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1 de septiembre de 2010

"Somos los descendientes de seis extinciones masivas"


Personajes: Jordi Agustí

Tengo 56 años. Nací y vivo en Barcelona. Soy paleontólogo. Soy profesor de investigación, destinado por el Institut Català de Recerques Avançades al Institut de Paleoecologia Humana de la URV. Casado, dos hijas.

Entrevista aparecida en el diario "La Vanguardia" de México:


¿Política?

Garantizar educación, sanidad y cultura. Ver Libros de Jordi Agustí.

Evolucionamos?

Ineludible, es ley de la vida.

¿Progresamos?

Esa sensación tenemos al ver que la vida aumenta su complejidad para adaptarse a las fluctuaciones ambientales, del entorno.

¿Hasta dónde llega esa adaptación?

Hasta independizarnos del entorno: ¡es la estrategia humana! Hemos desarrollado un órgano no biológico (la cultura) con el que modificar el entorno en nuestro beneficio.

¿Sólo nosotros hemos hecho eso?

Ninguna otra especie a nuestro nivel.

Y... ¿no estaremos pasándonos?

Sí parece que generamos cambios ambientales... que acabarán por perjudicarnos.

¿Cuándo empezó este proceso?

Hace dos millones y medio de años nuestros ancestros eran carroñeros, y hace dos millones de años ya empezamos a cazar...

¿Eso es ya modificar el entorno?

Apenas. Pero hace 11.000 años empezamos a plantar semillas y apacentar animales.

Es lo que llamamos neolítico, ¿no?

Sí: ahí generamos excedentes alimentarios, posibilitamos el aumento de población... y así nos salimos de la pirámide ecológica.

Y hasta hoy.

Hasta hace dos siglos..., cuando la revolución industrial exacerbó el proceso de modificación del entorno.

¿Hasta comprometer el futuro?

Sólo el de algunas especies vivas, incluida la nuestra. Si desaparecemos, dejaremos cuatro ruinas y la vida seguirá sobre la Tierra.

¿La extinción de qué especie indicaría que la siguiente es ya la nuestra?

La de las bacterias de nuestro intestino.

¿En qué momento ha habido en la Tierra más especies?

Ahora.

¿Ah, sí?

Sí. La última extinción masiva de especies vivas fue hace 65 millones de años.

¿Qué pasó?

Un meteorito caído en el actual golfo de México levantó tanta materia que tapó el Sol: murió el plancton, las plantas verdes...

Y los dinosaurios se extinguieron.

No sólo los dinosaurios: ¡ninguna criatura de más de 25 kilos sobrevivió!

Así, ¿todas las especies actuales descienden de las que quedaron entonces?

Sí, incluida la especie humana: usted y yo.

¿Existo gracias a una extinción?

¡Toda vida aquí resulta de seis extinciones masivas de especies! La sexta ya se la he citado; la quinta fue hace 200 millones; la cuarta, hace 250 millones de años...

Un momento: explíqueme la quinta.

Las aguas de los fondos oceánicos tenían muy poco oxígeno (anóxicas) y una marea las lanzó sobre las franjas costeras, ¡extinguiendo el 75% de las especies vivas! Especies que descendían de las supervivientes de la anterior extinción, 50 millones de años antes, que dejó vivas el 5% de especies.

¿Y cómo fue esta cuarta extinción?

Fue la mayor de la historia de la vida: súbitos afloramientos de carbón inyectaron en la atmósfera altas dosis de CO , lo que provocó 2 un calentamiento global... ¡que extinguió el 95% de las especies vivas!

¿De qué extinción previa provenían?

De la tercera, que hace 360 millones de años ya había extinguido al 70% de las especies, también por el envenenamiento de los litorales por aguas anóxicas.

¿Y cómo fue la anterior extinción masiva, la segunda?

Hace 440 millones de años el planeta se congeló casi por completo: desapareció el 75% de las especies existentes entonces.

¿Y la primera extinción?

Fue hace 530 millones de años, por descenso del nivel de las aguas y ascensión de aguas anóxicas. La vida la componía entonces la primera fauna pluricelular (trilobites, braquiópodos inarticulados, gusanos poliquetos y moluscos monoplacóforos): se extinguió ¡el 90% de esas primeras especies!

¿Cómo surge una especie nueva?

Ante azarosos cambios del entorno, estructuras existentes despliegan funciones nuevas: el plumón de las crías de dinosaurios era un termostato..., y acabó siendo pluma para volar: así aparecieron las aves.

¿Y los mamíferos?

Ya hubo micromamíferos antes de la extinción de dinosaurios..., pero explotará su expansión después, hace 56 millones de años.

¿Qué especie ha sido la más rara?

Para mí, el anomalacaris, artrópodo extrañísimo del Cámbrico: una especie de gamba gigante, de medio metro, muy depredadora, con aletas, tentáculos...

¿De qué especie extinguida le encantaría hallar y estudiar restos?

Al antepasado común de gorila, chimpancés y homínidos, que debió de vivir hace siete millones de años en Áfricacentral...

¿Qué especies han sido las más longevas sobre la Tierra?

Los nautilos llevan en el mar desde hace 400 millones de años... Pero todavía más las arqueobacterias: ¡estaban aquí hace casi 4.000 millones de años, cuando en la Tierra no había ni oxígeno!

¿No teníamos oxígeno?

La atmósfera de la Tierra no tuvo oxígeno hasta hace 2.000 millones de años. Lo tuvo cuando la actividad fotosintética de cianobacterias excretó oxígeno a la atmósfera: ¡eso envenenó a miles de especies de bacterias! De las que se adaptaron a respirar aquel veneno llamado oxígeno descendemos nosotros.

Fuente:

La Vanguardia

¿Por qué los fideos se parten en tres o más fragmentos?

Espaguetis
Creative Commons License photo credit: HaSHe

Durante años han sido muchos los físicos, algunos tan importantes como el premio Nobel Richard Feynman (cuenta la leyenda), que han intentado resolver este fascinante enigma –al menos a ojos de ellos lo era- culinario sin éxito. Por fortuna, siempre nos quedará París. Y más concretamente el Laboratoire de Modélisation en Mecánique de la Université Pierre et Marie Curie, donde los físicos franceses Basile Audoly y Sebastián Neukirch consiguieron en 2005, por fin, dar con la explicación.

La cosa funciona, “grosso modo”, así: al doblar el espagueti llega un momento en que éste supera su límite de curvatura y se rompe en dos partes. Los extremos recién creados de ambos fragmentos liberan entonces toda la tensión acumulada y comienzan a vibrar. O, desde una interpretación más física, en cada uno de los fragmentos se originan unas ondas de flexión no lineales -tanto mayores cuanto mayor es el fragmento resultante- que viajan a lo largo del “medio-espagueti” hasta alcanzar el extremo que sujetas, donde se reflejan. Cuando las ondas de ida y las de vuelta se encuentran, se solapan. En algunas zonas se anulan entre sí, pero en otras suman sus efectos hasta el extremo de que en determinados puntos el fideo supera de nuevo su límite curvatura, originándose así un nuevo sitio de ruptura, en el que a su vez se reproduce el mismo comportamiento, aunque menos intenso debido a que los fragmentos son cada vez más pequeños y por tanto vibran menos.

En resumen, que la ruptura inicial desencadena una cascada de rupturas por obra y gracia de las ondas elásticas que sacuden cada pieza. Claro que esta secuencia de eventos sucede a una velocidad casi instantánea por lo que el efecto es que los múltiples fragmentos de espagueti se originan simultáneamente.

Información obtenida de medicinaintegrativa.net.

Aquí os dejo una aplicación didáctica y el vídeo de Proyecto G donde también lo explica.




Fuente:

Ciencia On lIne

Las palomitas de maíz para microondas pueden ser cancerígenas

LA FDA (Food and Drug Administration) de EEUU, no dudosa de ser hooligan de las alarmas alimentarias, más bien lo contrario, acaba de hacer público un informe que cuestiona la inocuidad de las palomitas para microondas. Según han descubierto, el revestimiento químico utilizado en las bolsas de plástico de estas palomitas se transforma al calentarse en un ácido llamado perfluorooctanoico (PFOA). Este químico es un cancerígeno “probable”.

Palomitas de maízY no es el único componenete sospechoso de las palomitas para microondas. Otro estudio, este del National Institute for Occupational Safety and Health, (NIOSH), ha concluido que el diacetil, sustancia aprobada por la FDA y presente en el aromatizante de mantequilla falsa, causa cáncer en animales y es “probable que cause cáncer en seres humanos”. Existe incluso una enfermedad debilitante respiratoria asociada al diacetil llamada bronchiolitis obliterans y conocida como “pulmón de los trabajadores de las palomitas de maíz”. Esta enfermedad la sufren los trabajadores de fábricas de palomitas de máiz para microondas y es causada por la inhalación de humos que contienen este producto químico. El NIOSH recomienda hacer más estudios sobre este riesgo médico.

La FDA continúa haciendo estudios sobre los riesgos para los consumidores de palomitas de maíz referidos a estos dos productos químicos, mientras que algunos fabricantes han decidido dejar de utilizar temporalmente el diacetil en sus productos.

Fuente:

La Aldea Global

Creando un rayo con un cohete

Como viene siendo habitual en nuestra sección “¿Pero esto qué es?” os volvemos a presentar una foto inquietante, más incluso que las de Cuarto Milenio.

Si alguno de nosotros se encontrara con algo parecido a este efecto, posiblemente pensaría que se trata del comienzo de la apertura de una puerta a otra dimensión, que Thor está encabronado o que los cazafantasmas se han reunido para celebrar su tercera película pegando uno tiritos…

La realidad no se acerca ni de lejos pero resulta casi tanto o más curiosa que eventos como los anteriores.

Lo que veis en la foto es un rayo artificial o más bien provocado creado con un cohete especialmente preparado. Para ello sólo hace falta un cohete, una nube de tormenta, un pararrayos y echarle un poquitín de valor.

Colocamos el cohete cerca del pararrayos y lo disparamos contra una nube, ahora sólo nos hace falta crear una trayectoria conductora que se consigue añadiendo sales de cesio al combustible sólido o cloruro de calcio si usa un combustible líquido.

Para que quede un poquito más claro os pongo este vídeo donde se ven varios lanzamientos y como se produce el rayo cuando el cohete alcanza la nube.

Así que ya sabéis, cuando necesitéis darle vida a vuestras criaturas o recargar vuestro DeLorean ya podéis hacerlo sin necesidad de esperar a que el tiempo decida colaborar.— :Dani Burón [University of Florida]

Fuente:

Gizmología

La ciencia ¿cosa de machos?

cientifica La ciencia es cosa de machos

Hagamos un pequeño experimento. Así, a bote pronto (¡hey, no se vale entrar a Wikipedia!) trata de pensar en el nombre de 10 científicas famosas. Seguramente te habrás acordado de Marie Curie y de... uhm, ¿alguien más? A los programadores debe sonarles el nombre de Ada Lovelace, pionera en el ámbito de la programación. Quizá otros hayan recordado fugazmente a esa científica que estudiaba los gorilas Dian Fossey o Jane Goodall que estudia a los chimpancés. A los de Humanidades (y a mí), posiblemente les haya saltado el nombre de Donna Haraway, autora del legendario Cyborg Manifesto. ¿Otra?

Vale, seguro en los comentarios aparecerá alguien que sí se supo el nombre de 10 científicas sin necesidad de entrar a la Wikipedia (¡y estoy confiando en que no hicieron trampa!). Vamos a elevar un poco el listón: ¿qué les parece si les pido el nombre otra diez, pero de su país de origen? De las mexicanas, sólo he podido recordar de forma inmediata a Julieta Fierro, investigadora en el área de la astronomía.

La práctica científica sigue siendo uno de los ámbitos con menos equidad de género. Aunque es innegable que los números han mejorado significativamente en los últimos años, en la opinión pública no podemos decir lo mismo. La construcción social del científico sigue siendo eminentemente masculina. ¿No me creen? Para muestra, un botón: una reciente encuesta entre la población de Inglaterra encontró que dos terceras partes de los entrevistados no pudieron siquiera recordar el nombre de una científica famosa. Así que no se sientan (tan) mal si fallaron el test al inicio de esta entrada.

Y la situación es más alarmante con las nuevas generaciones. La misma encuesta mostró que el 90% de los encuestados entre 18 y 24 años no pudieron nombrar ni una científica (¡y se supone que están en su etapa universitaria!). ¿Será que sólo no recordamos sus nombres? Tampoco es la razón. Por ejemplo, sólo un 18% de los encuestados fue capaz de asociar el nombre de Dorothy Hodgkin con la estructura de la insulina (y también descubrió la del colesterol, la vitamina B12 y la penicilina. Del mismo modo, sólo un 6% asoció a Jocelyn Bell Burnell con el descubrimiento de los púlsares.

La ciencia poco a poco comienza a emparejar sus números en oportunidades, plazas de investigación, logros y reconocimientos. Sin embargo, si de por sí la práctica científica no suele llamar la atención del público en general, cuando se trata de recordar a las mujeres que consagran su vida al avance del conocimiento, nos quedamos todavía en pañales. Qué lástima que, inconscientemente, para la opinión popular la ciencia aún sea cosa de machos.

Fuente:

Alt 1040

400 científicos, en un mapa de metro

Modernscience

En este Modern Science Map pueden encontrarse todas las figuras relevantes de los últimos 500 años ubicadas convenientemente como si fueran paradas de las líneas del Metro. Es un trabajo de Crispian Jago.

(Vía Bad Astronomy Blog.)

Tomado de:

Microsiervos

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