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4 de octubre de 2012

La NASA obtiene registros sonoros de “la canción de la tierra”

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Una nave de la NASA logró capturar lo que la agencia espacial denomina “La Canción de la Tierra” o “Coro” como prefieren decir los científicos.

Este coro al que la NASA le atribuye rango de canción hecha por nuestro propio planeta, es un fenómeno electromagnético provocado por las ondas de plasma en los cinturones de radiación de la Tierra, conocidos como Van Allen. Durante muchos años, los radioaficionados han estado escuchando estos coros pero nunca con la nitidez de este registro.

Pero ahora, gracias a dos sondas espaciales que cargan con un equipo llamado EMFISIS (Electric and Magnetic Field Instrument Suite and Integrated Science) construído por la Universidad de Iowa, se ha logrado escuchar este coro grabado en el mismo lugar donde se origina.

Craig Kletzing de la Universidad de Iowa explica: “este coro es lo que escucharía un ser humano ubicado en los cinturones de radiación de la Tierra si en lugar de oídos tuviera antenas”. Kletzing aclara que no son ondas acústicas que viajan a través del aire de nuestro planeta, sino ondas de radio que oscilan a frecuencias acústicas, entre 0 y 10 kHz y que las antenas de búsqueda de bobinas magnéticas de EMFISIS están diseñadas para detectar este tipo de ondas.

Algo que llama la atención desde hace años a los científicos son los llamados “electrones asesinos”, partículas de alta energía que pueden poner en peligro satélites y astronautas, de las cuales podría tener responsabilidad estas ondas captadas en forma de canción. En general, explica Dave Sibeck, responsable científico de la misión, la mayoría de los electrones en los cinturones de radiación son inofensivos y poseen muy poca energía para hacer daño a los sistemas humanos o electrónicos. Pero, a veces, estos electrones pueden “subirse a una ola” al estilo de un surfista, y generar suficiente energía como para poner en peligro instrumentos o dispositivos creados por el ser humano.

“La producción de electrones asesinos es un tema de mucho debate, y las olas del coro son sólo una posibilidad”, afirma Dave Sibeck.

Con respecto al registro sonoro, Kletzing se mostró sorprendido por la claridad de la grabación y le adjudica el logro al muestreo de 16 bits, “similar al de un CD”, que se configuró en el instrumental para captar el registro, algo que también esperan pueda servir para lanzar grabaciones inéditas estéreo de los coros de la Tierra (los que seguramente no recibirán ningún tipo de regalía…)

Este avance es sólo el comienzo de una misión que durará dos años y que buscará también determinar qué tan amplia es la región de los cinturones de Van Allen y qué zonas poseen la mayor concentración de “electrones asesinos” que podrían perjudicar a satélites y astronautas. 


Fuente:

22 de septiembre de 2012

Los últimos días de Betelgeuse

Betelgeuse, a unos 640 años luz de la Tierra en la constelación de Orión, puede parecer una estrella más en el cielo nocturno, aunque en realidad es una de las estrellas más brillantes de las que podemos disfrutar. Particularmente, esta gigante siempre me llamo la atención, ya desde niño soñaba con los mundos que la rodearían, pero como muestra esta imagen infrarroja del Observatorio Europeo Austral (ESO), Betelgeuse se está cayendo a pedazos … literalmente .

Esta imagen de la nebulosa en torno a la dramática de color rojo brillante estrella supergigante Betelgeuse fue creado a partir de imágenes tomadas con la cámara VISIR de infrarrojos en el Very Large Telescope (VLT). Esta estructura, parecida a  llamas que emanan des la estrella, son formadas porque el gigante se está despojando de su material lanzandolo hacia el espacio. Las emanaciones de gas observadas con anterioridad se reproducen en el disco central. El pequeño círculo rojo en el centro tiene un diámetro de cerca de cuatro veces y media la órbita de la Tierra y representa la ubicación de la superficie visible de Betelgeuse. El disco negro corresponde a una parte muy brillante de la imagen que se ocultó a permitir que la nebulosa débil sea vista. Crédito ESO

Betelgeuse esta emitiendo enormes nubes de plasma hacia el espacio estelar desde hace algún tiempo, como si padeciese de gases estomacales, y esto es un síntoma de la edad de la estrella y de su tamaño. Betelgeuse es una estrella supergigante roja, con apenas una fracción de la edad de nuestro sol, pero es tan masiva (18 veces la masa del Sol) que al igual que las viejas glorias del rock,  vive rápido y muere joven.Con apenas 10 millones de años de edad, la estrella se ha quedado sin hidrógeno en su núcleo, ahora está comenzando a fusionar el helio, creando carbono y oxígeno, lo que provoca que Betelgeuse se “infle” hasta alcanzar proporciones gigantescas, casi inimaginables. Si Betelgeuse fuese nuestro sol, ocuparía todo el sistema solar interior llegando incluso a la órbita de Júpiter, la tierra simplemente no existiría, se habría evaporado en su superficie.


El interior de la estrella es un lío burbujeante y violento, con enormes columnas de plasma caliente que deforman la estrella. Las observaciones ya habían demostrado hace tiempo que esta estrella tenia “bultos”, como si de grandes tumores se tratasen, en lugar de ser un objeto esférico, casi perfecto, parece una patata deformada. También se aprecian algunos indicios de que la estrella empieza a contraerse, lo que podría revelar que está cerca (en escalas de tiempo cósmicas) al borde del colapso, para finalmente explotar como una  supernova, pero no hay que entrar en pánico, pese a que los agoreros les encante lanzar sus oscuros presagios, mi vieja amiga Betelgeuse no plantea ninguna amenaza para la vida en la Tierra.

Este gráfico muestra la ubicación de la estrella supergigante Betelgeuse (Alpha Orionis) en la famosa constelación de Orión (el Cazador). Este mapa muestra la mayor parte de las estrellas visibles a simple vista bajo buenas condiciones y la estrella en sí está marcada con un círculo rojo. Aunque la estrella en sí misma es claramente visible a simple vista, la nebulosa a su alrededor no puede verse con cualquier telescopio. Crédito ESO
En las últimas etapas de la vida de una estrella supergigante roja, enormes cantidades de material se esparcen hacia el espacio. Como muestra esta imagen de ESO, Betelgeuse está creando una vasta nebulosa de frío polvo, nunca antes vista, y se extiende a más 60 millones de kilómetros de su superficie.

En el centro de la imagen, el pequeño disco rojo es Betelgeuse y la nube circundante (dentro del disco negro) pertenece a observaciones anteriores del plasma que eructó al espacio. La nube de colores que rodea el disco negro pertenecen a las observaciones de la European Southern Observatory (ESO) y las nuevas medidas aportadas por el Very Large Array (VLA).

La nebulosa se extiende como nunca se había visto antes, pero como Betelgeuse es tan brillante que eclipsa por completo la luz que emite esta nebulosa. Al utilizar el instrumento VISIR VLA para bloquear la luz que emite directamente Betelgeuse, la nebulosa (compuesta muy probablemente por sílice y polvo de alúmina) brilla en longitudes de onda infrarrojas debido a que es calentada por la estrella. Vale la pena señalar que a pesar de tener una apariencia llameante, en realidad está compuesta de material frio, por lo que sólo puede ser detectada en longitudes de onda infrarrojas. Las longitudes de onda cortas infrarrojas se representan con un brillo azul y las longitudes de onda más largas del infrarrojo se representan con un resplandor rojo.

Esta es una vista maravillosamente íntima de la muerte de una estrella masiva, y con la ayuda de la VLA, tendremos un asiento de primera fila para el velatorio final.

19 de septiembre de 2012

Casi tan caliente como el Big Bang

El LHC utiliza plomo acelerado para estudiar el estado primordial de la materia

El experimento Alice explora el plasma a 100.000 veces la temperatura del Sol

 

Simulación de una colisión de núcleos de plomo en el detector Alice del acelerador LHC. / CERN / ALICE

Cuando la materia se calienta hasta temperatura extrema, tan extrema como 100.000 veces la del centro del Sol, suceden cosas raras. Los átomos dejan de ser átomos e incluso los núcleos atómicos se disgregan en sus componentes fundamentales para formar un nuevo estado de la materia, una sopa de partículas con propiedades exóticas. Así debió de ser el universo al principio, en los primeros instantes después del Big Bang, mucho antes de que al expandirse y enfriarse aquel cosmos primitivo pudieran formarse los átomos y luego las estrellas, las galaxias, los planetas...

¿Cómo reproducir en el laboratorio esas condiciones de altísima temperatura? El gran acelerador de partículas LHC, en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN, junto a Ginebra), además de servir para cazar el famoso bosón de Higgs, sirve para generar minúsculas gotas de esa sopa supercaliente de partículas elementales (quarks y gluones). Pero, para ello, en lugar de acelerar y colisionar protones, hay que acelerar y hacer chocar plomo, o más bien, núcleos de plomo. Uno de los grandes experimentos del LHC, el Alice, está especializado precisamente en la exploración de ese microcosmos ardiente y cuenta con un mes al año de colisiones de plomo acelerado en el LHC o, como se ha ensayado hace unos pocos días, de plomo contra protones.

“El plasma de quarks y gluones debió de ser el estado de la materia más abundante, si no el único, durante las primeras milmillonésimas de segundo tras el Big Bang, pues la temperatura que reinaba por aquel entonces era de un billón de grados centígrados, lo que equivale a un 1 seguido de 12 ceros, es decir, un millón de veces la temperatura del interior del Sol, que no de la superficie, que está en unos 6.000 grados”, comenta Ginés Martínez, director de investigación del CNRS francés, que lidera el equipo de Alice de su laboratorio en Nantes. “En el LHC nos acercamos pues a esas temperaturas del principio del universo al crear microgotas de ese plasma de quarks y gluones que duran una billonésima de billonésima de segundo”, continúa.

En las colisiones del acelerador LHC se han alcanzado 5,5 billones de grados

“Con Alice tenemos la oportunidad de observar y estudiar las propiedades de ese estado primordial de la materia”, explica Despina Hatzifotiadou, física del experimento. De momento, continúa, en las semanas de colisiones plomo/plomo que ya se han hecho en el LHC, en 2010 y 2011, se ha observado cómo esta sopa de quarks y gluones se comporta como un líquido perfecto, prácticamente sin fricción, y opaco. “Además, hemos batido un récord al crear la mayor temperatura en el universo: unos 5,5 billones de grados kelvin”, añade. Es la temperatura que tendría el universo 10 milmillonésimas de segundo después de la gran explosión inicial, dice Carlos Pajares, que lidera el grupo español de la Universidad de Santiago que participa en Alice. “Se trata de estudiar precisamente la transición de fase entre el estado de las partículas elementales tal y como están en los componentes del núcleo atómico a esa sopa de quarks y gluones”, añade este físico teórico.

En el LHC estaba previsto que tras la fase actual de colisión de protones (hasta final de año) hubiera un mes de colisiones de plomo/plomo en enero. Pero han cambiado ligeramente los planes, explica Hatzifotiadou, y serán choques de haces de plomo contra haces de protones, lo que permitirá a los físicos hacer comparaciones de las propiedades del plasma con diferentes tipos de colisión.

Un millar de físicos e ingenieros de 31 países trabajan en Alice, uno de los cuatro gigantescos detectores de partículas del LHC (otros dos, el Atlas y el CMS, también aportan información en esta vertiente de la investigación de la sopa de quarks y gluones). No hay que olvidar que aunque Alice se sitúe en los récords de energía y temperatura, la instalación estadounidense RHIC avanzó mucho en este camino del nuevo estado de la materia en la última década, recuerdan los expertos. Allí se crearon, hace 10 años, las primeras gotas de la sopa de quarks y gluones, apunta Martínez.

Los quarks parecen prisioneros eternos confinados dentro de los protones

Es todavía un misterio sin resolver por qué los protones y los neutrones de los núcleos de los átomos tienen una masa cien veces superior a la de los quarks que los forman y por qué sus quarks parecen ser sus prisioneros eternos.

Para entender estos dos problemas hay que repasar un poco la composición del átomo, que está formado por un núcleo y electrones; el núcleo, a su vez, está formado por protones y neutrones y cada uno de estos, por tres quarks, unidos por la denominada fuerza fuerte, de la que se ocupan los gluones. Pues bien, los quarks no se pueden separar unos de otros, están confinados dentro del protón o del neutrón, y cuanto más fuerte intenta uno separarlos, más fuertemente se unen. Es como si estuvieran sujetos con una goma (los gluones), que resulta más y más difícil estirar cuanto más tensa está. Pero a partir de un momento, a muy alta temperatura, la goma se rompe y esas partículas elementas, en libertad, forman la famosa sopa, explica Pajares. ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué reglas rigen esa transición y sus propiedades? Este es el terreno de los físicos de Alice.

Otro misterio pendiente es el de la masa del protón. Resulta que los tres quarks que lo forman “representan solo el 1% de su masa, esa cuyo origen se explica con el mecanismo del bosón de Higgs”, argumenta Martínez. ¿Y el resto? “El 99% restante de la masa se crea por el proceso de confinamiento de quarks”, añade.

Fuente:

El País Ciencia

29 de junio de 2012

Una materia 250.000 veces más caliente que el Sol

Científicos estadounidenses han logado una hazaña digna del récord Guinness. Creen que es lo que existió justo antes de Big Bang y la creación del Universo


Según puede leerse en la agencia RT, "esa materia alcanza los cuatro billones de grados centígrados. Con este propósito, los investigadores del Laboratorio Nacional de Brookhaven (Nueva York) querían conseguir esta materia formada de un plasma de quarks y gluones, que se cree existió por unas pocas millonésimas de segundo después del Big Bang y la creación del Universo.

"Cuando el Universo todavía era pequeño y caliente, este material probablemente existió e influyó en su desarrollo", explicó el doctor en ciencias físico-matemáticas, profesor Mikhaíl Polikarpov L. "Todo lo que encontramos ahora y podemos observar, se deriva de esta sustancia, compuesta de quarks y gluones. Aunque se llama plasma, en lo que se refiere a sus propiedades es muy diferente del plasma normal", contó.

Los científicos opinan que la creación de esta 'sopa supercaliente' podría darles nuevos conocimientos sobre las propiedades del Universo primitivo. Los representantes del Libro Guinness de los Récords reconocieron oficialmente el logro, atribuyéndole la categoría de "la temperatura más alta obtenida artificialmente".  

Fuente:

31 de enero de 2012

Desaparecen un objeto tridimensional por primera vez

Microondas bloqueadas y dispersadas (I), y "reconstruidas" con el armazón.

Investigadores consiguen envolver un objeto tridimensional, haciéndolo invisible desde cualquier ángulo, por primera vez.

La técnica funciona en el espectro de las microondas, que son las que tienen entre un milímetro y un metro de longitud de onda, pero que están fuera del espectro visible.

La técnica consiste en utilizar un armazón compuesto de materiales plasmónicos, que, al presentar un "negativo fotográfico" de un objeto cubierto, efectivamente lo anula.

Los materiales plasmónicos reflejan las ondas electromagnéticas de forma diferente a la usual.

La idea, presentada en la prestigiosa publicación New Journal of Physics, podría tener sus primeras aplicaciones en microscopios de alta resolución.

La mayoría de los esfuerzos para hacer objetos invisibles mediante el encubrimiento se han centrado en la ingeniería de "metamateriales": modificar materiales apra que tengan propiedades que no pueden ser encontradas en la naturaleza.

Estas modificaciones le permiten a los materiales canalizar la luz en formas inusuales, concretamente, pueden hacer que los rayos se perciban como si no hubiesen llegado o no hubiesen sido reflejados por un objeto cubierto.

Anteriores esfuerzos de hacer que objetos en tres dimensiones desaparezcan se basaban en la idea de la "alfombra de cobertura", mediante la cual el objeto es revestido con una especie de alfombra de metamateriales que reflejan la luz de una forma por la cual hacen aparecer al objeto invisible.

Ahora, Andrea Alu y sus colegas de la Universidad de Texas en Austin han usado el truco "al descubierto", haciendo que un cilindro de 18 centímetros de largo sea invisible a la luz en el rango de las microondas.

Efectos negativos

La luz puede ser explicada en términos de campos eléctrico y magnético, y lo que le da a un objeto su apariencia es la forma en que los átomos que lo constituyen absorben y reflejan estos campos.

Anteriores pruebas con metamateriales consistían en hacer que estos desviasen la luz alrededor de un objeto, usando estructuras cuidadosamente diseñadas que podían rebotar la luz de una manera determinada.

En contraste, los materiales plasmónicos pueden ser diseñados para que afecten los campos electromagnéticos opuestos al del objeto dado.

"Lo que nosotros hacemos es diferente. Usamos un armazón o estructura que dispersa la luz por si sola, pero lo interesante es que si combinas este armazón con el objeto al que está cubriendo, los efectos de ambos se complementan y el objeto se hace completamente invisible", le explica el profesor Alu a la BBC.

El armazón de material plasmónico es, en esencia, un negativo fotográfico del objeto cubierto, una representación de su opuesto.

Como resultado, la cobertura debe ser adaptada al objeto que va a cubrir, y sería imposible usar el mismo armazón para dos objetos distintos.

Pero el éxito con los cilindros sugiere que valdría la pena continuar con el estudio a diferentes longitudes de onda. "Es un objeto real en nuestro laboratorio, que básicamente desaparece", subraya el profesor Alu.

¿Invisible a simple vista?

El sistema podría mostrar con detalles imagenes de las aprtículas más pequeñas que conocemos.

Aún así, es poco probable que la idea funcione a longitudes de onda dentro del espectro visible.

Alu explica que este sistema podría ser usado en microscopios de escáner, los más potentes que existen, para conseguir una mejor imagen de ondas muy pequeñas.

Ortwin Hess, profesor de metamateriales en el Imperial College de Londres, dijo que el trabajo era una "muy buena verificación de que el sistema funciona".

"Hay algunos límites en su aplicación, pero igualmente es un hallazgo muy interesante", le dijo a la BBC.

Hess explicó que en futuras aplicaciones, los materiales plasmónicos podrían ser combinados con metamateriales estructurales ya en desarrollo. La luz podría ser dirigida a donde mejor convenga, o, como en este caso, incluso anulada.

El encubrimiento en el espectro visual, esto es, esconder al ojo humano materiales y formas complejas, se antoja distante en el tiempo, pero Alu explica que, mientras tanto, se darán pasos en esa dirección.

"Hay aún mucho trabajo que hacer", dijo Alu. "Nuestro objetivo era simplemente demostrar que esta técnica plasmónica puede reducir la dispersión de la luz de un objeto en un espacio abierto".

"Si tuviese que apostar, diría que en cinco años esta va a ser la técnica plasmónica usada para aplicaciones prácticas", añadió.

Fuente:Enlace

BBC Ciencia

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9 de junio de 2011

¡Alerta! El plasma solar amenaza el planeta Tierra

Plasma, el cuarto estado de la materia

Cuando se habla de los estados de agregación de la materia, casi todo el mundo piensa sólo en sólidos, líquidos y gases. Pero resulta que estos tres estados sólo constituyen el 1% del total de la materia que, por el momento, sabemos que contiene el Universo. ¿Alguien habría dicho que en el Universo casi toda la materia es algo denominado plasma, que no es ni sólido, ni líquido, ni gas? ¿Pero qué es exactamente el plasma?



El Plasma: un desorden de partículas

El plasma está constituido por cationes (es decir, átomos con carga eléctrica positiva porque han perdido algunos de sus electrones), electrones y neutrones. Se trata, pues, de un puñado de partículas que se mueven sin orden aparente. Para confinar un plasma en un espacio determinado se aplican campos magnéticos. El plasma es el estado en el que se encuentra la materia que constituye los cuerpos más masivos del Universo: las estrellas.Sin ir más lejos, el Sol es, en sí mismo, un plasma gigantesco, lleno de átomos de hidrógeno y helio que han perdido total o parcialmente sus electrones como consecuencia de las elevadísimas temperaturas que se generan (de hasta 15 millones de grados centígrados). Para conseguir un plasma, sin embargo, no es necesario aplicar temperaturas tan elevadas. De hecho, con una vela y una cerilla tenemos suficiente. La corona anaranjada que a veces se observa en la llama de una vela es producto de la disociación e ionización de las moléculas del aire y constituye un plasma de baja densidad y temperatura.



Conozca más en el Portal Eureka.



Se estima que cuando ocurren estas explosiones la energía que desprende se demora entre uno a cuatro días en llegar a la Tierra, que posee una capa de plasma no muy lejos de la superficie que está como atrapada por el campo magnético del planeta, pero la mayor cantidad proviene del Sol.

Las partículas de la tormenta solar llegarían a la Tierra hoy día, 9 de junio de 2011, informó la Nasa. Podría haber problemas con los GPS.




El Sol desató una llamarada solar de tamaño medio y una eyección de masa coronal, el 7 de junio, según informó la Nasa.

La gran nube de partículas cubrió un área similar a la mitad de su superficie.

Las partículas se dirigen hacia la Tierra. Desde 2006 no se había observado una eyección solar de tal magnitud, según la meteorología nacional estadounidense (Ver Observatorio SDO)

“El Sol sufrió el 7 de junio una eyección solar de mediana fuerza (M-2) con una expulsión de masa coronal (CME) visualmente espectacular”, precisó el observatorio dinámico solar de la Agencia espacial estadounidense en un comunicado.

El centro de previsiones espaciales de NWS describió el fenómeno como “espectacular” y “susceptible de provocar una tormenta geomagnética de menor a moderada el 8 de junio a partir de las 18:00 GMT aproximadamente”.

Esta tormenta “contiene una cantidad importante de protones de alta energía, superior a 100 megaelectronvoltios (MeV), algo que no se había producido desde diciembre de 2006, según el comunicado.

Este tipo de tormentas solares causadas por la erupción de plasma provocan cerca de los casquetes polares espectaculares auroras boreales, grandes cortinas de gas ionizado en la zona donde la magnetosfera terrestre permite el paso del viento solar.

De acuerdo a la NASA, la explosión llegó tras una tormenta solar menor y una espectacular expulsión de masa con forma de hongo, que al caer de nuevo cubrió casi la mitad de la superficie solar.

Las tormentas solares tardan normalmente entre 24 y 36 horas en llegar a la órbita terrestre, un fenómeno que se está haciendo cada vez más habitual en los últimos meses y que revela un aumento de la actividad solar.

Desde las 12.00 horas de este jueves y hasta primera hora de la madrugada se espera que los efectos de la llamarada solar, registrada este miércoles, lleguen a la magnetosfera, según ha señalado el Centro de Predicción del Clima Espacial de la Nacional Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA).

El Sol ha iniciado un nuevo ciclo solar con violentas erupciones y tormentas magnéticas que pueden causar graves problemas en las telecomunicaciones y en la distribución de energía.

GPS. La tormenta geomagnética podría provocar perturbaciones en las redes eléctricas, especialmente en los satélites GPS, y obligar a los aviones de línea a modificar su itinerario por encima de las regiones polares, explicó un portavoz. Estaremos atentos.

La sociedad contemporánea es cada vez más vulnerable al clima espacial debido a su dependencia a sistemas vía satélite para sincronizar ordenadores, sistemas de navegación aérea, redes de telecomunicaciones y otros equipos electrónicos.

Una tormenta solar potente podría alterar estas tecnologías, perturbar el funcionamiento de los satélites y causar cortes de energía.

Fuentes:

La Voz (Argentina)

RTVE (España)

26 de abril de 2010

¿En qué se parece un televisor de plasma a un tubo fluorescente?

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Lunes, 26 de abril de 2010


¿En qué se parece un televisor de plasma a un tubo fluorescente?

¿Qué tienen en común un televisor de pantalla de plasma, un tubo fliorefluorescente, el interior de un reactor nuclear, un relámpago en una tormenta, una aurora boreal y el Sol?

Antes de responder a esta pregunta vamos a aclarar algunos conceptos. Desde pequeños repetimos de memoria, como si de un catecismo se tratara, la frase: “los estados de la materia son tres, sólido, líquido y gaseoso.” Sabemos también que si calentamos un sólido lo suficiente, éste pasará a ser líquido, y que si lo seguimos calentando, se transformará en gas.

Los estados de la materia hacen referencia al grado de cohesión que las moléculas de un cierto compuesto tienen entre sí, es decir a lo fuertemente unidas que están, a cierta temperatura (si consideramos la presión constante). Cuando un cuerpo se encuentra a una temperatura baja sus moléculas tienen un grado bajo de movimiento y se mantienen unidas unas a otras por fuerzas electromagnéticas. Según vamos calentando el cuerpo, aumentamos su temperatura o, lo que es lo mismo, aumentamos el grado de movimiento de sus moléculas. Éstas empiezan a vibrar más rápidamente hasta que, llegado el momento (el punto de fusión), rompen las uniones que las mantenían juntas y empiezan a fluir unas sobre las otras. Hemos pasado al estado líquido. Si seguimos calentando el compuesto las moléculas seguirán aumentando su grado de movimiento hasta que terminen perdiendo todo tipo de unión y se desplacen libremente por el espacio que las contiene.

¿Y si seguimos calentando el gas? Nuestros libros de primaria nunca respondían a esta pregunta...

Para responderla tenemos que ir al interior del Sol. Allí nos encontraremos con un gas (principalmente hidrógeno con un poco de helio) a muy altas temperaturas. Como es de suponer, a temperaturas tan elevadas los átomos de hidrógeno se mueven a velocidades extraordinarias, lo que provoca una gran cantidad de choques entre ellos. Estas colisiones son muy energéticas, tanto que consiguen separar el electrón del núcleo del átomo de hidrógeno ionizándolo, es decir, creando un catión con carga positiva (el núcleo del átomo), y un anión con carga negativa (el electrón). El gas en estas condiciones empieza a comportarse de manera muy diferente a como lo hacía antes de ser ionizado, tan diferente como si estuviera en estado líquido o sólido. Por esta razón se considera que un gas ionizado presenta en realidad otro estado de agregación de la materia. Este nuevo estado se denomina plasma. Lo podemos encontrar en el Sol, pero también en el interior de un reactor nuclear o en los motores de propulsión de los cohetes espaciales.

A diferencia de los otros tres estados más tradicionales, en los que las transiciones se producen a base de aumentar o disminuir la temperatura, podemos conseguir un plasma de otro modo además de calentando un gas.

Si introducimos el gas en un campo eléctrico, las partes positivas de los átomos (el núcleo) se verán atraídas hacia el polo negativo del campo, mientras que las partes negativas (los electrones) lo harán hacia el polo positivo. Aumentando la intensidad del campo eléctrico conseguiremos que las fuerzas de atracción contrarias sean tan grandes que finalmente rompan el átomo, produciendo de nuevo un catión y un ión, o lo que es lo mismo, ionizando el gas, es decir, transformándolo en plasma. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en un relámpago, cuando la diferencia de potencial entre la nube y la tierra llega a ser de millones de voltios, o en el tubo fluorescente que ilumina nuestra cocina.

Los plasmas, como podemos ver, son mucho más comunes y están mucho más cerca de lo que pensamos.

De hecho, hay una manera sencilla de producir un plasma en nuestra propia casa. [No hacer este experimento sin la presencia de un adulto]. Para ello necesitaremos una uva fresca, un vaso alto y un microondas. Cortamos la uva por la mitad, sin que las dos mitades lleguen a separarse del todo, y la introducimos dentro del microondas después de haber sacado el plato giratorio y su base. Tapamos la uva con el vaso, y conectamos el microondas a máxima potencia durante cinco segundos (ojo, más tiempo podría dañar el electrodoméstico). Al cabo de un par de segundos veremos cómo por encima de la uva se produce una especie de globo luminoso que flota en el interior del vaso. ¡Hemos creado nuestro propio plasma! Algo parecido a lo que ocurre en este experimento sucede también en una aurora boreal.

Ahora podemos responder a la pregunta con la que hemos comenzado este artículo. ¿Qué tienen en común un televisor de pantalla de plasma, un tubo fluorescente, el interior de un reactor nuclear, un relámpago en una tormenta, una aurora boreal y el Sol? Que todos ellos son, están compuestos o contienen algún tipo de plasma.

Pero hay otra característica común a estos seis elementos: todos emiten luz (efectivamente, el núcleo de un reactor nuclear emite luz). ¿Por qué se produce este fenómeno? Hemos dicho que el plasma es un gas en el que los electrones, ya sea por calor ya sea por la presencia de un campo eléctrico, se han separado del núcleo formando iones. Pero esto no sucede de una manera estática, sino que los electrones están continuamente entrando y saliendo de los átomos. Si pudiéramos seguir un electrón concreto, veríamos cómo se separa del núcleo de uno de los átomos del gas, flota por el plasma libremente hasta que choca con otro núcleo y queda atrapado en él, para de nuevo separarse y continuar flotando, chocar con otro núcleo, quedarse atrapado en él, etc. La energía que necesita el electrón para escaparse del núcleo la saca, como ya hemos visto, bien de los choques de los átomos, bien del campo eléctrico. Pero en el proceso inverso, cuando el electrón es atrapado por un núcleo, esa energía tiene que ser devuelta de alguna manera. En nuestro caso se hace en forma de radiación, de forma que cada vez que un electrón es atrapado por un átomo, se emite un fotón de luz. Dependiendo del gas de que se trate, el color de esa radiación (su longitud de onda) será diferente.

En el caso de los tubos fluorescentes, que contienen gas de mercurio a baja presión, esa radiación es ultravioleta, es decir, no es visible por el ojo humano. Para transformar esa radiación en luz se utiliza una propiedad poco común del fósforo y de otros compuestos similares (conocidos genéricamente como fósforos), la fluorescencia. Ése es precisamente el cometido que tiene el recubrimiento blanco de los tubos fluorescentes: transformar la radiación ultravioleta producida por el plasma de mercurio en radiación blanca, visible por el ojo humano.

Pero, ¿cómo se puede aplicar todo esto a la formación de imágenes en un televisor de pantalla de plasma?

En el artículo Televisor: por qué hay que cesar de llamarlo "caja tonta" ya contamos cómo se aprovecha la propiedad de fluorescencia del fósforo para crear una serie de puntos de luz con distintas intensidades. En el caso del televisor convencional hablábamos de una fluorescencia producida por los rayos catódicos (chorros de electrones), y no por la luz ultravioleta como en los tubos fluorescentes. Explicábamos cómo esos chorros de electrones impactan con distintas intensidades en cada píxel de la pantalla para formar la imagen, y que cada píxel está compuesto por tres líneas, recubiertas por fósforo rojo, fósforo verde y fósforo azul.

Para comprobar que una pantalla de plasma no utiliza chorros de electrones para provocar la fluorescencia, basta con pasar el brazo cerca de una pantalla de un televisor convencional, y luego cerca de una de plasma. En la primera notaremos cómo se erizan los pelos del brazo debido a la electricidad estática producida por los electrones que chocan contra la pantalla. En la segunda no notaremos nada.

En realidad una pantalla de plasma no es más que una serie de minúsculos tubos fluorescentes, iguales a los de las lámparas de nuestra cocina, agrupados de tres en tres. Cada uno de estos grupos forma un píxel y está compuesto por un tubo recubierto de fósforo rojo, otro de fósforo verde y otro de fósforo azul. Aplicando un campo eléctrico a cada uno de los tubos producimos un plasma al ionizar el gas que contienen. Este plasma emite una radiación ultravioleta que es transformada en luz visible por los fósforos. Mientras que los tubos fluorescentes de la cocina transforman la luz ultravioleta en luz blanca, los pequeños tubos que forman un píxel la transforman en luz roja, verde o azul, dependiendo del recubrimiento que tengan. Variando la intensidad del campo eléctrico que aplicamos a cada tubo obtendremos los distintos colores para cada píxel, que, unidos, nos darán una imagen clara y luminosa.

Fuente:

Caos y Ciencia

20 de mayo de 2007


Todo lo que debe saber sobre la televisión digital.

Le brindará mejor imagen y sonido, así como más canales y hasta interactivdad.
A fin de este año se decidirá el estándar que se aplicará en el país.


Por Bruno Ortiz Bisso


Posiblemente usted ha escuchado hablar de la televisión digital, pero quizá no sepa a ciencia cierta de lo que se trata. ¿Tiene que ver con la alta definición, con los televisores de plasma y LCD? ¿Será necesario cambiar de televisor? ¿Se tendrá que pagar algo adicional? A continuación trataremos de aclararle un poco el panorama. Click para agrandar ñla imagen.



¿QUÉ TIENE DE BUENO?
Cuando usted enciende su televisor lo que ve es una señal analógica. Y pese a que esta suele mejorar cuando es distribuida por los servicios de cable, aún sigue siendo susceptible de fallas como 'lluvias' o imágenes poco nítidas.

La llamada televisión digital terrestre es una nueva tecnología que no solo pondrá fin a esas imperfecciones, sino que traerá otros importantes beneficios. ¿Los más importantes? La calidad de imagen y sonido mejorará notablemente (será muy similar a la del DVD), permitirá a un canal de televisión emitir varias señales en simultáneo con contenido distinto y pondrá a disposición del televidente la interactividad, incluso hasta con posibilidad de conectarse a Internet.

Y todo esto gracias a la digitalización de la señal. Será como pasar de llevar muchos paquetes en las manos, con el riesgo de que alguno se averíe en el camino, a conseguir una caja para llevarlos a su destino en perfecto estado.

¿DEBO CAMBIAR MI TELEVISOR?
No. Al igual que el televisor más antiguo que usted pueda tener en casa, los aparatos modernos, esos de pantalla plana de plasma o LCD, funcionan con la señal análoga. Sin embargo, algunos ya vienen listos para la señal digital.

En todo caso no tiene por qué preocuparse, pues existen decodificadores que permitirán a cualquier televisor, así sea de hace 15 años, recibir la señal. Asimismo, pierda cuidado porque este tipo de servicio mejorado afectará los canales de televisión de señal abierta y no le significará ningún tipo de gasto adicional por acceder a sus contenidos.

LOS ESTÁNDARES
Existen tres estándares de transmisión de televisión digital: el estadounidense (ATSC) que prioriza la alta definición, el europeo (DVB) que pone énfasis en la difusión de más canales por una misma señal, y el japonés (ISDB) que resalta la transmisión en dispositivos móviles, como los teléfonos celulares.

En la región el único país que ya ha decidido es Brasil, que optó por la norma japonesa. Chile acaba de terminar sus estudios técnicos y en breve anunciará su decisión final.

Entonces, la prioridad de las autoridades locales es decidir cuál de las tres opciones se aplicará en el país.

¿QUÉ SE HACE EN EL PERÚ?
El Gobierno empezó a preparar el camino para la adopción de la televisión digital el año pasado. En agosto del 2006, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) reservó dos canales para hacer pruebas y demostraciones.

En febrero de este año se creó una comisión multisectorial que se encargará de formular un plan de trabajo y recomendar qué formatos aplicar en nuestro país.

Esta comisión está presidida por Manuel Cipriano, del MTC, y cuenta con representantes de la Presidencia del Consejo de Ministros, Indecopi, el Ministerio de la Producción y el Consejo Consultivo de Radio y Televisión, como parte de la sociedad civil.

Recién la próxima semana se instalará oficialmente la comisión. Desde ese momento cuenta con 30 días para presentar un plan de trabajo ante el MTC. Luego de que este es aprobado, contará con 120 días para ejecutarlo y emitir su recomendación final.

Según asegura Cipriano, buscarán organizar diversas reuniones con todos los involucrados en este tema para conocer sus opiniones y pareceres, e intentarán contar con la participación de la población para mantenerla informada y recibir sus sugerencias.

FALTA MUCHO
Pero no se preocupe. Por más que antes del fin de este año se decida el estándar que se usará, aún pasarán varios años para que se corte definitivamente la señal analógica.

Si países como Estados Unidos o España realizarán sus respectivos cortes entre los años 2009 y 2012, es porque han venido trabajando en el tema desde hace más de cinco años.

Sin embargo, es necesario que esté informado y preparado para lo que se viene.

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Más información:
Punto de vista: Debemos saber qué proponen

Fuente:

Diario El Comercio (Perú)

28 de abril de 2007

¿LCD o Plasma?

Es probable que esté considerando cambiar el televisor de casa, pero si aún no se ha decidido por comprar uno de plasma u otro con pantalla de cristal líquido (LCD, por sus siglas en inglés), le recomendamos prestar atención.

Considere que los televisores más grandes suelen ser de plasma, mientras que los de LCD son de menos pulgadas. En la comparación de tamaños similares, el plasma es más económico.

Según CNET (www.cnet.com) ambas pantallas muestran imágenes de gran calidad; sin embargo, el plasma reproduce mejor el color negro y los grises, lo que permite un mejor contraste y detalle.

El plasma ofrece mejor visión desde distintos ángulos y produce colores más brillantes, el LCD tiene una mayor resolución que plasmas del mismo tamaño y consume menos electricidad.

Sobre el tiempo de vida, los modelos de plasma ofrecen entre 30.000 y 60.000 horas (considerando un encendido continuo de 24 horas al día y siete días a la semana) de funcionamiento, mientras que los LCD garantizan 60.000 horas antes de perder su brillo original.

La publicación "PC News" (www.pc-news.com) recomienda que si tiene un sitio espacioso y bien iluminado, se decida por el plasma, pero si su habitación es pequeña y con luz limitada, considere el LCD su mejor opción.

Fuente:

Diario El Comercio (Perú)

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