo importante son las personas que nos rodean en lugar de nosotros mismos y nuestras posesiones.
Tomado de:
Muy Interesante
24 de septiembre de 2012
Sociedad de consumo: Cuanto más infeliz en la infancia, más materialista
Los científicos afirman que los niños infelices son más susceptibles a los mensajes de los anuncios televisivos, que por regla general incitan a asociar el consumismo a la felicidad. Por término medio, se estima que un niño británico está expuesto a 10.000 anuncios al año, mientras que un chaval estadounidense visualiza en torno a 40.000 spots televisivos anualmente.
Estudios previos en adultos revelan que las personas poco satisfechas con su vida tienden a adoptar un pensamiento materialista, pero también que las personas más materialistas se sienten cada vez menos satisfechas. "Es una pescadilla que se muerde la cola", aclaran los científicos. Atajarlo desde la infancia, sostienen Opree y sus colegas, sería el mejor remedio.
20 de mayo de 2010
Crean por primera vez una célula artificial
Jueves, 20 de mayo de 2010
Crean por primera vez una célula artificial
El creador es Craig Venter, el padre del genoma humano.
Venter: "Es la primera especie cuyo padre es un ordenador"
Por fin. Se crea vida a partir de elementos químicos. Ya está aquí la vida artificial. Estamos ante la nueva frontera de la biotecnología.
Para Conocer Ciencia esta es, con toda probabilidad, no sólo la noticia científica del año, sino también de toda la historia de la ciencia.
¿Quién Craig Venter?
John Craig Venter (nacido el 14 de octubre de 1946 en Salt Lake City) es un biólogo y hombre de negocios estadounidense. Fue el presidente fundador de Celera Genomics, haciéndose famoso al arrancar su propio Proyecto Genoma Humano en 1999, al margen del consorcio público, con propósitos comerciales y utilizando la técnica shotgun sequencing. Más detalles en Wikipedia.
Craig Venter fotografiado durante una visita a Madrid. | Quique Fidalgo
Craig Venter ha vuelto a jugar a ser Dios. El científico que presentó hace ya 10 años el genoma humano en la Casa Blanca ante Bill Clinton ha dado un paso más hacia la creación de vida. Tras más de 15 años de trabajo, él y su equipo han logrado fabricar en el laboratorio el ADN completo de la bacteria 'Mycoplasma mycoides' e introducirlo en otra célula recipiente de otra especie llamada 'Mycoplasma capricolum'.
Contada de forma resumida, esta investigación publicada en la revista 'Science' puede parecer un acontecimiento científico más. Pero lo cierto es que se trata de la primera vez que un investigador crea, con todas las implicaciones que esta palabra tiene, una forma de vida sintética, cuyo material genético procede de cuatro botes de productos químicos.
Para lograrlo, los investigadores fabricaron en una máquina de su laboratorio todas y cada una de las unidades básicas del ADN de la bacteria 'Mycoplasma mycoides' y los ensamblaron como si de un Mecano se tratase. Una vez montado el complicado puzzle, vaciaron una célula de otra especie de bacteria e introdujeron el código genético sintético en la célula recipiente.
Un salto en el árbol de la vida
En poco tiempo, el nuevo 'software genético' se adueñó de la bacteria y dentro de ella no quedó ni un sólo rasgo de la antigua especie. A partir de ese momento, sólo expresaba las proteínas de la bacteria sintetizada y sus características eran las que confería el código genético fabricado en el laboratorio. En pocos segundos se había transformado en una especie diferente.
Bacterias con el genoma sintético. | Science
Las implicaciones científicas, éticas y filosóficas que tiene esta nueva investigación son infinitas. ¿Hemos definido bien la palabra Vida? Si pudiéramos mejorar el código genético humano, ¿Deberíamos hacerlo?
En el terreno de la Ciencia, las novedades son mucho más sencillas de asimilar. Las mismas técnicas de laboratorio pueden ser utilizadas para fabricar en el futuro combustibles limpios, productos químicos o sustancias alimenticias o para limpiar agua o acelerar el proceso de fabricación de antibióticos.
Lucha contra el cambio climático
"Esta es una potentísma heramienta para decidir qué queremos hacer en el campo de la Biología", aseguró Venter a través de una conversación por Skype ofrecida por la revista científica 'Science'. "Estamos desarrollando en estos momentos la utilización de algas capaces de capturar CO2 y de transformarlo en hidrocarburos que pueden ser procesados en las refinerías ya existentes. Eso evitaría tener que sacar más petróleo del suelo".
Desde hace años, Venter trabaja con al idea de diseñar organismos que puedan ayudar a combatir el cambio climático. "No hay ningún alga natural que conozcamos que pueda hacer esto en la escala que nosotros necesitamos, así que tendremos que usar las nuevas tecnicas de genómica sintética para desarrollar nuevas algas a partir de las que ya existen o desarrollar otras nuevas que tengan las propiedades que queremos que tengan", explicó Venter.
"Creo que lo más importante es que estamos entrando en una nueva era científica limitada sólo por nuestras imaginaciones", sentenció el investigador.
Herauld Sun
Wall Street Journal
Y, ¡faltaba más!, por supuesto que los remitimos a:
Nature y
Science
16 de febrero de 2009
200 años después Darwin sigue luchando (V)
Nature: 15 evidencias de la evolución
Nature, una de las revistas científicas más populares, publicó este mes (febrero de 2009) en su sitio Darwin 200 (que está dedicado al 200 aniversario del nacimiento de Charles Darwin y del 150 aniversario de la publicación del libro Sobre el origen de las especies por medio de la seleción natural) un compendio de 15 artículos (que en realidad son 15 temas respaldados por uno o más artículos) que fueron publicados en la última década (aunque la mayoría son de los últimos cuatro años) que tienen evidencia importante de la evolución: 15 joyas evolucionarias
La teoría sintética de la evolución lleva muchos años desarrollándose, corrigiéndose e investigándose; la evolución no se trata solamente del libro -Sobre el origen de las especies- sino que involucra a prácticamente todas las ramas de la biología, algunas ciencias sociales (como antropología) e incluso una buena parte de la economía en algo que los biólogos cariñosamente llamamos Biología Evolutiva que es todo lo que está relacionado con la teoría de la evolución. Es importante remarcar que no se trata de una teoría filosófica, sino de una teoría científica, es decir, de una idea que explica un proceso natural de manera elegante y acorde con los datos obtenidos a través de observaciones sistemáticas.
Todo el camino que nos ha traído hasta lo que hoy es la Biología Evolutiva comenzó desde que el ser humano se preguntó por primera vez cómo funciona el mundo, pero no fue sino hasta que el valiente Charles Darwin (tal vez motivado/presionado por las ideas de Wallace (Alfred Russell, no William) publicó su libro y propuso su teoría cuando la comunidad científica se interesó y comenzó a estudiar en detalle cómo es que se originaron tantas especies como conocemos (y desconocemos) hoy en día.
Actualmente la investigación continúa, y aún falta muchísimo por hacer y descubrir. En este compendio, los autores nos muestran una nanométrica porción de los estudios que se han hecho, tomando como base 15 temas recientes:
- Ancestros terrestres de las ballenas
- Del agua a la tierra (origen de los tetrápodos)
- El origen de las plumas
- Historia evolucionaria de los dientes
- Origen del esqueleto de los vertebrados
- selección natural y especiación
- Selección natural en lagartijas
- Un caso de co-evolución
- Dispersión diferencial en aves silvestres
- Sobrevivencia selectiva en guppies (peces) silvestres
- La importancia de la historia evolutiva (el caso de una Morena de mar)
- Los pinzones de Darwin en las galápagos
- La microevolución se une a la macroevolución
- Resistencia a las toxinas en almejas y serpientes
- Variación contra estabilidad
El compendio lo puedes descargar gratuitamente si te interesa, algunos de los artículos enlazados en este archivo también pueden ser descargados gratis. La página Darwin 200 tiene algunos enlaces interesantes relacionados con el próximo aniversario, así como con temas relacionados con la evolución.
Fuente:
15 de febrero de 2009
200 años después Darwin sigue luchando (IV)
Dios nos devuelve el golpe
2OO años después Darwin continúa siendo atacado. Es alarmante ver que en muchos escuelas del mundo, y entre ello se cuentan escuelas del mundo llamado desarrollado, todavía se sigue enseñando el creacionismo como algo cierto, como una verdad fuera de toda duda.
Navegando en la red encontré estos fantásticos videos de una serie del afamado etólogo Richard Dawkins que ha publicado, entre otros libros, El Gen Egoista (1976) y El Fenotipo Escondido (1982) y, su más reciente obra El Espejismo de Dios (2007).) El científico, con gran sorna, llamó a la serie "Dios devuelve el golpe". Esta serie de videos plantean el debate comtemporáneo entre ciencia y religión, es decir entre materialismo (visión cientñifica del mundo) e idealismo (visión metafísica del mundo).
Les dejo los dos primeros videos. Usted conocerá detalles de la vida de Darwin y la lucha que mantuvo contra la religión y a favor de la ciencia. Asimismo conocerá usted los argumentos modernos que utilizan todos los que de alguna u otra manera se encuentran a favor del creacionismo.
Dios nos devuelve el golpe (I)
Dios nos devuelve el golpe (II)
Puede ver todos los videos de esta serie en:
YouTube - Richard Dawkins
Bonus:
DESCARGAS
El Gen Egoista (demora un poco, paciencia) Un libro cñasico en Ciencias.
El Espejismo de Dios (best seller mundial el 2006) ¡No se lo puede perder!
Hasta la próxima
13 de enero de 2009
La biología evolucionista y la dialéctica
Relaciones entre el materialismo dialéctico y el materialismo histórico
Algunas aportaciones d ela biología a la concepción científica del mundo
Por Faustino Cordón
En mi opinión, el materialismo dialéctico constituye la interpretación teórica del conjunto de los fenómenos naturales que corresponde a la ciencia actual a su máximo nivel de abstracción; por tanto, el materialismo dialéctico debe presidir hoy toda pesquisa genuinamente científica y, en particular, las referentes a la evolución humana, objeto de la ciencias sociales, y, muy principalmente, debe guiar la práctica política que pretende modificar la sociedad conforme a las grandes leyes de su desarrollo.
Mi experiencia de científico me ha demostrado que el materialismo dialéctico en el estado actual del pensamiento constituye una primera guía certera para ordenar los conocimientos de no importa que ciencia y de que, a su vez, él puede ser ampliado o corregido a la validez universal por los avances más generales de cualesquiera de las grandes ciencias. En particular, pues, el materialismo histórico, si, conforme a su designación misma, pretende ser la interpretación científica (la interpretación en términos del conjunto de los procesos materiales) de la evolución del hombre, y de la sociedad, no sólo tiene que esforzarse continuamente en precisar, al modo científico, sus leyes generales por el contrastes de los hechos concretos concernientes (en su caso los de la actividad social humana guiada por ellos), sino, además,
1) ha de fomentar el estudio de sus propias leyes (esto es, la compresión científica de la evolución humana) con ayuda de las enseñanzas de los progresos de materialismo dialéctico (esto es, de los progresos en la comprensión científica de toda la realidad, como parte que el hombre es de la naturaleza) y
2), a la inversa, ha de verificar continuamente la validez del estado actual del materialismo dialéctico y fomentar su progreso por su contrastes crítico con propios avances reales esto es, con los del materialismo histórico si consideramos a éste –repetimos– como la teoría correcta de la evolución del hombre.
Por consiguiente, mi convicción firme de hombre de ciencia (esto es, de hombre que basa su propia actividad profesional en el mismo: en el hecho, ratificado por todo el progreso científico, de que todo cuanto ocurre depende de algún modo inteligible del progreso del resto de la realidad, al que nada escapa) es que el materialismo dialéctico y el materialismo histórico,
1)son dos legados inestimables, dos programas de trabajo basados, uno y otro, en la máxima experiencia humana (continuamente ampliable) en si respectivo campo –en una palabra que son la ciencia actual en su respectivo nivel de problematica–, y
2)que no pueden ser el uno sin el otro, ya que cada uno recibe pleno sentido del otro y se brindan mutuamente la piedra de contraste principal de la corrección de sus teorías respectivas.
Y –dada la posibilidad inmediata de que otras ciencias, en particular la biología, puedan impulsar eficazmente el materialismo dialéctico, es decir nuestra concepción general de la naturaleza– me parece que en este momento, el estado general del pensamiento humano hace que la dependencia sea particularmente urgente para el materialismo histórico con respecto al dialéctico.
Hablando en términos más generales (a los que me lleva mi experiencia de biólogo y no de sociólogo), el estado actual de las ciencias particulares (sin duda, las biológicas pero, asimismo, las fisicoquímicas) está frenado por la necesidad de elevar su conjunto, en beneficio de cada una, a un sistema teórico que las comprenda a todas, que dé cuenta de los sistemas teóricos de unas por los de otras, sin que pierdan los respectivos objetos de conocimientos (bien al contrario los precisan). A esta necesidad general de todas las ciencias no pueden hacer excepción el materialismo histórico: el esfuerzo por interpretar científicamente la evolución humana.
Lea el artículo completo en:
Nodo50.org
11 de septiembre de 2008
¿Qué es el Gran Colisionador de Hadrones (LHC)? - 3
Ha tomado 20 años de trabajo, 5,000 científicos, 60 países y 6 mil millones de dólares construir el acelerador de partículas más grande y potente del planeta. Tiene 27 kilómetros de diámetro y está a 100 metros bajo tierra- entre las fronteras de Francia y Suiza. ¿Qué es? ¿Para qué sirve?
El bautizo de hoy (10 de septiembre - 2008) ha sido un ensayo general en el que se ha inyectado un primer haz de protones en el acelerador, para comprobar si es capaz de recorrer sin problemas el recorrido circular del anillo. Las primeras colisiones de partículas, sin embargo, no se llevarán a cabo hasta dentro de unas semanas, una vez que los científicos del CERN comprueben que todo funciona a la perfección.
Cuando el LHC empiece a trabajar a pleno rendimiento en los próximos meses, los aproximadamente 10.000 científicos de unos 500 centros de investigación que participan en el proyecto van a tener mucho trabajo. Se calcula que cada año, el acelerador de partículas producirá tantos datos que se necesitaría una pila de CD de una altura de 20 kilómetros para almacenar toda la información generada por sus experimentos. (Vía El Mundo)
¿Qué es el "Gran Colisionador"?
Es un acelerador de protones (uno de los componentes del núcleo atómico) que fue construido en el CERN, en la frontera entre Suiza y Francia. Hará colisionar a los protones con una energía que nunca antes fue alcanzada.
¿Para qué servirá?
Para entender los primeros instantes del Universo. Producirá una especie de pequeño Big Bang para estudiar cómo se ha ido formando la materia. Se pretende hallar una partícula, el bosón de Higgs, responsable de la diferencia de masa de los componentes más pequeños de la materia. Si se lo encuentra, contribuiría de algún modo a la unificación de la física.
¿Por qué se lo llama popularmente la "máquina de Dios"?
El físico y Premio Nobel Leon Lederman fue el primero en referirse a la "partícula de Dios" cuando se refería al bosón de Higgs. De ahí que el nuevo acelerador, que confirmaría la existencia de esa partícula, se conozca como la "máquina divina o de Dios". Vía Clarín de Argentina.
Créditos:
Imágenes - Blog de DinoRaider
También pueden accder a magníficas animaciones en:
Diario El País - España
Diario El Mundo - España
¿Cuántos misterios se podrían develar?
Así informó CORDIS Noticias sobre las posibilidades que brindaría el LHC en el experimento de física denominado "la experiencia científica del siglo".
Uno de los mayores misterios que el LHC ayudará a resolver es el de la naturaleza de la masa. Se desconoce la razón por la que algunas partículas pesan lo que pesan y por qué parece que otras no tienen masa en absoluto. Algunos científicos opinan que una partícula elemental llamada bosón de Higgs podría explicar este enigma. El problema es que nunca nadie ha conseguido observar un bosón de Higgs, por lo que su existencia no ha sido confirmada. En el LHC, tanto ATLAS como CMS se encargarán de buscar evidencias de esta misteriosa partícula.
El LHC también investigará la materia oscura. A pesar de que esta sustancia supone el 96% del Universo, sabemos muy poco sobre ella. Las estaciones ATLAS y CMS se utilizarán para probar las teorías en relación a la composición de la materia oscura.
En otro punto del LHC, el experimento LHCb («Gran Colisionador de Hadrones beauty») explorará las diferencias entre la materia y la antimateria y tratará de averiguar por qué la naturaleza aparenta preferir la primera a la segunda.
Por otro lado, la estación ALICE (Gran Experimento Colisionador de Iones) investigará las condiciones imperantes justo después del Big Bang. Finalmente, todos juntos tratarán de detectar pruebas de otras dimensiones ocultas del espacio.
«Este es un momento histórico de la ciencia. La culminación de décadas de trabajo» comentó Keith Mason, Director del Consejo de Instalaciones Tecnológicas y Científicas del Reino Unido, que colabora con el LHC. «Los científicos pendientes del LHC se atreven a plantear las cuestiones más grandes que existen en la ciencia moderna. Se cumplan nuestras predicciones o se invaliden por completo, los libros de física nunca volverán a ser iguales.»
Visite estos vínculos, para mayor información:
Telemundo: Especial LHC
Página web del LHC
Rap del LCH
¿Qué es el Gran Colisionador de Hadrones (LHC)? - 2
El mundo empezó como una sopa caliente, extremadamente caliente. Al enfriarse esa sopa incandescente empezaron a formarse grumos, los átomos, el carbono, luego las estrellas, los planetas, nosotros. No sabemos muy bien de qué estaba hecha esa sopa primordial. Para saberlo habría que cocinar todo de nuevo. Y eso es lo que se busca con el Large Hadron Collider (LHC) que entró en funcionamiento ayer (miércoles 10 de septiembre), con una repercusión periodística única en la historia de la ciencia. (Vía Criticadigital de Argentina).
El LHC es un acelerador de partículas, y lo hace a velocidades que nunca se consiguieron antes. Luego, las partículas chocan entre sí y reparten por doquier los restos de un estallido microscópico que se asemeja al universo en su comienzo. Una de las partículas que se espera encontrar es el así llamado bosón de Higgs. Ésta no es una más. Es diferente del resto y (en las teorías actuales) es la responsable de que las demás tengan peso, o, en lenguaje más técnico, de que tengan masa.
En 1993, Leon Lederman, Premio Nobel de física, publicó un libro de divulgación refiriendose al “Higgs”. El título era provocativo: La partícula de Dios: Si el universo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta? El nombre quedó acuñado. ¿Se encontrará la partícula y, si se encuentra, cuán importante es el resultado? Para mi amigo Alejandro García, físico nuclear de la Universidad de Washington, es casi seguro de que se la va a encontrar, aunque es probable que se tarde unos tres o cinco años, ya que hay que explorar muchos choques antes de estar seguro.
Pero... (el inevitable pero)
Pero en Conocer Ciencia, lo reiteramos, es inútil intentar reproducir el big bang... ¡por que el big bang nunca existió! El afamado Stephen Wawking afirma que no secontrará el bóson ge Higgs (las partículas de Dios). Estamos ante un nuevo debare que se escribirá en las páginas d ela Historia de la Ciencia. Leamos (Vía Europa Sur):
Sthepen Hawking apuesta a que no sencontrá el bosón de Higgs
Tras esto, Hawking apostó 100 dólares a que la partícula no existe, aunque sostiene que el experimento servirá para lograr resultados más interesantes que el bosón de Higgs.
Peter Higgs, teórico hace 44 años de la partícula de Dios que ahora se espera pueda ser aislada y descrita de manera científica colisionando protones a gran velocidad en el acelerador LHC de Ginebra (Suiza), está enfadado. Y nada menos que con su rival para el Nobel y eminencia científica mundial Stephen Hawking, que ha cuestionado abiertamente la línea experimental emprendida en el nuevo acelerador.
Hawking declaró que sería "más emocionante" para la ciencia si el experimento del CERN en la frontera franco-suiza "no encontrase" la partícula de Dios o bosón de Higgs, principal objetivo de su experimento, ya que no existe. Ante esto, un Higgs bastante irritado ha declarado que "no ha leído" el documento en el que Hawking hace esta reclamación, pero dijo haber leído los escritos que son la base de sus cálculos, y cree que el método que utiliza "no es lo suficientemente bueno".
Bien, ¿por qué tanta confusión? Resulta que en la Pax Económica que supuestamente vive el planeta gracias a ala mano invisible del libre mercado nos lleva a pensar, gracias a su gigantesca maquinaria ideológica y propagandística, que el materialismo dialéctico pertenece al basurero de la historia, y esto no es así. Esta filosofía nos brinda un enfoque objetivo de los diversos procesos que se desenvuelven en el Universo.
De manera paralela se niega a las masas el acceso a una visión coherente e integrada del Cosmos. Las noticias de ciencia y tecnología apenas aparecen. Entonces tenemos un doble proceso para mantener ciegos a los inbdividuos de este siglo: 1º se les niega la información, 2º se les niega las herramientas para analizar la información.
Este estudio, breve pero lúcido, apoya la idea de que es inútil buscar las particulas últimas, finales. (Vía: Nodo50).
Mecaníca Cuántica, Big Bang y Materialismo Dialéctico
Probabilidades y mecánica cuántica
Los científicos continuamente hacen predicciones que son verificadas por la observación y la experimentación. Esto incluye el campo de la mecánica cuántica, a pesar de la "indeterminación". Aunque no es posible predecir con precisión el comportamiento de fotones o electrones individuales, es posible predecir con gran precisión el comportamiento de grandes cantidades de partículas.
No hay nada nuevo en esto. Lo que se conoce como "acontecimientos casuales masivos" se puede aplicar a un gran campo de fenómenos físicos, químicos, biológicos y sociales, desde el sexo de los recién nacidos hasta la frecuencia de defectos en una cadena de producción.
Las leyes de la probabilidad tienen una larga historia. Por ejemplo la "ley de los grandes números" establece el principio general de que el efecto combinado de gran cantidad de factores accidentales produce, para una gran cantidad de dichos factores, resultados que son casi independientes de la casualidad. Esta idea fue expresada tan pronto como en 1713 por Bernoulli, cuya teoría fue generalizada por Poisson en 1837 y le dio una forma acabada Chebyshev en 1867.
La afirmación de que no podemos conocer las causas precisas, o predecir la posición y velocidad precisas de un electrón individual es, en realidad, un lugar común filosófico, sin ningún contenido. Intentar buscar una relación precisa de todas las coordinaciones e impulsos de cada partícula individual sería volver a la cruda determinación mecánica de Laplace. Este es, en realidad, un concepto fatalista que reduce la necesidad al nivel de la mera casualidad— es decir si todo está gobernado por una especie de decreto eterno, entonces todo es igualmente arbitrario, lo llamemos necesario o no. Como Engels planteó: "No se puede tratar de trazar la cadena causal en ninguno de estos casos: por lo tanto somos tan sabios en una como en la otra, la llamada necesidad sigue siendo una frase vacía, y con ello —la casualidad sigue siendo lo que era". (La Dialéctica de la Naturaleza).
Si fuese posible establecer todas las causas del movimiento de las partículas subatómicas, la investigación de éstas, en el caso de un solo electrón sería suficiente para mantener a todos los científicos del mundo ocupados por muchas vidas, y todavía no llegarían al final. Afortunadamente esto no es necesario. Aunque somos incapaces de precisar la posición "fija" y la velocidad de una partícula dada, que por lo tanto se puede decir que tiene un carácter casual, la situación cambia radicalmente cuando se trata de grandes cantidades de partículas. Y aquí, estamos tratando con cantidades realmente grandes. Cuando tiramos una moneda al aire, la posibilidad de que sea "cara o cruz" se puede poner en un 50%. Esto es un fenómeno totalmente casual, que no se puede predecir. Pero los propietarios de los casinos, que supuestamente se basan en un juego de "azar" saben que, a largo plazo, el cero o doble cero saldrán con la misma frecuencia que cualquier otro número, y por lo tanto pueden sacar ganancias respetables y predecibles.
Lo mismo se aplica para las compañías de seguros que ganan grandes cantidades de dinero precisamente en base a las probabilidades, que en último término pasan a ser certezas prácticas, aunque no se puede predecir el destino preciso de los clientes individuales.
"La mecánica cuántica ha descubierto las leyes precisas y fantásticas que gobiernan las probabilidades, es precisamente tratando de cantidades como éstas que la ciencia supera sus problemas. Con semejantes medios la ciencia puede hacer las predicciones más audaces. A pesar de confesar humildemente su incapacidad para predecir el comportamiento exacto de electrones o fotones individuales u otras entidades fundamentales, puede decirte con enorme confianza cómo deben comportarse precisamente grandes multitudes de ellos" (B. Hoffmann, op. cit.)
Por cierto, estos ejemplos, sacados de los más diferentes campos, son excelentes ilustraciones de la ley dialéctica de la transformación de cantidad en calidad.
El desarrollo de la física cuántica representa una auténtica revolución en la ciencia, rompiendo decisivamente con el viejo determinismo mecánico autosuficiente de la física "clásica". (El método "metafísico" como lo habría llamado Engels). En lugar de eso tenemos una visión de la naturaleza mucho más flexible, dinámica —en una palabra, dialéctica. Empezando por el descubrimiento de Plank de la existencia infinitesimal del quantum, que al principio pareció ser un pequeño detalle, toda la física se transformó. Así surgió una nueva ciencia que podía explicar los fenómenos de la transformación radioactiva y analizar con gran detalle los complejos datos del espectroscopio. Llevaba directamente al establecimiento de una nueva ciencia —la química teórica, capaz de resolver cuestiones previamente insolubles. En general toda una serie de dificultades teóricas eran eliminadas, cuando se aceptaba el nuevo punto de vista.
La fusión nuclear
La nueva física reveló las poderosas fuerzas que encerraba el núcleo atómico. Esto llevó directamente a la explotación de la energía nuclear —el camino para la potencial destrucción de la vida en la tierra— o una visión de abundancia inimaginable, sin límites y progreso social humano a través del uso pacífico de la fusión nuclear. He aquí un poderoso avance para la ciencia. Pero la mente humana —contrariamente a lo que piensan los idealistas— es conservadora por naturaleza. Esta revolución de la ciencia se produjo a pesar de que la mayoría de los científicos aceptaban las conclusiones filosóficas más primitivas y reaccionarias.
"Los científicos naturales" escribió Engels, "creen que están libres de la filosofía ignorándola o atacándola. Sin embargo, no pueden dar ni un paso sin pensar, y para pensar necesitan determinaciones mentales. Pero ellos toman estas categorías como un reflejo de la conciencia común de las llamadas personas instruidas, que en general está dominada por las reliquias de filosofías largamente obsoletas, o de la pequeña cantidad de filosofía obligatoria que han aprendido en la Universidad (que no sólo es fragmentaria, sino una mezcla de los puntos de vista de personas pertenecientes a las más variadas y con frecuencia peores escuelas), o de lecturas acríticas y no sistemáticas de escritos filosóficos de todo tipo. Por lo tanto no sólo no están menos influidos por la filosofía sino que en la mayoría de los casos lo están por la peor" (Dialéctica de la Naturaleza).
Así, en su conclusión a un trabajo sobre la revolución cuántica, Banesh Hoffmann es capaz de escribir: "Por lo tanto debemos maravillarnos mucho más de los poderes milagrosos de Dios que creó el cielo y la tierra de una esencia primitiva de tan exquisita sutileza que con ella pudo modelar cerebros y mentes dotados con el don de la clarividencia para penetrar sus misterios. Si la mente de un simple Bohr o Einstein nos deja atónitos por su poder, ¿cómo podemos siquiera empezar a admirar la gloria de Dios que los creó?" (B. Hoffmann, op. cit.)
Desgraciadamente éste no es un caso aislado. Toda la literatura científica moderna está impregnada de arriba a abajo de este tipo de tufillo místico, religioso o casi—religioso. Esto es un resultado directo de la filosofía idealista que en gran parte muchos científicos han adoptado consciente o inconscientemente.
Geometría
Las leyes de la mecánica cuántica parecen incomprensibles a los ojos del "sentido común" (es decir la lógica formal), pero están en plena consonancia con el materialismo dialéctico. Tomemos por ejemplo la concepción del punto. Toda la geometría tradicional se deriva de un punto, que se convierte en una raya, un plano, un cubo, etc. Pero una observación más precisa nos revela que tal punto no existe. El punto se concibe como la expresión más pequeña del espacio, algo que no tiene dimensión. En realidad tal punto se compone de átomos, electrones, núcleo, fotones, e incluso partículas más pequeñas. En última instancia desaparece en una incesante curva de ondas cuánticas en remolino. Y no hay un final para este proceso. No hay ningún punto "fijo". Esta es la respuesta final a los idealistas que quieren encontrar las formas "perfectas" que supuestamente se esconden "más allá" de la realidad observable.
La única "última realidad" es el universo material infinito, eterno y en constante cambio, que es mucho más maravilloso en su inacabable variedad de formas y procesos que la más fabulosa aventura de ciencia ficción. En vez de una localización fija —un "punto"— tenemos un proceso, un flujo, que nunca se acaba. Cualquier intento de poner un límite a esto, en forma de principio o de final, inevitablemente fracasará.
Estado de cambio
Hace cien años los científicos creyeron haber encontrado finalmente la última y más pequeña partícula. Pensaban que no había nada más pequeño que el átomo.
El descubrimiento de las partículas subatómicas llevó a los físicos a profundizar más en la estructura de la materia. En 1928 los científicos se imaginaban que habían descubierto las partículas más pequeñas —protones, electrones y fotones. Se suponía que todo el mundo material se componía de estas tres partículas.
Posteriormente esto fue hecho pedazos por el descubrimiento del neutrón, y después toda una multitud de otras partículas incluso más pequeñas, con una existencia cada vez más efímera —neutrinos, pi-mesones, mu-mesones, k-mesones, y muchas más.
El ciclo vital de algunas de estas partículas es tan evanescente —quizás una cien mil millonésima de segundo— que han tenido que ser descritas como partículas "virtuales" —algo totalmente impensable en la era precuántica.
Desde el punto de vista de la dialéctica estos descubrimientos son extremadamente importantes. ¿Cuál es el significado de estas "extrañas partículas" con una "existencia virtual" —de las que no se puede decir exactamente si son o no son? El neutrino es descrito por B. Hoffmann como "una incertidumbre fluctuante entre la existencia y la no-existencia"), esto es, para decirlo en el lenguaje de la dialéctica, que son y no son.
Todos estos logros de la investigación científica constituyen una brillante confirmación de la concepción dialéctica de la naturaleza como un proceso sin fin, en un estado de cambio continuo que tiene lugar mediante contradicciones, en el cual las cosas se convierten en su contrario.
"Cuando observamos la naturaleza, o la historia de la humanidad, o nuestra propia actividad intelectual," escribió Engels, "la primera imagen que se nos presenta es la de un laberinto infinito de relaciones e interacciones, en el cual nada permanece igual a lo que era, dónde estaba y tal como era, sino que todo se mueve, cambia, pasa a ser y deja de existir. Esta concepción primitiva, ingenua, pero intrínsecamente correcta del mundo era la de la antigua filosofía griega, y fue formulada claramente por primera vez por Heráclito : todo es y a la vez no es, porque todo fluye, está cambiando constantemente, constantemente pasando a existir y desapareciendo" (Anti-Dhüring).
Comparémoslo con esta otra cita: "En el mundo del quantum, las partículas están constantemente apareciendo y desapareciendo. Lo que podemos pensar que es un espacio vacío es una nada fluctuante, con fotones apareciendo de la nada y desvaneciéndose tan pronto como nacen, con electrones apareciendo por breves momentos del océano monstruoso para crear pares evanescentes electrón-protón y súbitamente otras partículas añadiéndose a la confusión" (B. Hoffmann, La Extraña Historia del Quantum).
Más de cien años después, la visión dialéctica del mundo de Engels se ve brillantemente corroborada, no sólo a nivel macrocósmico sino también a nivel microcósmico. ¡Qué lejos está todo esto del universo idealista estático de Platón! Aunque parezca mentira es la filosofía de Platón y de otros idealistas la que probablemente domina el pensamiento de la mayoría de los científicos en contradicción con los resultados de sus propias investigaciones. Tratan a Hegel como un "perro muerto" (por no hablar de Marx y Engels), sólo para echar mano del idealismo en sus formas más abstractas y oscurantistas.
Que las partículas individuales (incluyendo las "partículas virtuales") existen no está en cuestión. "Son" y sus propiedades (por lo menos algunas de ellas) son conocidas. Pero tratemos de determinarlas con más precisión, de fijarlas en un tiempo y un espacio, y resultarán extremadamente evasivas. "Son y no son, porque fluyen." Un electrón es una partícula y una onda al mismo tiempo, está "aquí" y "allí" a la vez.
Esta concepción de la materia en estado de cambio constante, ligada a una red universal de interconexión e interpenetración, es precisamente la esencia del punto de vista dialéctico. Ya no es la ingenua aunque brillante intuición de Heráclito, sino algo firmemente establecido por la experimentación.
Esto por supuesto no impide a los idealistas atacar el materialismo distorsionando sistemáticamente las conclusiones de la ciencia moderna para sus propios fines. Así, argumentaban que la producción de fotones implicaba que la materia había "desaparecido", ignorando que desde el punto de vista del materialismo dialéctico, la materia y la energía son lo mismo. Esto fue demostrado científicamente por la famosa ley de Einstein de la equivalencia de la masa y la energía. De hecho, la masa está permanentemente convirtiéndose en energía (incluyendo luz-fotones) y la energía en masa. Por ejemplo los fotones (luz) cambian constantemente a pares de electrones y positrones, —el proceso opuesto. Este fenómeno se ha estado dando ininterrumpidamente por toda la eternidad. Es una demostración concreta de la indestructibilidad de la materia —justamente lo contrario de lo que se quería demostrar.
El Big Bang
La búsqueda de "la partícula final" ha demostrado ser inútil. Pero a nivel del universo en su conjunto, ha habido un intento similar de poner un "límite" a la materia, en forma de un universo finito. De hecho, la llamada teoría del "Big Bang" es un retroceso a la vieja idea medieval de un "universo cerrado", que, en última instancia, implica la existencia de un Creador.
Hace algunas décadas, Ted Grant, utilizando el método del materialismo dialéctico, puso al descubierto la poca base tanto de la teoría del "Big Bang" del origen del universo como de la teoría alternativa del "Estado Estacionario" planteada por Fred Hoyle y H. Bondi. Posteriormente se demostró que la teoría del estado estacionario, que se basaba en la "creación continua de materia" (de la nada), era falsa. La teoría del Big Bang por lo tanto ganó por "falta de alternativas", y sigue siendo defendida por la mayoría de la comunidad científica.
La teoría del Big Bang sostiene que el universo fue creado en una gigantesca explosión que ocurrió entre diez mil y veinte mil millones de años. Antes de eso, sus defensores nos quieren hacer creer que toda la materia del universo estaba concentrada en un solo punto, cuyas dimensiones han sido descritas de varias formas. De hecho ha habido por lo menos cinco versiones diferentes de esta teoría. La primera fue planteada en los 30 por un cura católico que más tarde ocupó el puesto de director de la Academia Pontificia de Ciencia, Georges-Henri Lemaitre. Esta fue rápidamente refutada en diferentes campos —conclusiones incorrectas de la relatividad general y de la termodinámica, una falsa teoría de los rayos cósmicos y la evolución estelar...
Después de la Segunda Guerra Mundial, la desacreditada teoría fue recuperada por George Gamow y otros en una nueva forma. De cualquier manera, la teoría del Big Bang representa una visión mística de un universo finito en el tiempo y el espacio, y creado en un momento definido por un proceso misterioso, que ya no se puede observar en ninguna parte en la naturaleza. Toda la idea en sí, está plagada de dificultades, tanto de carácter científico como filosóficas.
Los científicos hablan del "nacimiento del tiempo", en el momento del Big Bang. Pero tiempo y espacio junto con el movimiento son el modo de existencia de la materia.
Es un contrasentido hablar del principio del tiempo o de su final, a no ser que consideremos, junto con San Agustín, que Dios creó el universo de la nada, algo que no sólo está al margen de toda experiencia, sino que contradice una de las leyes fundamentales de la física: la ley de la conservación de la energía. La energía, y por tanto la materia, no puede ser creada ni destruida.
Si aceptamos el Big Bang, surgen todo tipo de preguntas. Por ejemplo, ¿qué lo causó? ¿Cuáles eran las leyes del movimiento que condicionaban este minúsculo punto, suspendido en el espacio por toda la eternidad, en el cual toda la materia del universo, ni más, ni menos, se supone que estaba concentrada? La teoría abre la ventana de par en par a la intervención de un Ser Supremo y todo tipo de misticismos, de ahí su atracción sobre el católico Lemaitre y los idealistas en general.
Gamow y otros avanzaron toda una serie de cálculos para explicar los diferentes fenómenos que se desprenden del Big Bang —densidad de la materia, temperatura, niveles de radiación... Se encontraron gran cantidad de discrepancias que invalidaban, no sólo el modelo de Gamow, sino también el modelo del "universo oscilante", planteado por Robert Dicke y otros, en un intento de solucionar el problema de qué es lo que había antes del Big Bang, haciendo oscilar el universo en un ciclo perpetuo.
Sin pruebas
No hay prácticamente ninguna evidencia empírica que sustente la teoría del Big Bang. La mayor parte del trabajo que se ha hecho para apoyarla es de carácter meramente teórico, basado fundamentalmente en fórmulas matemáticas rebuscadas y esotéricas. Las numerosas contradicciones entre el esquema preconcebido del Big Bang y la evidencia observable han obligado a sus defensores a cambiar las reglas del juego para preservar a toda costa una teoría sobre la cual se ha construido tanta reputación académica.
Según los cosmólogos del Big Bang, para que se formaran galaxias a partir del Big Bang debería de haber habido suficiente materia en el universo para que se llegase finalmente a un punto muerto en su expansión debido a la ley de la gravedad. Esto significaría una densidad de aproximadamente diez átomos por metro cúbico. En realidad la cantidad de materia presente en el universo observable es de un átomo por diez metros cúbicos —cien veces menos que la cantidad predicha por la teoría.
En lugar de ver esta contradicción como un fallo decisivo en la teoría, los partidarios del Big Bang buscaron ayuda en las partículas físicas fundamentales, lo que les obligó a inventarse la idea de "la materia oscura", una sustancia invisible, para la existencia de la cual no existe un sólo pedazo de prueba empírica, pero que se supone que suma ¡no menos del 99% de toda la materia del Universo!
La última versión del Big Bang —la llamada "teoría inflacionaria"— no nos lleva ni un paso más adelante. De hecho es todavía más contradictoria y mística que sus desacreditadas predecesoras. De acuerdo con el último gran genio, Alan Guth, el Big Bang tuvo que haber sido acelerado de tal manera que el universo "inflacionario" duplicó su tamaño cada 1035 segundos, llenando de esta manera "espontáneamente" todo el espacio. La cuestión de dónde saldría una cantidad tan enorme de energía sigue sin respuesta. Por lo visto, simplemente apareció DE LA NADA, un truco que difícilmente es concebible sin la intervención de algún mago cósmico. Y todo esto se supone que debe ser aceptado, como artículo de fe, para apoyar una teoría que no se sostiene en pie. Una proposición empíricamente verificable que se deduce de la nueva teoría es que, según ella, los protones se descomponen. En la medida en que la gran mayoría del universo observable está compuesto de protones, esto tiene consecuencias dramáticas. Significaría que el propio universo está condenado a desintegrarse. Sin embargo la experimentación ha demostrado lo contrario: los protones no se descomponen. Su vida se prolonga por varios billones de años más allá de los límites puestos por los experimentos.
En el siglo XVIII , el obispo Usher calculó la fecha exacta de la creación del mundo —el 23 de octubre del 4004 a. C.. Hoy en día los seguidores del Big Bang también han puesto una fecha para el nacimiento del universo (y del tiempo por supuesto) hace entre diez mil y veinte mil millones de años. Esta fecha no se puede situar antes en el tiempo sin contradecir las actuales mediciones de la distancia de las galaxias respecto a la nuestra y la velocidad con que parece que se están alejando.
De esto se deduce que, según esta teoría, no puede haber nada en el Universo más viejo que 20 mil millones de años. Pero hay pruebas que parecen contradecir esta afirmación. En 1986, Brent Tully de la Universidad de Hawai dijo que había descubierto enormes aglomeraciones de galaxias ("super-racimos") de mil millones de años luz de largo, trescientos millones de años luz de ancho y cien millones de años luz de grosor. Para que se pudieran formar objetos de ese tamaño se necesitarían entre ochenta mil y cien mil millones de años, es decir, cinco veces más de lo que nos permitiría la teoría del Big Bang.
Desde entonces ha habido otros resultados que parecen confirmar estas investigaciones. The New Scientist (5 de febrero de 1994) publicaba un reportaje sobre el descubrimiento de un racimo de galaxias por parte de Charles Steidel del Instituto Tecnológico de Massachusetts en Pasadena con grandes implicaciones para la teoría del Big Bang:
"El descubrimiento de un racimo de ese tipo plantea nuevas dificultades para las teorías de la materia oscura fría, que plantea que una gran parte de la materia del universo está en objetos fríos y oscuros como planetas o agujeros negros. Estas teorías predicen que el material del universo primitivo se agrupó desde "arriba", con lo que primero se formaron las galaxias, y sólo después se agruparon para formar racimos"
Como siempre la primera reacción de los astrónomos ha sido recurrir a "cambiar las reglas del juego" ajustando la teoría a los obstinados hechos. Así, Mauro Giavalisco del Telescopio Espacial del Instituto Científico de Baltimore cree que sería posible explicar el nacimiento del primer racimo de galaxias con un desplazamiento hacia el rojo de 3.4 ajustando la teoría de la materia oscura fría. Pero añade una advertencia: "Si encuentras diez racimos con un desplazamiento al rojo de 3.4, sería la muerte de las teorías de la materia oscura fría"
Podemos estar seguros de que existen, no sólo diez, sino un número mucho mayor de estos racimos enormes y que serán descubiertos. Y eso a su vez, será solamente una proporción de un minuto de toda la materia que se encuentra mucho más allá del universo observable y que se extiende hasta el infinito. Todo intento de poner un límite al universo material está condenado al fracaso. La materia no tiene límites, ni a nivel subatómico, ni por lo que se refiere al tiempo y al espacio.
Fin de la segunda parte. En la tercera y última parte veremos aspectos técnicos del LCH, el gran colisionador de hadrones.
Primera Parte
Tercera Parte
¿Qué es el Gran Colisionador de Hadrones (LHC)? - 1
Saludos. Esta noticia, sin duda una gran noticia para la ciencia, está circulando por todo el planeta. Se intenta recrear el big bang, afirman los responsables del experimento, también se refieren al LHC como la máquina de Dios, y algunas mentes plantean que ese experimento será el fin del mundo... ¡vaya experimento!, pero, Conocer Ciencia tiene una gran objeción: No existió nunca un Big Bang.
¿Cómo? Desde que Lavoisiser fundamentara el Principio de la Conservación de la Masa: La materia No puede crearse Ni destruirse. Por lo tanto es absurdo que se siga afirmando que existió un Big Bang al comienzo del tiempo, en Universo no pudo haber sido creadp ni podrá ser destruido. Claro podrán darse muchas reacciones químicas pero estas reacciones sólo pueden transformar la materia de una forma a otra.
Entonces no hubo nunca un inicio o un punto de partida, la materia no tiene un inicio por que la materia no puede crearse. Estas teorías, que plantean un inicio del Universo, son un pretexto para colocar a un Dios o a un Diseñador Inteligente que, supuestamente, pencendió la mecha que generó el Big Bang. Y, mucho ojo, este artículo no es un bla, bla, bla más que encontrará en otros blogs, estamos ante un problema fundamental de la filosofía: Comprender el Universo.
Un poco de Historia
La Historia empieza en Grecia
El concepto de "creación del universo" es algo que ignoraban los astrónomos de hace un siglo. La razón de ello era la aceptación generalizada de la idea de que el universo existió siempre. Los científicos de entonces, al examinarlo, suponían que se trataba de un conglomerado de materia e imaginaban que nunca tuvo un comienzo. Para ellos, nunca existió el momento de la "creación", es decir, un momento en que el universo y todas las cosas pasaron a existir.
Esta idea de la "existencia eterna" se acomoda a los conceptos europeos que surgieron de la filosofía materialista presentada en la Grecia antigua y que sostiene que la materia es lo único que existió, existe y existirá siempre en el universo. Heráclito decía: Este mundo, ningún dios, ningún hombre [ningún Big Bang, añadimos en Conocer Ciencia] lo ha creado, sino que fue siempre, es y será un fuego eternamente viviente, que se incendia y se extingue según ciertas leyes. Después, sin embargo, llegó Platón, el idealismo filosófico y las religiones monoteístas y todo se complicó. Empezamos a perder la cabeza buscando el cómo y el cuándo de la creación del Universo y aún no nos hemos aclarado. Y no nos hemos aclarado porque, sencillamente, estamos buscando un mito.
La filosofía materialista griega sobrevivió durante la época de los romanos, aunque el materialismo declinó al final del imperio y de la Edad Media como resultado de la influencia de la Iglesia Católica y la filosofía cristiana. Pero después del Renacimiento el materialismo empezó a ganar amplia aceptación entre los eruditos y científicos europeos, debido en gran medida a la devoción de los mismos a la filosofía de la Grecia antigua.
Fue Emmanuel Kant quien, durante el Iluminismo europeo, reafirmó y defendió el materialismo. Kant declaró que el universo existió siempre y que ese era el único criterio posible, independientemente de los cuestionamientos que surjan. Los seguidores de Kant continuaron defendiendo la idea de un universo infinito así como el materialismo.
A comienzos del siglo XIX se aceptaba ampliamente que el universo no tuvo un inicio, es decir, que no fue creado. Y dichos conceptos pasaron al siglo XX a través de las obras del materialismo dialéctico, como las de Federico Engels y Carlos Marx.
Georges Politzer, quien abrazó y defendió esa idea en los libros que publicó a principios del siglo XX, fue un ardiente paladín tanto del marxismo como del materialismo. Confiando en la validez del modelo de "universo infinito", se opuso a la idea de la creación en el libro "Principios Fundamentales de Filosofía":
"El universo no se trata de un objeto creado. De ser así, habría sido creado de manera instantánea por Dios, quien le hubiera dado existencia de la nada. Admitir la creación significa admitir, en primer lugar, que hubo un momento en que el universo no existía y que salió de la nada. Eso es algo que la ciencia no puede consentir".
Hubble entra en escena...
El descubrimiento de Hubble de que el universo se estaba expandiendo condujo a la aparición de otro modelo. Si el universo se estaba agrandando en tanto el tiempo avanzaba, el ir para atrás en el tiempo significaría que se achicaba. Y si se iba suficientemente para atrás, todas las cosas se contraerían y convergirían en un solo punto. La conclusión que se derivaba de este modelo era que, en algún momento, toda la materia del universo estuvo compactada en un solo punto-masa con "volumen cero" debido a su enorme fuerza de gravedad. Nuestro universo pasó a existir como resultado de la explosión de este punto de masa superconcentrada que tenía volumen cero. Esa explosión pasó a ser llamada "el Big Bang".
En 1948, George Gamow llevó desacreditados cálculos de George Lemaitre (sacerdote y científico católico, considerado el padre del Big Bang) varios pasos más adelante y se presentó con una nueva idea respecto al Big Bang. Cuando Lemaître le expuso su teoría del origen del Universo a Einstein, éste le comentó: Eso recuerda demasiado al Génesis, ¡se nota que que es usted sacerdote! . La teoría sentó mal a Einstein,
Gasmow afirmaba que si el universo se formó por medio de una explosión repentina, tremenda, debería haber quedado una definida cantidad de radiación de la misma. Esa radiación debería ser detectable y, por otra parte, ser uniforme en toda la extensión del universo. En 1965 dos investigadores llamados Arno Penzias y Robert Wilson, se toparon con una forma de radiación inadvertida hasta ese momento. Llamada "radiación cósmica de fondo", era improbable que proviniese de algún punto en particular del universo porque era extraordinariamente uniforme. No estaba localizada ni tenía una fuente definida. Por el contrario, se distribuía de manera pareja por todos lados. Rápidamente se supuso que esa radiación era la proveniente del Big Bang, que sigue presente aún desde el primer momento de la gran explosión. Gamow había determinado muy exactamente la frecuencia de la radiación prevista por los científicos. Penzias y Wilson recibieron el Premio Nobel por su descubrimiento.
En 1989, George Smoot y su equipo de la NASA enviaron un satélite al espacio, llamado COBE (Explorador Cósmico Ambiental). En sólo ocho minutos los sensibles instrumentos de abordo detectaron y confirmaron los niveles de radiación informados por Penzias y Wilson. La mayoría de los científicos creyeron haber captado exitosamente los remanentes del Big Bang.
Stephen Hawking
El físico Stephen Hawking, en su famoso libro Historia del Tiempo,dice que el Big Bang no significa necesariamente la existencia de la nada. Hawking propuso en vez de "la inexistencia del tiempo" antes del Big Bang, el concepto de "tiempo imaginario". La esperanza de Hawking era ignorar la realidad de la "inexistencia" del tiempo antes del Big Bang por medio de ese tiempo "imaginario". Hawking admite que prefiere modelos de universo alternativos al Big Bang, porque éste "sugiere la creación divina".
Si leemos "Historia del Tiempo" detenidamente, encontramos la historia del Big Bang, que para Hawking es también la historia del tiempo), pero en los últimos capítulos Hawking se enreda con sus propiso argumentos y termina afirmando que "probablemente el Universo siempre fue así y siempre seguirá siendo así".
¿Y en qué sentido existe misticismo, idealismo, metafísica y prejuicio religioso en la teoría del Big Bang?
El big Bang es una teoría mística
No hay que ser muy avispado para darse cuenta de que esta teoría es una nueva versión, remozada, adaptada a los tiempos actuales, en que la gente no es tan crédula e ingenua como en épocas anteriores, de la creación divina del mundo en siete días (o en seis). La relación existente entre la teoría del Big Bang y la del Creacionismo es bastante evidente. En la medida en que se habla de un principio del universo se puede hablar también de una creación. Se deja una puerta abierta a esta opción. Y, así, todos contentos: los astrofísicos, la Iglesia y Dios Nuestro Señor. No es casual, por otro lado, que uno de los padres de la teoría delBig Bang fuera precisamente un súbdito de la Iglesia: el sacerdote belga George Lemaître.
La teoría del Big Bang dice que el Universo se creó a partir de una singularidad, muy pequeña, cargada con una cantidad enorme de materia y energía. Esta singularidad explotó en un momento determinado y en esa explosión se creó nuestro Universo, el cual, desde entonces, ha ido expandiéndose (teoría inflacionaria) hasta alcanzar sus dimensiones actuales.
Los astrofísicos partidarios de esta teoría se permiten el lujo, incluso, de situar el momento de esa supuesta gran explosión, es decir, de establecer la edad del Universo; tendría, según ellos, alrededor de 13700 millones de años. Otros científicos son aún más osados y pronostican también que el Cosmos tendrá un final, que sufrirá una muerte térmica, teoría que, por otro lado, es, en cierta manera, una prolongación de la teoría inflacionaria.
La teoría del Big Bang contiene infinidad de deficiencias. En primer lugar, desde un punto de vista lógico o filosófico (y no hay que restarles valor a la lógica y a la filosofía, sobre todo teniendo en cuenta que, en lo que se refiere al Cosmos, muy pocas veces podemos movernos en el terreno estrictamente científico), resulta inconcebible que existiera un principio o nacimiento del Universo. El Universo, si no queremos incurrir en contradicciones insolubles, sólo puede ser concebido como eterno en el tiempo; siempre estuvo ahí y siempre estará; ni tuvo un principio ni tendrá un final. Galaxias, planetas, astros de todo tipo nacerán y morirán constantemente, pero el Universo como tal permanecerá, en eterno movimiento y transformación.
El Universo tampoco es estático e inmóvil
Y, por cierto, para no dar lugar a equívocos, Conocer Ciencia también reniega del Universo estacionario de Gold y Hoyle, siempre y en todo momento idéntico a sí mismo. Esta teoría del Universo estacionario, que plantea un Cosmos inmóvil, invariable e inerte, es tan metafísica y tan arbitraria como la teoría del Big Bang. La disyuntiva entre Universo estacionario y Universo inflacionario es falsa. Existe una tercera opción. Este artículo defiende la idea de un Universo, como se apunta más arriba, en eterno movimiento y transformación; ni estático ni inmóvil.
El elemento primigenio del que supuestamente surgió el Universo, según los defensores de esta teoría, se encontraba, por decirlo así, fuera del espacio y del tiempo, en una dimensión desconocida, en medio de la nada absoluta; y se encontraba fuera del espacio y del tiempo porque él mismo contenía no sólo toda la materia y energía del universo, sino también todo el espacio y el tiempo. Es decir, que el espacio y el tiempo se encontraban en su interior pero no en su exterior.
Aquí se pone de manifiesto toda la fantasía de nuestros místicos astrofísicos o su incomprensión de los conceptos de tiempo, espacio y materia.
En primer lugar, la materia no puede existir fuera del espacio y del tiempo. Tampoco puede contener en su interior el espacio y el tiempo. Y no lo puede hacer porque el espacio y el tiempo son intangibles. No son como canicas que puedan meterse en una bolsa.
El tiempo y el espacio no son propiamente materiales, sino que más bien representan un proceso. Representan el proceso, el desenvolvimiento de la materia.
La materia, el tiempo y el espacio o se dan simultáneamente o no se dan. El tiempo y el espacio son el modo de existencia de la materia. Simplificando, el tiempo representa el orden en el cual se producen los cambios, la transformación de la materia; el espacio es la forma en que se extiende, se organiza, se distribuye y se estructura la materia. El tiempo y el espacio se encuentran dentro y fuera de la materia. Estos tres elementos se interpenetran, se interrelacionan, conforman una unidad; y esa unidad es la realidad que nos rodea.
¿Una singularidad?
Además, ¿cómo esa singularidad podía contener tanta materia como existe en el Universo?
La teoría de la Gran Explosión es incapaz de explicarse esto. Para salir del callejón sin salida en el que se encuentra, sus promotores utilizan todo tipo de subterfugios, a cada cual menos científico. En los años 20 del siglo pasado, el matemático soviético Alexander Friedmann (y cuesta comprender cómo un representante de la ciencia soviética se metió en este teológico charco del Big Bang ), planteó que la singularidad que dio origen al Universo tenía una densidad infinita, es decir, que dentro de su volumen cabía una masa de materia infinita, lo que no se sostiene por ningún lado.
No existe la densidad infinita. Un cuerpo no puede tener la densidad que se quiera; un volumen dado no puede contener una masa de materia cualquiera y mucho menos infinita. La densidad infinita es indemostrable científicamente. Creer en esta densidad infinita nos llevaría a decir las mayores idioteces. Y ahí tenemos, de hecho, lo que dicen algunos defensores delBig Bang , quienes llegan a plantear que la partícula de la que supuestamente surgió el Universo era más pequeña que un protón, lo que nos sitúa en el terreno de la ciencia ficción o, aún peor: en el terreno del delirio.
La densidad infinita, además, nos lleva al idealismo filosófico. En tanto se considera que cualquier cantidad de materia, incluso una cantidad infinita, puede caber en cualquier volumen, se convierte a la materia en nada, se la hace desaparecer; la materia es despojada de la masa, carece de ella, deviene en algo metafísico, en un espíritu, en un ente inaprensible; y, por este camino, nos alejamos de la ciencia, nos perdemos en la pura especulación y acabamos por perder el norte.
¿Es el Universo finito?
En la teoría del Big Bang también se encuentra implícita la afirmación de que el Universo tiene límites espaciales; es decir, que es finito en su extensión. Esto se desprende de su tesis de que el Universo está en expansión. Únicamente un universo finito puede expandirse. Si lo entendemos como infinito, no cabe ninguna expansión, pues, por ser infinito, ocupa la totalidad del espacio existente y, por lo tanto, no puede crecer en ningún sentido.
La creencia en un Universo finito carece de toda lógica. ¿De qué modo se dan sus límites? ¿Si hiciéramos un viaje espacial en línea recta constante y recorriéramos unos cuantos millones o billones de años luz llegaría un momento en que nos toparíamos con alguna especie de muro impenetrable que marcaría el límite del Universo? ¿Y al otro lado de ese límite no habría nada? Y volvemos a preguntar, ¿qué es esa dichosa nada absoluta, aparte de una abstracción y una idiotez teológica? La nada absoluta, un borde del mundo insuperable es sencillamente inconcebible; no podemos sino concebir un desenvolvimiento ilimitado de la materia y, por tanto, del Cosmos.
El Universo sólo puede ser entendido como infinito. No le caben límites. La cosmología y la astrofísica avanzarán en sus investigaciones y siempre encontrarán un más allá. El Universo es un conjunto de infinitas galaxias, de infinitos astros, de infinita materia y de infinitas formas de organización de la materia.
Además, lo finito presupone lo infinito, lo incluye. Algo es finito respecto a algo mayor, a algo que le supera. Un límite, una frontera es el final de una cosa, pero también el principio de otra. En ningún lugar se encuentra un final absoluto, un corte total, una discontinuidad insuperable. Lo infinito, de hecho, es un conjunto de entidades finitas, la sucesión interminable e inagotable, en el tiempo y en el espacio, de esas entidades finitas. No existe separación entre lo finito y lo infinito, y no puede existir. Decimos que lo finito presupone, incluye lo infinito; y al revés: lo infinito presupone, incluye lo finito. Lo infinito es la negación de lo finito. Lo finito es la negación de lo infinito. Pero, al mismo tiempo, lo uno es la afirmación de lo otro de forma recíproca.
En cuanto a su expansión, los datos indican que, efectivamente, la parte del Cosmos que conocemos está sufriendo ese proceso. Pero no hay que confundir un fenómeno parcial con un fenómeno universal; no hay que confundir el árbol con el bosque. Mientras que el Universo conocido puede estar en expansión, otras partes pueden estar contrayéndose; en él se dan todo tipo de fenómenos; es una realidad dinámica, cambiante, contradictoria. No se puede simplificar tal como pretenden algunos seudocientíficos.
Sería conveniente que muchos de los científicos que se dedican a la investigación de nuestro Universo abandonaran de una vez para siempre toda mística y toda metafísica y fueran un poco másmaterialistas y dialécticos en su método. No perderían su valioso tiempo en inventarle coartadas a los mitos creacionistas ni en intentar encajar la enorme complejidad del Universo dentro de prejuiciosos, apriorísticos y limitados esquemas.
El Universo hay que comprenderlo en su devenir, en su movimiento, en su infinitud y en su eternidad; hay que comprenderlo en su realidad viva y no a través de las deformadas lentes del prejuicio religioso.
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