Durante la etapa de la escolarización, hay un momento crucial en que los niños dejan de utilizar los dedos y empiezan a hacer las cuentas de cabeza. ¿Qué pasa en nuestro cerebro para adquirir esta habilidad? ¿Cómo se forma una mente matemática?
Esto es lo que se han preguntado neurocientíficos de la Escuela de
Medicina de la Universidad de Stanford, que han realizado resonancias
magnéticas a niños, adolescentes y adultos mientras resolvían problemas aritméticos.
Los expertos comprobaron que en los niños mayores se activaba más el área del hipocampo, vinculada a los recuerdos, y menos la corteza prefrontal y parietal, zonas neuronales relacionadas con el acto de contar. Es decir, al cumplir años recurrimos cada vez más a la memoria para las matemáticas.
Sin embargo, en el caso de los adolescentes y adultos, funcionaba a pleno rendimiento el neocórtex, donde se asienta la información archivada a lo largo de la vida en el cerebro maduro.
Según Vinod Menon, principal investigador del estudio, “esto
significa que el hipocampo proporciona durante la infancia una especie
de andamio para aprender y consolidar los datos en la memoria a largo plazo”.
Los científicos esperan que las conclusiones de su investigación
sirvan para paliar la dificultad innata de algunos alumnos con las
temidas “mates”.
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