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10 de abril de 2022

La verdad sobre las pruebas PISA

 Es probable que todos hemos escuchado en alguna oportunidad hablar sobre las pruebas PISA.

¿Qué significa PISA? 

El informe del programa internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés: Programme for International Student Assessment) es un estudio llevado a cabo por la OCDE a nivel mundial que mide el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, cienbcia y lectura.

Pero...

El informe PISA de ser una herramienta para diagnosticar debilidades y fortalezas de los sistemas educativos se convirtió en una liga de países.

Pero detrás de todo esto se encuentra un negocio millonario.


Un gran negocio

La obsesión por los exámenes educativos es una tendencia contemporánea..

La editorial británica Pearson, dueña de Financial Times y de The Economist, vio una gran oportunidad de negocio en ello. Debido a esto, Pearson logró el contrato para los exámenes PISA 2015, así como la exclusividad de la plataforma digital que los sustentará. 

Pearson utiliza PISA y otras pruebas similares como caballito de batalla para manejar los hilos de la educación mundial.

Pearson redacta los exámenes, los corrige y provee herramientas informáticas a los Ministerios de Educación para analizar el rendimiento, casi en tiempo real, como si fuera la Bolsa de Valores, donde los que cotizan no son empresas, sino colegios y, en último término, nuestros hijos.

¿Y esto es bueno o es malo?

Para Pearson todo esto es bueno, ellos manifiestan que su objetivo es revolucionar el concepto de educación en el mundo, personalizarla y reducir costos. 

Pero es malo porque las escuelas van a pasar más tiempo examinado que enseñando.

Según Donald Gutstein, académico canadiense, "Pearson consigue el grueso de sus ingresos en textos digitales, herramientas de enseñanza virtual, exámenes on-line... y sigue una serie de estrategias para crecer aprovechando la transición de lo físico a lo digital. Es un plan ambicioso para comercializar sus productos y servicios. Si tienen éxito, convertirán a los estudiantes en simples clientes".

¿Cómo llegamos hasta este punto?

Primero, un poco de historia.

La primera edición de PISA fue en el año 2000, posee un carácter trianual.

En la última prueba PISA, aplicada en el 2018, participaron más de 600 000 estudiantes, de 15 años, de 79 países, entre ellos Perú.

PISA a desbancado a otras pruebas internacionales como TIMMS o PERL.

PISA genera un informe muy detallado, con múltiples análisis. Lo de comparar a los países participantes era una estadística más. Pero la responsabilidad de crear una liga es del periodismo que le encanta hacer competencias de todo tipo para generar ostentosos titulares: "Perú fracasa otra vez", "Finlandia se cae en la tabla", "Los asiáticos golean"...

Y también es culpa de los políticos, que sacan pecho si las cosas van bien (cuando en realidad el mérito es de la gestión anterior), o justifican una reforma educativa a su gusto si las cosas van mal. Pero, ¿podemos confiar en PISA?

¿Los datos de PISA son confiables?

¿Sabía usted que no son las mismas preguntas para todos los países? ¿Y que ni siquiera tienen el mismo nivel de dificultad? No solo eso, en ediciones anteriores hubo pruebas que algunos países se saltaron, como las de comprensión lectora. Y lo que hizo PISA fue realizar una estimación, una proyección de lo que podían haber puntuado esos alumnos, como hacen a veces las compañías eléctricas con los recibos de luz, que nos cobran por lo que suponen que podemos haber gastado y no por el consumo real.

Además, las diferencias económica (a mayor nivel adquisitivo, mejor nota), sociales (a mayor emigración, peor nota) influyen. Pero también las diferencias de mentalidad de los niños en la gestión del tiempo. Son exámenes contra reloj. Los nórdicos y centroeuropeos dan un vistazo general, contestan primero a lo que saben y no tienen apreturas; los mediterráneos van pregunta a pregunta y luego no les da tiempo.

¿Cómo homogenizar todo este revoltijo de datos para realizar el ranking mundial? PISA emplea un complejo sistema matemático llamado método de evaluación de Rasch, método muy discutido por algunos matemáticos, que consideran que contiene errores. Además, un estadístico danés, Svend Kreiner, de la Univesidad de Copenhague y discípulo de George Rasch, ya advirtió que encima PISA no lo está aplicando bien, básicamente porque no se deberían equiparar los resultados si las preguntas no tienen el mismo grado de dificultad.


PISA se defiende

Los responsables de PISA han recibido acusaciones de oscurantismo en el tratamiento de los datos. Se defendieron con un informe de 419 páginas. Andreas Schleicher, director de PISA, reconoció que podían existir discrepancias en la clasificación, dependiendo de cómo se analizan los datos. Pero es que las diferencias pueden ser tremendas, como demostró Kreiner; cambiando algunos parámetros, por ejemplo, Canadá ocuparía el segundo puesto o el 22; Japón el octavo o el 40; y el Reino Unido, cualquiera entre el 14 y el 30.

A las críticas sobre la fiabilidad de PISA, muy fuertes en Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Australia y otros países, hay que sumar ahora las suspicacias: ¿Quién se beneficia de esta competencia entre países? ¿Por qué los asiáticos arrasan? ¿Es mejor su modelo basado en la repetición, la memorización y la obediencia, cuando muchos surcoreanos, que son los mejores del mundo, luego se estrellan cuando van a una universidad estadounidense? Además, hay muchas dudas sobre el juego limpio de China-Shangái. ¿Hacen tranpa? ¿Estamos ante una adulteración de la competición, como pasaba en el deporte con la antigua RDA?

La obsesión se vuelve negocio

En este río revuelto, uno ha sido el más vivo: Pearson.

Y todo gracias una estrategia que diseño su antiguo CEO, Marjorie Scardino. Y que sigue el actual, John Fallon. Hagamos las preguntas. Diseñemos las plataformas digitales para hacer los exámenes. Redactemos los textos para que los niños estudien y saquen buenas notas en esos exámenes. Convenzamos a los políticos para que nos los compren. Pearson dispone de think tanks y expertos a sueldo. Al fin y al cabo, es la mayor editorial educativa del mundo.

Y el catálogo de nuevos productos puede ser inagotable. ¿Por qué no ponemos al alcance del público los test que hacen los países punteros? Imaginen el prestigio que tendría un colegio si pudiera decir: somos mejores en matemáticas que los coreanos... Dicho y hecho: ya empiezan a probarlo en los EE.UU. ¿Y por qué limitarse a estudiantes de quince años? Por qué no sacar pruebas para que los adultos puedan compararse con sus hijos...

La casa matriz de Pearson está en Londres, pero la experiencia en los EE.UU. Pearson consiguió en el 2011 un contrato por cinco años para los exámenes oficiales de las escuelas públicas de Nueva York por 32 millones de dólares. Y se dio una protesta insólita en dicha ciudad: padres de familia, maestros y estudiantes de decenas de centros se quejaban de la cantidad de exámenes, que algunos califican de epidemia. Niños de primaria sometidos a pruebas de tres horas. Muchos se preguntan por qué una empresa privada y con ánimos de lucro tiene tanta influencia en el sector público.

Pearson logró el contrato para las pruebas PISA 2025 a un precio relativamente módico, sólo 1.3. millones de euros. 

PISA pretende también medir las destrezas digitales pues representan el futuro de los niños.

El Big Data hace su ingreso en el sector educación

El negocio puede ser redondo, va en la línea de la plataforma digital de Bloomberg, pero aplicado a la educación. Datos continuos que fluyen. Escuelas que suben y escuelas que bajan. Países que cotizan en rojo y en verde. No olvidemos que la galaxia Pearson es uno de los grupos mediáticos más influyentes. En un arranque de sinceridad The Economist señala que la industria de los exámenes internacionales está creciendo, aunque sacra conclusiones de ellos es más difícil.

Para Diane Ravitch, de la Universidad de Nueva York, estamos ante "la irrupción del big data en las escuelas". ¿Es una manera de ayudar a estudiantes y profesores? Puede, "pero también es una fórmula empresarial para desarrollar apps, vender datos de estudiantes y hacer dinero", denuncia. 

El capital riesgo ya se ha fijado en este mercado y está entrando a manos llenas en compañías digitales de creación y evaluación de exámenes, como Renaissance Learning Inc,, con participación de Google Capital y donde la firma especulativa Hellman and Friedman inyectó 1 100 millones de dólares solo en el 2013. 

PISA son exámenes donde todo está tabulado.

Los cuestionarios son tipo test.

No hay lugar para salirse del guión.

¿Dónde queda la creatividad?

¿Dónde queda la imaginación?

Según Ravitch "estamos perdiendo la habilidad de pensar diferente y premiando el conformismo". 


Con información de XL Semanal


23 de octubre de 2018

Cómo Portugal logró convertir su sistema educativo en uno de los mejores del mundo

Poca inversión pero constantes mejoras, la estrategia de Portugal para superar la media de la prueba internacional Pisa. Estudiantes en la reconocida escuela Carcavelos de Portugal. Carcavelos cuenta con la tasa de repetición más baja del país (alrededor del 3%).

Esa escuela, sin adoptar un modelo educativo específico, decidió acabar con las repeticiones hasta el noveno año de la enseñanza básica. La acción viene acompañada por un programa más intensivo de apoyo al alumno.


En los últimos años en la Unión Europea se observa un fenómeno que llama la atención: uno de los miembros más pobres del bloque, que todavía siente los efectos de una grave crisis económica, está ascendiendo cada vez más en la principal prueba internacional de educación.

Portugal logró que sus alumnos de 15 años se situaran por encima de la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los países más ricos del mundo, en las tres áreas de estudio evaluadas por la prueba Pisa: ciencia, lectura y matemáticas.
Desde que la OCDE comenzó a aplicar la encuesta -que se realiza cada tres años- en 2000, Portugal ha avanzado "a pasitos".

Y lo logró sin apostar por ninguna estrategia educativa importante sino invirtiendo en las personas que componen la comunidad escolar, especialmente las madres y los niños de 0 a 6 años.

Entre los 72 países que participan en la prueba, la puntuación de Portugal en la última evaluación fue de ocho puntos por encima de la media en ciencia, cinco puntos en lectura y dos puntos en matemáticas.

Esto sitúa a Portugal entre los mejores del mundo, pero aún está lejos del rendimiento de los sistemas educativos de referencia internacional, como Singapur, Finlandia, Hong Kong, Canadá y Suiza.

Escolarización de las madres

En la década de 1970 Portugal universalizó la educación, logrando tener a todos los niños en edad escolar en centros educativos.

Esto significa que los padres de los niños que están hoy en la escuela son la primera generación escolarizada, y eso, a su vez, lleva a otra manera de educar y también a expectativas diferentes en relación al curso académico de los hijos.

En un período más reciente, entre 2003 y 2015, el número de madres que completaron la enseñanza secundaria subió en un 41%.

"El indicador que más influye en el rendimiento escolar es la educación y la escolarización de la madre", dice Gomes Ferreira.

"Si hoy tenemos madres más educadas y más apoyadas, es natural que tengamos niños más capaces de insertarse en la escuela, de involucrarse y de evolucionar".

Otro aspecto positivo tiene que ver con la primera infancia: la mortalidad infantil en menores de 5 años en Portugal ha caído en un 94% desde 1970, según Unicef.

Un informe de 2017 también indica que sólo 15 países, entre ellos Portugal, han adoptado tres políticas nacionales básicas para apoyar a los padres de bebés y niños pequeños durante el período más crítico de su desarrollo:
  • dos años de guardería gratuitos
  • pausas para lactancia en el trabajo para las nuevas madres por seis meses
  • licencia parental adecuada
"Eso (el desarrollo de los niños en los primeros años de vida) puede ser tan o más relevante para esos resultados que un método u otro aplicado a la educación", asegura Gomes Ferreira.

De acuerdo con un informe publicado recientemente por la OCDE, a pesar de los recientes avances, Portugal está entre los países más desiguales de esa organización, con una gran proporción de adultos sin educación y niveles de desigualdad de ingresos por encima de la media.

El 10% más rico tiene un rendimiento casi cinco veces superior al 10% más pobre, y la diferencia está relacionada con la baja educación de la población, ya que el 55% de las personas entre 18 y 64 años no concluyó la enseñanza secundaria.

"Los países que presentan mejores resultados educativos son aquellos que son más cohesionados socialmente". En este sentido, su opinión es que Finlandia, hoy referencia en educación, fue el primer "alumno aplicado", al garantizar un equilibrio de sus políticas sociales y crear un desarrollo sostenido.

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

31 de agosto de 2018

Jo Boaler: "Nos han estado enseñando mal las matemáticas durante todo este tiempo"

¿Eres una de las muchas personas en el mundo cuyos recuerdos relacionados con las matemáticas son estresantes exámenes y angustiantes e interminables tareas?
De ser así, no tienes por qué sentirte culpable al respecto.

Investigaciones recientes realizadas en la Universidad de Stanford, en California, Estados Unidos, señalan que no todo es nuestra culpa.

De hecho, es todo lo contrario. 

Estudios de comportamiento efectuados en miles de niños y adolescentes estadounidenses, pero también británicos, indican que fueron precisamente esas extenuantes tareas y pruebas de varias horas las que condicionaron nuestras capacidades de desarrollar nuestras habilidades matemáticas.

Es posible que nuestras dificultades relacionadas con álgebra y trigonometría tuvieron su origen mucho tiempo atrás, cuando recién dábamos nuestros primeros pasos en la aritmética.

¿Qué tienen de malo los exámenes?

Jo Boaler, profesora de matemática de la Universidad de Stanford, sostiene que la actual enseñanza de esta rama tiene mucho de procedimientos y cálculos, pero muy poco de entendimiento.

Por ello, la investigadora tiene en la mira a dos de los grandes culpables de nuestros problemas actuales (y de nuestros tormentos pasados): los exámenes y las tareas.

Lea el artículo completo en:

BBC Mundo

6 de agosto de 2017

El lado oscuro del examen más difícil del mundo, que se hace en China

Entre el 7 y el 9 de junio, de este 2017, ha tenido lugar en el país asiático el 'gaokao', célebre por su dificultad, y que es una de las pocas maneras de prosperar socialmente en dicho país.


Es probable que usted haya oído hablar del 'gaokao'

El gaokao (Examen de Entrada Nacional a la Educación Superior), el equivalente chino de nuestra Selectividad, acompañado de la coletilla “el examen más difícil del mundo”. La coincidencia de fechas de este año ha dado lugar a odiosas comparaciones: hay quien lamenta, de manera un tanto apocalíptica, el bajo nivel del sistema educativo español, y ofrece como ejemplo esta exigente prueba en la que los adolescentes chinos deben, por ejemplo, responder preguntas tan abstractas como “¿tienen color las alas de la mariposa?” o “¿a quién admiras más, a un investigador de biotecnología, a un ingeniero técnico o a un fotógrafo?”

Es una comparación un tanto improcedente, sobre todo porque lo que se interpreta como la expresión máxima de la cultura del esfuerzo oriental puede ser en realidad una manifestación de las grandes dificultades de ascenso social que aún caracterizan a China, donde la mayor parte de la población proviene un entorno rural. Para cientos de miles de los 9,4 millones de estudiantes que este año 2017 han realizado el examen, es la única posibilidad que tendrán en su vida de abandonar el pueblo y estudiar en una de las 2.236 facultades situadas en las grandes ciudades.

Una situación que pone a muchos de los alumnos al límite, hasta el punto de que en el año 2014 tuvieron que instalarse barreras antisuicidio en algunos centros para evitar que los estudiantes acabasen son su vida, como ocurrió en una escuela de Hebai, que instaló vallas en las ventanas de las habitaciones de los alumnos después de que dos de ellos saltasen al vacío durante los meses anteriores a la realización del 'gaokao'. Algo que no hemos visto ni probablemente veremos en las pruebas de acceso a la universidad española, que a pesar de condicionar igualmente el futuro del estudiante, no resultan ni de lejos tan estresantes.
 
Como puso de manifiesto el Libro Azul de la Educación chino publicado en 2014, el 93% de los 79 suicidios de los estudiantes estaban relacionados con la presión ejercida por padres y profesores para que sacasen buenas calificaciones. Que se llegue a dichos extremos dice mucho tanto de la configuración del sistema educativo chino como de su sociedad, puesto que estos casos no solo se dan entre aquellos que están a punto de realizar el examen a los 18 años, sino también a una edad mucho más temprana. En julio de 2016, un niño se arrojó al tráfico después de discutir con su madre acerca de los deberes.

¡Bienvenidos a la Industria del Ascenso Social!

No es por lo tanto sorprendente que se haya erigido alrededor del 'gaokao' una industria del engaño que, desde la distancia, parece pintoresca, pero que examinada con mayor atención revela el drama asociado a estas pruebas, en las que ni la mitad de los que se presentan (3,7 millones de 9,4) conseguirán acceder a una universidad. Pero debido a la gran diferencia que existe entre los mejores centros y los peores, no se trata únicamente de la posibilidad de disfrutar de estudios superiores, sino de matricularse en centros como la Universidad de Tsinghua, la de Pekín o la de Fudan, las mejores del país, que puede garantizar por sí mismo el futuro de los estudiantes.

De ahí que la astucia de los alumnos y, sobre todo, de sus padres, se haya agudizado a medida que las autoridades públicas han intentado hacer frente a esta picaresca. La táctica más escandalosa quizá sea la que reportó el 'Global Times': padres que pagan miles de yuanes (cantidades que rondan los 4.000 euros) a otros adolescentes más habilidosos para que se hagan pasar por sus hijos y realicen los exámenes en su lugar, una estrategia habitual en la región de Jiangxi investigada por el Ministerio de Educación. Ello ha provocado que desde el pasado año hacer trampas en el examen se considere un crimen. También se ha prohibido mudarse para hacer el examen en una de las regiones “fáciles”, donde la competencia con otros estudiantes es menor.

No ha sido la única estrategia establecida con el objetivo de conseguir unos puntos más en el examen. La adopción de la tecnología de última generación (móviles, pinganillos en la oreja y relojes inteligentes) han provocado que se instalen detectores de metales a la entrada de los centros donde se realizan los exámenes. El año pasado se llegaron a introducir drones para detectar señales inalámbricas y pruebas dactilares para identificar a los posibles suplantadores. En algunos lugares se proporcionan píldoras contraceptivas a las niñas para retrasar su regla e inyecciones a los niños para ayudar a que se concentren.

Lea artículo completo en:

El Confidencial

14 de diciembre de 2015

Robert Swartz: los exámenes prueban la memoria y no la inteligencia

El profesor emérito de la Universidad de Massachusetts (EEUU) Robert Swartz considera en una entrevista con Efe que el sistema de evaluaciones escolares puede probar puntualmente la memoria del alumnado, pero no muestra su inteligencia y creatividad y tampoco contribuye a su desarrollo.


Swartz, que participa en un seminario en el colegio Peleteiro de Santiago de Compostela sobre "Creatividad, pensamiento crítico e innovación en el currículum", opina que ese tipo de pruebas "suelen poner a prueba la memoria" de los alumnos, pero no sus capacidades, habilidades y conocimientos.

Advierte además de que a menudo se da la circunstancia de que el profesorado llega, incluso, a "preparar a los alumnos para las pruebas", mediante un método que consiste en repetir una serie de conocimientos aprendidos, para lo que es necesario que tengan que "repasar", y eso puede conllevar que olviden luego lo interiorizado para ese fin examinador y que, por ende, "el aprendizaje se vuelva un aburrimiento".

Filósofo y director del Centro Nacional para la Enseñanza del Pensamiento (NCTT, siglas en inglés), una especie de 'think-tank' o laboratorio de ideas para fomentar un aprendizaje más participativo y creativo de los alumnos, Swartz apunta que en Estados Unidos "los exámenes se han convertido en un negocio" para algunas empresas que son vendedoras de ese tipo de productos.

Indica así, con añoranza, que la iniciativa primigenia del programa internacional de evaluación de estudiantes, conocido como "PISA", estaba inicialmente diseñada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para contrastar los resultados en unos y otros países, y para mostrar "algo más que memoria".

Confiesa ser consciente de que eso ha suscitado muchas críticas en diversos países de los que ven que esos exámenes obvian, precisamente, muchas de las potencialidades de los alumnos. Sin embargo, estima que PISA es una herramienta indicativa para ver la evolución y los progresos, aunque considera conveniente un debate profundo sobre ese tipo de pruebas para "poder mejorarlas".

En cuanto al hecho de que los resultados en España figuren en algunos indicadores por debajo de la media de países de la OCDE, que incluye a los estados más desarrollados del planeta, señala que "hay que tomarse seriamente la manera en que se educa" a las generaciones futuras.

Swartz explica que hace medio siglo que visitó España como estudiante y tuvo la oportunidad de viajar a diversos puntos de la Península Ibérica, aunque nunca a Galicia, pero observa que en los últimos años, en los que ha regresado para impartir programas de formación dirigidos a profesores a cargo del NCTT, ha constatado que los educadores aseguran que el modelo actual "no está funcionando".

"Algunos me dicen incluso que es un fracaso completo", comenta el profesor estadounidense, que trata de persuadir de que el papel del docente sea más de "guía de aprendizaje" para "abrir la mente" a los alumnos e invitarlos a tener "capacidad crítica" y a descubrir por sí mismos.

Afirma este especialista que las tecnologías han permitido abrir nuevas ventanas al conocimiento y constituyen una "verdadera revolución", por lo que el papel del profesorado está cambiando y debe adecuarse también a proporcionar "referencias" para que los alumnos puedan distinguir por sí mismos, porque "deben ser conscientes de que en internet cualquiera puede poner lo que quiera".

"No se trata de censurar" sino de facilitar que esas nuevas tecnologías, que entrañan también "riesgos", puedan ser "herramientas útiles" que susciten el interés por el conocimiento, enfatiza. Swartz asegura que sus propuestas de aprendizaje, que impartirá en un taller junto a la profesora Carol McGuinness de la norirlandesa Queen's University, llevan a los alumnos a estar "más felices, más comprometidos y más interesados en sus tareas" y, asimismo, a tener "mejores resultados en los exámenes".

Tomado de:

18 de mayo de 2015

Tips para estudiar y hackear todo tipo de exámenes (la ciencia viene en nuestro auxilio)

El sitio Wonder How To ha compilado en un infográfico nueve extraños tips para estudiar mejor para un examen o incluso para tener un mejor desempeño en la vida en general. No son los típicos tips y eso es lo que los hace interesante: son sobre todo hacks, técnicas nootrópicas y lecciones de expertos tricksters que sintetizan viejos conocimientos con una nueva perspectiva. Después del infográfico, una traducción, comentarios y dos tips extras: uno tomado del estudio Feeling the Future, del psicólogo Daryl Bem (cómo usar el futuro o la ilusión del tiempo para sacar mejores calificaciones), y el último de la mnemotecnia de Giordano Bruno.
estudio-wonder

1. El primer tip recomienda: “Masca chicle de un sabor específico mientras estudias; vuelve a masticar chicle del mismo sabor durante el examen, lo cual puede acarrear la memoria”. 
Este es probablemente el tip más importante, apoyado en la teoría de memoria que se conoce como “Memoria dependiente del estado”. Escribimos un artículo sobre este fascinante tema que muestra cómo una memoria está condicionada por el estado mental en el que encontraba cuando se formó esa memoria. Hay cosas que sólo recordamos cuando bebemos alcohol o cuando nos colocamos en cierta posición, oímos cierta música o estamos con cierta persona. Se puede aprender a utilizar estos detonadores de memoria a nuestro favor.    En inglés se dice “Neurons that fire together wire together”, un dicho popular entre neurocientíficos que sugiere que las neuronas que se activen de manera conjunta, en cierto momento, forman una relación duradera. Usar un cierto sabor de chicle, en esa acción de mascar, es una forma de activar y retrotraer la memoria, codificando una coordenada activa. Podríamos igualmente beber té verde cuando estudiamos y contestamos el examen (si nos lo permiten) u usar algún otros recurso similar.

2. “Haz la técnica del pomodoro. Coloca un reloj por 25 minutos para terminar una tarea específica. Tómate de tres a cinco minutos, descansa y repite. Después de cuatro sesiones de 25 minutos de estudio, toma un descanso largo”.
El método Pomodoro fue desarrollado por Francesco Cirillo para administrar el tiempo de manera más eficiente e incrementar la producción. Cirillo usaba un reloj en forma de tomate para marcar su ritmo en la universidad (de ahí el nombre).Esta técnica se sustenta en la teoría de que el ser humano funciona mejor en periodos cortos de gran concentración con intervalos de descanso. Aquí se pueden descargar apps gratuitas para utilizar este lifehack.

3. “Lee en voz alta al repasar una lectura en lugar de estar en silencio, esto te ayudará a retener la información”. 
Aquí la idea es utilizar una variación e involucrar al cuerpo, emplear el volumen como un mapa de visualización. Al leer en voz alta utilizamos la oralidad, una técnica de memoria ancestral –recordemos que antes de la escritura y luego de la imprenta, la memorización de largos textos era muy común. Leer en voz alta puede ser un acto de resonancia mórfica que abre el teatro de la memoria.

4. “Busca un video en YouTube acerca del tema que estudias, esto para obtener información en un formato diferente”. 
De nuevo una idea que busca ampliar la forma en la que atacamos un tema y absorbemos información, esta vez de manera visual. Dilo con manzanas. En una cultura preeminentemente visual estos nos ayuda a tener una comprensión general, más que aprender detalles.

5. “Come sushi. El pescado mejora el funcionamiento del cerebro. Las nueces, el chocolate amargo y las moras azules también son buenas opciones”. 
Este tip es es también uno de los más importantes y va más allá del “día del examen”, aunque también se puede puntualizar. Ciertos alimentos por su contenido de antioxidantes, Omega-3, aminoácidos y otras propiedades favorecen el funcionamiento cerebral sin tener efectos colaterales como ocurre con nootrópicos como el Adderall o la Ritalina. Algunos más benignos son los racetams. Para quien busque sólo lo natural, una buena opción es la bacopa, el goku kala y el ginkgo de  biloba, tres hierbas altamente estimadas en Oriente para estimular la memoria. 
El artículo completo en:

19 de diciembre de 2013

Alumnos asiáticos: Máquinas de estudiar...

ABC (diario de España) visitó uno de los institutos de Shanghái que lideran el informe Pisa. Sus alumnos estudian desde las 8:00 de la mañana hasta las 9:30 de la noche.

 

Alumnos chinos del instituto Jincai de Shanghái 
Hijo único de dos funcionarios del Gobierno, el adolescente Cai Zhendong estudia en el instituto público Jincai de Shanghái, uno de los que han participado en las pruebas del informe PISA de educación que ha evaluado a medio millón de estudiantes de 65 países. Como en 2009, los alumnos de esta ciudad china han vuelto a obtener los mejores resultados del mundo en sus tres categorías: matemáticas, lectura y ciencias.
Tan sobresaliente logro se explica perfectamente a la vista de la vida que llevan los escolares chinos como Cai Zhendong, que parece más propia de una cárcel o un cuartel que de un colegio. Interno a sus 16 años en el instituto Jincai, se levanta de lunes a viernes cuando suena la campaña del centro a las seis y media de la mañana. Tras hacer la cama de la litera con pupitre que ocupa en un cuarto compartido con otros cinco estudiantes, asiste a las siete a una clase de 20 minutos para repasar y preparar el día antes de desayunar. Con edades comprendidas entre 16 y 18 años, los alumnos de los institutos chinos estudian nueve asignaturas: matemáticas, física y química, literatura, inglés, geografía, historia, biología, política y tecnología, más otras materias optativas como dibujo, música o ajedrez.

Masajes y ejercicio diario

A las ocho empiezan las cinco clases de la mañana, que duran 40 minutos y se compaginan con media de hora de ejercicios físicos en los que participan los 1.500 alumnos del instituto, que inundan el campo de césped del instituto. Pero, cuando la contaminación está tan alta como estos días, en los que una espesa niebla cubre la ciudad y oculta el «skyline» con los futuristas rascacielos de Pudong, hacen deporte en el gimnasio.
A partir de las doce y cuarto, tienen 45 minutos para almorzar en el comedor y luego media hora de descanso antes de retomar las tres clases de la tarde hasta las cuatro, que vuelven a intercalar con otra sesión de deporte de 25 minutos y unos ejercicios de relajación en los que se masajean las sienes para evitar la fatiga en los ojos.
A las cuatro y diez acaban las clases, pero eso no significa que los alumnos terminen el estudio ni abandonen el aula, ya que hasta las cinco se imparte alguna asignatura optativa. En el caso de Cai Zhendong, ha elegido experimentos químicos.
La cena se sirve a las cinco de la tarde y, una vez terminada, los escolares vuelven al aula a las seis para ver el telediario vespertino de la televisión estatal CCTV, auténtico lavado de cerebro de la propaganda del régimen. Tras recibir durante una hora su dosis diaria de ideología comunista «con características chinas», permanecen en el aula estudiando hasta las nueve y media de la noche. En ese momento regresan a los dormitorios y tienen media hora para ducharse antes de que se apaguen las luces a las diez.

Sábados, clases de refuerzo

Para impedir que los chavales charlen o jueguen hasta altas horas de la madrugada, un vigilante recorre las habitaciones, pero Cai Zhendong asegura que, al final del día, «estamos tan cansados que caemos dormidos enseguida y ni siquiera hablamos entre nosotros». Los fines de semana regresa a casa con sus padres y aprovecha para «dormir más y acumular horas de sueño para la semana», pero también debe hacer tareas. Además, la mayoría de los estudiantes chinos, internos o no, tienen los sábados y domingos repletos de clases privadas de refuerzo.
«La educación se toma aquí más en serio que en Occidente porque hay tanta gente en China que la competencia para conseguir un trabajo es muy dura», compara Tian Hong, la profesora de matemáticas de Cai Zhendong. Con 31 años de experiencia, asegura que «la enseñanza china ha pasado de basarse sobre todo en la memorización a buscar más la motivación y participación del alumno», al menos en Shanghái, que desde hace dos décadas controla su propio sistema educativo y tiene unos libros de texto distintos a los del resto del país. Pero, aun así, reconoce que «las clases en China no pueden ser muy participativas porque tenemos una media de 45 estudiantes por aula y muchas materias que enseñar». A tenor de la maestra Tian, «los alumnos no vieron muy difíciles los exámenes de PISA porque se parecían a los que vienen haciendo en nuestros colegios, donde intentamos explicar las matemáticas con aplicaciones a la vida cotidiana para hacerlas más digeribles».

Lea el artículo completo en:

11 de septiembre de 2013

¡Cada vez es más difícil copiarse en un examen!

¿Hasta dónde somos capaces de llegar con tal de copiarnos en un examen? ¿Cuándo empieza a ser más sencillo estudiar que desarrollar un complejo sistema para copiarse? La cuestión es que la cosa se está poniendo cada vez más difícil, ya que las instituciones están usando diferentes tecnologías para evitar el fraude durante una prueba. ¡Saquen una hoja!

Los métodos para copiarse durante un examen (o plagear o plagiar, como decimos en Perú) son infinitos:

Ocultar en el baño una hoja con la información, y algún momento simular sentirse mal y pedir pasar al excusado. Escribir información clave en las paredes o en el banco. Traer muchas hojas en blanco para hacer el examen incluyendo una que ya tenga cosas escritas. Escribir con un bolígrafo sin tinta, de forma que lo escrito pueda verse si la hoja se coloca en el ángulo adecuado. Pegar papelitos en diferentes lugares: detrás de la calculadora, en las mangas, etc. Escribir en la palma de la mano. O, directamente, espiar la hoja del que está sentado a nuestro lado. Etc., etc.

Como experiencia personal, recuerdo yo mismo, y otros compañeros, haber dedicado muchas veces más tiempo a preparar estos artilugios para copiarse que lo que hubiera llevado aprenderse la lección. Pero claro, la idea justamente no era estudiar, ¿no? Incluso una vez recuerdo haber entrado a dar un examen en nombre de otra persona.

Pero todo eso está llegando a su fin. En varios lugares del mundo se están tomando medidas cada vez más drásticas para evitar la copia, el cheating, como se dice en inglés. Miren si no lo que nos llega desde el Oriente (imágenes tomadas de neatorama):





Esto, en lo que respecta a dispositivos lo-tech. Que por ser baratos no dejan de ser efectivos. Y se ven bastante humillantes.

Ahora bien, si queremos ver metodologías más avanzadas, no tenemos más que echar un vistazo al sistema de vigilancia anti-copia de Gaokao, el Instituto Nacional de Educación Superior de China. El examen de ingreso es considerado uno de los más difíciles y que mayor presión psicológica ejerce sobre los alumnos. Y no solo es uno de los más difíciles, sino que es, por lejos, el más concurrido. Sólo en la última temporada, se incribieron 9,2 millones de postulantes al ingreso. El sistema de seguridad para evitar copias parece sacado de una distopía e incluye micrófonos de alta sensibilidad para evitar cuchicheos, detectores de actividad de wireless y cientos de cámaras de seguridad. Vean si no:


Imágenes de una sociedad que perdió el rumbo: la competencia continua, la evaluación para ver si pasamos o no del valor umbral estipulado a partir del cual el sistema determina si somos o no aptos, el perverso panóptico digital en todo su esplendor.

¿Tú, lector, qué piensas de esto? ¿Te imaginas un mundo sin exámenes ni evaluaciones?

Para relajar un poco la cosa, les dejo de regalo al maravilloso Mr. Bean intentando, justamente, pasar un examen.


Fuente:

NeoTeo

16 de enero de 2011

Anotar las preocupaciones antes de un examen mejora la nota

Los estudiantes podrían combatir la ansiedad previa a un examen y obtener mejores notas si escriben sus preocupaciones unos minutos antes de iniciar la prueba, según un estudio de la Universidad de Chicago (EE UU).

Los investigadores, liderados por el psicólogo Sian Beilock, demostraron a través de una serie de experimentos con estudiantes de diferentes edades que si éstos plasmaban por escrito sus temores antes de realizar un examen, reducían su ansiedad y dejan "libre" toda la capacidad de su cerebro para abordar la prueba con éxito, obteniendo puntuaciones mucho mejores que quienes no lo hacían. Según Beilock, las situaciones de presión merman una función de nuestro cerebro llamada memoria de trabajo, que es crítica en muchas tareas cotidianas ya que permite recuperar información relevante para la tarea que tenemos entre manos.

“A pesar de que las personas suelen estar motivadas para dar lo mejor de su mismas, las situaciones cargadas de presión, como exámenes o presentaciones importantes, hacen que estas personas se desenvuelvan por debajo de sus capacidades”, puntualiza el investigador, que ha publicado sus resultados en el último número de la revista Science. Con el método que Beilock y su equipo han puesto a prueba, “los estudiantes que tienden a sentir ansiedad durante los exámenes son capaces de sobreponerse a sus temores, por ejemplo las consecuencias de hacerlo mal, y sacar a flote todo su potencial”.

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9 de junio de 2010

Crean un examen a prueba de plagios

Miércoles, 09 de junio de 2010

Crean un examen a prueba de plagios

Una compañía estadounidense ha desarrollado un novedoso software que permite a los estudiantes rendir sus pruebas en cualquier hora y lugar.




El programa bloquea el uso de todos los archivos que no sean necesarios para el examen. (softwaresecure)

Los estudiantes británicos pronto podrían tener la oportunidad de hacer sus exámenes universitarios en sus propios dormitorios a cualquier hora del día o de la noche, sin poder copiarse.

La compañía estadounidense Software Secure ha desarrollado un programa que está diseñado para asegurar que los estudiantes sean honestos al hacer un examen, al mantenerlos bajo vigilancia y cortarles el acceso a cualquier material para copiar.

El software primero bloquea el uso de todos los archivos de Internet que no sean necesarios de manera específica para el examen.

Después pide una huella digital para comprobar que el candidato es la persona adecuada y utiliza una grabación de video y audio para asegurar que el estudiante sigue las condiciones del examen durante toda la duración de la prueba.

La empresa dice en su página web que “trae la sala de exámenes a la era de la informática, lo que hace que el examen sea menos estresante para los estudiantes, la facultad y los administradores”.

Al menos una universidad británica, la University of Wales Institute , en Cardiff, está experimentando el sistema y otros podrían seguir su ejemplo. Varias universidades de Estados Unidos ya lo han instalado.

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Peru21

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