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12 de octubre de 2011

La sorpresiva capa de ozono de Venus

venus

Un equipo científico europeo ha descubierto que Venus tiene una delgada capa de ozono, cientos de veces menos densa que las de la Tierra.

El descubrimiento se realizó gracias a la sonda Venus Express de la Agencia Especial Europea, cuyos científicos publicaron el hallazgo en Icarus, la publicación dedicada a estudios planetarios de la Sociedad Astronómica Estadounidense.

Hasta ahora sólo se habían detectado capas de ozono en la Tierra y Marte. Ahora se encuentra esta en el segundo planeta del Sistema Solar.

El hallazgo podría ayudar a los astrónomos a refinar los parámetros para la búsqueda de vida en otros planetas.

Filtro planetario

La nave espacial se topó con la capa cuando intentaba enfocar estrellas viéndolas a través de la atmósfera venusina.

La intensidad de las estrellas era más débil de lo esperado, porque el ozono absorbe parte de la luz ultravioleta

El líder del grupo investigador, Franck Montmessin, del Centro de Investigación Atmosférica Latmos, de Francia, explicó que la capa de ozono de Venus está ubicada a una altura de 100 kilómetros, tres veces más que la de nuestro planeta.

El ozono es una molécula que contiene tres átomos de oxígeno, que se formó cuando la luz solar escindió el dióxido de carbono de la atmósfera venusina para formar moléculas de oxígeno.

En la Tierra un proceso similar permite la formación del ozono, que absorbe parte de los dañinos rayos ultravioletas del Sol, evitando que lleguen a la superficie.

Sin embargo, este proceso se ve suplementado por el oxígeno liberado por los microbios que "comen" dióxido de carbono.


"Podemos usar estas nuevas observaciones para probar y refinar los escenarios para la detección de vida en otros planetas "

Franck Montmessin, Centro de Investigación Atmosférica Latmos


Nuevas pistas

"La detección de este ozono nos dice mucho acerca de la circulación y la química de la atmósfera de Venus", dijo Kakan Svedhem, miembro del proyecto de la misión del Venus Express

"Más allá de eso, es evidencia adicional de las similitudes fundamentales entre los planetas rocosos y muestra la importancia de estudiar Venus para entenderlos a todos".

Algunos biólogos asumen que la presencia de oxigeno, carbón y ozono en una atmósfera es indicativo de que existe vida en la superficie de ese planeta.

Los nuevos resultados niegan esa presunción. La sola presencia de oxigeno en una atmósfera no es ya evidencia suficiente para empezar a buscar vida.

Sin embargo, la presencia de grandes cantidades de esos gases, como en la atmósfera terrestre, es probablemente una buena señal, dicen los científicos.

"Podemos usar estas nuevas observaciones para probar y refinar los escenarios para la detección de vida en otros planetas", aseguró Montmessin.

Fuente:

BBC Ciencia

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4 de octubre de 2011

El Polo Norte también tiene su agujero de ozono

Niveles de ozono sobre el Polo Norte, en marzo de 2011. | Nature

Niveles de ozono sobre el Polo Norte, en marzo de 2011. | Nature

  • Algunas zonas perdieron hasta el 80% de ozono en la primavera de 2011
  • Una presencia inusualmente larga de aire frío en altura acelera el fenómeno
  • También hubo más niveles de gases dañinos para el ozono que en otros años
  • Los gases clorados que dañan el ozono fueron prohibidos a finales de los 80
  • La atmósfera todavía sufre el efeto de los químicos liberados hace décadas

La pérdida de ozono sobre el océano Ártico este año ha sido tan severa que por primera vez se le puede llamar "agujero de ozono", afirma un grupo de científicos que acaba de publicar sus conclusiones en la revista 'Nature'. Aseguran también que la pérdida de ozono en el norte este año es equiparable a la que ocurre desde hace tiempo sobre la Antártida. Hay que tener en cuenta que hasta ahora, cuando se hablaba de pérdida de ozono era en el hemisferio sur, pero este fenómeno no había sido noticia en el extremo norte del planeta.

A una altura de 20 kilómetros sobre el Polo Norte, el 80% del ozono se ha perdido, afirman los científicos. La causa ha sido una presencia inusualmente larga de aire frío a gran altura además de una mayor cantidad de gases destructores del ozono sobre la zona. Los compuestos clorados producidos por el hombre que destruyen el ozono son mucho más activos en ambientes fríos. Las causas de la pérdida de ozono han sido por tanto relativamente circustanciales, por lo que es imposible saber si el fenómeno observado este año se repetirá en próximas ocasiones.

La destrucción del ozono atmosférico por la presencia de compuestos clorados ocurre en primavera sobre las dos regiones polares. Sin embargo, puesto que esa estación es relativamente más templada en el Polo Norte que en el sur, los daños no son tan graves en aquel como en éste y la mayoría de los años la disminución de la capa de ozono es mucho menor en el Ártico que en la Antártida.

Sin embargo, el trabajo aparecido en 'Nature' revela que este año, en determinadas altitudes, el periodo de bajas temperaturas en el Ártico duró 30 días más que cualquier otro invierno ártico, dando lugar a una destrucción de ozono sin precedentes. Para determinar los factores que motivaron que este periodo de bajas temperaturas fuera tan persistente serán necesarios otros estudios.

'Durante el invierno 2010-11, las temperaturas diarias no alcanzaron valores más bajos que en anteriores inviernos árticos', ha afirmado Gloria Manney, autora principal del estudio, que pertenece al Jet Propulsion Laboratory de la NASA de Pasadena (California), y al New Mexico Institure of Mining and Technology, de Socorro (Nuevo México). "La diferencia con respecto a anteriores inviernos es que las temperaturas extremadamente bajas persistieron durante un periodo mayor. Esto implica que si en el futuro las temperaturas estratosféricas disminuyeran ligeramente, como resultado del cambio climático, por ejemplo, la pérdida de ozono del Ártico podría ocurrir con mayor frecuencia.»

Gloria Manney, del California Institute of Technology, es la autora líder del artículo aparecido en 'Nature'. Los autores han analizado los datos de ozono sobre el Polo Norte a finales de 2010 y comienzos de 2011 y aseguran que la pérdida de este gas supera cualquier observación científica anterior.

En la investigación han participado científicos de 19 instituciones de nueve países (Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Canadá, Rusia, Finlandia, Dinamarca, Japón y España) que han analizado datos procedentes de un amplio conjunto de medidas. Se han empleado observaciones diarias de gases y nubes facilitadas por los satélites de la NASA Aura y CALIPSO, datos de ozono medidos por globos instrumentados, datos meteorológicos y modelos atmosféricos.

La aportación española corrió a cargo del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que desde 1991, en colaboración con el Instituto Meteorológico Islandés, participa en proyectos europeos para la medida de destrucción de ozono en la región Sub-Ártica, realizando sondeos de ozono desde la base de Keflavik (Islandia).

Salvados gracias al acuerdo de Montreal

El ozono es una forma de oxígeno que se acumula de forma natural en la la parte alta de la atmósfera - desde los 15 a los 35 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra - y protege la vida en la Tierra de los rayos ultravioleta solares.

Ciertos gases clorados producidos industrialmente por el hombre - CFCs - tienen la capacidad de destruir este ozono. El Protocolo de Montreal, que entró en vigor en 1989, fue un acuerdo internacional para dejar de usar y producir estos gases, que se empleaban como refrigerantes para frigoríficos o como propelentes para sprays, y sustituirlos por otros que no dañaran el ozono. El Protocolo de Montreal fue un éxito, pues se consiguió retirar del mercado mundial esos dañinos productos y frenar el problema.

Si dos décadas después el ozono sigue desapareciendo es porque los gases clorados o CFCs tienen una larga vida en la atmósfera. Los daños que se observan hoy se deben a los gases que se emitiron antes de la prohibición y que aún perduran. Los científicos, de hecho, aseguran que el agujero de ozono seguirá haciéndose mayor en las próximas décadas, y que no será hasta 2050 cuando empiece a remitir. Será para entonces cuando hayan desaparecido los CFCs emitidos en el pasado por el hombre. De no haberse prohibido su uso en 1989, el problema se habría acelerado y durado para siempre.

De hecho, la autora líder del estudio en 'Nature', Gloria Manney ha manifestado que sin el Protocolo de Montreal, los niveles de cloro serían ya tan altos que en el Ártico se formaría también cada primavera un agujero de ozono.

La persistencia en la atmósfera de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono implica que los agujeros de ozono de la Antártida, y la posibilidad de una futura pérdida severa de ozono en el Ártico, puedan seguir ocurriendo durante décadas, asegura el INTA en comunicado de prensa.

Fuente:

El Mundo Ciencia

17 de septiembre de 2011

El Día del Ozono identifica un nuevo enemigo para la capa vital del planeta

Especial: Calentamiento Global

La Organización de Naciones Unidas aprovechó el día de ayer (16 de septiembre) el Día Internacional de la protección de la capa de ozono para identificar un nuevo enemigo para ese escudo del planeta: los HFC, y recordó la "oportunidad única" que ofrece la nueva tecnología para no utilizarlos.

HCFC (Hidroclorofluorocarburos)


¿Qué es?

Los HCFCs son compuestos formados por átomos de cloro, flúor, hidrogeno y carbono. Aunque son destructores de la capa de ozono, han sido introducidos temporalmente como sustitutos de los CFCs.

Fuentes de emisión y aplicaciones de los HCFCs.

La principal fuente de contaminación de estas sustancias son los equipos de refrigeración, tanto en estado operativo, como al final de su vida útil. También se encuentran presentes en aerosoles, pinturas, barnices, etc.

No existen fuentes naturales de contaminación, ya que se trata de sustancias sintetizadas por el hombre.

Efectos sobre la salud humana y el medio ambiente.

Los efectos producidos por la inhalación de los HCFCs suelen ser confusión mental y somnolencia, pero en elevadas concentraciones se puede llegar a la pérdida del conocimiento y asfixia. El contacto con el líquido provoca congelación en la piel y enrojecimiento y dolor en los ojos.

Los HCFCs se usaron como sustancias sustitutivas de los CFC debido a su menor toxicidad y persistencia en el medio ambiente, aun así son sustancias cloradas destructoras Enlacede la capa de ozono. Por lo general son sustancias con un potencial de bioacumualación bastante bajo, aunque el 2,2-dicloro -1,1,1- trifluoroetano, según estudios realizados en el alga Daphnia, presenta un nivel moderado de toxicidad en los organismos acuáticos.

Más información en la web del Ministerio de Medio Ambiente de España.


La Organización de Naciones Unidas aprovechó hoy el Día Internacional de la protección de la capa de ozono para identificar un nuevo enemigo para ese escudo del planeta: los HFC, y recordó la "oportunidad única" que ofrece la nueva tecnología para no utilizarlos.

Con el doble objetivo de proteger la capa de ozono y atajar el cambio climático, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) subraya que los hidrofluorocarbonos (HFC), si bien no atentan contra la ozonosfera, provocan el efecto invernadero.

El propio Ban Ki-moon señala en un escrito a propósito del Día Internacional de la Protección de la Capa de Ozono, la posibilidad de que se incluya en los acuerdos internacionales una recomendación sobre los HFC para evitar el calentamiento global.

Los HFC, si bien no agotan la capa de ozono, son gases de efecto invernadero muy potentes, y su consumo ha ido aumentando rápidamente a medida que se utiliza para reemplazar a los HCFC, químicos antropogénicos dedicados a la refrigeración y fabricación de aerosoles con los que se sustituyó a los ya prohibidos clorofluorocarbonos (CFC).

En esta fecha se conmemora desde 1995, por decisión de la Asamblea General de la ONU, la firma del Protocolo de Montreal (1987), que identifica y restringe las sustancias que agotan la capa de ozono.

"Las Partes en el Protocolo de Montreal están ahora examinando nuevas enmiendas, incluidas propuestas encaminadas a incorporar a los hidrofluorocarbonos (HFC) en el régimen del Protocolo, en una forma que complemente los esfuerzos emprendidos al amparo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y su Protocolo de Kyoto", añade el secretario de la ONU en el escrito publicado en la página de la Secretaría para el Ozono de la organización.

La tecnología que se elija para reemplazar a los HCFC "será determinante" a futuro y se invita a gobiernos e industrias a aprovechar la "oportunidad singular" de adquirir tecnologías de vanguardia, que eliminen los compuestos que agotan la capa de ozono, disminuyan los costos de energía y respeten el clima.

"Los HCFC son tanto sustancias que agotan la capa de ozono como potentes gases de efecto invernadero: el HCFC más utilizado es casi 2.000 veces más potente que el dióxido de carbono en sus efectos sobre el calentamiento de la Tierra", precisa Ban Ki-moon en su nota.

Para facilitar esa "transición" en los países en desarrollo, el Protocolo de Montreal ofrece una "financiación ampliada", apunta el diplomático coreano, quien reconoce que en más de 24 años de "aplicación satisfactoria", el documento se ha reforzado gradualmente hasta abarcar la eliminación de casi 100 sustancias que atacan el ozono.

"La Eliminación de los HCFC: una oportunidad única", el lema de este año, se suma a otras campañas internacionales que desde 1985, cuando científicos del Centro de Investigación Británico identificaron el agujero antártico de la capa de ozono, conciencian sobre este problema global.

Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se anima a las administraciones de todo el mundo a revisar, ampliar y aplicar las medidas encaminadas a reducir los gases que atacan directamente la ozonosfera, el área de la estratosfera que absorbe la radiación ultravioleta de alta frecuencia que emite el sol y el primer "escudo" de vida del plante.

En España se anunció ya la próxima puesta en marcha de un modelo de "transporte químico" acoplado a los modelos meteorológicos para identificar especies químicas atmosféricas (aerosoles y radiación ultravioleta) en zonas de interés, como la Antártica.

Tomado de:

La InformaciónEnlace

5 de abril de 2011

La destrucción de la capa de ozono alcanza los peores niveles de su historia

La Organización Metereológica Mundial afirma que este invierno se destruyó el 40% de la capa de ozono sobre el Ártico, muy por encima del 30% del año anterior y lo que supone el peor récord del que se tiene historia.

El daño se ha producido por el efecto de los químicos industriales que han resultado más destructivos que de costumbre debido a las temperaturas inusualmente altas de la parte alta de la atmósfera.

La capa de ozono sirve para proteger la vida en la Tierra de los efectos dañinos de los rayos ultravioletas.

Las autoridades en Escandinavia y Groenlandia están vigilando de cerca la capa por si se producen situaciones peligrosas para la salud.

El uso de químicos que destruyen el ozono está siendo eliminado de forma gradual según un tratado de Naciones Unidas.

Sin embargo el corresponsal de medioambiente de la BBC, Richard Black, afirma que llevará décadas reparar por completo el daño que se ha producido en la capa.

Fuente:

BBC Ciencia

8 de septiembre de 2010

Así nació el "Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono"

La creación del 16 de septiembre como “Día Internacional de la Capa de Ozono”, responde a una idea que se me ocurrió a comienzos de octubre del año 93, como ambientalista preocupado por el creciente deterioro de la capa de ozono, el agujero de la capa ozono que medía en 1985 aproximadamente 7.000.000 Km2, en el referido mes alcanzaba un record de 25 millones de km2




La información pública sobre el tema en ese entonces era muy puntual, consideré oportuna la creación de un “Día Mundial dedicado a la Capa de Ozono” para crear una fecha en cual se pudiese cada año, hacer público un inventario sobre los logros del “Protocolo de Montreal” y sus Partes, y se alertara sobre los graves efectos del deterioro de la capa de ozono, en especial su relación con el incremento del “Cáncer de Piel”.

La fecha escogida fue el 16 de septiembre, por ser la fecha aniversaria de la firma del “Protocolo de Montreal” (16/09/87), como homenaje al “mas útil Acuerdo Internacional para la Defensa de la Vida en Nuestro Planeta” al poner de acuerdo a Gobiernos, Ambientalistas, Industriales y Científicos, en acordar fechas para la eliminación de las substancias agotadoras de la capa de ozono” y crear mecanismos de ayuda a los países más pobres para tales logros como el “Fondo Multilateral”.

La propuesta inicialmente citada, la hice a la Cancillería Venezolana el 23 de 0ctubre de 1993, como Presidente del Club Amigos de la UNESCO de Venezuela, contando con apoyo de la UNESCO y en especial de su Director General Federico Mayor, fue gestionada y llevada a las Naciones Unidas por la Cancillería Venezolana, apoyada por el Grupo Latinoamericano y del Caribe (GRULAC), finalmente la resolución que crea el referido día internacional, fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 19 de Diciembre de 1994 (Resolución 49/114). La mencionada resolución fue publicada el 23/01/95.

Es a partir del 16 de septiembre de 1995 cuando las Naciones Unidas comienzan a promover el “Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono”.

Fuente:

Analitica

11 de julio de 2010

Mario Molina, descubridor del agujero de la capa de ozono

Domingo, 11 de julio de 2010

Mario Molina, descubridor del agujero de la capa de ozono

Sin ella, el bronceado se convertiría en una quemadura de tercer grado. Mirad al cielo, es invisible, pero nos protege de los rayos del sol. Es nuestro escudo. La capa de ozono. Pero un pequeño agujero en ella nos ha puesto a todos alerta: por primera vez en la historia sabemos que podríamos desaparecer como especie si no ponemos remedio, como en una película de catástrofes de Hollywood. El descubridor de este agujero, sin embargo, no es un personaje de película: es mexicano y se llama Mario Molina.



Mario José Molina Henríquez nació en Veracruz, México, en 1942. Desde muy temprano, como estudiante de preparatoria, se sintió seducido por la investigación científica al contemplar por primera vez un protozoo a través de su microscopio de juguete.

Más tarde, fascinado por la química, en vez de jugar a soldados o a armar rompecabezas, el joven Molina transformó el baño de su casa en un improvisado laboratorio. Por esa razón, con sólo 11 años, el Molina fue enviado a una escuela en Suiza, aunque allí sus nuevos amigos tampoco estaban tan interesados en la ciencia como él.

Además de su actividad docente, el Dr. Molina ha destacado por sus investigaciones sobre el problema del medio ambiente. En 1995 recibió el Premio Nobel de Química. La noticia le llegó a través de una llamada telefónica y, en un primer momento, Molina creyó que le estaban gastando una broma pesada. Pero el 10 de diciembre se esfumó toda sospecha de broma, cuando recibió el premio de manos del Rey de Suecia, al que siguió un banquete con mil invitados.

Molina fue el descubridor del agujero de la capa de ozono y el peligro de los clorofluorocarbonos (CFC), empleados en aerosoles, tanto industriales como domésticos. Su hallazgo fue emocionante pero a la vez sombrío: se daba cuenta que había descubierto un problema global que amenazaba el futuro de la humanidad.

Así pues, depositario de una gran responsabilidad, se vio en la obligación de divulgar lo antes posible su descubrimiento. El 28 de junio de 1974, publicó sus descubrimientos sobre esta materia en la revista Nature y asesoró a empresas públicas y privadas.



En 1995 recibió el Premio Nobel de Química, junto al profesor Sherwood Rowland, por sus trabajos sobre la química de la atmósfera, especialmente sobre la formación y descomposición del ozono. Era la primera vez que se otorgaba este premio por un estudio sobre el medio ambiente, y también la primera vez que se otorgaba a un científico nacido en México.

A pesar de todos estos reconocimientos académicos, la opinión pública no acababa de entender a qué venía tanta importancia por unos gases que, al parecer, servían como escudo invisible para no evitar el paso de unos rayos solares maléficos. Sonaba a historia de ciencia ficción. Pero, poco a poco, y gracias a los esfuerzos de los divulgadores científicos por traducir en palabras comprensibles lo importante que era lo que había sobre nuestras cabezas, el público empezó a tomar verdadera conciencia del problema.

Ahora todos podemos imaginar el efecto que produce una lupa que amplifica la luz del sol sobre una pequeña hormiga para entender la amenaza a la que nos enfrentamos: las indefensas hormigas somos nosotros, y el agujero de la capa de ozono es la enorme lupa que pretende achicharrarnos.

El clorofluorocarbono. Parece una palabra muy complicada que, sin embargo, designa algo muy cotidiano. Es un gas que se emplea para fabricar toda clase de productos, como los envases que usan los restaurantes de fast food. También se usa como gas impulsor para los sprays de aerosol, como la laca para el pelo o el desodorante. En los aparatos de aire acondicionado y en los frigoríficos. O en disolventes para limpiar equipos electrónicos.

El gas es tan estable que, una vez liberado, es arrastrado lentamente hasta la atmósfera. Hasta aquí, el gas no es peligroso. Sin embargo, al ser bombardeado por los rayos ultravioleta del sol, el gas se descompone y libera cloro, que es el componente que realmente venenoso, el responsable de la destrucción de las moléculas de ozono, saltando de unas a otras como si fuera un serial killer atmosférico. Y es que una simple molécula de cloro puede viajar durante un siglo por la atmósfera, eliminando una a una hasta 100.000 moléculas de ozono.

El daño ya ha sido tan elevado, que si ahora mismo dejáramos de emitir CFC a la atmósfera, el agujero detectado en la Antártida no desaparecería hasta el año 2100.

Según un informe de Greenpeace que analiza los niveles de producción de CFC en nuestro planeta, la comunidad europea ostenta el primer puesto: suyo es el 39,9 % de todo el gas que se libera. El segundo lugar es para Estados Unidos, que libera un 37,7 %. Luego viene China con un 7,2 %. Las 5 empresas que más CFC producen en el mundo son: La Dupont, de los Estados Unidos, la ICI, de Inglaterra, Hoeschst, de Alemania, la Atochem, de Francia y la italiana Montefluos.

Gracias a esta aplicación de la NASA, podréis conocer en tiempo real cómo cambian los índices de masa de hielo en el mar, el dióxido de carbono, nivel del mar, temperatura global y el tamaño del agujero de ozono.

Lea el artículo en:

Gen Ciencia

1 de mayo de 2010

El monóxido de cloro juega un papel clave en la destrucción de la capa de ozono


Sábado, 01 de mayo de 2010

El monóxido de cloro juega un papel clave en la destrucción de la capa de ozono


¿Qué es el monóxido de carbono?



El monóxido de cloro es un compuesto químico. Desempeña un papel importante en el proceso de agotamiento del ozono . En la estratosfera , el cloro reacciona con los átomos de ozono para formar moléculas de monóxido de cloro y oxígeno .
Cl· + O 3 → ClO· + O 2

Esta reacción produce la destrucción de la capa de ozono.

Foto de la Noticia

Foto: NASA/JPL


Un nuevo estudio de la capa de ozono polar de la Tierra realizado por la NASA refuerza la comprensión de los científicos sobre cómo los productos químicos del cloro producidos por el hombre, implicados en la destrucción de la capa de ozono, interactúan unos con otros.

Un equipo de científicos liderado por Michelle Santee, del Jet Propulsion Laboratory, examinó cómo las temperaturas nocturnas afectan al monóxido de cloro, un producto químico clave que participa en la destrucción del ozono. La combinación de las mediciones por satélite de la NASA con un modelo químico de última generación, encontraron que esta relación es más consistente con los últimos trabajos de laboratorio que con otros más antiguos, tanto de laboratorio como de campo.

Esta verificación es importante, porque los científicos no han podido llevar a cabo experimentos de laboratorio adecuados relevantes para la comprensión de cómo se comporta el monóxido de cloro en la noche en las temperaturas más bajas de la estratosfera, la segunda capa más baja de la atmósfera terrestre. Los datos provienen del satélite Aura de la NASA y el estudio ha sido publicado en la revista Proceedings.

"Al tener un mejor conocimiento de este equilibrio, los científicos serán capaces de hacer predicciones más exactas de la pérdida de ozono polar, especialmente en el crepúsculo y en el Ártico, donde las condiciones suelen ser sólo ligeramente favorables para la destrucción del ozono."

Por la noche, las moléculas de monóxido de cloro se combinan para formar peróxido de cloro, y el equilibrio entre estos dos productos químicos es altamente sensible a la temperatura. El estudio de este balance cuantitativo es un reto. Estudios previos en el laboratorio y mediante aviones y satélites habían encontrado significativamente diferentes grados de equilibrio. La nueva investigación contribuye a la comprensión científica del fenómeno más conocido como agujero de ozono.

Cada año, a finales del invierno y principios de primavera en el hemisferio sur, el cloro y el bromo a partir de compuestos producidos por el hombre causa la destrucción casi total de ozono en la estratosfera de la Tierra en una capa de unos 20 kilómetros sobre la Antártida.

Fuente:


Europa Presses,

11 de diciembre de 2009

¡Nuestra atmósfera tiene un origen extraterresre!


Viernes, 11 de diciembre de 2009


¡Nuestra atmósfera tiene un origen extraterresre!

¿Qué es la atmósfera terrestre?

La atmósfera terrestre es la capa gaseosa que rodea a la Tierra. Juntamente con la hidrosfera constituyen el sistema de capas fluidas terrestres, cuyas dinámicas están estrechamente relacionadas.

Protege la vida de la Tierra absorbiendo en la capa de ozono gran parte de la radiación solar ultravioleta, reduciendo las diferencias de temperatura entre el día y la noche, y actuando como escudo protector contra los meteoritos. El 75% de la atmósfera se encuentra en los primeros 11 km de altura desde la superficie planetaria.

Conozca más en Wikipedia.


Los gases que formaron la atmósfera terrestre, y posiblemente los océanos, llegaron del espacio exterior y no del interior del planeta, según afirma un estudio publicado hoy por la revista Science.

Usando técnicas analíticas avanzadas que permiten identificar pequeñas cantidades de criptón y xenón, los investigadores han descubierto claras huellas de meteoritos en los gases volcánicos. “Por lo que sabemos ahora los gases de los volcanes, estos no han contribuido de manera significativa a la formación de la atmósfera”, explica Greg Holland, investigador de la Universidad de Manchester (Reino Unido) y coautor del estudio. "Por lo tanto, la atmósfera y los océanos deben venir de alguna otra parte, posiblemente de bombardeo de gases y cuerpos ricos en agua, similares a cometas”, añade.

Tras el hallazgo tendrán que modificarse las imágenes que aparecen en los libros de texto mostrando enormes volcanes esparciendo gases que después se transforman en la atmósfera, según ha apuntado Chris Ballentine, que también ha participado en la investigación.

Fuente:

Muy Interesante
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