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31 de mayo de 2014

Controlar las hormigas de manera ecológica

Esta entrada está hecha para ayudar a -controlar ecologicamente – y no para aniquilar ,las hormigas que como todo en la creacion,estan cumpliendo una funcion determinada.

Odio el termino matar y tampoco me gusta matar absolutamente nada que esté vivo, pero la realidad es que hay algunas alimañas que deben ser controladas sino nos resultaría muy dificil la existencia. 

Para controlar las hormigas lo mejor es colocar granos crudos de arroz común por los lugares por donde pasan y que estas se lo lleven al hormiguero, en la humedad que genera este el arroz, posee almidón, este genera un hongo, alimentado por la humedad y el oxigeno, al crecer y quedarse sin oxigeno el hongo explota y mata a todas las hormigas de ese hormiguero y en 8 metros cuadrados no vuelven por 12 meses a crecer otro hormiguero.

Como sabemos todos los venenos contra insectos son muy contaminantes y dañinos para el ambiente y a la larga para nuestra salud. Asi que a usar este metodo ecológico para controlar las hormigas.

ants1-diarioecologia 

Fuente:

Diario Ecología

El hombre que quiere curar el cáncer imprimiendo virus



Se podría decir que Andrew Hessel cultiva la apariencia de un visionario. Expone sus ideas con una voz sugerente, viste de negro de pies a cabeza y luce una barba salpicada de canas que le da un cierto aire a Steve Jobs. Pero no es su perfil sino su ambición lo que le distingue de los demás ponentes en la reunión de innovadores que se celebra esta mañana en los salones de la Sociedad Histórica de Nueva York.


Hessel está aquí para explicar cómo se propone curar el cáncer antes que las grandes empresas farmacéuticas: detectando primero virus capaces de matar sólo las células tumorales y fabricarlos después artificialmente en un laboratorio con la ayuda de una impresora 3D. «Se llaman virus oncolíticos y los científicos experimentan con ellos desde hace décadas», explica a EL MUNDO unos minutos después de su conferencia. 

«Son patógenos muy débiles que infectan las células cancerosas y dejan intactas las células sanas. Algunas empresas empiezan a aprovecharlos con éxito en algunos ensayos clínicos. Lo que nadie ha logrado es diseñar esos virus en un ordenador y fabricarlos a la medida de cada paciente». 

Hessel no tiene familiares directos que hayan muerto de cáncer. Pero es consciente de la naturaleza de la quimioterapia, que mata por igual a las células sanas y a las cancerosas y provoca en el enfermo un sinfín de efectos secundarios. «Es como arrojar una bomba nuclear sobre Nueva York para acabar con una banda de delincuentes», dice sonriente. «Estoy seguro de que podemos dar con un método mejor». 

Lanzar al mercado nuevos fármacos es un proceso tortuoso que requiere décadas de ensayos clínicos y el visto bueno de las autoridades. Por eso Hessel no aspira a comercializar medicinas, sino a diseñar soluciones concebidas a la medida de cada paciente con la ayuda de los avances de la ingeniería genética y del poder creciente de la computación. 


Virus fabricados por Andrew Hessel en su laboratorio.
 
Virus fabricados por Andrew Hessel en su laboratorio. AUTODESK

«Primero extraeríamos una muestra de las células tumorales de una persona y después adaptaríamos los virus hasta desarrollar una terapia capaz de eliminarlas de un modo seguro», explica. «Sólo entonces inocularíamos los virus en esa persona. Al principio el tratamiento será gratuito para aquellos enfermos que quieran someterse a él. Pero mi objetivo es crear un modelo de suscripción similar al de Spotify en el que el cliente pague una pequeña cuota anual a cambio de tener acceso a la terapia cuando le detecten un tumor».

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia

30 de mayo de 2014

Las moscas piensan antes de actuar

Estos insectos se toman su tiempo a la hora de tomar una decisión importante 



Las moscas, a la hora de tomar una decisión importante, se toman su tiempo en recopilar y analizar la información. Al igual que los seres humanos, así es como tratan de dar con la opción correcta para no equivocarse. 

Este nuevo descubrimiento, publicado en la revista Science, demostraría que estos pequeños insectos (Drosophila) también poseen un cierto grado de inteligencia. Una facultad que ha sido hallada, además de en el ser humano, en algunos primates e incluso en algunas ratas y ratones, pero nunca antes en seres con cerebros tan pequeños como las moscas

«Esta es la evidencia más clara, hasta ahora, de un proceso cognitivo que se ejecuta en un cerebro muy simple», explica el profesor Gero Miesenböck , cuyo equipo realizó la investigación en la Universidad del Centro de Circuitos Neurales y de Comportamiento (CNCB) de la Universidad de Oxford (Reino Unido). Estas investigaciones no sólo ayudarán a conocer mejor a estos insectos, sino que también pueden contribuir a comprender mejor los procesos de aprendizaje en los seres humanos.

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia

Matemáticas: Dame un papel y te llevaré a la luna… (solución y más)

Como ya ha habido una persona que ha sido rápida en contestar a este acertijo o problema, voy a dar la solución y ampliarla un poco más.
Recordamos primero cuál era la pregunta que se hacía:
Imagina que tienes un papel lo suficientemente grande.

¿Cuántas dobleces tendrías que hacerle para llegar a la luna suponiendo que dicho papel tiene un espesor de una décima de milímetro (0,1 mm)?
 
Ten en cuenta que la distancia de la tierra a la luna es, aproximádamente, 384.400 km.

SOLUCIÓN


Si coges una hoja de papel, la doblas por la mitad, vuelves a doblarla por la mitad, la doblas otra vez por la mitad, y otra vez, y otra… cada vez te cuesta más ¿verdad?, es que cuando vas doblando tienes más capas que doblar, la primer doblez hace que tengas dos capas, la segunda el doble, es decir 4, la tercera otra vez el doble que son ahora 8, y así sucesivamente.


Por tanto, si un papel tiene un grosor de 0.1 mm, al doblarlo la primera vez tendrá el doble de grosor:

2 x 0,1 mm = 0,2 mm


Al doblarlo una segunda vez, el grosor será el doble que el anterior:


2 x 2 x 0,1 mm = 2 x 0,2 mm = 0,4 mm


Si lo doblamos una tercera vez, ahora el grosor será:


2 x 2 x 2 x 0,1 mm = 2 x 0,4 mm = 0,8 mm


Y así sucesivamente…

 Si doblamos el papel n veces, el grosor que tendremos será:



Por otro lado, el grosor al que nosotros queremos llegar realizando dobleces es la distancia que hay de la Tierra a la Luna, es decir, 384.400 km. Si lo expresamos en milímetros, serían:



En definitiva, nuestro problema se reduce a resolver la siguiente igualdad, donde la incógnita es n (el número de dobleces):
luna 1
multiplicando por 10 a los dos lados de la igualdad, tenemos:
luna 2
aplicando logaritmos en ambos lados de la expresión:
luna 3

o, lo que es lo mismo:
luna 4

Para calcular este logaritmo en base 2 hacemos un cambio de base a base decimal (base 10):
luna 5

Por tanto, respondiendo a la pregunta inicial que se nos hacía, con 42 dobleces superaríamos incluso la distancia que hay de la Tierra a la Luna.
¿Sorprendente?

Pues esto no es todo…
con 52 dobleces, alcanzaríamos los ciento cincuenta millones de kilómetros que nos separan del Sol.


después de haberlo doblado 58 veces, el espesor del papel será superior al ancho del sistema solar (que es aproximadamente doce mil millones de kilómetros)
y con 70 dobleces llegaría más allá de Alfa Centauro, que es la estrella más cercana a la Tierra y que se encuentra a 4 años luz (un año luz, la distancia que la luz recorre en un año, equivale a diez millo­nes de millones de kilómetros).
Con 86 dobleces el papel sería más ancho que nuestra galaxia y con 90 dobleces alcanzaría Andrómeda, la galaxia más cer­cana a la Tierra y que se encuentra a dos millones de años luz.
Con 100 dobleces, se encontraría a mitad de camino de los objetos más lejanos observados en el universo, a diez mil millones de años luz,


y con 101 más, sería más ancho que todo el universo conocido.
 
Estos sorprendentes resultados se deben al rápido crecimiento de las progresiones geométricas (1, 2, 4, 8, 16, 32, etc.), que aumentan a una velocidad extraordinaria y anti intuitiva.

El único problema de todo esto es que nadie ha conseguido doblar una hoja de papel ni 15 veces, por muy grande que fuera la hoja. El record está en 12 veces.
Fuente:

25 de mayo de 2014

'Homo Futbolensis': A los primates nos gusta jugar

  • Conecta con 'nuestro pasado más tribal' y llena el vacío de las guerras

  • Viaje a la antropología del fútbol por el autor de 'Yo, mono'

  • Nos gusta mirar para tomar partido por una manada

  • Entre los cazadores, los ronaldos, messis y diegos costas, se llevaban a las más bellas






Un amigo de la infancia de Charles Darwin contaba que cuando los niños invitaban a jugar al fútbol al futuro padre de la Evolución, prefería explorar por su cuenta en el bosque. Pero a principios del siglo XIX todavía no existía la pasión actual por este deporte. Hoy la fiebre futbolera sin duda hubiera llamado la atención del naturalista británico, ya que los comportamientos y actitudes que mostramos en los encuentros deportivos son universales. La histeria colectiva que desatan en todo el planeta partidos como la final de la Champions que enfrentará al Real Madrid con el Atleti nos lleva a pensar en sus orígenes biológicos, hundiendo sus raíces en el pasado hace cientos de miles de años.


El fútbol fue introducido en España a finales del siglo XIX por inmigrantes británicos que vinieron a trabajar en las minas. Estos obreros formaron los primeros equipos para pasar las horas muertas jugando entre ellos. Rápidamente se extendió por el resto de la población española debido a la facilidad con la que se puede practicar. A diferencia de otros deportes que requieren complejos equipamientos e instalaciones, en el fútbol sólo es necesario un balón. Pero según los antropólogos, la época en que emerge no es casualidad. En Europa, el fútbol se hace popular al mismo tiempo que desaparece la importancia de la caza para el sustento, es decir, cuando comienza la Revolución Industrial. Desde aquellos años, el fútbol se ha convertido en el deporte más extendido, practicado o seguido en los cinco continentes por cientos de millones de personas. 

Entonces, ¿esta pasión universal es producto de la casualidad o es consecuencia de alguna necesidad adaptativa? Desde la ciencia creemos que su éxito se debe a que el fútbol posee características que conectan con nuestro pasado más tribal, así como también con el desarrollo de las capacidades necesarias para ser un buen cazador y guerrero. Por esta razón, el fútbol -aunque también otros deportes de equipo como el rugby, el béisbol o el baloncesto- son los que más éxito han tenido en las sociedades contemporáneas, precisamente las que han sustituido el modo de vida del cazador-recolector por el trabajo asalariado y la industria. Pero también en las que el número de hombres que van a la guerra es mínimo comparado con tiempos anteriores. El deporte vendría a llenar ese vacío. 

La relación que existe entre la lucha y el deporte es patente. Perseguir, golpear objetivos con proyectiles o acechar a los enemigos son exigencias que encontramos en ambas actividades. Por ello, otros ven las raíces del deporte en las batallas bélicas. Una evidencia de la conexión entre la guerra y el deporte la encontramos en los Juegos Olímpicos de la antigüedad, que se celebraron durante más de 400 años en la ciudad griega de Olimpia. En ellos era costumbre llegar a una tregua que permitiera concentrarse y diera libertad de movimiento a los deportistas. Se enfrentaban varias ciudades independientes, muchas de las cuales estaban en guerra entre sí. Las disciplinas consistían en correr, saltar, luchar, lanzar jabalinas y competir en carreras de cuadrigas. Todas las pruebas ensalzaban virtudes que eran imprescindibles para los guerreros de entonces.

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia

El síndrome de alimentación nocturna "es real"


Hombre comiendo en la noche

Hay gente que se levanta por la noche con un hambre insaciable a pesar de haber cenado. Es posible que tenga el síndrome de alimentación nocturna.

Ahora, científicos del instituto de estudios biológicos Salk, en California, Estados Unidos, descubrieron un par de genes encargados de sincronizar los horarios de comida con el reloj biológico.
Cuando hay una mutación de estos genes, puede ocasionar lo que se conoce como síndrome de alimentación nocturna.

Este trastorno altera las horas de comida, lo que hace que la persona ingiera alimento de más y aumente de peso.

En el estudio, hecho en ratones y publicado en la revista especializada Cell Reports, se demostró como estos animales con mutaciones genéticas humanas sufrieron alteraciones en los patrones de comida, lo que les ocasionó un sobrepeso. 

"En realidad no esperábamos que podríamos separar el ciclo de sueño y el de alimentación, especialmente con una mutación simple", dice Satchidananda Panda, autor jefe del estudio y profesor asociado de Salk.

"Esto abre las puertas a un motón de preguntas sobre cómo se regulan estos ciclos".

Se estima que entre el 1% y el 2% de la población sufre de este síndrome, que recientemente fue clasificado como un trastorno de la alimentación. Uno de los síntomas es despertarse en la noche y no poder volver a la cama sin comer algo primero.

Mutaciones creadas

Con frecuencia los que padecen este trastorno eligen alimentos con un alto contenido calórico y poco saludable, lo que lleva al sobrepeso y algunas veces obesidad.

Mujer comiendo en la noche

Las personas con este trastorno suelen elegir alimentos con un alto contenido calórico.

"Durante mucho tiempo las personas desestimaron el síndrome de alimentación nocturna por no considerarlo real", cuenta Panda.

"Estos resultados en ratones sugieren que, de hecho, puede haber bases genéticas para el síndrome".

Los ratones del experimento tenían una versión humana del gen del reloj biológico. Cuando este gen fue silenciado, los animales comieron cuando en realidad deberían estar durmiendo.

Las mutaciones en el gen del reloj biológico implicaron trastornos en el sueño, lo que también hizo que los roedores durmieran más.

Los expertos piensan que los genes del sueño y la alimentación trabajan juntos para mantener estos dos ciclos sincronizados.

Una falla en cualquiera de los dos puede ocasionar interrupciones en los patrones de sueño y alimentación.

Sin embargo, los investigadores no han hecho pruebas para determinar si los humanos con este trastorno tienen la mutación genética que crearon en estos roedores de laboratorio.

Fuente:

BBC Ciencia
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