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29 de agosto de 2011

Los neandertales mejoraron al ser humano no africano

Mapa mundi con el porcentaje de herencia neandertal. De azul a rojo, de menos a más.|Science

Mapa mundi con el porcentaje de herencia neandertal. De azul a rojo, de menos a más.|Science

Los neandertales, esos cercanos primos de la especie humana moderna que dejaron de existir hace 28.000 años, mejoraron la genética de los 'Homo sapiens' una vez que estos últimos salieron de África. Así se demuestra en un artículo, publicado esta semana en 'Science, en el que los autores han logrado identificar varios genes y regiones el ADN que furon aportados por los neandertales al sistema inmune que aún tenemos.

El estudio, dirigido por Peter Parham, de la Universidad de Stanford, ha sido posible una vez que se conocen los genomas tanto de los neandertales (homínidos que evolucionaron en Eurasia hace medio millón de años) como los denisovanos (una especie humana recién descubierta en Siberia, que habría poblado Asia y procedería de la misma rama evolutiva que los neandertales).

Investigaciones previas ya habían señalado que el cruce entre las tres especies humanas que compartían el planeta hace más de 60.000 años, se produjo en Eurasia, razón por la cual se identificó un 2,5% de ADN neandertal (de media) en todos los no africanos. También se detectó parte de ADN denisovano en poblaiones asiáticas, sobre todo de Melanesia, donde el porcentaje de ADN ancestral asciende a casi el 6%.

Pero se pensaba que es aportación de seres menos evolucionados no habría sido importante, algo que desmiente ahora el estudio. Los investigadores se centraron en el sistema inmune (conocido como HLA), porque está sometido a la presión de las enfermedades y muta con facilidad. Sospechaban que una parte podía venir de homínidos primitivos, dado que no eran habituales.

La comparación de secuencias genómicas les dió la razón: había varios genes en el HLA (como el B*51 o el C*07) que eran propios de la evolución de los neandertales y habían pasado a las poblaciones de humanos modernos, y lo mismo pasaba con una región llamada 'HLA class I'. Los porcentajes de presencia entre los europeos era de un 50%, los asiáticos un 80%, los de Papúa Nueva Guinea hasta un 95%, pero no estaban en los africanos.

Genes de los denisovanos

También encontraron dos genes que son propios del genoma de los denisovanos (la única especie descrita con un trozo de dedo y un diente) que están presentes en los asiáticos, sobre todo del oeste, pero que no aparecen en el genoma de los nacidos en África.

La conclusión, indican los autores, es que "el mestizaje con otras especies mejoró a los humanos modernos". Así lo cree también Carles Lalueza-Fox, del CSIC, que ha secuenciado ya varios genes de neandertal: "Estos humanos se adaptaron durante cientos de miles de años a un entorno, en Eurasia, y crearon defensas inmunológicas frente a patógenos locales que luego se extendieron entre los humanos modernos".

Para los investigadores de Stanford se trata de un claro ejemplo de selección natural: aquellos que portaban los genes protectores, es decir, procedían de la hibridación con los neandertales, sobrevivieron en mayor medida que quienes no los tenían.

Lalueza-Fox, por su parte, indica que "pudo deberse al azar y luego se expandió a medida que aumentaban las poblaciones".

Fuente:

El Mundo Ciencia

29 de julio de 2011

La superioridad numérica del 'Homo sapiens' acabó con los neandertales

Recreación de un neandertal europeo, cuidando de su hijo.| Sonia Cabello

Recreación de un neandertal europeo, cuidando de su hijo.| Sonia Cabello

  • La población de humanos modernos era 10 veces mayor hace 40.000 años
  • Los investigadores han analizado todos los yacimientos paleolíticos franceses
  • Los 'sapiens' poseían mejores armas para cazar que los neandertales
  • Se desconoce si se encontraron en Europa, pero si competían por los recursos

La desaparición de los neandertales en Europa a raíz de la llegada de los humanos modernos desde África, hace unos 40.000 años, es una parte de la prehistoria plagada de incógnitas. Durante 300.000 años, los primeros dominaron el continente, adaptándose a las duras condiciones de la Edad de Hielo, pero en pocos milenios dejaron de existir, los últimos en el sur de la Península Ibérica, hace unos 28.000 años.

Una nueva investigación de la Universidad de Cambridge, publicada esta semana en 'Science', revela ahora que los 'Homo sapiens' que habitaron por entonces en Europa eran hasta 10 veces más en número que los neandertales, una supremacía que, según los autores, dirigidos por Sir Paul Mellars, fue un factor determinante en la extinción de sus parientes evolutivos.

Mellars y su alumna Jennifer C. French determinaron este porcentaje tras analizar los restos arqueológicos encontrados en todo el sudeste de Francia, región en la que se concentran un buen número de yacimientos tanto de neandertales como de cromañones. Encontraron que era mucho mayor el número total de asentamientos de 'sapiens', así como la densidad que habían dejado de utensilios de piedra y de restos de comida, lo que indica que eran grupos grandes con una gran integración social.

Conflicto entre especies

Como los cromañones vivían cerca de los grupos locales de neandertales, tenían que competir con ellos para cazar los renos, caballos, bisontes y ciervos que eran la base de su alimentación. También, según estos autores, tenían que compartir el escaso combustible (la madera) que había por entonces en la zona, fundamental para soportar los fríos inviernos glaciares.

Mellars y French defienden que esta situación generaría confrontaciones entre ambas especies al querer hacerse con las localizaciones mejores en el suministro de alimentos y agua, conflictos en los que, afirman, la mayor coordinación de los humanos modernos les asegurarían el éxito.

Los 'sapiens' tenían una tecnología mucho más avanzada (por ejemplo, las lanzas de largo alcance) y se cree que contaban con procedimientos más eficaces para conservar la carne. Seguramente, apuntan, también contactarían con grupos sociales cercanos, comerciando con alimentos.

No está claro que los neandertales tenían menos capacidades mentales que los cromañones. Es algo que aún está en discusión. Pero Mellars destaca que el arte simbólico generalizado en las cuevas, la profusión de objetos decorativos y símbolos grabados en huesos indican que tenían un sistema elaborado de comunicación, quizás una lengua, que no se ha podido probar en los neandertales.

Nuevos patrones de comportamiento

Estos patrones de comportamiento se desarrollaron entre los 'Homo sapiens', defiende Mellars, al menos 20.000 o 30.000 años antes de que la especie abandonara África y fuera colonizando Asia y Europa, reemplazando a homínidos anteriores desde hace 60.000 años. Si, como sugiere la evidencia genética, 'sapiens' y neandertales evolucionaron por separado durante medio millón de años, no sería raro que hubiera diferencias significativas en su capacidad mental, como ha demostrado la secuenciación de ambos genomas.

"En cualquier caso, parece que las innovaciones tecnológicas y el comportamiento permitieron a los humanos modernos invadir y sobrevivir en más cantidad que los neandertales en toda Europa. Frente a su competencia, éstos se fueron retirando a regiones marginales y menos atractivas del continente, en espacios donde fueron disminuyendo hasta su desaparición, coincidiendo con un deterioro del clima hace unos 40.000 años", afirma Mellars.

En los últimos años, las más recientes investigaciones han puesto fin a la imagen de los neandertales como humanos toscos y sin intelecto. Ahora se sabe que tenían el gen que facilita el habla, aunque se desconoce cómo se comunicaban, que enterraban con rituales a sus muertos, que cocinaban y sus herramientas, si bien toscas, eran eficaces.

Sobre su extinción, se ha aludido a la poca diversidad genética entre unas poblaciones que nunca llegaron a ser numerosas, lo que contrasta con el crecimiento poblacional de los recién llegados que constata este trabajo.

Fuente:

El Mundo Ciencia

1 de junio de 2011

Los primeros homínidos buscaban 'novias' foráneas

Fósil del cráneo de un 'Parantrophus' utilizado en el trabajo. |Nature

Fósil del cráneo de un 'Parantrophus' utilizado en el trabajo. |Nature

Las hembras de los ancestros humanos, hace entre 3,5 y 1,8 millones de años, dejaban a sus parientes para emparejarse con machos de otros lugares, al igual que hacen los chimpancés, los primos evolutivos de nuestra especie. De este modo, la naturaleza sorteó los problemas de endogamia que podrían haber perjudicado a poblaciones de homínidos muy pequeñas.

Para llegar a esta conclusión, investigadores alemanes, sudafricanos y de Estados Unidos han estudiado los dientes fosilizados de 19 individuos de 'Australopithecus africanus' y 'Parantrophus robustus' descubiertos en cuevas del sur de África. Los datos son claros: más de la mitad de las hembras habían llegado de lejos, mientras que entre los machos sólo eran foráneos el 10%.

"Aquí tenemos una prueba directa de los movimientos geográficos entre los primeros homínidos y está claro que eran las hembras las que preferentemente salían de sus grupos residenciales", señala Sandi R. Copeland, del Instituto Max Planck de Alemania, primera firmante del trabajo en la revista 'Nature' esta semana. "Habíamos asumido que la mayoría serían de áreas alejadas, dado que el bipedismo surgió, en parte, para que pudieran recorrer grandes distancias. Pero si los machos no se movían, podría implicar que la evolución se debió a otras razones", apunta Copeland.

Estudios con láser

Para conocer el origen de los homínidos con sólo mirar los dientes, los científicos realizaron análisis con láser que les ayudaron a medir los isótopos de estroncio encontrados en el esmalte. Este elemento se encuentra en las rocas y los suelos y es absorbido por las plantas y los animales que habitan en los alrededores durante su crecimiento.

De este modo, determinados niveles pueden revelar cómo era el paisaje en el que transcurrieron sus primeros años. Para Copeland "son un reflejo directo de los alimentos que comieron y también de la geología local", que les vino muy bien para conocer el origen de los primero primates bípedos.

En concreto, las señales de isótopos de estroncio se localizan en las muelas de los mamíferos hasta el final de la formación de su esmalte dental, que sería sobre los ocho o nueve años de edad en estos homínidos. Las cuevas de Sterkfontein y Swartkans donde se encontraron los dientes están en un entorno dominado por rocas de sedimentos carbonatados, con muy diferentes señales de estroncio.

Por otro lado, el tamaño de las piezas fue determinante para saber cuáles pertenecieron a machos y a hembras, dado que los primeros eran más grandes. Tanto los 'Australopithecus' como los 'Parantrophus' forman parte de una línea evolutiva cercana a los humanos. Entre los primeros está el famoso esqueleto de Lucy, de hace 3,2 millones de años, considerada por muchos la madre de los humanos modernos. Por contra, los 'Parantrophus' (tanto 'robustus' como 'boisei') habrían sido una rama que acabó pro desaparecer.

Neandertales de El Sidrón

Este trabajo confirma que la dispersión femenina tiene un origen muy primitivo, puesto que se comparte con los chimpancés y pervivió hasta épocas recientes. Lo que no se sabe es de dónde venían ellas. De hecho, este mismo año, gracias a estudios de ADN, se descubrió que en el yacimiento asturiano de El Sidrón, los neandertales que lo habitaron también se emparejaron con mujeres de otros clanes.

Para Matt Sponheimer, coautor del trabajo de 'Nature', los datos indican también que los homínidos primitivos preferían vivir en lugares con cuevas abundantes, aunque hasta ahora no se haya pensado en ellos como habitantes de las cavernas.

Para José María Bermúdez de Castro, especializado en dentición primitiva y director del Centro Nacional de Investigación en Evolución Humana, en Burgos, se trata «de un trabajo muy interesante que podría ser un buen modelo para el estudio de los fósiles humanos de Atapuerca. Ahora que tenemos en el CENIEH todo el instrumental podríamos seguir el mismo método".

Fuente:

El Mundo Ciencia

6 de abril de 2011

Conquistar el fuego nos tomó miles de años

cremàLos primeros humanos pasaron frío durante miles de años. Y es que según un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), dominamos el fuego hace unos 400.000 años, mucho más tarde de lo que se pensaba.

El estudio destierra así las principales posturas al respecto. Algunos investigadores han especulado que los homínidos comenzaron a cocinar con fuego hace unos dos millones de años, lo que les proporcionó una dieta más saludable, más oportunidades para interactuar socialmente, y, finalmente, cerebros más grandes. No obstante, la mayoría de los arqueólogos coinciden en que los seres humanos empezaron a utilizar el fuego para sobrevivir a los fríos inviernos europeos poco después de la migración desde África.

El nuevo estudio, sin embargo, señala que aquellos primeros europeos no adoptaron el fuego como tecnología hasta tal vez cientos de miles de años después de que abandonaran el continente africano y llegaran a la más fría Europa.

Para llegar a esta conclusión, los responsables del estudio, Wil Roebroeks, de la Universidad de Leiden (Holanda) y Paola Villa, del Museo de Historia Natural de la Universidad de Colorado (EEUU), hicieron una extensa revisión del registro arqueológico europeo, y no hallaron pruebas que demostraran el uso habitual del fuego antes de los 400.000 años.

En concreto, Roebroeks y Villa encontraron muchos artefactos y huesos con signos reveladores de haber estado en contacto con una lumbre o cerca de ella, con una antigüedad de entre 300.000 y 400.000 años. Los artefactos más antiguos encontrados en otros lugares no revelaron estas evidencias.

Los autores también concluyen que los neandertales dominaron el fuego y pudieron haberlo utilizado para mejorar las herramientas de piedra.

Fuente:

E Ciencia

5 de enero de 2011

El primo del neandertal


El estudio genético descubre al pariente asiático de los pobladores europeos de hace 40.000 años- El ADN aclara el panorama de la evolución

Hace unos 40.000 años, y desde mucho antes, vivía en el continente europeo una especie humana que, aunque extinguida, se conoce razonablemente bien por la abundancia de fósiles recuperados en múltiples yacimientos, incluidos algunos muy notables en España. Eran los neandertales, gente robusta y con una cultura propia manifestada en sus herramientas y en los vestigios de sus vidas. Pero, si eran tan específicamente europeos como el registro fósil indica, ¿quién vivía entonces en Asia? La respuesta, que se ocultaba en una nube de restos fósiles varios y debates científicos poco concluyentes, ha llegado ahora no de la mano de huesos desenterrados en algún rico yacimiento, sino directamente del ADN. Los análisis genéticos avanzados de un pequeño hueso de una mano femenina hallado en una cueva del sur de Siberia muestran que pertenece a un hasta ahora desconocido pariente asiático de los neandertales. Además, unos pocos de sus genes están presentes hoy en las poblaciones de Melanesia.

"Si, los primos asiáticos, es una buena manera de presentarlos", dice Svante Pääbo, científico que ha liderado el descubrimiento. Estos individuos de Siberia, del yacimiento de Denisova, "comparten un origen antiguo con los neandertales, pero tiene su propia historia independiente", añade.

Con el hallazgo, desvelando el secreto de los genes, se aclara el panorama de la evolución humana en el tramo justo anterior a nuestra especie, a la vez que se abren nuevos interrogantes sobre cruces, contactos y herencias de los humanos prehistóricos. En Europa estaban los neandertales hasta hace casi 30.000 años; en Asia, los denisovanos (y tal vez otros), y en África señoreaba ya la especie humana actual, que acabó ocupando todo el planeta y que incorporó pocos genes neandertales. Por cierto, nadie llegó a América hasta varios miles de años más tarde.

"Como demuestra este trabajo, los estudios de la variación genética humana se ensanchan más allá del ámbito médico", comentan los expertos Carlos D. Bustamante y Brenna M. Henn (Universidad de Stanford) en Nature. "El estudio de los diversos genomas humanos, tanto antiguos como actuales", añaden "es la herramienta más poderosa disponible para comprender nuestros orígenes comunes y nuestra historia".

Lea el artículo completo en:

El País Ciencia

28 de diciembre de 2010

El hombre de Neandertal cocinaba y comía plantas, reveló investigación




Los neandertales cocinaban y comían plantas y hortalizas, según revela un nuevo estudio de investigadores de Estados Unidos que ha sido publicado en las Actas de la Academia Nacional de las Ciencias.

El equipo de investigadores encontró restos de vegetales cocidos en los dientes de estos hombres primitivos.

Este estudio es el primero en confirmar que la dieta de los neandertales no se limitaba a la carne y que era más sofisticada de lo que se pensaba.

Hasta ahora, la imagen que más se ha divulgado de los neandertales era la de grandes consumidores de carne, algo que estaba respaldado en algunas pruebas circunstanciales como el análisis químico de sus huesos que sugería que comían pocas verduras o casi ninguna.

Esta idea de la dependencia de la carne ha sido presentada por algunos como una de las razones por la que estos seres humanos se extinguieron al igual que algunos animales grandes, como los mamuts, en la Edad del Hielo.

Sin embargo, un nuevo análisis de los restos neandertales de todo el mundo contradice esos estudios químicos, ya que los investigadores encontraron granos fosilizados de materia vegetal en sus dientes y algunos de ellos estaban cocinados.

Más parecidos al hombre actual

A pesar de que antes se habían encontrado granos en lugares que fueron habitados por los neandertales, esta es la primera investigación que reúne pruebas claras de que estas personas comían vegetales.

"Hemos encontrado semillas de polen en los sitios neandertales antes, pero no se sabía si estaban comiendo los vegetales o durmiendo sobre ellos", le dijo a la BBC Alison Brooks, de la Universidad George Washington.

"Pero aquí tenemos un caso en que un pedazo de la planta está en la boca por lo que sabemos que los neandertales lo consumían como alimento", sostuvo.

Una de las cuestiones planteadas por la investigación es por qué los estudios químicos en los huesos de los neandertales hechos hasta ahora fallaron tanto en cuanto a la percepción de su alimentación.

Según Brooks, lo que hicieron las pruebas publicadas hasta ahora fue medir los niveles de proteínas, que los investigadores suponían que provenían de la carne.

"Hemos asumido que si tienes un valor muy alto de proteínas debe venir de la carne. Pero es posible que algunas de las proteínas procediesen de las plantas", dijo.

Este estudio es el último que sugiere que, lejos de ser salvajes y brutales, los neandertales se parecían más a nosotros de lo que se pensaba antes.

Fuentes:

BBC Ciencia

El Mundo Ciencia

El Comercio (Perú)

Peru21

20 de diciembre de 2010

Los neandertales intercambiaban hembras para evitar la endogamia

Investigadores españoles llegan a esa conclusión tras analizar restos de 12 individuos de la cueva asturiana de El Sidrón.


Por primera vez y gracias a un estudio genético, un grupo de investigadores españoles ha logrado demostrar que, entre los neandertales, las hembras se intercambiaban entre un grupo y otro, una práctica que evitaba la endogamia, mientras que los machos tendían a permanecer en su núcleo familiar original y muy raramente abandonaban su territorio natal. El hallazgo, que se publica en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences», se ha realizado gracias al análisis de los restos de doce neandertales de la cueva asturiana de El Sidrón, descubiertos en 1994.


La diversidad genética de los neandertales, pues, dependía de las mujeres, que eran «intercambiadas» por los varios grupos en una práctica, la patrilocalidad, ampliamente observada en tribus actuales de cazadores recolectores y tambén en distintos grupos de primates.

Según ha explicado a ABC el paleontólogo del CSIC Antonio Rosas, uno de los firmantes del artículo, «a medida que avanzan las campañas de investigación, vamos consiguiendo más y más fósiles en la cueva de El Sidrón. En la actualidad tenemos doce individuos muy bien caracterizados, una variedad más que suficiente para intentar su caracterización genética como grupo».

Los investigadores, afirma Rosas, ya sospechaban que los diferentes individuos de este grupo podían estar «genéticamente próximos». «Al hilo de esa sospecha -continúa Rosas- pensamos en tomar muestras y caracterizarlas a través del ADN mitocondrial (que no se encuentra en el núcleo celular, sino en las mitocondrias, y se transmite sólo por línea materna), lo que nos daría una muy buena visión genética general de estos individuos».

Casi una familia

Los resultados confirmaron lo que se sospechaba: los doce neandertales de la cueva de El Sidrón formaban parte de una unidad «genéticamente próxima», casi casi una familia. «No queremos utilizar el término familia -explica Rosas- porque además de la componente genética, una familia se construye sobre lazos afectivos cuya existencia no podemos demostrar en este grupo de neandertales».

Para Carles Lalueza, sin embargo, primer firmante del artículo, «es evidente que debe haber hermanos, padres, madres e hijos, en la muestra estudiada». Según el artículo, el ejemplar juvenil 2 desciende de la hembra adulta 5, mientras que el juvenil 1 y el infantil serían vástagos de la hembra adulta 4. Si esta hipótesis es correcta, revelaría que los neandertales tenían una media de un hijo cada tres años. Esta cifra también se asemeja a la observada en las sociedades modernas de cazadores-recolectores.

Pero lo que llamó más poderosamente la atención de los investigadores fue el hecho de que, según explica Rosas, «todos los varones eran de un mismo linaje genético, mientras que las mujeres pertenecían a linajes diferentes». En efecto, las tres hembras estudiadas pertenecían, cada una, a un linaje distinto. «Un patrón - opina Rosas- que encaja perfectmente en una distribución de patrilocalidad. Los machos se quedan en el territorio, siempre, y son las hembras las que cambian de grupo y, a la vez, de unidad reproductiva».

Lea el artículo completo en:

ABC Ciencia

16 de noviembre de 2010

Una infancia más larga favoreció a los humanos frente a los neandertales

Un desarrollo físico más lento pudo ayudar a los primeros humanos en su competencia con los neandertales, según sugiere un estudio dirigido por la Universidad de Harvard en Cambridge (Estados Unidos) que se publica en la edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).

Los investigadores realizaron un sofisticado análisis de los dientes de 11 neandertales y los fósiles de humanos primitivos que muestra que los humanos modernos son más lentos en alcanzar la madurez completa que los neandertales. El descubrimiento sugiere que el desarrollo lento característico y la larga infancia son recientes y únicos a los humanos modernos y podrían haber sido una ventaja competitiva sobre los neandertales.

Según explica Tanya M. Smith, responsable del estudio, "los dientes son increíbles registradores del tiempo, capturando cada día de crecimiento de forma muy similar a como los anillos de los árboles revelan el progreso anual. Incluso más impresionante es el hecho de que nuestros primeros molares contengan un diminuto 'certificado de nacimiento' y descubrir que esta línea de nacimiento permite a los científicos calcular de forma exacta la edad a la que murió un menor".

En comparación incluso con los humanos más ancestrales, otros primates tienen una gestación más corta, una maduración en la infancia más rápida, se reproducen a edades más tempranas y tienen una menor esperanza de vida. Se desconoce con exactitud cuándo, entre los 6 y 7 millones de años desde que se produjo la separación evolutiva de los primates no humanos, cambió el curso de la vida.

Los investigadores descubrieron que el desarrollo de los dientes de los neandertales jóvenes, una referencia del desarrollo global, era significativamente más rápida que en la especie humana, incluyendo a algunos de los grupos más primitivos de humanos modernos que dejaron África hace entre 90.000 y 100.000 años. Esto indica que la ampliación de la infancia ha sido un desarrollo relativamente reciente.

En el estudio actual se han incluido restos de los niños neandertales más famosos descubiertos hasta la fecha, incluyendo el primer fósil de homínido hallado en Bélgica en el invierno de 1829-1830. Se pensaba que este individuo, según comparaciones con los humanos modernos, tenía entre cuatro y cinco años en el momento de su muerte. Ahora los rayos X del sincrotrón europeo y los ritmos biológicos del interior de los dientes han revelado que el niño tenía sólo tres años de edad.

Aunque contar las líneas dentales no es un método nuevo, los autores del trabajo señalan que hacerlo 'virtualmente' utilizando la tomografía micro-informática del sincrotrón sí lo es.

"Estos nuevos métodos presentan una oportunidad única para evaluar los orígenes de una condición fundamentalmente humana: el costoso aunque ventajoso cambio de una estrategia de 'vive rápido y muere joven' a la de 'vive lento y hazte viejo' que ha ayudado a que los humanos sean uno de los organismos con más éxito del planeta", apunta Smith.

La maduración ampliada de los humanos podría haber facilitado un aprendizaje adicional y una cognición compleja, dotando posiblemente a los primeros 'Homo sapiens' de una ventaja sobre sus primos neandertales.

Fuente:

Europa Press

21 de febrero de 2007

¿Por qué murieron los Neandertales?
Miércoles, 21 de febrero de 2007 - 17:26 GMT

Un nuevo estudio asegura que una repentina helada podría haber provocado el golpe fatal en el proceso de evolución de los Neandertales.

Se estima que ellos se extinguieron en distintos lugares de Europa hace unos 35.000 años.

Y ahora, nuevos datos recogidos en su último refugio -al sur de la península ibérica- indican que este fue arrasado por una ráfaga de frío hace unos 24.000 años.

Los investigadores -del Museo de Gibraltar y de la Universidad de Murcia- dicen que un brusco descenso de la temperatura habría causado una sequía, lo que redujo sus provisiones de agua fresca y mató a los animales que cazaban para alimentarse.

Esta conclusión deriva del análisis de sedimentos del lecho marino, que muestran una variación térmica en la temperatura promedio de la superficie del mar: cuando hoy se ubica entre 14ºC y 15ºC, en aquel momento descendió hasta 8ºC.

Además, enormes cantidades de arena fueron llevadas hacia el mar y el agua de río que llegaba al mar se redujo.

Refugio al sur
Los Neandertales aparecen en el registro de los fósiles hace 350.000 años y en su momento de esplendor estos cazadores rechonchos, y físicamente poderosos, dominaron una enorme área que abarcaba la península ibérica y Britania en el oeste, Israel en el sur y Uzbekistán en el este.

Nuestra propia especie homo sapiens evolucionó en África y desplazó a los Neandertales después de entrar en Europa hace 40.000 años.

Durante la última era glacial, la península ibérica fue un refugio en el que ellos sobrevivieron por varios miles de años después de haberese extinguido en el resto de Europa.

Estas criaturas (homo neanderthalensis) habían sobrevivido en pequeños grupos durante las eras glaciales anteriores, recuperándose en los momentos en los que mejoraban las condiciones. Pero la última de estas parece haberse caracterizado por cambios rápidos y severos en el clima, que alcanzaron un máximo hace 30.000 años.

La cueva de Gorham en Gibraltar tiene huellas que indican que fue ocupada por grupos de Neandertales hasta hace unos 24.000 años. Pero después de eso, no tienen indicios de su existencia.
Sin embargo, sucede algo interesante: los científicos informan que parece haber un sitio, en el sudeste de España, en el que existe evidencia de que este grupo sobrevivió un tiempo más.

Fósiles
En un estudio publicado en el periódico Geobios, José Carrión y Santiago Fernández Jiménez y colegas de la Universidad de Murcia analizaron polen de capas de suelo en la cueva de Carihuela para determinar cómo había cambiado la vegetación en el área en los últimos 15.00 años.
Los huesos humanos han sido recuperados en diferentes excavaciones en los
últimos 50 años. La relación entre ellos y las fechas provistas deben ser
tratadas con cuidado
José Carrion, de la Universidad de Murcia

Durante el trabajo de investigación, también se obtuvieron muestras de sedimentos de la cueva, usando técnicas para calcular la "edad" de esos elementos.

En algunas capas de sedimento, encontraron rastros de herramientas de Neandertales que tienen una antiguedad de entre 45.000 y 21.000 años.

Estos datos son "crudos" y no corresponden exactamente con fechas de calendario, a diferencia de los descrubrimientos en Gibraltar que sí han podido ser definidos en una fecha "específica".
También encontraron fósiles de Neandertales en esas excavaciones, incluyendo un fragmento de cráneo de un hombre que podría ser muy reciente. Pero el profesor Carrión es reticente a sacar conclusiones rápidas sobre estos restos.


"Los huesos humanos han sido recuperados en diferentes excavaciones en los últimos 50 años. La relación entre ellos y las fechas provistas deben ser tratadas con cuidado", le dijo a la Carrión le dijo a la BBC.

Fuentes:

BBC en español

Prensa Latina
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