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19 de febrero de 2018

El haz de neutrinos más potente atravesará 1.300 kilómetros de la Tierra

El chorro de partículas pasará por un gigantesco detector capaz de observar la formación de un agujero negro en tiempo real y permitirá buscar respuestas al origen del universo.


Extienda la palma de la mano. Cuente hasta tres. Un billón de neutrinos acaba de atravesar la piel, el músculo y los huesos de su mano. Estas minúsculas partículas pasan por el espacio vacío de los átomos casi a la velocidad de la luz en un viaje interestelar que no deja rastro. El Experimento de Neutrinos Subterráneo Profundo (DUNE, por sus siglas en inglés) proyecta un nuevo acelerador y dos nuevos detectores de un haz de neutrinos que recorrerá 1.300 kilómetros por el subsuelo de Estados Unidos. La prueba puede aportar respuestas sobre el origen del universo.
 
Los neutrinos son tan ligeros y escurridizos que pueden atravesar un año luz de plomo macizo sin despeinarse. Y, sin embargo, los científicos han conseguido atraparlos. A cien metros bajo tierra, en un laboratorio a las afueras de Chicago (EE UU) existe una cueva que alberga un contenedor metálico del tamaño de un autobús, repleto de luces, instrumentos de medición y cables. Es un detector de neutrinos.

Estas partículas subatómicas ostentan varios récords en el campo de la física. Son los corpúsculos de materia más abundantes del universo y, a pesar de ello, siguen siendo un rompecabezas. Esto es porque también son los más pequeños, lo cual impide estudiarlos directamente. Nadie sabe cuál es su masa, pero los experimentos indican que debe de ser al menos 100.000 veces menor que la del electrón, que es la siguiente partícula menos pesada. Además, no tienen carga eléctrica, por lo que raramente interactúan con otros cuerpos.

Aunque los neutrinos pueden venir de muchos sitios —como las estrellas o los plátanos—, su mayor fuente terrestre es un acelerador de partículas que arroja protones contra un bloque de grafito y está cerca de esa cueva de EE UU, en las instalaciones del laboratorio de ciencia básica Fermilab (Fermi National Accelerator Laboratory). Los científicos creen que estas partículas podrían ser la clave para descubrir física más allá del Modelo Estándar, el marco teórico incompleto que describe el comportamiento de la materia.

Un detector más grande que el de Chicago se encuentra enterrado a 800 kilómetros de distancia, en la mina Soudan del estado de Minessota. Juntos forman el experimento NOνA. Los científicos estadounidenses han creado el haz de neutrinos —que atraviesa el detector cercano y el lejano, además de toda la materia de la corteza terrestre que los separa— para tener las mejores posibilidades de observar estas partículas y de estudiar su extraño comportamiento. Los neutrinos son como fantasmas, invisibles a los instrumentos de la ciencia, pero muy de vez en cuando alguno colisiona con un átomo del fluido que hay dentro de los detectores. Esto produce partículas con carga eléctrica que dejan rastros visibles. Encontrarlos, entonces, se convierte en cuestión de cifras: cuanto más denso sea el chorro que sale del acelerador, mayor probabilidad hay de que algún neutrino choque contra un átomo en el detector.

Pero NOνA es solo el principio. Esta instalación, que desde 2014 es el mayor experimento de neutrinos de larga distancia, está abriendo camino para algo mucho mayor: DUNE. Un nuevo acelerador y un nuevo detector serán el punto de partida para un haz de neutrinos que viajará desde Fermilab hasta el Centro de Investigación Subterráneo de Sanford (SURF), en Dakota del Sur. Allí, a un kilómetro y medio de profundidad, los investigadores de la colaboración internacional DUNE pretenden enterrar el mayor detector de la historia: cuatro módulos del tamaño de una piscina olímpica cada uno, pero seis veces más profundos, rellenos con 17.000 toneladas de argón líquido.

Lea el artículo completo en:

El País (Ciencia)

25 de agosto de 2016

El neutrino que podría explicar por qué existimos... no existe

El cuarto tipo de neutrinos, el único que no se ha podido identificar, permite entender sobre el papel por qué hay más materia que antimateria.


El área roja indica el lugar donde debería registrarse la señal de los neutrinos estériles sobre el IceCube Neutrino Observatory, en el Polo Sur.

Son unas de las partículas más abundantes del universo pero también de las más difíciles de detectar. Su masa es una millonésima parte de la de un electrón y apenas interaccionan con la materia, de ahí que consigan atravesar prácticamente cualquier cosa que se les ponga por delante, aunque sea la misma Tierra. Son los neutrinos, también conocidos como las partículas fantasma por exhibir un comportamiento tan particular. Hasta el momento se han descrito tres tipos diferentes, pero la comunidad científica trataba de encontrar un cuarto que, sobre el papel, explicaría por qué hay más materia que antimateria. En definitiva, la partícula que resolvería, entre otros misterios, por qué existimos.

Pero esa partícula no existe. O, al menos, no ha podido ser detectada. Ésa es la conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores del Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), después de desplazarse al Polo Sur para trabajar en el IceCube Neutrino Observatory, donde han analizado los miles de neutrinos que atraviesan nuestro planeta de un polo a otro. Pero no han hallado ni rastro de ese nuevo componente del grupo. Sus resultados los publica ahora la revista Physical Review Letters.

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia

29 de mayo de 2016

Esta es la verdadera razón por la que nada puede ser más rápido que la luz


La luz permanece imbatible en su récord de velocidad. 
 
Corría septiembre de 2011 y el físico Antonio Ereditato conmocionaba al mundo.

El anuncio que había hecho prometía dar un drástico giro a nuestros conocimientos sobre el Universo. Si los datos recogidos por 160 científicos que trabajaban en el proyecto OPERA eran correctos, lo impensable había ocurrido.

Un grupo de partículas -en este caso, los neutrinos- había viajado más rápido que la luz.
Según la teoría de la relatividad de Albert Einstein, eso no era posible. Y las implicaciones eran enormes. Muchos aspectos de la física tendrían que ser modificados.

Al final, el resultado de OPERA estaba errado por causa de un problema de sincronización debido a un cable mal conectado.

Como consecuencia, las mediciones de lo que tardaban los neutrinos en recorrer la distancia estaban equivocadas en 73 nanosegundos, e hizo que pareciera como si hubieran viajado más rápidamente de lo que lo hicieron.

Ereditato renunció.
Pero, ¿estamos realmente seguros de que nada puede viajar más rápido que la luz?

Cuestión de peso

Examinemos el asunto. La velocidad de la luz en el vacío es de 299.792.458 kilómetros por segundo (cerca de la cifra redonda de 300.000 km/s). El Sol se encuentra a 150 millones de km de la Tierra y la luz tarda sólo ocho minutos y 20 segundos en recorrer esa distancia.

A principios de la década de 1960, William Bertozzi, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en EE.UU., experimentó con la aceleración de electrones a velocidades cada vez mayores.

Debido a que los electrones tienen una carga negativa, es posible propulsarlos aplicando la misma carga negativa a un material.

En teoría sólo se tiene que aumentar la energía aplicada con el fin de alcanzar la velocidad requerida de 300.000 km/s, pero resultó que no es posible que los electrones se muevan tan rápido.

Los experimentos de Bertozzi revelaron que el uso de más energía sólo causaba un aumento directamente proporcional en la velocidad del electrón.
La luz está compuesta de partículas llamadas fotones. ¿Por qué estas partículas pueden viajar a la velocidad de la luz cuando otras partículas como los electrones no pueden?

"A medida que los objetos viajan más rápido, su masa crece y mientras más masa tienen, más difícil es lograr la aceleración, por lo que nunca llegan a la velocidad de la luz", explica Roger Rassool, físico de la Universidad de Melbourne, en Australia.

Einstein, siempre Einstein

Los fotones son bastante especiales. No sólo carecen de masa, lo que les da vía libre a la hora de atravesar vacíos como el espacio, sino que además no necesitan acelerar. La energía natural que poseen significa que cuando se crean ya están a su máxima velocidad.

No hemos observado o creado nada que pueda desplazarse tan o más rápidamente que los fotones.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

17 de septiembre de 2014

Física: ¿Cuántos neutrinos hay en una caja?


El Sol es una fuente de neutrinos

El Sol, una continua fuente de neutrinos (NASA)

Los neutrinos son, después de los fotones, las partículas más abundantes del Universo. Se crean por ejemplo en reacciones nucleares en el centro de las estrellas como nuestro Sol (neutrinos solares), en reactores nucleares (neutrinos de reactor) y por colisiones de rayos cósmicos en la atmósfera (neutrinos atmosféricos).

Cuando escuchamos hablar de neutrinos hay un ejercicio al que todo físico siempre invita para intentar dimensionar su abundancia. Tomemos por ejemplo los neutrinos solares, el ejercicio es el siguiente: levanta tu pulgar, apúntalo hacia el Sol y cuenta hasta tres. En esos tres segundos cerca de doscientos mil millones de neutrinos solares atravesaron la uña de tu pulgar. Doscientos mil millones es un número enorme, es un 2 seguido de 11 ceros: 200.000.000.000, lo que en notación científica se escribe como 2\times10^{11}. Con este enorme número de neutrinos atravesando cada centímetro cuadrado de nuestro cuerpo (y nuestro planeta) uno podría preguntarse, si pudiéramos verlos ¿cuántos neutrinos habrían en una caja? Esta pregunta puede ser algo ridícula por dos motivos: primero, los neutrinos son partículas fundamentales por lo que no son visibles, y segundo, los neutrinos se mueven muy rápido, casi a la velocidad de la luz, por lo que no es posible atraparlos. Entonces supongamos que los neutrinos fueran visibles y les tomamos una foto, ¿cuántos neutrinos veríamos dentro de la caja? Para responder esta pregunta el presente post tendrá dos partes, la primera consiste en estimar cuántos neutrinos nos llegan desde el Sol y en la segunda veremos cómo calcular los neutrinos en la caja. Para conocer la respuesta se puede ir directo a la segunda parte, la primera es opcional y sólo para quienes deseen aprender cómo se crean neutrinos en el Sol y de dónde los físicos sacamos ese número tan grande mencionado al principio.

Parte 1: ¿Cuántos neutrinos solares llegan a la Tierra?

El artículo completo en:

Conexión Causal

10 de diciembre de 2012

El neutrino está de cumpleaños

 
neutrino electrónico de ParticleZoo

Neutrino electrónico de ParticleZoo

Durante la década de 1920 la física vivía años dorados: Hubble descubrió que nuestra galaxia era sólo una de miles, se descubrió la expansión del universo, la teoría de la relatividad era verificada experimentalmente, y grandes genios del siglo XX incluyendo a Bohr, Born, Heisenberg, Schrödinger, Dirac y Planck develaron uno de los grandes misterios de la naturaleza desarrollando la física cuántica. Experimentos alrededor del mundo confirmaban uno tras otro cómo esta nueva y extraña descripción del mundo subatómico funcionaba a la perfección. 


Sin embargo, a fines de esa década la física de partículas todavía en pañales enfrentaba una importante crisis. La radioactividad ya tenía un par de décadas y su descubrimiento le había significado el Premio Nobel a Henry Becquerel, Pierre y Marie Curie en 1903, sin embargo había un detalle que tenía a los teóricos de la época sin dormir tranquilos. El llamado decaimiento beta ocurre cuando un núcleo atómico espontáneamente se transforma en otro emitiendo un electrón. Los físicos notaron que el nuevo núcleo atómico tenía un protón más que el original por lo que la carga eléctrica se conserva (protón y electrón tienen cargas de igual magnitud pero signo opuesto). Esto es muy importante ya que las leyes de la física funcionan en base a principios de conservación. Otra cantidad importante que debe conservarse es la energía. Todos hemos aprendido desde niños que la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Y justamente aquí estaba el problema con el decaimiento beta, ya que los cálculos mostraban que si la energía se conserva entonces el electrón siempre sería emitido con la misma energía E_0; sin embargo todos los experimentos mostraban que al decaer el núcleo atómico, el electrón salía emitido con cualquier valor entre cero y E_0. Tanto era desconcierto de los teóricos que el mismo Niels Bohr consideró que sería necesario abandonar el principio de conservación de la energía.

El nacimiento del neutrino

Desde siempre, las conferencias de física han servido no sólo como una reunión para debatir acerca de recientes descubrimientos y resultados sino que principalmente para discutir nuevas ideas (esto en realidad justamente por eso vamos a conferencias). Así ocurrían las famosas discusiones entre Einstein y Bohr sobre física cuántica durante las Conferencias Solvay, cuya versión en 1927 permitió reunir a las lumbreras de la física teórica y experimental de la época en esta famosa imagen:

Solvay_conference_1927_crop

Cuarto de derecha a izquierda de pie aparece Wolfgang Pauli, distraído junto a Werner Heisenberg, parece estar enfocado en uno de sus rivales públicos Paul Ehrenfest (tercero de izquierda a derecha), con quien protagonizaron varias peleas verbales públicas. Era sabido que uno asistía a las charlas del otro sólo para fastidiarlo.

Pauli tenía 30 años en 1930 cuando no pudo asistir a una conferencia en Tubingen (Alemania) en la que se debatiría el problema del decaimiento beta.


Pauli en su cumpleaños 1945

Pauli celebra su 45° cumpleaños en medio de una charla en Princeton (1945)

Pauli tuvo una idea que resolvería el problema y salvaría al principio de conservación de la energía de una forma elegante pero radical. Pauli propuso que en el decaimiento beta de un núcleo atómico no sólo se crea un protón y un electrón, sino que también se emitiría una tercera partícula que compartiría su energía con el electrón, de esta manera el electrón sería emitido a veces con mucha energía, otras veces con poca energía. Con esta hipotética partícula Pauli reconciliaría la teoría con los experimentos. Dado que la carga eléctrica ya era conservada, esta nueva partícula debería ser neutra por lo que Pauli la bautizó como “neutrón” (aunque lo que hoy llamamos neutrón fue descubierto en 1932 y no es el “neutrón de Pauli”). Como no pudo asistir a la conferencia, Pauli escribió el 4 de diciembre de 1930 una de las más famosas cartas en la historia de la física, dirigida a los participantes de la conferencia.

“Estimados y radiactivos damas y caballeros…” escribió, agregando un toque de humor a esta informal manera de expresar una nueva y genial idea. “He encontrado una medida desesperada para salvar la ley de conservación de la energía suponiendo que en el núcleo existen partículas sin carga eléctrica a los que llamaré neutrones. Las observaciones del decaimiento beta tienen sentido si además del electrón, un neutrón es emitido de tal manera que la suma de sus energías es constante” (E_0). Es interesante ver cómo una idea que salvó uno de los principios fundamentales de la física nunca fue publicado. Pauli explica que “por ahora no me atrevo a publicar los detalles de esta idea, les confío a ustedes mi querida gente radiactiva la pregunta de cuán probable sería encontrar evidencia experimental de tal neutrón”. Con estas palabras Pauli literalmente inventó una nueva partícula como una medida desesperada a la posibilidad de abandonar un principio tan fundamental (conservación de la energía). Pauli incluye en su carta detalles sobre las propiedad que “su neutrón” debería tener y concluye diciendo “Debo admitir que mi solución puede parecer casi imposible ya que si existiera ya deberíamos haber visto estos neutrones. Pero si no nos arriesgamos no avanzaremos. Querida gente radiactiva, examinen y juzguen”.

Pauli

“Certificado de nacimiento del neutrino”: Carta de Pauli a los participantes en la conferencia en Tubigen

En 1934, otro de los grandes físicos de la época, el italiano Enrico Fermi, postuló una teoría completa sobre los decaimientos radiactivos que hoy conocemos como interacción débil. Fermi incorporó la idea de Pauli en su teoría, sin embargo en 1932 James Chadwick había descubierto el neutrón, por lo que el “neutrón de Pauli” (todavía hipotético) necesitaba otro nombre. Según los cálculos de Pauli, “su neutrón” debería tener una masa una 100 veces menor a la de un protón, dado que el neutrón descubierto por Chadwick era un poco más pesado que el protón Fermi exclamó “este neutrón es muy pesado, el neutrón de Pauli es más liviano, más pequeño, debereríamos llamarle el pequeño neutro”. Así es como el neutrón de Pauli pasó a llamarse neutrino, que en italiano significa “el pequeño neutro”.

Búsqueda del neutrino

Cowan Reines

Cowan y Reines con su detector de neutrinos

Los años pasaban y no aparecía evidencia del neutrino. Pauli llegó a expresar “he hecho algo terrible, algo que ningún teórico debería hacer: he inventado una partícula que no puede ser observada”. Sin embargo los físicos experimentales son muy ingeniosos y basados en la teoría de Fermi sabían que grandes cantidades de neutrinos serían creados en reacciones nucleares. El Sol produciría neutrinos en grandes cantidades pero debido a la gran distancia sería muy difícil detectarlos. En 1945 Frederick Reines trabajaba bajo la supervisión de Richard Feynman en Los Alamos como parte del Proyecto Manhattan, el cual concluye con la creación de la primera bomba nuclear. Más que una terrible arma, Reines vio una copiosa fuente de neutrinos en la Tierra. Durante la guerra fría las dos potencias nucleares testeaban sus armas y Reines planeaba instalar un detector de neutrinos para intentar probar su existencia, sin embargo el detector debía estar tan cerca que la explosión destruiría el detector. En 1952 Reines junto a Clyde Cowan deciden usar una “fuente pacífica de neutrinos” por lo que instalan su detector junto a un reactor nuclear en Hanford, en el estado de Washington. La teoría de Fermi también mostraba lo difícil que sería detectar un neutrino ya que rara vez interactúan con la materia. Usualmente se dice que “atrapar un neutrino es como intentar atrapar una bala con una malla para mariposas”. Esta propiedad fantasmal del neutrino de casi no interactuar la convierte en una partícula muy elusiva. Reines y Cowan denominaron a su búsqueda del neutrino “proyecto Polstergeist”. Luego de meses recolectando datos deciden instalar su detector en una planta nuclear con mayor potencia, esta vez en Savannah River en Carolina del Sur. Mejorando sus mediciones, en 1956 luego de más de dos décadas como una partícula hipotética, Reines y Cowan demuestran que la “solución desesperada” de Pauli es la correcta y que el neutrino existe. El 15 de junio de 1956 Reines y Cowan le enviaron un telegrama a Pauli contándole la noticia. Reines recibió el Premio Nobel en 1995 por este decubrimiento (Cowan murió en 1974).

Luego de la confirmación de la existencia del neutrino, la siguiente meta fue detectar los neutrinos emitidos por el Sol así como los generados en la atmósfera por la colisión de rayos cósmicos con moléculas de aire. Esta nueva carrera causó nuevos misterios llamados “el problema de los neutrinos solares” y “el problema de los neutrinos atmosféricos”, lo que da para un post completo que espero publicar en el futuro.

En 1962 Leon Lederman (famoso por titular “La Partícula de Dios” a su libro sobre el bosón de Higgs), Melvin Schwartz y Jack Steinberger descubrieron que no sólo el neutrino es una partícula real, sino que hay dos tipos de neutrinos, lo que les dio el Premio Nobel en 1988. Recién en el año 2000 se confirmó que existe un tercer tipo de neutrino.

Neutrinos hoy

Hay muchas historias para contar sobre estos “pequeños neutros”, sin embargo en 2011 los neutrinos acapararon la atención de todo el mundo cuando el experimento OPERA anunció que sus neutrinos parecían viajar más rápido que la luz. Fue genial ver cómo los neutrinos se convertían en la partícula de moda, destronando al Higgs por unas semanas. Lamentablemente todo fue un error en la medición. Durante 2012 el Higgs ha recuperado su lugar en los medios, y todo parece indicar que podemos decir que el Higgs ha sido descubierto.

Hay mucho que no sabemos sobre los neutrinos lo que gatilla el interés en estudiarlos. Sin embargo existe otra razón más profunda: los neutrinos podrían responder la pregunta “¿por qué existimos?” ya que sus propiedades podrían haber permitido que hubiese más materia que antimateria luego del Big Bang lo que llevaría a la formación del univero en el que vivimos. Hay muchos otros motivos por los cuales estudiar a estos pequeñines (como se refirió a ellos Lederman en una conversación que tuvimos en 2011). 


Personalmente les he dedicado sólo los últimos 6 años de mi vida, pero espero seguir estudiándolos, una copia de la carta de Pauli adorna mi oficina como el “certificado de nacimiento” de mi partícula favorita. En mi investigación los uso como herramientas para comprender ciertas propiedades de la naturaleza ya que al ser tan pequeños son sensibles a los más pequeños defectos que el espaciotiempo pudiese manifestar (espero en el futuro contar más detalles).

Los neutrinos pudieron originar el universo en el que vivimos, son fantasmales,  65 mil millones de neutrinos provenientes del Sol atraviesan cada centímetro cuadrado de nuestro cuerpo cada segundo, llegan desde el cielo en el día y atraviesan la Tierra para aparecer desde el suelo en la noche, como una vez escribí estos pequeños neutros pueden ser bastante tenebrosos: “los neutrinos son partículas fantasmales observadas por primera vez gracias al proyecto Poltergeist, que durante la noche aparecen por debajo de tu cama”.


Fuente:

Conexión Causal

9 de junio de 2012

CERN: Einstein tenía razón

Instalaciones del CERN en Ginebra. | Reuters
Instalaciones del CERN en Ginebra. | Reuters
  • Un experimento del CERN sugirió que los neutrinos eran más rápidos que la luz
  • Los investigadores confirman que hubo un error en los instrumentos de medición
Einstein tenía razón. El equipo de investigadores del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) que el pasado año revolucionó el mundo de la ciencia con un experimento que sugería que los neutrinos eran más veloces que la luz han confirmado este viernes que su trabajo contenía errores.

En concreto, se trató de un fallo en los instrumentos de medición (el cable de fibra óptica que transportaba la señal de GPS al reloj principal del experimento estaba mal conectado). Así que el hallazgo de un simple error técnico ha bastado para 'resolver' el caso de los neutrinos superveloces.

Según han explicado este viernes durante la 25 conferencia internacional sobre física de neutrinos y astrofísica que se celebra en Kioto (Japón), las nuevas mediciones realizadas en los cuatro experimentos del laboratorio Gran Sasso (Borexino, ICARUS, LVD y OPERA) demuestran que la Teoría de la Relatividad también es válida para estas partículas subatómicas.

"Aunque este resultado no es tan emocionante como a algunos les hubiera gustado, es lo que todos esperábamos. Esta historia ha capturado la imaginación del público y les ha dado la oportunidad de ver el método científico en acción. Se publica un resultado inesperado para que sea escrutado, se investiga en profundidad y se resuelve, en parte, gracias a la colaboración entre experimentos que normalmente compiten. Así es como la ciencia avanza", ha afirmado el director de investigación del CERN, Sergio Bertolucci, durante la presentación de los resultados de las nuevas mediciones que se han llevado a cabo.

A la búsqueda del fallo

En septiembre de 2011 un equipo del CERN de Ginebra publicó un trabajo que mostraba que estas partículas subatómicas, denominadas neutrinos, podían viajar más rápido que la luz. El resultado ponía en entredicho la Teoría de Relatividad formulada por Albert Einstein en 1905, que constituye uno de los grandes pilares en los que se sustenta la Física.

La conferencia en la que Dario Autiero, uno de los autores del estudio, expuso los resultados suscitó una gran expectación y fue recogida en medios de comunicación de todo el mundo. Los neutrinos saltaban a la fama.

Comenzó también uno de los debates más apasionantes entre físicos de todo el mundo. Muchos científicos de prestigio pusieron ya en duda que los resultados del CERN pudieran ser ciertos y la prudencia fue la reacción más común entre los investigadores. Pero había que encontrar el error.

Los propios autores del estudio fueron los primeros en mostrar su perplejidad ante los resultados del experimento OPERA, que habían sido repetidos en numerosas ocasiones antes de hacerse públicos. Asimismo, animaron al resto de la comunidad científica a estudiar el caso y a intentar localizar dónde estaba el fallo.

Una carrera de 730 kilómetros

 El experimento OPERA calculó el tiempo que los neutrinos tardan en recorrer 730 kilómetros (que es la distancia que separa las instalaciones del CERN de Ginebra y del laboratorio subterráneo de Gran Sasso, en Italia). Los resultados indicaban que los neutrinos recorrieron esta distancia en un tiempo 60 nanosegundos inferior que la luz.

"Las primeras mediciones realizadas hasta 2011 entre el CERN y Gran Sasso fueron revisadas teniendo en cuenta los efectos de los instrumentos", ha explicado el equipo en Kioto.

El pasado mes de febrero, los físicos que habían estudiado el funcionamiento de OPERA habían sugerido ya la hipótesis de que sus resultados eran erróneos debido a que los datos habían sido alterados por una mala conexión entre un GPS y un ordenador. Al mes siguiente, el físico Antonio Ereditano, coordinador del experimento OPERA, presentó su dimisión de su cargo en el Instituto Nacional de Física Nuclear italiano.

Las comprobaciones llevadas a cabo por el equipo del experimento OPERA en los últimos meses han confirmado el fallo en la conexión. Este fallo técnico hizo que se atribuyera a los neutrinos una marca 74 nanosegundos superior al tiempo que tardaron en realidad. Es decir, la velocidad de los neutrinos fue inferior a la que habían indicado los primeros resultados. Además, el reloj de alta precisión utilizado por OPERA estaba ligeramente desfasado, lo que hizo que se añadieran otros 15 nanosegundos.

Una vez que estos fallos técnicos fueron corregidos, se volvió a calcular el tiempo que tardaban los neutrinos en recorrer el túnel de 730 kilómetros. En esta ocasión, estas partículas subatómicas no pudieron batir la velocidad de la luz. Como dijo Einstein.

Fuente:

El Mundo Ciencia

24 de febrero de 2012

Un cable flojo parece reivindicar a Einstein

Albert Einstein

Parece que, después de todo, Einstein tenía razón y nada viaja más rápido que la luz.

Los resultados del polémico estudio en el que partículas subatómicas se desplazaban más rápido que la velocidad de la luz podrían explicarse por la mala conexión de un cable, informó la revista Science Insider.

El experimento, efectuado en septiembre pasado, puso en duda un principio fundamental de la física, central en la la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein.

Pero, según la revista, el sorprendente hallazgo podría haber sido resultado de una mala conexión entre un computador y el Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés), empleado para medir el tiempo de viaje de los partículas.

Para el experimento, se enviaron neutrinos desde el Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN), ubicado en Ginebra, Suiza, a otro laboratorio sitiado a 730 kilómetros de distancia.

Y al revisar los datos los científicos encontraron que estos parecían completar el viaje 60 milmillonésimas de segundo más rápido que lo que hubiese hecho la luz recorriendo la misma distancia sin ningún obstáculo.

clic Lea: Desconcierto por hallazgo de partícula que parece superar la velocidad de la luz

Al revisar la conexión y medir el tiempo que toman los datos en recorrer la longitud del cable de fibra óptica, sin embargo, los investigadores encontraron que los datos llegan 60 nanosegundos antes de lo esperado.

Y como este intervalo de tiempo se le resta al tiempo total del viaje, eso podría explicar la llegada temprana de los neutrinos en el estudio pasado.

Nuevos estudios

Neutrinos en el CERN

El experimento había sido conducido por el Centro Europeo para la Investigación Nuclear, CERN.

Nuevos datos, sin embargo, serán necesarios para confirmar esta nueva hipótesis.

Y es que el error que pudo haber llevado a los científicos a sobrestimar el tiempo de viaje de los neutrinos también puede haber sido generado por el oscilador electrónico que provee las marcas de tiempo para las sincronizaciones del GPS.

Por eso los científicos de CERN esperan realizar nuevos estudios, con otras tecnologías de fibra óptica, en mayo próximo.

Como explicó en su momento el periodista de la BBC Jason Palmer, varios científicos ya habían manifestado su escepticismo frente al estudio y advertido de la posibilidad de un error, pues el descubrimiento cuestionaba la teoría de Einstein según la cual nada puede viajar más rápido que la luz.

clic Lea: "¿Tenía razón Einstein?: dudan que los neutrinos viajen más rápido que la luz"

Y es que, desde que Einstein reveló sus descubrimientos en 1915, la ciencia no había hecho sino corroborarlos.

Y ahora parece que un cable flojo vuelve a reivindicarlo.

Fuentes:

BBC Ciencia

Lea además:

Dos errores cuestionan la velocidad de los neutrinos

Neutrinos desconectados de la realidad

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17 de febrero de 2012

Un español estará ocho meses aislado en la Antártida buscando neutrinos

El físico Carlos Pobes, en la base Amundsen-Scott en la Antártida. | UZ

El físico Carlos Pobes, en la base Amundsen-Scott en la Antártida. | UZ

El físico español Carlos Pobes, de la Universidad de Zaragoza, ha comenzado su aislamiento de ocho meses en la base científica estadounidense Amundsen-Scott en la Antártida, donde estará incomunicado. El 'Winter Over', un periodo donde la base queda aislada en completa oscuridad y con temperaturas que pueden llegar a los -80º C, ha comenzado y el último avión presente en la base ha abandonado el emplazamiento.

Hasta el próximo mes de octubre, Carlos Pobes se hará cargo del telescopio de neutrinos IceCube, un experimento que involucra a 39 institutos de investigación de 11 países y que trata de detectar neutrinos con una serie de detectores enterrados en el hielo antártico.

Este telescopio aprovecha los casi 3 kilómetros de espesor del hielo antártico para capturar neutrinos procedentes de todos los rincones del Universo.

Primera fotografía del Universo

Se espera que el IceCube obtenga una "primera fotografía" del Universo con neutrinos y servirá, además, para recabar información fundamental para resolver misterios como el origen de los rayos cósmicos, precisa la UZ en un comunicado.

Completado en varias fases, el IceCube lleva menos de un año tomando datos en su configuración final, que cubre un kilómetro cúbico de volumen. Los neutrinos son partículas eléctricamente neutras, cuya masa es inapreciable y es tan esquiva que se requieren enormes volúmenes para situar los detectores y largos tiempos de exposición para poder capturar un número suficiente.

Además, algunos fenómenos astrofísicos que producen neutrinos pueden durar sólo unos segundos, por lo que se hace imprescindible que el detector esté tomando datos de manera continua, y tanto Pobes como su colega sueco deberán garantizar el correcto funcionamiento del telescopio en un ambiente de extrema crudeza térmica.

La particular ubicación de la base Amundsen-Scott, situada en el Polo Sur del planeta, la hace ideal para estudios de diversa índole, desde climatología hasta cosmología. Situada a casi 3.000 metros de altitud en medio de la meseta antártica, la temperatura media anual en la base ronda los -50º C, y pueden llegar a alcanzarse incluso los -80º C en invierno.

Accesible sólo durante cuatro meses

Eso hace que sólo durante cuatro meses al año sea posible volar allí y el resto del año la base queda completamente incomunicada y unas 50 personas permanecen aisladas en ella para garantizar el correcto funcionamiento de los distintos experimentos.

Pobes, natural de la localidad zaragozana de Gallur, es el tercer español en la historia que vivirá en situación de aislamiento en la base, tras Luis Aldaz (1965) y Francisco Navarro (1984), y será el primero en el experimento IceCube.

El investigador aragonés fue seleccionado entre 50 candidatos de todo el mundo por la Universidad de Wisconsin-Madison (EEUU) tras superar un proceso de selección con rigurosas pruebas médicas y psicológicas.

"Serán seis meses de aislamiento total con temperaturas medias inferiores a los 60 grados centígrados bajo cero", comenta Pobes por correo electrónico desde la base, en la que se encuentra desde octubre pasado para aclimatarse a las condiciones de vida.

"Pero también tendremos la oportunidad de disfrutar de la noche polar y sus espectaculares auroras, un privilegio que solo un reducido grupo de personas puede contemplar cada año", agrega, según la nota difundida por la UZ.

Fuente:

El Mundo Ciencia

24 de noviembre de 2011

¿Tenía razón Einstein?: dudan que los neutrinos viajen más rápido que la luz

Los neutrinos son disparados bajo los Montes Apeninos hasta el laboratorio Gran Sasso.

Un nuevo informe indica que las partículas subatómicas llamadas neutrinos no pueden desplazarse más rápido que la velocidad de la luz.

Su conclusión pone en tela de juicio el resultado de un experimento efectuado en septiembre cuyas conclusiones, de ser ciertas, socavarían un principio fundamental de la física del último siglo.

El equipo del laboratorio Gran Sasso en Italia dijo que midieron neutrinos más rápidos que la luz enviados desde el Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en inglés) a 730 kilómetros de distancia.

Ahora, en un nuevo informe, un equipo distinto del mismo CERN pone en duda el sorprendente resultado.

El equipo de Icarus, responsable del experimento del mismo nombre, dice que debido a que los neutrinos enviados desde el Cern no parecen haber liberado energía en su camino, no deben haber excedido la velocidad de la luz.

La idea de que nada se puede desplazar más rápido que la velocidad de la luz es un principio central en la física moderna, dando forma entre muchas otras cosas a una parte fundamental de la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein.

Dudas científicas

Desde un principio hubo críticos que hablaron de algún tipo de falla en el experimento hecho con la colaboración de Opera (Oscillation Project with Emulsion t-Racking Apparatus), que publicó los primeros asombrosos resultados.

Una de las primeras objeciones con el experimento, cuyos resultados se publicarán formalmente dentro de cinco semanas, apareció en la revista Physical Review Letters, en un artículo en el que aparece como coautor el premio Nobel de Física Sheldon Glashow.

Prisma

La idea de que nada se puede desplazar más rápido que la velocidad de la luz es un principio central en la física moderna.

El profesor Glashow y Andrew Cohen argumentaron que las partículas que se desplazan más rápidamente que la luz deberían emitir más partículas en su trayectorio, liberando energia hasta disminuir su marcha hasta la velocidad de la luz.

El equipo de Icarus ya midió la propagación de energías en neutrinos, detectada en sus instrumentos subterráneos en el Gran Sasso.

Mostraron en un artículo en el archivo Arxiv que las energías de neutrino que midieron concuerdan con desplazamientos más lentos que la velocidad de la luz.

Con la excepción del documento teórico del profesor Glashow, ninguno de los resultados del equipo Opera o del Icarus han sido revisados por la comunidad científica y publicados formalmente.

Sin embargo, la trascendental naturaleza del descubrimiento ha generado una oleada de artículos o teorías para desafiar o apoyar la idea de que las partículas pueden viajar más rápido que la velocidad de la luz.

Está claro que el tema no quedará resuelto de forma concluyente hasta que otros experimentos en otras partes del mundo efectúen mediciones similares.

Se espera que el experimento Borexino, también en el Gran Sasso, el experimento Minus en EE.UU. y la instalación de Japón T2k publiquen sus resultados de experimentos similares en los próximos meses.

Fuente:

BBC Ciencia

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20 de octubre de 2011

El error de OPERA parece estar ligado a los relojes


Seguro que os acordáis cuando, hace unas semanas, el experimento conocido como OPERA provocó una ola de entusiasmo entre la comunidad científica y llamó la atención en todo el mundo por poner patas arriba la Teoría de la Relatividad.

Han sido muchos los investigadores que han tratado de encontrar algún error, algo que se les tuvo que pasar por alto a los científicos del CERN. Desde entonces han aparecido más de 80 artículos en arXiv tratando de desacreditar o explicar el efecto.

El último de estos artículos, firmado por Ronald van Elburg, de la Universidad de Groningen (Holanda), cree tener la clave del error y presenta un argumento interesante.

La relatividad especial y el movimiento de los relojes abordo de los satélites GPS que midieron el proceso tienen la explicación.

Para empezar, el científico ha tenido en cuenta la distancia y el tiempo empleados en el experimento. El equipo de OPERA estableció que la distancia entre los dos puntos era de 730 km (con un margen de error de 20 cm).

La posición del inicio de la carrera de neutrinos en el CERN era bastante fácil de medir con GPS, pero la del Laboratorio de Gran Sasso, en cambio, resulta algo más difícil de ubicar al estar enterrado a un kilómetro bajo tierra.

Medir el tiempo de vuelo de los neutrinos es otro tema. Los científicos del CERN señalaron que pueden evaluar con precisión el instante en que se crean los neutrinos y el instante en el que se detectan usando relojes en ambos extremos.

Obviamente hay que mantener los relojes de ambos extremos exactamente sincronizados. Para ello, el equipo utilizó satélites GPS, cada uno emitiendo una señal temporal de alta precisión desde una órbita a unos 20.000 km de altura. Esto introduce una serie de complicaciones adicionales que el equipo tuvo que tener en cuenta, tales como el tiempo de viaje de las señales GPS hasta el suelo.

Pero es aquí precisamente donde Van Elburg estima que hay un efecto que el equipo de OPERA pudo haber pasado por alto: el movimiento relativista de los relojes GPS.

En este caso, hay dos marcos de referencia: el experimento en tierra y los relojes en órbita. Estas sondas orbitan de oeste a este en un plano inclinado de 55 grados respecto al ecuador, un ángulo alineado con la ruta de los neutrinos.

Desde el punto de vista del reloj en un satélite GPS, las posiciones de la fuente y el detector de neutrinos están cambiando.

Desde la perspectiva del reloj, el detector se mueve hacia la fuente y, por lo tanto, la distancia recorrida por las partículas observada desde el reloj es más corta

Comentó Van Elburg.

Van Elburg cree que el equipo del CERN pasó esto por alto y calcula que este efecto podría haber provocado que los neutrinos llegasen 32 nanosegundos antes. Pero esto debe duplicarse, dado que se genera el mismo error en cada extremo del experimento. Por lo que la corrección total es de 64 nanosegundos, casi exactamente lo que observó el equipo de OPERA.

Esta teoría todavía debe ser revisada por otros científicos, especialmente por los responsables del experimento de los neutrinos.

Si se confirma que Van Elburg tiene razón, el experimento no solo no rompería con la Teoría de la Relatividad de Einstein sino que la reafirmaría.

Vía | Archiv.org

Tomado de:

Xakata Ciencia

14 de octubre de 2011

Después de los neutrinos llega el deuterón: Una partícula puede resolver uno de los grandes misterios de la física

Después de los neutrinos llega el deuterón: un físico dice que puede explicar el desequilibrio entre la materia y la antimateria en el Universo


Una partícula puede resolver uno de los grandes misterios de la física

¿Pueden todas las bolas reunirse en el triángulo? Es una cuestión de reversión temporal

La noticia de que unas partículas llamadas neutrinos pueden ser más rápidas que la luz ha convulsionado recientemente el mundo de la física. No es la única idea nueva. Bira van Kolck, un físico teórico de la Universidad de Arizona, se agarra a otra partícula para plantear una nueva hipótesis que, de confirmarse, también haría pedazos el modelo estándar de la física, las leyes del mundo que conocemos hasta ahora. Los experimentos de Van Kolck señalan que un simple núcleo atómico, el deuterón, está relacionado con el misterioso fenómeno de la reversión temporal -¿puede el tiempo ir hacia atrás en un nivel cuántico?- y puede conducir a la explicación de uno de los mayores enigmas del Universo: el desequilibrio entre la materia y la antimateria. El estudio aparece publicado en Physical Review Letters.

La mayor parte de lo que los físicos saben sobre el Universo puede ser descrito en lo que se llama el modelo estándar de la física de partículas. Desarrollado por el premio Nobel Steven Weinberg, ex director de tesis de Van Klock, este modelo lo contempla todo, desde las leyes de Newton hasta el comportamiento de las partículas subatómicas, lo que se conoce como mecánica cuántica. «Sin embargo, hay un problema que el modelo estándar no explica», apunta Van Klock.

Y es que según las teorías actuales, por cada partícula de materia que existe en el Universo tiene que haber otra de antimateria, con igual masa pero con carga eléctrica opuesta. El problema es que cuando materia y antimateria entran en contacto, se aniquilan mutuamente. Lo cual da lugar a uno de los mayores misterios de la física moderna: si durante el Big Bang se generó igual cantidad de materia que de antimateria, ¿por qué el Universo parece estar hecho por completo de materia ordinaria? ¿Dónde está la antimateria que falta?

Un juego de billar

La explicación, según el científico, puede estar relacionada con la violación de un raro fenómeno conocido como reversión temporal. ¿Qué significa exactamente? Van Kolck lo compara con un juego de billar. «Supongamos que usted golpea dos bolas una contra otra en la mesa. Supongamos que filma la escena, y la reproduce hacia delante y al revés. Si no dice nada a la persona que lo está viendo, ésta no sería capaz de decir que versión es correcta y cuál está al revés», explica.

Como en la película, el tiempo puede retroceder en las ecuaciones de los científicos que describen nuestro mundo y las ecuaciones todavía cuadran. Por ejemplo, la máxima velocidad de nuestro coche son los kilómetros que puede recorrer por hora o, para un físico, la distancia dividida por el tiempo. Si el tiempo se pone al revés, de manera que se convierte en un número negativo, la ecuación todavía funciona porque las magnitudes de la velocidad y la distancia permanecen iguales.

Pero el sentido común nos dice que el tiempo solo va en un sentido. Las personas envejecen, no se vuelven más jóvenes. «Continuemos con nuestro ejemplo de las bolas de billar -dice Van Kolck-, cuando empiezas el juego hay un triángulo de bolas en el medio, y alguien dispara una bola al conjunto provocando que todas las bolas se dispersen. Si reproducimos la película al revés, la mayoría de la gente dirá que no es realista, porque sería muy raro todas las bolas colisionaran a la vez formando un triángulo».

«La razón por la que percibimos una dirección preferida tiene que ver con el hecho de que es mucho más fácil ir de un estado inicial simple que de uno muy complicado», dice Van Kolck. Por lo que el tiempo puede ser invertido en las ecuaciones de la física sin afectar al resultado, pero los efectos de la inversión del tiempo permanecen imperceptibles en nuestra vida cotidiana.

Violación de la simetría

«Hasta la década de 1960, lo físicos pensaban que las leyes de la física no cambiaban si el tiempo iba hacia atrás, pero luego se descubrió que hay algunos fenómenos en las partículas subatómicas donde parece que hay una pequeña violación de esta simetría», recuerda el científico. En otras palabras, la versión al revés de la película de las bolas de billar sería un poco diferente a la versión hacia delante. No ocurre al mismo ritmo. Este fenómeno se conoce como violación de la reversión.

De esta forma, ya no existe el equilibrio y, por ejemplo, el coche no va tan rápido si la escena sucede retrocediendo hacia el pasado. Este desequilibrio es el que los físicos creen que puede explicar la cantidad desigual de la materia y la antimateria en el Universo. Pero Klock cree que esa explicación no es suficiente. Aquí es donde recurre al deuterón, un núcleo atómico sencillo. Su simplicidad lo convierte en uno de los mejores objetos de experimentación en física nuclear. Una propiedad de esta partícula, que posee una extraña característica que viola la simetría temporal, es la clave. El científico y su equipo han encontrado mecanismos de la violación de esta simetría que se corresponden con diferentes medidas de momentos magnéticos del deuterón.

Los experimentos con el deuterón probarían las mismas escalas de energía que el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) en el CERN y podría llevar a descubrir una física completamente diferente.

Fuente:

ABC Ciencia

4 de octubre de 2011

Por qué los neutrinos de OPERA no pueden ser taquiones

Figura 13 del artículo de la colaboración OPERA = http://arxiv.org/abs/1109/1109.4897

Según la relatividad de Einstein, aplicada a los taquiones, partículas con una masa en reposo negativa que se mueven a una velocidad mayor que la luz, conforme la energía de un taquión crece, su velocidad decrece y se aproxima de forma asintótica a la velocidad de la luz (por encima). Los famosos neutrinos superlumínicos observados por el experimento OPERA tienen una velocidad constante, que casi no depende de la energía; más aún, la velocidad crece ligeramente con la energía, en lugar de decrecer. Por tanto, podemos afirmar con rotundidad que los neutrinos de OPERA no son taquiones. Pueden ser partículas superlumínicas exóticas, pero no pueden ser taquiones.

E(v) = m(v)\,c^2 = \frac{\displaystyle m_0\,c^2}{\sqrt{\displaystyle 1- \frac{v^2}{c^2}}}, \qquad \qquad v<c,

E(v) = m(v)\,c^2 = \frac{\displaystyle m_0\,c^2}{\sqrt{\displaystyle -1+ \frac{v^2}{c^2}}}, \qquad \qquad v>c.

La energía de una partícula tiene dos componentes, la energía en reposo, llamada masa, y la energía en movimiento, llamada energía cinética, que depende de la velocidad de la partícula. Las medidas cosmológicas de la masa de los neutrinos indican que su masa en reposo es muy pequeña, luego para neutrinos de alta energía toda su energía es cinética; además, a mayor velocidad, mayor energía. Si un experimento mide la velocidad de un grupo de neutrinos que tienen cierta energía y la velocidad de otro grupo emitidos por la misma fuente que tienen el triple de dicha energía, dicho experimento tiene que observar que la velocidad de ambos grupos de neutrinos es diferente. Los del segundo grupo, los más energéticos, tienen que ser más rápidos.

El experimento OPERA ha medido la velocidad de neutrinos emitidos en el CERN que alcanzan un observatorio en Gran Sasso, en el centro de Italia, tras recorrer unos 730 km en línea recta por el interior de la Tierra. Todos los neutrinos han sido emitidos por la misma fuente pero su energía se distribuye en un cierto intervalo con una media de 17 GeV (la energía en reposo (masa) de un protón es casi 1 GeV) [véase el lado derecho de la figura que abre esta entrada]. Los investigadores han separado los neutrinos observados en Gran Sasso en dos grupos, los que tienen energía menor de 20 GeV (con una media de 14 GeV) y los que tienen una energía mayor (con una media de 43 GeV) [véase el lado izquierdo de la figura que abre esta entrada]. Para su sorpresa y para la sorpresa de todos los que lean esto, han observado que la velocidad de los neutrinos en ambos casos es idéntica (dentro de los márgenes de error considerados); una velocidad mayor que la velocidad de luz en el vacío, pero independiente de la energía de las partículas [de hecho, como se ve en el lado izquierdo de la figura que abre esta entrada, el punto medio crecio un poco en lugar de decrecer, pero una banda de error muy grande].

Según la relatividad de Einstein, aplicada a los taquiones, partículas con una masa en reposo negativa que se mueven a una velocidad mayor que la luz, conforme la energía de un taquión crece, su velocidad decrece y se aproxima de forma asintótica a la velocidad de la luz. Los datos experimentales de OPERA son inconsistentes con lo predicho para los taquiones según la teoría de la relatividad. Más aún, los resultados de estudios previos, en los que los neutrinos tienen menor energía, como en MINOS y las observaciones de neutrinos producidos por la supernova SN 1987A, complican aún más el asunto, pues requieren que la energía de los neutrinos depende de la velocidad de forma no monótona. Un sinsentido para cualquier físico.

Aberrón me entrevistó el pasado lunes porque iba a escribir un artículo sobre los neutrinos (“Agárrame esos neutrinos,” 28 sep. 2011) que apareció el miércoles en lainformacion.com. El artículo está muy bien y recomiendo su lectura a todos. Por teléfono traté de explicarle a Aberrón por qué tengo dudas sobre la estimación de los errores sistemáticos en el experimento de OPERA, en especial en relación a la medida del instante en el que salen los neutrinos. Sin posibilidad de garabatear en una hoja de papel, le puse como ejemplo la determinación del momento en que llega un tren a una estación y la diferencia que hay entre que se trate de un talgo o un AVE (recordad que tiene la forma del pico de un martín pescador). Fui incapaz de lograr que Aberrón se enterara de lo que quería decir, a veces una imagen vale más que mil palabras. Traté de ponerle como ejemplo la foto finnish en una competición de atletismo, pero creo que empeoré aún más la cosa. En la versión final de su artículo Aberrón se limitó a mencionar de pasada la foto finnish. Aunque puede que me repita una vez más, quizás una imagen vale más que mil palabras.

Figura 11, inferior-izquierda, del artículo de OPERA = http://arxiv.org/abs/1109/1109.4897

Mira esta figura. Verás clarísimamente que hay un desfase de unos 60 ns entre la curva roja y la curva imaginaria que une los puntos negros. ¿No lo ves? Vuelve a mirar la figura. Los picos de la curva roja también se ven muy claros en la curva imaginaria que une los puntos negros. ¡Cómo que no lo ves! Los científicos de la colaboración OPERA dicen que se ve clarísimo. Bueno, … a lo mejor es un problema de escala, de la escala del eje de abscisas. Lo mejor será usar el efecto lupa. Los científicos de OPERA han hecho un zoom de los frentes trasero y delantero de la figura anterior. Su resultado es la siguiente figura.

Figura 12, abajo, del artículo de OPERA = http://arxiv.org/abs/1109/1109.4897

Esta figura es la que se ha utilizado para medir la diferencia de 60 ns entre la curva roja y la curva imaginaria que pasa por los puntos negros. ¿Ves ahora la diferencia de 60 ns entre ambas curvas? ¡Cómo que no! Mira bien, anda, vamos. Hay zonas donde la diferencia parece más pequeña que 60 ns y zonas donde parece mayor. Pero el ajuste obtenido por la colaboración OPERA indica que la diferencia total entre ambas curvas es de 60 ns. ¿Lo ves ahora? Mira bien la banda de error horizontal de los puntos negros, observa que tiene una anchura de 50 ns (el binning de los datos que ha utilizado la colaboración OPERA). ¿Qué pasaría si los centros de los puntos gordos estuvieran desplazados 25 ns a la izquierda o a la derecha? En mi opinión habría un cambio en las curvas que podría hacer que la diferencia de 60 ns cambie bastante. Me gustaría poder hacer un análisis estadístico de estos datos, pero el artículo de OPERA incluye la figuras pixeladas y en muy baja resolución (si fueran figuras PS generadas por Matlab yo podría extraer los datos originales con precisión).

A mí me molesta mucho esta figura desde que el viernes 23 de septiembre en la conferencia del CERN una de las personas del público preguntó por esta cuestión al conferenciante y éste salió por la tangente. Mis dudas sobre el resultado del experimento OPERA nacieron en ese momento y se ratificaron cuando leí el artículo. Conforme pasa el tiempo se refuerzan cada vez más. Todo apunta a errores sistemáticos…

Por cierto, uno de los miembros senior de OPERA (la Dra. Caren Hagner), que no ha querido firmar el famoso artículo, ha sido entrevistada por un periódico alemán (FAZ). Bee nos lo ha traducido del alemán al inglés en “FAZ: Interview with German member of OPERA collaboration,” Backreaction, October 2, 2011. La entrevista no tiene desperdicio, aunque muchos la calificarán de sensacionalista. Según Hagner si se hubiera esperado dos meses más, se podría haber repetido el análisis del experimento de forma independiente, confirmando o refutando el resultado de la propagación superlumínica. ¡Toma ya!

Frau Hagner, usted es uno de los líderes del grupo alemán del experimento OPERA, pero si se busca su nombre en el artículo (preprint), no aparece.

Una docena de colegas y yo hemos decidido no firmar el artículo (preprint). No tengo dudas sobre el experimento, solo creo que es prematuro que se hayan hecho público los resultados. Un resultado tan extraordinario como la propagación más rápido que la luz requiere que se hubieran hecho más pruebas. Pero entonces el artículo se hubiera retrasado unos dos meses. Algunos miembros de OPERA y yo misma hubiésemos querido que estas pruebas adicionales se hubieran hecho.

¿Qué tipo de pruebas?

Lo primero, un segundo análisis independiente. En física de partículas, si alguien cree que ha descubierto una nueva partícula o efecto, en general no hay un solo grupo analizando los datos sino varios. Y si todos obtienen el mismo resultado, entonces podemos estar convencidos de que es correcto. Este proceso no se ha hecho con OPERA.

¿Por qué no?

Porque no había tiempo. Un efecto como la propagación a una velocidad mayor que la luz requiere controles muy cuidados. Podría haber un error en los programas de ordenador, por ejemplo. Sin embargo, la mayoría de los miembros de la colaboración han preferido una publicación rápida.

Sin palabras.

PS: Quizás convenga que detalle los cálculos que indico en esta entrada con números. Los autores del artículo de OPERA han dividido los neutrinos en dos grupos con energías medias de E_1=13.9 GeV, y E_2=42.9 GeV, y han medido los tiempos de llegada anticipada de los neutrinos correspondientes dando como resultado \delta t_1 = 53.1 \pm 18.8 \pm 7.4 ns, y \delta t_2 = 67.1 \pm 18.2 \pm 7.4 ns, resp., lo que conduce a valores de \Delta=v/c-1=c\delta t/L dados por \Delta_1 = (2.18 \pm 0.77 \pm 0.30)\times 10^{-5}, y \Delta_2 = (2.76 \pm 0.75 \pm 0.30)\times 10^{-5}. Aplicando la fórmula de la teoría de la relatividad para taquiones, E={mc^2}/{\sqrt{1-v^2/c^2}} pero con masa m^2<0 y v>c, resulta que se esperaría un valor de \Delta={-m^2c^4}/((1+v/c)E^2)\simeq -m^2 c^4/2E^2. Si los neutrinos fueran taquiones, un incremento en el triple de la energía significaría un cociente \Delta_1/\Delta_2 = 9, cuando el cociente observado es del orden de la unidad (nueve veces más pequeño). Los cálculos en más detalle los podéis encontrar, por ejemplo, en Jerrold Franklin, “Superluminal neutrinos,” ArXiv, 2 Oct 2011.

Fuente:

Francis Science News

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