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7 de febrero de 2013

Los salmones emplean campos geomagnéticos para regresar a casa

Salmón

Los salmones recorren miles de kilómetros para regresar al lugar en el que nacieron.

Científicos estadounidense aseguran haber resuelto el misterio de cómo los salmones logran localizar, tras navegar miles de kilómetros en mar abierto, el río en el que nacieron y al que van a morir.

Los investigadores de la Universidad Estatal de Oregón dicen haber comprobado que estos peces memorizan los campos magnéticos de la Tierra, lo que les permite encontrar el lugar en el que salieron al mar.

Una vez localizado el río, se guiarían por el sentido del olfato para encontrar el lugar exacto en el que nacieron y al que van a desovar y morir.


Fuente:

BBC Ciencia

28 de enero de 2013

El cambio nclimático y la migración masiva de peces hacia el océano Ártico


El deshielo provocará la migración de peces hacia mayores latitudes. | E.M.

El deshielo provocará la migración de peces hacia mayores latitudes. | E.M.
Los impactos del cambio climático en el Ártico están provocando una migración masiva de peces hacia latitudes más altas, según han podido constatar los científicos, que intentan responder a la pregunta de qué especies marinas "colonizarán" el océano profundo cuando quede sin hielo.

La segunda fase del Congreso Internacional sobre el Ártico, 'Arctic Frontiers', que se celebra esta semana en la ciudad noruega de Tromso, ha reunido a varios centenares de científicos implicados en investigaciones sobre la vida subacuática en este océano, cada vez menos glacial.

El objetivo: que expongan su conocimiento sobre la zona más desconocida del Ártico: los aproximadamente 2,8 millones de kilómetros cuadrados de océano profundo que hasta ahora han permanecido permanentemente helados, pero que, según las previsiones más optimistas del propio Consejo Ártico, podrían quedar libres de hielo en verano entre los años 2030 y 2040.

¿Habrá productividad marina en las aguas, de unos 4.000 kilómetros de profundidad, que rodean el Polo Norte cuando quede libre de hielo? ¿Querrán colonizarlas ballenas, rodaballos y bacalaos? Y, en caso afirmativo, ¿habrá pesca comercial en estas aguas internacionales?

Impactos del cambio climático

La franja marina que rodea el núcleo helado del Ártico (el mar de Barents, el norte de Islandia, el noroeste y nordeste de Groenlandia y el mar de Bering, entre Estados Unidos y Rusia) es uno de los territorios pesqueros más productivos del planeta, de donde procede el 20 % del pescado que se consume en el mundo.

Sin embargo, los impactos del cambio climático están desplazando los caladeros cada vez más al norte, ante "la pérdida de productividad marina en la zona sur".

"El calor acumulado en la atmósfera debido al calentamiento se transfiere al océano y se traduce, a su vez, en estratificación y en pérdida de nutrientes en bajas latitudes", explica Paul Wassmann, profesor de Ecología Marina de la Universidad de Tromso.

Por el contrario, al perder el hielo "las zonas del Norte absorben una luz que antes no captaban, adquieren más nutrientes y por tanto, son más productivas", agrega.

De este modo, los científicos del Instituto de Investigación Marina de Noruega (IMR en sus siglas en inglés) han constatado un 'significativo' desplazamiento hacia el norte de poblaciones de especies comerciales como el capelán, el rodaballo de Groenlandia, el bacalao ártico o el arenque.

La pregunta es, de continuar estos cambios en sus ecosistemas como prevén los científicos, si seguirán las especies marinas migrando hacia el océano profundo.

"Necesitamos más ciencia para responder a esa pregunta", apostilla Wassmann en una entrevista con Efe, "pero todo indica que la respuesta estará en si hay o no disponibilidad de nutrientes".

Riesgo de colonización

"A medida que aumente el deshielo el mar captará más luz, pero para ser más productivo y atraer a las especies necesitará también nutrientes; es como un hortelano en España que reciba una luz excelente para hacer creer sus hortalizas pero no disponga de un suelo fértil", apunta este científico alemán afincado en Noruega.

Harald Loeng, director de Investigación del IMR, ha estudiado el potencial de las especies pesqueras comerciales de colonizar las inmediaciones del Polo Norte.

En sus investigaciones, ve un alto potencial 'colonizador' para las ballenas, el tiburón de Groenlandia, la raya ártica, el cangrejo de nieve o el bacalao ártico; y "posibilidades de expansión mucho más al norte" para el capelán, el arenque o el bacalao atlántico, aunque no en las latitudes más altas.

Loeng indica que todo dependerá del tiempo que dure la temporada de deshielo, la distancia a la que se sitúen sus nuevas zonas de reproducción y la fidelidad hacia las mismas, y, esencialmente, de la cantidad de comida disponible.

Tanto Loeng como Wassmann ven improbable que en el centro del océano Ártico haya pesca comercial en menos de diez o quince años, aunque no dudan de que a finales de siglo, como bromeó el científico canadiense Steven Fergunson, las ballenas hayan sustituido a los osos polares como los mayores predadores del Ártico.

Fuente:

El Mundo Ciencia

14 de diciembre de 2012

Medicamentos, los nuevos contaminantes de las aguas


Pescados

Los medicamentos llegan al océano después de ser consumidos.

¿Dolor de cabeza después de una jornada agotadora de trabajo? La solución la tenemos muchas veces al alcance de la mano en la mesa de noche: dos antiinflamatorios con un vaso de agua y se acabó el problema.

Fin del dolor para los humanos, pero probablemente el inicio de una real amenaza para las peces. Los residuos de los medicamentos son los nuevos contaminantes de las aguas del planeta.
Resulta que la próxima vez que vaya al baño, renovado y probablemente sin jaqueca, eliminará a través de la orina entre el 50 y el 90% de la pastilla que tomó para aliviar el dolor. Estos residuos viajan por el desagüe y van a parar a las aguas servidas.

Al no existir mecanismos de depuración 100% efectivos, los residuos regresan a las aguas donde peces, crustáceos y miles de especies marinas terminan consumiendo el resto de ese medicamento que los humanos desechamos.

Los científicos europeos están alarmados por la situación. En Francia, un grupo de investigadores encontró residuos de ibuprofeno, aspirina y antidepresivos en las superficies de ríos cercanos a Burdeos y hasta en el famoso río Sena, que atraviesa la ciudad de Paris.

Del cuerpo al océano

"Hemos recomendado realizar estudios para medir el impacto a largo plazo que puede tener para la salud humana la presencia de estos residuos en el agua "
María del Pilar González, ONU

"Estos residuos de medicamentos pueden causar problemas en la reproducción de la especie marina y además bajan las defensas de su sistema inmunitario", le dijo a BBC Mundo Philippe Garrigues, del Instituto Nacional de Investigación (CNRS, por sus siglas en francés) de Francia. El nivel de toxicidad y su impacto en las especies está en estudio.

En España, los investigadores encontraron residuos de medicamentos en los tejidos de algunos peces como anguilas y carpas en los ríos Llobregat, Júcar y Guadalquivir.

A un ser humano el diclofenaco (más conocido como Voltarén) le puede desinflamar un tobillo o eliminar su dolor de espalda. Pero el impacto es negativo cuando este fármaco llega a una especie marina. Puede, por ejemplo, disminuir su fertilidad.

También se han encontrado en ríos de España concentraciones de hormonas y esteroides provenientes de los residuos de las pastillas anticonceptivas.

"Esto altera el equilibrio de reproducción, inducen un cambio de sexo en los peces haciendo que las poblaciones sean fundamentalmente de hembras", le dijo Alberto Fernández del grupo ecologista WWF (World Wide Fund Nature) a BBC Mundo.

El champú y el maquillaje también

Nuestra higiene cotidiana también contribuye contaminar las aguas del planeta. Algunos de los componentes del champú que utilizamos en la ducha diaria o los compuestos del maquillaje femenino son una amenaza para las especies marinas.

Estos residuos tampoco están siendo eliminados en el proceso de purificación de las aguas. "Esto se debe a que cuando las estaciones de depuración fueron construidas en Francia, no fueron concebidas para tratar este tipo de productos en las aguas", dijo Garrigues.

En España hay un panorama similar. Solo se purifica el 50% de las aguas residuales urbanas, según le confirmó a BBC Mundo el grupo ecologista WWF.

Aspirinas

Cualquier aspirina que uno consume, en algún momento la expulsa. Ya después llega al mar y perjudica a los animales. 

La situación es aún más preocupante cuando estas aguas, que contienen nuestros desechos sin ser totalmente depurados, llegan a míticos lugares como el Parque Nacional de Doñana, situado en Andalucía, España, donde habitan más de 200 mil aves marinas.

A la lista de estos "nuevos" contaminantes también se suman el champú para perros y otros líquidos desinfectantes. En los ríos de Francia los científicos encontraron residuos de esos productos que se utilizan para el cuidado de animales.

"Muchas veces se trata de algunos nanogramos de estos productos por litro, pero aún es difícil establecer su toxicidad o establecer una relación de causa-efecto porque son productos de los cuales no tenemos muchos datos", señala Garrigues.

Qué dice la ONU

Para Naciones Unidas, hay un reconocimiento del impacto global de la situación.

"Hemos recomendado realizar estudios para medir el impacto a largo plazo que puede tener para la salud humana la presencia de estos residuos en el agua", le aseguró a BBC Mundo María del Pilar González, de la Oficina de la ONU para el apoyo al Decenio Internacional para la Acción del Agua.

Para los científicos una de las soluciones es modernizar y actualizar los métodos de depuración del agua. Hoy en día solo se elimina el 40% de estos incómodos residuos, según González.

Pero la otra parte de la solución está en nuestras manos. Los investigadores aseguran que hay que ir a la fuente del problema.

No tenemos que llegar al extremo de renunciar a tomar una ducha con champú, siempre que utilicemos cantidades razonables.

Según la Organización Mundial de la Salud, el 50% de los fármacos son empleados de manera inapropiada.

Fuente:

BBC Ciencia

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27 de noviembre de 2012

¿Por qué no podemos respirar debajo del agua?

Seguramente, lector, se habrá preguntado alguna vez por qué los seres humanos no tenemos la habilidad para respirar bajo el agua, como lo hace Acuamán o el Hombre de la Atlántida, o… los peces. Una de nuestras fuentes de energía diaria es el oxígeno, el cual obtenemos del aire mediante la respiración. Pero en el agua también hay oxígeno, y los peces pueden obtenerlo justamente de allí, ¿así que por qué es que nosotros no? Hagamos un paseo evolutivo para ver cómo es que ha cambiado tanto la respiración.


Tiktaalik roseae

Una interesante pregunta que nos permite remontarnos a unos 400 a 380 millones de años, que es cuando los primeros seres anfibios se expanden fuera del agua. Hasta esos tiempos, sólo las plantas y los insectos habían colonizado la tierra, el resto de la vida animal tenía el océano como única morada desde hacía miles de millones de años. Así es que nosotros los humanos, que somos primates y mamíferos, evolucionamos a partir de aquellos peces que comenzaron a vivir en aguas bajas, y se ayudaban con las aletas delanteras para moverse por el bajo fondo así poder cazar las presas que surcaban la superficie del agua. De esas criaturas surgieron los tetrápodos, primeros reptiles cuadrúpedos de los que evolucionaron todos los animales terrestres, incluyendo a los reptiles, mamíferos y aves.

Volvamos al oxígeno, tan necesario para mantener nuestro cuerpo funcionando. Nosotros lo respiramos a través de la nariz o la boca, luego baja por la tráquea hacia los pulmones, donde se dispersa por los alvéolos, que se encargan de intercambiar gases con las células sanguíneas. Los desperdicios, como el dióxido de carbono, siguen el camino inverso, y son espirados hacia fuera por la boca o la nariz. Los peces hace más o menos lo mismo, pero sólo que no permiten la entrada de aire a su sistema, sino que lo que entra es agua. Esta pasa por sus órganos especializados, las branquias, y allí se extrae el oxígeno, y se descarta el dióxido de carbono.

Son dos sistemas incompatibles. Nuestro sistema respiratorio no está capacitado para poder extraer el oxígeno del agua, ni los peces con branquias pueden hacerlo del aire. Así que, pasamos de preguntarnos por qué no podemos respirar bajo el agua a querer saber ¿cómo sucedió que de unos peces evolucionamos todos los animales que respiran aire hoy en día?

Cuando nosotros los humanos no somos más que un embrión, no somos tan diferentes a un pez. Incluso tenemos unas hendiduras llamadas el arco branquial, situadas a ambos lados de nuestra faringe, es decir la garganta. En los peces, esas hendiduras se abren para formar las branquias por las que pueden respirar el agua, en nosotros los mamíferos esas hendiduras se cierran. Pero en raras ocasiones nacen niños en los que esas hendiduras branquiales no se han cerrado del todo, lo que puede provocarles quistes, y en casos más extremos niños en los que crezcan vestigios de cartílagos similares a las branquias de los peces.

Esos son vestigios de nuestro pasado evolutivo. Hoy en día existen unos peces que respiran como nosotros, y no hablamos de los delfines y ballenas, que no son peces, sino mamíferos, sino que nos referimos a los llamados peces pulmonados. Estos respiran aire, y no agua. Sus antepasados eran parientes de los que dieron origen a los tetrápodos, que comenzaron también a respirar aire, y nos alejaron de la posibilidad de respirar bajo el agua.

Si vieron alguna vez un pez que es sacado del agua, verán que mueve la boca, como queriendo respirar por ella. En cierto modo lo hacen, no están capacitados para aspirar aire como los animales terrestres, pero pueden tragar aire y el tejido del estómago llega a captar algo, muy poco, ya que esos vasos sanguíneos no están capacitados para el intercambio de gases. Los peces de hace 400 millones de años que reptaban por las aguas barrosas comenzaron a tener órganos un poco más eficientes en captar el oxigeno del aire, luego aparecieron los anfibios, que pueden obtenerlo a través de la piel o tragándolo, como hacen las ranas, y más tarde evolucionaron los reptiles, y a partir de ellos las aves y los mamíferos, grupo al que pertenecemos.

Fuente:

Sinapsit

1 de noviembre de 2012

¿Cómo soportan la presión los peces abisales?



Es cosa sabida que cuánto más se sumerge un submarinista, cuanta más profundidad alcanza, mayor es la presión que siente sobre su cuerpo.

Si la presión del aire a nivel de mar se toma como unidad, es decir, la llamamos una atmósfera; cada 10 metros que el submarinista se sumerja, la presión hidrostática aumentará una atmósfera. Por ejemplo, si desciende a una profundidad de 30 m estará sometido a una presión de 4 atmósferas.

A grandes profundidades los pulmones se comprimen y se reduce su volumen. Y si los pulmones han llegado a su mínimo y ya no se pueden comprimir más, la sangre sale de los vasos sanguíneos e inunda los pulmones formando un edema.

En fin, que si sigue bajando más la palma.

Pero más allá de los 1000 m de profundidad, mas allá de los 2000m (con una presión de más de 200 atmósferas) y hasta los 6000 m, nos encontramos con unos peces llamados abisales, por ser así llamada la franja de profundidad oceánica que ocupan.

Pero ellos no mueren aplastados, obviamente están adaptados a su entorno. Pero… ¿cómo?

La mayoría de peces abisales son pequeños para ofrecer poca superficie corporal y poseen cuerpos blandos y huesos (espinas) pequeños. Y no tienen oquedades que se puedan rellenas con ningún tipo de gas, como podría ser el caso de una vejiga natatoria.

En realidad sus tejidos están repletos de grandes cantidades de agua a la misma presión que la del entorno. 

Por eso, por esa igualdad de presión interior/exterior, no mueren aplastados.

Nota sabionda: Otra característica definitoria de estos peces es que generan su propia luz. Este fenomeno llamado bioluminiscencia lo consigen gracias a colonias de bacterias que desprenden luminosidad.

Nota sabionda: Los peces dragón pueden generar luz roja y luz azul. La luz azul la utilizan para atraer a sus víctimas y la luz roja, que solo puede ser vista por los de su especie, la utilizan para rastrear presas sin miedo a ser detectados por sus depredadores.

Fuente:

Un ceviche para salvar los arrecifes

CEVICHE DE PEZ LEÓN

  • 400 gr de filete de pez león sin piel cortado en cubitos de 2 cm
  • 50 gr de mango cortado en cubos de 1 cm
  • 50 gr de pepino cortado en cubos de 1 cm
  • 50 gr de piña cortada en cubos de 1 cm
  • 25 gr de concasse de tomate
  • 250 ml de leche de coco
  • Jugo de limón al gusto
  • Ají rojo picado fino al gusto
  • Unas hojitas de cilantro y perejil picadas finamente
  • Sal y azúcar al gusto
Mezclar la leche de coco con el jugo de limón y sazonar con sal y azúcar. Agregar el resto de los ingredientes y servir en copas de martini inmediatamente.

Receta: cortesía de Jorge Rausch, chef ejecutivo restaurante Criterión



Pez león

El pez león es considerado una amenaza para el ecosistema.

Los corales del caribe colombiano están bajo amenaza y Jorge Rausch quiere ayudar a salvarlos con un poco de jugo de limón, leche de coco, pepino, piña, mango y ají.

Y es que esos son algunos de los ingredientes empleados en la preparación de su ceviche de pez león (Pterois volitans), especie avistada por primera vez en el archipiélago de San Andrés y Providencia en 2008 y ahora presente en casi todo el caribe colombiano. 

"El pez león es un depredador activo que se come a los juveniles tanto de peces como de crustáceos, lo que lo convierte en una amenaza de gran impacto para el ecosistema y contra la seguridad alimentaria", le dijo a BBC Mundo Andrea Polanco, del Instituto Colombiano de Investigaciones Marinas y Costeras, INVEMAR.

"Y el problema es grave porque es una especie invasora, nativa de los océanos Índico y Pacífico, y aquí no tiene un depredador real que la consuma", explicó Polanco.
Para compensar esa carencia, sin embargo, siempre se puede contar con la vocación depredadora de los humanos.

Y ahí es donde entra en escena Jorge Rausch, uno de los más reconocidos chefs colombianos.

"Yo no soy el primero que piensa en comerse el pez león. Hay ciertas islas del Caribe, en las Bahamas, en Bonaire, donde ya hay iniciativas para pescar y comerse el pez león (como forma de control)", le dijo Rausch a BBC Mundo.

"Pero la gracia es que yo estoy en el punto donde puedo hablar, puedo escribir y la gente me escucha. Y ahí es donde yo puedo ayudar", explicó el cofundador del restaurante bogotano Criterión, dos veces ganador del Five Star Diamond Award.

Ceviche y a la plancha 
 Rausch preparó por primera vez pez león para una reunión de la justa directiva de la organización ambientalista Conservation International celebrada en Cartagena en marzo de este año, a la que asistió también el presidente Juan Manuel Santos.

"Y me di cuenta que ahí había algo que se podía explotar. No para mí, sino para ayudar. Por lo que me he puesto la meta de enterar a la gente de la problemática, que la gente sepa de qué se trata y que se puede hacer algo", explicó.

Ahora el ceviche de pez león ya forma parte de la oferta gastronómica de Criterión.

Y en el restaurante bogotano también es posible degustar este pescado preparado a la plancha, aunque la falta de una adecuada cadena de distribución aún no ha permitido la inclusión definitiva en el menú de ambos platos.

Rausch, sin embargo, es un gran entusiasta.

"Es un pez con cualidades gastronómicas distintas, muy chéveres. Tiene una carne muy blanca y un gusto yodado que le da un toque a mar, que es una cualidad gastronómica que no tienen muchos productos", le explicó a BBC Mundo.

"Y la idea no es que sea un elemento exótico en mi carta nada más. La idea es que todo el mundo, todos los restaurantes empiecen a venderlo y llegue a los supermercados si es posible".

De prosperar, la iniciativa podría ayudar a controlar la expansión de esta especie invasora.

Y al mismo tiempo podría convertirse en una nueva fuente de ingreso para los pescadores artesanales del caribe colombiano, pues al tratarse de un pez de arrecife no se lo puede pescar a gran escala.

Gastronomía ecológica

Por lo pronto, y como parte de la batalla contra el pez león, ya son varias las localidades del caribe colombiano las que han organizado, o se aprestan a organizar, festivales de pesca y educación gastronómica alrededor de la especie invasora.

Chef Jorge Rausch en la cocina del restaurante Criterión

Rausch quiere apostar por una gastronomía responsable con el medioo ambiente y las comunidades.

Y es que las espinas venenosas del Pterois volitans habían llevado a muchos a creer que el pez león no podía comerse.

"Si las espinas tanto de la parte dorsal como de la parte ventral del pez entran en contacto con la piel (humana) pueden ser irritantes", le explicó a BBC Mundo Andrea Polanco, de INVEMAR.
"Pero la carne no tiene ningún problema. De hecho, las comunidades ya lo están consumiendo, los pescadores lo están sacando y se lo están comiendo. Es carne buena, tiene un buen filete", añadió.

Y para Rausch, quien ya ha compartido sus experiencias con el pez león con otros chefs de la región gracias a eventos como Madrid Fusión México y Panamá Gastronómica, su consumo puede ayudar a la popularización de una cocina cada vez más comprometida con su entorno, que se beneficie a su vez de ese compromiso.

"Esto es solo el principio para hacer una gastronomía ecológica, una gastronomía que sea responsable con el medio ambiente y con las comunidades", le dijo el chef a BBC Mundo.

"Por ejemplo, hay varios pescados que se están extinguiendo, que están en peligro de extinción. Pero nuestros mares son muy ricos y hay un pocotón de especies que nadie conoce".

"Hay que dejar descansar a unas y empezar con otras. Esto enriquece la gastronomía, porque son cosas distintas, esto ayuda al medio ambiente y, si se apuesta por un comercio más justo, también ayuda a los pescadores artesanales", completó.

Fuente:

BBC Ciencia

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18 de octubre de 2012

¿Los peces beben agua?


A juzgar por el famoso villancico… “pero mira cómo beben los peces en el rio… beben y beben y vuelven a beber…” se diría que sí.

Pero, amigos y amigas, curiosos y curiosas, los peces del río no beben. En el sentido más amplio: no beben ni agua. Otra cosa son los peces marinos; ésos sí que beben agua.

¿Y a qué obedece la diferencia?

Los peces marinos viven en un medio hiperosmótico, un medio que tiene una mayor concentración de sales que el propio cuerpo del pez. Como el agua siempre fluye, por ósmosis, de las concentraciones menos salinas a la más salinas, el cuerpo del pez pierde agua y sufre una progresiva deshidratación.

Así que se ve obligado a beber agua con el fin de separar de la solución salina el agua pura que les permita satisfacer sus necesidades metabólicas.

Pero al pez de agua dulce le sucede lo contrario. Su concentración salina es superior a la del medio y por ello deben eliminar el agua dulce que contínuamente ingresa en sus cuerpos. Y, por supuesto, no necesitan beber, puesto que agua dulce les sobra.

Resumiendo: ¿los peces beben agua? Los de agua salada, sí. Los de agua dulce, no.

Nota sabionda: Los peces de algua dulce toman a través de las branquias las pocas sales presentes en el agua que les rodea. Los peces marino excretan el exceso de sal a través de las branquias y de algunas glándulas rectales.

Fuente:

1 de octubre de 2012

Peces más pequeños "debido al cambio climático"

Gráfico mostrando las reducciones proyectadas por William Cheung y sus colegas en el tamaño de algunas especies

El aumento de temperatura oceánica podría llevar a una reducción de entre 14% y 24% en el tamaño de algunas especies, según el nuevo estudio.

El tamaño de los peces podría reducirse hasta en un 24% debido al calentamiento global, según un nuevo estudio. 

Investigadores de la Universidad de British Columbia, en Canadá, usaron modelos computarizados para predecir el impacto del aumento de temperatura en más de 600 especies de peces entre 2001 y 2050.

El incremento de temperatura puede reducir el nivel de oxígeno disponible en el agua, lo que a su vez afectará el crecimiento de los peces, según el Dr. William Cheung, autor principal del estudio, y sus colegas. 

Los científicos señalan que la falta de medidas para reducir las emisiones de gases de invernadero tendrá un impacto en los ecosistemas marinos mayor de lo que se pensaba.
Investigaciones anteriores ya habían indicado que el cambio en las temperaturas oceánicas influirá en la distribución y capacidad reproductiva de muchas especies. El nuevo estudio afirma que también el tamaño de los peces será severamente afectado.

Los científicos diseñaron un modelo para analizar el impacto de niveles de oxígeno menores en los peces. Para ello se basaron en uno de los escenarios posibles de altos niveles de emisiones de CO2 proyectados por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

Metabolismo

Pez

El ritmo del metabolismo de los peces aumentará con el incremento de temperatura, según Cheung y sus colegas. Foto: SPL

Si bien los datos del IPCC prevén variaciones pequeñas de temperatura en el fondo de los océanos, el impacto de estos cambios en el tamaño corporal de los peces es "inesperadamente grande", según el estudio.

A medida que aumente la temperatura oceánica también se incrementará la temperatura corporal de los peces. Y uno de los factores clave a tener en cuenta, según el Dr. Cheung, es el nivel de oxígeno.

"El aumento de temperatura incrementará el ritmo del metabolismo de los peces", le dijo Cheung a la BBC.

"Y esto llevará a un aumento en los requerimientos de oxígeno. Los peces no tendrán suficiente oxígeno para llegar a los tamaños actuales".

Cheung y sus colegas también usaron el modelo para predecir los movimientos de diferentes especies de peces. Los investigadores creen que muchas poblaciones se desplazarán hacia los polos a un ritmo de hasta 36 km por década.

"Esperamos ver más especies de aguas tropicales en el Mar del Norte en el futuro", dijo Cheung.

Modelo conservador

Considerando los desplazamientos y el impacto fisiológico de los cambios de temperatura, los científicos concluyeron que el tamaño de los peces podría disminuir entre un 14% y un 24%, con las mayores variaciones en los océanos Índico y Atlántico.

Pesca

El calentamiento global podría impactar negativamente la industria pesquera, según el estudio. Foto: SPL

Pero el impacto en la realidad puede ser aún mayor de lo que proyecta el modelo.

Cheung y sus colegas estudiaron especialmente el caso de dos especies, el bacalao común o bacalao del Atlántico (Gadus morhua) y el eglefino (Melanogrammus aeglefinus). Los registros actuales sobre estas especies ya muestran reducciones en tamaño corporal mayores de las que predice el modelo.
Otros científicos concuerdan en que el aumento de temperatura en las aguas oceánicas tendrá un impacto amplio.

Alan Baudron, investigador de la Universidad de Aberdeen en Escocia, ha venido estudiando los cambios en el crecimiento del eglefino en el Mar del Norte.

Baudron cree que las variaciones de temperatura podrían afectar negativamente tanto los volúmenes de captura de la industria pesquera como la capacidad reproductiva de los peces.

Bacalao del Atlántico

Las reducciones en algunas especies como el bacalao del Atlántico ya son mayores de lo que predice el modelo.

"Los individuos de menor tamaño producen menos huevos, que además son más pequeños. Esto podría afectar el potencial reproductivo de algunas poblaciones y su capacidad de respuesta a otros factores como la sobrepesca y la contaminación", dijo Baudron.

Los autores del nuevo estudio apuntan a factores limitantes en su trabajo, como los niveles de incertidumbre en las predicciones sobre clima y temperatura oceánica. De acuerdo a Cheung, se requieren nuevos estudios.

"Nuestro trabajo muestra que el cambio climático puede llevar a una reducción sustancial en el peso corporal máximo de los peces. Debemos investigar con mayor profundidad las posibles respuestas biológicas antes estos cambios".

El estudio fue publicado en la revista científica Nature Climate Change

Fuente:

BBC Ciencia

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