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23 de agosto de 2011

Cómo (ob)tener unos huevos más gordos

¿Quién no ha tenido, siendo niño, una pecera con peces de colores? ¿Y qué niño no ha intentado capturar pececillos atrapados entre las rocas con la bajada de la marea? ¿A quién no se le ha ocurrido en más de una ocasión probar sus dotes científicas innatas y experimentar colocando las simpáticas criaturas acuáticas marinas en la pecera de agua dulce y al contrario, los lindos peces de colores en agua salada?

Por otro lado, todos sabemos que una excelente forma de conservar ciertos alimentos y preservarlos del efecto pernicioso de determinadas sustancias nocivas consiste en someterlos a un proceso de deshidratación y sumergirlos en salmuera o vinagre.

Y bien, ¿qué relación guardan los dos párrafos anteriores? Pues muy simple: ambos hacen alusión a un proceso físico denominado ósmosis. Veréis, consiste en lo siguiente: imaginad que disponéis de dos disoluciones con concentraciones diferentes y separadas por una membrana semipermeable (esto es, que deja pasar moléculas de un cierto tamaño, pero no otros). Para que sea más concreto, suponed que a un lado (llamémosle el izquierdo) de dicha membrana tenemos agua y al otro (llamémosle, lógicamente, el derecho) agua en la que hemos disuelto unas cuantas cucharadas de sal, por ejemplo.

Dicho muy simplemente, la ósmosis consiste en el paso de agua del compartimento izquierdo al derecho, es decir, y esto siempre es así, el proceso tiene lugar de tal manera que el agua se desplaza hacia el lado donde existe una mayor concentración (en este caso, el lado derecho donde hemos disuelto sal) con el fin de igualar las de ambos.

egún lo anterior, y volviendo a nuestros queridos pececillos, cuando sumergiéramos en agua dulce la sardina que con tanto esfuerzo pescamos, contemplaríamos con estupor cómo su cuerpo comenzaría a hincharse de forma descontrolada. Todo lo contrario le sucedería al lindo pececito rojo si se nos ocurriese darle un baño de agua salada, pues su abdomen se iría reduciendo paulatinamente hasta dejarlo francamente esmirriado.

¿Por qué sucede esto? Debido a la ósmosis, en efecto. El agua del interior de las células del cuerpo de la sardina posee una concentración salina mayor que el agua dulce en la que la hemos sumergido y, por tanto, a través de las paredes celulares (ahí tenéis la membrana semipermeable de la que hablamos) penetraría agua dulce (la de menor concentración de sal), lo que provoca la hinchazón. Con el pez de colores de agua dulce sucede el efecto opuesto: el agua dulce atraviesa la pared celular, produciendo una deshidratación y, consecuentemente, una disminución acusada en el volumen del cuerpo del animal.

De forma análoga se puede explicar el proceso de conservación de los alimentos en salmuera o vinagre. Cuando las fabricas de conservas envasan pepinillos en una disolución ácida como el vinagre, lo que están haciendo es aprovecharse del fenómeno de la ósmosis. Así, el “agua dulce” (baja concentración) contenida en el interior del pepinillo abandona éste para intentar contrarrestar la elevada concentración del vinagre. El resultado es que la cucurbitácea, al perder agua, impide que determinadas bacterias puedan desarrollarse, conservándose el alimento durante un lapso de tiempo mucho mayor.



Una aplicación enormemente interesante de todo lo expuesto más arriba consiste en lo que yo (osadamente) denomino “cambiar la talla de los huevos desnudos“. Me explico: coged un huevo de gallina, por ejemplo, aunque el experimento también funciona con otras clases de huevos diferentes (ya me entendéis). A continuación sumergidlo en un vaso lleno de vinagre y esperad dos días, aproximadamente. Transcurrido este tiempo, podréis observar cómo la cáscara (de origen calcáreo) ha desaparecido por completo debido a la acción del ácido acético, dejando el huevo desnudo, una especie de pelota elástica y transparente (se puede ver la yema sin problema). Si ahora lo laváis bien lavadito e introducís lo que queda del huevo en otro vaso, esta vez lleno de agua destilada, comprobaréis que al cabo de unos cinco días, más o menos, el huevo ha incrementado su peso en casi el 50% de su valor inicial. Lo que ha sucedido, una vez más, es que el agua destilada (con una concentración de solutos bajísima) ha penetrado en el interior de la membrana del huevo, donde la concentración es claramente superior.

Desafortunadamente, todo el proceso anterior puede invertirse sin más que volver a introducir el huevo hinchado en un vaso con agua y azúcar disuelta en ella. Unas doce horas después la ósmosis habrá devuelto las cosas a su sitio. Y es que nada es permanente, ni siquiera los implantes de silicona…

Tomado de Amazings

19 de julio de 2011

El "boom" de lasgallinas ponedoras en los EE.UU.

Especial: Seres Vivos:

La gallina y la ciudad


Fotos: Isaac Hernández

Vuelven las gallinas a la ciudad. Nueva York reclama a sus viejas y cacareantes moradoras, que andan picoteando alegremente en los jardines comunitarios y en los patios traseros, del todo ajenas a la cacofonía de las ambulancias y los coches de bomberos...

“Tenemos la idea equivocada de que las gallinas no pertenecen a la ciudad”, admite Owen Taylor, “padrino” de la nueva generación de ponedoras neoyorquinas. “Durante cientos de años, las gallinas han sido siempre parte del paisaje urbano. Al menos así fue hasta los años cincuenta, cuando las ciudades cedieron definitivamente el espacio al coche”.

Owen, 30 años, se crió en una zona rural de Connecticut. Fue profesor de ecología y diseño urbano antes de pasar a la práctica con el Chicken Project, el programa lanzado por la organización Just Food para promover la crianza de las gallinas en el fragor de la gran urbe y allá donde no llegan los alimentos frescos.

Quedamos con Owen en el Jardín La Unión, en Sunset Park, uno de tantos “desiertos alimenticios” de Brooklyn donde no es posible encontrar más que comida enlatada y “fast food”. Con el gallinero recién concluido, Monica Vega, Leslie Velasquez y otras voluntarias del jardín confían en sacar de sus diez gallinas al menos 40 huevos a la semana...

“Las gallina son las únicas mascotas que nos dan de comer”, atestigua Owen. “Y si tenemos un huerto cerca, fertilizan la tierra y mantienen a raya a la población de insectos. Los niños tienen además una conexión muy directa con ellas. Es cierto que son muy huidizas y difíciles de coger, pero hay pocos animales tan divertidos”.

Eso sí, criar gallinas “es una responsabilidad diaria”, advierte el experto. “Hay que darles agua y comida todos los días, y hay que mantener limpio el gallinero para evitar problemas de olores. Cualquiera puede cuidar gallinas en su patio trasero, es perfectamente legal. Pero los vecinos pueden denunciarte si causas “molestias”. Aunque hay una forma infalible para convencerlos: ofréceles huevos”.

Dejamos a Owen en Brooklyn y con su bicicleta, y saltamos a otro de los gallineros predilectos de Just Food. Salimos al encuentro del afromaericano Abu Talib, nacido hade 77 años en Carolina del Sur y “renacido” como agricultor urbano en la Taqwa Community Farm, a la sombra del estadio de los Yanquees. Estamos en el corazón del Bronx neoyorquino, con sus tristes bloques de ladrillo descolorido, a donde llega de pronto el olor al campo...

“Esto fue como volver a mis orígenes, en 1934 y en el sur. Entonces había aún muchas granjas en las ciudades; a todos nos despertaba el canto del gallo y los pollos correteaban por las calles... Yo también di el salto a la jungla asfalto, y he trabajado en todos los oficios imaginables en Nueva York, incluido el de taxista. Pero por fin he encontrado un propósito. Esta no es mi pasión, es mi “misión” en la vida”.

“Imagina que no existe el hambre”... Lo lleva escrito Abu Talib en su camiseta negra, con la estampa de John Lennon. Y ésa es la “misión” a la que se entrega con devoción religiosa: traer verdura, fruta y huevos frescos a estas barriadas pobres invadidas por la “comida basura”.

El gallinero anda hoy alborotado. Abu Talib entra sigilosamente y se lleva cuatro huevos de rigor. Vuelve luego, con la intención de atrapar a una gallina, pero todas huyen, y además suelen aprovechar cuando las tienes en tus brazos: “Cagan mucho y en cuanto te descuidas...”.

La “fiebre” de las ponedoras arrancó hace dos d'ecadas en dos ciudades de la costa oeste. Oakland y Portland (récord nacional de pollos per cápita) marcaron una tendencia que ha arraigado ya entre las autopistas de Los Angeles y entre el cemento neoyorquino. El Ministerio de Agricultura se ha visto desbordado y no dispone de momento de un censo siquiera aproximado de gallinas urbanas. A falta de estadísticas oficiales, lo más fiable es la web Backyard Chickens, que reúne a 60.000 criadores.

En algunas ciudades, como Madison, la cría comenzó clandestinamente, a través de grupos como The Chicken Underground. Cada vez son más las ciudades que se suman a la imparable tendencia, con ordenanzas que fijan un número máximo de gallinas por familia (el auténtico “paraíso” gallináceo es Albuquerque, hasta 15 polluelos por cabeza).

El “lobby” de las gallinas, encabezado por la Yellow House Farm de Nueva Jersey, está intentando ahora seducir a la mismísima Michelle Obama para que incorpore unas cuantas “mascotas” ponedoras al famoso huerto urbano de la Casa Blanca, para mayor deleite de Sasha y Malia.

Fuente:

El Mundo (España)

5 de abril de 2011

La forma de los huevos: Geometría y Evolución

La forma de los huevos de las distintas especies de aves existentes ha resultado durante muchos años todo un misterio. Su forma parece variar de forma arbitraria de unas especies a otras, sin que fuese fácil encontrar parámetros que dieran sentido a esas formas. Intuitivamente, parece que lo más correcto es pensar que la forma de los huevos está directamente relacionada con la fisionomía del ave, así como de la posición que utilizan a la hora de poner los huevos.

Pero eso no explicaría por qué algunas aves como el avestruz producen huevos completamente redondos, pese a tener una fisionomía similar a otras aves que ponen huevos de forma ovalada. En este caso, también se podría intentar explicar la forma de los huevos esféricos con el fin de conseguir que su consistencia fuese lo más dura posible. Pero de nuevo esto no explicaría el caso de aves como las palomas y muchas aves acuáticas, cuyos huevos tienen forma puntiaguda.


I: Huevos de gallina
En esta línea, Zoltan Barta, de la Universidad húngara de Debrecen, y Tomas Szekely, de la Universidad de Bath, publicaron en 1997 un artículo en la revista “Functional Ecology” con el título The optimal shape of avian eggs (la forma óptima de los huevos de las aves) en el que pretendían explicar de forma extensa las razones por las que las formas de los huevos varían tanto de unas especies de aves a otras.
Para entender todo, primero hemos de entender cómo se forman los huevos. Cuando el óvulo del ave llega al istmo (el conducto que une las trompas de falopio y el útero), las células del mismo empiezan a segregar la sustancia calcárea que protegerá el óvulo. En condiciones normales y neutrales, el huevo obtendrá una forma esférica, pero las hembras pueden manejar los músculos de la pared del istmo, de tal modo que esta forma esférica pueda ser modificada.

Barta y Sekely sondearon más de 30 aves, observaron la forma de sus huevos, y las relacionaron con la cantidad de huevos que cada hembra incubaba de forma simultánea. Los resultados fueron sorprendentes. De algún modo, se percataron de que las aves habían adquirido la capacidad de moldear sus huevos para optimizar la incubación de los mismos, en función de la cantidad de ellos que tuvieran que incubar.

En la línea de este descubrimiento, desarrollaron un modelo matemático para encontrar las formas de los huevos que optimizaban la incubación de los mismos, sin olvidarse de que los huevos tendían a una forma esférica para garantizar el superar una fragilidad mínima. Los resultados fueron los siguientes.


II: Forma óptima de los huevos de las aves

De este modo, la hembra garantizaría el máximo de transferencia de calor, siendo en cierto modo óptima su incubación. Estos resultados teóricos expuestos por Barta y Szekely resultaron corresponderse sorprendentemente con los ejemplos encontrados en el mundo real, como sería el caso de las palomas, las avestruces o los chorlitos.

Pero esta teoría, no es extrapolable a todas las aves, ya que siempre hay que tener en cuenta las condiciones específicas de cada especie y hábitat. Esta es la razón por la que los araos tienen una extraña forma de huevo que se asemeja a una pera. Los araos habitan en altos acantilados, y por ello, a modo de sofisticado efecto evolutivo, sus huevos tienen como prioridad el impedir que pueda rodar fácilmente hacia abajo.

Fuente:

Recuerdos de Pandora

15 de julio de 2010

¿Qué fue primero el huevo o la gallina?

Jueves, 15 de julio de 2010

¿Qué fue primero el huevo o la gallina?

Ahora ya lo sabemos: la gallina. Lea:

(cc) Laura R. Zambuto, James Gathany

(cc) Laura R. Zambuto, James Gathany

Uno de los mayores misterios de la historia de la humanidad podría haber sido resuelto por un grupo de científicos británicos.

Hace mucho tiempo se sospechaba que el huevo vino primero, pero ahora tenemos prueba científica de que en realidad la gallina llegó primero”, dijo el doctor Colin Freeman de la Universidad de Sheffield al diario Metro.

Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de pasar datos de una cáscara de huevo en detalle por un supercomputador llamado HECToR, que determinó que para formar esa cáscara era necesaria una proteína específica que sólo está presente en… la gallina.

La proteína había sido identificada anteriormente y relacionada con la formación del huevo, “pero examinándola más de cerca hemos podido ver cómo controla el proceso”, explicó Freeman.

Ahora la pregunta que queda es: ¿de donde salieron las gallinas?

Link: Chicken came before the egg: “scientific proof” (CBS News)


Tomado de:

Fayer Wayer

15 de mayo de 2010

¿Por qué el huevo es ovoide?

Sábado, 15 de mayo de 2010

Muchas razones para un sólo huevo

¿Por qué el huevo es ovoide?

Quizá le faltó decir que al ser ovoide es más difícil de agarrar por los posibles depredadores.

Proyecto G es un programa del canal Encuentro de Argentina donde el científico Diego Golombek y sus compañeros responden a preguntas de la ciencia cotidiana.

Si quieres saber más sobre la función de la formas geométricas te recomiendo el fantástico libro “La rebelión de las formas” de Jorge Wagensberg.

Tomado de:

Ciencia On Line

15 de abril de 2010

¿Por qué flotan los huevos pasados?

Jueves, 15 de abril de 2010

¿Por qué flotan los huevos pasados?


Imagino que es de todos conocido el clásico método para saber si un huevo es fresco o está algo pasado: se introduce el huevo en un recipiente lleno de agua del grifo, si se hunde, es fresco, y si flota, no lo es. Si preguntáis o buscáis en la red el motivo de este fenómeno, la explicación es siempre la misma: durante el proceso de deterioro del huevo se forman gases en su interior, que lo hacen flotar.

Sin embargo, esta explicación es incompleta, y nunca me satisfizo por completo. ¿Por qué? Bueno, hace tiempo expliqué por qué un cuerpo inmerso en un líquido, flota o se hunde. Para no repetir todo aquí, lo resumiré: si el cuerpo en cuestión tiene más densidad que el líquido, se hunde, y si tiene menos, flota. En el caso concreto de un huevo, si cuando está fresco se hunde, y a medida que se deteriora comienza a flotar, eso quiere decir que la densidad del huevo disminuye. Y la densidad es igual a la masa dividida entre el volumen (d=m/v), por lo que, o bien el huevo disminuye su masa, o bien aumenta su volumen (o ambas cosas).

Y aquí está el problema. Si pensamos que la cáscara es impermeable y rígida, entonces no importa lo que ocurra dentro del huevo, ni el gas que se genere. Si la cáscara es hermética, no hay ningún tipo de intercambio de materia entre el interior y el exterior, por lo que la masa no puede variar. Y si la cáscara es rígida, su volumen permanecerá constante.

Sin embargo, es un hecho que un huevo fresco se hunde y uno podrido flota. Por tanto, al menos una de nuestras hipótesis sobre la cáscara es falsa. O bien la cáscara no es realmente hermética, y el gas se filtra al exterior, perdiendo así masa el huevo, o bien la cáscara no es tan rígida, y el huevo se hincha por la presión de los gases en su interior, aumentando su volumen (o ambas cosas a la vez). ¿Cuál es la explicación correcta?

Pues hasta hace poco, ignoraba la respuesta. Podría haber intentado hacer el seguimiento de un huevo, midiendo su masa y volumen cada día, pero no tengo en casa una báscula con la suficiente sensibilidad, y mi afán de conocimiento no llegaba tan lejos como para gastarme el dinero en una. Con el volumen tenía un problema similar: en principio, basta con llenar un vaso de agua hasta rebosar, colocarlo dentro de un recipiente, sumergir el huevo (con cuidado de no meter los dedos, o estaríamos midiendo el volumen del huevo más el de la parte sumergida de los mismos), y medir el volumen de agua derramada en un vaso medidor de esos que hay en toda cocina. Pero claro, esos vasos tienen una marca cada 5 cl o cosas así, por lo que tampoco tienen la precisión necesaria.

Pero un día, escuchando la sección «Disfruta de la Ciencia», del programa Partiendo de Cero (del que ya os he hablado en más de una ocasión), Cayetano Gutierrez explicó que la cáscara no es totalmente hermética, y que el gas que se forma en el proceso de descomposición del huevo, la atraviesa. Por tanto, la masa disminuye, la densidad disminuye, y el huevo flota.

Bien. Una cosa menos a la que darle vueltas a la cabeza.

Fuente:

Mala Ciencia

Si te gustó el post prueba a hacer este experimento...


Conocer Ciencia: Ciencia sencilla, ciencia divertida, ciencia fascinante...

Leonardo Sánchez Coello
conocerciencia@yahoo.es

17 de marzo de 2010

Los machos de las agujas de mar pueden abortar durante el embarazo


Miércoles, 17 de marzo de 2010

Los machos de las agujas de mar pueden abortar durante el embarazo

¿Qué es el embarazo masculino?

Syngnathidae es una familia de peces que incluye a caballito de mar, pez pipa (subfamilia Syngnathinae), dragón de agua (Phyllopteryx taeniolatus), dragón de mar foliado (Phycodurus eques).

Los peces de esta familia tienen una característica única donde las hembras ponen sus huevos en una cavidad del pecho del macho, y luego éste los fecunda y los incuba. A esto se le llama embarazo masculino. Los caballitos de mar tienen una cavidad ventral para llevar los huevos, los dragines d emar los llevan en la cola y las agujas de mar ¡en cualquier sitio! (dependiendo de la especie).

Conocer Ciencia: Ciencia Sencilla, Ciencia Divertida, Ciencia Fascinante...


Embriones en una bolsa de aguja de mar. | Foto: Kimberly Paczolt.

Embriones en una bolsa de aguja de mar. | Foto: Kimberly Paczolt.

  • El embarazo masculino se da sólo en caballitos, agujas y dragones de mar
  • Las hembras depositan sus huevos en la bolsa de los machos tras aparearse
  • El estudio muestra que los machos pueden abortar de forma selectiva
  • Lo hacen con embriones de hembras que perciben como menos atractivas
  • Economizan así recursos para futuras oportunidades de reproducción

Los machos de los caballitos de mar, encargados de llevar a las crías en unas bolsas semejantes a las de los canguros, desempeñan un papel activo a la hora de seleccionar los ejemplares que conformarán su prole gracias a su capacidad para abortar, según una investigación publicada en la revista 'Nature'.

El embarazo masculino, que se da sólo en caballitos de mar, agujas de mar y dragones de mar, consiste en que las hembras depositan sus huevos en la bolsa de los machos durante el apareamiento y luego éstos se ocupan de cuidar a las crías en un embarazo que dura varias semanas. La bolsa de los machos está recubierta de un suave tejido y tiene compartimentos que separan cada huevo. Se desarrollan en esta bolsa y eclosionan dentro ella.

La investigación, llevada a cabo por Kimberly Paczolt y Adam Jones, de la Universidad de Texas, demuestra cómo los machos de las agujas de mar abortan de manera selectiva aquellos embriones de las hembras que ellos perciben como menos atractivas y economizan así recursos para futuras oportunidades de reproducción.

A pesar de que estas especies eligen a sus parejas antes del apareamiento, son los machos los que tienen la última palabra sobre el futuro de la prole.

Este es el único ejemplo conocido de conflicto sexual post-cópula en especies con los roles sexuales intercambiados.

Fuente:

El Mundo Ciencia

4 de marzo de 2010

¿El huevo o la gallina?


Jueves, 04 de marzo de 2010

¿El huevo o la gallina?

Una respuesta original a la pregunta que ha venido rondando por la cabeza de todos. Un artículo, sino genial, por lo menos original
.

huevo-o-gallinaHola a todos.

He de disculparme por el largo periodo de tiempo sin escribir. Ya sabéis, exámenes, vagancia y demás excusas. Vengo con ganas de exponer algo que me ronda por la cabeza desde hace tiempo y ya es hora de airear para que esté a disposición de todo aquel que tenga unos minutos y el suficiente interés. Se trata de una teoría, que no por ser inútil a ojos vista para cualquier propósito funcional, deja de parecerme interesante. No se si más en el campo de la lingüística que en el de la ciencia o viceversa (para que no digan los científicos que las carreras de letras no valen para nada), os dejo mi razonamiento para que lo juzguéis ante el estrado del vuestro.

La cosa empieza por una pregunta que, al parecer, ha mantenido en vilo a la humanidad desde hace bastante tiempo. La pregunta en si misma es bastante inútil, como dije antes, ya que de su respuesta no obtendríamos beneficio alguno. Sin embargo, posee un calado filosófico como mínimo apreciable, amen de permitirnos hacer ciertas disertaciones científicas al respecto.

Sin más dilación. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?. Todos conocemos este interrogante, y quién no ha discutido alguna vez sobre ello, llegando siempre a la conclusión de que no puede ser respondida ya que la gallina pone el huevo pero a su vez sale del huevo, por lo que se trata de un círculo aparentemente sin principio, es decir, de un círculo.

Para iniciar nuestra disección del problema vamos a tener que aceptar ciertas premisas. A saber, que necesariamente la gallina (o el huevo) tuvieron que aparecer por primera vez en el mundo en algún momento. Que, dado que ambos proceden el uno del otro, uno de ellos tuvo que preceder en el tiempo al otro. Y por último, aceptar las teorías de la evolución de forma general y por ende descartar la creación divina del huevo y la gallina. Sin esta última se apreciará que mi segunda premisa posee un error lógico.

guerra-de-huevoEn este punto he de reconocer que mucha gente decide que el huevo es anterior a la gallina, pues es de el de donde surge, mientras que el huevo pudo surgir de otro ave. Y de aquí bebe mi teoría, basada en una afirmación. Si durante tantos años se ha mentado esta frase como enigma irresoluble es simple y llanamente porque ESTA MAL FORMULADO, o al menos no nos proporciona la suficiente información para poder resolverlo, es decir, no plantea la cuestión de forma clara y precisa. Por tanto, se trata de un mero problema lingüístico.

Me explico; Cuando preguntamos si fue antes el huevo o la gallina todo el mundo entiende de que hablamos, por un lado del animal adulto hembra de una especie a la que llamaremos “especie gallina” sin entrar en detalles sobre las características concretas de esta, y por otro el huevo (de gallina), vector reproductivo de dicha especie.

Dado que una especie en general se diferencia de todas las demás por ciertos rasgos fisiológicos, pero sobre todo por existir entre esta y las demás una barrera natural que provoca un aislamiento genético que impide la reproducción interespecífica, o la permite pero sin descendencia fértil (aunque esto es bastante flexible en plantas), podemos aceptar sin problemas que la evolución, lenta e inexorable, produjo por mutación un primer individuo o grupo de individuos que, proviniendo de la “protogallina original” se aisló completamente de esta para fundar la nueva estirpe de la “especie gallina”. Este momento sería difícil de definir para nosotros, incluso si estuviéramos presente en él, ya que se trataría probablemente de un proceso progresivo e imperceptible, aunque no necesariamente. De todas formas, daremos por hecho que el salto cualitativo entre las dos especies se tuvo que dar en algún momento.

pollito00Entonces, ¿Cual es el problema? Anteriormente he dicho que todo el mundo entiende a que nos referimos al formular la pregunta, pero no es cierto del todo. Sabemos que es un individuo de la “especie gallina”, pero lo que no se define ni en la pregunta, ni en el imaginario colectivo es ,precisamente, lo que la atañe. Necesitamos la definición de huevo de gallina con respecto al individuo gallina. Y aquí termina nuestro enigma, se vuelve trivial.

- Si definimos el huevo de gallina como aquel que pone una gallina es evidente que fue antes la gallina. Mientras que si lo definimos, por el contrario, como aquel huevo del que surge una gallina (aunque sea la primera) pero que no necesariamente es puesto por otra gallina anterior podemos darnos perfecta cuenta de que lo previo fue el huevo. Resumiendo, es la condición que demos al huevo de gallina lo que determina la respuesta a nuestro irresoluble enigma.

Sirva este razonamiento para apreciar que en ocasiones es más importante formular bien la pregunta que afanarse en la búsqueda de la respuesta.

Fuente:

¿Dónde hay matemáticas?

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