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6 de diciembre de 2019

10 cosas que cambian tu cerebro (05/10): Practicar deporte

Que el deporte pone tus músculos en forma salta a la vista. 


Menos conocido es su interesante efecto sobre el cerebro. Basta con subirse a una bicicleta estática y pedalear durante 30 minutos tres veces por semana, a lo largo de tres meses consecutivos, para que el volumen del hipocampo aumente entre un 12 y un 16%, mejorando la memoria, tal y como se podía leer en un estudio en Archives of General Psychiatry

Otro experimento reciente revelaba que si nos someten a una prueba de vocabulario tras 3 minutos de esprint aprendemos palabras un 20% más rápido que si dedicamos ese tiempo a descansar o a realizar una larga prueba aeróbica de baja intensidad. Entre otras cosas se debe a que tras ejercitarnos aumentan los niveles de Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BDNF), una molécula esencial para la supervivencia de las neuronas y para el aprendizaje.

23 de noviembre de 2019

10 cosas que cambian tu cerebro (01/10): Dormir mal, tan dañino par tu cerebro como emborracharte

Estudios previos han relacionado la falta de sueño con un mayor riesgo de depresión, obesidad, diabetes, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares 



Su cerebro necesita una mayor cantidad de tiempo para registrar lo que está percibiendo».
Una mala noche nos afecta al día siguiente de muchas maneras: olvidamos las llaves, cometemos errores en el trabajo o echamos una cabezadita en el auto.

Numerosas investigaciones han relacionado la falta de sueño con un mayor riesgo de depresión, obesidad, diabetes, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares pero hasta ahora se sabía qué la falta de sueño modificaba nuestra capacidad cognitiva. Desde ahora ya sabemos por qué. Un trabajo que se publica en « Nature Medicine» es el primero en revelar cómo la falta de sueño interrumpe la capacidad de nuestras células cerebrales para comunicarse entre sí, lo que lleva a lapsos mentales temporales que afectan la memoria y la percepción visual.

«Hemos descubierto que privar a nuestro cuerpo del sueño necesario también limita la capacidad de las neuronas de funcionar correctamente», señala el autor principal, Itzhak Fried, de la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA). «Esto explicaría de alguna manera el camino para los lapsos cognitivos que padecemos después de una ‘mala noche’ y afecta nuestra forma de percibir y reaccionar ante mundo que nos rodea».

Pero eso no es todo...


Los 6 principales efectos de la falta de sueño para el cerebro son:

1) Hace al cerebro más lento
La actividad cerebral se vuelve más lenta, y por tanto, la persona no puede pensar tan bien como lo hace normalmente. Esto ocurre porque las neuronas no pueden recargar la energía que necesitan.

2) Causa síntomas de depresión
Angustia, ansiedad y temores son más frecuentes cuando se duerme menos de 6 horas al día o más de 8 horas, de manera recurrente.

3) Afecta el hipocampo
Esta región del cerebro se asocia con los recuerdos, las emociones y el aprendizaje. De acuerdo a un estudio realizado en 2016, dormir apenas 5 horas puede afectar la forma en que se conectan las neuronas en el hipocampo, o sea, dañar la memoria.

4) Afectar el centro emocional del cerebro
¿Te sentís irritado después de una mala noche? Esto se debe a que privarse del sueño afecta el centro emocional del cerebro, y por tanto se generan reacciones desmedidas ante ciertos estímulos. Así lo demostraron científicos de la Universidad de Tel Aviv.

5) Afecta la toma de decisiones
De acuerdo a un estudio de Forbes, las personas que duermen menos por las noches toman decisiones más impulsivas y riesgosas, o al menos, la probabilidad de tomarlas aumenta en estas personas.

6) Afecta la producción de melatonina
La melatonina es la hormona que permite mantener el ciclo del sueño en condiciones óptimas. La falta de sueño afecta la producción de esta hormona, y por tanto es probable que el insomnio vuelva a generarse.

Estos efectos no solo impactan en las personas a nivel físico, sino también a nivel emocional. Por lo que el precio de dormir mal puede ser bastante alto.

¿Cómo vas a dormir esta noche? Después de conocer estos efectos, quizá sería un buen momento para reconsiderar tus hábitos de descanso y proponerte dormir más temprano esta vez.
Fuentes:

ABC

Universia

 

20 de junio de 2019

Neuroeducación 01: ¿Dónde se almacenan los recuerdos?


En el hipocampo

Se conoce muy poco sobre la memoria, pero sabemos que nuestros recuerdos están ‘grabados’ o codificados en células cerebrales del hipocampo, el centro de memoria del cerebro. De esta manera están disponibles para ser recordados a largo plazo y no ser como Dory en Buscando a Nemo.


Todo empezó con el paciente HM
Cuando tenía 7 años, HM se dio un golpe en la cabeza. Tres años después empezó a tener unas convulsiones que cada vez se volvieron más intensas. A los los 27 años ya no podía tener una vida normal.
En 1953, HM aceptó formar parte de una cirugía en la que le extirparon los dos hipocampos del cerebro. La operación funcionó y el hombre dejó de tener convulsiones. Incluso su coeficiente intelectual aumentó.

Pero entonces los médicos se dieron cuenta de que, en el proceso, habían dañado su memoria. El joven no podía recordar si había desayunado o cómo llegar hasta el baño.

El trágico desenlace de su cirugía dio inicio a cinco décadas de estudios que lo inmortalizaron como el paciente "HM", el más famoso de la historia de la neurociencia.



El hipocampo almacena reuerdos y es nuestro GPS

En el hipocampo se encuentran las células nerviosas que nos permiten saber dónde estamos y cómo enocntrar un camino.

En otras palabras, se trata de células que funcionan como el "GPS interno" del cerebro.


Por eso el paciente HM no sabía dónde estaba y no sabía como ir al baño. Al quedarse sin los dos hipocampos se quedó sin nociones de tiempo y espacio, y tambíen se quedo sin recuerdos, sin memoria.

Espacio, tiempo y recuerdos se almacenan en el hipocampo. Este descubrimiento lo realizaron los científicos Edvard Moser (Noruega), su esposa May-Britt Moser (Noruega) y
John O'Keefe (EE.UU.). Los tres recibieron el premio Nobel de Medicina en el 2014.


¿Cómo se producen los recuerdos?

Para que se produzcan los recuerdos es necesario que las células se conecten entre sí (sinapsis) a través de señales eléctricas y químicas que se mueven de una célula a otra, las cuales pueden ser relativamente débiles y esporádicas o fluir con vigor y frecuencia. De este modo, cuanto más fuertes sean los mensajes entre las neuronas, más fuertes y permanentes serán los recuerdos que guardan.


Como era de esperar malos hábitos como la falta de sueño, el alcohol, una dieta inadecuada o el estrés pueden reducir el flujo de mensajes entre las células cerebrales.

En los siguientes posteos te daremos valiosos tips de neuroeducación:

1. Neuroeducación: Haz ejercicio... ¡y mejora tu memoria!

4 de diciembre de 2018

Somos capaces de crear nuevas neuronas a cualquier edad con un sencillo ejercicio (que está en tus manos)

Ponte las zapatillas de deporte, tu cerebro lo agradecerá.


Somos capaces de crear nuevas neuronas, incluso de adultos. Este hallazgo es relativamente nuevo, porque se pensaba que se nacía con un determinado “banco de neuronas” que iba menguando con el paso del tiempo, pero que no era posible renovar ni ampliar. Sin embargo, los últimos hallazgos en neurociencia desmontan esta creencia. El cerebro es plástico: es posible crear conexiones diferentes e incluso en algunas zonas, como es el hipocampo, se puede conseguir que nazcan nuevas neuronas, según explica el profesor Terry Sejnowski, de The Salk Institute for Biological Studies. Hay margen de maniobra con independencia de la edad.

El hipocampo tiene forma de caballito de mar y es uno de los responsables de nuestra memoria y de nuestra capacidad espacial. Las investigaciones sobre esta zona del cerebro comenzaron con ratas a las que se mostraban varias imágenes que tenían que aprender a diferenciar. Cuando los roedores lo lograban se observó que en su hipocampo se habían generado nuevas neuronas. Pero si el animal dejaba de hacer el ejercicio, las neuronas jóvenes desaparecían. Si retomaba la actividad volvían a aparecer, es decir: la práctica repetida ayuda a que se generen nuevas neuronas en el hipocampo. En el caso de los humanos, si hubiera que decidir qué actividad nos permite realmente mantener joven el cerebro, Sejnowski no lo duda. El deporte es el mejor tratamiento antiedad para la masa gris.

Se sabía que practicar deporte es una manera de cuidar el cuerpo y reducir el estrés gracias a los bailes hormonales que se activan de dopamina, serotonina y noradrenalina. Pero investigaciones más recientes demuestran que el ejercicio físico mejora también la secreción del factor neurotrófico cerebral (que influye positivamente en la memoria y en un estado de ánimo más positivo) y permite que nazcan nuevas neuronas en nuestro hipocampo. A pesar de sus ventajas, no parece que exista demasiada conciencia del vínculo entre aprendizaje y deporte. Pero educar en el deporte a niños y adultos no solo ayuda a mantener la salud corporal, sino también a que el cerebro se mantenga más joven y con capacidad para generar neuronas. Como resume Sejnowski, “el gimnasio y el recreo son las partes más importantes del plan de estudios”.

Los expertos sugieren que es precios practicar ejercicio tres veces por semana con una duración mínima de 30 minutos. Vale por ello la pena buscar un ejercicio amable, un grupo de amigos y ponerse las zapatillas deportivas. El hipocampo lo agradecerá.

Fuente: El País (España) 

25 de septiembre de 2014

Así aprenden los niños las matemáticas

Durante la etapa de la escolarización, hay un momento crucial en que los niños dejan de utilizar los dedos y empiezan a hacer las cuentas de cabeza. ¿Qué pasa en nuestro cerebro para adquirir esta habilidad? ¿Cómo se forma una mente matemática?

Esto es lo que se han preguntado neurocientíficos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, que han realizado resonancias magnéticas a niños, adolescentes y adultos mientras resolvían problemas aritméticos.

Los expertos comprobaron que en los niños mayores se activaba más el área del hipocampo, vinculada a los recuerdos, y menos la corteza prefrontal y parietal, zonas neuronales relacionadas con el acto de contar. Es decir, al cumplir años recurrimos cada vez más a la memoria para las matemáticas.

Sin embargo, en el caso de los adolescentes y adultos, funcionaba a pleno rendimiento el neocórtex, donde se asienta la información archivada a lo largo de la vida en el cerebro maduro.

Según Vinod Menon, principal investigador del estudio, “esto significa que el hipocampo proporciona durante la infancia una especie de andamio para aprender y consolidar los datos en la memoria a largo plazo”.

Los científicos esperan que las conclusiones de su investigación sirvan para paliar la dificultad innata de algunos alumnos con las temidas “mates”.

Fuente:

Muy Intersante

23 de septiembre de 2011

El cerebro se comunica mejor con zinc

¿Qué necesitan las células de tu cerebro encargadas de formar recuerdos para comunicarse adecuadamente? Zinc, según una investigación realizado por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke en Durham y del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Los investigadores han logrado observar el zinc en acción mientras regulaba la comunicación entre las neuronas del hipocampo, donde se producen los procesos de aprendizaje y memoria y donde una perturbación de la comunicación puede contribuir a la epilepsia. El estudio ha sido publicado en la revista Neuron.

Según afirma James McNamara, autor principal del estudio y director del Departamento de Neurobiología de Duke, los suplementos de zinc se venden comúnmente sin receta médica para el tratamiento de varios trastornos cerebrales, incluyendo la depresión, pero que, sin embargo, no está claro si estos suplementos modifican el contenido de zinc en el cerebro o la eficacia de la comunicación entre las células nerviosas. El investigador hace hincapié en que las personas que toman suplementos de zinc debe ser cautelosas, en espera de la información necesaria sobre cuáles son las concentraciones adecuadas de este elemento.

Hace más de 50 años los científicos descubrieron altas concentraciones de zinc en unos compartimentos especializados de las células nerviosas, llamados vesículas, que contienen los transmisores que permite a las células nerviosas comunicarse. Las mayores concentraciones de zinc del cerebro se encuentran entre las neuronas del hipocampo, el centro cerebral del aprendizaje y la memoria. Se sabía que la presencia de zinc en estas vesículas sugiere que este jugaba un papel en la comunicación entre las células nerviosas, pero se desconocía cuál. El equipo de Duke ha confirmado que la eliminación del zinc de las vesículas de ratones genéticamente modificados impide una buena comunicación. Además, también observaron que el aumento del neurotransmisor glutamato aumenta la comunicación mediada por el zinc.Un aumento excesivo de la comunicación de las células nerviosas que contienen zinc produce y empeora la epilepsia.

Fuente:

Muy Interesante

12 de agosto de 2011

Por qué olvidamos el nombre pero no la cara de un conocido

Especial: Medicina y Salud

¿Cómo se llama? ¿cómo se llama...? A menudo suele ocurrir que se nos acerca una persona cuya cara podemos reconocer, pero es imposible recordar su nombre.

Hombre sonriendo

A pesar de recordar la cara de una persona podemos olvidar su nombre.

Ahora científicos parecen haber entendido porqué, en ocasiones, olvidamos el nombre pero no la cara de un conocido: recordar diversos aspectos de una situación es un trabajo "de equipo" en el cerebro.

Según los investigadores de la Universidad de Bristol, Inglaterra, cuando necesitamos recordar cómo un objeto particular, por ejemplo una cara, surgió en un lugar o en algún momento particular, es necesario que actúen juntas múltiples regiones cerebrales.

Éstas son el hipocampo, la corteza perirrinal y la corteza prefrontal medial.

Se sabe desde hace tiempo que estas tres regiones parecen tener papeles específicos en el procesamiento de recuerdos.

La corteza perirrinal parece ser crucial para nuestra capacidad de reconocer si un objeto es conocido o nunca lo habíamos visto. El hipocampo es muy importante para el reconocimiento de lugares y para la navegación, y la corteza prefrontal medial está asociada con funciones cerebrales mayores.

Pero éste es el primer estudio que muestra que estas tres regiones pueden interactuar.

Circuito cerebral

Los científicos, que publican la investigación en Journal of Neuroscience (Revista de Neurociencia), llevaron a cabo experimentos con ratones para examinar la función del hipocampo en las tareas de reconocimiento de recuerdos.

En experimentos separados también investigaron cómo el hipocampo interactúa con las dos cortezas, la perirrinal y la prefrontal medial.

"Los procesos pueden volverse defectuosos con el paso de la edad, o quizás estamos demasiado ocupados para esforzarnos en recordar, o puede deberse a que una porción del circuito cerebral no está funcionando"

Dra. Clea Warburton

Descubrieron que ni el recuerdo del "objeto en su lugar" (donde dejamos las llaves) ni del "reconocimiento del orden temporal" (donde las vimos por última vez) pueden formarse si se rompe la comunicación entre estas tres regiones.

Según los investigadores, el estudio revela la presencia de un importante circuito cerebral hasta ahora desconocido.

"En la vida diaria normal recogemos información en este circuito cerebral, que puede involucrar también a otras partes del cerebro", explica la doctora Clea Warburton, quien dirigió el estudio.

"Si reconocemos a alguien en el supermercado pero no recordamos su nombre, esto puede deberse a que sabemos que hemos visto a esa persona en otra parte, quizás en el trabajo".

Y esta dificultad para recordar dónde la hemos visto, agrega la investigadora, puede deberse a varias razones.

"Los procesos pueden volverse defectuosos con el paso de la edad, o quizás estamos demasiado ocupados para esforzarnos en recordar, o puede deberse a que una porción del circuito cerebral no está funcionando".

"Por eso necesitamos usar estrategias para poder procesar mejor la información", agrega.

Estas estrategias, dice, pueden involucrar repetir en voz alta el nombre de una persona cuando nos la presentan la primera vez, o poner atención en una clave de su cara o cabello, cualquier cosa que ayude a que ese recuerdo se forme con más profundidad en nuestra memoria.

Tal como señalan los investigadores, el hallazgo de la función conjunta de estas regiones tiene implicaciones importantes para el entendimiento de la memoria y para ayudar a tratar a personas con discapacidades de memoria, como quienes sufren de la enfermedad de Alzheimer.

Fuente:

BBC Ciencia

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