¿Quién no ha soñado alguna vez con ser astronauta? Yo desde luego sí.
De hecho, creo recordar que uno de mis sueños más recurrentes de
pequeño era enfundarme en un traje espacial. Hablando de ellos, ¿sabes cuánto cuesta hacer uno y el tiempo que lleva? Una pista: mucho tiempo y dinero.
Cuando en 1969 Neil Armstrong pisó la Luna, el astronauta llevaba un traje espacial de una empresa estadounidense llamada ILC Dover. Se trata de la misma compañía que ha estado desarrollando trajes desde entonces para los astronautas de la ISS, los llamados EMU (Unidad de Movilidad Extravehicular).
Los comienzos de la compañía fueron curiosos. En 1932, Abram Spanel
fundó International Latex Corp, compañía conocida como Playtex que
fabricó ropa interior femenina hasta la guerra, cuando se dedicó a la
producción de balsas, comedores y otros artículos para el Ejército.
Más
tarde, en 1947, la compañía pasó a tener cuatro divisiones, una de las
cuales, más tarde conocida como ILC Dover, comenzó a producir trajes de
alta presión y cascos para la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
La experiencia de la compañía diseñando zonas altamente flexibles en
trajes presurizados fue una de las razones por las que el gobierno lo
contrató en 1965 para desarrollar trajes para el programa espacial. El
primero, el AX5L, dio paso a la A7L, el cual Neil Armstrong describió
como “resistente, confiable y casi como estar en un peluche”.
Desde el programa Apollo,
cada astronauta estadounidense fue al espacio en un traje ILC. La
compañía adaptó sus primeros trajes para adaptarse a cada astronauta, en
cambio, ahora produce una serie de brazos, piernas y botas
reutilizables en materiales como Nomex, Mylar aluminizado, nylon,
spandex y teflón que se unen para adaptarse a diferentes tamaños de
cuerpo.
¿Y cuánto tardan en hacer uno de estos trajes actuales? Alrededor de
5.000 horas de trabajo son necesarias para tener un traje acabado. ¿Y el
precio? El coste, según la misma compañía, asciende a unos 12 millones
de dólares por traje estándar.
Por cierto, ILC lleva varios
años desarrollando ese ansiado sueño del hombre, los prototipos Z-1 y
Z-2 que algún día servirán para llegar a Marte.
Tomado de: Gzmodo
El poliéster y el algodón son dos de los materiales más usados en la industria textil. Pero sus críticos argumentan que son poco amigables con la naturaleza. En los últimos años se han desarrollado algunas alternativas atípicas:
- Bambú: como crece rápidamente y sin fertilizantes, es considerado un material con amplios beneficios ambientales. Pero el proceso de producción del textil derivado del bambú puede incluir el uso de químicos.
- Eucalipto: la pulpa de la madera del eucalipto se utiliza para crear un textil calificado de suave y transpirable. Los productos derivados son biodegradables.
- Soya: algunos consideran que por su suavidad, el textil derivado de las vainas que envuelven los granos de soya es una especie de "cachemir vegetal".