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2 de marzo de 2015

La selva del Amazonas necesita del desierto Sahara para sobrevivir



Tiene nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas. Se midió además la cantidad de polvo procedente de África.



Un antiguo proverbio chino dice que el aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami en otra parte del mundo. Y aunque pudiera sonar desproporcionado o exagerado, a medida que la ciencia amplía el conocimiento sobre fenómenos climáticos y atmosféricos, se comprueba que los ecosistemas de las distintas partes del mundo están más interconectados de lo que imaginamos.
Así, una de las regiones más áridas del planeta, el desierto del Sahara contribuye con la exuberante forma de  crecer de la selva amazónica. Los científicos han conocido por mucho tiempo que el polvo desértico africano viaja atravesando países y que incluso una parte se deposita en el Océano Atlántico antes de depositarse en la Amazonía en Sudamérica, Norteamérica, y otras regiones.
El artículo completo en:

17 de enero de 2015

Recuperada la primera muestra del elemento que arrasó Nagasaki

Un equipo de ingenieros nucleares de EEUU identifica la primera muestra de plutonio de la historia, sintetizada en 1941.


Glenn Seaborg, en 1962, posa en el laboratorio donde había sintetizado el plutonio dos décadas antes / DONALD COOKSEY
En 1941, cuando algunas de las lumbreras científicas del mundo ya pensaban en un arma definitiva para detener a Hitler, un investigador de 29 años iba a descubrir uno de sus ingredientes fundamentales. En un laboratorio de la Universidad de California en Berkeley (EEUU), Glenn Seaborg y otros colaboradores bombardearon uranio-238 con átomos de hidrógeno pesado. De aquella manipulación de la materia surgió plutonio-239, un nuevo elemento radiactivo que hasta entonces no se había observado en la naturaleza.
Aquel descubrimiento, el segundo elemento químico sintético de la historia y el primero de una serie de nuevos elementos artificiales más pesados que el uranio, le proporcionó a Seaborg el Nobel de Física en 1951. Antes, en 1942, le abrió la puerta del Proyecto Manhattan, la mayor y más controvertida hazaña de la ciencia aplicada de la historia.
Poco después de producir los primeros átomos de plutonio, Seaborg y el físico italiano Emilio Segrè descubrieron que, cuando se le disparaban neutrones, el plutonio-239 se escindía liberando una energía inmensa. Los científicos sabían que si se pudiese producir una cantidad suficiente del elemento, se convertiría en un explosivo monstruoso dentro del artefacto que ya se empezaba a conocer como la bomba atómica.
Con esta idea, Seaborg lideró un equipo de más de 100 científicos con el objetivo de obtener suficiente plutonio para poder usarlo con fines bélicos. En solo seis meses, lo habían logrado y el nuevo elemento se convirtió en el explosivo nuclear de la bomba bautizada como Fat Man. El 9 de agosto de 1945, solo cuatro años después de haber sido observado por primera vez, la reacción en cadena de los poco más de seis kilos de plutonio de Fat Manarrasó Nagasaki y a mató a buena parte de sus habitantes. Menos de una semana después, Japón se rendía y acababa la Segunda Guerra Mundial.
Antes de tener el apoyo de un Gobierno acuciado por la guerra y más experiencia, Seaborg y sus colegas necesitaron más de un año de trabajo con aceleradores de partículas para conseguir tan solo 2,77 microgramos de plutonio (el microgramo es la millonésima parte de un gramo). Pese a ser minúscula, aquella cantidad, conservada en forma de dióxido de plutonio, permitió comenzar a comprender aquella nueva sustancia y es un hito para la ciencia con profundas consecuencias históricas. Por ese motivo, cuando el trabajo científico terminó, se conservó en un tubo de cristal que acabó expuesto en el Lawrence Hall of Science de Berkeley. Allí permaneció durante varios años, pero en algún momento de la década pasada, según cuentan en un artículo publicado en arXiv y recogido por The Physics arXiv Blog tres ingenieros nucleares de Berkeley, por cuestiones financieras y de seguridad se retiró de la exposición y su pista se perdió.
Lea el artículo completo en:

14 de septiembre de 2014

Terapia de Boro: Inteligencia contraterrorista contra el cáncer

Real-time biodistribution patterns of the COSAN derivatives

El cáncer en última instancia son células. Son células que no se comportan como el resto de las células, pero células. Por eso los tratamientos no quirúrgicos, a saber, la quimioterapia y la radioterapia, suelen tener efectos secundarios muy importantes, porque afectan a las células que no son cancerosas. Si bien los tratamientos intentan ser cada vez más específicos, esta especificidad acarrea también sus problemas como, por ejemplo, cómo saber que un tratamiento está llegando a donde tiene que llegar, porque con los generales no hay problema, llegan a todas las células.

Existe una nueva terapia muy específica, todavía en fase experimental, llamada terapia de boro con captura neutrónica (BNCT, por sus siglas en inglés). Un grupo de investigadores encabezado por Kiran Gona, del CIC biomaGUNE (San Sebastián, España) ha desarrollado una forma de seguir la distribución del complejo de boro que se usa para preparar los fármacos que se emplean en BNCT. Esto permitirá evaluar la efectividad de un tratamiento muy prometedor y acortar el tiempo hasta su uso clínico. Los resultados se publican en Chemical Communications.

Para entender el procedimiento permítasenos hacer un símil con un grupo terrorista que, en este caso, es el cáncer. El grupo terrorista vive infiltrado y mimetizado con el barrio y la ciudad en la que reside pero hay cosas que hacen sus miembros que los diferencian de las personas no terroristas. Una de ellas es que están deseando aumentar el número de integrantes del grupo, por lo que varios de sus miembros, llamados receptores, se dedican a reclutar activamente nuevos candidatos para el grupo.

Las fuerzas de defensa tienen capacidad militar para arrasar el barrio en el que se sabe que se encuentra el grupo terrorista, pero ello está descartado porque causaría la muerte de muchas personas inocentes. Por lo tanto la Brigada Nacional Contra Terrorista, BNCT, decide infiltrar a varios de sus miembros de élite, los boro-10, en el grupo aprovechando que están reclutando. Una vez dentro se les proporcionarán armas y los ahora boro-11, se encargan de eliminar a las células cancerosas y sólo a ellas.

Los fármacos que usan el complejo de boro COSAN (cobaltabisdicarballuro) usan la sobre-expresión de los receptores de membrana de las células cancerosas para introducir niveles terapéuticos de boro-10 dentro de las células. Si bien el boro-10 es un isótopo estable, cuando se aplica una haz de neutrones de baja energía a la célula el boro-10 captura un neutrón y se desintegra, emitiendo una partícula alfa de alta energía que destruye a la célula. Esta es la base de la BNCT.

La BNCT es, como decíamos más arriba muy específica, por lo que es muy interesante. Además, los compuestos de boro son inorgánicos, por lo que no son metabolizados por las enzimas celulares. Sin embargo, el principal problema que tiene esta técnica es la ausencia de un método efectivo que permita medir la acumulación del boro in vivo (en nuestro símil, un sistema que permita saber que los agentes están infiltrados en el grupo y su localización). Este problema dificulta la evaluación de los distintos fármacos disponibles.

Lo que han hecho Gona et al. es desarrollar una estrategia consistente en etiquetar un derivado de COSAN bien con iodo-124 (que emite positrones), bien con iodo-125 (que emite rayos gamma), por lo que la distribución del fármaco se puede realizar usando tomografía por emisión de positrones (PET-CT) o un contador gamma.

Los investigadores usaron una reacción de intercambio de iodo catalizada por paladio para marcar el derivado de COSAN con uno de los isótopos. Después se realizaron estudios in vivo con ratones para cuantificar la ingesta celular. Los resultados muestran muy buena correlación entre ambos métodos.

Armados con una herramienta que les permite medir, oncólogos y físicos médicos están ahora más cerca de convertir los experimentos de laboratorio en una práctica clínica que mejore la calidad de vida de los pacientes.

Referencia:

Kiran B. Gona, Adnana Zaulet, Vanessa Gómez-Vallejo, Francesc Teixidor, Jordi Llop & Clara Viñas (2014) COSAN as a molecular imaging platform: synthesis and “in vivo” imaging Chem. Comm. DOI: 10.1039/C4CC05058D

Tomado de:

Cultura Científico

29 de julio de 2014

Tungsteno, el metal ideal para iluminar y devastar

Imposible inicir este post sin recordar aquella inolvidable novel corta de César Vallejo: El Tungsteno (que puede leer en este enlace).

Según Antonio Cornejo Polar, en las décadas de 1920 y 1930 el indigenismo se inscribió en un movimiento de lucha contra la oligarquía, que por entonces tuvo diversas manifestaciones

Es una obra de denuncia contra los peligros de la penetración imperialista en el Perú que se realiza por intermedio de las grandes transnacionales mineras, las cuales son apoyadas por la oligarquía local, así como por otros oportunistas, cuyo único interés es el mayor lucro posible, para lo cual no tienen escrúpulos en expropiar a precio irrisorrio las tierras de los nativos, pagar a los obreros salarios ínfimos y cometer una serie de crímenes, abusos y tropelías contra la población local, todo a nombre de la «modernidad» y el «progreso». Sin embargo, para el autor, una luz de esperanza se ilumina a través de idealistas que se proponen luchar por la justicia social.

Conozcamos más sobre el tungsteno:

Bombillos


Imagínese un pedazo de hierro del tamaño de una bola de tenis. Péselo en su mano. Ahora, deje que se caiga sobre el pie. ¿Le dolió? Ahora imagínese un objeto idéntico pero de un metal tres veces más denso. ¿Qué tal si se le cayera sobre el pie? ¿Podría volver a caminar?

Ese metal es el tungsteno o wolframio.

No sólo es increíblemente denso sino también asombrosamente duro y tiene el punto de fusión -esa temperatura en la que pasa de sólido a líquido- más alto de todos los elementos químicos: 3.422º centígrados.

Hace alrededor de un siglo, no se usaba para nada pues era casi imposible de trabajar con un metal con estas características. A pesar de ello, hoy en día lo usamos para escribir, atravesar glaciales, emitir rayos X y destruir edificios sin usar dinamita.

Brillante


Tungsteno

Tres veces más denso que el hierro, dos más que el plomo y tanto como el oro.

En un pequeño cuarto del departamento de química del University College London, el profesor Andrea Sella sacude con delicadeza un bombillo de luz de los tradicionales. A través del vidrio transparente se puede ver un frágil filamento temblar.

"Entre más alta sea la corriente, más caliente se pone ese pequeño resorte de tungsteno y más fuerte brilla", explica.

Hubo un momento en el que todas nuestras casas estaban iluminadas con bombillos como éste pero tomó casi 100 años de ensayo y error para concluir que el mejor material era el tungsteno. Los grandes científicos e inventores que desarrollaron los primeros bombillos intentaron primero con filamentos de platino, iridio, hilo de coser y hasta bambú carbonatado (las últimas dos, innovaciones de Thomas Edison).

En 1908, el inventor estadounidense William D. Coolidge finalmente descubrió cómo hacer cables del superfuerte tungsteno que resultaron ser ideales para hacer filamentos, duros, durables y resistentes a tal calor que podían lucir con una brillantez extrema sin derretirse.

Fuente:

BBC Ciencia

5 de diciembre de 2013

¿Es buena idea echarse agua oxigenada en una herida?

Cuando nos hacemos una herida, muchos nos echamos un buen chorro de agua oxigenada. Entonces asistimos a una efervescencia y picor que siempre hemos asociado que una batalla sin cuartel entre los agentes infecciosos y los inmaculados guerreros oxigenados.

Sin embargo, esta imagen dista de ser real. Lo que sucede en verdad cuando nos echamos agua oxigenada es que las enzimas de la sangre burbujean, sí, pero lo hacen porque se están muriendo células: el flujo capilar se ve restringido y la curación se ralentiza. Entonces, ¿el agua oxigenada es una buena idea?
Lo que señala la Academia Americana de Dermatología es que no deberíamos rociar heridas abiertas con agua oxigenada. Porque el agua oxigenada daña el tejido: el picor que sentimos es señal de que una sustancia irritante está dañando las células de la piel.

El Centro de Control de Enfermedades desaconseja incluso rociar con agua oxigenada la piel y las membranas mucosas, en todos los casos. Porque el agua oxigenada ni siquiera es un buen antiséptico. El agua oxigenada que se usa en los hospitales tiene una mayor concentración como desinfectante, pero el agua oxigenada doméstica, no, y no mata a todos los gérmenes.

Tal y como señala Ken Jennings en su libro Manual para padres quisquillosos:
Así pues, si hay que rechazar el agua oxigenada, ¿qué es lo mejor para tratar cortes y rozaduras? Las pomadas antibióticas, como el Neosporín, aplicadas con venda, son adecuadas, pero los médicos afirman que lo mejor es rociar la herida con un primera lejano del agua oxigenada: el monóxido de dihidrógeno, excelente a la hora de prevenir infecciones y potenciar la cicatrización. La mayoría de las personas lo conoce como “agua”.

Tampoco soples, ni te lamas (los perros se equivocan)

Si tienes una herida, tampoco es buena idea soplársela, como hacía tu madre cuando eras pequeño. Sin duda, alivia el dolor, pero no es una buena idea a nivel de asepsia: la boca está repleta de bacterias. Si queréis alivio, mucho mejor hacerlo con un abanico o una cartulina.

Tampoco es buena idea lamer la herida tal y como hacen, por ejemplo, los perros, por la misma razón: la lengua está llena de bacterias. El perro encuentra satisfacción al lamerse porque la herida le pica, pero lejos de que la saliva pueda resultar cicatrizante, una boca en una herida es una mala idea. 

Tampoco es buena idea dejar la herida al aire, para que se seque antes, como ya sugirió un estudio de 1962 realizado por el médico británico George Winter, publicado en la revista Nature. Winter hizo cortes en cerdos jóvenes, comparando la curación de las heridas cubiertas y las expuestas al aire.
Las células de la piel se regeneraban el doble de rápido en las heridas húmedas a las que no se permitía formar costra. (…) Ello implica que conviene mantener húmedo un corte, y cubrirlo al menos cinco días para que los vasos sanguíneos se regeneren y la inflamación subcutánea remita. Un medio seco mataría las mismas células que intentamos regenerar. Los ungüentos con antibióticos van bien al principio, pero hay pacientes que refieren efectos secundarios como hinchazón y picor si el uso es continuado, así que, en realidad, para curar una herida no hace falta recurrir a nada demasiado sofisticado. La Vaselina y otras marcas del mismo producto son más baratas y mantienen los cortes en buen estado de humedad.

Fuente:

Xakata Ciencia

29 de octubre de 2013

El "suero de la verdad": ¿Mito o realidad?

Usos del tiopentato de sodio

Mesa de ejecuciones
  • Se usa en las salas de operaciones para inducir anestesia general
  • Se administra en 34 estados de EE.UU. como la primera fase de la inyección letal en una ejecución; una dosis masiva hace que el prisionero condenado se duerma (la foto muestra una cámara de ejecución en Ohio)
  • "El suero de la verdad" también se usa mucho en la ficción: en cine y TV, y en algunas novelas

Michael Mosley

Michael Mosley intentando mentir bajo la influencia de un suero de la verdad.

Uno de los grandes retos de vivir en nuestra sociedad es saber cuándo la gente está diciendo la verdad. Todos mentimos todo el tiempo y somos tremendamente malos para detectar que otras personas están deliberadamente tratando de engañarnos.
Hay muchos mitos urbanos sobre la detección de mentiras, como la idea de que los mentirosos tienden a mirar para otro lado, retorcer los pies o tocarse la nariz (el llamado "efecto pinocho") cuando están diciendo embustes.
Estudio tras estudio han demostrado que los profesionales como los policías no son más capaces de detectar patrañas que el resto de nosotros.

Por eso no sorprende que por muchos años los científicos hayan estado tratando de desarrollar "sueros de la verdad", sustancias que obliguen a que uno le diga todo lo que sabe al interrogador.

Una de las más viejas y conocidas es el tiopentato de sodio. Aunque fue hecha por primera vez en los años 30, aún se usa en ciertos casos que incluyen, en algunos países, los policiacos y militares.

Experimentos con tiopentato de sodio en Inglaterra 1945

Experimentos con tiopentato de sodio en Inglaterra 1945.

En carne propia

Yo estaba intrigado y también extremadamente escéptico sobre las afirmaciones de que el tiopentato de sodio, originalmente desarrollado como un anestésico, podía hacer que la gente dijera la verdad aunque no quisiera, así que decidí probarlo.

El tiopentato de sodio es parte de un grupo de drogas llamadas barbitúricos, que fueron muy populares en los 50s y 60s para ayudarle a la gente a dormir mejor.

Ya no se usan con ese propósito pues son muy adictivos y potencialmente letales; Marilyn Monroe murió por una sobredosis de barbitúricos.

Yo decidí tomar una dosis pequeña de tiopentato de sodio bajo supervisión médica, con el anestesista Austin Leach vigilando mis signos vitales constantemente.

Los barbitúricos funcionan bajando la velocidad con la que viajan los mensajes por el cerebro y la columna vertebral. Entre más hay, más difícil es que los mensajes químicos crucen las brechas entre las neuronas.
Todo el proceso de pensamiento se lentifica hasta que uno se queda dormido. Con tiopentato, eso ocurre muy rápidamente.

A pesar de que fue creado inicialmente como anestésico, pronto se notó que cuando los pacientes estaban en esa zona gris entre la consciencia y la inconsciencia eran más conversadores y desinhibidos. Y cuando se pasaba el efecto, se les olvidaba qué habían dicho.

Se decidió entonces que el tiopentato de sodio podía ser la base de una droga de la verdad, una herramienta de interrogación. Pero, ¿realmente funciona?

Para probarlo decidí que trataría de mantenerme firme con una historia ficticia: en vez de ser Michael Mosley, un periodista de ciencia, sería Michael Mosley, un famoso cirujano del corazón.

Empezamos con una dosis pequeña

Inmediatamente me sentí extremadamente mareado, intoxicado. ¿Me haría eso más propenso a decir la verdad?

Gente tomando vino

"In vino veritas"... Muchos piensan que el vino tiene un efecto parecido.

Existe la expresión "in vino veritas", en el vino está la verdad. El alcohol es un anestésico y debilita algunos de nuestros centros superiores, áreas como la corteza cerebral, en los que procesamos muchos de nuestros pensamientos. 

Reduce la inhibición pero también hace que pensar sea más lento, por lo que es difícil tener ideas claras.

El historiador romano Tacitus aseguraba que las tribus germanas realizaban sus juntas más importantes borrachas pues creían que así era más difícil mentir.

Una teoría sobre el tiopentato de sodio es que funciona de una manera parecida. Debido a que mentir es generalmente más difícil y complicado que decir la verdad, si uno reprime las funciones corticales superiores es más posible que dirá la verdad, sencillamente porque es más fácil.

¡Ja, ja, ja!

No estoy seguro de que haya podido mentir convincentemente bajo la influencia de esa dosis baja de la droga, pero sí lo pude hacer.

Dedos cruzados

Mentir es más difícil que decir la verdad.

"Soy un cirujano -¡ja, ja, ja!- cirujano cardíaco, un cirujano cardíaco mundialmente famoso", grité cuando el doctor Leach me preguntó cuál era mi trabajo.

"¿Me puede decir cuál fue la última operación que hizo?", preguntó, cortésmente.

"Una revascularización coronaria", improvisé. "Sobrevivió... fue fabuloso".

No muy persuasivo, pero logré mantenerme con mi historia ficticia. ¿Qué pasaría si subíamos la dosis?

Más, para ver qué pasa

En este punto me inquieté un poco. Me arriesgaba a decir algo que no quería que el mundo supiera pero, confiado en mi habilidad para seguir mintiendo, le dije a Leach: ¡adelante!

Me dieron otra dosis un poco más alta de tiopentato de sodio y esta vez me sentí más sobrio, más en control.

Lo que pasó entonces fue toda una sorpresa.

Nuevamente, el doctor Leach me preguntó cuál era mi nombre y mi profesión. Esta vez, no vacilé.

"Soy un productor de televisión. Bueno, un productor ejecutivo, bueno, un presentador... una mezcla de los tres".

"Entonces, ¿no tiene experiencia en cirugía cardíaca?", me preguntó gentilmente.

"Ninguna".

La verdad

Detector de mentiras

Que haya algo que detecte la verdad sigue siendo mentira.

Todavía estoy confundido respecto a lo que pasó pues un efecto de la droga es distorsionar la memoria a corto plazo.

Pero creo que la razón por la que dije la verdad en esa ocasión fue que nunca se me ocurrió mentir.
¿Funciona?

Mi conclusión tras probarla y hablar con expertos es que ciertamente te hace más proclive a hablar, pero cuando uno está bajo su influencia está en un estado extremadamente sugestionable.

Hay un alto riesgo de que uno diga lo que el interrogador quiera en vez de decir la verdad.

La realidad es que no tenemos una droga de la verdad confiable todavía. O, si ya hay una, nadie lo ha dicho.

Fuente:

BBC Ciencia

7 de octubre de 2013

Estos son los alimentos más ricos en potasio

Los frijoles son las legumbres con mayor contenido en potasio, pudiendo llegar a contener en algunos casos más de 1200 miligramos por cada 100 gramos. También tiene porcentajes elevados de potasio la soja (515 mg./100 gr.), que también es nutricionalmente interesante por su elevado contenido en proteínas.

Por su parte, el aguacate es la fruta con más contenido de potasio (600 mg./100gr.), muy por encima del plátano (396 mg/100 gr.) y de verduras como las acelgas (379 mg./100 gr.) o las coles de Bruselas (389 mg./100 g.).

El potasio resulta esencial para la transmisión de los impulsos nerviosos, la contracción muscular y la función cardiaca.

Fuente:

Muy Interesante
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