Poseen entre 12 y 100 veces más concentración de
mercurio y otros contaminantes en plasma que los ejemplares que viven
alejados del mar.
Al pájaro más grande de Norte América le acecha un peligro molecular:
la contaminación. La población de cóndores -similares a los buitres-
que vive cerca de la costa de California (Estados Unidos) exhibe elevados niveles de pesticidas y otras sustancias tóxicas en sus tejidos,
procedentes de los mamíferos marinos de los que se alimentan, lo que
pone en riesgo los esfuerzos de recuperación de estas aves.
"Aunque los mamíferos marinos son una fuente de comida potencialmente
abundante para los cóndores, podrían no ser muy seguros porque
contienen cantidades significativas de contaminantes que se ha visto que
dañan la reproducción en otros pájaros y que, por
tanto, son una amenaza potencial para la recuperación en curso de los
cóndores de California", afirma Carolyn Kurle, profesora de Biología en
la Universidad de California San Diego y autora del estudio que publica la revista Environmental Science and Technology.
Entre esas sustancias, Kurle destaca el plomo en una conversación con
EL MUNDO: "Es muy tóxico: es el contaminante más peligroso para los
cóndores. Puede matar a un pájaro rápidamente o causarle daños
neurológicos permanentes, incluso si después recibe tratamiento". Este metal, comenta esta investigadora, procede principalmente de la munición que utilizan los cazadores que
matan los animales de los que luego se alimentan los cóndores que, sin
saberlo, también ingieren plomo. La prohibición, en mayor o menor grado,
de usar este tipo de munición desde 2008 ha sido bastante respetada en
California, pero "basta un pequeño número de personas que no la
obedezcan para producir suficiente plomo como para dañar a estas aves",
denuncia Kurle. Y ahí es donde hay que realizar los mayores esfuerzos.
La aplicación eBird facilita al aficionado conocer el nombre
científico de la especie o su clasificación taxonómica. En dos años ya
ha superado las 50.000 descargas.
La furia por capturar pokémones con un teléfono móvil tiene desde hace años una alternativa en la observación
de aves que, a partir de ahora la aplicación eBird tiene para
dispositivos electrónicos que registra esta actividad ornitológica.
Esta aplicación eBird, mundial y gratuita, la promueve la universidad
estadounidense de Cornell y permite al aficionado en el avistamiento de
aves y al ornitólogo profesional registrar a través de su teléfono
móvil, tableta u ordenador las aves que identifica, así como una amplia
información sobre el lugar y las condiciones de su observación, visual o
por el canto del pájaro, que pasa a una gran base de datos mundial.
Esta
aplicación puede se usada por cualquier aficionado, ya que no requiere
conocimientos específicos, como conocer el nombre científico de la
especie o su catalogación taxonómica, y la recomienda frente a la moda
de capturar iconos digitales con Pokémon Go: “Ver aves siempre será mejor que capturar pokémones”, dijo.
“Los
pajareros también hacen listas de sus observaciones, se emocionan
cuando consiguen una especie que no habían visto antes y también
desarrollan una labor de coleccionismo”, ha destacado Yerai Seminario,
uno de los quince ornitólogos españoles que colaboran con esta
plataforma ornitológica mundial.
Participante en proyectos de
conservación y mejora de la biodiversidad en media docena de países
americanos y otros tantos de África, Seminario ha añadido que eBird
“sustituye” al tradicional cuaderno de campo del ornitólogo y permite
acumular en tiempo real “y de muy variadas formas” una amplia información ornitológica que, además, se comparte en tiempo real a través de una gran base de datos mundial.
En el caso de Estados Unidos, los miles de observadores que han utilizado esta aplicación han ayudado a actualizar el atlas
ornitológico de Norteamérica, que abarca EEUU, Canadá y México, con
datos más precisos sobre muchas especies y sobre sus hábitos y
migraciones.
Esta aplicación, en su opinión, “ayuda a
crear ciencia ciudadana” y sus miles de usuarios colaboran con
científicos y conservadores “porque les facilitan automáticamente miles
de datos que ayudan a hacer ciencia y a tomar decisiones de conservación
ya que todas las observaciones pasan a un gran banco de datos mundial
de acceso libre”, ha recordado.
Esta es la segunda parte de una mini serie de dos entradas en la sección Matemoción, del Cuaderno de Cultura Científica, dedicadas al principio del palomar, o de Dirichlet. Como ya comentamos en la entrada anterior, este principio matemático es muy sencillo de formular, no necesita demostrarse, pero al mismo tiempo es una potente herramienta dentro de las matemáticas. Dice lo siguiente: si hay más palomas que palomares, alguno de los palomares deberá contener por lo menos dos palomas. En general, podemos hablar de objetos y cajas donde guardar estos objetos.
En la primera parte vimos algunos ejemplos de su aplicación en problemas relacionados con la vida cotidiana (personas en un teatro con la mismas letras inicial y final en su nombre, número de amigos en una fiesta o sumas de las edades de las personas de una reunión), en teoría de números (algunos resultados sobre divisibilidad) o en geometría (distribución de puntos en un triángulo equilátero), e incluso vimos una generalización del mismo (lo que nos permitió mostrar un ejemplo de coincidencia de cumpleaños).
El ejemplo que se utiliza con más frecuencia en la divulgación científica para explicar la aplicación del principio del palomar a cuestiones más o menos cotidianas, o también como una práctica herramienta para resolver problemas de ingenio, tiene que ver con el número de pelos que tenemos en la cabeza. Aunque me resistía a incluirlo en estas dos entradas por ser un resultado muy conocido, veremos que desde una perspectiva histórica tiene sentido volverlo a recordar.
Ejemplo 1: En Bilbao hay al menos dos personas con el mismo número de pelos en la cabeza.
Para resolver esta cuestión lo primero que tenemos que conocer es cuántos pelos podemos tener como máximo en nuestras cabezas. ¿Lo sabéis? ¿No? No importa, tampoco es una información vital para nuestra existencia. Sin embargo, vamos a realizar una estimación por lo alto de dicha cantidad con el objetivo de utilizarla para resolver este problema.
Supongamos que tenemos cabezas completamente redondas que miden 12 cm. de radio, es decir, unos 75 cm. de perímetro, lo que está al nivel del concurso de cabezones de Kortezubi, en Bizkaia. En tal caso, la superficie de nuestras cabezas, , es de unos 1.800 cm2. Para realizar una estimación por lo alto, supongamos que tenemos pelos por toda nuestra cabeza, por toda la superficie de esa esfera de 12 cm de radio, y que la densidad del pelo es de 100 pelos por cm2, entonces el número de pelos de la cabeza de cualquier persona no va a llegar nunca a los 180.000 pelos. Esta es una estimación por lo alto.
Supongamos que no existe nadie que sea completamente calvo, sin un solo pelo (en caso contrario, además estaría resuelto el problema), por lo tanto, el número de pelos que puede tener una persona va entre 1 y 180.000 (estas cantidades van a ser los palomares para aplicar el principio matemático). Las palomas serán los habitantes de Bilbao, que son unos 350.000. Como hay más bilbaínos que posibles números de pelos, el principio del palomar nos dice que existen al menos dos bilbaínos con el mismo número de pelos en la cabeza.
Pero si tenemos en cuenta la generalización del principio del palomar que vimos en la primera entrega dedicada a esta herramienta matemática, podemos obtener un resultado más impactante aún. La generalización dice lo siguiente: si hay n palomas y k palomares (n > k), existe al menos un palomar con al menos (no solo dos, sino) n/k palomas, es decir, el valor máximo es al menos mayor que el valor medio.
Si tenemos en cuenta que el número de habitantes de la Península Ibérica es de al menos 57 millones de habitantes, entonces aplicando el principio del palomar generalizado se obtiene lo siguiente.
Ejemplo 2: En la Península Ibérica hay al menos 317 personas con el mismo número de pelos en la cabeza.
En la entrada anterior habíamos comentado que se atribuye al matemático prusianoGustav L. Dirichlet (1805-1859), el haber sido la primera persona en aplicar explícitamente este principio matemático, allá por el año 1834, para demostrar un resultado de aproximación de números irracionales mediante racionales. Dirichlet lo llamó Schubfachprinzip (principio de los cajones), y nosotros lo conocemos desde entonces como el principio de Dirichlet.
Sin embargo, en el artículo “The pigeonhole principle, two centuries before Dirichlet” (que me envió Samuel Dalva, a quien le agradezco la información), se explica que la primera referencia al principio del palomar es de dos siglos antes de Dirichlet y tiene que ver con el ejemplo de los pelos de la cabeza.
En el libro, escrito en latín en 1622, Selectae Propositiones del jesuita francés Jean Leurechon, que enseñó matemáticas en la Universidad jesuita de Lorraine en Pont-à-Mousson, se menciona de forma indirecta este principio: “Es necesario que dos hombres tengan el mismo número de pelos, oro y otros”. Además, en el libro Récréation mathematique composee de plusieurs problemes plaisants et facetieux (1624), atribuido al propio Jean Leurechon, se explica por qué “es absolutamente necesario que dos personas tengan el mismo número de pelos”, utilizando el argumento que conocemos como el principio del palomar, si hay más personas que cantidades distintas de pelos que puedan tener, entonces habrá dos con el mismo número de pelos.
Pero volvamos a los ejemplos de aplicaciones de este principio. El primero tiene que ver, de nuevo, con una fiesta, pero esta vez relacionado con el lugar en el que se sientan los comensales en una mesa.
Ejemplo 3: En una fiesta, 8 de los invitados están sentados en una mesa octogonal, con cada uno de los comensales sentado en uno de los lados de la mesa. Cada sitio ha sido asignado a un invitado concreto (marcado con su nombre), sin embargo, los invitados no se han dado cuenta de esta circunstancia y se han sentado al azar. Curiosamente, ninguno de los 8 invitados de esa mesa se ha sentado en el lugar que le correspondía. Vamos a demostrar que hay una forma de rotar la mesa de forma que haya dos personas que quedan sentadas en el sitio correcto.
En la siguiente imagen vemos una posible distribución de las ocho personas sentadas en la mesa octagonal, en la que ninguna de ellos se ha sentado en el sitio que había sido designado para ella.
Para probar la afirmación de que se puede realizar un giro de la mesa en el que al menos dos de los comensales estén sentados en su sitio, vamos a considerar la distancia (en el sentido de las agujas del reloj) de cada una de las personas al sitio que le había sido asignado. Como cada persona está sentada en un lugar incorrecto, entonces las posibles distancias de cada persona a su lugar correcto son {1, 2, 3, 4, 5, 6, 7}.
Pero hay 8 personas que se sientan a la mesa, y 7 posibles distancias de ellas a su sitio correcto (en el sentido de las agujas del reloj), luego por el principio de los cajones, habrá dos personas que estén a la misma distancia (en el sentido de las agujas del reloj) del lugar que tiene escrito su nombre. Por lo tanto, rotando la mesa (en el sentido contrario a las agujas del reloj) tantas posiciones como la distancia que comparten esas dos personas, situará la mesa de tal forma que esas dos personas estén colocadas en el lugar correcto.
El siguiente es un ejemplo interesante, con un argumento sencillo, pero curioso.
Ejemplo 4: Una joven que quiere participar en la Olimpiada Matemática decide entrenarse en la resolución de problemas matemáticos. Durante un periodo de 61 días (dos meses) va a estar haciendo problemas, por lo menos un problema al día, pero no más de 92 problemas (que es la cantidad total que tiene el libro que utiliza). Independientemente de la cantidad de problemas que decida hacer cada día, va a existir una cantidad de días consecutivos durante los cuales realiza exactamente 29 problemas.
Si denotamos por la cantidad de problemas realizados hasta el día , es decir, la cantidad de problemas acumulados desde el primer día, entonces tenemos que
Los 61 números son distintos, y están ordenados en orden creciente, puesto que todos los días hace por lo menos un problema.
Con esta notación, lo que tenemos que demostrar es que existen dos días y tales que (es decir, hay un periodo de días consecutivos en los que ha realizado 29 ejercicios). Por lo tanto, vamos a sumar 29 a todas las sumas acumuladas anteriores, esto es,
Por la misma razón de antes, estos 61 números son distintos y están ordenados en orden creciente. Las dos desigualdades nos están diciendo que hay 122 números ( y ) que toman valores entre los números 1 y 121. Como tenemos más números (122) que posibles valores (121), eso quiere decir que al menos dos números tienen el mismo valor, es decir, son iguales. Pero, resulta que los 61 primeros números, , son diferentes entre sí, al igual que los otros 61, , de manera que los dos números que son iguales deberán pertenecer uno al primer grupo y el otro al segundo, es decir, existirá un , lo que significa un elemento del primer grupo de números , y un , lo que significa un elemento del segundo grupo de números , tales que , como deseábamos.
Como ya comentamos en la entrada anterior del Cuaderno de Cultura Científica dedicada a este tema, el principio de Dirichlet tiene muchas aplicaciones a la teoría de números. Empecemos con algunos resultados sencillos.
La semana pasada mi colega y amiga Marta Macho (por cierto, una excelente matemática, profesora y divulgadora) nos ofrecía con mucho humor y una pizca de ironía, en esta categoría, Matemoción, del Cuaderno de Cultura Científica, una lista de cuarenta técnicas de demostración. Era su entrada “Técnicas de demostración para casos desesperados”.
Muchas de ellas nos sonaban cercanas a todas aquellas personas que nos dedicamos a la enseñanza de las matemáticas. A mi me gustaría destacar tres de ellas, la prueba por intimidación “Es trivial!”, la prueba por finalización de tiempo “Vista la hora que es, dejo la prueba de este teorema como ejercicio” o la prueba por consenso “¿Estáis todos de acuerdo?”
En esta entrada de la sección Matemoción vamos a analizar una nueva técnica de demostración matemática, aunque algo más seria que las anteriores, ¿o no?. Es elprincipio del palomar, o de Dirichlet.
Este es un principio muy sencillo de formular y que no necesita demostrarse de lo obvio que es (y no estoy echando mano aquí de la prueba por intimidación), de hecho, cuando explicamos esta técnica matemática a las personas ajenas a esta ciencia, suelen pensar que estamos bromeando, que les estamos tomando el pelo o simplemente es otra excentricidad de estos locos matemáticos. A pesar de su sencillez, el principio del palomar es al mismo tiempo una herramienta muy potente dentro de la combinatoria, con aplicaciones en campos tan diversos como la teoría de grafos, la geometría, el análisis matemático, la teoría de números, las ciencias de la computación o la resolución de problemas, por citar algunos.
El principio del palomar dice lo siguiente: si hay más palomas que palomares, alguno de los palomares deberá contener por lo menos dos palomas. En general, podemos hablar de objetos y cajas donde guardar estos objetos. La verdad es que es un principio tan simple que no necesita demostración.
Mostremos algunos ejemplos sencillos de aplicación de este principio a cuestiones más o menos cotidianas.
Ejemplo 1: En cualquier espectáculo del Teatro Campos Elíseos de Bilbao, que esté lleno, existen dos personas del público tales que su primera y su última letra son iguales (como por ejemplo, Aitor y Amador, o Sorkunde y Salomé).
El aforo del Teatro Campos Elíseos es de 800 personas, que van a ser nuestras palomas, mientras que los pares formados por la primera y última letra de un nombre (en los ejemplos anteriores (a,r), de Aitor y Amador, y (s,e), de Sorkunde y Salomé), nuestros palomares. Puesto que hay 27 letras en el alfabeto, entonces hay 27 x 27 = 729 pares de letras posibles, desde la (a,a) hasta la (z,z). Como hay más palomas (personas) que palomares (pares de letras), entonces al menos dos personas deberán compartir la primera y la última letra de su nombre.
Ejemplo 2: En una fiesta cualquiera hay por lo menos dos personas con el mismo número de amigos.
Supongamos que a una fiesta, o reunión de cualquier tipo, han asistido n personas, bueno para que no parezca tan abstracto, pensemos que han sido 32 personas. Podríamos distinguir dos casos:
A. Si todas las personas de la reunión tienen al menos un amigo, cada una de esas 32 personas (que van a ser ahora nuestras palomas) pueden tener entre 1, ya que todas tienen al menos un amigo, y 31 amigos, ya que suponemos que “cada persona no es amiga de sí misma” (las cantidades de amigos son ahora los palomares), entonces aplicando el principio del palomar existen dos personas con el mismo número de amigos.
B. Pero si hubiese algunas personas en la fiesta que no tienen ningún amigo, razonaremos como antes, aunque sin tener en cuenta a las personas “solitarias”. Por ejemplo, si de las 32 que están en la fiesta, 7 no tienen amigos, se hace el razonamiento anterior con las 25 personas restantes, que ahora pueden tener entre 1 y 24 amigos.
Ejemplo 3: Siempre que haya 9 personas en una reunión, de edades comprendidas entre 18 y 58 años, es posible elegir dos grupos de personas tal que las sumas de las edades de las personas de cada grupo sean iguales.
Como estamos buscando grupos de personas dentro del grupo total de 9 personas, es decir, subconjuntos del conjunto de nueve elementos, es útil recordar que hay un total de 29 subconjuntos del conjunto de 9 elementos (esta es una cuestión que no vamos a explicar aquí hoy, pero que tiene que ver con los números combinatorios y el binomio de Newton), incluido el vacío, luego 511 subconjuntos no vacíos. Estos van a ser las palomas en esta ocasión.
Ahora, como las edades de las personas de la reunión están comprendidas entre los 18 y los 58 años, las sumas de las edades de cualquier subconjunto de personas están comprendidas entre 18 = 1 x 18 (una única persona, y que tenga la menor de las edades posibles) 522 = 9 x 58 (las nueve personas, y que todas tuviesen la mayor edad posible). Por lo tanto, tenemos 504 valores posibles para las sumas de las edades de las personas de cualquier subconjunto de las personas que están en esta reunión. Estos van a ser los palomares.
En consecuencia, el principio del palomar nos dice que existen dos subconjuntos distintos, del grupo de 9 personas que hay en la reunión, con la misma suma de las edades de las personas de cada uno de ellos.
Pero podría ocurrir que en esta conclusión, consecuencia del principio de Dirichlet, hubiese alguna persona que estuviese siendo considerada a la vez en esos dos subconjuntos que existen. Si esto ocurriese, no tenemos más que eliminar a esa persona de cada uno de los dos subconjuntos, y los dos nuevos subconjuntos que obtenemos siguen cumpliendo la propiedad de que la suma de las edades de sus miembros es la misma, ya que al eliminar a la misma persona de ambos, se quita el mismo número a las sumas de las edades, y se sigue manteniendo la igualdad.
Aunque estamos poniendo ejemplos más bien cotidianos para entender la fuerza del principio, lo interesante es que se puede aplicar a todo tipo de situaciones, de hecho, como decíamos al principio, es una potente herramienta en matemáticas.
El primer matemático en utilizarlo explícitamente dentro de su investigación fue el matemático prusiano Gustav L. Dirichlet (1805-1859), para demostrar un resultado de aproximación de números irracionales mediante racionales (recordemos que los números racionales son aquellos que se pueden expresar como división de dos números enteros, por ejemplo, 5/2, y que si los expresamos con decimales o tienen un número finito de decimales, o un número finito que se repite periódicamente), por este motivo se conoce también como el principio de Dirichlet.
En particular, se pueden demostrar muchos resultados de teoría de números haciendo uso del principio del palomar. A continuación, mostramos algunos sencillos ejemplos.
Ejemplo 4: Consideremos un conjunto arbitrario de 47 números, entonces existen al menos dos cuya diferencia es divisible por 46.
Antes de explicar la aplicación del principio de Dirichlet para probar esta afirmación, aclaremos una vez más, que esos 47 números son arbitrarios, el resultado va a ser válido cualesquiera que sean los 47 números que se consideren.
¿Cómo utilizar el principio para demostrar este resultado? Cuando dividimos un número cualquiera entre otro, en este caso nos interesa dividir por 46, entonces obtenemos el divisor y el resto. Así, si dividimos el número 357 entre 46 nos da 7 (el dividendo), pero nos sobran 35 (que es el resto).
Por lo tanto, 357 = 46 x 7 + 35. En matemáticas, se dice que 357 es congruente con 35, módulo 46, y se expresa .
Para aplicar el principio del palomar, vamos a distribuir nuestras palomas (que serán los 47 números arbitrarios que se han tomado) en los siguientes 46 palomares…
P1 = conjunto de números tales que al dividir por 46 queda de resto 0 (es decir, los números congruentes con 0, módulo 46),
P2 = conjunto de números tales que al dividir por 46 queda de resto 1 (es decir, los números congruentes con 1, módulo 46),
P46 = conjunto de números tales que al dividir por 46 queda de resto 45 es decir, los números congruentes con 45, módulo 46).
En consecuencia, habrá por lo menos dos palomas, es decir, dos números del conjunto de 47 que habíamos elegido arbitrariamente, compartiendo palomar, es decir, que tienen el mismo resto al dividir por 46.
Esos dos números se podrán escribir, como antes hemos hecho con el número 357, de la forma, 357 = 46 x 7 + 35, con distintos divisores, pero el mismo resto. Al restar ambos números, como los dos tienen el mismo resto, el resultado quedará múltiplo de 46, y se concluye el resultado.
De hecho, muchas especies de patos tienen las patas de color verde azulado o gris. Pero por lo que respecta a los patos que se pavonean con las patas naranjas es simplemente para atraer a las hembras.
Un color naranja vivo sugiere a las "chicas" que el pato macho tiene todas las vitaminas necesarias. Según Kevin Omland, biólogo evolucionista de la Universidad de Maryland,
"esto indica que sus genes y su comportamiento son lo bastante buenos
para reconocer y comer los alimentos adecuados, o que su sistema inmunitario es lo bastante fuerte para producir patas color naranja y vivo. La hembra considera que este es un rasgo muy atractivo para transmitirlo a su descendencia".
Aquí hay tres razas diferentes de pollo, criados exactamente con la misma dieta:
El pollo de la izquierda es una raza de
1957. El pollo del medio es una raza de 1978. El de la derecha es una
raza de 2005. Todos fueron criados en la misma forma para el paper y se
fotografiaron a la misma edad. El portal Vox añadió las fechas a la imagen. Fuente: Zuidhof, MJ, et al. 2014 Poultry Science 93 :1–13.
Como se puede apreciar, la raza moderna es mucho, mucho, mucho más grande.
En apenas 50 años más o menos, los pollos han sido criados para ser mucho más grande.La imagen de arriba proviene de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Alberta,
Canadá, que observó tres razas de pollos en diferentes épocas criados
de la misma manera exacta y a los que se midió cuánto comían y cómo
crecieron.Esto permitió ver las
diferencias genéticas entre las razas sin influencias de otros factores
como la alimentación o el uso de antibióticos.Recientemente publicaron sus resultados en Poultry Science.
¿Qué ha pasado en la cría de los pollos?
1) Los pollos de hoy son mucho más grandes que los de la década de los 50s: Eso es bastante obvio. La raza de pollo de este ejemplar de
2005 terminó siendo alrededor de cuatro veces más pesado, en promedio,
que la raza de 1957 de la izquierda - a pesar de ser alimentados igual.
2) Los pollos de hoy son más eficientes en convertir alimento en carne: La razón de ello es que los pollos de hoy en día son más eficientes en convertir alimento en carne de pechuga. De acuerdo a la métrica
de los investigadores esto era algo que llamaron la “tasa de conversión
de mama” de gramos de alimento en gramos de carne de pechuga.La raza de 2005 era aproximadamente tres veces más eficiente que la de la década de 1950.
3) Los pollos modernos también tienen problemas adicionales de salud: La investigación previa ha observado aumento de problemas de hueso, corazón y sistema inmunológico en algunas razas de pollo contemporáneos.Los
problemas de salud pueden venir de varios factores, incluyendo tanto
los efectos genéticos no intencionales y diferencias de comportamiento,
tales como la dieta y llevar todo ese peso extra.
4) Sin embargo, el crecimiento de los pollos ha ayudado a hacer del pollo un alimento popular: Durante las últimas décadas, el pollo se ha convertido en un alimento mucho más barato. El
precio del pollo ha aumentado en alrededor de la mitad de la tasa de
otros bienes de consumo de 1960 a 2004. En 2013, los estadounidenses consumieron más de 37 kilos de pollo por persona (Fuente: USDA).
Según el documento publicado en Poultry Science, nuestra capacidad para criar pollos más grandes y más eficientes habría jugado un papel importante en el aumento del consumo.
El pleno del Congreso aprobó por unanimidad un proyecto de ley que
declara de interés nacional y necesidad pública la protección y
conservación del cóndor andino.
Marco Falconí (Unión
Regional), autor e impulsor de la iniciativa, explicó que su finalidad
es garantizar la protección del cóndor del Valle del Colca y del Perú
como animal ?ancestral y milenario?.
Precisó, además, que el proyecto fue elaborado a propuesta de la
Municipalidad Provincial de Caylloma y la Autoridad Autónoma del Colca,
ante la carencia de un marco jurídico de protección y conservación del
ave.
La población del Valle del Colca, en la región Arequipa, celebró la
aprobación del proyecto de ley de protección del cóndor en el Congreso
de la República porque esto les permitirá cuidar a los 33 cóndores que existen en la zona, se informó.
El cóndor es una ave que puede llegar a medir hasta 1.30 metros de altura y pueden pesar más de 13 kilos.
El representante de Autocolca refirió que actualmente 72
guardaparques vigilan el Valle del Colca los mismos que constantemente
están avistando a los cóndores y se encargan de darles su alimento. Jiménez indicó que tras aprobarse la ley analizarán al interior de
Autocolca destinar mayores recursos económicos al cuidado de estas
míticas aves.
Una de las teorías más duraderas fue
propuesta por Charles Darwin, que sugirió que, como con el canto de los
pájaros, el motivo principal de la música es el sexo. "Las notas musicales y el ritmo", escribió en El origen del hombre,
"fueron adquiridos al principio por los ancestros masculinos y
femeninos de la humanidad con el propósito de cautivar al sexo opuesto". Ahora han aparecido evidencias que parecen
apoyar la hipótesis de Darwin en un estudio del psicólogo Benjamin
Charlton de la Universidad de Sussex en Brighton, Inglaterra. En su experimento, comprobó que las preferencias
sexuales de las mujeres cambiaban durante su ciclo menstrual y que, en
el punto más fértil del ciclo, preferían compositores de música más
compleja, que quizá podrían ser considerados parejas más capaces. Pero, ¿qué credibilidad tiene la noción de que hacer música está relacionado con el sexo? Comencemos por el principio: ¿qué es tan
especial acerca de la música? Primero, todas las culturas conocidas han
tenido música, incluso aquellas que no tenían lenguaje escrito.
Hay anécdotas suficientes que prueban el atractivo sexual de las bandas de rock.
Es un rasgo humano completamente universal. En segundo lugar, la música, al contrario que
por ejemplo cocinar, la agricultura, hablar o criar una familia, no
tiene ningún beneficio. Por supuesto, nos encanta, nos llena de alegría o
nos lleva a las lágrimas, nos da euforia y bailamos, pero no muestra
ninguna ventaja evolutiva obvia ni tangible. No faltan las ideas sobre por qué surgió entre nuestros ancestros. Algunos creen que la música comenzó como forma de promover la cohesión social, un papel "tribal" que todavía hoy persiste. Otros dicen que comenzó con las canciones de la
comunicación materno-filial, una exageración de tonos en los arrullos al
bebé que todas las personas del mundo practican. También están aquellos que piensan que la música
y el lenguaje estuvieron una vez fusionados en una forma de
comunicación compuesta denominada "musilenguaje", de la cual la música
se dividió como vehículo de emociones, mientras que el lenguaje se
convirtió en significado semántico.
Supervivencia del más sexy
La noción por parte de Darwin de la música como
agente de selección sexual sigue siendo una de las teorías preferidas,
en particular porque tiene su nombre al lado. Él consideraba la selección sexual como auxiliar
de la selección natural: era la "supervivencia ddel más sexy", sin
importar que los atributos sexuales tuvieran otras ventajas para la
supervivencia. Según esta posición, la destreza en el canto y
en crear música funcionaría como la cola del pavo real: inútil, incluso
una molestia, pero llama la atención. Es concebible que dichas exhibiciones sexuales ofrezcan pistas verdaderas sobre la idoneidad genética. El pavo real macho podría estar diciendo: "Soy
tan musculoso que puedo sobrevivir incluso aunque esté cargado con esta
cosa absurda". De igual modo, un músico capaz de crear música
compleja y hermosa podría estar mostrando su conocimiento, destreza y
fortaleza superiores. De acuerdo a esta lógica, enamorarse de un músico habilidoso tiene sentido en cuanto a la evolución.
Hendrix se destacó por la sensualidad de su guitarra.
El vínculo entre el sexo y la música podría parecer irrefutable. Las estrellas del rock y del pop están rodeadas
de bandadas de admiradores sexualmente disponibles en la cima de su
fertilidad, y nadie hizo la guitarra más explícitamente fálica que Jimi
Hendrix. Y no es solo un fenómeno del rock o del pop
modernos: las actuaciones de Franz Liszt, el pianista, compositor y
director húngaro, también extasiaba a las mujeres, y un estudio
publicado en el año 2000 resaltó que en los conciertos clásicos había
considerablemente más mujeres en los asientos cercanos a las
(predominantemente masculinas) orquestas que en las filas traseras. También hay pruebas anecdóticas que sugieren que la calidad de la interpretación de la música declina después del sexo.
Miles Davis prefería que sus músicos no tuvieran sexo antes de los conciertos.
Por ejemplo, Miles Davis quería que los músicos fueran célibes antes de grandes conciertos para mantener su calidad. Y en caso de que esté pensando en que ser músico
no hizo mucho por la supervivencia de Hendrix, Jim Morrison o Kurt
Cobain, tenga en cuenta que, como Darwin señaló, algunas aves macho
terminan muriendo de agotamiento al cantar en la época de reproducción. Vale la pena el riesgo por convertirse en un modelo sexual (después de todo, Hendrix tuvo tres hijos). Un origen de selección sexual de la música
podría también ayudar a explicar el aparente impulso hacia la
diversidad, creatividad y novedad de muchos cantos de pájaros macho que
desarrollan grandes repertorios y variedad en un esfuerzo por producir
la señal de apareamiento más atrayente. Y el exceso de la cola del pavo real, resultado
de una tendencia desmedida comprobada en la selección de características
sexuales, ¿no parece similar a las torres de amplificadores y
altavoces, la pirotecnia, los trajes estrafalarios? Para resumir, ¿no podría explicar el fenómeno que es Kiss? Pero parte del problema de la idea de Darwin es
que es demasiado atractiva, e invita a proporcionar pruebas por medio de
las anécdotas. Las canciones en las culturas anteriores a la escritura no son de ninguna manera los equivalentes tribales a la canción Let’s Spend the Night Together ("Pasemos la noche juntos"). Aquellas de los aborígenes australianos, por ejemplo, expresan los sentimientos del cantante como miembro de la comunidad.
¿Tiene la parafernalia de Kiss una motivación sexual?
La mayoría de la música occidental en la Edad Media era practicada por monjes supuestamente célibes. Y en algunas sociedades africanas, los músicos
son considerados vagos y no fiables, y por lo tanto, material pobre para
el matrimonio. Las buenas evidencias científicas de la selección sexual en música han sido escasas y equívocas. Si las mujeres escogen compañeros sexuales sobre
la base de rasgos creativos o artísticos, uno esperaría cambios en sus
preferencias durante la cima de la fertilidad. Un estudio de 2006 halló que los hombres aparentemente creativos eran favorecidos en ese momento concreto.
Ciclo de la atracción
Entonces, ¿qué añade el último estudio? Charlton
razonó que la complejidad de la música de un compositor masculino
podría considerarse un indicador de su creatividad y capacidad para
aprender comportamientos complejos, y por lo tanto esto podría también
afectar a la elección sexual femenina. Anteriormente vio que la ovulación no parece afectar a las preferencias de las mujeres por la complejidad de la música per se. Pero ¿y sobre los compositores en sí mismos? Charlton dividió su grupo de 1465 mujeres
adultas participantes en el estudio en aquellas con riesgo alto y bajo
de concepción en el momento de las pruebas, según la propia información
de ellas sobre su ciclo reproductivo.
El pianista Franz Liszt (1811-1886) embelesaba al público femenino.
Les hizo escuchar varias melodías cortas, compuestas para el experimento, de diversos grados de complejidad. Primero pidió a algunas de las participantes que
calificaran la complejidad de la melodía para asegurarse de que podían
hacer esto de forma fiable. Después preguntó a un grupo diferente cuál de
los supuestos compositores (masculinos) de una pareja de melodías de
complejidad diferente preferirían como compañero sexual a corto o a
largo plazo. Un número significativo mostró una mayor
preferencia por el compositor de la pieza más compleja, pero solamente
en el grupo de alto riesgo de concepción, y solo como compañero a corto
plazo. Ahora, los números son números: parece que algo
conectado al ciclo reproductivo cambiaba efectivamente las preferencias
en esa situación. Pero ¿qué? Los resultados, dice Charlton, "apoyan la
opinión de que las mujeres usan (o ancestralmente usaban) la capacidad
de los compositores masculinos para crear música compleja como criterio
para la elección de hombre". Eso, en cambio, sugeriría que la complejidad
musical en sí misma surgió de una 'carrera armamentística' en la que los
músicos se esforzaban cada vez más por probar su destreza y cortejar a
una compañera. Sin embargo, aunque los resultados de Charlton son interesantes, están lejos de ser concluyentes.
El tradicional gamelán indonesio es la música más compleja del mundo.
Por ejemplo, la música más compleja, según
algunos estudios, es el gamelán indonesio, que se encuentra entre las
más sociales, devotas y no sexualizadas de toda la música del mundo. También hay pocas evidencias que sugieran que la música ha mostrado una tendencia firme hacia una mayor complejidad. Y es muy difícil desenmarañar las preferencias de un oyente por un compositor de sus preferencias por la música real. Esto último, en general, muestra un pico de "complejidad preferida", más allá de la cual, la preferencia se reduce. Cuando la música de los Beatles se volvió más compleja, por ejemplo, sus ventas bajaron. Y esto es incluso antes de que entremos en el
asunto turbio de cómo las capas culturales influyen en las conjeturas
que las mujeres podrían hacer sobre compositores ficticios, basándose en
un pequeño fragmento de "sus" melodías.
Se requiere más trabajo entonces, o en otras palabras, si la música es el alimento del amor, que siga sonando Fuente: BBC Ciencia