El próximo miércoles 11 de abril. Ese día Mark Zuckerberg,
fundador y máximo responsable de Facebook, testificará bajo juramento
ante el Comité de Comercio y Energía de la Cámara de Representantes para
dar explicaciones sobre la fuga masiva de datos de la red social. El
gigante tecnológico vive su mayor crisis después de revelarse que la consultora Cambridge Analytica
tuvo acceso a información de 50 millones de usuarios sin que la inmensa
mayoría de ellos lo supieran. Esos datos fueron utilizados por el
equipo de Donald Trump para tratar de segmentar a votantes durante la campaña electoral a las presidenciales de 2016.
El Comité de la Cámara confirmó este miércoles la asistencia de Zuckerberg, que también ha sido llamado a declarar
por otros paneles del Senado. En cambio, el jefe de Facebook ha
declinado dar explicaciones ante el Parlamento británico. Esa es la
misma estrategia que había seguido hasta ahora la compañía en el
Congreso estadounidense, adonde siempre había mandado a personal técnico
a hablar en las comparecencias.
Pero la crisis de Cambridge Analytica es de tal calibre
que, desde que estalló, Zuckerberg se ha mostrado dispuesto a testificar
ante los legisladores para apaciguar la creciente desconfianza de los
usuarios y tratar de rebajar los deseos de mayor regulación a su
invento. “Lo haré con gusto si es lo correcto. Lo que procuramos hacer
es enviar a la persona de Facebook que tiene más conocimiento. Si se
considera que ese soy yo, voy feliz”, dijo en una entrevista a la cadena CNN a finales de marzo.
“Esta audiencia será una oportunidad importante para
esclarecer asuntos críticos sobre los datos privados de los consumidores
y ayudar a todos los estadounidenses a entender mejor qué ocurre con su
información personal en Internet”, señalaron en un comunicado el
presidente y subpresidente del Comité de Comercio y Energía de la Cámara
de Representantes, el republicano Greg Walden y el demócrata Frank
Pallone respectivamente.
Facebook anunció en marzo la contratación de un equipo
forense para determinar si Cambridge Analytica todavía poseía los datos
de los 50 millones de usuarios. También admitió haber cometido "errores" y prometió mayores controles,
pero se quedó lejos de adoptar reformas ambiciosas que impacten
drásticamente en la esencia de su negocio: la gestión de los datos de
usuarios.
El gigante tecnológico sostiene que cedió la información
con una finalidad académica al entregarla a un experto en Reino Unido y
que fue el académico el que violó las normas al cederlos a terceros
cuando llegaron a la consultora británica. Alrededor de 200.000 usuarios
de Facebook autorizaron ceder su información para una aplicación sobre
una prueba de personalidad, pero sin saberlo compartieron también los
datos de todos sus amigos, que acabaron siendo explotados políticamente
por Cambridge Analytica.
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