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9 de mayo de 2012

Nanoantenas clásicas y cuánticas a la vez

Nueva explicación para dispositivos que hasta ahora se definían por las ecuaciones de Maxwell. 
 

Ilustración de una nanoantena alimentada por un punto cuántico. La luz es redirigida por la antena mediante una estructura nanoscópica, como si fuera un receptor de televisión ultra-diminuto. / ICFO
Un nuevo modelo para explicar el funcionamiento de las nanoantenas ópticas resuelve sus propiedades en las distancias inferiores a los nanómetros gracias a la mecánica cuántica, lo que completa las explicaciones basadas en ecuaciones de física clásica que hasta ahora se aplicaban. Un nanómetro es la milmillonésima parte de un metro y las nanoantenas se utilizan cada vez más en aplicaciones ópticas en nanotecnología, controlando la dirección en la que la luz interactúa con la materia, por ejemplo en microscopios en miniatura. El trabajo se publica en la revista Nature Communications.

Las nanopartículas metálicas actúan como antenas ópticas, ya que aumentan la recepción, el control y la emisión de radiación óptica. Este efecto se consigue a través de la excitación colectiva de los electrones del metal y, hasta ahora, sólo había sido descrito por las ecuaciones establecidas por James Maxwell (ecuaciones de Maxwell) hace más de un siglo.

El avance de la tecnología ha ido reduciendo los tamaños y las distancias de separación entre las nanoantenas metálicas, lo que ha dado lugar a nuevas propiedades que la física clásica es incapaz de describir, tales como el transporte de electrones por efecto túnel, basado en la probabilidad de dichos electrones de desaparecer de un electrodo y reaparecer en el otro.

El investigador Javier Aizpurua, del Centro de Física de Materiales (CSIC y Universidad del País Vasco), que ha dirigido el trabajo, explica que “hasta ahora estas propiedades sólo podían describirse de forma aproximada cuando las distancias de interacción alcanzan valores por debajo del nanómetro”. El modelo propuesto por el equipo de Aizpurua permite abordar de forma compacta la “enorme cantidad de electrones involucrada en la respuesta óptica de una ñaño estructura y los efectos cuánticos que aparecen a distancias subnanométricas”, añade.

El trabajo ha contado con la colaboración de investigadores del Instituto de Colisiones Atómicas y Moleculares de Orsay (Francia) y del Laboratorio de Nanofotónica de Houston (EEUU.

Fuente:

El País Ciencia

2 de mayo de 2012

Logran cambiar, desde el presente, un evento del pasado



Un grupo de físicos acaba de lograr lo que parecía imposible: modificar desde el presente un evento que ya había sucedido con anterioridad. La hazaña se ha conseguido aprovechando una extraña capacidad de las partículas subatómicas que ya había sido predicha, pero que jamás hasta ahora había podido ser demostrada. El espectacular hallazgo se publica en Nature Physics.

A la larga lista de propiedades extraordinarias de las partículas subatómicas habrá que añadir, a partir de ahora, su capacidad para influir en el pasado. O, dicho de otra forma, para modificar acontecimientos ya sucedidos. El concepto clave que permite este nuevo y sorprendente comportamiento es un viejo conocido de los físicos: el entrelazamiento cuántico, un fenómeno aún no del todo comprendido y que consiste en una suerte de "unión íntima" entre dos partículas subatómicas sin importar a qué distancia se encuentren la una de la otra. Cuando dos partículas están "entrelazadas", cualquier modificación que llevemos a cabo sobre una se reflejará de inmediato en la otra, aunque ésta se encuentre en el otro extremo de la galaxia.

Ahora, y por primera vez, un grupo de investigadores ha conseguido entrelazar partículas después de haberlas medido, es decir, a posteriori y en un momento en que alguna de ellas podría haber dejado ya de existir.

Suena desconcertante, es cierto. Incluso los propios autores del experimento se refieren a él como "radical" en el artículo que aparece esta semana en Nature Physics. "Que estas partículas estén o no entrelazadas -reza el artículo, cuyo primer firmante es Xiao-song Ma, del Instituto de Óptica Cuántica de la Universidad de Viena- es algo que se decidió después de haberlas medido".

En esencia, los investigadores han conseguido demostrar que acciones llevadas a cabo en el futuro pueden ejercer influencia en eventos del pasado. Siempre y cuando, claro, limitemos la experiencia al ámbito de la Física Cuántica.

Allí, en el extraño mundo de las partículas subatómicas, las cosas suceden de forma muy diferente a como lo hacen en el mundo "real" y macroscópico que podemos ver y tocar cada día a nuestro alrededor. De hecho, cuando el entrelazamiento cuántico fue predicho por primera vez, el mismísimo Albert Einstein expesó su disgusto por la idea calificándola de "acción fantasmal a distancia".

Después, durante las últimas décadas, el entrelazamiento fue probado cientos de veces en laboratorio, sin que hasta el día de hoy los físicos hayan podido averiguar cómo puede producirse esa especie de "comunicación instantánea" entre dos partículas que no están en contacto físico. Ahora, el equipo de la Universidad de Viena ha llevado el entrelazamiento un paso más allá, y ha conseguido lo que nadie había podido hacer hasta ahora.

Para realizar su experimento, los físicos partieron de dos parejas de partículas de luz, esto es, de dos "paquetes" de dos fotones cada uno. Cada una de las dos partículas de cada  pareja de fotones estaban entrelazadas entre sí. Más tarde, un fotón de cada pareja fue enviado a una persona hipotética llamada Victor. Y de las dos partículas (una por pareja) que quedaron detrás, una fue entregada a Bob y la otra a Alice. (Bob y Alice son los nombres que se utilizan habitualmente para ilustrar los experimentos de Física Cuántica).

Víctor, al tener un fotón de cada pareja entrelazada, tiene pleno control sobre las partículas de Bob y Alice. Pero qué sucedería si Victor decidiese entrelazar a su vez sus dos partículas? Al hacerlo, también los fotones de Bob y Alice (ya entrelazados con cada uno de los dos fotones en poder de Víctor), se entrelazarían el uno con el otro. Lo bueno es que Víctor puede decidir llevar a cabo esta accíon en cualquier momento que quiera, incluso después de que Bob y Alice hubieran medido, modificado o incluso destruído sus propios fotones.

"Lo realmente fantástico -afirma Anton Zellinger, también de la Universidad de Viena y coautor del experimento- es que esa decisión de entrelazar los dos fotones puede ser tomada en un momento muy posterior. Incluso en uno en que los otros fotones podrían haber dejado de existir".

La posibilidad de llevar a cabo este experimento había sido predicha en el año 2000, pero hasta ahora nadie había conseguido realizarlo. "La forma en que entrelazamos las partículas -explica Zeilinger- es enviándolas hacia un cristal cuya mitad es un espejo. El cristal, por lo tanto, refleja la mitad de los fotones y deja pasar a la otra mitad. Si tu envías dos fotones, uno a la izquierda y otro a la derecha, cada uno de ellos olvidará de dónde procede. Es decir, perderán sus identidades y ambos quedarán entrelazados".

Zeilinger asegura que la técnica podrá ser usada algún día para la comunicación ultrarápida entre dos computadoras cuánticas, capaces de usar el entrelazamiento para almacenar información. Por supuesto, una máquina así no existe todavía, aunque experimentos como el descrito suponen un paso muy firme hacia ese objetivo.

"La idea -asegura Zeilinger- es crear dos pares de partículas, y enviar una a un ordenador y la otra al otro. Entonces, si entrelazamos esas partículas (como en el experimento), los dos ordenadores podrán utilizarlas para intercambiar información"


Fuente:

El Blog de Ciencia y Tecnología (ABC)

27 de marzo de 2012

5 curiosidades ociosas sobre Física que probablemente no conoces


1. En mecánica cuántica, la distancia más pequeña posible se conoce como longitud de Planck. Y el tiempo que tardaría un fotón en cubrir esa distancia se conoce como tiempo de Planck. Si contáramos una longitud de Planck por segundo, tardaríamos 10.000.000 veces la edad actual del universo en alcanzar el diámetro de un átomo.

2. Un acelerador de partículas con potencia suficiente como para investigar la escala de Planck debería tener un peso equivalente al de la Luna, y su circunferencia sería igual a la órbita de Marte.

3. Las ondas sonoras generadas por un agujero negro en el doble cúmulo de Perseo está en si bemol, 57 octavas por debajo de las teclas de un piano. Según el libro de Joel Levy 100 analogías científicas:

Se trata de un sonido mil billones más profundo de lo que puede percibir el oído humano. Se trata de una nota que lleva 2.500 millones de años sonando.

4. 100 billones de trillones de grados Kelvin es la temperatura del universo unos segundos después del Big Bang. Una temperatura equivalente a mil millones de billones de supernovas.

5. El universo está hecho “a medida” para nosotros. Si el conjunto de constantes fundamentales que rige las propiedades de la materia y de la energía fuera diferente, la vida no podría haber aparecido. Por ejemplo, si la interacción nuclear débil fuerse un poco más fuerte, el universo sería una gigantesca sopa de hidrógeno puro. Dado ue la interacción nuclear débil tiene exactamente la fuerza que tiene, el universo contiene un amplio abanico de elementos.

Fuente:

Xakata Ciencia

12 de marzo de 2012

El Universo es como un gato: determinismo y teorías físicas


La mecánica cuántica es realmente imponente. Pero una voz interior me dice que aún no es la buena. La teoría dice mucho, pero no nos aproxima realmente al secreto del “viejo”. Yo, en cualquier caso, estoy convencido de que Él no tira dados.

Esta es la primera ocasión en la que Albert Einstein expresa su convicción de que el universo es determinista con la conocida analogía de “Dios no juega a los dados”. Aparece en una carta a su colega y amigo Max Born fechada el 4 de diciembre de 1926.

Para muchos físicos, filósofos y religiosos la irrupción de la mecánica cuántica y su interpretación supuso una liberación de las limitaciones que la mecánica newtoniana imponía a su forma de ver el mundo. Para otros supuso un terremoto de consecuencias indeseables. Los casos más llamativos sin duda son los de los físicos que contribuyeron a crearla, como el propio Einstein (efecto fotoeléctrico, paradoja Einstein-Podolsky-Rosen) o Erwin Schrödinger (ecuación de onda), pero que no podían compartir las implicaciones no deterministas de esta teoría.

El determinismo está íntimamente relacionado no sólo con cómo funciona el universo en sí, sino que tiene implicaciones prácticas muy inmediatas: si todo está determinado, ¿qué responsabilidad moral tengo? Quizás por ello, muchos filósofos y religiosos abrazaron entusiasmados la propuesta de que en la raíz misma de todo lo que existe reina la indeterminación. Con el principio de indeterminación tanto unos como otros recuperaban el terreno perdido por el libre albedrío a manos de la teoría newtoniana y encontraban huecos para la moral, el alma y algunos dioses.

Y, sin embargo, un pequeño análisis muestra que todos aquellos que piensan que la mecánica cuántica abre las puertas al libre albedrío o que la física newtoniana es absolutamente determinista, se equivocan completamente. Invitamos al inteligente lector a explorar con nosotros la esencia del universo y los límites de nuestro conocimiento sobre ella a la luz de las distintos modelos físicos. Exigirá un pequeño esfuerzo, pero será gratificante o, al menos, eso pensamos.

Algunos conceptos

Empecemos dejando claras dos ideas. La primera está implícita en el párrafo anterior: el determinismo es una doctrina acerca de una característica del universo que, en el caso de ser cierta, no implica necesariamente que los estados del sistema sean predecibles. Es decir, el determinismo es una cuestión ontológica, algo intrínseco al universo, independientemente de si lo podemos conocer nosotros o no, lo que es una cuestión epistemológica. Trataremos ambas cuestiones en este orden.

La segunda es el propio concepto de determinismo. Un profesor mío solía repetir que si la hipótesis es cierta los acontecimientos futuros están tan fijados como los pasados. Pero como vamos a hablar sobre qué nos dicen las teorías físicas sobre el universo necesitaremos una definición más apropiada. Como primera aproximación podemos decir que una teoría es determinista siempre que el estado de un sistema en un momento inicial, más las leyes de la teoría, fijan el estado del sistema en cualquier momento posterior.

Esa definición de determinismo es intuitiva, pero podemos ir un pasito más allá y hacerla algo más rigurosa. Es un esfuerzo extra que después nos compensará permitiendo aplicarla a cualquier teoría física.

Imagina dos regiones cualesquiera del espaciotiempo, R1 y R2, incluyendo esta habitación ahora y dentro de una hora o un acontecimiento poco tiempo después del Big Bang y el resto del universo. A R1 la llamaremos la región determinante y a R2 la determinada. Si una teoría asigna un estado a R2 que está fijado por el estado de R1 y sus propias leyes, entonces diremos que la teoría es determinista. Es lo mismo de antes dicho de otra manera. La diferencia está en que ahora podemos hablar de grados de determinismo: cuanto más grande tenga que ser R1 para que una teoría satisfaga esta definición, más débil es esa forma de determinismo. Pero veamos como la usamos en la práctica.

Los invasores del espacio matan al demonio de Laplace

Tiempo después de que Newton propusiese sus leyes del movimiento y gravitación, Laplace señaló que si un intelecto poderosísimo (conocido como el demonio de Laplace) conociese las leyes de Newton, fuese un consumado matemático y tuviese acceso a una descripción de la posición actual y el momento de cada partícula del universo, dicho intelecto sería capaz de calcular cualquier acontecimiento futuro o pasado de la historia del universo. Esta visión del “universo de relojería” fue la que dominó el mundo durante doscientos años y la que causó tantos problemas a teólogos y filósofos morales.

Pero, ¿realmente es tan determinista la física de Newton? Hagamos un pequeño experimento mental. Imagina un mundo newtoniano compuesto por partículas masivas puntuales que se mueven por su mutua atracción gravitatoria. Parece una obviedad decir en este punto que las ecuaciones del movimiento calculadas por el demonio de Laplace nos proporcionan las posiciones y las velocidades de todas las partículas en un momento dado, tanto del futuro como del pasado. Tenemos así un sistema completamente determinista: R1 puede ser una simple muestra del espaciotiempo newtoniano que incluya un conjunto de acontecimientos absolutamente simultáneos, y R2, el resto de este universo con todas las trayectorias completas, queda absolutamente fijado.

Y entonces llegaron los invasores del espacio. Imaginemos ahora una partícula de la que no hay constancia en R1 de ningún tipo, está infinitamente lejos. La mecánica clásica no impide que la partícula aparezca en las proximidades de nuestro sistema en un tiempo finito a pesar de venir de la infinitud espacial, recordemos que en mecánica newtoniana no hay límite superior para la velocidad que puede alcanzar una partícula. Por tanto R1 y las leyes de la teoría ya no estarían fijando R2. La teoría newtoniana, pues, no es determinista según nuestra definición.

Si damos un pasito más, e incorporamos la teoría general de la relatividad, no pensemos que hemos solucionado el problema. Los invasores del espacio podrían saltar desde una singularidad desnuda sin ni siquiera haber dejado su señal en cualquier fracción de tiempo precedente.

El universo es como un gato

Centrémonos ahora en la mecánica cuántica. Podemos estar seguros de que el estado cuántico asociado a cualquier región R1 del espaciotiempo, no importa lo grande que sea, no fija (en general) el resultado de las mediciones hechas en otras regiones R2; si acaso, en el mejor de los casos, sus probabilidades. Según la definición de arriba estaríamos ante una teoría no determinista, ¿correcto? No tan rápido.

Estamos considerando el aspecto ontológico, cómo las cosas son en sí. Bien, la ecuación de Schrödinger nos asegura que los estados cuánticos mismos evolucionan de forma determinista con el tiempo, siempre y cuando no haya mediciones. Desde este punto de vista la teoría es perfectamente determinista.

De hecho, nos encontramos con una curiosa mezcla de determinismo con indeterminismo, la misma que aparece en la paradoja del gato de Schrödinger. La pregunta del millón es, entonces, ¿cuándo y cómo toma el control el indeterminismo para producir un resultado concreto a partir de una superposición?

La bola de la ruleta

Démonos cuenta de que los fenómenos cuánticos, si bien afectan a todo el universo, sólo ponen de relieve sus paradojas en tamaños muy pequeños, a nivel de átomos. Todo el azar y la incertidumbre que parece implicar la mecánica cuántica comienzan a hacerse menos evidentes conforme más partículas entran en los cálculos, esos valores discretos tan dispares comienzan a hacerse estadísticamente continuos. Para números de partículas importantes, como el del número de átomos de una neurona, la probabilidad de una desviación con respecto al comportamiento esperado es tan ridículamente baja que no cabe esperarla en períodos de tiempo mucho mayores que una vida humana. A efectos prácticos su comportamiento es determinista.

Habrá personas que afirmen que todavía queda un resquicio, por minúsculo que éste sea para la indeterminación. Y habría que admitir que es así. Pero, y esto es relevante, ello no supone ningún tipo de concesión al libre albedrío. La mecánica cuántica habla de indeterminación, no de indeterminismo, ya que de existir éste sería puro azar. Pero, si mis acciones se libran del determinismo sólo haciéndose aleatorias, ¿cómo puede haber responsabilidad moral? El que mi brazo sufra un espasmo aleatorio y te abofetee es el tipo de acción que me excusa desde un punto de vista moral.

Para estas personas que buscan en la física un resquicio donde tengan cabida sus creencias y su responsabilidad moral asociada se le ofrecen dos opciones. Ya mencionamos que lo de ser parte de un mecanismo de relojería no es de especial agrado de filósofos morales y teólogos pues reserva a los dioses sólo un papel en la puesta en marcha y elimina por tanto de facto toda responsabilidad moral. La alternativa a la que se agarran como un clavo ardiendo es, no un reloj, sino una ruleta de casino o, mejor aún, la bola en una ruleta de casino que aún no está construida, puro azar; ni siquiera hay espacio para impredicibilidad práctica. Y ya hemos visto que la aleatoriedad nos exime también de la responsabilidad moral.

El entierro del demonio de Laplace

Para finalizar veamos muy brevemente el indeterminismo desde un punto de vista epistemológico. Esto nos da la visión práctica del asunto: primero una respuesta a “¿qué puedo conocer?” para poder después responder a “¿qué puedo hacer?” y “¿qué debo hacer?”.

Ya hemos mencionado que en la mecánica cuántica el conocimiento, la intervención del observador, nos lleva a la indeterminación en los resultados. Nos vemos abocados a un universo estadístico, en el que todo lo que no está prohibido es posible que ocurra, si bien con probabilidades muy diferentes. El demonio de Laplace no tiene cabida en este universo.

En el espaciotiempo de la relatividad especial, el estado del universo en cualquier momento (relativo a cualquier observador) fija la totalidad de los acontecimientos en el espaciotiempo. Pero el hecho de que la información no pueda ser transmitida más rápido que la luz garantiza que ningún observador, ni siquiera el demonio de Laplace, pueda reunir todos los datos que necesitaría para predecir un acontecimiento antes de que éste ocurra realmente.

Pero es que el demonio de Laplace no tiene siquiera cabida en un universo newtoniano. Porque aún admitiendo que éste fuese determinista también es caótico. Esto quiere decir que no importa la precisión con la que especifiquemos su estado inicial con objeto de predecir su estado final, siempre habrá variaciones minúsculas, impredecibles y no mensurables que harán que los resultados sean muy diferentes.

En conclusión, si bien el universo en su conjunto no es predecible para un observador y se pueden discutir muchos detalles y matices, podemos afirmar que nuestras mejores teorías físicas nos aportan una dosis alta de determinismo y que donde no hay determinismo hay puro azar. Comprendemos que esto puede resultar muy incómodo para algunos. Lo único que cabe desear es que no pasen 30 años negando lo evidente, como hizo Einstein.

Fuente:

Amazings en español

29 de febrero de 2012

Una nueva teoría física propone revisar la naturaleza del tiempo

Se basa en el constante movimiento de los cuerpos para afirmar que no pueden tener una posición relativa determinada

Una nueva teoría física, elaborada por un estudiante universitario de Nueva Zelanda que ha sido comparado con Albert Einstein, propone revisar la forma en que pensamos sobre el tiempo y el espacio porque considera que los cuerpos no pueden tener una posición relativa determinada, ya que, si la tuvieran, no podrían estar en movimiento permanente. Asegura que la flecha del tiempo no existe y que los procesos cerebrales asociados a la conciencia son los que fijan para nuestra percepción los cuerpos en el espacio y en el tiempo.


Peter Lynds. Foto: B. Yigitoz.

Peter Lynds. Foto: B. Yigitoz.

Un artículo publicado en la edición de agosto de la revista Foundations of Physics Letters cambiará seguramente la forma en que pensamos sobre la naturaleza del tiempo y su relación con el movimiento, así como las mecánicas clásica y cuántica. Al hacerlo, su autor ha sido comparado con Albert Einstein.

En el artículo El Tiempo y las Mecánicas Clásica y Cuántica: Indeterminación vs. Discontinuidad un joven de 27 años de Wellington, Nueva Zelanda, Peter Lynds, que hasta ahora ha asistido a la universidad sólo durante seis meses, establece que es necesario revisar todos los valores establecidos por la física en relación con el tiempo, lo que supone terminar con ancestrales presunciones sobre el tiempo y las magnitudes físicas, incluyendo la relativa posición de los cuerpos en el espacio.

El trabajo demuestra que esta revisión de los valores físicos establecidos hasta ahora sobre el tiempo y la posición de los cuerpos en el espacio proporciona la solución correcta a las paradojas del movimiento y del infinito, excluyendo la del estadio, concebidas originalmente por el matemático Zenón de Elea, hace más de 2.500 años.

La cosmología cuántica y del tiempo también están contempladas en la teoría de Lynds, incluyendo un convincente argumento contra la teoría del tiempo imaginario elaborada por el físico teórico británico Stephen Hawking.

Respuestas positivas

Hasta ahora el trabajo ha recibido una respuesta muy positiva. Un crítico comentó: el artículo recuerda a la teoría especial de la relatividad formulada por Einstein en 1905, mientras que Andrei Khrennikov, Profesor de Matemáticas Aplicadas de la Universidad de Växjö en Suecia, dijo: encuentro a este artículo muy interesante, e importante para clarificar algunos aspectos fundamentales de formalismos de la física clásica y cuántica. Creo que el autor ha realizado una muy importante investigación sobre el papel de la continuidad del tiempo en los modelos físicos estandarizados de los procesos dinámicos.

Otro impresionado con el trabajo de Lynds es el gigante de la física de Princeton y colaborador y amigo, tanto de Albert Einstein como de Richard Feynman, John Archibald Wheeler, quien dijo: admiro la audacia de Lynds.

Para ayudar a explicar el trabajo, Lynds propone lo siguiente: Imagine una taza atraida a cualquier velocidad, grande o pequeña, contra su escritorio. Luego pregúntese si tiene o no una posición relativa determinada con respecto al escritorio en cualquier momento mientras se encuentra en movimiento. Y luego pregúntese, ¿existe algún momento en el cual la taza no esté en movimiento y en que su posición relativa al escritorio no esté cambiando constantemente?.

De acuerdo tanto con la física antigua como con la actual, la taza tiene una posición determinada relativa al escritorio. De hecho, la física del movimiento desde Zenón y Newton hasta hoy, toma esta presunción como establecida.

No hay instante real de quietud

Pero no es así, según Lynds. Debería ser obvio que no importa cuán pequeño sea el intervalo, o cuán lentamente se mueva la taza durante ese intervalo, ya que la taza siempre está en movimiento y su posición está cambiando constantemente, así que no puede tener una posición relativa determinada. De hecho, si la tuviera, no podría estar en movimiento.

Lynds dice que lo mismo puede decirse sobre la posición relativa de cualquier cuerpo en un instante en el tiempo. Si hubiera un instante en el tiempo subyacente al movimiento de la taza, aunque la taza tuviera una posición relativa determinada en ese instante, tal como es la naturaleza de esa noción etérea, también estaría congeladamente estática en ese instante, y por lo tanto no podría estar en movimiento.

La respuesta, por supuesto, es que no existe un instante preciso en el tiempo que subyazca al movimiento de un objeto, ya que su posición está constantemente moviéndose a medida que pasa el tiempo, por lo que no tiene nunca una posición determinada en un momento concreto.

Según Lynds, no existe por tanto una cuerpo que esté durante un instante completamente quieto en la naturaleza, por lo que ese instante de quietud es algo enteramente subjetivo que proyectamos al mundo que nos rodea. En otras palabras, es un producto de la función cerebral y de la conciencia.

La indeterminación no es cuántica

Para Lynds, la ausencia de una posición relativa determinada en cualquier momento de los cuerpos que ocupan el espacio y, por lo tanto, también de su velocidad, significa necesariamente la ausencia de cualquier otro valor físico y de magnitud determinados en un momento dado, incluyendo al propio tiempo y espacio.

Comenta Lynds, Naturalmente, el parámetro y el límite de la respectiva posición y magnitud de un cuerpo son solamente determinables hasta los límites de medida posibles, de acuerdo a la hipótesis cuántica general y al principio de indeterminación de Heisenberg, pero esta indeterminación del valor preciso no es una consecuencia de la incertidumbre cuántica.

Continúa Lynds, Esto indica que, en relación con la incertidumbre en una magnitud física precisa, lo micro y lo macroscópico están inseparablemente enlazados, ya que ambos parten de una misma cosa, más que simplemente un caso de lo primero subyaciendo y contribuyendo a lo segundo.

En el apartado cosmológico del artículo, Lynds explica: no es necesario que el tiempo emerja y cuaje de la espuma cuántica y de la altamente contorsionada geometría del espacio-tiempo presente antes de la escala de Planck, justo antes del Big Bang, como se ha especulado algunas veces. La continuidad estaría presente y sería naturalmente inherente en prácticamente todos los estados y configuraciones cuánticos iniciales, más que en unos pocos específicos, sin importar lo microscópico de la escala.

Una cuestión simple

Y añade en su artículo: la propuesta cosmológica del Tiempo Imaginario tampoco es compatible con una descripción física consistente, tanto como una consecuencia de lo anterior, como porque lo relevante es el orden relativo de los eventos, no es la propia dirección del tiempo, ya que el tiempo no va en ninguna dirección. Consecuentemente, no es posible que el orden de una secuencia de eventos sea imaginaria, o en ángulos rectos, relativa a otra secuencia de eventos.

Sobre el contenido general del artículo, Lynds comenta: puede ser contrario a la intuición, pero realmente es bastante simple. De alguna forma, casi desearía que no fuera tan extraño, ya que yo diría que algunos encontrarán este aspecto un poco difícil de tragar. De cualquier forma, es correcto.

En relación con su solución a las paradojas de Zenón, Lynds dice: creo que uno podría inferir que hemos sido un poco cortos para entenderlas, considerando que nos ha llevado tanto tiempo alcanzar estas conclusiones. Sin embargo, no pienso que ése sea el caso. Más bien creo que, respecto a un instante en el tiempo, es difícil sorprenderse considerando la extrema dificultad en ver a través de algo que realmente ves y con lo que piensas. Más aún, con sus engañosamente profundas y complicadas paradojas, Zenón de Elea fue un verdadero visionario y, en algún sentido, estuvo 2.500 años adelantado a su tiempo.

Los proyectos de Lynds para el futuro inmediato incluyen la publicación de un artículo sobre las propias paradojas de Zenón en la Revista Philosophy of Science, y otro relacionando con el tiempo y la conciencia. También planea explorar más su trabajo en conexión con la mecánica cuántica y tiene la esperanza de que otros hagan lo mismo.

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Tendencias 21

10 de enero de 2012

¿Qué hay en un femtosegundo de luz láser?

Iluminar una pieza de metal, como el cobre o la plata, y los electrones excitados. Estas partículas excitables a su vez alteran los campos electromagnéticos que dan lugar a explotar muchas de sus propiedades tecnológicas, como el excelente desempeño del cobre como conductor de electricidad.


Los esfuerzos por observar los electrones se han vuelto algo más fácil en los últimos años, gracias a los avances con los pulsos láser cortos, pese a los principios fundamentales de la mecánica cuántica que dominan esta escala. La mecánica cuántica y sus funciones de onda sugieren que se puede observar el movimiento de un electrón, pero no sin introducir la incertidumbre sobre su posición, por ejemplo. Y, es mucho más frecuente observar la pérdida de energía de los electrones que observar la ganancia. No obstante, para una mejor comprensión de lo que ocurre con los electrones excitados por la luz incidente, se facilita un mejor diseño fotovoltaico de los sistemas electrónicos que emplean la luz, así como algunos chips avanzados de informática.

Ahora, un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de California ha observado a los electrones en acción, y han crado mapas que muestran los campos de energía de los electrones excitados a través del tiempo, sobre la plata y las superficies de cobre. Utilizando un microscopio de electrones, centraron el haz de una nanopartícula de plata con un respaldo más grande de grafeno durante un femtosegundo (una millonésima de una mil millonésima de segundo, ¿hace falta insistir en que es muy corto?). La ganancia de energía (o la pérdida) se calcula a partir del tiempo de retardo entre los pulsos de luz láser y los electrones. Los investigadores llaman a esta técnica "imagen ultrarrápida del espectro", que en realidad no logra llevar al lenguaje lo rápido que es.

La idea es crear un mapa con la ganancia o pérdida de energía de los electrones de un compuesto específico elemental. Dicho mapa muestra la posición probable de los electrones excitados (incluso la cantidad de energía ganada), sin revelar otras propiedades (de esta manera se mantiene la búsqueda de línea con el principio de incertidumbre de Heisenberg). Por ejemplo, esta nueva investigación muestra que las nanopartículas triangulares de plata ganan la mayoría de su energía a lo largo de su margen izquierda y la esquina inferior derecha (debido al grosor de la partícula y al tamaño del borde, los cuales son más pequeños que las longitudes de onda de los fotones incidentes). La técnica ultrarrápida podría permitir a los científicos ver las interacciones de las moléculas, las propiedades de las partículas y, en última instancia, el funcionamiento interno de las células. No está nada mal para tan súper corto pulso de luz láser.

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Bit Navegantes

21 de diciembre de 2011

Paradoja de la mecánica cuántica: ¿el gato de Schrodinger está vivo y muerto?

"A nivel cuántico no se puede decir que los objetos tiene una forma bien definida, tenemos que usar otra manera de pensar y es precisamente la mecánica cuántica”.


Paradoja de la mecánica cuántica: ¿el gato de Schrodinger está vivo y muerto?
Paradoja de la mecánica cuántica: ¿el gato de Schrodinger está vivo y muerto?. (Wikimedia Commons) O a lo mejor el gato "está de parranda"...!!!




En este video los investigadores de la Universidad de Nottingham, Inglaterra, hablan de la famosa paradoja del gato de Schrodinger.

Esta propone un experimento imaginario, donde un gato es encerrado en una caja con material radioactivo, el cual al desintegrarse, desencadenaría una liberación de veneno que mataría al gato.

En esta situación, cuando no se puede abrir la caja para ver lo que está ocurriendo, se dice que el gato está muerto y vivo al mismo tiempo. Sólo cuando la caja sea abierta se puede determinar si el gato está vivo o muerto.

"Uno no tiene forma de saber si el gato en la caja está vivo o muerto", dijo el profesor de física Dr. Phillip Moriarty. " La mecánica cuántica diría que el gato está en una superposición de estados; porque está ambos, muerto y vivo.

El experimento es una paradoja que tiene ya unas décadas y fue formulada por Erwin Schrodinger para relatar lo compleja que es la mecánica cuántica.

"A nivel cuántico no se pueden aplicar nuestros conceptos cotidianos de que los objetos están en una forma bien definida, simplemente tenemos que usar otra manera de pensar, y esto precisamente es la mecánica cuántica”, dijo el profesor Dr. Laurence Eaves.

Fuente:

La Gran Época

7 de diciembre de 2011

2017: El año de la Revoluciòn Cuàntica



















Un circuito

Científicos de la Comisión de Energías Alternativas y de Energía Atómica de Francia, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y del laboratorio de IBM en Suiza proyectan que para 2017 un fenómeno cuántico podría hacer que los celulares y las computadoras consuman 100 veces menos energía.

"En el proyecto Ángeles Guardianes, uno de nuestros objetivos es encontrar soluciones para reducir el consumo de energía de los procesadores. El 'túnel-FET' es la próxima revolución que nos ayudará a conseguir ese objetivo", dijo Adrian Ionescu, líder del proyecto, en un comunicado emitido por la EPFL.

De acuerdo con el experto, la tecnología del "túnel-FET" aprovecha un fenómeno conocido como el "efecto del túnel cuántico". FET son las siglas en inglés de Field Effect Transistor: Transistor de Efecto de Campo.

En declaraciones ofrecidas a BBC Mundo, el investigador señaló que la revolución tendrá un primer impacto en los celulares y en las computadoras.

"Los procesadores de bajo consumo de energía de nuestros iPhones consumirán cien veces menos energía. Eso abrirá la puerta a una nueva gama de funciones relacionadas con herramientas de detección y de asesoramiento inteligente. También será beneficioso para extender la operatividad del dispositivo que no necesitará de carga en semanas o meses", señaló el científico.

"Efecto de campo"

iPhone

Con la tecnología del "efecto del túnel", las baterías de los celulares podrían durar semanas e incluso meses.

Según Ionesco, a largo plazo el "túnel-FET" podría ser la tecnología que permitirá que varios de los objetos de nuestra vida diaria se vuelvan "inteligentes" al extraer energía del medioambiente en vez de alimentarse de pilas o baterías.

Es una tecnología que ayudará al campo de la investigación y a la industria de la electrónica, áreas en las que el consumo de energía de los transistores se ha convertido en un tema clave.

De acuerdo con Ionescu, las unidades centrales de procesamiento, mejor conocidas como CPU (Central Processing Unit), de las computadoras de hoy en día "no tienen menos de mil millones de transistores".

"Esos pequeños interruptores que se apagan y se prenden ofrecen las famosas instrucciones binarias, los ceros y los unos que nos permiten enviar correos electrónicos, ver videos, mover el cursor y mucho más", escribió Ionescu en la revista especializada Nature.

La tecnología que se usa en la actualidad se conoce como el "efecto de campo", a través del cual el voltaje impulsa un canal de electrones que activa el transistor.

Pero, advierte el experto, el "efecto de campo" está llegando a sus límites, especialmente en lo que se refiere al consumo de energía.

El túnel

El "túnel-FET" tiene como base un principio diferente.

"En el transistor, hay dos cámaras que son separadas por una barrera de energía. En la primera, una horda de electrones espera mientras el transistor es desactivado. Cuando se inyecta el voltaje, (los electrones) cruzan la barrera de energía y entran a la segunda cámara, con lo que activan al transistor", indicó el investigador.

Según Ionescu, en el pasado el "efecto de túnel" era conocido por interrumpir la operación de los transistores.

"De acuerdo con la teoría cuántica, algunos electrones cruzan la barrera incluso si ellos aparentemente no tienen suficiente energía para hacerlo. Al reducir el ancho de esta barrera, es posible amplificar y sacarle provecho al efecto cuántico: la energía necesaria para que los electrones crucen la barrera es drásticamente reducida".

Al sustituir el principio convencional, conocido como el "efecto de campo", por el "efecto del túnel", se puede recudir el voltaje de los transistores de 1 voltio a 0,2, explicó el experto.

El objetivo de los investigadores es conseguir que la nueva generación de microchips combine ambos efectos.

"Los actuales prototipos hechos por IBM y CEA han sido desarrollado en una etapa pre industrial. Podríamos proyectar una producción masiva para el año 2017", señaló Ionescu.

Para el investigador, la nueva tecnología ayudará a que seamos más eficientes en términos energéticos y a que los aparatos eléctricos que usamos reduzcan sus "huellas de carbono" en el planeta.

Fuente:

BBC Ciencia

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14 de octubre de 2011

Después de los neutrinos llega el deuterón: Una partícula puede resolver uno de los grandes misterios de la física

Después de los neutrinos llega el deuterón: un físico dice que puede explicar el desequilibrio entre la materia y la antimateria en el Universo


Una partícula puede resolver uno de los grandes misterios de la física

¿Pueden todas las bolas reunirse en el triángulo? Es una cuestión de reversión temporal

La noticia de que unas partículas llamadas neutrinos pueden ser más rápidas que la luz ha convulsionado recientemente el mundo de la física. No es la única idea nueva. Bira van Kolck, un físico teórico de la Universidad de Arizona, se agarra a otra partícula para plantear una nueva hipótesis que, de confirmarse, también haría pedazos el modelo estándar de la física, las leyes del mundo que conocemos hasta ahora. Los experimentos de Van Kolck señalan que un simple núcleo atómico, el deuterón, está relacionado con el misterioso fenómeno de la reversión temporal -¿puede el tiempo ir hacia atrás en un nivel cuántico?- y puede conducir a la explicación de uno de los mayores enigmas del Universo: el desequilibrio entre la materia y la antimateria. El estudio aparece publicado en Physical Review Letters.

La mayor parte de lo que los físicos saben sobre el Universo puede ser descrito en lo que se llama el modelo estándar de la física de partículas. Desarrollado por el premio Nobel Steven Weinberg, ex director de tesis de Van Klock, este modelo lo contempla todo, desde las leyes de Newton hasta el comportamiento de las partículas subatómicas, lo que se conoce como mecánica cuántica. «Sin embargo, hay un problema que el modelo estándar no explica», apunta Van Klock.

Y es que según las teorías actuales, por cada partícula de materia que existe en el Universo tiene que haber otra de antimateria, con igual masa pero con carga eléctrica opuesta. El problema es que cuando materia y antimateria entran en contacto, se aniquilan mutuamente. Lo cual da lugar a uno de los mayores misterios de la física moderna: si durante el Big Bang se generó igual cantidad de materia que de antimateria, ¿por qué el Universo parece estar hecho por completo de materia ordinaria? ¿Dónde está la antimateria que falta?

Un juego de billar

La explicación, según el científico, puede estar relacionada con la violación de un raro fenómeno conocido como reversión temporal. ¿Qué significa exactamente? Van Kolck lo compara con un juego de billar. «Supongamos que usted golpea dos bolas una contra otra en la mesa. Supongamos que filma la escena, y la reproduce hacia delante y al revés. Si no dice nada a la persona que lo está viendo, ésta no sería capaz de decir que versión es correcta y cuál está al revés», explica.

Como en la película, el tiempo puede retroceder en las ecuaciones de los científicos que describen nuestro mundo y las ecuaciones todavía cuadran. Por ejemplo, la máxima velocidad de nuestro coche son los kilómetros que puede recorrer por hora o, para un físico, la distancia dividida por el tiempo. Si el tiempo se pone al revés, de manera que se convierte en un número negativo, la ecuación todavía funciona porque las magnitudes de la velocidad y la distancia permanecen iguales.

Pero el sentido común nos dice que el tiempo solo va en un sentido. Las personas envejecen, no se vuelven más jóvenes. «Continuemos con nuestro ejemplo de las bolas de billar -dice Van Kolck-, cuando empiezas el juego hay un triángulo de bolas en el medio, y alguien dispara una bola al conjunto provocando que todas las bolas se dispersen. Si reproducimos la película al revés, la mayoría de la gente dirá que no es realista, porque sería muy raro todas las bolas colisionaran a la vez formando un triángulo».

«La razón por la que percibimos una dirección preferida tiene que ver con el hecho de que es mucho más fácil ir de un estado inicial simple que de uno muy complicado», dice Van Kolck. Por lo que el tiempo puede ser invertido en las ecuaciones de la física sin afectar al resultado, pero los efectos de la inversión del tiempo permanecen imperceptibles en nuestra vida cotidiana.

Violación de la simetría

«Hasta la década de 1960, lo físicos pensaban que las leyes de la física no cambiaban si el tiempo iba hacia atrás, pero luego se descubrió que hay algunos fenómenos en las partículas subatómicas donde parece que hay una pequeña violación de esta simetría», recuerda el científico. En otras palabras, la versión al revés de la película de las bolas de billar sería un poco diferente a la versión hacia delante. No ocurre al mismo ritmo. Este fenómeno se conoce como violación de la reversión.

De esta forma, ya no existe el equilibrio y, por ejemplo, el coche no va tan rápido si la escena sucede retrocediendo hacia el pasado. Este desequilibrio es el que los físicos creen que puede explicar la cantidad desigual de la materia y la antimateria en el Universo. Pero Klock cree que esa explicación no es suficiente. Aquí es donde recurre al deuterón, un núcleo atómico sencillo. Su simplicidad lo convierte en uno de los mejores objetos de experimentación en física nuclear. Una propiedad de esta partícula, que posee una extraña característica que viola la simetría temporal, es la clave. El científico y su equipo han encontrado mecanismos de la violación de esta simetría que se corresponden con diferentes medidas de momentos magnéticos del deuterón.

Los experimentos con el deuterón probarían las mismas escalas de energía que el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) en el CERN y podría llevar a descubrir una física completamente diferente.

Fuente:

ABC Ciencia

20 de septiembre de 2011

Hablemos del espín

En las dos primeras décadas del siglo XX se sentaron las bases de una revolución conceptual que cambió la física para siempre. La relatividad y la mecánica cuántica vinieron al mundo prácticamente a la vez, ambas como resultado de plantear uno de esos pequeños problemas insignificantes que le quedaban a la física para describirlo absolutamente todo y en esos años convulsos de nuestra historia estas dos nuevas teorías vinieron a trastocar todo lo preconcebido hasta la fecha. A la revolución de la mecánica cuántica dediqué unas cuantas entradas (I, II, III).

El tema que nos ocupa en este post va de la mano de ambas teorías. Pero comienza al descubrir que el modelo teórico que se tiene del espectro atómico (es decir, de los valores de energía que pueden tener los electrones dentro del átomo) no cuadra con lo que se observa.

En el año 1925 a los físicos Ralph Kronig, George Uhlenbeck y Samuel Goudsmit se les ocurre por separado la idea de introducir un parámetro más, un “número cuántico” adicional para solucionar el problema del espectro atómico. Tres años antes, había tenido lugar el experimento de Stern-Gerlach, que fue lo que motivó plantearse este nuevo número cuántico: el espín del electrón.

Introducir el espín permite rellenar los niveles de los átomos de forma acorde con lo que se observa y además, coincide con lo que en ese mismo año propuso el físico Wolfgang Pauli: el principio de exclusión. Este, afirma que no pueden existir dos electrones en el mismo estado cuántico individual. Las cuentas van cuadrando, pero de momento sigue estando ahí el molesto detalle de que hay que introducir a mano el espín en la teoría, no es una propiedad que se deduzca sino que viene sugerida del experimento. Hay que meter a mano el espín en la ecuación de Schrödinger, que es la que permite obtener los estados cuánticos y los valores de energía de cada uno de los electrones del átomo. A la teoría le falta algo.

No fue hasta 1928 que Dirac se planteó hacer una versión de la ecuación de Schrödinger pero con una novedad: plantearla siguiendo los preceptos de la relatividad, es decir, conseguir una ecuación que permita describir a una partícula relativista libre, sin estar sometida campos de fuerzas ni nada, solamente libre para moverse donde quiera, el ejemplo más simple que podamos imaginar.

Al hacer esto, Dirac encuentra que en lugar de obtener una única expresión que relacione nivel de energía con estado de la partícula, obtiene términos adicionales que antes no estaban. En ellos se encuentra el espín, deducido de forma teórica por primera vez, y también se encuentra el primer atisbo de algo completamente desconocido: la antimateria, que será descubierta y confirmada en 1932 con el descubrimiento del positrón. El espín puede verse como una temprana demostración de que la relatividad iba por muy buen camino, aunque para esas fechas ya había tenido sus primeras alegrías.

Pero volviendo a lo que nos ocupa: el espín aparece de forma natural en las ecuaciones al hacer consideraciones relativistas elementales en el sistema atómico. En otras palabras, no podemos ignorar los efectos de la relatividad especial en los modelos atómicos. Nace la mecánica cuántica relativista.


Volviendo un poco atrás, en el experimento de Stern y Gerlach se descubrió que los electrones tenían una propiedad que les hacía comportarse como pequeños imanes, que rápidamente se orientaban ante la presencia de un campo magnético externo. Es decir, además de masa y carga eléctrica tenían algo que les dotaba de un momento dipolar magnético permanente. Y en eso consiste el espín. Es una propiedad fundamental de las partículas que únicamente puede tener determinados valores. Cada partícula tiene un espín, y éste se puede orientar.

En el caso del electrón, su espín vale 1/2 en unidades de la constante de Planck reducida. Y pensando en él como en un pequeño imán, puede orientarse hacia el norte (arriba) o hacia el sur (abajo).

Es decir, en un cierto nivel atómico dos electrones pueden diferenciar su estado cuántico entre sí con tal de que el espín de uno esté orientado hacia arriba y el otro hacia abajo.

Entended que arriba y abajo es una “licencia poética” para explicar que tienen valores complementarios. Los electrones no son orientables puesto que carecen de estructura interna. Por eso la imagen del espín como un giro es errónea. Esta interpretación falsa viene de que su estructura algebráica está relacionada con rotaciones, pero no son rotaciones en el espacio real, simplemente desde el punto de vista matemático y formal, pero no da una imagen física útil de lo que realmente ocurre.

Hay que olvidarse por completo de todos esos intentos de entenderlo pensando en medias vueltas o en tres cuartos de vuelta y en todos esos artificios creados para confundir. El espín es un concepto preciso: por un lado, hace que las partículas se comporten como pequeños imanes y por otro, determina en gran medida si los estados cuánticos son permisibles o no, porque no olvidemos que el principio de exclusión impide que por ejemplo todos los electrones estén en el nivel más bajo de energía haciendo que no existieran las reacciones químicas y teniendo como consecuencia que el universo fuera una fría sopa aburrida.

El principio de exclusión hace que la materia que constituye el universo sean fermiones (partículas cuyo espín es 1/2, 3/2, 5/2…) porque son las únicas que obedecen a este principio y por tanto solo en este caso pueden darse las reacciones químicas: habiendo electrones en distintos niveles de energía por los que pelear para conseguir el equilibrio.

En las décadas siguientes el espín ha tenido un papel muy relevante en la física, pero también en la tecnología. Fenómenos como la superconductividad están muy ligados al espín. La magnetorresistencia gigante ha tenido un papel fundamental en el desarrollo de memorias para los ordenadores. Y más recientemente, la espintrónica se ve como una posibilidad futurista de conseguir ordenadores super rápidos y mucho más eficientes que los actuales.

Fuente:

Migui

5 de septiembre de 2011

Físicos logran estabilizar una caja de fotones, superan el sueño de Einstein


Un experimento de estabilización constante de un estado cuántico se ha realizado con éxito por primera vez por un equipo del Laboratorio Kastler Brossel (CNRS / ENS / Collège de France / UPMC-Université Pierre et Marie Curie), dirigido por Serge Haroche (1).

Los investigadores lograron mantener un número constante de fotones en una cavidad de microondas de alta calidad. Los resultados de su estudio se publican en la revista online Naturaleza el 1 de septiembre de 2011.

El fotón, la unidad básica de la luz, normalmente sólo pueden ser observados cuando desaparecen. El ojo absorbe los fotones, destruyéndolos y traducen la información que contienen, ya que se registran. Sin embargo, esta destrucción no es indispensable. Hace cuatro años, un equipo del Laboratorio Kastler Brossel realizó un gran avance: la observación, cientos de veces, de un mismo y solo fotón de microondas atrapado en una caja.

En su nuevo trabajo, los investigadores han ido más lejos: han tenido éxito en la estabilización de un determinado número de fotones en una “caja de fotones”, una cavidad formada por dos espejos superconductores.

Es el primer experimento de la física cuántica DE completa estabilización. En términos generales, LAS estabilizaciones garantizan el funcionamiento de los sistemas que nos rodean. En el caso de un horno, la temperatura de calentamiento depende de un conjunto de valores: el tiempo que la temperatura ideal no se ha alcanzado, el horno sigue calentándose entonces mantiene su estado de acuerdo con las lecturas del termostato.

La transferencia de estos conceptos al microscópico mundo cuántico se encuentra con un obstáculo: la medición – el termómetro – cambia el estado del sistema. La Cuántica de estabilización consiste en una medida llevada a cabo mediante la inyección de los átomos, las sondas ultrasensibles, dentro de la cavidad. Esta medida no soluciona el número de fotones, sino que proporciona una estimación imprecisa.

Al igual que cualquier medición cuántica, sin embargo, modifica el estado de la cavidad. Un monitor – el termostato – tiene en cuenta esta información, así como la perturbación de la medición y control de una fuente de microondas convencionales – los elementos del horno de calefacción. De esta manera, la cavidad se torna o se vuelve a un estado donde el número de fotones tiene exactamente el valor prescrito.

Einstein tenía un sueño: atrapar un fotón en una caja por un período de alrededor de un segundo. Esta estabilización cuántica ha permitido al grupo LKB ir aún más lejos en el cumplimiento de este sueño, al mantener, en forma permanente, un determinado número de fotones en el cuadro. Este experimento representa un paso importante en el control del complejo de estados cuánticos.

Notas:
(1) En colaboración con el Centro Automatique et Systèmes, Mathématiques et des Mines ParisTech Systèmes e INRIA

Referencias:
Información en tiempo real cuántica prepara y estabiliza los estados de fotones número, C. Sayrin, Dotsenko I., Zhou X., Peaudecerf B., Rybarczyk T., S. Gleyzes, Rouchon P., Mirrahimi M., H. Amini, M. Brune, JM y S. Raimond Haroche, Naturaleza , 1 de septiembre de 2011.

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Universitam

Microprocesador cuántico con arquitectura de Von Neumann

Consiguen realizar computaciones cuánticas sencillas con un pequeño microchip de estado sólido basado en la tradicional arquitectura de Von Neumann.

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El circuito en cuestión. Fuente: Erik Lucero.

No pasa una semana sin que algún laboratorio o universidad en el mundo proclame el haber avanzado en la computación cuántica. Sin embargo, pocos son los avances realmente significativos.

En un computador cuántico se trata de explotar exclusivamente fenómenos cuánticos, como la superposición y entrelazamiento, para realizar la computación.

Pero construir uno de estos computadores es realmente difícil porque los estados cuánticos son complicados de controlar y pueden ser destruidos fácilmente.
Como siempre que se trata de computación cuántica, la potencia de este tipo de procesamiento está en la capacidad de realizar varios cálculos simultáneamente.

Problemas arduos computacionalmente, como la factorización en primos de números grandes, serían realizados fácilmente por este tipo de procesadores cuánticos (lo que quebraría el sistema RSA de cifrado en uso).

Aunque, de momento, estamos todavía lejos de un sistema comercial real de este tipo. El único sistema de computación “cuántico” en venta vale 10 millones de dólares, no tiene memoria y funciona como un computador pre-neumann.

Ahora, unos investigadores de la Universidad de California en Santa Bárbara dicen haber realizado una demostración física de un procesador cuántico con arquitectura de Von Neumann.

El dispositivo de estado sólido que han fabricado es un circuito completamente integrado que implementa la citada arquitectura, que es en la que están basados los microprocesadores ordinarios.

En una arquitectura von Neumann convencional una CPU está unida a una unidad central de memoria en donde se guardan datos e instrucciones.

En este dispositivo una memoria cuántica de acceso aleatorio de larga vida puede ser programada usando una unidad cuántica de procesamiento. Todos estos componentes están además integrados en un solo chip y proporcionan, por tanto, el componente clave para construir una versión cuántica del computador clásico. Además se puede fabricar por fotolitografía y no requiere de trampas de iones como en otros dispositivos similares.

Esta arquitectura representa un nuevo paradigma en el procesado cuántico de la información y demuestra que es posible alcanzar un alto grado de integración. El logro es similar al alcanzado en los años cuarenta cuando se implementó esta arquitectura en computadores clásicos.
El hardware está basado en circuitos superconductores fabricados con una mezcla de aluminio y renio que deben estar enfriados cerca del cero absoluto de temperatura para que así exhiban un comportamiento cuántico.

Aunque, de momento, el microprocesador es muy sencillo. Consta solamente de dos qubits de procesamiento formados por sendas uniones de Josephson simples, un bus de comunicación cuántico constituido por resonador de microondas superconductor, dos qubits de memoria formado por resonadores superconductores que atrapan estados de microondas y un registro de reinicio que borra la información cuántica.

Con este microchip los investigadores han conseguido escribir información cuántica y simultáneamente procesarla. En uno de sus experimentos calcularon una transformada de

Fourier cuántica (componente clave en el algoritmo de Shor de factorización) que fue realizada con un 66% de eficacia. En otro experimento implementaron una puerta de fase Toffoli OR de tres qubits con un 98% de eficacia (este sistema requiere el entrelazamiento de tres qubits). Obviamente se necesita mejorar la eficacia alcanzada.

En cuanto a la permanencia en el tiempo de la información cuántica, los resultados obtenidos son también mejorables. Los tiempos de coherencia caían un 20% después de 400ns, aunque la fidelidad de la memoria estaba por encima de un 40% al menos durante 1,5 microsegundos.
El equipo de investigadores trabaja ahora sobre el aumento del rendimiento del microchip a través de la mejora de la calidad de los materiales empelados.

Quizás en un futuro podamos preguntar a un computador cuántico sobre si la vida tiene sentido o no y éste nos devuelva una superposición de estados |0> y |1> como respuesta. Mientras tanto tendremos que usar la computación convencional.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3582

Fuentes y referencias:
Nota de prensa
Artículo original.

Tomado de:

Neo Fronteras

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