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27 de agosto de 2013

Conozca el riesgo de usar antibióticos en animales


La Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) de Estados Unidos está pidiendo a la industria ganadera restringir el uso de antibióticos en animales en un esfuerzo para combatir la creciente resistencia de las bacterias a estos medicamentos.

Ganado

Los antibióticos se están usando frecuentemente con fines no médicos, para promover el crecimiento y la digestión.

Según el organismo, la nueva iniciativa intenta promover "el uso juicioso" de los compuestos antimicrobianos para proteger a la salud pública.

Se calcula que 70% de los medicamentos antibióticos que se suministran en Estados Unidos son para los animales destinados al consumo humano.

Y muchas veces el uso de estos fármacos no está dirigido al tratamiento de infecciones, sino para promover el crecimiento de los animales o mejorar su resistencia a enfermedades.

Según la FDA este "uso excesivo" está contribuyendo significativamente a la resistencia que las bacterias han desarrollado a estos medicamentos.

Recientemente la Organización Mundial de la Salud declaró que la resistencia humana a los antibióticos está provocando que los medicamentos disponibles actualmente en el mundo sean inútiles.

Según la organización, estamos enfrentando "el fin de la era de la medicina segura".

Uso juicioso

Ahora la FDA está pidiendo a veterinarios, ganaderos y productores de animales "que usen juiciosamente los antibióticos médicamente importantes" en los animales productores de alimentos, limitando su uso al combate de enfermedades o problemas de salud.

Tal como explicó a BBC Mundo la doctora Nora Mestorino, profesora de medicina veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata, en Argentina, "un uso irracional de los antibióticos es cuando se utilizan cuando no es necesario, o se usan en dosis muy bajas o en tiempos muy cortos con los cuales no se atacan todas las bacterias".

"Entonces cuando un grupo de bacterias queda vivo comienza a implementar diferentes mecanismos para defenderse de ese compuesto químico. Es un proceso lógico de supervivencia que provoca la multiplicación de esas bacterias".
"Controlar el avance de esta resistencia es una tarea conjunta y una responsabilidad compartida tanto de la industria farmacéutica, el productor y el consumidor, que debe saber exigir calidad en el producto"
Dra. Nora Mestorino

Estas bacterias posteriormente transfieren sus mecanismos de defensa y resistencia e incluso pueden transferirlos a otros microorganismos y a otras especies de bacterias y al medio ambiente.

"Es decir, se produce una transferencia de la resistencia del animal, al medio ambiente y al hombre" agrega la investigadora.

"Esto ha provocado que los microorganismos desarrollen multiresistencias, es decir mecanismos de resistencia a diferentes grupos antibacterianos y esto está haciendo muy difícil poder contar con un antimicrobiano eficaz".

Iniciativa voluntaria

La FDA está proponiendo lo que llama una iniciativa voluntaria para no usar los antibióticos con propósitos de producción, es decir, para mejorar el crecimiento o la eficiencia alimentaria en un animal.

Los antibióticos, dice, deben estar disponibles para prevenir, controlar y tratar enfermedades en los animales de consumo humano bajo la supervisión de un veterinario.

Los críticos afirman, sin embargo, que una iniciativa voluntaria no es una medida suficientemente firme para enfrentar la creciente resistencia a estos medicamentos.

Muchos creen que se necesitan regulaciones más firmes o incluso una prohibición sobre el uso excesivo de estos compuestos.

Tal como dice a BBC Mundo la doctora Mestorino "en países europeos se han implementado en los últimos años programas para tratar de contener el avance de la resistencia y han prohibido algunos compuestos promotores de crecimiento".

En países de América Latina, dice la científica, se está trabajando para limitar este uso excesivo de antibióticos.

"En Argentina por ejemplo se están haciendo bastantes esfuerzos en este aspecto, principalmente para los productos de exportación dirigidos a países con legislaciones más firmes".

"Todavía hace falta trabajar más para tener un mejor control en los productos de uso nacional, y lo mismo ocurre en otros países de América Latina".

"Pero controlar el avance de esta resistencia es una tarea conjunta y una responsabilidad compartida tanto de la industria farmacéutica, el productor y el consumidor, que debe saber exigir calidad en el producto" dice a BBC Mundo la doctra Mestorino.

Fuente:

BBC Ciencia

Cómo evitar la resistencia a los antibióticos


Resistencia a los antibioticos

Según informes recientes, hoy en día se usan muchos antibióticos innecesariamente.

La resistencia a los antibióticos es una de las grandes amenazas de la medicina moderna, según opinan los expertos.

La advertencia la hace la jefa médica de la Agencia de Protección a la Salud británica (HPA), la doctora Sally Davies, tras conocerse informaciones que hablan de la creciente dificultad para tratar enfermedades provocadas por bacterias como la Escherichia coli y la que provoca la gonorrea.
Según esos reportes, hoy en día se usan muchos antibióticos innecesariamente para tratar infecciones leves y esto contribuye a crear resistencia.

Por eso, los expertos piden a los pacientes que tengan cuidado a la hora de usar medicamentos.

Esto es particularmente importante en un momento en el que se están desarrollando muy pocos antibióticos nuevos.

clic Lea: auguran una era sin antibióticos
Alarmante 

Sally Davies

Sally Davies compara la pérdida de eficacia de los antibióticos con el cambio climático.

Para la doctora Davies, "los antibióticos están perdiendo su eficacia a un ritmo alarmante e irreversible; es algo similar al cambio climático".

Por eso, insta a los médicos y a los pacientes a pensar dos veces antes de recetar o pedir medicamentos.

"Las bacterias se están adaptando y están encontrando maneras para sobrevivir a los efectos de los antibióticos y en última instancia están consiguiendo resistir, así que ya no funcionan", explica Davies.

"Cuanto más se usan, más resistente se hace la bacteria a ellos", añade.

Para reforzar su mensaje, Davies ha emitido una lista de lo que se debe y no se debe hacer:
  • Recuerde que los antibióticos se deben tomar sólo por prescripción médica.
  • Complete el tratamiento como le indica su doctor aunque se sienta mejor, ya que no completarlo estimula la resistencia.
  • No comparta los antibióticos con nadie.
  • Recuerde que los antibióticos no sirven para tratamientos infecciosos causados por virus como resfriados o gripes.
  • Según la HPA, el último punto es una de las ideas equivocadas más comunes entre los pacientes.
Tomado de:

BBC Ciencia

Descifran la "máquina de guerra" de las bacterias


Una diminuta pero letal arma de ataque capaz de enfermar y matar a la célula huésped al perforar su membrana. Así es el mecanismo de agresión de algunas bacterias, cuyo exacto funcionamiento acaba de descifrar, paso a paso, una reciente investigación.

Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL), en Suiza, lograron desmantelar esta pequeña máquina y encontraron un conjunto de proteínas que se despliegan oportunamente para formar una especie de espolón.

Y esta precisa descripción estructural constituye una valiosa información para desarrollar estrategias en la lucha contra los patógenos cada vez más resistentes a los antibióticos.

"Estudiamos una cepa de la bacteria de la especie aeromona y descubrimos nueva información estructural sobre una familia diferente que no había sido caracterizada estructuralmente, que es la de la (toxina) aerolisina, una de estas máquinas de guerra que utiliza la bacteria aeromona para atacar la célula huésped", explica Matteo Dal Peraro, uno de los autores del estudio, en conversación con BBC Mundo.

La bacteria Aeromona hidrophyla es bien conocida por los viajeros, ya que es la causante de los comunes trastornos intestinales.

"Sólo otras dos familias habían sido caracterizadas estructuralmente y mecánicamente, y esta es la tercera, una nueva, y ese es el impacto de nuestra investigación", puntualiza Del Peraro.

Un comando de proteínas 

Modelo molecular del poro de proteínas

Este modelo muestra el movimiento de las proteínas justo antes de formar el poro. Los científicos lo llaman preporo.

El arma bacteriana se activa con un péptido, una pequeña molécula orgánica, que se desprende al entrar en contacto con las enzimas del organismo huésped.

Entonces las siete proteínas involucradas en este proceso se pliegan y se unen para formar un anillo que, en su momento, se despliega en la forma de un espolón – al que los científicos llaman poro– y perfora la membrana de la célula huésped.

Lo interesante es que este es un proceso mecánico a nivel molecular, que no involucra reacciones químicas.

Los científicos utilizaron técnicas como cristalografía de rayos X, criomicroscopía electrónica y dinámica molecular para crear un modelo computacional y desmantelar paso a paso la "maquinaria de guerra" de la aeromona.

"El mecanismo de ataque es muy simple pero al mismo tiempo sofisticado", dice Dal Peraro.
"Y en nuestro estudio pudimos obtener información estructural por primera vez sobre la formación de este poro y también información mecánica sobre cómo estas siete proteínas se juntan y forman el poro resultante."

Otras bacterias 

Modelo molecular del arma bacteriana

Aquí el modelo muestra la formación del poro que perfora la membrana celular. 

El mecanismo de ataque analizado por los científicos no es exclusivo de la bacteria aeromona.

Por eso se cree que esta nueva información puede ser útil en el combate contra las bacterias cada vez más resistentes a los antibióticos.

Según los investigadores, las toxinas aerosilinas podrían estar presentes en bacterias como staphylococcus aureus, bacillus anthrasis y pseudomona aureoginosa, todas relacionadas con las infecciones intrahospitalarias.

"Si se confirma que estas otras bacterias comparten el mismo mecanismo de acción, entonces la información estructural que nosotros revelamos para la especie aeromona podría transferirse a las otras especies y usando esta información estructural podríamos diseñar pequeñas moléculas que inhiban la formación del poro, básicamente que impidan la unión de las siete proteínas", explica el científico biomolecular.

De acuerdo con otro de los autores del estudio, Gisou Van der Goot, el descubrimiento abre nuevas perspectivas terapéuticas dirigidas al "armamento bacteriano" antes que a la bacteria misma.

"Esto podría tener la ventaja de no causar mutaciones, y por consiguiente resistencia, en las bacterias patógenas", afirma el investigador.

"Pero este es sólo uno de los mecanismos posibles de acción, hay muchos de complejos sistemas que atacan la célula huésped, y habría que atacar a todos ellos para tener un mayor efecto", advierte Dal Peraro.

Fuente:

BBC Ciencia

23 de agosto de 2013

Las cuevas: La clave en la búsqueda de nuevos antibióticos

Antibióticos
Enfermera
  • Los antibióticos son fármacos utilizados para curar las infecciones
  • Alexander Fleming descubrió el pimer antibiótico: la penicilina
  • Las infecciones por SARM (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina) son cada vez más resistentes a los antibióticos


La vida en las cuevas es dura. Los microorganismos deben pelear -sin dientes ni garras- por los escasos recursos.

A simple vista, las cavernas, los microbios y los antibióticos no parecen tener mucho en común. Sin embargo, estos ambientes aislados pueden esconder la clave para entender mejor la lucha constante contra las bacterias resistentes a los fármacos.

Los antibióticos son una suerte de llave química que puede encajar perfectamente en la cerradura molecular para matar a las bacterias. Los antibióticos imitan los patrones celulares para bloquear, unir e incluso colapsar las estructuras críticas dentro de una célula.
Como resultado, la bacteria no puede funcionar y se descompone o se muere.

Los antibióticos son, además, muy específicos: tienen la capacidad de identificar y atacar -sin equivocarse- una célula bacteriana en un mar de células humanas. Son la bala mágica que se convirtió en el descubrimiento más importante del siglo XX.

Químicamente, los antibióticos son mucho más complejos que las drogas contra el cáncer o los antivirales. Son algo así como una tela de araña de patrones intrincados formados por uniones químicas.

Estas estructuras complejas hacen que sea imposible para los científicos diseñarlos, por eso, con frecuencia, recurrimos a la naturaleza para descubrirlos.

De todos los antibióticos que aparecieron en el mercado en los últimos 60 años, el 99% deriva de otros microorganismos, mayormente de las bacterias y los hongos que hay en la tierra.

Pero esta fuente se está empezando a agotar, y por eso debemos empezar a buscarlos en otros ambientes más exóticos o extremos.

Hambruna constante

Las cavernas son entornos aislados, formados por la erosión del agua durante millones de años. En estos ambientes, donde no ingresan los rayos del sol ni los nutrientes de la superficie, los microorganismos se ven obligados a adaptarse y a vivir en una hambruna perpetua.

Trabajando en cuevas aprendí que estos microbios están tan bien adaptados a pasar hambre que, cuando crecen en laboratorio, tienen demasiado alimento.

Cuando estos microorganismos comienzan a buscar alimento de forma constante no pueden frenar su impulso y continúan llenándose hasta que se mueren.

Otros están tan acostumbrados a vivir con la poca energía disponible que pueden sobrevivir consumiendo incluso los plastificadores que se desprenden de los platos plásticos del laboratorio.
"Una de nuestras muetras produjo 38 componentes, incluyendo lo que parece ser un novedoso antibiótico. Para poner esto en perspectiva: se han descrito menos de 100 antibióticos y una muestra tomada en una cueva produjo más de un tercio de lo que hay"
Algunos hacen trampa, y aprenden a cazar a otras bacterias para obtener los recursos que necesitan para sobrevivir. De las 4.000 especies de bacteria que hemos hecho crecer de las cuevas -de las cuales 1.000 son nuevas- la mayoría se comporta de una manera diferente a las de la superficie.

Lo que hace a estas bacterias únicas también las hace ideales para descubrir nuevos antibióticos.

Junto con Brian Bachmann, de la Universidad de Vanderblit en Estados Unidos, analizamos algunas de estas muestras en busca de componente antimicrobiales.
Una de nuestras muestras produjo 38 componentes, incluyendo lo que parece ser un novedoso antibiótico. Para poner esto en perspectiva: se han descrito menos de 100 antibióticos y una muestra tomada en una cueva produjo más de un tercio de lo que hay.

Años en soledad

Lechuguilla

Los investigadores acamparon bajo tierra en la cueva Lechuguilla para tomar muestras. 
¿Pero qué es lo que hace que las bacterias de las cuevas tengan tanto potencial para el desarrollo de antibióticos?

La respuesta está, probablemente, en el aislamiento.

Estas bacterias fueron recolectadas en Lechuguilla, una cueva aislada y profunda formada hace cuatro millones de años por la acción del ácido sulfúrico del agua subterránea, en el estado de Nuevo México en EE.UU.

Para tomar muestras hay que descender con sogas a una profundidad de más de 370 metros. Es más, las zonas en las que tomamos muestras son tan remotas que tenemos que acampar bajo tierra por varios días.

El hecho de que se encuentren en un lugar tan alejado significa que nada ni nadie las ha tocado por millones de años.

Sin influencias externas, estas comunidades microbiales que habitan esta clase de medio ambiente pueden continuar evolucionando en condiciones aisladas, desarrollando soluciones novedosas a los problemas que afectan a sus contrapartes en la superficie, como la competencia y la necesidad de luchar por los recursos.

En pie de guerra

Las cuevas son un sitio difícil para sobrevivir, el alimento y los nutrientes esenciales son limitados. Esto fuerza los microorganismos a pelear.

Sin embargo, dado que su tamaño es diminuto -se necesitan dos millones para recubrir un punto y coma- sus opciones son limitadas: no tienen dientes para morder o garrar para defenderse. Lo que hacen, en cambio, es usar sus sorprendentes capacidades biosintéticas para sintetizar antibióticos y matar a la competencia.
Para examinar cómo estas bacterias reaccionan a los antibióticos, examinamos 93 de las 4.000 que encontramos en la cueva.

A pesar de que estos organismos vivieron en aislamiento durante millones de años y nunca pudieron haber estado expuestos a antibióticos hechos por el hombre, mostraron resistencia a casi todos los que están en uso en la actualidad.

Así como pueden producir una multitud de antibióticos, algunos también son resistentes a una gran cantidad de ellos. Uno mostró resistencia a 14 antibióticos diferentes. Identificamos incluso un mecanismo de resistencia que no se había visto antes.

¿Qué significa todo esto? ¿Significa acaso que hagamos lo que hagamos, nunca ganaremos la batalla en la lucha contra los microbios?

Puede querer decir muchas coas, y probablemente pasemos años explorando y respondiendo etas preguntas.

Significa que la resistencia a los antibióticos forma parte de las bacterias, y que mientras usemos mal los antibióticos nunca ganaremos esta guerra.

También quiere decir que hay ambientes únicos, poco explorados, poblados de microorganismos que recién ahora empezamos a entender, que tienen la clave para el desarrollo de nuevas medicinas.

Encontrarlos requiere además técnicas nuevas y poco utilizadas, incluyendo pruebas y análisis genéticos para identificar las complicadas rutas químicas de las nuevas drogas y nuevas tecnologías en química analítica que nos permitan detectar componentes nuevos, así como investigadores que estén dispuestos a aventurarse en estos lugares únicos de nuestro planeta para desentrañar los secretos que esconden sus microbios

Tomado de:

BBC Ciencia

21 de noviembre de 2012

Siete cosas que deberías saber sobre los antibióticos

 

Este artículo nace como consecuencia de un encargo y de un reto. El encargo, realizado por un amigo, es el de hablar de la terapia antibiótica, sus ventajas y sus inconvenientes; el reto el de explicarlo de forma que una persona con pocos conocimientos biomédicos lo pueda entender. A ver si lo consigo.

1. ¿Qué son los antibióticos?

De forma general, un antibiótico es una sustancia tóxica para un ser vivo. Esta definición no se suele emplear con esta definición cuando hablamos de los antibióticos que compramos normalmente en una farmacia. Los tóxicos farmacológicos los hemos nombrado de diferente forma según el tipo de organismo que mate. Así a los que matan hongos se les llama antifúngicos, los que matan virus se les llama antivíricos, dejando el nombre de antibióticos para aquellos que matan bacterias. Además, el nombre antibiótico se emplea para las sustancias que matan bacterias que están invadiendo nuestro cuerpo, las sustancias que matan bacterias depositadas en superficies o líquidos, en general, se les conoce como desinfectantes. Así que a partir de ahora cuando hable de antibiótico me referiré a sustancias que matan bacterias que nos están infectando.

2. ¿De donde proceden los antibióticos?

Muchos antibióticos son de origen natural. Diversos grupos de bacterias y de hongos producen sustancias con propiedades anti-microbianas. Los microorganismos que viven en el medio ambiente pueden vivir estableciendo relaciones de cooperación (simbiosis) o de competencia entre ellos. Un “arma” que algunas bacterias producen para esa competencia, es la producción de sustancias que pueden matar otros microorganismos, despejando el camino para que ellas proliferen. 

Todos hemos oído hablar de la penicilina o la estreptomicina. La primera es producida por el hongo Penicillium, mientras que la segunda es producida por bacterias del grupo Streptomyces. Otros ejemplos de antibióticos naturales son la eritromicina, el cloranfenicol, la kanamicina o la gentamicina. 

La industria química ha producido variantes de antibióticos naturales para evitar el problema de las resistencias bacterianas (de las que hablaré más adelante), generando así antibióticos semi-sintéticos, como por ejemplo la ampicilina. A estos hay que añadir antibióticos de nueva síntesis, sustancias con propiedades antibacterianas producidas por la industria farmacéutica, como por ejemplo las quinolonas.

3. ¿Por qué son tóxicos los antibióticos para las bacterias?


Los mecanismos de acción de los antibióticos son muy diversos. Hay algunos que envenenan la producción de la pared, elemento vital en las envueltas de la bacteria. Otros bloquean la síntesis de proteínas al unirse al ribosoma (orgánulo donde se lleva a cabo este proceso) impidiendo el normal funcionamiento de éste. Algunos bloquean a transcripción (proceso por el que los genes codifican el ARN mensajero que posteriormente dará lugar a las proteínas) al inhibir el enzima necesario en dicho proceso. Hay un elevadísimo número de proceso celulares que las bacterias emplean para vivir, y para muchos de ellos existen sustancias que los bloquean.

Lea el artículo completo en:

La Ciencia y sus Demonios

16 de noviembre de 2012

El abuso de los antibióticos crea superbacterias

Inquietud de los científicos por la creciente resistencia de los microorganismos

Grecia, líder en consumo de estos fármacos, sufre las consecuencias

En España aún hay pocos casos



Hasta la última familia de antibióticos ha empezado a perder eficacioa por las resistencias, algo que alarma a los expertos / Olney Vasan (Getty Images)

En la segunda mitad del siglo XX la ciencia logró adelantar a las bacterias. El desarrollo de antibióticos fue más rápido que la capacidad de los microorganismos para mutar y sortear la embestida. Pero eso está cambiando rápidamente, en gran parte por el abuso y el consumo irresponsable de estas medicinas, tanto en humanos como en animales. Entre 2007 y 2011, la resistencia combinada de dos bacterias que son causa común de infecciones urinarias y respiratorias (la Klebsiella pneumoniae y la Escherichia coli) a varias familias de antibióticos ha crecido “de forma significativa” en un tercio de los países de la UE, alerta el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). Algunas de esas bacterias se están volviendo cada vez más resistentes a los antibióticos más potentes, la última línea de defensa contra la infección.

Los científicos avisan de que estamos ante un grave problema de salud pública y una seria amenaza para los sistemas sanitarios europeos. Sin antibióticos, algunos tratamientos avanzados no serían posibles. Hay tendencias “alarmantes”, según el organismo europeo, que presenta hoy sus últimos datos en el Día por un Consumo Prudente de Antibióticos. “Hay un aumento preocupante de la resistencia de la K. pneumoniae a los antibióticos de última línea”, explica Marc Sprenger, director del ECDC. Esta bacteria puede causar infecciones del torrente sanguíneo, neumonías e infecciones quirúrgicas; y afecta sobre todo a pacientes ingresados en hospitales. Cuando un paciente no responde al tratamiento, los médicos pueden recurrir a los antibióticos carbapenémicos, claves en infecciones causadas por bacterias multirresistentes.

El mal uso de los fármacos genera 25.000 muertes al año en Europa

Pero en algunos países, como Grecia o Italia, la resistencia a estos antibióticos, que son la última frontera para neutralizar la infección, es ya muy elevada y no para de crecer. Entre 2010 y 2011, el porcentaje de casos resistentes en Grecia entre pacientes con infecciones del torrente sanguíneo por K. pneumoniae pasó del 49% al 68%. El porcentaje de casos resistentes aumentó en Italia del 15% al 27% en el mismo periodo.

En España, ese porcentaje es inferior al 1% en las cepas aisladas de sangre, pero ya se han detectado casos y brotes en algunos hospitales. “De momento aquí es un problema menor, pero que va en aumento”, detalla Luis Martínez, microbiólogo del hospital Marqués de Valdecilla, en Santander. Cuando los antibióticos más potentes y seguros no funcionan, solo quedan otros muy tóxicos que entrañan un alto riesgo para el hígado.

“Los datos se basan solo en casos de infecciones en sangre y meningitis para evitar sesgos y que sean comparables entre países”, aclara Dominique Monnet, experto del ECDC. Las cifras las envía cada país tras realizar en los hospitales cultivos de laboratorio en enfermos infectados. Este sistema público de vigilancia de la resistencia a antibióticos en Europa, llamado EARS-Net y centralizado en el ECDC, hace un seguimiento de siete familias de bacterias, las más relevantes desde el punto de vista clínico y por su especial facilidad para adquirir nuevas resistencias. Este procedimiento, aun siendo un buen indicador, puede subestimar el problema al no registrar otras infecciones, como las de orina, reconocen los expertos.

En 2008, un científico descubrió una cepa de la K. pneumoniae extremadamente resistente a los antibióticos carbapenémicos, lo que provocó un tsunami científico, aunque no era la primera vez que se daba un caso similar. Fue un científico de la Universidad de Cardiff (Gales) quien detectó un gen que confería a la bacteria la capacidad de producir una enzima capaz de neutralizar el efecto de los antibióticos más potentes. El científico, Timothy Walsh, nombró a esa enzima metallo-betalactamasa-1 de Nueva Delhi (NDM-1). El nombre viene de la ciudad india donde viajó el paciente sueco que adquirió la infección y cuyas muestras analizó Walsh. Posteriormente, esta enzima se ha detectado en muchos tipos de bacterias, como la E. coli, la más común en los humanos. La NDM-1 no ha provocado brotes en España hasta ahora, aunque sí otras enzimas del mismo tipo (carbapenemasas) que preocupan a médicos y científicos por la capacidad de transmisión.

Las resistencias no son un problema individual, sino de salud pública

La resistencia a antibióticos provocada por un mal uso de los medicamentos genera 25.000 muertes al año en Europa y unos costes sanitarios adicionales de 15.000 millones de euros. Se estima que el número de infecciones por bacterias multirresistentes alcanza las 400.000 al año. “Los países del sur de Europa consumen más antibióticos que los del norte”, afirma José Campos, jefe del laboratorio de antibióticos del Centro Nacional de Microbiología. Y esos países, que utilizan más medicamentos fuera de los hospitales, no lo hacen por sufrir más infecciones bacterianas, sino porque incurren en un consumo excesivo e inadecuado (para tratar infecciones virales como la gripe o el resfriado, por ejemplo), lo cual afecta a sus tasas de resistencia, casi siempre bastante superiores en los países del sur.

Grecia es el país donde más antibióticos se consumen: 3,5 veces más que en Estonia, en la cola de la tabla según los datos del ECDC sobre consumo en la comunidad (extrahospitalario). En esa tabla España aparece en el número 13 de un total de 29 países (datos de 2010), pero la información es engañosa porque solo incluye el consumo de antibióticos con receta de la Seguridad Social. Quedan fuera los antibióticos recetados por médicos y seguros privados y aquellos que, aunque esté prohibido por ley, se continúen vendiendo sin receta. “Tomando esos datos, España estaría entre los tres o cuatro primeros”, alerta Campos.

El consumo en hospitales, cuyos datos no presenta el ECDC, es un factor fundamental para la difusión de bacterias resistentes causantes de infecciones hospitalarias. Y en esto España no está tan mal. “La utilización de antibióticos en hospitales está hoy muy controlada”, afirma Francesc Gudiol, catedrático de Medicina de la Universidad de Barcelona y jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del hospital de Bellvitge.

Según el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, cerca de un tercio de las infecciones de sangre producidas por la Escherichia coli en España son resistentes a la vez a dos de las familias de antibióticos más importantes: las fluoroquinolonas y las cefalosporinas de tercera generación. “Hay cepas de E. coli resistentes endémicas ya en España, a diferencia de lo que ocurre con otras cepas multirresistentes, que solo pueden afectar si alguien las importa de otros países”, explica Gudiol. La situación es preocupante en el caso del estafilococo dorado, una bacteria que produce infecciones en la piel y en la sangre, y que presenta en España elevadas tasas de resistencia a la oxacilina (del grupo de las penicilinas), “un importante problema de salud pública”, según el ECDC. La tasa —que se sitúa entre el 10% y el 25%— ha caído con respecto al año pasado, aunque el descenso mayor se ha producido en Reino Unido y Francia, que han invertido muchos recursos en ello.

Las farmacéuticas han perdido interés en desarrollar nuevos antibióticos

Aun así, existen importantes variaciones localmente. El proyecto Virerist, liderado por el jefe de la Unidad de Medicina Preventiva del hospital de la Vega Baja (Orihuela), José María López-Lozano, lleva años recopilando datos. Los investigadores del programa han logrado desarrollar aplicaciones informáticas que minimizan la posibilidad de que a un paciente se le recete un antibiótico que no será efectivo. “Desde que se diagnostica una infección hasta que se tienen los resultados de laboratorio que identifican el microorganismo causante, pueden pasar dos o tres días”, explica Lozano.

Pero los enfermos necesitan un tratamiento inmediato, que el médico debe suministrar cuando aún no tiene toda la información sobre el caso. El programa determina cuál es, con mayor probabilidad, el microorganismo causante de la infección y qué antibiótico conviene recetar. Además de beneficiar al enfermo, se actúa sobre la comunidad al reducir el riesgo de error en el tratamiento y, por tanto, de generar nuevas resistencias al antibiótico que luego puedan transmitirse. “Las resistencias no son un problema individual. Cuando un médico receta, esto puede tener efectos en la salud pública”, resume Lozano.

En el hospital del Marqués de Valdecilla, en Santander, Martínez analiza los cultivos bacterianos y recomienda a los médicos el medicamento que deben recetar. En los casos en que el paciente no responde a ninguno de los antibióticos tradicionales, los expertos optan por suministrar el compuesto al que la bacteria presenta menos resistencia.

La K. pneumoniae suele afectar a personas hospitalizadas en tratamiento por otras enfermedades. Para infectarse, la persona debe estar expuesta a la bacteria, bien por el contacto directo con otra persona o por contaminación ambiental. Por ello, el ECDC insiste en que es muy importante mantener la higiene (como lavarse las manos frecuentemente para evitar diseminar las bacterias ya resistentes) y aislar al paciente infectado. En España hay programas de concienciación en hospitales desde hace años, relata Martínez. Lo que no evita que se produzcan brotes, como el de la bacteria Acinetobacter baumanii, multirresistente a antibióticos, que sufrió el hospital madrileño 12 de Octubre y causó 18 muertos entre finales de 2006 y 2008.


La Comisión Europea impulsa la investigación en estos fármacos

Los científicos alertan: estamos perdiendo la carrera. “El desarrollo de las resistencias es un proceso en parte natural y que todos esperábamos, pero han aumentado más de lo previsible”, reconoce Gudiol. De momento, la mayoría de infecciones todavía se pueden tratar, pero cada vez es más difícil para los médicos. “La última familia de antibióticos que nos queda está perdiendo efectividad y su preservación es una prioridad sanitaria de primer orden”, alerta Campos. Es necesario aplicar medidas drásticas para detener el avance de la resistencia, por un lado, e invertir en el desarrollo de nuevos antibióticos, por otro. Porque, afirman los expertos, la industria ha perdido interés en invertir en este campo.


La Comisión Europea lanzó el año pasado un programa para financiar la investigación de nuevos antibióticos y su desarrollo a través de una iniciativa público-privada dentro de la IMI (Iniciativa de Medicinas Innovadoras). En el programa participan farmacéuticas, académicos, organizaciones de pacientes, empresas de biotecnología y hospitales, entre otros. Entre los objetivos está “acelerar el desarrollo de antibióticos”, explica una portavoz.

Para ello, se trabajará en mejorar la efectividad de los ensayos clínicos o la tecnología utilizada en diferentes fases del proceso. Los países europeos también comparten fondos para investigar en problemas asociados a la resistencia en virtud de una iniciativa conjunta sobre resistencia a los antimicrobianos. Los médicos insisten en que es fundamental decantar la balanza de nuevo del lado de la ciencia y detener la crisis. Alejar, definitivamente, la imagen angustiosa de un mundo sin antibióticos.

Fuente:

3 de noviembre de 2012

¿Las bacterias iniciaron la evolución de la vida multicelular?

Artículo publicado por Robert Sanders el 24 de octubre de 2012 en UC Berkeley

Casi siempre se acusa a las bacterias de ser agentes infecciosos, pero los científicos están descubriendo cada vez más beneficios, como mantener sanos nuestro intestino.

Un nuevo estudio sugiere ahora que las bacterias también podrían haber ayudado a iniciar uno de los eventos clave de la evolución: el salto de los organismos unicelulares a multicelulares, un desarrollo que finalmente llevó a los animales, incluyendo a los humanos.


Salpingoeca rosetta © Crédito: Nicole King

Publicado este mes en la edición inaugural de la nueva revista en línea eLife, el estudio realizado por científicos de la Universidad de California, Berkeley, y la Facultad de Medicina de Harvard, implica a coanoflagelados (también conocidos como “coanos”), los parientes vivos más cercanos de los animales. Estos organismos microscópicos unicelulares portan una larga cola o flagelo, tentáculos para atrapar alimento y son miembros de la comunidad de plancton del océano. Como nuestro pariente vivo más cercano, los coanos ofrecen una visión clave en la biología sobre su último ancestro común con los animales, un organismo unicelular o colonial que vivió y murió hace unos 650 millones de años.

“Los coanoflagelados evolucionaron poco después del origen de los animales y pueden ayudar a revelar la evolución de  los primeros”, dice la autora sénior Nicole King, profesora asociada en la UC Berkeley de biología molecular y celular.

Desde que empezara a estudiar los coanoflagelados como posdoctorada, King ha estado tratando de descubrir por qué algunos coanoflagelados pasan sus vidas como células aisladas, mientras que otros forman colonias. Tras años de vías muertas, King y el estudiante Richard Zuzow descubrieron por accidente una especie anteriormente desconocida de bacterias que estimula un coanoflagelado, Salpingoeca rosetta, para que forme colonias. Debido a que las bacterias abundaban en los océanos  cuando evolucionaron los primeros animales, el hallazgo de que las bacterias influyen en la formación de colonias de coanos significa que es plausible que las bacterias también ayudasen a estimular la pluricelularidad en los ancestros de los animales.

“Me sorprendería que las bacterias no tuviesen influencia en los orígenes de los animales, dado que la mayor parte dependen de las señales de las bacterias para alguna parte de su biología”, dice King. “La interacción entre las bacterias y los coanos que hemos descubierto es interesante por razones evolutivas, para comprender cómo interactúan las bacterias con otros organismos en los océanos y, potencialmente, descubrir mecanismos mediante los cuales nuestras bacterias comensales nos envían señales”.

Nadie está seguro de por qué los coanoflagelados forman colonias, dice una de las autoras principales del estudio, la becaria de posdoctorado de la UC Berkeley Rosanna Alegado. También puede ser una manera efectiva de aprovechar una abundante fuente de comida: en lugar de coanoflagelados aislados desplazándose en busca de bacterias de las que alimentarse, pueden formar una “Estrella de la Muerte” que se alimente de forma más eficiente de bacterias situándose en el centro de la fuente de alimento y se la coma.

Sean cuales sean las razones, las colonias de organismos unicelulares pueden haber abierto el camino hacia unos conglomerados multicelulares permanentes y, finalmente, hacia organismos que constan de distintos tipos de células especializadas para funciones específicas.

Secuenciando el genoma de los coanoflagelados

La búsqueda que ha llevado a cabo King desde hace 12 años del disparador del desarrollo de las colonias de coanoflagelados se reinició en 2005 cuando empezó a preparar cultivos de coanoflagelados S. rosetta para un proyecto de secuenciación del genoma. El secuenciado de otro coanoflagelado, el unicelular Monosiga brevicollis, dio algunas pistas sobre los orígenes animales, pero tenía que comparar su genoma con el de coanoflagelados que forman colonias.

Sorprendentemente, cuando Zuzow trató de aislar los coanoflagelados formadores de colonias añadiendo antibióticos a la placa de cultivo para matar a las bacterias residuales, pasaban cosas raras, comenta King.

“Cuando trató el cultivo con un cóctel de antibióticos, vio un estallido en la formación de colonias de rosetas”, dijo en referencia a las colonias en forma de pétalo de rosa que quedaron flotando en el medio de cultivo. “Cuando los trató con un cóctel de antibióticos distinto, aniquiló por completo la formación de colonias”.

Esta “observación bastante mundana, pero accidental” llevó a Zuzow y Alegado a investigar más y descubrir que solo especies específicas de bacterias dentro del cultivo estimulaban la formación de colonias. Cuando otras bacterias las superan en número, o cuando los antibióticos las aniquilan, se detiene la formación de colonias. Alegado identificó a las bacterias formadoras de colonias como la nueva especie, Algoriphagus machipongonensis. Aunque encontró que otras bacterias del género Algoriphagus también podían estimular la formación de colonias, otras bacterias como E. coli, común en los intestinos humanos, no pueden.

Trabajando junto a Jon Clardy de la Facultad de Medicina de Harvard, químico de productos naturales, los dos laboratorios identificaron una molécula – un ácido graso combinado con un lípido, al que llaman RIF-1 – que se sitúa sobre la superficie de la bacteria y que es el disparador del desarrollo de las colonias producido por las bacterias.

“Esta molécula puede estar delatando la presencia de bacterias”, dice Alegado. “Las bacterias se sitúan alrededor expulsando pequeñas burbujas de membrana, y si una de ellas tiene esta molécula, los coanoflagelados dicen todos de pronto, ‘¡Ajá, hay algunas bacterias por aquí cerca!’”.

La señal inicia un programa predeterminado en los coanoflagelados que lleva a la división celular y el desarrollo de las rosetas, apunta. La molécula RIF-1 es notablemente potente; los coanos detectar y responden a ella a unas densidades que son de una mil millonésima de la menor concentración de azúcar que pueden detectar los humanos en el agua.

“Estamos investigando esta molécula desde muchos frentes. ¿Cómo y por qué la crean las bacterias? ¿Cómo responden a ellas los coanoflagelados, y por qué?”, se pregunta King. Tanto ella como su equipo también están analizando el genoma de los coanoflagelados formadores de colonias y las bacterias que inducen esta formación, buscando pistas sobre su interacción.

King espera que esta inesperada señalización entre bacterias y coanoflagelados pueda arrojar alguna idea sobre otras formas en las que las bacterias influyen en la biología, particularmente en la de los intestinos.

Autor: Robert Sanders
Fecha Original: 24 de octubre de 2012

Enlace Original

Tomado de:

Ciencia Kanija

17 de septiembre de 2012

Una bacteria ‘fabrica’ el último aliado contra tuberculosis resistentes

  • El antibiótico que produce el microorganismo es eficaz contra cepas mutadas en el laboratorio.
  • Los resultados deberán refrendarse en ensayos clínicos para comprobar su posible aplicación.

 

La tuberculosis resistente a los tratamientos existentes está en expansión

La guerra contra la tuberculosis resistente, cada vez más extendida en zonas de África, Asia, Europa y Latinoamérica, cuenta con un nuevo aliado: la piridomicina. Este antibiótico natural, obtenido de una bacteria y conocido desde hace décadas, se ha mostrado eficaz —de momento en una etapa de investigación básica— contra cepas que se han hecho fuertes frente a uno de los principales fármacos que se emplean contra el bacilo, la isoniacida.

“La naturaleza y la evolución han dotado a algunas bacterias de potentes mecanismos de defensa para atacar a seres vivos de su entorno; analizar las sustancias naturales generadas por estos microorganismos es un recurso muy útil para encontrar posibles nuevos medicamentos para combatir las enfermedades infecciosas”, explica Stewart Cole, profesor de la Escuela Politécnica Federal de Lausana

Este investigador ha centrado su atención en la Dactylosporangium fulvum, una bacteria cuyo hábitat natural es la tierra. En concreto, en un antibiótico obtenido de las secreciones del microorganismo, la piridomicina. La sustancia que produce es un “asesino muy selectivo de la Mycobacterium tuberculosis y también es activa contra cepas que han desarrollado resistencias a medicamentos de primera línea como la isoniacida”, explica Cole en un artículo publicado en la revista Molecular Medicine de la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO, en sus siglas en inglés). Por ello, sostiene que su uso podría llegar a convertirse en una alternativa terapéutica a los tratamientos actuales.

Los investigadores dirigidos por Cole identificaron la proteína InhA como la principal diana a la que se dirige la isoniacida en el patógeno causante de la tuberculosis. En las cepas resistentes, las mutaciones en el gen impiden su capacidad de acción. Sin embargo, en el caso de la piridomicina, este antibiótico es capaz de esquivar las mutaciones causantes de las resistencias, por lo que logra inhibir el gen y atacar el bacilo de Koch.

“Cualquier avance relacionado con los antibióticos es bienvenido y si tiene que ver con tuberculosis y problemas de resistencia, aún más”, apunta a este diario Rafael Cantón, vocal de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. “Hacen falta nuevos fármacos para hacer frente a multirresistencias”, añade Enrique Ortega, jefe de la unidad de enfermedades infecciosas del Hospital General de Valencia, “aunque habrá que esperar a los ensayos clínicos para analizar la eficacia real del fármaco”.

Fuente:

El País Ciencia

15 de septiembre de 2011

Descubren resistencia a los antibióticos en una bacteria de hace 30.000 años


Un equipo de científicos ha detectado resistencia a los antibióticos en una bacteria de hace 30.000 años, cuyo ADN fue extraído del permahielo de Yukón, en Canadá. Los resultados del estudio, publicado la semana pasada en Nature, revelan que la resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural, anterior al uso clínico de estas sustancias hace apenas 60 años.

“La resistencia a los antibióticos representa, hoy en día, un problema; los antibióticos son cada vez menos eficaces debido a la difusión de la resistencia en los hospitales“, manifestó Gerry Wright, uno de los investigadores del estudio y director científico del Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas Michael DeGroote. “La gran duda es el origen de esta resistencia”, añadió.

Para comprobarlo, Wright y su equipo excavaron núcleos de hielo a seis de metros de profundidad de un riachuelo ubicado en Yukón, al norte de Canadá. Como en esa capa geológica el suelo no se ha derretido en decenas de miles de años, aún no se han mezclado las bacterias de la superficie con las del subsuelo.

Con la ayuda del experto en ADN antiguo de la Universidad de McMaster en Canadá, Hendrik Poinar, el equipo logró extraer el ADN de las muestras de hielo que datan de hace 30.000 años e investigó en ellas los genes conocidos por su resistencia a los antibióticos. Los investigadores encontraron rastros de genes, tales como betalactamasas (que inactivan las penicilinas y las cefalosporinas), tetM (que protege las células contra los antibióticos de tetraciclina), y la combinación de los tres genes necesarios para la resistencia de los antibióticos a la vancomicina.

Los genes encontrados son “igual de eficaces hace 30.000 años y se parecen a los que existen en la actualidad”, manifestó Wright. “Eso nos dice que la resistencia a los antibióticos es antigua y omnipresente en el medio ambiente“, sostuvo. Sin embargo, los autores del estudio aún no han podido determinar si los genes analizados combatieron de forma natural a los antibióticos o en cambio qué otro papel jugaban.

Resistencia a los antibióticos

Los antibióticos son sustancias producidas por hongos, algas y bacterias. Se generan principalmente para la señalización y la defensa. Los habitantes de estos mundos microbianos han desarrollado genes que contrarrestan los antibióticos. Después de miles de años de guerra química han surgido dos sofisticados tipos de genes: aquellos que producen los antibióticos y los que proporcionan resistencia a ellos.

Los microbiólogos han sospechado que la resistencia de los genes a los antibióticos es anterior a su uso como fármacos, incluso anterior a la existencia de los microbios, pero aún no han determinado la fecha en que esto ocurrió. “La resistencia a los antibióticos forma parte de la ecología natural del planeta, y este hallazgo es una advertencia de cómo usar estas cosas”, manifestó Wright. ” Los antibióticos son recursos extraordinarios que deben ser utilizados con moderación”, concluyó.

Artículo publicado para el máster de la UNED de Periodismo Científico y Comunicación Científica

Fuente:Enlace

E-Ciencia

11 de agosto de 2011

Granjas avícolas ecológicas contra la resistencia bacteriana a los antibióticos

Especial: Medicina

Resistencia a los antibióticos

Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) pone de manifiesto que sería interesante producir pollos y gallinas en granjas avícolas ecológicas, ya que se lucharía con más efectividad contra la resistencia bacteriana a los antibióticos. Se trata del primer estudio que demuestra que el número de bacterias resistentes a los antibióticos es significativamente inferior en las aves de producción ecológica, que en las aves producidas en granjas convencionales o producción industrial.

Sabemos que la seguridad alimentaria se complica año tras año, y esto es debido a la resistencia a los antibióticos que han adquirido algunos microorganismos patógenos, bacterias relacionadas con las enfermedades infecciosas que se transmiten de animales a humanos a través de la alimentación, como pueden ser la salmonella o la Campylobacter, han mejorado su resistencia gracias a las técnicas de producción empleadas. Una de las principales causas ha sido el uso indiscriminado de antibióticos en los animales sin que sea necesario, es decir, los fármacos se administran de forma preventiva para evitar que enfermen, con esta acción se da a los microorganismos la posibilidad de ser más resistentes. Según los expertos, con un cambio en el modelo productivo implantando las granjas avícolas ecológicas, se garantizaría una reducción inmediata de la resistencia a los antibióticos que hasta ahora han generado las bacterias.

Parece que se pretende revertir el proceso de resistencia, como sabemos las bacterias generan la resistencia utilizando los integrotes, unos elementos móviles que permiten transmitir la información genética de la resistencia adquirida de unas bacterias a otras, por lo que cada nueva generación es más resistente a la acción de los antibióticos. Los modelos productivos han provocado que determinadas cepas bacterianas estén presentes en cualquier tipo de carne sin que los antibióticos hayan podido acabar con ellas. Ya hace algunos años que los expertos advierten que utilizar antibióticos en la alimentación es una solución negativa, los patógenos luchan por sobrevivir y generan una resistencia que se convierte en una amenaza mundial.

Aunque la investigación habla sobre las granjas avícolas ecológicas contra la resistencia bacteriana a los antibióticos, es un modelo que se podría implantar en cualquier tipo de producción animal. Al respecto sería interesante retomar la lectura del post Carne contaminada en Estados Unidos, en su lectura podíamos saber que hasta un 25% de los diferentes tipos de carne que se comercializan en el país están contaminadas por una cepa de la bacteria Staphylococcus aureus o estafilococo áureo, bacteria peligrosa cuyo rango de enfermedades que causa es variado, neumonía, sepsis, meningitis, osteomielitis… y todo gracias a que ha desarrollado la resistencia a los antibióticos.

La preocupación sobre este tema hace que se inicien nuevas líneas de investigación para evitar que se desarrollen bacterias más resistentes y peligrosas, en lugar de desarrollar nuevos fármacos, los investigadores proponen dejar de utilizarlos y adoptar un modelo más respetuoso en la producción. Los datos parecen evidentes, un cambio de modelo productivo a las granjas avícolas ecológicas provoca que las aves contengan niveles significativamente más bajos de bacterias resistentes a los fármacos, suponemos que al cabo de unas cuantas generaciones se podría erradicar la resistencia. Al parecer, en un principio los expertos no esperaban encontrar diferencias o avances tan significativos simplemente por el cambio de modelo de producción. Los investigadores estudiaron principalmente los enterococos, microorganismos presentes en todas las aves, sean de producción industrial o ecológica. Estos microorganismos son un buen modelo para la investigación, para estudiar el impacto de los cambios en el uso de antibióticos en las granjas, ya que poseen una gran capacidad en el intercambio genético de la resistencia adquirida a otros enterococos.

En todas las granjas que participaron en el estudio (10 convencionales y 10 ecológicas) se detectaron bacterias enterococos en la alimentación, el agua y la cama de las aves, sin embargo la diferencia radica en la resistencia a los antibióticos, un claro ejemplo, un 67% de los enterococcus faecalis de las granjas avícolas convencionales eran resistentes a la eritromicina, el cambio de modelo productivo provocó un descenso del número de bacterias resistentes a los antibióticos hasta situarse en un 18%. Se observaron además otros cambios interesantes, un 42% de los enterococcus faecalis de las granjas convencionales habían desarrollado resistencia a diferentes tipos de fármacos, por el contrario, en las granjas ecológicas la resistencia era sólo de un 10%. En el caso de los enterococcus faecium, en las granjas convencionales la resistencia a los fármacos había sido desarrollada por un 84% de las bacterias, en las granjas de producción ecológica la cifra alcanzaba un 17%.

Estudios como este que hemos conocido a través de Eurekalert, hacen que se replantee el modelo productivo animal como una forma de luchar contra la resistencia que están adquiriendo los microorganismos y además mejorar la calidad de nuestra alimentación. De todos modos los investigadores indican que el estudio continúa y que es necesario comprobar los resultados dentro de unos años. Puedes conocer más detalles sobre el estudio a través de la publicación científica Environmental Health Perspectives.

Foto | Svadilfari

Fuente:

Gastronomía & Cia.

4 de junio de 2011

La nueva cepa de 'E. coli' es resistente a ocho tipos de antibióticos


La nueva cepa de la bacteria 'E. coli' aparecida en Alemania es resistente a ocho tipos distintos de antibiótico, según ha informado un equipo de investigadores chinos, que ya han logrado secuenciar el genoma del organismo.

Los investigadores del Instituto de Genómica de Pekín han descartado antibióticos como la penicilina, las sulfamidas, la cefalotina o la estreptomicina como posible solución a la enfermedad debido a los genes que la hacen resistente.

Por esta razón, los tratamientos no han sido eficaces, ha explicado el instituto en una publicación en su página web, pero esta nueva investigación servirá para ayudar a los médicos a elegir los medicamentos más adecuados, ha informado la agencia de noticias china Xinhua.

3 de junio de 2011

Detectan en vacas una 'superbacteria' resistente a los antibióticos


Un grupo de científicos detectó una nueva cepa de la "superbacteria" SARM en vacas británicas y se cree que ha llegado a infectar a humanos.

Los grupos de defensa del medio ambiente dicen que la nueva variedad ha surgido por el uso excesivo de antibióticos por parte de los productores lecheros.

El Dr. Mark Holmes, de la Universidad de Cambridge, quien dirigió la investigación, dijo que se trata de una "hipótesis creíble".

Los investigadores, que publicaron el trabajo en la revista The Lancet Infectious Diseases Journal, dicen que el consumir leche y productos lácteos no representa riesgos adicionales para la salud.

"La presión financiera"

El SARM (Staphylococcus aureus resistente a meticilina) es una forma resistente a los medicamentos de una bacteria normalmente inofensiva que puede ser mortal cuando infecta las heridas.

Las alrededor de 35 cepas de superbacterias resistentes a los antibióticos son genéticamente bastante similares. Sin embargo, esta nueva variedad es muy diferente y se cree que podría haber surgido de las vacas.

Sus descubridores la han apodado "nuevo SARM".

Los antibióticos son ampliamente utilizados por los productores de leche para el tratamiento de vacas con mastitis. Sin embargo su uso excesivo hace que algunas bacterias se vuelvan resistentes y difíciles de tratar si los seres humanos se infectan.

El Dr. Holmes dijo que el problema puede ser exacerbado por las presiones financieras que enfrentan los productores lecheros.

Vaca lechera

A las vacas se les dan antibióticos para combatir la mastitis.

"Si se exige a las vacas para producir más leche se obtiene más mastitis", dijo en una conferencia de prensa.

La asociación ecológica británica Soil Association ha pedido una prohibición completa del uso rutinario de antibióticos en la agricultura.

Su directora, Helen Browning, dijo: "Los sistemas lácteos son cada vez más dependientes de los antibióticos. Tenemos que sacar a los productores de esta rutina, incluso si eso implica que la leche tiene que costar algunos centavos más".

Rob Newberry, asesor de la Unión Nacional de Productores Lácteos, dijo que la salud y el bienestar de las vacas son de "gran importancia" para los ganaderos británicos.

"En aras de la salud humana y animal y del bienestar de los animales, es importante que los medicamentos veterinarios se administren lo menos posible, pero tanto como sea necesario", dijo.

"Cualquier antibiótico o medicamento veterinario que se administra a los animales productores de alimentos tiene estrictas condiciones de uso, incluyendo los tiempos de extracción de leche y carne, y, en general, en virtud de la legislación europea, sólo están disponibles bajo prescripción".

Holmes y su colega, la Dra. Laura García Álvarez, descubrieron la nueva cepa mientras estudiaban una bacteria que se sabe que causa mastitis en las vacas.

Encontraron que, al igual que otras cepas de SARM, era resistente a los antibióticos más comúnmente utilizados. Sin embargo, hallaron que la nueva cepa era genéticamente muy diferente.

Investigaciones posteriores mostraron que la cepa también estaba presente en los seres humanos.

García Álvarez dice que el hallazgo de una nueva cepa tanto en seres humanos como en las vacas es "muy preocupante".

"Los trabajadores en las granjas lecheras tienen un mayor riesgo de portar el SARM, pero todavía no sabemos si esto se traduce en un mayor riesgo [de que se enfermen]," dijo.

"Muy bajo riesgo"

Holmes dijo que muy pocas personas habían sido infectadas con la cepa nueva, probablemente menos de 100 al año en el Reino Unido. "Pero parece que las cifras están aumentando", agregó.

La Agencia de Protección de la Salud dijo que el riesgo de infectarse con la cepa nueva es "muy bajo".

Holmes y García Alvarez ahora investigan la prevalencia de la nueva cepa y si es más o menos perjudicial que las cepas actuales.

También planean llevar a cabo estudios en las granjas en busca de más cepas de SARM de este tipo y explorar todos los posibles riesgos para los productores.

El SARM se encuentra a menudo en los hospitales y en 2007 se lo vinculó con 1.593 muertes.

Desde entonces, el número de presuntos casos mortales se ha reducido drásticamente. Hubo 1.290 en 2008 y 781 en 2009.

Un portavoz del Departamento de Salud británico dijo: "De la evidencia disponible, entendemos que esta nueva forma de SARM es poco frecuente en el Reino Unido y no está causando infecciones en los seres humanos.

"Sin embargo, nuestro comité de expertos examinará esta cuestión en su próxima reunión y considerará posibles cuestiones médicas, veterinarias y de seguridad alimentaria".

Un portavoz de la Food Standards Agency (FSA) o Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido dijo que el estudio no proporcionó evidencia directa de que los seres humanos se infectaran con SARM a través del ganado vacuno.

"El riesgo de contraer esta nueva cepa de SARM a través de la leche de consumo es muy bajo debido a que la gran mayoría de la leche de vaca está pasteurizada y el proceso de pasteurización destruye todo tipo de SARM", señaló.

Fuente:

BBC Ciencia

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