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10 de abril de 2018

Describen cómo las células del pez cebra regeneran el corazón tras un infarto

  • Sus células cardiacas tienen un alto grado de plasticidad para reparar un daño

  • Los cardiomiocitos internos contribuyen a regenerar las paredes del corazón

Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) y la Universidad de Berna (Suiza) han descubierto un mecanismo que ayuda a las células cardiacas del pez cebra a regenerar el corazón después de un infarto, un hallazgo que podría tener implicaciones en el abordaje de esta enfermedad en humanos.

Tras un infarto agudo de miocardio el corazón humano pierde millones de cardiomiocitos, las células que componen el músculo cardiaco, según explican los autores de este trabajo, cuyos resultados publica la revista Nature Communications.

Pero algunos animales, como el pez cebra, tienen una alta capacidad regenerativa y logran recuperarse tras un daño cardiaco con nuevos cardiomiocitos, lo que hace que se hayan convertido en un modelo muy usado en investigación como "inspiración para el desarrollo de futuras terapias regenerativas", ha explicado Héctor Sánchez-Iranzo, uno de los autores del estudio.

Durante ese proceso las células que componen el músculo cardiaco de estos peces se dividen para renovar el tejido lesionado, pero se desconoce en gran medida si todas las células contribuyen de la misma manera a la reconstrucción del músculo cardiaco.

La plasticidad celular, esa capacidad de las células de convertirse en otros tipos de células, es un proceso que se observa frecuentemente durante el desarrollo, pero nunca se ha observado durante la regeneración en un animal adulto.

Acción regeneradora de los cardiomiocitos

Por ello, en este caso los autores estudiaron dos tipos de cardiomiocitos, unos localizados en la parte más interna del corazón, las trabéculas, y otros en el exterior.

Durante el proceso de regeneración se ha asumido por norma que cada tipo celular da lugar al mismo tipo celular. Pero en la investigación del CNIC se muestra que, durante el proceso de regeneración del corazón, los cardiomiocitos trabeculares también contribuyen a la regeneración de las paredes del corazón.

En concreto, concluyen los investigadores, "indican que hay un alto grado de plasticidad en los cardiomiocitos del pez cebra y que, además, existen distintas formas de reconstruir un corazón dañado".
Fuente:

¿Qué determina el color de los ojos?

Marrón, azul, verde... ¿Cuál es el secreto detrás de cada color de ojos?

Los ojos suelen presentarse en muchas tonalidades, desde el marrón oscuro casi negro al marrón claro, y desde el verde, al avellana y o del gris al azul. Pero, a pesar de las muchas variaciones que percibimos, en realidad solo hay dos pigmentos diferentes en nuestros ojos: el marrón y el rojo.

El área coloreada en la parte frontal del ojo se llama iris. Tiene alrededor de 12 milímetros de diámetro y una abertura en el medio, que se llama pupila. El iris está hecho de tejido conectivo y un músculo delgado que le permite abrirse y cerrarse en respuesta a la luz.

Nuestro color de ojos se compone de
diferentes cantidades de pigmento y del tejido conectivo que forma parte del iris.

El pigmento que hace que nuestros ojos se vean oscuros


Las células del iris que producen el pigmento se llaman melanocitos y también son responsables del color de nuestro cabello y de nuestra piel. Los melanocitos pueden producir dos tipos diferentes de pigmentos: eumelanina, que es marrón-negro, y la feomelanina, que es roja.

Así, los ojos oscuros (los color azabache o casi negros) son los que más pigmento tienen (de eumelanina) y, por el contrario, los ojos azul claro tienen la menor cantidad de pigmento. Los ojos de tonalidad azul claro tiene mayor prevalencia en individuos de ascendencia europea.

Sin embargo, no existe pigmento azul en nuestros ojos. ¿Por qué son azules entonces? Debido a las fibras de colágeno blanco en el tejido conectivo en el iris. Estas fibras dispersan la luz y hacen que el iris se vea azul.


Los colores de los ojos que se encuentran entre los extremos de color marrón oscuro y azul claro tienen
cantidades variables de pigmento y áreas sin ningún pigmento. Esto conduce a los colores únicos que vemos en forma de verde, avellana y gris.

Pero no es solo el color lo que hace que nuestros ojos sean únicos;
la topografía física del iris también juega un papel importante. Cuando examinamos nuestros ojos de cerca, podemos ver varios patrones. El más fácil de detectar es el anillo pigmentado, que es un anillo de color que rodea la pupila.

Las áreas donde las fibras de colágeno son menos densas se ven como depresiones o surcos y se denominan estromas de Fuchs. Las manchas blancas, o los denominados nódulos de Wolfflin, se deben a puntos conflictivos de fibras de colágeno. Y Nevi, por otro lado, son manchas oscuras que se producen como resultado del aumento de la producción de pigmento por parte de un grupo de melanocitos.

Entonces,
¿qué regula esta increíble variedad de colores y patrones en nuestros ojos?

Los genes y los ojos


Durante muchos años, los genetistas creyeron que un solo gen era responsable de decidir el color de ojos de un individuo, con ojos marrones dominando a ojos azules. Sin embargo,
dos padres con ojos marrones pueden tener hijos de ojos azules.

Si bien el color de los ojos es un rasgo heredado, hoy sabemos que es mucho más complejo: varios genes contribuyen al espectro de colores que vemos en la población.

En lo que respecta al color de los ojos, el número total de genes responsables actualmente se sitúa en 11. Un grupo de investigadores, dirigido por Manfred Kayser, profesor de biología molecular forense en el
Erasmus University Medical Center Rotterdam en los Países Bajos, analizó recientemente variantes en estos genes en más de 3.000 personas de siete países europeos.

Al comparar estos perfiles genéticos con un nuevo método para evaluar el color de los ojos en las fotografías, los científicos pudieron predecir con fiabilidad el color de los ojos en la mayoría de los casos. Sin embargo, creen que "futuros estudios de asociación del genoma probablemente entcuentren nuevos genes de pigmentación y nuevas variantes de ADN predictivo de pigmentación".

Así las cosas, la genética del patrón ocular está aún en sus inicios, con algunos de los varios miles de genes implicados en el desarrollo del iris bajo investigación.

Mientras continúa la búsqueda de todos los jugadores genéticos que participan en el color y el patrón de los ojos, podemos seguir maravillando por el hecho de que herramientas tan sencillas sean capaces de producir una variedad tan amplia y espectacular de colores de ojos individuales en nuestra población. 

Tomado de:


Radiografía de los primeros 'sapiens' que salieron de África


Hallazgo en Israel, cerca de la ciudad de Haifa, de una mandíbula humana. El inidviduo tenía entre 20 y 30 años.
 
Hace seis años, cuando estaba embarazada de su segundo hijo, la paleontóloga española María Martinón Torres fue a Israel. Viajó con José María Bermúdez de Castro, uno de los tres directores de Atapuerca, para estudiar unos dientes hallados en Qesem, un yacimiento donde se especulaba que habían encontrado fósiles de Homo sapiens. Allí conocieron en persona a Israel Hershkovitz, que en un momento de su viaje, les enseñó el fragmento de una mandíbula que había encontrado en la cueva Misliya para pedirles su opinión. Martinón no tuvo dudas de que aquel maxilar pertenecía a un individuo de nuestra especie: "Era un sapiens de libro", recuerda por teléfono la científica, actual directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH). "Nunca tuvimos dudas", corrobora Bermúdez de Castro.

La mandíbula en cuestión ha resultado ser una pieza clave de nuestro puzle evolutivo. Y es que, tras un largo y minucioso análisis y tres dataciones distintas -una de ellas realizada en Burgos por Mathieu Duval-, el equipo liderado por Hershkovitz, en el que hay una importante presencia española, ha anunciado esta semana que no sólo pertenece, efectivamente, a un Homo sapiens, sino que éste vivió hace entre 177.000 y 194.000 años, lo que significa que nuestra especie salió de África mucho antes de lo que se pensaba: al menos 50.000 años antes de lo que indicaban los huesos hallados hasta ahora.

Pero llegar a esta conclusión no ha sido un proceso rápido ni fácil, pues el fósil descrito en la revista Science fue descubierto en 2002. Según explica a EL MUNDO Israel Hershkovitz, cuando lo encontraron no sospecharon la relevancia que tendría: "Estuve allí en el momento del descubrimiento. Tardamos un año en limpiarlo y otros 10 en hacer las dataciones y terminar el análisis de la mandíbula y los dientes", detalla a través de un correo electrónico.

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia

7 de abril de 2018

Zuckerberg testificará el 11 de abril en el Congreso de EE UU por la fuga de datos de Facebook

El máximo responsable de la red social dará explicaciones sobre el uso político de la información de 50 millones de usuarios.

El próximo miércoles 11 de abril. Ese día Mark Zuckerberg, fundador y máximo responsable de Facebook, testificará bajo juramento ante el Comité de Comercio y Energía de la Cámara de Representantes para dar explicaciones sobre la fuga masiva de datos de la red social. El gigante tecnológico vive su mayor crisis después de revelarse que la consultora Cambridge Analytica tuvo acceso a información de 50 millones de usuarios sin que la inmensa mayoría de ellos lo supieran. Esos datos fueron utilizados por el equipo de Donald Trump para tratar de segmentar a votantes durante la campaña electoral a las presidenciales de 2016.

El Comité de la Cámara confirmó este miércoles la asistencia de Zuckerberg, que también ha sido llamado a declarar por otros paneles del Senado. En cambio, el jefe de Facebook ha declinado dar explicaciones ante el Parlamento británico. Esa es la misma estrategia que había seguido hasta ahora la compañía en el Congreso estadounidense, adonde siempre había mandado a personal técnico a hablar en las comparecencias.

Pero la crisis de Cambridge Analytica es de tal calibre que, desde que estalló, Zuckerberg se ha mostrado dispuesto a testificar ante los legisladores para apaciguar la creciente desconfianza de los usuarios y tratar de rebajar los deseos de mayor regulación a su invento. “Lo haré con gusto si es lo correcto. Lo que procuramos hacer es enviar a la persona de Facebook que tiene más conocimiento. Si se considera que ese soy yo, voy feliz”, dijo en una entrevista a la cadena CNN a finales de marzo.

“Esta audiencia será una oportunidad importante para esclarecer asuntos críticos sobre los datos privados de los consumidores y ayudar a todos los estadounidenses a entender mejor qué ocurre con su información personal en Internet”, señalaron en un comunicado el presidente y subpresidente del Comité de Comercio y Energía de la Cámara de Representantes, el republicano Greg Walden y el demócrata Frank Pallone respectivamente.

Facebook anunció en marzo la contratación de un equipo forense para determinar si Cambridge Analytica todavía poseía los datos de los 50 millones de usuarios. También admitió haber cometido "errores" y prometió mayores controles, pero se quedó lejos de adoptar reformas ambiciosas que impacten drásticamente en la esencia de su negocio: la gestión de los datos de usuarios.

El gigante tecnológico sostiene que cedió la información con una finalidad académica al entregarla a un experto en Reino Unido y que fue el académico el que violó las normas al cederlos a terceros cuando llegaron a la consultora británica. Alrededor de 200.000 usuarios de Facebook autorizaron ceder su información para una aplicación sobre una prueba de personalidad, pero sin saberlo compartieron también los datos de todos sus amigos, que acabaron siendo explotados políticamente por Cambridge Analytica.

Lea el artículo completo en:


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