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26 de abril de 2011

Chernóbil: Pripiat, la Pompeya de nuestro tiempo


Prípiat, localidad ucraniana situada a apenas cuatro kilómetros de la accidentada central nuclear de Chernóbil, era una ciudad modelo del paraíso comunista soviético hasta que la radiación la convirtió en la Pompeya de nuestro tiempo.

"Atención, atención! Queridos camaradas! Con el fin de garantizar la total seguridad de la gente, en primer lugar de los niños, es necesario evacuar provisionalmente a los habitantes de la ciudad", aseguró Nina Mélnik, locutora de la emisora de Prípiat.

Mélnik pronunció esas palabras el 27 de abril de 1986, un día después de la explosión en el cuarto reactor de la planta atómica que creaba, según sus palabras, "una situación radiactiva desfavorable" para la salud.

"Camaradas, al abandonar provisionalmente sus hogares no olviden, por favor, cerrar la ventana, desconectar aparatos eléctricos y de gas, y cerrar los grifos", dijo.

Pero los más de 50.000 habitantes de Prípiat no sólo nunca regresaron a sus hogares, sino que, en muchos casos, perdieron todas sus pertenencias.

"Por la tarde nos dijeron que nos evacuarían por tres días y resultó que fue para toda la vida", asegura Marina, antigua habitante de Prípiat, que abandonó la ciudad en uno de los miles de autobuses fletados por las autoridades locales con rumbo a Kiev.

En ese momento, en la ciudad vivían varias decenas de mujeres embarazadas, algunas de las cuales abortaron por consejo de los médicos, mientras otras optaron por dar a luz niños, que, en algunos casos, nacieron con malformaciones o murieron al poco tiempo.

Prípiat, que fue fundada en 1970, era un "atomogrado", es decir, una ciudad construida especialmente para albergar a los ingenieros, físicos y técnicos que debían construir una planta atómica, en este caso, la de Chernóbil.

Una ciudad jardín con amplias avenidas, edificios de 16 pisos, salarios privilegiados, estación de tren, puerto fluvial, una población con una edad media de 29 años, nula delincuencia y, por supuesto, muchos árboles.

Entre los ambiciosos planes urbanísticos para la ciudad figuraba la construcción de una torre de televisión, un hotel, dos centros comerciales, pabellones deportivos, cines y un palacio de la cultura.

Hoy, Prípiat, al igual que otras localidades de la zona de exclusión de 30 kilómetros alrededor de la central, es un lugar apocalíptico más propio del día después de una guerra nuclear.

Los contadores Geiger marcan en las desconchadas casas de Prípiat, especialmente en sus tejados, unos niveles de radiación que superan en varias decenas de veces lo permitido, ya que, en ciertos lugares, el cesio 137 yace hasta 20 centímetros bajo tierra.

Uno de los símbolos de la difunta Prípiat es la oxidada montaña rusa que debía haber sido inaugurada el 1 de mayo, pero que nunca llegó a ser utilizada.

"Mi marido me dijo que había ocurrido una explosión en la planta.

Una vecina y yo nos subimos al tejado y vimos el humo del cuarto reactor. En la ciudad no había pánico, los niños jugaban en la arena y la gente hacía cola en las tiendas", recuerda Tania, otra residente de Prípiat, quien después dio a luz dos niños sanos.

Mientras, el edificio de la escuela de Prípiat más parece una alucinación, ya que en los carcomidos pupitres aún permanecen los cuadernos y lapiceros de los alumnos, al igual que los mapas y los carteles patrióticos.

Cinco policías se ocupan de garantizar el orden en la ciudad fantasma, ya que el acceso no autorizado a la zona está penado con la cárcel, lo que no impide que los ladrones se paseen por Prípiat para llevarse cualquier cosa de utilidad, desde metales, a tuberías, muebles o cristaleras.

También está prohibida la recolección de champiñones, manzanas y frutos silvestres, y la captura de los peces y otros animales que campan libremente por su territorio contaminado.

Paradójicamente, a pesar de la radiación, Prípiat y toda la zona de exclusión se han convertido en una rica reserva natural con un gran número de jabalíes, alces, lobos, zorros, castores, visones, ardillas, hurones, nutrias, martas, comadrejas y cabras salvajes.

Algunos antiguos residentes y turistas viajan a Prípiat imbuidos por la nostalgia y lo que se encuentran es una ciudad invadida por las plantas silvestres, los matojos y los árboles que crecen en medio de los casas.

Es por ello por lo que algunos han llamado a restaurar la ciudad y convertirla en un museo de su tiempo y de la ignominia, debido a la irresponsabilidad del ser humano en el uso del átomo.

Entre los peligros de una visita a Chernóbil figura la posibilidad de derrumbe de alguno de los edificios desvencijados o un desagradable encuentro con las manadas de lobos que acechan por la zona.

Mientras, la central de Chernóbil permanece amenazante, esperando un cuarto de siglo después que alguien retire de una vez por todas el combustible nuclear de sus reactores.

Fuente:

ABC

A 25 años, nada se aprendió de Chernóbil

¿Aprendimos algo de Chenóbil? Según diversas organizaciones ambientales la respuesta es un rotundo NO.


A 25 años, nada se aprendió de Chernóbil

Como lo han demostrado desde hace tiempo las organizaciones ambientalistas, numerosos investigadores e ingenieros de renombre, así como investigadores del ámbito megaWatt, existen alternativas a la energía nuclear aunque algunos Estados se obstinen en defender el mito de su renacimiento, incluso cuando el desarrollo tecnológico alcanzado permite salir de esa industria sin dejar de respetar los compromisos climáticos de aquí a 2050, según la agenda ambiental internacional.

Así lo afirman Michèle Rivasi, diputada europea, fundadora de la Criirad (Comisión de Investigación y de Información Independiente sobre la Radioactividad); Yuri Bandajevsky, profesor de anatomo-patología y rector de la Universidad de Medicina de Gomel (Bielorrusia) y Daniel Cohn-Bendit, presidente del grupo de los Verdes en el Parlamento Europeo a propósito de los 25 años del estallido, por un error humano, del reactor 4 de la planta nuclear de Chernóbil (Ucrania, entonces Unión Soviética) el 26 de abril de 1986. (“Les leçons de Tchernobyl n’ont pas été tirées”, www.lemonde.fr/ 25 abril). Dicen ellos que el futuro energético de Europa y la reducción de los gases de efecto invernadero dependerán de las inversiones que se hagan en la próxima década, optando por tecnologías que nos permitan construir “un futuro durable y responsable”.

Cuando la central de Fukushima sigue arrojando nucleidos radioactivos en la biósfera, recordando la contaminación causada por Chernóbil, los autores llaman a aplicar urgentemente medidas de radioprotección en las zonas afectadas, para no repetir el error de Europa que durante años orientó su ayuda exclusivamente al control de la seguridad en de Chernóbil y su sarcófago”, en lugar de destinar fondos e investigaciones médicxas para para proyectos sanitarios.

Al respecto, los especialistas aseguran que “para la comunidad científica no hay duda alguna sobre la relación entre la catástrofe nuclear de Chernóbil y la inversión de las curvas de nacimiento en las zonas directamente afectadas por la radioactividad”. En particular en Bielorrusia, añaden, donde a 25 años de distancia se asiste a una “hecatombe” demográfica con una tasa de crecimiento de -5.9 por ciento.

Fuente:

Milenio


Es mejor no prolongar la agonía nuclear

Chernóbil sacudió las conciencias hace 25 años, pero la industria nuclear y sus aliados casi habían logrado que nos olvidáramos del desastre. Los cálculos que se acabaron imponiendo oficialmente establecieron que hubo mucho ruido pero sólo unos pocos muertos. Y aquello, además, fue simplemente un estrepitoso error provocado por la decadente burocracia comunista, porque el riesgo de las nucleares es casi cero cuando las gestiona gente competente.

Pero en esa Arcadia feliz ha irrumpido Fukushima, dirigida quizá por incompetentes, pero del subtipo capitalista. Todo el mundo vuelve a hablar de reforzar la seguridad (por lo tanto, hasta ahora el riesgo no era casi cero) y en la conferencia internacional que esta semana se ha celebrado en Kiev se ha instado a reevaluar las consecuencias de Chernóbil sobre la salud porque, repentinamente, ya no cuela que causara unas decenas de muertos un accidente que irradió a centenares de miles de personas.

Tras Fukushima se ha acabado el mito del riesgo casi cero. Es muy bajo, sí, pero la catástrofe humana y económica es tan grande cuando se produce el fallo que hablar de riesgo bajo suena a sarcasmo. Las aseguradoras ya lo sabían y sus primas disuasorias ya habían llevado hace muchos años a las empresas privadas a no invertir en nucleares, un sector que ha quedado en manos de la iniciativa pública en los países que se atreven con el riesgo.

Lo que quieren las empresas privadas es que se alargue la vida de las centrales instaladas, la mayoría amortizadas y, por lo tanto, generadoras de beneficios con muchos ceros. Los gobiernos han sido hasta ahora proclives a sus presiones, pero harían bien en pensar en serio, antes de firmar más prórrogas, cómo se las apañarán si les cae encima un Fukushima. Es mejor no prolongar la agonía nuclear.

Fuente:

Público

La OMS recuerda que el accidente de Chernobil cambió la actitud del mundo frente a la seguridad nuclear

¿Aprendimos algo de Chernóbil? Según la OMS, sí.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recordado que el accidente nuclear de Chernobil, del que el 26 de abril de 2011 se cumplen 25 años, cambió la actitud del mundo frente a la seguridad nuclear y que los estudios realizados sobre la población afectada, además de la investigación, mejoraron el conocimiento que hasta entonces se tenía sobre los efectos de la radiación ionizante en la salud humana.

"Tras el incidente de Chernobil, se revisaron los estándares internacionales de radiación, las estrategias para mejorar la seguridad nuclear, los procedimientos de respuesta a las emergencias y de mitigación de las consecuencias", han destacado.

Las actividades que desarrolla en la actualidad la OMS están vinculadas al Plan de Acción de Naciones Unidas en Chernobil, que define la estrategia de las agencias de Naciones Unidas en este campo, en estrecha colaboración con los tres países más afectados --Ucrania, Bielorrusia y Rusia--- para superar "el negativo legado del accidente de Chernobil en la tercera década de esfuerzos de recuperación".

"La OMS está trabajando para convertir la última información científica sobre las consecuencias del accidente en consejos prácticos sensatos para los habitantes de los territorios afectados", informan.

"Este trabajo --dicen los expertos de la OMS-- es parte del International Chernobyl Research and Information Network (ICRIN) Project, un esfuerzo conjunto de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés), el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (UNDP), UNICEF y la OMS".

Fuente:

Europa Press

Chernóbil, próximo destino de 'turismo extremo', ONU apoya la idea


El gobierno de Ucrania tiene previsto ofrecer excursiones regulares a Chernóbil dirigidas, principalmente, a turistas jóvenes y visitantes en búsqueda de "aventuras extremas", según informa en su página web la agencia rusa RIA Novosti.

Para su consecución, el Ministerio de Emergencias ucraniano ha aprobado recientemente un conjunto de normas a seguir dirigidas a los turistas que visiten Chernóbil.

Así, las reglas incluyen rutas específicas para los visitantes que elijan la antigua central nuclear como destino turístico, además de el establecimiento de unas pautas que garanticen la seguridad de los visitantes y ofrezcan la oportunidad de que los turistas conozcan, en detalle, la historia de la tragedia.

Ciertamente, el turismo en el epicentro de la fuga radiactiva no es una idea totalmente nueva, puesto que ya existen touroperadores que ofrecen rutas por los alrededores pero, hasta ahora, contaban con la desaprobación gubernamental.

Sin embargo, el Gobierno ha visto en la próxima celebración de la Eurocopa, que tendrá lugar en 2012 y cuyos anfitriones serán Polonia y Ucrania, una posibilidad de atraer turistas internacionales si el destino ofertado es Chernóbil.

Esta posibilidad "ha atraído la atención del Gobierno", por lo que a partir de ahora podría ser el Ejecutivo ucraniano el encargado de gestionar las visitas a la ciudad que alberga la central nuclear, a la vez que facilitaría los permisos a las agencias de viajes ucranianas para incrementar el número de turistas hacia la región contaminada.

Gracias a ello, los operadores turísticos ucranianos están anticipando un "saludable flujo de turistas" en la ciudad donde se produjo el desastre nuclear hace 25 años, aunque se muestran escépticos sobre si el famoso lugar de la catástrofe tiene los suficientes ingredientes para convertir a la urbe en destino turístico.

Así, las agencias temen que los turistas no tengan la certeza de que la seguridad está garantizada y se plantean si el gobierno efecturará las "enormes" inversiones en infraestructura necesarias para acoger al posible flujo de visitantes.

La ONU apoya la idea

En diciembre del año pasado, el ministro de Emergencias de Ucrania, Viktor Baloga, acompañó a Helen Clark, jefe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en su visita a Chernóbil, donde el responsable ministerial propuso que los viajes regulares a la ciudad podrían iniciarse en enero del presente ejercicio.

Por su parte, Clark apoyó la idea, considerándola como una "excelente oportunidad" para "aumentar la conciencia de la tragedia y la importancia de la seguridad nuclear", apostilló.

Con ello, la funcionaria de la ONU podría haber visto un "potencial económico" en Chernóbil, idea que se sustenta en los datos aportados por la revista Forbes en 2009, medio que posicionó a la ciudad como uno de los destinos turísticos "más exóticos" al recibir la visita de 7.000 personas durante ese año.

No existe consenso entre los expertos

No hay consenso entre los expertos sobre la conveniencia de promover el turismo en una zona contaminada con radiación por el peligro que puede suponer para los visitantes, por lo que "aún está por ver" si el Gobierno podrá organizar viajes al epicentro del desastre nuclear.

Por su parte, los responsables gubernamentales intentan convencer del "atractivo turístico" que puede representar Chernóbil para los turistas internacionales, a pesar de que los efectos de la radiación aún siguen vigentes.

En ese sentido, el portavoz de Estado del Servicio de Turismo y 'Resorts' de Ucrania, Ludwig Medyany, considera que visitar la urbe es un atractivo turístico "que vale la pena" porque "la gente necesita entender qué es un desastre nuclear y cómo podría afectar al Planeta".

Lo cierto es que los expertos temen que la seguridad en la zona no esté garantizada y la contaminación afecte a los turistas, debido a que los efectos radiactivos se "propagan de forma desigual en toda la zona", y el nivel de contaminación varía de un lugar a otro.

Por ello, la radiación "es muy inestable" y se "desplaza alrededor por el viento y la lluvia", por lo que existe un "alto riesgo" de que los turistas que se acerquen a Chernóbil se encuentren en una zona de "alta actividad" radiactiva.

Fuente:

Europa Press

Testimonio: Los últimos de Chernóbil

Ivan Semenyuk y María, su mujer. | Frank Moller


Van Semenyuk está dando de comer a las gallinas cuando la tropa periodística llega a su granja. Es una mañana de abril y, aunque no hace frío, todo parece invierno en este trozo de estepa ucraniana. El cielo es de color aluminio, los árboles están sin hojas y la maleza y el polvo invaden casas y caminos olvidados. Lo único que introduce orden en el caótico abandono es el huerto de patatas que hay junto a la casa del campesino, situada a unos pocos kilómetros de la central de Chernóbil, en la conocida como Zona de Exclusión, de donde fueron desalojadas 170.000 personas hace 25 años.

Semenyuk es uno de los pocos a los que se les permitió volver. Y aquí sigue, a sus 75 años, junto a su mujer, María, dos años más joven, viviendo de su pensión y cuidando un huerto, un cerdo y unas gallinas. Cámaras y reporteros de varios países han llegado desde Kiev para hablar con él y, al verlos llegar, el hombre se acerca con pausa a saludar. Se supone que el bicho raro es él, pero viendo la escena, uno empieza a creer que los raros somos nosotros.

Semenyuk mira con parsimonia y ojos pícaros a los periodistas que nos agitamos para tomarle la foto mientras intentamos que alguien traduzca lo que dice. Y, por fin, Semenyuk habla: «Sí, nací aquí y, después del accidente, en 1988 conseguí que me dejaran volver para acabar mis días. Aquí pienso morir, ¡pero de viejo, no por la radiactividad!».

Una respuesta así no parece propia del escenario del mayor accidente nuclear de la Historia. Pero es que en Chernóbil nada se parece a lo que pensamos desde la distancia. Por ejemplo, la famosa Zona de Exclusión, el territorio de 30 kilómetros alrededor de la central desalojado en 1986, está lleno de gente. Hay otras 180 personas que, como el matrimonio Semenyuk, viven en sus antiguas casas. Llegaron a ser más de 1.000 en los 90, pero eran ancianos y muchos han fallecido ya.

Semeniuk y su esposa, residentes en Chernóbil. | Afp



Lea el artículo completo en:

El Mundo Ciencia

Chernóbil – Filmaciones perdidas


Esta película muestra las terroríficas imágenes capturadas por el cineasta ruso Vladimir Shevchenko, escenas de aquellos días terribles abril de 1986 en Chernobyl.

En una de sus tomas, logró capturar el momento en que se estrelló un helicóptero MI-8.


Shevchenko más tarde murió a causa de su exposición a la radiación, lastimosamente su nombre no figura entre las víctimas oficiales del accidente.



Fuente: Freakdejavu

12 de abril de 2011

Japón aumenta alerta de Fukushima al nivel de Chernóbil

Las autoridades japonesas subieron la alerta del accidente nuclear en la planta de Fukushima Daiichi a nivel 7, el más alto de la escala internacional para desastres nucleares, y el mismo nivel en el que fue catalogada la crisis de Chernóbil en 1986. Hasta ahora, la emergencia estaba catalogada en nivel 5.

La Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear de Japón hizo el cambio ante la cantidad de material radioactivo acumulado, sumando todo lo que ya fue expulsado al medioambiente. Según la escala internacional, un accidente nivel 7 indica que ya se han expulsado decenas de miles de terabecquerels (billones de becquerels) de yodo radiactivo 131. Según las autoridades, la cantidad de material todavía es menor al registrado en Chernóbil, sin embargo, es suficiente para entrar en el nivel máximo de emergencia.

El vocero de gobierno, Yukio Edano, recalcó sin embargo que el alza en el nivel de gravedad no significa que la situación en Fukushima esté “empeorando”. De hecho, se ha considerado que el material que sigue saliendo de la planta ha disminuido.

La empresa dueña de la planta, Tokyo Electric Power (Tepco), se disculpó nuevamente por no poder detener la filtración de radiación. “La fuga de radiación no se ha detenido completamente y nuestra preocupación es que la cantidad filtrada podría llegare posiblemente al de Chernóbil o excederlo”, señaló Tepco. La compañía indicó que la mayor parte del material se ha fugado del reactor número 2, dañado por una explosión el 15 de marzo pasado, cuatro días después del terremoto de 9 grados que azotó a Japón.

Links:
- Japan ups Fukushima nuke crisis severity to 7, same as Chernobyl (Kyodo News)
- Japan raises nuclear crisis to same level as Chernobyl (Reuters)
- Gov’t apologizes after raising nuclear crisis level to highest (Japan Today)



Fuente:

Fayer Wayer

10 de abril de 2011

Tras Fukushima, el futuro está en las energías renovables


Las averías en la planta de Fukushima obligaron a evacuar las zonas aledañas.

Por Antony Froggatt

El accidente en la planta nuclear de Fukushima, en Japón, provocado por el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo, ha puesto nuevamente sobre el tapete uno de los temas más importantes vinculados con la energía nuclear: la seguridad.

Es sabido que las consecuencias de una accidente nuclear catastrófico pueden ser graves, pero también se sabe que la frecuencia con la que ocurren esta clase de eventos es baja.

La industria y los reguladores de este sector han llegado a esta conclusión tomando en cuenta las probabilidades de que se produzca un incidente en un año de operaciones.

En el caso de los primeros cuatro reactores de Fukushima, la Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear de Japón estimó en 2002 que la posibilidad de accidentes en el núcleo era de 1 en 100.000 o menos por año para cada reactor y que la probabilidad de incidentes que dañaran la vasija de contención era de 1 en 1.000.000 o menos por año, también para cada reactor.

clic Lea también: Fukushima y los mitos de la fuga radioactiva

Sin embargo, dado que han pasado unas pocas décadas -y no milenios- entre los accidentes de Fukushima, Chernobyl y Three Mile Island -la isla del estado de Pensilvania en Estados Unidos-, sobre los que también se pensaba que no estaba en riesgo el núcleo del reactor, resulta evidente que los operadores nucleares y/o los reguladores están desestimando los riesgos asociados a la tecnología nuclear.

En la cumbre sobre clima celebrada en Cancún, México, en diciembre de 2010 se dijo: "El cambio climático es uno de los desafíos más grandes de nuestro tiempo y todas las partes comparten una visión que implica trabajar de forma conjunta en el largo plazo".

Para cumplir con los objetivos de Naciones Unidas, las emisiones deberán reducirse en un 80% para 2050. Esto requiere una disminución drástica de las emanaciones de dióxido de carbono (CO2) por parte del sector energético.

Al mismo tiempo, los pronósticos anticipan un rápido incremento de la demanda de energía, impulsado fundamentalmente por el crecimiento económico de Asia, en particular China e India. La Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que la demanda global aumentará en un 47% para 2035.

Eficiencia energética

Quienes están a favor de la alternativa nuclear creen que ésta debería jugar un rol cada vez más importante en el sector energético de alta eficiencia, que tiene como meta no emitir CO2.

Sin embargo, la energía nuclear no es actualmente una tecnología global. Sólo 30 países la utilizan -entre ellos Argentina, Brasil y México- y seis -Estados Unidos, Francia, Japón, Alemania, Rusia y Corea del Sur- generan cerca de tres cuartas partes de la electricidad del mundo que proviene de reactores nucleares.

clic Vea: Fukushima, amenaza radioactiva

Niña con mascarilla

La contaminación radiactiva ha obligado a repensar el uso de la energía nuclear.

La contribución total de las plantas nucleares a la producción global de energía que se comercializa es de aproximadamente el 6%. En comparación, el aporte del carbón es del 25% y el del gas natural es del 23%.

Para que la energía nuclear cumpla un papel importante en suplir la demanda energética en el futuro, es necesario incrementar su uso. Esto aumentará significativamente las dificultades que ya existen en torno de la seguridad y del manejo de los desechos radiactivos y dará lugar, además, a una nueva serie de temores sobre la proliferación de materiales nucleares.

Dada la dimensión y la urgencia del problema, es crucial que se de prioridad a las tecnologías de bajo costo que hayan dado prueba de su eficiencia y sean de interés para todo el mundo.

Por esta razón, la prioridad debe ser la eficiencia energética, que no sólo apunta a combatir el cambio climático sino también a disminuir las dificultades en materia de seguridad y, además, genera beneficios económicos comprobados.

Cuestión de costos

En segundo lugar está la energía renovable que, para sorpresa de muchos, ha pasado a formar parte en los últimos años de los recursos energéticos más utilizados.

Por ejemplo, en la Unión Europea las instalaciones de energía renovable son las que han permitido, en gran medida, aumentar la capacidad energética en 2008 y en 2009.

De hecho, en Alemania generan más electricidad que la propia energía nuclear.

La implementación de energías renovables a gran escala no sólo es posible técnicamente y tiene ventajas para el medio ambiente, como lo han demostrado numerosos casos, sino que además produce beneficios económicos al reducir la dependencia a las fluctuaciones en el precio de los combustibles fósiles.

Mientras que el costo de la energía nuclear ha ido en aumento, el de las energías renovables ha disminuido y en muchas ocasiones es, incluso, la opción más barata.

Impacto

Después del accidente de Fukushima, la mayoría de los analistas creen que las complicaciones y los gastos de una planta nuclear aumentarán aún más.

Se espera, en particular, que se ponga mayor énfasis en proteger las centrales de amenazas ambientales como inundaciones, tormentas y sequías, que en teoría serán más frecuentes como resultado del cambio climático.

Planta de Fukushima

La central de Fukushima sólo produce el 3% de la energía que utiliza Japón.

Por otra parte, como en Fukushima los problemas fueron trasladándose de un reactor a otro y de los reactores a las piletas de almacenamiento, habrá que cambiar el diseño de las instalaciones y esto afectará -sin duda- el costo de las futuras plantas.

Varios estudios han demostrado que las fuentes renovables junto con la eficiencia energética bastan para suplir todas las necesidades de energía del planeta y que, en consecuencia, no es necesario recurrir a la opción nuclear.

El desastre de Fukushima ha puesto de manifiesto el impacto ambiental, social y económico que la energía nuclear puede tener en condiciones extremas.

Mientras Japón sigue tratando de lidiar con las consecuencias del terremoto y del tsunami del mes pasado, gran parte de los esfuerzos se han visto desviados hacia los intentos de contener la crisis en una planta que sólo produce el 3% de la energía del país.

Antony Froggatt es investigador principal del Programa de Energía, Medio Ambiente y Gestión de Recursos del centro de estudios Chatham House, en Londres.
Fuente:

BBC Ciencia


Lea también:

9 de abril de 2011

Chernobil contamina todavía los alimentos en Ucrania

  • Hay alta radiactividad en la leche, las setas y las bayas silvestres
  • Un informe de Greenpeace detecta cesio-137 en productos de consumo local
  • Hay zonas lejanas a Chernobil más contaminadas que otras cercanas al reactor
  • Los campesinos saben que el terreno es radiactivo, pero no tienen recursos
Análisis de leche realizado por Greenpeace en el laboratorio de Rokytne. | Robert Knoth/Greenpeace

Análisis de leche realizado por Greenpeace en el laboratorio de Rokytne. | Robert Knoth/Greenpeace

Cuando han pasado 25 años desde el accidente de la central nuclear de Chernobil, ocurrido el 26 de abril de 1986, el efecto de la radiactividad sobre el área circundante está muy lejos de estar superado. La atención se ha fijado en el entorno más inmediato a la planta atómica, donde cientos de miles de personas fueron desalojadas en un radio de 30 kilómetros y donde todavía se mantiene una Zona de Exclusión para restringir la permanencia en ella.

Pero la radiactividad llegó mucho más lejos. Unos 200.000 kilómetros cuadrados de Ucrania, Bielorrusia y Rusia fueron contaminados con altos niveles de radionucleidos, entre ellos cesio-137, un material altamente tóxico cuyo periodo de semidesintegración es de 30 años y cuya permanencia en el medio ambiente llega a los 300 años. Depositado en el suelo, se incorpora a las plantas y animales y luego llega al hombre a través de la cadena alimenticia, convirtiéndose en una fuente de radiación interna. La nube radiactiva afectó también a todos los países de Europa, como muestran los mapas de la ONU.

Un informe radiológico recién elaborado por Greenpeace y disponible por completo en su página web asegura que hay amplias zonas rurales de Ucrania, alejadas cientos de kilómetros de Chernobil, en las que el cesio-137 y otros materiales contaminan el suelo y el agua pasando a plantas y animales y a los alimentos, según explicaba a elmundo.es la científica de Greenpeace responsable del estudio de laboratorio, Iryna Labunska.

Alimentos contaminados en Ucrania

En su inspección, la organización ecologista recogió 117 muestras de comida en decenas de localidades de las regiones ucranianas de Rivnenska Oblast y Zytomyrska Oblast y las sometió a análisis de laboratorio.

Los análisis probaron la presencia de radiactividad en muchas de esas muestras en niveles muy superiores a los permitidos por las autoridades sanitarias.

La contaminación afecta especialmente a ciertos productos como la leche, ya que las vacas pastan en terrenos contaminados por radiación. Otros productos altamente tóxicos son las bayas y las setas silvestres, ya que los arbustos y los hongos absorben de forma muy rápida la radiación depositada en la parte superficial del terreno.

Setas y frutas silvestres son parte importante de la dieta de los campesinos ucranianos, que aprovechan estos recursos del bosque a lo largo de todo el año, pues hay una tradición de guardarlos en conservas. Otras muestras de patatas, remolachas, zanahorias o carne también analizadas mostraron niveles altos de radiactividad.

Greenpeace aclara que su trabajo no pretende ser una evaluación completa, sino sólo de una prospección que sirve para mostrar la gravedad de la situación. Como ejemplo, en un pueblo de la región de Rivnenska Greenpeace ha encontrado cesio-137 en el 93% de las muestras de leche recogidas. Las muestras tienen un nivel de cesio-137 que supera entre 1,2 y 16,3 veces la norma ucraniana para la presencia de ese contaminante en los productos lácteos. En el caso de las setas, una muestra de hongos listos para el consumo analiza en la comarca de Zhytomyrska Oblast arrojó una medición de 288.000 bequerelios por litro, es decir, 115 veces más de los valores permitidos para el consumo.

Olvido de la administración

Greenpeace recuerda que las autoridades no deben hacer caso omiso de la situación, como está ocurriendo ahora. "Después de 25 años, la población que vive a cientos de kilómetros de Chernóbil continúa expuesta a niveles de radiación peligrosos en la comida de origen local. Exigimos al Gobierno ucraniano que continúe realizando controles", afirma Aslihan Tumer, responsable de energía de Greenpeace Internacional.

En realidad, lo que hace que las poblaciones rurales se expongan al riesgo de consumir alimentos contaminados es la falta de recursos de muchos paisanos, pues es de sobra conocido que los terrenos están contaminados.

Muy poco después de la catástrofe se realizaron completos mapas de radiactivad de todo el país que mostraban qué tierras y bosques no eran aptos para producir alimentos. Los terrenos se caracterizaron en cuatro categorías según la gravedad de la contaminación. La nube radiactiva se dispersó durante días a merced de los vientos y las lluvias, de modo que la contaminación se dispersó de forma muy heterogénea. De este modo, hay zonas junto a la central de Chernobil que tienen mucha menos radiación de fondo que otras que están a cientos de kilómetros.

El problema en Ucrania es que, 25 años, después del accidente, muchos campesinos de zonas depauperadas del país hace caso omiso de las recomendaciones y llevan su ganado a pastar a terrenos que saben están contaminados, dice Greenpeace.

En los últimos años, el Gobierno ucraniano ha reducido las ayudas que otorgaba a los campesinos residentes en las zonas afectadas. Tenían derecho a recibir una ayuda mensual para comprar alimentos y no tener que recurrir a sus tierras contaminadas, pero estas ayudas han pasado de ser de 40 euros mensuales a 20 céntimos de euro mensuales, según han denunciado a elmundo.es responsables municipales del concejo de Rokytne, una de las áreas más contaminadas al oeste de Chernobil.

Responsables de los servicios médicos de la misma zona explican que continuamente atienden a ciudadanos con altos niveles de radiación en su cuerpo debido al consumo de alimentos contaminados y que intentan que los niños pasen al menos 100 días fuera de su comarca para intentar que en ese periodo se alimenten con productos sanos y puedan limpiar en parte los radionucleidos de su cuerpo.

Desaparición de las ayudas

Greenpeace también denuncia que, hace dos años, el Ministerio de Emergencias de Ucrania dejó de realizar los análisis de alimentos que llevaba a cabo año tras año en esas áreas y de publicar los datos. Según la organización, dejar de realizar esos análisis supone un riesgo para la salud pública.

Otras fuentes ucranianas lamentan que los esfuerzos para paliar los efectos de Chernobil estén mal enfocados. Según el doctor Valery Kashparov, director del Instituto Ucraniano de Agricultura y Radiología, es lamentable que se dediquen cientos de millones de euros a las obras de contencion del dañado reactor de Chernobil cuando bastaría un millón de euros anuales para evitar que los campesinos de las zonas más afectadas tuvieran que consumir alimentos contaminados. Según él, bastaría con proporcionar piensos limpios para su ganado y fertilizantes especiales que permiten la progresiva limpieza de los suelos contaminados. Sin embargo, estas tareas han sido olvidadas, asegura.

Siga al autor en Twitter: Pcaceres_

Fuente:

El Mundo Ciencia

¿Qué hacer con los 57 millones de litros de agua radiactiva de Fukushima?

Agua radiactiva de la central vertiéndose al mar. | Reuters

Agua radiactiva de la central vertiéndose al mar. | Reuters

57 millones de litros de agua radiactiva se acumulan en la central de Fukushima a los que cada día se suman cientos de litros que los trabajadores de la planta vierten sobre los reactores en su intento por enfriar su núcleos.

Pero, ¿qué se puede hacer con ellos? Después de que los técnicos lograran este miércoles cerrar la fuga por la que se estaban filtrando litros de este agua al mar, el problema que se plantea ahora en Fukushima es dónde van a ir parar los que se siguen acumulando.

Según publica el diario 'Los Angeles Times', el agua que se utiliza para tratar de enfriar los reactores y las peligrosas barras de combustible se está filtrando a través de fisuras dentro de la planta, a través de túneles y pasadizos de los niveles más bajos, donde se está acumulando un mar de residuos letales.

El problema: nadie sabe qué hacer con ellos. "No hay ningún precedente similar a esto que pueda ayudar a buscar una solución", asegura al diario Robert Álvarez, ex secretario adjunto del Departamento de Energía de EEUU.

El alto nivel de sustancias radiactivas en el agua tendrá que ser almacenado de forma segura, procesadas y solidificadas. Un trabajo que los expertos afirman que casi seguro se tendrá que realizar en un complejo especialmente diseñado para ello. Además, el proceso de limpiar el agua podría tardar muchos años, incluso décadas y el coste podría llegar a las decenas de miles de millones de dólares.

El problema inmediato al que enfrenta a los japoneses es cómo almacenar todo este agua, teniendo en cuenta que tanques de almacenamiento están casi llenos.

Barcazas y contenedores

Con ello, Tepco está considerando llevar en barcazas y tanques alrededor de 9 millones de litros de este agua radiactiva. Japón también ha pedido informes a Rusia para enviar una planta flotante de tratamiento de residuos llamada Suzuran que se utilizó para desmantelar los submarinos nucleares rusos en el puerto del Pacífico de Vladivostok. El Suzuran fue construido en Japón hace diez años.

Sin embargo, incluso utilizando barcazas y tanques para almacenar temporalmente el agua se genera un problema futuro que pasa por cómo deshacerse de los recipientes contaminados.

EEUU y los expertos japoneses dicen que la clave para resolver el problema consiste en reducir el volumen de agua mediante la concentración de los elementos radiactivos para que puedan ser solidificados en un lugar más seguro. Pero los expertos de residuos no se ponen de acuerdo en cómo hacerlo.

La dificultad de concentración y solidificación de los contaminantes depende de la cantidad de radiactividad en el agua, el tipo de isótopos y si el trabajo se puede realizar en Fukushima.

La mayoría de los expertos coinciden debe ser almacenado en algún contenedor donde se concentre el líquido. Sin embargo, otros consideran muy peligrosa esta opción ya que con el paso de los años al final los materiales radiactivos saldrían a la atmósfera.

Ampliar la zona de evacuación

Mientras tanto, el Gobierno japonés ha indicado este jueves que estudia ampliar la actual zona de evacuación de 20 kilómetros a 30 kilómetros alrededor de la central de Fukushima debido al peligro de exposición a la radiación durante largos períodos de tiempo.

El portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano, dijo que las autoridades están considerando ordenar la evacuación a algunos residentes de la zona de entre los 20 y 30 kilómetros alrededor de la planta, a los que ahora sólo se les recomienda permanecer a resguardo.

Edano sugirió que el Gobierno podría modificar los valores límite con los que se ordena una evacuación, ya que esas guías "se establecen asumiendo un accidente que libera un alto nivel de radiación en un corto espacio de tiempo".

El Gobierno nipón ha pedido a expertos que estudien medidas para evitar el riesgo a la población de una exposición prolongada, debido a que la crisis de Fukushima Daiichi sigue sin tener visos de terminar pronto por las dificultades para contener filtraciones radiactivas.

Fuente:

El Mundo

6 de abril de 2011

Las nuevas amenazas de Fukushima

Imagen del dañado reactor número 4. | Reuters

Imagen del dañado reactor número 4. | Reuters

Poco dura la alegría en la central nuclear de Fukushima. Si esta madrugada la compañía dueña de la planta japonesa, Tepco, anunciaba que había logrado detener la fuga de agua radiactiva procedente del reactor número 2, horas después el mundo amanecía con un informe de técnicos estadounidenses en colaboración con Tepco, en el que se advierte de que las amenazas a las que se enfrenta ahora la central no son pocas.

La evaluación confidencial realizada por la Comisión Reguladora Nuclear, y a la que ha tenido acceso el diario 'The New York Times', asegura que las medidas tomadas durante las pasadas semanas para controlar la crisis nuclear van a comenzar a tener serios efectos en la planta.

Entre las nuevas amenazas que se citaron en la evaluación fechada el 26 de marzo se hace hincapié en la fragilidad de las estructuras de contención de los reactores, ya que al llenarse de agua radiactiva son más vulnerables a romperse en el caso de una réplica similar a la que ha habido desde el terremoto del pasado 11 de marzo.

El documento también cita la posibilidad de que se produzcan explosiones dentro de los reactores debido a la liberación de hidrógeno y el oxígeno del agua de mar bombeada a los reactores y ofrece detalles de como la acumulación de agua de mar impide el flujo del agua dulce destinada a enfriar los núcleos.

En los últimos días, los trabajadores que permanecen en Fukushima se han enfrentado ya a las consecuencias de las medidas tomadas para enfriar las barras de combustible, como han sido las quemaduras provocadas por la fuga de agua radiactiva y los altos niveles de radiación a los que han estado expuestos.

El documento además ofrece una evaluación técnica más detallada que los funcionarios japoneses han proporcionado sobre el problema de que más barras de combustible se fundan, aunque coinciden bastante con los datos de los expertos estadounidenses.

Entre otros problemas, el informe se pregunta si será posible mantener por un tiempo indefinido sin lograr refrigerar las barras de combustible nuclear. Los expertos coinciden en que hay que seguir intentando enfriarlos los meses que hagan falta hasta que la situación de la planta se estabilice, aunque otros apuntan que los riesgos del bombeo constante de agua plantea dificultades que ni los técnicos saben aún valorar.

La evaluación también sugiere que los fragmentos o partículas de combustible de las piscinas han aumentado y han afectado gravemente a los trabajadores. El escape de radiactividad, que pudiera haber ocurrido durante una de las explosiones de hidrógeno, puede provocar aún más fugas radiactivas.

"Esto pinta un panorama muy diferente, y sugiere que las cosas están mucho peor de lo que imaginamos. Todavía podría haber daños más graves si algunas de estas previsiones no funcionan", asegura David A. Lochbaum, un ingeniero nuclear experto en el tipo de reactores que hay en Fukushima.

Los pasos recomendados por la Comisión Nuclear incluyen la inyección de nitrogeno en las estructuras de contención para purgar el oxígeno y el hidrógeno acumulados, y aconsejan que se continúe vertiendo boro al agua del refrigerador para evitar que se produzca una reacción nuclear.

Por otro lado, la evaluación proporciona nuevos detalles gráficos sobre las condiciones de los corazones dañados en los reactores 1, 2 y 3. Debido a la fundición de las barras de combustible y al agua de mar vertida, las vías de circulación parecen estar bloqueadas, especialmente en el reactor 1.

"Incluso el mejor malabarista del mundo puede tener demasiadas pelotas en el aire," dijo Lochbaum acerca de los múltiples problemas que tiene aún la planta. "Ellos tienen un montón de cosas críticas en el aire, y un paso en falso podría hacer la situación mucho, mucho peor", sentenció.

Fuente:

El Mundo Ciencia

3 de abril de 2011

Hallados muertos dos trabajadores de la central de Fukushima


Los dos operarios estaban desaparecidos desde el 17 de marzo.

21 trabajadores sufren alteraciones genéticas porla radiación.

TEPCO fracasa en su intento de tapar la grieta del reactor 2 con hormigón.



Un operario de Tepco muestra un agujero en el suelo cercano al edificio en el que se encuentra el reactor número dos de la central de Fukushima.- EFE

La pesadilla nuclear que vive Japón desde el terremoto y el tsunami que el 11 de marzo devastaron la costa noreste será larga. El Gobierno ha asegurado que la radiación continuará saliendo de la central durante meses. "No hemos escapado de la situación de crisis, pero en cierto modo está estabilizada", ha dicho en la televisión Goshi Hosono, diputado del gobernante Partido Demócrata de Japón y consejero del primer ministro, Naoto Kan. "¿Cuánto llevará (detener la fuga de radiactividad)? Creo que varios meses (...) Esta va a ser una batalla larga". Hosono ha advertido de que "el mayor desafío es que hay más de 10.000 barras de combustible usado en la planta" y que "se tardará mucho tiempo en reprocesarlas".

Cada día que pasa los ingenieros que intentan estabilizar la central nuclear de Fukushima se enfrentan a nuevos retos, que sitúan el fin de la peor crisis atómica que ha sufrido el mundo desde Chernóbil (Ucrania, 1986) en un horizonte lejano. Tokyo Electric Power (Tepco), la compañía propietaria de la planta japonesa, aseguró el sábado pasado que había descubierto una grieta de 20 centímetros en un foso de contención de hormigón en el segundo reactor de los seis que tiene la central, por la cual se está fugando agua con gran radiactividad al mar. Los intentos de sellar el foso han fracasado hoy. Tras rellenarlo de hormigón, el agua ha continuado filtrándose al océano, y los técnicos están intentando ahora bloquear con polímeros absorbentes las tuberías a través de las cuales llega el líquido a la estructura.

Y cada día que pasa, la ira crece contra Tepco. Desde el inicio de la crisis, la empresa ha sido acusada de falta de transparencia, de lentitud en la respuesta, de no haber tenido en cuenta las advertencias de los expertos sobre el riesgo que los terremotos suponían para Fukushima y de cometer numerosos errores en las labores de emergencia. Hoy ha habido un nuevo motivo. La compañía ha declarado que el miércoles pasado fueron encontrados en un sótano del edificio de turbinas del reactor número 4 los cadáveres de dos trabajadores que estaban desaparecidos desde el terremoto y el tsunami que dañaron irreparablemente el complejo atómico. Ha afirmado que no habían comunicado la noticia hasta ahora por deferencia con sus familias.

Tepco ha declarado que se trata de dos jóvenes de 21 y 24 años, que habían sufrido múltiples heridas externas y que probablemente habían fallecido a causa de la pérdida de sangre. "Es doloroso que estos dos jóvenes trabajadores estuvieran intentando proteger la planta cuando fueron golpeados por el terremoto y el tsunami", ha dicho Tsunehisa Katsumata, presidente de la compañía eléctrica. Los cuerpos han tenido que ser descontaminados, debido a los altos índices de radiación existentes en la central, que han obligado en numerosas ocasiones a los equipos de emergencia a retirarse y suspender los trabajos.

La prensa ha arremetido contra Tepco y pregunta por qué no habían sido encontrados los trabajadores hasta pasadas casi tres semanas del desastre y cómo es que fallecieron mientras realizaban chequeos en la central después de que se produjera el terremoto, cuando otros sobrevivieron.

Cientos de personas trabajan en turnos en la central de Fukushima para atajar el flujo de agua contaminada al mar y enfriar los reactores e impedir una fusión de las barras de combustible, que podría provocar una gran nube radiactiva.

Los equipos de emergencia han sido reacios a hablar en los medios de comunicación sobre las difíciles condiciones en las que trabajan y en las que viven, pero uno de los técnicos, que pasó varios días en la central, describió el sábado pasado su experiencia de forma anónima en el diario Mainichi. "Siento con intensidad que no hay nadie salvo nosotros para hacer esta labor, y no podemos regresar a casa hasta que esté finalizado", explicó este hombre. El técnico contó que cuando le llamaron a mediados de marzo para restablecer el suministro eléctrico en la planta dijo que lo ocultó a su familia para que no se preocupara, pero se lo confió a un amigo a quien le pidió que se lo comunicara a sus padres si no regresaba en dos semanas.

Tepco ha sido acusada de no atajar con celeridad el desastre, al haber retrasado, por ejemplo, el vertido de agua de mar sobre los reactores para enfriarlos porque quedarían dañados irremediablemente. También han sido criticadas las medidas de seguridad con sus empleados. Hace 10 días, tres técnicos se vieron expuestos a grandes cantidades de radiación, y dos de ellos tuvieron que ser hospitalizados con quemaduras tras meterse en agua muy radiactiva con vestimenta de protección inadecuada. Al inicio de la crisis, los equipos no contaban con suficientes contadores Geiger para controlar la radiación y no tenían suficientes trajes de protección contra la contaminación, lo que obligó a algunos trabajadores a improvisar con nailon forros para cubrir el calzado.

Una de las prioridades ahora de los ingenieros es cerrar la grieta del foso de contención para evitar que continúe llegando la radiactividad al mar. "No podemos bajar la guardia porque la situación en la planta nuclear es impredecible", ha manifrestado hoy Yukio Edano, portavoz del Gobierno.

Se da por hecho que el agua que se fuga del foso es la responsable de los altos niveles, hasta 4.385 veces el límite legal, de radiación que han sido detectados en el océano junto a la planta. Especialmente, después de que Tepco afirmara hoy que, en contra de lo que se temía, esta es la única fuga de agua radiactiva al mar.

Alrededor de 18.000 soldados japoneses y 7.000 estadounidenses, apoyados por aviones, helicópteros y barcos, han cerrado en el día de hoy una intensiva operación de búsqueda de las más de 15.000 personas que continúan desaparecidas. En los tres días que ha durado el dispositivo, han encontrado 306 cadáveres. Se teme que la mayoría nunca serán encontradas. El terremoto y el tsunami han dejado además, 12.020 muertos.

Fuentes:

El País (España)

TeleSur

Contaminados de la central de Fukushima con zapatos de calle y bolsas de plástico

La noticia del Washington Post, no se ha visto reflejada en la prensa española. Los trabajadores que se quemaron en Fukushima por la radiación del agua (máxima encontrada hasta ahora por “filtraciones de calzado”), llevaban ZAPATOS DE CALLE CON BOLSAS DE PLÁSTICO!!

Estos han sido los grandes medios utilizados para combatir la catástrofe por el capitalismo tecnológico superior, del que Japón es máximo exponente.

Aún puede recordarse la arrogante superioridad que demostró Occidente respecto a la URSS en el accidente de Chernóbil. Por entonces se aseguraba que los soviéticos recogían el combustible nuclear con las manos desnudas…

La incapacidad 25 años después de una empresa privada, TEPCO, (y del estado japonés y las potencias tecno-nucleares USA, Francia..) para resolver cuestiones básicas y primordiales en una catástrofe de alcance mundial resulta poco más que demencial.

Existen robots diseñados para hacer frente a accidentes nucleares que permanecen en “stand by” en Europa, mientras que los japoneses se preguntan: ¿dónde están los nuestros?

¿Dónde están los robots?

En Japón, donde la crisis nuclear de Fukushima Daiichi arrastra ya su tercera semana, la pregunta es: dónde están los robots?

La respuesta no deja de ser inquietante, teniendo en cuenta que Japón es el país que más ha destacado en el campo de la robótica. En lugar de construir robots para enviarlos a lugares donde los humanos nunca podrían ir o para desempeñar tareas de alto riesgo para las personas, el país nipón se ha centrado más en invertir sus conocimientos de robótica en máquinas y en humanoides que hacen cosas que los seres humanos ya pueden hacer - como hablar, bailar, tocar el violín o presidir bodas-.



“El gobierno nunca creyó que este accidente pudiese ocurrir”, dijo Shigeo Hirose, investigador de robótica del Instituto de Tecnología de Tokio. “La mayoría de los expertos de este campo se han centrado en el robot humanoide para uso casero o doméstico”

Fuente:

Dromedarius

2 de abril de 2011

Los heroes que trabajan en el reactor de Fukushima “esperan morir”

En Japón los llaman los samuráis de Fukushima y no es para menos porque los 300 trabajadores de la central nuclear están dispuestos a morir en su intento por controlar la radiación. Los operarios, que arriesgan su vida desde el pasado 11 de marzo, fecha del terremoto y posterior tsunami, han analizado su situación y se han resignado a la muerte.

La madre de uno de los héroes de Fukushima ha narrado en el diario Daily Telegraph que los 300 trabajadores, entre bomberos y personal de Tepco, que están dispuestos a dar su vida en la central. “Mi hijo y sus colegas han analizado detenidamente su situación y se han resignado a morir si es necesario a largo plazo”, ha afirmado la mujer.

Esperan “la muerte” porque conocen mejor que nadie las condiciones en las que están trabajando y los elevados niveles de radiación a los que están expuestos. Han llegado a la conclusión de que, dado el nivel de contaminación que soportan, su única posibilidad a largo plazo es la muerte, narra esta madre.

Además, una serie de correos electrónicos publicados en la prensa ponen de relieve las condiciones de trabajo y el miedo de los empleados. “Si estamos en el infierno ahora todo lo que se puede hacer es trepar hasta el cielo. Por favor, tengan cuidado con la fuerza oculta de la energía nuclear. Me aseguraré de que vayamos a recuperarnos”, recoge uno de los mails.

Esta semana se revelaron las condiciones extremas a las que deben someterse estos trabajadores, que intentan salvar al pueblo de Japón de un desastre radiactivo. No siempre tienen agua ni los alimentos necesarios, duermen en el piso sobre láminas de plomo, expuestos a la radiactividad y no pueden contactarse con sus familiares tan seguido como quisieran.

La amenaza nuclear está cada vez más latente, dado que los niveles de contaminación aumentan sin descanso. El jueves se supo que el nivel de radiación en las aguas cercanas a Fukushima es más de 4 mil veces lo permitido.

Fuente:

Ser Peruano

25 años del desastre nuclear de Chernóbil






El peor accidente nuclear de la historia ocurrido en la antigua Unión Soviética, actual Ucrania, dejará secuelas por miles de años en las tierras contaminadas por la radiación, según los científicos.

El accidente de Chernóbil es el estigma de la energía nuclear, cumple 25 años. El aniversario concita mayor interés por los recientes sucesos en la central de Fukushima, aunque el primero sigue considerado como la peor catástrofe nuclear de la historia.

A unos 100 kilómetros al norte de la ciudad de Kiev, capital de Ucrania, en la localidad de Chernóbil, el 26 de abril de 1986, su central nuclear sufrió el mayor accidente nuclear que se había conocido. En la actualidad, 25 años después, alrededor de la planta permanece acordonada una zona de 40 kilómetros y una ciudad de 100.000 habitantes vacía, como un pueblo fantasma.

Los recientes sucesos en la central japonesa de Fukushima han hecho revivir en la memoria y en los medios de comunicación la tragedia de Chernóbil, Pero ha transcurrido un cuarto de siglo y las circunstancias, ni son las mismas, ni tampoco las consecuencias.

Para Javier González, portavoz del área de Energías de la organización medioambiental Ecologistas en Acción, el accidente de Chernóbil sigue siendo el peor de la historia y “parece que lo va a seguir siendo. Todavía se viven las consecuencias. Está contaminada la tercera parte de Bielorrusia y, en buena parte de Ucrania, sigue habiendo radiactividad. La incidencia en casos de cáncer sigue siendo muy por encima de lo normal”.

Según el último informe del Comité Científico de la ONU sobre los Efectos de la Radiación Atómica (Unscear) que se ha presentado recientemente en Viena (Austria), la dificultad de explicar el aumento del cáncer en Ucrania, Bielorrusia y Rusia se debe, según explicaba el experto en radiología y medicina nuclear, Fred Mettler, a que muchos tipos de tumores “no tienen una forma específica que permita establecer su origen en la radiación”.

Pero Mettler aclara que “no estamos diciendo que no haya efectos, sólo que actualmente, si existe un efecto, no podemos verlo, de acuerdo a las estadísticas que manejamos”.

Hasta ahora, tres han sido los accidentes de dimensiones catastróficas en centrales nucleares del mundo: el primero ocurrido en Three Mile Island, cerca de Harrisburg en el estado de Pensilvania (EE.UU.), en 1979; el segundo el accidente en la extinta Unión Soviética de Chernóbil (1986) y el último el de Fukushima, en Japón, provocado por la sucesión de dos desastres geológicos.

Soviéticos querían ocultar el accidente

Las autoridades soviéticas ocultaron al mundo la grave situación en la que se encontraba Chernóbil. No fue hasta que la expansión de la contaminación nuclear llegó a Europa, cuando el gobierno tuvo que admitir el accidente. En los sucesos de Fukushima puede haberse producido también ocultación de parte de la información, en un intento de minimizar los hechos, sin embargo, para el portavoz de Ecologistas en Acción, se trata de dos situaciones completamente distintas.

“El Gobierno soviético ocultó totalmente los acontecimientos de Chernóbil, porque no querían que se enterara nadie, pero dos días después no tuvieron más remedio que reconocerlo porque las consecuencias del accidente se detectaron en Suecia. Hubo una opacidad informativa brutal”.

Para Javier González, “en Japón no ha habido la opacidad que hubo en la Unión Soviética ni mucho menos, aunque tampoco han informado claramente desde el principio. Aquí, un terremoto y un tsunami han dejado muchos miles de muertos. Creo que esperaron a asegurarse de lo que realmente pasaba y ver si era necesario alarmar más a la población con la catástrofe nuclear”.

“Lo de Chernóbil fue una cadena de irresponsabilidades, no realizadas por ignorancia porque sabían lo que estaban haciendo. Fueron órdenes irresponsables que los operarios obedecieron en un país en el que había que obedecer. El problema es que, con el tiempo, las irresponsabilidades se repiten, por ejemplo, siguen existiendo en Rusia once centrales iguales que la de Chernóbil que no tienen el edificio de contención que deben tener todas la centrales nucleares”, agregó González.

Radiación en Japón es menos maligna

“Fukushima no va a ser otro Chernóbil porque en Ucrania se vertió mucho combustible, en forma de explosión, a la atmósfera y se depositó por toda la zona, donde se mantendrá la contaminación radiactiva por miles de años. En Japón, lo que se está escapando es material radiactivo del núcleo, no combustible adaptado, con lo que en unas decenas de años la influencia de este material habrá desaparecido completamente. Pero habrá un nivel de radiactividad mucho más alto de lo permitido y, probablemente, tenga consecuencias bastante graves en la salud”, señala Javier González.

Tomado de:

Portafolio

Fukushima es "mucho peor que Chernobil", según una experta nuclear rusa

La central de Fukushima se accidentó tras un poderoso sismo de magnitud 9 y un gigantesco maremoto posterior que devastaron el 11 de marzo la costa del Pacífico, sobre el noreste del archipiélago.

La agencia de seguridad nuclear japonesa evaluó el 18 de marzo la gravedad del accidente de Fukushima en nivel 5 de la escala internacional.


Alineación al centro


La experta rusa en energía atómica, Natalia Mironova afirmó este viernes desde Washington, que la catástrofe nuclear de Fukushima en Japón es "mucho peor" que la de Chernobil en Ucrania en 1986,"Chernobil fue como la explosión de una bomba sucia”, dijo. Fukishima, va a salir aún más cara" en términos humanos y económicos, que puede superar la de la central soviética, cuyo nivel 7 (el máximo) y era un solo reactor que sólo duró dos semanas", y en este caso, “estamos en la tercera semana y son cuatro los reactores que están en una posición muy peligrosa".

La crisis nuclear y humanitaria de Japón entró en su tercera semana y la radiación continuaba filtrándose de una planta nuclear, mientras miles de personas sin hogar trataban de reconstruir sus vidas, con poca esperanza de una rápida solución. Mientras Tokyo Electric Power trata de recobrar el control de su planta nuclear ante cada vez más críticas y haciendo frente una enorme factura potencial por compensaciones, el Gobierno supuestamente adoptaba medidas para controlar la eléctrica. El Gobierno dijo que aún tenía que decidir cómo apoyar a la empresa, que está lidiando con la peor crisis nuclear desde el desastre de Chernóbil en 1986, y podría tener que abordar reclamaciones que superan los 130.000 millones de dólares, según un banco de inversión de Estados Unidos.

Fuente:

Ls Noiticias de Cojedes


Terra

Agua radioactiva se filtra de la planta nuclear de Fukushima

Este sábado (02 de abril de 2011) las autoridades japonesas informaron sobre un escape de agua contaminada con altos niveles de radiación, proveniente del reactor 2 de la planta nuclear de Fukushima.

El líquido que se dirige hacia el mar se filtra a través de una grieta de unos 20 centímetros de diámetro que presenta un pozo que almacena cables eléctricos, de acuerdo con un reporte de la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón.

Una nota del portal de la agencia Prensa Latina indicó que un vocero de la entidad identificado como Hidehiko Nishiyama, exhortó a la empresa Tokyo Electric Power Co, operadora de la planta, para que comience las labores a fin de detener la fuga.

Las autoridades registran desde hace ya varios días un incremento de los índices de radiactividad en las zonas marinas cercanas a la central nuclear de Fukushima.

Tras el terremoto y posterior tsunami del pasado día 11 de marzo, las instalaciones del complejo energético se han visto seriamente dañadas, hecho que genera preocupación por posible contaminación más allá de las fronteras de archipiélago.

Las autoridades niponas vertieron grandes cantidades de agua sobre la central nuclear, esto para evitar su sobrecalentamiento, sin embargo, ahora toda esa agua se ha contaminado a causa de la fuga de radiación de mencionado pozo.

Por ello la extracción del líquido es urgente, ya que con el paso de los días aumentan las posibilidades que los trabajadores que laboran en la restitución del sistema de enfriamiento resulten contaminados con dichas aguas.

La situación es crítica pues enfriar los reactores sobre calentados es un paso crucial y necesario para aliviar la crisis de contaminación con radiactividad.

Hasta el momento la cantidad de agua contaminada detectada en la central asciende a 13 mil toneladas.

Un reporte de las autoridades japonesas dio cuenta que hasta las 16:00 hora local de este sábado, le número de víctimas fatales se ubicó en 11 mil 828 en 12 prefecturas, mientras 15 mil 540 personas se reportan desaparecidas en seis.

Fuentes:

EFE

El País (Venezuela)

AVN

ANSA

Fukushima: "Es un Chernobil en cámara lenta"


Familias vascas que acogen niños ucranianos y han visitado la zona relatan los efectos de la radioactividad y comparan las dos grandes crisis nucleares.


Bilbao

Es un Chernóbil a cámara lenta". En la sede que acoge a las familias de Chernobileko Umeak no se habla de otra cosa, de cómo Fukushima les recuerda a una tragedia que ellos reviven cada año en carne propia. La salida al exterior de plutonio procedente de los reactores de la central nuclear de Fukushima es una de la peores noticias que podían llegar. El yodo y el cesio no se ven, pero están ahí. La radiactividad en el mar y en las aguas subterráneas no deja de crecer... La alarma nuclear de Japón resucita el fantasma de Chernóbil 25 años después. El 26 de abril de 1986 explotó el reactor número cuatro de la central nuclear soviética, escupiendo a la atmósfera 6,7 toneladas de material del núcleo y depositando isótopos radiactivos sobre miles de kilómetros cuadrados.

Familias vascas que acogen cada verano niños de Chernóbil conocen bien los efectos de la radioactividad, no en vano se dejan la piel en intentar recuperar la salud de estos pequeños. Algunos de ellos también han visitado recientemente Ucrania, recorriendo las zonas afectadas por el desastre nuclear más grande de la historia y que, un cuarto de siglo después, continúa presente en un lugar que jamás se recuperará totalmente porque la tierra y sus habitantes siguen padeciendo las secuelas de la catástrofe.

El plutonio, que ha sido detectado esta semana en las inmediaciones de la central de Fukushima, acelera y agrava las comparaciones con Ucrania. De hecho, el plutonio es un material altamente tóxico y mucho más peligroso para la salud que los isótopos radiactivos del yodo y el cesio encontrados hasta ahora.

Aurora, de Chernobileko Umeak, cree que el mayor problema de Chernóbil es que aún no está suficientemente estudiado si va a ver alteraciones genéticas. "Nosotros traemos hijos de Chernóbil, no traemos a los que recibieron la radiación en su día, pero sabemos que el tiroides es uno de los órganos más afectados. Una tía de treinta años de una niña que suele venir falleció recientemente de cáncer porque las partículas se irradian a través de los pulmones, los huesos...", apunta.

¿Cómo es la zona de exclusión?

"Hay una valla y gente dentro"

Aseguran que por todos los sitios se hallan secuelas y algún vecino afectado por el accidente. "Hay alrededor de 600 personas que viven en el área de exclusión de 30 kilómetros que está separada del resto del perímetro por una valla física. Gente mayor en condiciones de extrema pobreza", cuenta Aurora que ha visitado en varias ocasiones el área y que está convencida de que "Fukushima es ya un segundo Chernóbil". Enrique Angulo también cree que es un Chernóbil progresivo e imparable. "No han dicho la verdad porque querían evitar una huida masiva en un área tan inmensamente poblada", dice Belén Ugarte, su mujer, una pareja que trae a las mellizas Luda e Irina de 4 y 10 años.

"Se parece mucho a Chernóbil en la falta de transparencia y en la información con cuentagotas. La diferencia es que aquello ocurrió hace 25 años en la Antigua Unión Soviética y ahora pasa en la tercera potencial mundial", matiza Angulo, para quien la radioactividad es un enemigo invisible, que dejó su huella indeleble en un bosque de árboles rojos. Angulo asegura que "lo primero que notas es que se te secan muchísimo las mucosas de la garganta y que te sangra la nariz. Pero cuando sales de allí automáticamente todo mejora".

¿Cómo llegan los niños?

"Yaroslav ganó ocho kilos"

Gracias a gente como ellos, o como Juan Antonio García, que trae cada año a Yaroslav de Irpin, los niños pueden descansar en verano en Euskadi, con buena alimentación y aire limpio, de la radioactividad que reciben allí durante el resto el año. "Yo creo que lo de Japón puede ser aún mucho peor. En Chernóbil solo un reactor se vio dañado, mientras que en Fukushima son cuatro los que presentan graves fallas", dice Juan Antonio, quien automáticamente empieza a hablar de Yaroslav, el niño de sus ojos. "¡Mira cómo llega!", dice enseñando un completo book fotográfico. "Aquí enseguida se le quita ese aspecto demacrado, ojeroso y gana peso. Un verano llegó a coger ocho kilos en dos meses y pico. ¡Alucinante!", asegura, mientras prepara ya su viaje a Irpin para visitar esta Semana Santa a Yaroslav. Los niños proceden de toda la zona de influencia de la central, como de Ivankiv, una de las aéreas donde la toxicidad es mayor.

No son los únicos en comparar esta alerta nuclear con la de 1986. Greenpeace afirma tajante que "lo que está pasando en Fukushima es tan serio como Chernóbil. Es crucial que las autoridades japonesas dejen de minimizar la amenaza que supone la contaminación".

Y si no, que se lo pregunten a esos niños que aterrizan con la piel lívida, muchas ojeras y con la boca muy dañada. "A los dentistas vascos les llama la atención cómo traen los dientes", señala Belén Ugarte. "También tienen el pelo en muy malas condiciones y vienen con las defensas extremadamente bajas", explica. "Usan manteca para freír y también tienen problemas en el estómago, anemias... No se conoce realmente el alcance, pero todo aquello está muy contaminado", precisa Belén.

Los estudios más recientes hablan de una gran incidencia del cáncer de tiroides entre las personas que sufrieron una exposición a la radiactividad en su infancia o adolescencia, y también del incremento de la leucemia y otras enfermedades de la sangre en los obreros que participaron en las operaciones para mitigar la contaminación radiactiva. La mayor exposición al yodo se debió, por ejemplo, a la ingesta de leche, lácteos y verduras con hoja.

Aurora pone de manifiesto que la alimentación de los txikis es precaria. "Proceden de familias de un extracto social muy bajo y su alimentación es deficiente. Apenas comen pescado y carne, y casi nada de fruta porque allí es muy cara. Su alimentación básica se compone de patatas, calabacines y productos del campo como setas, que consumen muchas porque salen solas. Pero los suelos están muy contaminados y les decimos que no las coman porque pueden ser peligrosas".

¿Quién trabaja en la central?

"Trampean los medidores"

Eduardo Mínguez, otro de los padres de acogida, viajó en setiembre del año pasado e hizo la visita guiada a la central y a la zona 0 sin ninguna protección. Todavía hoy, cientos de personas entran cada día en el área de exclusión para vigilar la zona y continuar los trabajos de limpieza, actividades que deberán continuar al menos medio siglo más. "En la ciudad de Chernóbil, a 10 kilómetros, todavía hay actividad, en la central trabajan policías, militares, bomberos, todos con muchos descansos para no acumular radioactividad, pero trampean los medidores y trabajan más días porque allí no hay paro y si no trabajan, no comen". Y es que la obsesión de Mínguez es el milisievert, la unidad de radiación utilizada para medir una dosis media sobre los tejidos del cuerpo, y con frecuencia la medida usada en los estudios de los trabajadores expuestos a los rayos gamma.

La ciudad de Pripyat, a tres kilómetros, antaño un enclave pujante, es ahora una ciudad fantasma. Desalojada en el momento de la explosión, permanece abandonada con los edificios en ruinas y cubiertos de vegetación. "Era la ciudad de la central. Vivían 50.000 personas. Todo está deshabitado, un dosímetro va midiendo la radiación y aquí ya subía a 2,03 micro sievert/hora..., la guardería, la escuela, todo está desierto con restos de muñecas, juguetes y máscaras anti-gas por allí tiradas. El embalse de donde se cogía el agua para refrigerar la central tiene unos siluros gigantes. Había viejos carros de combate que fueron usados para el desastre, una piscina olímpica abandonada. Acabé la visita pálido". Pero a Eduardo se le alegra la cara cuando piensa en sus niñas, en Alevtyna y Ulyana, de siete y cuatro años.

Jon Llona expresa desde Zamudio, la necesidad de que construyan cuanto antes un nuevo sarcófago. "Todos estamos preocupados por lo que todavía sucede allí dentro porque aquello es una bomba de relojería. El monstruo está vivo, aunque pueda parecer que está aletargado, todavía conserva en su interior un inmenso poder destructor ". Lo dice preocupado por el futuro de Nikita, el niño de diez años que suele traer de Irpin.

"Las personas que viven en aquella zona 0 prefieren no hablar de lo ocurrido. De hecho, muchos son todavía trabajadores de la central y otros tienen historias muy emotivas". Y rememora la de Mijail, de 72 años, y su esposa. Él, maestro de música, y su mujer, profesora de matemáticas en la escuela de Chernóbil cuando ocurrió el desastre, y ahora dos olvidados del mundo.

Fuente:

DEIA

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