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14 de febrero de 2014

Yo Mono: La chimpancé multiorgásmica


En griego, la palabra orgasmo significa hinchazón y plenitud. Se describe como la descarga que se produce tras la tensión que se va acumulando en la actividad sexual. Lo experimentamos tanto hombres como mujeres. Muchos creían que era exclusivo de los humanos por su asociación directa con el placer sexual, pero no es así. Otros animales también practican sexo sólo por el placer que proporciona. Los primates, una vez más, dejan a cada uno en su sitio.

Según el psicólogo William Lemmon, se puede provocar el orgasmo en casi cualquier especie de primate. Su equipo llevó a cabo pruebas con hembras de chimpancé a las que estimulaba el clítoris y la vagina. Lemmón halló respuestas casi idénticas a las humanas: enrrojecimiento del clítoris, contracciones involuntarias, extensión de la vagina, espasmos en brazos y piernas, expresiones faciales y vocalizaciones asociadas, etc. Es decir, las chimpancés tenían verdaderos orgasmos y además "se dejaban estimular para continuar excitadas". Una de ellas lo permitió "hasta en diez ocasiones", registraron en su diario los investigadores.
Pero, ¿qué función han tenido los orgasmos en la evolución? Los científicos creen que para los machos suponen una recompensa que nos motiva para la búsqueda de más y más encuentros sexuales con los que pasar nuestros genes a la siguiente generación. Nuestro caso es simple. Pero en el caso de la mujeres su origen es aún un misterio. Según la teorías evolutivas, el orgasmo femenino favorece la eyaculación de los machos haciendo la fertilización más probable. El problema aparece cuando en nuestra especie, según un estudio publicado en el Journal of Sex Research, el 67% de las mujeres confiesa haber tenido falsos orgasmos alguna vez en su vida. Lo interesante es que los hombres lo hacemos también. En el mismo estudio se detectó un 27% de "actores masculinos".

Esta constatación es coherente con otra hipótesis sobre el origen del orgasmo que apuesta por la idea de que estas experiencias de placer cohesionan a las parejas, y también convierten a la hembra en más atractiva para los hombres. De hecho, en un estudio llevado a cabo por el Instituto de Psiquiatría de Nueva York y la Universidad de Columbia con 453 mujeres heterosexuales, las que percibían que sus parejas eran infieles fingían más orgasmos que el resto. También manifestaban más comportamientos orientados a conservar a su pareja. Los investigadores concluyeron que los orgasmos simulados son parte de una estrategia más amplia cuyo fin es retener a la pareja.

Aún falta mucho por saber sobre este fenómeno sexual, especialmente en lo que respecta a  su origen y funciones. Lo que sí podemos concluir es que se trata de un fenómeno compartido con otras especies y algo mucho más complejo, tanto en hombres como en mujeres, de lo pensado hasta ahora. Lo que ahora falta por descubrir es si los otros grandes simios los fingen también.
 Fuente:

9 de enero de 2014

¿Por qué los seres humanos pueden hablar?

En el lenguaje español, hay un refrán que enuncia “el hablar bien, nada cuesta”, y a pesar de las ciento de afirmaciones que alagan la veracidad de nuestro refranero, no nos queda otra opción que discrepar con éste. Millones de años han tenido que pasar, acompañados de procesos evolutivos y fisiológicos, para que el Homo sapiens fuera capaz de crear palabras y frases que adquirieran significados que todos los de su mismo grupo entendieran y compartieran. La mayoría de las especies animales son capaces de comunicarse entre sí, unas cuantas presentan vocalización, pero tan sólo el ser humano es capaz de generar un prácticamente ilimitado lenguaje hablado.
Para poder entender como el humano actual llegó a adquirir las habilidades lingüísticas que le hacen único, primero hay que conocer la anatomía y fisiología de su cerebro. Investigaciones anatómicas y fisiológicas han mostrado que hay una serie de circuitos neuronales que intervienen en el habla y que comprenden el área de Wernicke, la región temporoparietal y el área de Broca.
Según los estudios, el área de Wernicke es la encargada en el entendimiento de las palabras escuchadas, mientras que el área de Broca es la encargada de la producción de las palabras, ambas áreas están conectadas gracias al fascículo arcuato. Al tener una conversación, el sonido entra por nuestros oídos y es procesado por el área de Wernicke, que lo procesa, luego el cerebro trabaja la respuesta y la envía al área de Broca, que junto con las partes adyacentes en el cerebro se encarga de articular las palabras.
Partes del cerebro involucradas en el lenguaje articulado (Fuente: thebrain.mcgill.ca)

Partes del cerebro involucradas en el lenguaje articulado (Fuente: thebrain.mcgill.ca)

Pero teniendo en cuenta que esto se da en primates, hay que citar que no sólo los primates nos comunicamos. El lenguaje corporal se usa en la mayoría de los vertebrados, y unos cuantos de ellos también se ayudan de la vocalización para llevar a cabo sus funciones comunicativas. Pero, ¿qué nos hace diferentes a nosotros, los humanos? El ser humano es capaz de generar palabras y frases y describir cosas que ni siquiera existen, sin embargo, esa capacidad no se ha conseguido ver en ningún otro ser vivo a pesar de experimentos en los que se intentaba enseñar a chimpancés y a bonobos a hablar, nunca consiguiendo dicha meta. Sin embargo, sí se consiguió que individuos de estas dos especies fueran capaces de aprender y reproducir el lenguaje sordomudo y comunicarse gracias a él. Evidentemente, en un momento de la evolución nuestros caminos se separaron y nosotros adquirimos una habilidad única, pero la comunicación de los animales no comienza ahí.

Se piensa que el posible origen del habla humana reside en las neuronas espejo. Las neuronas espejo son una cierta clase de neuronas que son activadas con ciertos movimientos, pero más impresionante, cuando el individuo observa a otro animal o persona desarrollando una actividad, aunque hay que mencionar que no todas las actividades observadas generan una activación de las mismas. Esta activación neuronal promueve la imitación, así que el individuo copia lo observado, suponiendo en este caso también una activación de estas neuronas. Pero este tipo de neuronas no es único de primates, de hecho han sido encontradas y ampliamente estudiadas en las aves que son capaces de cantar distintas canciones para comunicarse. Se pudo ver en ellas que estas neuronas se activaban tanto cuando el pájaro cantaba como cuando escuchaba una canción de otro individuo de la misma especie, suponiendo este descubrimiento una fuerte base para los pilares del complejo lenguaje humano.
Chimpancé imitando a Jane Goodall (Fuente: www.monografías.com)

Chimpancé imitando a Jane Goodall (Fuente: http://www.monografías.com)

La neurociencia  supone que las neuronas espejo tienen un papel importante en los aspectos sociales, ya que ayudan a imitar y aprender  los patrones y conductas.  Además, como se puede imaginar, la imitación es una parte importante en el lenguaje, no hay más que pensar en las madres repitiendo a sus bebes una y otra vez la palabra “Ajo” para que el bebé la termine repitiendo. En humanos las neuronas espejo se encuentran en una zona circundante al área de Broca, además de en la zona que contiene la vista y la memoria. Rizzolatti y Arbib proponen en su hipótesis que los circuitos neuronales responsables del procesamiento del lenguaje evolucionaron desde un circuito neuronal espejo presente en los simios actuales.
Pero este no es el único factor por el que somos capaces de hablar, también intervienen el bipedismo, el incremento del tamaño cerebral, la asimetría del cerebro, la memoria funcional (encargada de retener información a corto plazo), nuestro aparato fonador,  y el gen FOXP2. La suma de estos factores, y probablemente otros que aún no se hayan descubierto, es la que nos da al humano esta característica única entre los seres vivos.

Fuente:

El efecto Paraguas

18 de octubre de 2013

Los bonobos aprenden a gestionar sus emociones como los niños humanos

Un bonobo abraza a otro tras perder una pelea en un santuario de Kinshasa.| Zanna Clay .

Un bonobo abraza a otro tras perder una pelea en un santuario de Kinshasa.| 

Durante años los sentimientos de los animales ha sido un tema tabú. Así lo cree el famoso primatólogo Frans de Waal, que durante décadas ha estudiado el comportamiento de nuestros parientes más próximos y ha encontrado sorprendentes similitudes con los seres humanos.

Su último estudio, publicado esta semana en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) y realizado conjuntamente con Zanna Clay (que en la actualidad se encuentra realizando trabajo de campo en la República Democrática del Congo) muestra cómo los bonobos aprenden a gestionar sus emociones de una manera muy parecida a cómo lo hacen los niños humanos. De manera espontánea ofrecen consuelo a otros miembros de su grupo que se muestran alterados tras verse involucrados en una situación angustiosa o peligrosa.

El bonobo ('Pan paniscus') es uno de nuestros parientes más cercanos. Compartimos con ellos la mayor parte de nuestros genes (según reveló la secuenciación del genoma del bonobo, sólo un 1,3% de nuestros genes son distintos a los de bonobos y chimpancés). Además, se le considera un animal más tolerante y pacífico que otros grandes simios, como los chimpancés, mucho más proclives a un comportamiento violento. Además, los bonobos suelen mostrar empatía hacia otros miembros de su grupo, tanto si son parientes como si no lo son.

Por todo ello, los científicos subrayan que estos resultados sobre cómo manejan sus emociones son importantes para entender la historia evolutiva humana.

La vuelta a la calma tras un disgusto

Los primatólogos del Centro Nacional de Investigación de Primates Yerkes, en la Universidad de Emory, estudiaron tanto la forma en que los bonobos controlan sus propias emociones cuando se ven involucrados en una situación angustiosa o de peligro (por ejemplo, cuando son derrotados en una pelea) como su reacción cuando son otros miembros de su grupo los que se llevan un disgusto.

Según comprobaron, aquellos individuos que recobraban la calma rápidamente eran también los que mostraban más empatía hacia sus compañeros. Una empatía que transmitían intentando calmarlos a través del contacto físico, por ejemplo, abrazándolos y besándolos. Los primatólogos consideran dar consuelo ofrecer un contacto espontáneo.

El estudio fue realizado con animales del santuario Lola Ya Bonobo, cerca de Kinshasa, en la Republica Democrática del Congo. La mayoría de los bonobos que llegan allí son huérfanos de víctimas de los cazadores que los matan para conseguir su carne y son rehabilitados en el centro. Allí sus cuidadores humanos intentan suplir el papel de sus madres biológicas.

No obstante allí también han nacido y se alojan algunos bonobos con sus madres. Una combinación que ha permitido comparar los comportamientos de huérfanos y no huérfanos y ha revelado una de las conclusiones más destacadas de este trabajo. Aquellos que habían pasado su infancia con su madre recobraban antes la calma tras un disgusto y mostraban mayor empatía hacia otros que los bonobos huérfanos de cualquier edad.

El papel de la madre

En total los científicos grabaron en vídeo y estudiaron 373 situaciones posteriores a un evento en el que un total de 42 bonobos divididos en dos grupos (de 22 y 20 individuos respectivamente) mostraron angustia o aflicción entre mayo y agosto de 2012.

A la vista de estos resultados los científicos creen que el papel de la madre es crucial a la hora de gestionar las emociones y aprender habilidades sociales. "Cualquier similitud fundamental entre humanos y bonobos probablemente se remonta a su último ancestro común, que vivió hace alrededor de seis millones de años", explica Frans de Waal en una nota de prensa.

El primatólogo sostiene que los estudios sobre las emociones animales pueden aportar información valiosa sobre la sociedad humana: "Estudiando la expresión de la aflicción y la excitación en los grandes simios y la manera en la que la manejan, hemos sido capaces de confirmar que una gestión eficiente de nuestras emociones es una parte esencial de la empatía", añade.

Fuente:

El Mundo Ciencia

9 de septiembre de 2013

Conozca a "Congo": El chimpancé pintor abstracto

El chimpancé pintor abstracto 'Congo', con las manos en la masa. | E.M.

El chimpancé pintor abstracto 'Congo', con las manos en la masa. | E.M.
Según las últimas investigaciones, sobre las paredes de las cuevas de Altamira y El Castillo (Cantabria) se encuentran pintadas unas manos y puntos rojos, datadas con una antigüedad de 40.000 años. Hasta el momento, representan las manifestaciones artísticas más antiguas de la humanidad. Pero, ¿es el arte un fenómeno exclusivo de nuestra especie o las bases cerebrales para que esto fuera posible comenzaron a desarrollarse muchos millones de años antes?

El zoólogo Desmond Morris, en los años sesenta, enseñó a pintar a varios chimpancés. Morris comprobó que los chimpancés tenían sentido de la composición. Dibujaban círculos y repartían las distintas figuras por el papel. El problema es que los recompensaban y pronto dejaron de tener interés. El trabajo comenzó a ser de la peor calidad y ya no existía armonía en sus pinturas. Morris, bromeando, afirmó haber encontrado los orígenes del arte comercial.

Poco después lo intentó con otro chimpancé llamado Congo. Esta vez permitió que empleara las pinturas de manera espontánea, es decir, sin un entrenamiento previo y sin recompensas. Cada día, se sentaba en una pequeña mesa de madera y pintaba a su antojo. Pronto comprobaron que Congo equilibraba las composiciones por sí mismo y se mantenía en los límites del papel. Si se le proporcionaba un dibujo ya empezado, él escogía los mismos colores. Por ejemplo, si un lado contenía rojo, él usaba el rojo también.

El chimpancé impresionista abstracto

Morris contó que una vez le quitó a Congo sus papeles y pinturas cuando estaba dibujando algo similar a un ventilador. Cuando pudo regresar, retomó el trabajo en el mismo punto que lo había dejado, mostrando que tenía un objetivo y no eran simples manchones.

A la edad de cuatro años ya había realizado cientos de obras y los críticos de arte lo calificaron de estilo "lírico abstracto impresionista". Las reacciones en el mundo del arte oscilaron entre el escepticismo y la admiración absoluta. El mismo Pablo Picasso tenía un cuadro de Congo colgado en su casa de París. Joan Miró, cambió dos de sus obras por una de Congo y Salvador Dalí declaró en una ocasión que Congo era el artista, y el pintor abstracto Jackson Pollock el auténtico chimpancé.

Uno de los cuadros de 'Congo'. | Congo

Uno de los cuadros de 'Congo'. | Congo

Desafortunadamente, Congo murió poco después por tuberculosis y la investigación se detuvo. Hace unos años, tres de las obras de Congo alcanzaron la cifra de 25.000 dólares en un lote subastado por la casa Bonhams, en Londres, junto a cuadros de Renoir y Andy Warhol.

Frans de Waal cuenta una anécdota que demuestra lo peligroso que puede ser interponerse entre un primate y sus creaciones. En el Zoo de Amsterdam, Bella, una chimpancé solía pintar muy concentrada y con tranquilidad, pero en una ocasión, el cuidador intentó quitarle los materiales en mitad del proceso creativo. Bella perdió los nervios e intento atacarle.

El ojo artístico de las palomas

Pero el arte, o al menos la capacidad para su percepción, no parece ser patrimonio exclusivo de los primates. Shigeru Watanabe puso a prueba la capacidad de las palomas para diferenciar cuadros de Monet de los de Picasso. Tras un entrenamiento con varios cuadros, se les mostraban unos nuevos. Entonces debían elegir a cuál de los dos pintores correspondían. Las palomas acertaron en un 90% de las ocasiones. Pero aún hay más, cuando se les enseñó cuadros de los impresionistas Renoir y Cezanne, los cuales nunca había visto, los agruparon junto a los de Monet, impresionista también.

El mismo equipo quería poner a prueba la capacidad de discriminar el "buen arte" del "mal arte" y poder establecer comparaciones con los parámetros y cánones que poseemos los humanos. Para poder hacerlo, primero pidieron a varios humanos que clasificaran en buenos y malos una gran cantidad de dibujos hechos por niños. Las palomas coincidieron en la mayor parte de las ocasiones con el juicio de los humanos.

Pero, ¿cómo perciben las figuras los primates no humanos? El primatólogo Tetsuro Matsuzawa llevó a cabo una serie de experimentos. Los resultados probaron que eran capaces de usar figuras geométricas complejas. Además, la percepción del color y de las formas resultó ser muy similar a la que tenemos los humanos.

Lo que sugieren todas estas investigaciones es que, a pesar de que las primeras manifestaciones artísticas humanas aparecen hace aproximadamente 40.000 años en el Paleolítico superior, cierto sentido de la estética, el gusto por la simetría y el reparto de figuras en el espacio, sentara sus bases mucho antes de que los primeros Homo Sapiens dejaran constancia de ello sobre las paredes de las rocas de la vieja Europa.

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Yo Mono (El Mundo)

8 de septiembre de 2013

Gina, la chimpancé adicta al porno

La chimpancé Gina, en el zoo de Sevilla. | Pablo Herreros

La chimpancé Gina, en el zoo de Sevilla. | Pablo Herreros
Hace un par de años, realicé una visita a todos los zoológicos de España donde poseían chimpancés con el fin de sondear la posibilidad de futuras investigaciones sobre su comportamiento. Para hacer reír a compañeros y amigos, lo llamaba el 'chimpatour'. Lo que nunca pude imaginar fueron las sorpresas que me tenía preparada una hembra de esta especie llamada Gina que habita en el zoo de Sevilla. La instalación donde vive cuenta con dos partes, una exterior donde poder jugar y otra interior donde protegerse del frío y el sol, ya que está cerrada y además cuenta con calefacción.

Debido a la intensa vida interior que poseen estos animales, hay que realizar un enriquecimiento ambiental para estimularles física y psicológicamente. Estos suelen consistir en hormigueros artificiales, juguetes y otro tipo de inventos que les obliguen a estar activos y agudizar el ingenio. Es el equivalente a una terapia ocupacional humana.

Para animar las noches a Gina, los responsables decidieron instalar una televisión con TDT protegida tras un cristal y darle el mando a distancia para que ella misma eligiera el canal que ver. En los primeros ensayos, los cuidadores visitaban a Gina para controlar que todo estaba en orden y no rompía los nuevos juguetes. La sorpresa fue mayúscula cuando comprobaron que en pocos días, Gina no sólo manejaba el mando a distancia a la perfección, sino que también solía optar por el canal porno para entretenerse, como muchos de nosotros hubiéramos hecho.

Aunque Gina no cargaba las películas a la tarjeta de crédito parlamentaria, como ocurrió con el marido de la ex-ministra del Interior Británica Jacqui Smith, el fácil acceso a imágenes por televisión o por las redes es un fenómeno muy reciente en la historia sexual del ser humano. Se estima que el negocio de este tipo de material pornográfico mueve unos 60.000 millones de dólares anuales y el número de consumidores aumenta cada día, mujeres incluidas.

A pesar de que un pequeño estudio estimaba que las películas porno sólo se ven unos 12 minutos de media, lo cierto es que los primates humanos y no-humanos poseemos una intensa vida sexual, probablemente fruto de una infinita capacidad para soñar y recrear con la mente situaciones, como demuestran los juegos, innovaciones y manipulaciones de las que somos capaces en otras áreas de la vida.
Un estudio de la Universidad de Ohio con jóvenes concluye que tanto hombres como mujeres tenemos como media entre 10 y 19 pensamientos referidos al sexo cada día. Un dato interesante es que para los machos, comida y sexo se visualizan mentalmente un número similar de veces.

Aunque muchos creen que el orgasmo es exclusivamente humano, en estudios de laboratorio, varias especies de primates experimentan aceleración del ritmo cardiaco y contracciones genitales en el clímax del acto sexual. También muchos animales se masturban y lo hacen tanto los machos como las hembras.
Los delfines se frotan contra el fondo marino e incluso usan objetos con este fin. Se han registrado episodios de masturbación en la mayoría de los primates, siendo los bonobos uno de los casos más llamativos por su alto grado de actividad. Ni Nacho Vidal podría competir con esta especie.






Vídeo: Bonobos, los primates del 'haz el amor y no la guerra'

Los bonobos son unos grandes simios tan cercanos genéticamente a nosotros como lo son los chimpancés, pero con una organización social y vida sexual completamente diferentes. En este gran simio, el sexo es la piedra angular de la sociedad ya que cumple funciones en la resolución de los conflictos y el establecimiento de vínculos entre los diferentes miembros del grupo. Pero también parecen buscar el sexo por el placer de practicarlo.

El amplio repertorio sexual de los bonobos sólo es comparable al humano. En los bonobos podemos encontrar comportamientos muy similares a los nuestros, como por ejemplo el beso con lengua, la cópula en todo tipo de posturas -misionero incluida-, la bisexualidad, la homosexualidad o la masturbación mutua. Las hembras de esta especie también se estimulan con gran asiduidad.

Obtener placer a través del sexo es un mecanismo favorecido por selección natural, mediante el cual se asegura que los individuos deseen los encuentros sexuales. Cuando el fin es reproductivo, este es un método muy eficaz para la mejora del ADN.

Pero en algunas especies de animales, este deseo ha sido tan fuerte que se ha independizado de su función original y ahora buscamos sexo con otras intenciones que no tienen por qué perseguir la descendencia. Al igual que otros comportamientos de los que depende nuestra supervivencia, como por ejemplo la comida o las relaciones sociales, el sexo también nos genera profunda satisfacción.

Fuente:

Yo Mono (El Mundo)

8 de agosto de 2013

La fidelidad del macho es fruto evolutivo para evitar los infanticidios

Un estudio en primates demuestra que los animales fieles cuidan y protegen más a los descendientes.

Reproducción y comida son los principales motores evolutivos. Pero ¿dónde encaja la monogamia (o el hecho de que un macho se sienta vinculado a una o un grupo de hembras) en este proceso? Investigadores de las universidades de Londres, Manchester, Oxford y Auckland han estudiado los comportamientos de 239 especies de primates –humanos incluidos- y han llegado a una sorprendente conclusión: la fidelidad del macho sirve para proteger a las crías de los infanticidios a manos de otros ejemplares. Lo publican en PNAS.

La razón de esta protección está en que las crías –y sobre todo en especies que tienen que dedicar mucho tiempo a su crianza- son un obstáculo para un nuevo proceso reproductivo. Las hembras no son receptivas mientras tienen que estar pendientes al completo de la descendencia. Y para un macho nuevo que llega eso es un obstáculo. Animales como los leones lo solucionan mediante un infanticidio generalizado: cuando un nuevo macho se hace cargo de la manada, lo primero que hace es sacrificar a los descendientes del macho desplazado. De esta manera las hembras, libres de la crianza, vuelven a tener el celo.

En algunos primates se han visto comportamientos parecidos. De ahí que para la hembra y las crías, mantener la relación con el progenitor sea tan importante. Este las defiende, y además puede ayudar en el cuidado de los ejemplares jóvenes. De esta manera el ciclo reproductivo se acorta, explican los investigadores. Esto es muy importante según el desarrollo cerebral se va haciendo más complicado, ya que el proceso de aprendizaje de las crías es cada vez más complicado y estas son dependientes de la madre durante más tiempo.

“Es la primera vez que se han verificado sistemáticamente las teorías de la monogamia en primates, demostrando de manera concluyente que su causa es evitar los infanticidios”, ha dicho el antropólogo de la Universidad de Londres Kit Opie.

Susanne Schultz, de la Universidad de Manchester, añade: “Lo que hace este estudio tan emocionante es que nos permite bucear en nuestro pasado para entender los factores que fueron tan importantes para hacernos humanos. Una vez que los padres deciden quedarse y cuidar de los pequeños, las madres pueden cambiar sus decisiones reproductivas para tener más descendencia y con un desarrollo cerebral más complejo”.

Fuente:

El País Ciencia

2 de agosto de 2013

La vida de estrellas de los primeros monos 'astronautas'


"Casi inmediatamente después de volver del espacio, Able y Baker fueron tratados de manera diferente y se convirtieron en lo que se sospecha que fue una campaña de relaciones públicas masivas de EEUU para promover los viajes espaciales, convirtiendo a estos primates en 'celebrities' involuntarias". Así resume Jordan Bimm, de la Universidad de York (Toronto), la insólita vida de los primeros primates que viajaron al espacio y volvieron con vida, en un artículo que se acaba de presentar en el 24º Congreso Internacional de la Historia de la Ciencia, Tecnología y Medicina (iCHSTM) de la Universidad de Manchester. 
Able y Baker fueron lanzadas al espacio por la NASA el 28 de mayo de 1959 en una de las expediciones previas a que se enviaran las primeras misiones tripuladas por astronautas humanos.
Desde el punto de vista científico, la expedición fue un éxito y a partir de ese momento, estos simios se despidieron de su vida animal y comenzaron a ser tratados como si fueran personas.

Nada más volver del espacio, Able y Baker fueron presentados a la prensa en la sede de la NASA en Washington DC. La prensa, los funcionarios de la agencia espacial astadounidense e incluso los médicos militares les trataban como a seres humanos, con sus privilegios y obligaciones. Tanto es así que dos semanas después de su regreso aparecieron en la revista 'Life'.

Able se sometió a una operación rutinaria para quitarle un electrodo que se le había implantado con anterioridad. Murió a causa de la anestesia a pesar de que al implantárselo había recibido una dosis similar sin problema. "Los intentos desesperados de los médicos para salvarla y la forma en que estos momentos fueron capturados por los periodistas, así como su posterior presentación a modo de ensayo fotográfico, eran fenómenos generalmente reservados para las personas, pero Able fue tratada más como un ser humano que como un animal, sobre todo porque el Gobierno de los EEUU quería que ver a largo plazo cómo le afectaba el viaje espacial," explica Bimm.

Una mona interpreta a Able en la película 'Noche en el museo'. | NASA

Una mona interpreta a Able en la película 'Noche en el museo'. | NASA

Una vida de 'celebrities'

Sin embargo, aquí no acabó el salto a la fama de Able ya que, tras su muerte fue exhibida en el museo Smithsonian de EEUU. La presentaron con una mano en el pecho y la cabeza mirando al cielo. En 2009 apareció como personaje de la película 'Noche en el museo'.

A Baker, por su parte, le esperaba una longeva vida mediática. En 1962, mediante una ceremonia de "boda", Baker se casó con un mono ardilla macho llamado 'Big George'. No se sabe bien las razones, pero Baker nunca tuvo descendencia.

En 1984, esta mona murió a la sorprendente edad de 27 años y fue enterrada en el museo 'Space and Rocket Center' de Alabama, bajo una lápida con un epitafio en el que aparece con el nombre de Miss Baker.

Según explica Jordan Bimm, "han sido muchos los animales enviados al espacio, pero no nos acordamos de ellos en absoluto, a menos que exista cobertura en los medios. Solo un pequeño porcentaje se populariza, y se tiende a pensar en estos como si tuvieran algún tipo de estatus humano honorario en virtud de su aportación con la ciencia".

Sin embargo, para el autor del estudio, esta fantasía humana con fines publicitarios encubre la violencia a la que se está sometiendo a estos animales, haciendo que parezca, a base de intentar convertirlos en humanos, como si ellos hubieran elegido su destino.

Fuente:

El Mundo Ciencia

25 de julio de 2013

La fauna de la playa (2): Marcar el territorio


Los primates deben dejar clara su posición en la jerarquía allá donde van. Las playas no son una excepción y también en estos contextos la demuestran. Los individuos más poderosos casi siempre se ubican en los barcos que anclan a la vista de todos. En algunas de las playas, es posible alquilar los mismos toldos fijos año tras año. En realidad, estos trozos de tela marcan un territorio cuyos límites coincide con la sombra que proyectan sobre la arena.

Existen playas para diferentes usos y segmentos sociales. Las peores suelen estar frecuentadas por los extranjeros o 'guiris' que desconocen la zona. Algunas son preferidas por los jóvenes para interaccionar entre ellos y practicar el cortejo. Otras, son colonizadas por familias de primates humanos al completo, las cuales instalan un sofisticado mobiliario y establecen una zona de fuego con el que cocinar. A estos últimos se les denomina popularmente domingueros.

El caso más interesante de estratificación social reflejada en la playa que conozco es el de las Playas 1 y 2 del Sardinero, en Santander. El nombre proviene de la posición social del tipo de personas que las frecuentaban. En la 1, las arenas son más finas y por tanto de más calidad. En ésta, la burguesía tomaba "baños de ola" tapados hasta las orejas desde mediados del s. XIX. En la 2, más popular, uno podía comerse un bocadillo sin ser mal visto por los allí presentes. Aún hoy existen reminiscencias de aquella división clasista en la capital cántabra.

Tampoco en las playas uno debe mostrar sus debilidades ni por asomo. Si el agua está helada y una hembra pregunta a un macho "¿cómo está el agua?", entonces éste debe afirmar: "¡está buenísima!" o "el Caribe no refresca".

Pero sobre la arena también se relajan y disfrutan. Se aplican cremas protectoras unos a otros, juegan y duermen. El grooming o acicalamiento es una actividad frecuente entre la fauna playera. Las parejas más estables se inspeccionan el cuerpo el uno al otro, preferiblemente la espalda, en busca de irregularidades de la piel y hacen explotar los granos que están en fase más avanzada.

Apareamientos nocturnos

Algo que intriga a científicos de medio mundo y permanecerá cubierto de un halo de misterio durante mucho tiempo es el por qué los primates humanos seguimos marcando los océanos con orina, cuando hace cientos de millones de años que salieron del agua. Debe tratarse de un reflejo inconsciente producto de nuestro pasado acuático.

Por las noches, el escenario es frecuentado por primates completamente diferentes. Al caer el sol, las playas se convierten en lugar de apareamiento y se llenan de primates humanos que demuestran su amor de manera abierta. Para los más trasnochadores y afectados por las consecuencias de la marcha nocturna, las arena también puede servir de nido improvisado hasta que sale el sol.

En este punto, puede que el lector tenga la percepción de que es en estos ambientes donde sale el lado más casposo del ser humano. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que las playas, al igual que los estadios de fútbol o las verbenas de los pueblos, son entornos en los que debido a su naturaleza pública, existe una continuidad con otros escenarios de la vida social de los primates humanos. La playa se ha convertido en un escenario más, donde queda reflejada la selva que todos llevamos dentro.

Fuente:

El Mundo Ciencia
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