Un equipo internacional pudo determinar el origen de las emisiones de un peligroso gas que había sido prohibido desde hace años por considerarse un potente destructor de la capa de ozono. El año pasado, un observatorio de Hawái detectó el repunte de los niveles de triclorofluorometano o CFCs, pero los científicos ignoraban su procedencia. Ahora, una investigación publicada en la revista Nature afirma tener la respuesta a esta interrogante.
26 de diciembre de 2019
China emite un gas prohibido que destruye la capa de ozono
Un equipo internacional pudo determinar el origen de las emisiones de un peligroso gas que había sido prohibido desde hace años por considerarse un potente destructor de la capa de ozono. El año pasado, un observatorio de Hawái detectó el repunte de los niveles de triclorofluorometano o CFCs, pero los científicos ignoraban su procedencia. Ahora, una investigación publicada en la revista Nature afirma tener la respuesta a esta interrogante.
23 de julio de 2014
¿Qué le pasaría a la Tierra después de una Guerra Nuclear?
El supuesto contempla la explosión de simplemente cien ojivas nucleares del tamaño de la bomba lanzada en Hiroshima, sobre el subcontinente indio. Cinco megatones de carbono negro entrarían en la atmósfera inmediatamente, absorbiendo el calor del sol antes de que pudiera llegar a la Tierra.
Un año después del hipotético conflicto nuclear la temperatura de la superficie de la Tierra caería unos dos grados, tras cinco años nuestro planeta sería tres grados más frío de lo que es actualmente. A los veinte años de la guerra, la temperatura media seguiría un grado por debajo de la temperatura media actual.
La bajada de las temperaturas reduce la cantidad de agua de lluvia recibida, un año después de la guerra, las precipitaciones se han reducido un nueve por ciento, veintiséis años después la Tierra recibe un cuatro y medio menos de lluvia.
Entre dos y seis años después la temporada de crecimiento de los cultivos se ha reducido entre diez y cuarenta días dependiendo de la región.
Las reacciones químicas en la atmósfera aumentan el agujero de la capa de ozono que nos protege de la radiación ultravioleta. Cinco años después de la guerra la capa de ozono se ha vuelto entre un 20 y un 25 por ciento más delgada. Diez años después la capa de ozono se ha recuperado, pero continúa siendo un ocho por ciento más delgada.
La protección UV ha disminuido produciendo más quemaduras solares y un aumento de la incidencia de cáncer entre la población.
Para evitar esta supuesta catástrofe, la comunidad científica quiere estimular a los países a destruir las aproximadamente 17.000 armas nucleares que todavía mantienen.
Vía | popsci
Tomado de:
Xakata Ciencia
20 de mayo de 2013
¿Qué pasaría si el centro de la Tierra se enfriara?
El núcleo de la Tierra tiene una porción interna sólida, rodeada por una capa líquida de unos 2.266km de gruesa.
Las corrientes de convección en esa parte externa del núcleo son las que generan el campo magnético de la Tierra.
Si el núcleo del planeta se enfriara y solidificara, el campo magnético se reduciría a casi nada y las partículas cargadas del viento solar podrían llegar a la atmósfera superior.
Eso podría desgastar la capa de ozono y exponernos a niveles de luz ultravioleta letales.
Lo que es quizás sorprendente es que la parte externa del núcleo está efectivamente congelándose, pero a un ritmo de 1 milímetro al año, así que pasarán 2.000 millones de años antes de que se congele del todo.
Fuente:
BBC Ciencia
3 de diciembre de 2012
El agujero de ozono afecta el crecimiento de los árboles
Los líderes mundiales acordaron tomar medidas para frenar el problema y a través de la firma del llamado Protocolo de Montreal (1987) eventualmente lograron reducir la emisión de los compuestos químicos que estaban generando la pérdida de ozono, lo que impidió que el agujero siga creciendo.
Lo que no sabían los expertos entonces es que los efectos de este fenómeno irían mucho más allá de un aumento en los niveles de radiación UV.
Casi treinta años después de que fuera detectado, un equipo internacional de científicos halló evidencia de que el agujero en la capa de ozono provocó un cambio climatológico que afectó notoriamente el crecimiento de árboles en las regiones más australes del mundo.
El estudio, liderado por el ingeniero forestal argentino Ricardo Villalba, fue tapa de la edición de noviembre de la revista científica Nature Geoscience.
Villalba, director del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), contó a BBC Mundo que en las últimas tres décadas los bosques más emblemáticos de la Patagonia tuvieron la tasa de crecimiento más baja de los últimos 600 años, como consecuencia del agujero de ozono.
Cómo están conectados
El motivo de esta baja de crecimiento es una caída de entre el 20% y el 30% en los niveles de precipitaciones durante los últimos 20-30 años, explicó Villalba.En vez, descubrieron que la caída en las precipitaciones estaba asociada a otro fenómeno conocido como la Oscilación Antártica del Hemisferio Sur (OAHS).
"La OAHS es como un anillo de diferencias de presiones que se forma en la atmósfera del continente antártico y controla la variabilidad climática en el hemisferio sur", detalló el experto.
El ciclo consiste de dos fases: la positiva, durante la cual los vientos del oeste –los que traen las lluvias- se mueven hacia el sur, provocando una disminución de las precipitaciones, y la negativa, durante la cual los vientos se mueven hacia el norte y vuelven las lluvias.
Los científicos creen que el agujero en la capa de ozono generó un cambio en el ciclo de la OAHS, prolongando la fase positiva.
Eso, según Villalba, habría provocado la mayor sequía y un aumento de las temperaturas en las zonas alrededor de la Antártida.
Efecto contrario
El equipo del Ianigla descubrió esta anomalía luego de estudiar los anillos de araucarias y cipreses, dos de los árboles más característicos de la Patagonia, que viven entre 500 y 800 años.Hallaron que tanto en Argentina como en Chile estos árboles habían sufrido un fuerte retroceso en su crecimiento en las últimas tres décadas.
Ante esta evidencia, los expertos decidieron contactarse con sus pares del otro lado del mundo, en Australia y Nueva Zelanda, para ver si esos países australes registraban un patrón parecido.
¿Cómo se explica? "Nuestros colegas australianos y neozelandeses analizaron los anillos de árboles en bosques húmedos y fríos, que se beneficiaron con las temperaturas más altas", explicó Villalba.
En cambio, los investigadores argentinos realizaron sus estudios en el norte patagónico, donde el clima es más seco.
"El paso siguiente es investigar el impacto del agujero de ozono sobre otras especies y en otras regiones", anticipó el científico.
Según los especialistas, si el Protocolo de Montreal se sigue aplicando con éxito para 2050 la capa de ozono podría volver a sus niveles normales y los agujeros se cerrarían.
Lo que no pueden anticipar los expertos es cuánto daño habrá ocurrido para entonces.
Fuente:
BBC Ciencia
Contenido relacionado
14 de noviembre de 2012
Smog (¿y qué es eso?)
http://londonincognito.files.wordpress.com/2011/05/smog-52.jpg |
http://www.tecnun.es/asignaturas/Ecologia/Hipertexto/10CAtm1/10-5Fot.jpg |
24 de septiembre de 2012
¡Peligro!: Respirar aire en Europa acorta la vida
El informe se basa en datos del año 2010 y analiza la presencia de ocho tipos de sustancias (partículas contaminantes en suspensión, ozono, dióxido de nitrógeno, CO2, metales pesados, benzeno y benzopireno y dióxido de sulfuro).
Los datos extraidos son preocupantes. Inquieta especialmente la exposición de una gran parte de la población europea a partículas contaminantes en el aire puesto que son unas de las más nocivas para la salud, al perjudicar a zonas sensibles de las vías respiratorias. El estudio señala que casi un tercio de la población urbana del continente está expuesto a concentraciones excesivas de estos contaminantes, según los límites anuales de la Unión Europea. Aún más alarmante es el dato si se compara con el límite máximo impuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este caso es el 95% de los habitantes de Europa el que se enfrenta a estas partículas perjudiciales para su salud. Los peor parados en este caso son los países de Europa del Este.
La UE ha dado importantes pasos en la reducción de las emisiones de gases contaminantes. Sin embargo, a la vista de los resultados, aún queda mucho por hacer. "En muchos países, las concentraciones de contaminantes atmosféricos todavía son superiores a los límites legales y recomendados establecidos para preservar la salud de los ciudadanos europeos", explica la profesora Jacqueline McGlade, directora ejecutiva de la AEMA.
Para la AEMA este es un paso esencial para apoyar futuras políticas de lucha contra la contaminación. Una lucha prioritaria, puesto que la contaminación atmosférica reduce la esperanza de vida humana aproximadamente en dos años en las ciudades y las regiones más contaminadas.
El ozono es otro de los elementos más peligrosos presentes en el aire, puesto que puede provocar problemas respiratorios e incluso muerte prematura. En este caso, son los países mediterráneos los más afectados por este tipo de contaminación. Una vez más, los datos tampoco son halagüeños: en las ciudades el 17% de los habitantes europeos está expuesto a niveles excesivos según el límite de la UE, mientras que basándose en el de la OMS, una vez más el dato, un 97%, produce escalofríos.
Otros datos reflejan luces y sombras: por un lado, las emisiones de dióxido de azufre se han reducido considerablemente gracias a las políticas de la UE que ha exigido tecnologías de depuración de las emisiones y un menor contenido de azufre en los combustibles; por otro, preocupa la exposición excesiva de casi un tercio de la población al benzopireno, peligrosas partículas carcinógenas.
Resultados de España
España no es de los países peor parados en el informe de la agencia. Incluso refleja una destacada mejoría en cuanto a la presencia de partículas contaminantes en el aire junto a Gran Bretaña, Suecia y Portugal.No ocurre lo mismo en el nivel de ozono, puesto que se encuentra entre los países con mayor cantidad de emisiones, sin llegar a superar el límite establecido por la UE.
Queda mucho camino por recorrer para proseguir con la reducción de contaminantes perjudiciales para la salud de las personas. Todo eso para conseguir que 2013 "sea el año de la atmósfera", en palabras del comisario de Medio Ambiente Janez Potočnik.
Fuente:
El Mundo Ciencia
12 de marzo de 2012
Muere el hombre que descubrió el agujero de la capa de ozono
Fue el primero que sospechó que la capa de ozono que protege a la Tierra se estaba acabando debido a sustancias químicas fabricadas por el hombre. El estadounidense Sherwood Rowland, de 84 años de edad, murió este lunes dejando una estela de investigaciones científicas que, no obstante, fueron ridiculizadas en su momento.
En 1974 Rowland trabajaba como profesor de química en EE.UU. cuando escribió un polémico artículo sobre los peligros de los CFC, los cloroflurocarbonos. La comunidad científica y la industria químico no sólo no lo tomaron en serio sino que se burlaron de sus hallazgos.
Veinte años después el científico recibía el premio Nobel de química por su trabajo.
Investigador de la Universidad de California en Irvine (UCI) compartió el premio con Mario Molina del Instituto de Tecnología de Massachusetts y Paul Crutzen, del Instituto Max Planck de Química en Mainz, Alemania.
"Hemos perdido a nuestro mejor amigo y mentor", señaló el decano de Ciencias Físicas de la UCI Kenneth Janda, al conocer la muerte de Sherry como le llamaban sus amigos.
"Salvó al mundo de una enorme catástrofe. Nunca vaciló en su compromiso con la ciencia, la verdad y la humanidad", subraya Janda.
Rowland y los cálculos de sus colegas llevaron a finales de la década de 1970 a algunas restricciones al uso de los CFC, que eran ampliamente utilizados como refrigerantes, en aerosoles, solventes y agentes para hacer espumas.
Sin embargo, no fue hasta 1985 cuando se le dio impulso a un tratado de prohibición de los CFC, el llamado Protocolo de Montreal. Ese año se confirmó que los productos químicos estaban provocando un agotamiento severo o "agujero" en la capa de ozono sobre la Antártida.
"Salvó a la Tierra de una tragedia"
El ozono, una molécula que se compone de tres átomos de oxígeno, es el responsable de filtrar la radiación ultravioleta dañina del sol.
El gas se produce y se destruye constantemente en la estratosfera, a unos 30 km sobre la Tierra. En una atmósfera no contaminada ese ciclo de producción y descomposición se encuentra en equilibrio.
Los CFC y otras sustancias químicas restringidas en Montreal ascendían a la estratosfera y liberaban bromo y átomos de cloro que luego actuaban como catalizadores de la descomposición del ozono.
"Mario y yo nos dimos cuenta de que esto no era sólo una cuestión científica, sino un problema ambiental potencialmente grave que implicaría el agotamiento sustancial de la capa de ozono estratosférica", detallaba Rowland.
"Sistemas biológicos enteros, incluyendo los seres humanos, estarían en peligro al estar expuestos a los rayos ultravioletas", explicaba el científico.
El agujero de la capa de ozono sobre la Antártida, que aparece en la primavera austral debido a la meteorología singular del polo, se ha estabilizado en los últimos años.
El agujero correspondiente al Ártico alcanzó su medida más grande en 2011, pero al igual que el sur se espera una recuperación a largo plazo ahora que el uso de los CFC está muy restringido.
Fuente:
Contenido relacionado2 de marzo de 2012
La luz de la Tierra reflejada en la Luna permite ‘redescubrir’ la vida
- Las mediciones pueden servir para buscar bioseñales en planetas extrasolares
- Los análisis permiten identificar la vegetación, el oxígeno, el ozono y el agua del aire, así como los océanos y las nubes
Para buscar algo es muy útil saber qué aspecto tendrá lo que uno busca. ¿Qué firmas biológicas podrían identificar los científicos que observan los planetas extrasolares? Muchos de esos cuerpos tienen tamaño terrestre y están en zonas alrededor de sus astros donde podría haber agua en estado líquido, pero ¿qué se podría ver desde aquí como prueba de vida allí? Unos astrónomos han ideado una estrategia para identificar marcadores de actividad biológica en la luz de nuestro propio planeta, donde, obviamente saben que existe. Para probarla se han servido de la Luna, apuntando hacia ella el VLT, el mayor conjunto de telescopios terrestres, instalado en Chile, y han analizado la luz reflejada en el satélite natural desde el planeta, logrando reconocer así áreas de vegetación, el oxígeno, ozono y agua del aire así como los océanos y las nubes. Ciertas combinaciones de gases en la atmósfera son indicadores de actividad de seres vivos.
“Hacemos un truco: utilizamos el brillo de la Tierra para observarla como si fuera un exoplaneta”, explica el líder del equipo, Michael Sterzik, astrónomo del Observatorio Europeo Austral (ESO). “El Sol ilumina la Tierra y su luz se refleja a la superficie lunar, que actúa como un gigante espejo que vuelve a reflejarla hacia nosotros, y eso es lo que hemos observado con el VLT”, añade.
La técnica desarrollada por estos investigadores es muy prometedora, asegura el ESO, pero habrá que esperar para probarla en otros sistemas planetarios con telescopios más potentes que los actuales (cada uno de los VLT mide 8,2 metros de diámetro), como el futuro gigante europeo E-ELT, de unos 40 metros de diámetro. Aunque, tal vez, ni siquiera sea suficiente esa enorme máquina astronómica para estos sutiles análisis y haya que esperar a tener nuevos potentes telescopios espaciales que se están planeando. De momento, se trata de ir haciendo pruebas.
La espectropolarimetría, como se llama la técnica empleada por estos científicos, “puede llegar a decirnos si una vida vegetal simple, basada en procesos fotosintéticos, ha emergido en algún otro lugar del Universo”, señala Sterzik, advirtiendo que “desde luego no estamos pensando en buscar hombrecillos verdes o indicios de vida inteligente”.
En la atmósfera terrestre, los principales gases producidos biológicamente son el oxígeno, el ozono, el metano y el dióxido de carbono. Por supuesto todos ellos se pueden producir sin la presencia de vida en el planeta, pero la existencia simultánea de ellos en proporciones determinadas son biomarcadores y eso es los han buscado y analizado Sterzik, Stefano Bagnulo (del Observatorio Armagh británico) y Enric Pelle (del Instituto de Astrofísica de Canarias).
Con la técnica de espectropolarimetría, en lugar de fijarse solo en cómo brilla la luz reflejada en diferentes colores, se mira también la polarización de la luz, cuando su campo eléctrico y su campo magnéticos tienen una orientación determinada. Con sus análisis, los científicos identifican en áreas locales de la luz terrestre las firmas del oxígeno, del ozono y del agua, datos que utilizan para caracterizar las propiedades de las nubes y de las partículas en suspensión, según explican en la revista Nature.
El experto Christoph U.Keller (Universidad de Leiden, Holanda) advierte en un artículo en Nature que “estamos todavía muy lejos de detectar vida en planetas extrasolares con técnicas de análisis remoto”, pero adelanta que los análisis de este tipo de la luz de astros reflejada por exoplanetas se va a convertir en breve en una herramienta habitual para caracterizar otros mundos.
“La luz de un planeta extrasolar lejano está sobresaturada por el resplandor de su estrella y es muy difícil de analizar, es como intentar estudiar un grano de polvo que está junto a una bombilla encendida”, señala Bagnulo. “Pero la luz reflejada por un planeta esta polarizada, mientras que la de la estrella no, de manera de estas técnicas nos ayudan a aislar esa luz tenue de la del astro”.
Palle, por su parte, aclara que “encontrar vida fuera del Sistema Solar depende de dos cosas: de que exista esa vida y de tener la capacidad técnica de detectarla, y este trabajo es un paso importante para alcanzar esa capacidad”.
Al estudiar en la Luna el color y el grado de polarización de la luz procedente de la Tierra, los tres investigadores han logrado deducir cosas sabidas, pero nunca con esta técnica: que la atmósfera terrestre está parcialmente nublada, que parte de la superficie está cubierta por océanos y que hay vegetación. Incluso han detectado cambios en la cubierta de nubes y la cantidad de vegetación en diferentes partes del planeta, aseguran los expertos del ESO.
Fuente: